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Ciencia y tecnología como sistemas culturales - c3si.org

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impulsor inicial de la teoría constructiva de las ciencias, que se empezóa desarrollar a partir de los años 60 en Alemania (Medina, 1995: 191 y sigs.).Su obra dio lugar a una importame corrieme filosófica, que amicipó enmás de un decenio las ideas constructivas en la sociología de la ciencia.Para Lorenzen la ciencia moderna «se muestra <strong>como</strong> un producto denuestra cultura técnica: se basa en una práctica precientífica exitosa» (Lorenzen,1978: 153) y «toda ciencia (toda teoría) sólo puede comprendersesobre la base de una técnica -ya parcialmeme- exitosa. Las teoríasson instrumentos lingüísticos en apoyo de una práctica ya en marcha»(Lorenzen, 1987: 18). Recientememe, Peter Janich ha caracterizadola posición de la actual filosofía constructiva cemrándola, de una formaaún más explícita, en la comprensión cultural de ciencia. Es decir, en suestudio filosófico «<strong>como</strong> práctica humana y producto cultural», entendiendopor cultura aquello que recibe un colectivo humano mediante latransmisión de prácticas (incluidas costumbres e instituciones) y artefactos(Hartmann y Janich, 1996: 38).Este mismo enfoque cultural ha marcado los últimos desarrollos enlos actuales estudios de ciencia y tecnología, que Andrew Pickering caracteriza<strong>como</strong> el paso de la ciencia <strong>como</strong> conocimiemo a la ciencia <strong>como</strong>práctica y cultura. Según Pickering, este avance fundamental consiste enel «movimiemo hacia el estudio de la práctica científica, lo que los científicoshacen de hecho, y el movimiento asociado hacia el estudio de lacultura científica, entendida <strong>como</strong> la esfera de los recursos que la prácticahace funcionar demro y fuera de ella» (Pickering, 1992: 2). La condiciónprevia para el estudio de la ciencia <strong>como</strong> práctica y cultura, consisteen reintegrar, mediante la expansión del concepto de cultura ciemífica,todas las dimensiones de la ciencia (tanto las conceptuales y sociales <strong>como</strong>las materiales), las cuales se han tratado, generalmeme, de una formafragmentada, desunificada e inconexa. En este semido, Pickering entiendepor cultura «las "cosas hechas" de la ciencia, en las que incluyo habilidades,relaciones sociales, máquinas e instrumentos, así <strong>como</strong> hechos yteorías científicas» (Pickering, 1995: 3).TECNOCIENCLA., NATURALEZA Y CULTURA PARA EL SIGLO XXIMirando hacia atrás desde el umbral del siglo XXI, se hace evidemeque las innovaciones tecnocientíficas han sido los factores fundamentalesque han configurado las culturas propias del siglo xx. Han modelado decisivamenteel conjunto de las formas de vida, los entornos tanto materiales<strong>como</strong> interpretativos y valorativos, las cosmovisiones, los modos de<strong>org</strong>anización social, económica y política juma con el medio ambientecaracterísticos de esta época (Hess, 1995: 106 y sigs.). Mirando haciaadelante, no cabe duda que su influencia va a ser aún mas determinanteen el siglo XXI. Confrontadas con la realidad de la desbordante produccióntecnocientífica, las grandes divisiones filosóficas entre ciencia y so-[82]ciedad, naturaleza y cultura no sólo han quedado desautorizadas teóricamentepor los actuales estudios de ciencia y tecnología, sino que la propiatecnociencia se ha encargado de rebatirlas abiertamente, en la práctica,<strong>como</strong> ficciones interpretativas.El uso generalizado del mismo término «tecnociencia» ha puesto enevidencia la ficticia separación entre ciencia y tecnología, al referirse a laactividad y la producción científicas características de nuestro tiempo<strong>como</strong> una práctica que tiene por objeto, se desarrolla y se plasma enconstrucciones tecnológicas, tal y <strong>como</strong> lo ponen de manifiesto desde laingeniería genética a la física del estado sólido o las ciencias de los materiales.Sin embargo, lo que ha refutado más fundamentalmeme las disociacionestradicionales ha sido el propio carácter de las innovacionestecnociemíficas. Bruno Latour las ha caracterizado <strong>como</strong> proliftración dehíbridos (Latour, 1993: 11), es decir, de realizaciones que embrollan lasdivisiones esencialistas en un complejo entramado de ciencia, tecnología,política, economía, naturaleza, derecho... En la larga lista de los híbridosactualmente más representativos habría que colocar, entre Otros muchos,los implames electrónicos en el cerebro humano, los microprocesadoresbiónicos, la clonación de animales, los alimentos transgénicos, lacongelación de embriones humanos, las píldoras abortivas y poscoitales,el Viagra, los psicofármacos <strong>como</strong> Prozak, los emornos de realidad virrualgenerados por ordenador, Internet, etc. Cualquier comroversia acercasu oroducción. implantación, imerpretación o valoración pone en pie,a un abigarrado tropel de portavoces de los más diámbitosde la ciencia, la política, la sociedad, la moral, la religiónla cultura.A pesar de todo ello, nuestra cultura intelectual no sabe cómo cateelentramado de los híbridos que nuestra tecnociencia produce.no es de extrañar, pues para ello es preciso cruzar repetidamente laillvisoria filosófica que separa la ciencia y la sociedad, la naturaleza y la cul­Los límites infranqueables establecidos filosóficamente emre dichasd1VlSlOnes se revelan, en la misma constitución de los híbridos, <strong>como</strong> froninexistentes.En nuestras sociedades los lazos sociales se establecenmedio de los objetos fabricados en los laboratorios (Latour, 1993:a su vez, las comunidades, prácticas y laboratorios tecnocientíficosconstituidos por asociaciones sociotécnicas de humanos y no hu­Cada día que pasa es más evidente que nuestra cultura occiden-«es tecnocultura de la sala de consejo al dormitorio» (Menser y Aro­1998: 25), al haberse poblado todos los entornos y formas dede híbridos tecnocientíficos. Incluso en el sentido más restringido de cul<strong>como</strong>formas de percepción, representación, interpretación y valoración,es innegable que su demarcación de la tecnociencia se ha esfumadodefinitivamente con las nuevas tecnologías de la informática y lastelecomunicaciones, que han generado los actuales medios informativosy cinematográficos, la realidad virtual, Imernet, el hipertexto, los hiperetc.[83]

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