07.03.2016 Views

libro-jovenes-cientificas

libro-jovenes-cientificas

libro-jovenes-cientificas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

La vida académica en general es muy dura. Hay mucha presión, una dura<br />

competencia por los fondos, una evaluación y crítica permanente; y en<br />

los procesos de publicación se da el rechazo de trabajos que tomaron<br />

años. Hay que ir generando un temple importante y mucha gente no<br />

aguanta la presión. La necesidad de dinero es el lado oscuro de la investigación,<br />

porque se está a merced de los fondos que se consigan. A diferencia<br />

de otros países donde hay un presupuesto basal fijo, en Uruguay<br />

el trabajo depende totalmente de fondos competitivos. Estas presiones<br />

son comunes tanto a varones como a mujeres científicas, pero nosotras<br />

tenemos también otras adicionales.<br />

Hay periodos que requieren mucha dedicación con plazos impostergables<br />

(como al escribir la tesis doctoral o las propuestas de investigación a fondos<br />

concursables) en que es difícil equilibrar la vida laboral con la personal.<br />

No es fácil explicar a la pareja, a la familia y a los amigos, que la vida<br />

académica impone mucha presión, y que no siempre se la puede evitar si<br />

se quiere seguir en esta profesión. En mi caso, trato de compaginar ambas<br />

facetas siendo muy consciente de esa presión y generando instancias para<br />

compartir “tiempo de calidad” con las personas importantes en mi vida.<br />

La presión en el mundo científico te lleva a ir postergando la maternidad,<br />

más que en otras áreas. En Dinamarca, por ejemplo, las mujeres pueden<br />

poner en su currículum la cantidad de hijos y detallan el tiempo que no<br />

produjeron científicamente por atenderlos. No son penalizadas. En cambio,<br />

en los países en desarrollo es diferente. Sin embargo, esa dificultad tiene<br />

mucho que ver con la forma en que se organiza el país, qué lugar tiene<br />

la mujer en ese territorio y cuánto se valora su trabajo. Si el sistema no te<br />

ofrece alternativas o herramientas, se está asumiendo que la mujer debe<br />

dejar de lado o minimizar su trabajo científico para atender a la familia.<br />

En el área científica, por esa competitividad y esa evaluación continua, las<br />

mujeres tienen un peso extra sobre su espalda, pues suelen encargarse en<br />

casa de los cuidados de los hijos, de los adultos mayores, de los enfermos.<br />

A las jóvenes científicas les aconsejo que “sigan su vocación”, trabajen mucho<br />

y sean independientes. En mi área de estudio tienen que aprender a<br />

cambiar un neumático, arreglar un equipo o manejar un bote. Las nuevas<br />

generaciones asumen que todo es más fácil, probablemente porque nos<br />

ven a nosotras (mujeres de mi generación ya establecidas) y se proyectan<br />

siguiendo un camino aparentemente sin problemas. Pero yo les recomiendo<br />

que se acostumbren a estar expuestas, a mostrar sus investigaciones<br />

públicamente, a trabajar en equipo, a construir sus propias redes,<br />

todo para ser más fuertes ante la competencia y ante el rechazo que es<br />

habitual en el proceso científico. En mi caso, soy científica porque pertenezco<br />

a una generación que apostaba al rol de la ciencia en el cambio<br />

cultural y social, y sigo convencida de ello.<br />

Mariana Meerhoff ganó en 2011 el premio<br />

L’Oréal-UNESCO por las Mujeres en la Ciencia.<br />

Si quieres saber más acerca de cómo<br />

convertirte en un experto, utiliza el código<br />

QR para leer lo que los profesionales<br />

tienen por ofrecerte.<br />

Descubre más en:<br />

Jóvenes científicas: Un futuro brillante para las Américas<br />

41

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!