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—Yo nunca fui a la escuela así seguido. Fui solo unos poquitos días<br />
pero la escuela se terminó y nunca aprendí. En esos pocos días la<br />
maestra de cía una cosa y yo decía otra y nunca estábanos de acuerdo,<br />
no pegábanos; mucho no me acuerdo por que estaba pequeñito<br />
así de este porte no más.<br />
—Hace dos años cuando hice el primer Simón <strong>Bolívar</strong> me acordé<br />
que en la escuela lo había conoci do. Me gusta este que hice a caballo<br />
porque a ca ballo se ve más venezolano. El caballo es mucho de<br />
Venezuela; ahí tiene por ser en el llano que to dos andan a caballo.<br />
Aquí lo que se usa es yip o tractor para moverse por la quebrada.<br />
Por ser, este <strong>Bolívar</strong> yo hice de primera parte la cabeza del ca ballo<br />
en tres días, después hice la onda de la barri ga en dos, y después<br />
el rabo de cola en otros dos. Como no encontré vera negra para<br />
las paticas le busqué blanca, porque también hay caballos así y en<br />
otro día se las puse. Ahí estuve varios tiempos pensando en cómo<br />
debía montar al Libertador bien montado para que no se cayera y<br />
también para que se abajara del caballo y eso lo solucioné con este<br />
hueco y esta puyita. Debía quedar y quedó. La es pada se la puse<br />
blanca para que combinara de jue go con las paticas. Él está con<br />
una <strong>mano</strong> aquí así y con la espada en la otra, porque está pendiente<br />
del enemigo, ¿no se dio cuenta?<br />
Asunción Bonilla<br />
Busto de <strong>Bolívar</strong><br />
Vera blanca<br />
Col. Museo Nacional de Arte Popular<br />
A<br />
l her<strong>mano</strong> Goyito que siempre sonríe, le vino un<br />
sueño estando en la iglesia con los demás congregados.<br />
Al her<strong>mano</strong> Goyito alguno lo vio con los<br />
ojos cerrados sonriendo beatíficamente. Al her<strong>mano</strong><br />
Goyito los demás lo dejaron solo sentado en la iglesia. Al<br />
her<strong>mano</strong> Goyito le respetaron su dulce arrobamiento porque estaba<br />
recibiendo de seguro un men saje del Señor. El her<strong>mano</strong> Goyito<br />
siempre sonrien do, soñó con una gran copa dorada, una estrella<br />
con alas, una paloma volando, dos ramas verdes y un libro abierto.<br />
A Gregorio Bonilla, que nació aquí cerca por San Antonio en el<br />
cuarenta y siete y en el mes de mayo, uno lo encuentra tallando el<br />
púl pito que inaugurará las nuevas jornadas de fe en su iglesia de<br />
Quebrada Grande.<br />
—A mí me gusta el trabajo de carpintería desde siempre. Este púlpito<br />
que estoy tallando es un sueño que tuve. Yo estaba en la iglesia<br />
evangélica y de repente me vino como en un sueño y lo vi así clarito.<br />
Conforme lo vi, lo estoy haciendo. Yo soy creyente evangélico.<br />
Creo en los santos del cielo y no en los de la tierra que son puras<br />
imágenes. Este púlpito es para la iglesia de nosotros que levantamos<br />
entre todos los her<strong>mano</strong>s congregados. Uno se dedica con<br />
amor a Dios y eso se vuelve en que le sale a uno del corazón, amar a<br />
los demás. Debe ser por eso que yo nunca me pongo bravo; siempre<br />
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Goyito Bonilla<br />
estoy com prensivo y alegre. Mire ese letrero: en este hogar se prohíbe<br />
fumar, decir malas palabras y tener ma los modales. Eso, afuera<br />
de la casa ayuda mucho a todo el mundo.<br />
—Por los sueños me vienen las ideas. He <strong>hecho</strong> ramos de flores y<br />
figuras por los sueños, pero talla dos, no en bulto. A veces los aplico<br />
a los muebles que hago, a las sillas. Ahora hago de mi negocio esas<br />
silleticas chicas que las vendemos allá en la autopista y para afuera<br />
labro y tallo estilos colonia les para muebles corianos. Esos son <strong>hecho</strong>s<br />
en cardón para que ellos los ensamblen con los armados que<br />
fabrican por allá. En muebles yo hago lo que me pidan. Además de<br />
los muebles he trabajado de comercio con animales.<br />
—Con las tallas empecé hace mucho tiempo, mu chos años, con<br />
el señor Antonio Torres. Si me pon go a hacer cualquier cosa en<br />
un palo y me doy la imaginación de lo que estoy haciendo, lo hago<br />
igualito. La imaginación me viene cuando veo el palo.<br />
—Yo hago también de ver, cualquier figura que Ud. me mande. Si<br />
por ejemplo yo veo una estatua en Barquisimeto me la traigo en la<br />
mente, busco el palo, la tabla o la madera y me pongo a darle y dar le<br />
y se la hago igualita; porque tengo gracias a Dios esa propiedad que<br />
puedo ver y reproducir con el cuchillo.