13.07.2015 Views

Ciencia y tecnología como sistemas culturales - c3si.org

Ciencia y tecnología como sistemas culturales - c3si.org

Ciencia y tecnología como sistemas culturales - c3si.org

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

terpretaciones desestabilizadoras. Hasta entonces, la idea de cultura se entendía<strong>como</strong> el «proceso histórico, por cuya creación el hombre se diferenciade los animales y afirma su superioridad... concebido en una unidadinescindible y en la dependencia de los elementos que lo producen.Esta unidad, en cambio, resulta quebrantada en Platón» (Mondolfo,1960: 111). Aristóteles no añadió nada nuevo a la teoría platónica de laculmra, pero fue el otro gran artífice de las grandes divisiones interpretativasentre ciencia y técnica, técnica y cultura, cultura y naturaleza, queprecisó y sistematizó.Situándonos en 10 que ha sido el siglo xx, es obvio que han evolucionadomucho los referentes de lo que se entiende por cultura, ciencia,tecnología o naturaleza. Pero también se puede constatar que las correspondientesdivisiones categoriales procedentes de la filosofía antigua sehan mantenido bastante invariadas, tanto en el lenguaje corriente y delos medios de comunicación <strong>como</strong> en terminologías especializadas. Lasantiguas concepciones han viajado desde la Antigüedad a través de la tradiciónfilosófica, en la que permanecen vigentes con fuerza a pesar de lasadaptaciones a los cambios históricos. Aunque la filosofía tradicional seha ido desentendiendo, en gran medida, de los modernos desarrollos científicosy tecnológicos, en el siglo xx han surgido ramas filosóficas que sehan especializado en el estudio de la ciencia moderna y posteriormentede la tecnología. Dentro de la actual filosofía de la tecnología, encontramosuna de las más fieles versiones de las antiguas divisiones esencialistasentre ciencia, técnica y cultura en la denominada filosofía humanísticade la tecnología (Mitcham, 1994). Esta filosofía identitlca la tecnologíamoderna con el ámbito de la producción y uso demateriales, que incluye tanto los procedimientos, métodos y procesos Implicados<strong>como</strong> los artefactos mismos. Frente a todos éstos se sitúa latura, es decir, el campo de las actividades y realizaciones humanas de carácterintelectual, filosófico, artístico, moral, religioso, etc. SiguiendoHeidegger, uno de los grandes inspiradores de esta corriente filosófica, senos advierte que el desarrollo de la tecnología moderna va en contra delas grandes consecuciones <strong>culturales</strong> y pone en peligro los valores humanossuperiores e incluso la misma esencia del hombre.En el campo de la moderna filosofía de la ciencia no se ha desarrolladola tecnofobia filosófica tradicional. Muy al contrario, se defiendeque el desarrollo tecnológico no sólo no representa ningún peligro parala cultura, sino que es, más bien, la clave del progreso humano (Bunge,1969). No obstante esta valoración positiva de la ciencia y la tecnologíamodernas, la filosofía analítica de la ciencia ha trasmitido y adaptado alsiglo xx la antigua separación filosófica entre ambas. La ciencia se equi:para, fundamentalmente, con <strong>sistemas</strong> teóricos y conceptuales centradosen enunciados nomológicos que se presentan <strong>como</strong> leyes cientítlcas. Setrata pues, según esta filosofía, de una empresa intelectual de investif!aciónteórica que debe deslindarse claramente de la tecnología, ya queconsiste simplemente en ciencia aplicada.[70]La versión moderna de las grandes divisiones filosóficas no sólo seha sistematizado en el Contexto de la filosofía sino también en el de lasciencias sociales. Aunque latente en la tradición filosófica Como contraposiciónentre razón teórica y razón práctica, la separación interpretativaentre ciencia por un lado y sociedad y valores por otro, alcanzó a principiosdel siglo XX su formulación moderna con Max \'Veber y su doctrinade la neutralidad valorativa de la ciencia (véase ProCtor, 1991). Conella se quería establecer, teóricamente, una clara demarcación entre (1) laciencia <strong>como</strong> el conocimiento y la constatación objetiva de cuestiones dehecho y (2) el ámbito de la interacción y confrontación de individuos ycolectivos, con sus particulares intereses, fines y propósitos, y con sus diferentes<strong>sistemas</strong> de preferencias, normas, ideologías, etc.Una vez elevados el conocimiento y el método científicos a un pedestalfilosófico en nombre de la racionalidad teórica, la objetividad y laneutralidad asignadas a la ciencia parecían estar muy por encima de la contingenciaque se atribuía a los saberes ateóricos, las prácticas tradicionaleso las capacidades y realizaciones técnicas. Y, por descontado, muchomás allá de la relatividad de las interpretaciones, valoraciones y cosmovisiones<strong>culturales</strong> y sociales. Sin embargo, al consumarse las grandes divisionesinterpretativas modernas entre ciencia, tecnología, sociedad y cultura,se estaban ignorando, <strong>como</strong> supuestamente irrelevantes, agentes yCOntextos sociales y <strong>culturales</strong> decisiyos para comprender la complejidadde los entramados tecnocientíficos. Estos fueron, precisamente, los componentesde la ciencia y la tecnología que los sucesivos giros reinterpreseencargaron de reivindicar, a 10 largo del siglo xx, <strong>como</strong> factoresesenciales para la comprensión de la tecnociencia contemporánea.En la actualidad está relativamente en boga hablar de cultura cientíytecnológica, debido, sin duda, al creciente interés general por todorelacionado con la diversidad cultural y las relaciones inter<strong>culturales</strong>.también tiene que ver con la cada vez más evidente y decisiva conglobalde las culturas por la incesante avalancha de innovatecnocientíficas.La palpable transformación de la cultura en tecnoculturafomenta la aceptación de la ciencia y la tecnología <strong>como</strong> mo<strong>culturales</strong>.En todo caso, es innegable que uno de los mayoresla cultura del siglo XXI está en comprender, valorar y manejarla proliferación de las innovaciones tecnocientíficas. Sinla nueva línea de interpretación culturalista de la ciencia y lacorre el riesgo de quedar varada por el lastre de las antiguasmodernas divisiones filosótlcas entre ciencia, técnica, cultura y na­En la presente exposición se argumenta, por el COntrario, quecomprender la ciencia y la tecnología contemporáneas <strong>como</strong> realizacíones<strong>culturales</strong> y manejar culturalmente las consecuencias de sus inespreciso un marco conceptual y teórico (riguroso y sistequerompa con las disociaciones tradicionales redefiniendo, de almodo,las mismas ideas de cultura y naturaleza y que sea capaz detrLlctificar en nuevas tecnologías <strong>culturales</strong> de interpretación, valoración[71 ]

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!