LIBRO-DE-ORO-CIDERE-BIOBIO-50-AÑOS-2015

Pedro Ramírez, ex presidente de Cidere y director honorario
“Cidere sigue marcando un punto
importante con el desarrollo de la Región”
Director honorario de Cidere
Biobio desde julio de 2012, Pedro
Ramírez Glade fue presidente
de la Corporación en dos
períodos (2002-2003) y (2007-2010). Relata
que supo de la existencia de Cidere en
la década de los años sesenta y que posteriormente
fue conociendo su labor hasta
integrar por primera vez el directorio,
cuando se desempeñaba como gerente
de la Asociación Chilena de Seguridad.
“Me propusieron ser director y salí elegido.
En ese momento, Claudio Lapostól
era presidente y Juan Raffo era el gerente
general. Así, he estado por más de 20
años vinculado a la Corporación y tuve la
oportunidad de conocer proyectos muy
interesantes”, recuerda el actual Decano
de la Facultad de Ingeniería y Tecnología
de la Universidad San Sebastián.
Al momento de destacar algún proyecto
significativo durante sus dos periodos
como presidente, Pedro Ramírez apunta
al cultivo de la Stevia como uno de ellos.
“La semilla de esta dulce hierba la trajimos
desde Paraguay y se sembró en tres
lugares de la Región para probar clima,
temperatura y suelo, para ver donde se
producía mejor. El Liceo Nueva Zelanda
en Santa Juana fue uno de ellos. Lo interesante
es que uno de los estudiantes de
ese establecimiento continuó con el cultivo
una vez egresado y obtuvo esta hierba
como infusión”.
Hoy en día, agrega, “la Stevia es muy
comúnenChile,entregadulzorenforma
bastante más elaborada y concentrada.
Fue un proyecto muy provechoso e incluso
en la zona del valle central y también
hacia la cordillera aún hay gente que la
sigue produciendo y la usa como infusión
a través de esta hoja”.
Otra de las iniciativas de Cidere que le
llaman la atención son las capacitaciones.
“Cuando Juan Raffo era el gerente,
fuimos a ver un proyecto a Curanilahue,
que consistía en enseñar a familias a cultivar
hortalizas y a criar caprinos. Fue
muy interesante ver todo ese proceso y la
evolución del proyecto. Las familias pudieron
criar, comercializar y obtener leche
de esos animales, además de todas
las hortalizas producidas. Tenían para alimentarse
y comercializar, vendiendo sus
productos en Curanilahue. La clave de
esa iniciativa, así como tantas, es que Cidere
le hizo un seguimiento; por ejemplo,
el proyecto terminaba en marzo, pero
después continuábamos visitando a la familia
con el propósito de que este ingreso
se mantuviera en el tiempo”, detalla.
Otro caso destacable en el área de capacitaciones,
recuerda Pedro Ramírez, es
el de un ex trabajador de ENACAR que vivía
en el valle de Colcura en una casa que
le había dado la empresa, en un lugar
donde había una toma de agua, casi en
los faldeos de la cordillera de Nahuelbuta.
“A esta persona se le capacitó para
que cultivara hortalizas que luego vendía
en la feria de Lota. Al poco tiempo, fue
destacado como un microemprendedor y
gracias a esta iniciativa pudo educar a sus
hijos. Años después, lo invitamos a contar
su experiencia a una asamblea de Cidere
y viajó junto una de sus hijas que era
enfermera universitaria, carrera que pudo
financiar gracias a esta capacitación
quelollevóaemprenderyaobtenersus
ingresos en forma independiente”.
Para Ramírez, el proyecto de capacitación
de conserjes de edificios también fue
significativo. “Se les preparó en la calidad
del servicio que debían entregar, en caso
de emergencia de fugas de agua o gas,
entre otras habilidades”.
HITOS REGIONALES
A su juicio, el cultivo y exportación de
caracoles también marcó un hito en la
historia de Cidere. “Fueron proyectos que
se hicieron con Fernando Pettinelli. Se recolectaron
caracoles que se producían en
Florida y se invitó a producir a otras personas.
Pettinelli los producía y luego los
recolectaba para prepararlos y enviarlos
a Europa. Durante ese tiempo fue un proyecto
bastante exitoso. Eran productos
de la Región que se consumían en España
y también en Francia. Uno de los mé-
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