Cuentos, adivinanzas y refranes populares - Biblioteca Virtual ...
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Se levantó y fue al humero, y miró por el cañón de la chimenea a ver si<br />
era de día. Estando mirando le cayó en los ojos una porquería que el gallo<br />
le echó, y se quedó ciego; fue a tientas a buscar las pajuelas para<br />
encender, y como el estiércol estaba entre ellas, se ensució todas las<br />
manos.<br />
-¡Ay, Señor! -dijo-. ¡Qué manos tengo tan sucias!<br />
Y fue a buscar la toalla para limpiarse, y como estaba clavada en<br />
ella la aguja capotera, se la clavó; fue a encender luz en el ojo del<br />
gato, y este se abalanzó y le arañó todo; fue huyendo para salir a la<br />
calle, y cuando llegó a la puerta salió el carnero y le dio una topada por<br />
detrás que le echó a rodar; se fue al molino huyendo, se cayó en el río y<br />
se ahogó, y las cabritas se quedaron hechas amas de la casa, y lo pasaron<br />
muy bien, y yo fui y vine y no me dieron nada, sino unos zapatitos de<br />
cobre, otros de cristal, otros de azúcar y otros de cordobán; estos me los<br />
puse, los de cristal se me rompieron, los de azúcar me los comí, y los de<br />
cobre son para ti.<br />
La zorra y la vejeta<br />
Habíase un a Zorra y una Vejeta, que eran muy amigas.<br />
La Vejeta, que, como se sabe, es un pájaro muy honrado, y buscavida sin<br />
ser ladrón, le dijo a la Zorra:<br />
-Comadre Zorra, ahí tengo una hacecilla de tierra, y si usted quisiera, la<br />
sembraríamos a parcería.<br />
-Sí que me place -contestó la Zorra.<br />
-Pues ya es preciso ararla, pues el tiempo se nos viene encima -dijo la<br />
Vejeta.<br />
-Bien está -repuso la Zorra.<br />
Poco después le volvió a decir la Vejeta:<br />
-Es preciso sembrar.<br />
-Corra usted con eso, que yo salgo a todo -contestó la Zorra.<br />
Pasados unos meses le dijo la Vejeta a la Zorra:<br />
-Comadre, la yerba se está comiendo al trigo. Es preciso escardar el<br />
pegujal.<br />
-Bien está -contestó la Zorra-. Corra usted con eso, que yo salgo a todo.<br />
Pasado otro poco de tiempo, la volvió a decir la Vejeta a la Zorra:<br />
-Comadre, el trigo está en sazón, y es preciso segarlo.<br />
-En buena hora sea -contestó la Zorra-. Corra usted con eso, que yo salgo<br />
a todo.<br />
La Vejeta, por bonachona que fuese, empezó a entrar en desconfianza, y le<br />
contó a un galgo, amigo suyo, lo que le pasaba.<br />
El galgo, que era listo, estuvo al punto al cabo de que la Zorra le iba a<br />
jugar una de sus pasadas a la bonachona de la Vejeta, y le dijo:<br />
-Siegue usted el trigo, métalo en la era y escóndame usted a mí en una<br />
gavilla, sin dejar más descubierto que un ojo, para que pueda ver lo que<br />
pase.<br />
La Vejeta hizo todo como se lo había encargado el galgo, y a poco llegó la<br />
Zorra, que al ver la era y el hermoso trigo ya trillado se puso muy