La realidad social y la creación de empleo - IDEA

La realidad social y la creación de empleoLa segunda jornada del Precoloquio Patagonia se inició con un panel sobre el problemadel empleo, que fue moderado por el periodista Carlos Pagni.Abrió el debate Ernesto Kritz, director ejecutivo de SEL Consultores, quien trazó undetallado panorama de la situación actual y las perspectivas del mercado laboral, sobre labase de los siguientes puntos:• En la base de las dificultades que afrontamos como sociedad está el progresivodeterioro que afronta la situación ocupacional.• Llevamos 10 años con una tasa de desempleo de dos dígitos y la situación seagudizó con el estallido de la crisis de fines de 2001.• En octubre de 1998, el déficit de empleo era de 1,6 millón de puestos de trabajo.En octubre de 2002, ese desequilibrio trepó a 3,6 millones. Pese a la recuperacióndel último semestre, hoy sigue superando los 3 millones.• El empleo asalariado formal representa no mucho más de 25% en el sectorprivado.• Hay un 15% de población ocupada como trabajadores intermitentes, sin coberturaprevisional ni de salud.• El 60% de los desocupados (sin incluir Plan Jefes de Hogar) proviene del sectorinformal de la economía.• El sector público, en cambio, sigue siendo el sector más protegido y sóloprovienen del mismo 2% de los desocupados.• Si bien el sector formal se ha ido achicando, registra menos niveles dedesocupación que el sector informal.• Durante la década del 90 y hasta mediados de 2002, el salario ha sido elmecanismo de ajuste de la economía.• Con una Base 100= Diciembre 2001, el salario real hoy se ubica en 80.• La pérdida salarial ha sido menor en el sector formal (10% promedio) que en elcaso de los trabajadores informales, donde supera el 33%. O sea que su nivel deingresos es un tercio inferior al de antes de la devaluación.• Esto significa que la brecha en la distribución del ingreso se ha hecho mayordentro de los propios asalariados.• La combinación de desempleo, informalidad y deterioro salarial provoca que lamasa de ingresos reales del trabajo haya caído de un nivel 95 (octubre 2001) a otro

de 67 (en octubre de 2002), lo cual representa una reducción de casi 30%.• Necesitamos una tasa de crecimiento económico muy elevada para recuperar losingresos reales a los niveles pre-crisis.• Hasta ahora hubo un cambio fenomenal de precios relativos que ha abaratado elcosto del trabajo sin mejoras de productividad.• Entre el IV trimestre de 2001 y el II trimestre de 2003, el poder de compra de lossalarios industriales perdió 20%, pero si se mide en términos de costo laboral,cayó 40% en términos reales.• Este deterioro ha ayudado a una recuperación del empleo, al registrarse unarelación Empleo/ PBI (0.65 punto de aumento por cada punto de crecimiento delProducto) similar a la del período 1996/97.• La clave radica no solo en este factor, sino en cuánto puede crecer la economía.• Con un crecimiento de 4% anual (como está previsto en el acuerdo con el FMI),no vamos a resolver el problema del empleo: aún así, a fines de 2006 la tasa dedesocupación (sin incluir Plan Jefes) se ubicaría en 18%.• O sea que no alcanza con un crecimiento que en otras épocas podría haberseconsiderado razonable.• Para perforar el piso de 10% de desocupación y volver a tasas de un dígito,necesitaríamos 15 años de crecimiento al 4%. Pero si éste se elevara a 5%, aquellapso se reduciría a 9 años y si alcanzara a 6%, a sólo 6 años.• La buena noticia es que la economía argentina va a crecer más de 4% en 2004, aúnsin inversiones adicionales.• La mala es que esta situación no es sustentable en el mediano plazo: si no hubierainversión, ninguna otra cosa que se haga sirve para bajar el desempleo a un mayorplazo.El siguiente orador fue Juan Luis Bour, director de FIEL (Fundación de InvestigacionesEconómicas Latinoamericanas), quien se refirió a las cuestiones estructurales deldesempleo. Estos fueron sus principales conceptos:• Con una década de desempleo de dos dígitos, algo debemos estar haciendo malmás allá de la coyuntura.• La performance argentina obliga a ser cautelosos sobre el impacto en el empleo deun crecimiento sostenido del PBI.• Por ejemplo, la productividad de los factores muestra ciclos, pero sin tendenciasde largo plazo.

• No siempre el crecimiento genera empleo. En los ’90, el empleo no subió porqueno hubo inflación que “aceitara” el mercado de trabajo, reduciendo los salarios.• En una situación de estabilidad de precios se necesita flexibilizar el mercadolaboral.• ¿Qué podemos esperar si no se hace nada? 1) El cambio de precios relativos sólosirve en el corto plazo. 2) Con inflación, habrá más flexibilización salarial. 3) Losfactores de crecimiento sustentable no asoman y hay incertidumbre en materia decontratación laboral, lo cual alienta la informalidad y la brecha entre salarios.• ¿Qué hacer? La experiencia de Chile en los ’80 es válida, porque hizo todo lo quehabía que hacer (desde el punto de vista institucional, económico, asistencial, delegislación y de ambiente de negocios).• La condición necesaria es volver a crecer en forma sostenida, evitandoregulaciones que endurezcan el mercado laboral (tipo doble indemnización pordespido, aumentos por decreto, etc), que desembocarían en más inflación o másinformalidad.• Otra cuestión crucial es la estabilidad de las reglas de juego.• En materia de planes sociales, el criterio de éxito de un programa asistencial parael desempleo es su desaparición; no su permanencia.• Deberían buscarse consensos para diseñar un sistema laboral de largo plazo, quemaximice la creación de empleos y evite la volatilidad normativa.• Esto exige más flexibilidad de contratación, menor carga tributaria y menordiscrecionalidad por parte del Estado.El tercer y último orador del panel fue el economista Marcelo Lascano, quien pusoénfasis en la necesidad de sentar nuevas bases para el crecimiento económico y lageneración de empleo. Estos fueron sus principales conceptos:• En un siglo, el PBI per capital creció 8 veces en Brasil; 5 veces en Chile y menosde 2,5 veces en la Argentina.• La dirigencia argentina no puede hacerse la distraída: hemos perdido un siglo enesta materia.• No hemos tenido en claro un proyecto colectivo, ni tampoco una identidadnacional.• Tampoco sirve mirar para atrás, con criterios revisionistas inconducentes.• La dirigencia ha carecido de ideales de pertenencia y a la sociedad argentina lecuesta reconocer logros de sus compatriotas.

• ¿Qué debe ofrecer el Estado? Garantizar y hacer respetar las instituciones quehacen al capitalismo.• Uno de los objetivos del lobby empresario debería ser obligar a los partidospolíticos a armar listas representativas de candidatos. Otro, reivindicar lasinstituciones jurídicas que supimos tener, comenzando por la Justicia.• En la Argentina se ha reemplazado el ahorro por atesoramiento.• Hay que destrabar el reingreso de capitales, porque no hay desarrollo económicosin crédito.• Elogiamos el caso de Chile, pero no nos animamos a regular el ingreso decapitales.• Tampoco nos animamos a planificar 3 ó 4 ideas básicas para poder desarrollarnos,ni una política exterior consistente que permita reinsertar a la Argentina en elmundo y en las corrientes de comercio internacional.• Todas estas cuestiones no suelen merecer pronunciamientos públicos de losempresarios.• Es necesario crear una cultura que privilegia el éxito empresario.• Y un enfoque de inserción productiva en el mundo, con un programa nacionalcompartido y una fuerte diplomacia comercial, partiendo de la base de que ladeuda se paga con exportaciones.• Todos los sectores de la sociedad hicieron su autocrítica, menos los políticos.