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Laboramorio — Prevención de la violencia de género en la adolescencia<br />
2. La relación violenta<br />
n las relaciones de pareja, la violencia no irrumpe de modo súbito.<br />
La agresión aumenta en intensidad a lo largo del tiempo. Al hacerse<br />
crónica, crece su frecuencia y gravedad.<br />
En una primera etapa, la violencia es sutil y toma la forma de acoso<br />
moral o chantaje emocional. Atentados contra la identidad y autoestima<br />
de la víctima: el agresor la ridiculiza, ignora, no presta atención<br />
a lo que dice, se burla de sus opiniones e iniciativas. Al tiempo, la víctima<br />
alberga miedo al ridículo: se siente sola y débil. Con esta estrategia hostil, el agresor<br />
bloquea y paraliza la capacidad de respuesta de la víctima, su intelecto y voluntad.<br />
En una segunda etapa, aparece la violencia verbal: el agresor insulta y denigra a la víctima,<br />
critica su cuerpo, la ofende, le asigna sobrenombres ridículos y obscenos, la llama<br />
loca, desequilibrada, histérica. Aparecen las amenazas de agresión física: se menciona el<br />
asesinato y el suicidio. A juicio del agresor, la víctima es responsable de todo lo malo: del<br />
fracaso sentimental, del desorden vital, de la infelicidad. La víctima alberga un profundo<br />
sentimiento de culpa y pena que la aísla socialmente.<br />
Por último llega la agresión física y sexual: los bofetones, empujones y golpes. Puede<br />
ser que el agresor exija contactos sexuales con pretensiones de reconciliación. En estos<br />
casos, la relación violenta es crónica. La experiencia profesional demuestra que las<br />
agresiones se suceden cada vez con mayor rapidez hasta que la sensación de culpa del<br />
verdugo desaparece y la convivencia se torna una caída sin fin aparente.<br />
Las agresiones no son continuas. Se dan con carácter cíclico, alternadas con el arrepentimiento<br />
y el perdón. En origen, la tensión se acumula: sucesión de pequeños episodios,<br />
roces con progresión de la ansiedad y la hostilidad. Esta situación aboca a un episodio<br />
agudo: explosión violenta. Al fin el agresor solicita disculpas, volver a empezar, promete<br />
que nunca más volverá a ocurrir y ofrece esperanzas de renacer la relación. Con el tiempo,<br />
regresan los episodios de acumulación y el círculo se repite.<br />
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