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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
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Las voces de la Otredad
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
GONZALO HUGO VALLEJO ARCILA
2016
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Las voces de la Otredad
Las Voces de la Otredad
Pedagogía del conflicto y cultura de paz
Textos
Gonzalo Hugo Vallejo Arcila
e – mail gonzalohugova@hotmail.com
Corrección de estilo
Luz Stella Portilla Flórez
Asesoría editorial
SEI S.A.S.
Editor
Gonzalo Hugo Vallejo Arcila
Diseño y diagramación
William Vinasco Parra / Diseñador Gráfico
williamvinascoparra@yahoo.com
Ilustraciones y Photoshop
William Vinasco Parra
Camilo Andrés Solarte
Producción y gerencia del proyecto
José Didier Montoya Hernández
Cel. 310 470 7847
seisasper@gmail.com
SEI S.A.S.
Impresión y Acabados
Optigraf
Pereira, mayo de 2016
ISBN
Copyright
Gonzalo Hugo Vallejo Arcila
No. de páginas 570
Todos los derechos reservados conforme a la Ley 2016.
Prohibida su reproducción total y/o parcial sin autorización
expresa del autor.
Impreso en Colombia
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
GONZALO HUGO VALLEJO ARCILA
Pereira, Colombia, 2016
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Las voces de la Otredad
“No privé al indigente de su subsistencia. No cometí actos execrados por
los dioses. No permití que un servidor fuese maltratado por su amo. No
hice sufrir a nadie (…). No hice llorar a los hombres, mis semejantes. No
maté ni mandé matar”.
“El libro de los muertos”, Confesión del difunto. Egipto, 1.550 A. C.
“Toda la sabiduría consiste en perfeccionarse a sí mismo y amar a los
demás como a sí mismo”.
Aforismo chino, siglo VI A. C.
“El buen ciudadano es aquel que no puede tolerar en su patria un poder
que pretenda hacerse superior a sus leyes”.
Marco Tulio Cicerón (107 – 43 A. C.), filósofo romano.
“En la práctica de la tolerancia nuestro enemigo es el mejor maestro”.
Tenzin Gyatso, “Dalai Lama”, líder espiritual tibetano.
Cuando entendamos por fin que hay otra forma de ver y sentir el mundo
y la condición humana, quizás ese día comprenderemos la importancia
y el significado de la palabra tolerancia.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
El ejercicio crítico de la tolerancia por el cual se aceptan, valoran y
respetan las diferencias, constituye la única forma de convivencia que
permite la cohesión social y la construcción de un proyecto educativo
comunitario, ético-político y pluralista.
Se hace imprescindible en nuestras instituciones y comunidades
educativas la práctica de una cultura de la tolerancia frente al disidente,
al que discrepa; frente al “raro”, al distinto; frente a las fortalezas y
debilidades humanas que han nacido en el mundo de la otredad y se
alimentan de la excepcionalidad.
Contribuimos, de manera activa y decidida, a la construcción de una
cultura de paz y de convivencia urgentemente demandada por las
comunidades de nuestra nación, sacudidas por la ola de violencia y dolor
que las aflige.
Nos reconocemos en la sed de muerte que nos embarga y que debe ser
saciada por el amor a la vida.
POR UNA NUEVA CULTURA DE LA TOLERANCIA
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Las voces de la Otredad
Dedicado a todos aquellos que educan para la vida y la libertad; para
el ejercicio del derecho a la utopía y al amor; para la convivencia,
la solidaridad y la tolerancia; para el reconocimiento y la autoregulación
en medio de la divergencia, el disenso, el riesgo, la duda y la
incertidumbre; para la valoración de nuestro pluralismo y diversidad
en el marco del respeto por las diferencias y la otredad; para el afecto,
la ternura y la gestión emocional; para la proactividad, la sinergia y la
resiliencia; para el liderazgo, la ecoeficiencia y la creatividad; para la
entronización de una pedagogía del conflicto y una cultura de paz …
En un mundo globalizado y en permanente transformación, dedicamos
este cuaderno pedagógico a todos aquellos que creen en la posibilidad
de construir, desde este aquí y este ahora, un planeta más pacífico y
tolerante, una patria más justa y democrática, una ciudad – región más
incluyente y pluralista.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
PROCLAMA
Saber vivir con la diversidad es uno de los mayores retos de las comunidades en las
que están creciendo nuestros niños. En un mundo en el que las diversas culturas
entran en contacto y se entremezclan cada vez más, enseñar los valores y aptitudes
necesarios para “aprender a vivir juntos”, se ha convertido en una cuestión
prioritaria para la educación.
Hacemos un llamamiento a los jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo, a
los ministros y altos funcionarios responsables de la educación en todos sus grados,
a los alcaldes de todas las ciudades, pueblos y aldeas, a los maestros, comunidades
religiosas, periodistas y padres para que hagan posible:
Educar a nuestros niños y jóvenes con un espíritu abierto y comprensivo hacia los
demás, valorador de la diversidad histórica y cultural y de la común condición
humana.
Enseñar y aprender con fundamento en la necesidad de renunciar a la violencia y de
adoptar medios pacíficos para resolver los litigios y conflictos.
Suscitar en las nuevas generaciones sentimientos de altruismo, apertura, respeto
hacia el otro, solidaridad y participación, basado todo ello en la identidad propia y
en la capacidad de reconocer que hay muchas maneras de ser humano en diferentes
contextos culturales y sociales.
Renovar el sentido de la palabra “tolerancia” y entender que nuestra capacidad para
valorar a todos los seres humanos es la base fundamental para la construcción de
una ética de la paz, de la seguridad y del diálogo intercultural.
Comprender que el futuro de la paz sólida y duradera dependerá de nuestras acciones
y gestos cotidianos.
Implementar en nuestras comunidades educativas, en nuestros hogares y puestos
de trabajo programas y proyectos educativos de vida basados en el respeto y la
tolerancia.
UNESCO. Museo de la tolerancia Beit-Hashoah, los Angeles, 1993.
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Las voces de la Otredad
PREPARATIVOS DE VIAJE
PRESENTACIÓN
PREFACIO
INTRODUCCIÓN
JUSTIFICACIÓN
SEMBLANZA
IMAGINARIOS
COMPROMISOS
LÍNEAS DE ACCIÓN
CULTURA DE PAZ, UTOPÍA
Y REALIDAD
DESENTRAÑANDO EL SENTIDO
DEL CONFLICTO
PEDAGOGÍA DEL CONFLICTO
Y CULTURA DE PAZ
LA ESCUELA COMO ESCENARIO
DE PAZ Y CONVIVENCIA
SUN TZU. EL ARTE DE LA GUERRA
COMO ESTRATEGIA DE PAZ.
SEMILLERO SUNTZIANO.
UN SAFARI MENTAL
PROPÓSITOS DE UNA CULTURA
DE PAZ
INTERACCIONES PEDAGÓGICAS.
LA CRITICIDAD Y LA CREATIVIDAD
COMO ESTRATEGIAS PEDAGÓGICAS
ABIERTAS A LA DIVERSIDAD
LA CIUDADANÍA COMO PRAXIS
DE VIDA PROTOCOLOS CIUDADANOS
ILUSTRACIÓN
UNA CARTA MEMORABLE
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
LAS VOCES DE LA OTREDAD
PEDAGOGÍA DEL CONFLICTO Y CULTURA DE PAZ
PRESENTACIÓN
CULTURA DE PAZ, UTOPÍA Y REALIDAD
Por Cultura de Paz entendemos un conjunto de principios, valores,
actitudes, hechos y acciones que propugnan por el respeto a la vida y la
dignidad del ser humano, el rechazo a la violencia en todas sus formas, la
defensa de los derechos humanos y la exhortación al diálogo, la tolerancia y
la comprensión entre las personas, los grupos y las naciones. La Declaración
y el Programa de Acción sobre una Cultura de Paz (ONU, 1999, Resolución
A/53/243), identifica los ámbitos de acción y desempeño de los actores
inmersos en el conflicto tanto a nivel local como nacional e internacional.
A través de una Cultura de Paz se busca promover el desarrollo
económico y social entronizando una verdadera cultura de la sostenibilidad y
la competitividad a través de acciones que propendan por la reducción de las
desigualdades económicas y sociales, la erradicación de la pobreza, el logro
de altos estándares en áreas temáticas tales como seguridad alimentaria,
justicia social, atención a grupos vulnerables de género, minorías étnicas,
religiosas o sexuales y poblaciones con necesidades especiales.
Las actividades que se desarrollarían en el marco institucional y
organizacional de una Cultura de Paz son, entre otras: construcción colectiva
de nuevos lineamientos curriculares sobre planes de estudio; promoción de
valores y principios actitudinales y autoestimativos (proactividad, solidaridad
y resiliencia); impulso al pensamiento crítico, innovador, prospectivo y
sinérgico; búsqueda de consensos divergentes; defensa y proclamación del
respeto por la diversidad biológica y cultural, la justicia restaurativa y la
otredad…
Apoyo a la eliminación de toda forma de discriminación o exclusión;
fomento de la cultura de la legalidad, la convivencia ciudadana y una ética
de lo público; promoción del diálogo generacional e intercultural; fomento
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Las voces de la Otredad
del liderazgo, emprendimiento, comunicación participativa; libre circulación
de la información y el conocimiento; implementación de programas y
proyectos de desarrollo humano y democracia; impulso a programas socioambientales,
desarme ciudadano, pactos de vecindad y solución pacífica de
conflictos.
No hay salidas si no damos comienzo a una verdadera revolución
educativa orientada al ser y al hacer convivencial y pacífico, mediada por
una pedagogía del conflicto. El texto inmemorial de Estanislao Zuleta se
vuelve cada vez más reiterativo y concluyente: “Una sociedad mejor es una
sociedad capaz de tener mejores conflictos, de conocerlos y de contenerlos.
De vivir, no a pesar de ellos, sino productiva e inteligentemente en ellos
(…). Sólo un pueblo escéptico sobre la fiesta de la guerra y maduro para el
conflicto, es un pueblo maduro para la paz”.
“La educación no es la respuesta a la pregunta -dice el profesor de
la universidad de Chicago William Allin-, es el medio para encontrar la
respuesta”. Es de esta manera cómo comenzamos a autorregular tendencias
hegemónicas, violentas y autocráticas y damos paso a relaciones más
democráticas y heterárquicas. Comencemos pues, por honrar, respetar
y dignificar a nuestros maestros. “Distinguirlos y enaltecerlos es un paso
de siete leguas hacia una verdadera paz”, afirmaba García Márquez en la
entrega del premio Compartir en 1999.
Tolerancia (español) – Tolérance (francés) - Tolerance (inglés) – Kuan rong (chino) –
Tasamuh (árabe) – Tolerantnos, Terpimost (ruso).
Capacidad de aceptar ideas u opiniones distintas de las propias.
Facultad de ser condescendiente e indulgente con algo o alguien.
Actitud de admitir en otros, maneras de pensar o de actuar.
Disposición a ser generoso y compasivo con los demás.
permisividad – perdón – benevolencia – clemencia – piedad – transigencia –
aguante – respeto – consideración – permiso – anuencia – conformidad – paciencia
– resignación – misericordia – condonación – afloje – dispensa – acatamiento
– piedad – deferencia – absolución – benignidad – bondad – merced – concesión –
licencia – alteridad – apertura – comprensión
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PREFACIO
DESENTRAÑANDO EL SENTIDO DEL CONFLICTO
En menos de cincuenta años, nuestras ciudades albergarán cerca del
85% de la población total y el conflicto urbano suscitado en aquel entonces,
demandará medidas radicales, quizás un poco tardías en materia de
desarrollo urbano y humano. 30 millones de personas (Alrededor del 70% de
la población colombiana), está en condiciones de pobreza y alrededor de 7
millones de ellas están en situación de miseria. Es, precisamente, este ejército
de hombres y mujeres sumidos en la desesperanza y en el desarraigo, el que
está construyendo la ciudad informal del siglo XXI desde las dimensiones
antitéticas del desarrollo humano.
Las errátiles políticas económicas y sociales han generado un período
de inestabilidad y crisis en América latina Esto ha acelerado dinámicas de
pauperización, lumpenización y descomposición social, lo que a su vez ha
influido en los procesos de desarraigo y desplazamiento, generando todo
ello una profundización en el conflicto interno con su estela de muerte,
destrucción, violencia y miseria. El escenario donde se desarrollan estos
dramáticos acontecimientos lo han denominado países del “tercer mundo”,
expresión creada por demógrafo francés Alfred Sauvy en 1952 para referirse
a las naciones de Asia y África que comenzaban a independizarse de las
potencias coloniales europeas al terminar la Segunda Guerra Mundial.
El deterioro del desarrollo humano regional se traduce en un
incremento de la violencia, particularmente en la forma de confrontación
armada, atribuible todo ello a la crisis económico – social existente. La
siembra de cultivos ilícitos alternados con el café se torna tentadora en una
población rural empobrecida. La presencia del narcotráfico y el espejismo
de una vida cómoda y fácil a como dé lugar son, a su vez, el caldo de cultivo
para la puesta en escena de argumentos y acciones violentas protagonizadas
por los distintos actores que forman parte de nuestra cotidianidad conflictiva.
Estas circunstancias han derivado en una serie de situaciones tales
como: incremento de las acciones bélicas; alarmantes cifras de homicidios
y lesiones personales con su consecuencial desplazamiento; redistribución
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Las voces de la Otredad
demográfica expresada en el despoblamiento del campo y de muchos
municipios y del repoblamiento de las ciudades capitales que se constituyen
en polos de migrantes que buscan mejores condiciones de vida; control del
territorio y de las personas por grupos al margen de la ley; bloqueo de la
acción institucional y de los sistemas legales de regulación social; ampliación
de la pobreza y de las desigualdades.
Las enormes y crecientes injusticias y desigualdades sociales que
genera el sistema económico - social predominante, el cual se traduce
en procesos de desintegración de la convivencia social, problemáticas
que se prolongan en el tiempo y el espacio sin una solución apropiada,
ingobernabilidad y desafección ciudadana, acentuada delincuencia y una
corrupción desbordada. Una economía solidaria y emprendedora quizás sería
una forma justa, humana e incluyente de organización social y comunitaria
que traería consigo el crecimiento personal y comunitario, contribuyendo así
y de una manera eficaz a la superación de los graves problemas que impactan
negativamente a nuestras comunidades.
Todos estamos convencidos de que vivimos una crisis de valores
caracterizada por un proceso de abandono o deterioro de idearios éticos y
morales que afecta a todos los sectores de la sociedad. El impacto se siente
en las familias, los vecindarios, los barrios, las comunidades veredales,
citadinas y regionales. El rescate de nuestros principios y valores debe ser
nuestro objetivo y, todos sabemos, no será una labor fácil. Debemos formular
proyectos de desarrollo humano, realizar planes y programas tendientes a
reflexionar, vivenciar y reconstruir el tejido social, emocional y axiológico.
Éste es un imperativo categórico de los nuevos tiempos, si queremos dejar
una sociedad más afable y grata a nuestros hijos.
Entendemos la diversidad como un laboratorio de innovación
eco-social donde se recrean y se reconfiguran, de manera permanente,
escenarios, conceptos, vivencias y actitudes propias del ámbito de la otredad
y que son el fundamento del bienestar ciudadano. Sólo así veremos nacer
la ciudad diversa como categoría que articula las relaciones de sentido
ecológicas, políticas, culturales y tecnológicas y potencializa y redensifica
las proximidades entre los habitantes de la ciudad con el fin de mejorar el
clima convivencial y buscar formas más humanas de abordar y resolver los
conflictos cotidianos. Sólo así podremos construir relaciones más orgánicas,
funcionales, sostenibles y ecoeficientes.
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Erigimos un marco constitucional para facilitar el paso de la nación
colombiana hacia la consolidación de relaciones políticas y sociales más
democráticas. Allí se definió la naturaleza del Estado como un ordenamiento
institucional defensor de derechos individuales y colectivos, promotor de la
participación ciudadana y la autonomía de los sectores sociales, respetuoso
de la diversidad y la heterogeneidad étnica y cultural y adalid de la solución
pacífica de los conflictos… un ordenamiento legal donde unas reglas de
juego bien definidas garantizan el gran pacto social que pretende refundar el
Estado y recuperar la credibilidad en él.
La tolerancia es un camino, una opción vital, una alternativa para el
respeto y la debida consideración a las expresiones y prácticas de los demás,
aun cuando no sean acordes con las expresiones y las prácticas socioculturales
de nuestra gente. La tolerancia posibilita el consenso y el ejercicio de una
auténtica praxis intercultural, democrática, participativa, pluralista y justa.
Esta propuesta se expresa en una convocatoria donde se invita iniciar el
proceso de elaboración de un proyecto ético y social que propenda a partir
de la entronización de una pedagogía del conflicto, por la creación de una
nueva cultura asuntiva y preventiva que permita la construcción de nuevos
escenarios para la convivencia, la paz y la democracia en nuestro país.
Debemos hacer anclajes emocionales evitando las trampas del miedo,
sanando nuestra memoria fracturada y emplazando al dolor sin buscar sustitutos
que actúen como parches anestésicos. El dolor es inexorable pero el sufrimiento es
optativo. El dolor nos humaniza, nos dignifica. El sufrimiento nos constriñe, nos
resiente y contraría… No hay que aprender a sufrir, hay que aprender a convivir con
el dolor, reconocerlo, aceptarlo y comprenderlo para poder trascenderlo.
CREEMOS EN LA POSIBILIDAD EDUCATIVA DE CONSTRUIR UNA
VERDADERA CULTURA DE PAZ, TOLERANCIA Y DEMOCRACIA
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Las voces de la Otredad
INTRODUCCIÓN
PEDAGOGÍA DEL CONFLICTO
Y CULTURA DE PAZ
La palabra conflicto, tiene su origen en la voz latina “conflictus”,
derivada, a su vez, del verbo “confligere” que significa chocar.
Etimológicamente entenderíamos por “conflicto” desacuerdo, colisión,
enfrentamiento, pugna, disputa, controversia. La palabra griega “eirene”
representaba algo más que ausencia de guerra: la posibilidad de que afloraran
mejores cualidades ciudadanas. El término Pax era usado por los romanos
para designar un período entre guerras. La palabra sánscrita shanti viene de
la sílaba-raiz sham que significa paz. El shanti de los hindúes, el salam árabe
y el shalom judío significan “La paz sea contigo”.
El conflicto puede verse como una violenta competencia o como
una realidad integral, armónica y complementaria lejos de nuestra lógica
occidental polarizante, trágica y fragmentaria que no acepta el cambio como
algo permanente, natural, inexorable y apremiante en el devenir propio de
nuestra vida sometida a los avatares, tensiones y decisiones propios de un
mundo personal y social, variable, complejo y contingente.
La resolución de un conflicto parte del “hecho actitudinal” de asumir
la cuota de responsabilidad que tenemos en él. Cuestionar nuestras propias
actitudes y abrirnos a un nuevo modo de vernos o de que nos vean en otros
escenarios de nuestra vida cotidiana, puede resultar más beneficioso que
sentarnos a esperar que algo o alguien cambien, o sumirnos en lamentos
frente lo que no es posible modificar. El conflicto persiste y no se cualifica
porque no hemos ahondado en él. Surge entonces el dilema: seguir adelante
en la persecución de un resultado concreto, o dejarlo y desistir.
La manera en que afrontamos este “cruce de caminos” es
fundamental en la vivencia pedagógica del conflicto, porque éste seguirá
existiendo y es inevitable. Se hace necesario que nos reconozcamos en
el conflicto y lo aceptemos como algo connatural y cultural a nosotros
para lograr trascenderlo y no sumirnos en un mare nostrum permanente,
problematizador y trágico, agitado por turbulentas olas cargadas de traumas,
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ansiedades, miedos, angustias, heridas psicológicas producto de ese conflicto
irresoluto e intrascendente que hemos vivido con nosotros mismos y con el
mundo.
La nación sigue postrada en una violencia cada vez más cruda y
con nuevos y más complejos problemas sociales. La densidad poblacional
urbana ha aumentado en cifras alarmantes, fenómeno que se debe al éxodo
de las zonas rurales de personas que, atraídos por el espejismo del desarrollo
citadino, buscan en/desde los cinturones de miseria una oportunidad de
mejorar su nivel de vida a través del rebusque callejero (empleo disfrazado,
subempleo, microtráfico). Ese desplazamiento forzoso ha aumentado los
índices de hacinamiento, marginalidad, pobreza, exclusión y “analfabetismo
cívico” y reproduce aún más las condiciones de violencia, inseguridad e
intolerancia en nuestras ciudades.
Día a día se agudizan más los conflictos en Colombia y no nos hemos
detenido a analizar las verdaderas causas que originaron nuestra centenaria,
cruenta y absurda confrontación bélica, que hoy sobrecoge a todos.
Necesitamos forjar una conciencia crítica y solidaria a fin de lograr algún
día una paz consistente y duradera que sea un derecho inalienable y no “la
dolorosa paz de los sepulcros”. La pedagogía del conflicto se constituye en
el eje central de una propuesta de educación ciudadana que busca sustituir y
restarle efecto a las didácticas del miedo impulsadas por los violentos.
A través del conflicto como sofisma ideológico, se han forjado
estrategias políticas oprobiosas de violencia, herramientas letales de
depredación y muerte al mismo tiempo que se han expedido piadosas y
vehementes declaraciones de paz y convivencia. Las nuevas generaciones
nacerán en un mundo turbulento, fratricida tóxico, respirando el aire
contaminado que sale de “calderas éticas antediluvianas”. Esos seres
irrumpirán en el mundo maldiciendo a aquellos criminales que sembraron
en un pasado lleno de horror y desencanto la cultura de la depredación y la
violencia.
Una pedagogía del conflicto en el marco de una cultura de paz está
obligada a rasgar el velo de los fundamentalismos; reconocernos como seres
violentos e intolerantes; identificar los efectos nefastos y devastadores de
la violencia sobre la autoestima, la dignidad y la afectividad; internalizar y
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relativizar principios y valores; no dejarse obnubilar por el espejismo de las
palabras; incitar y convocar a líderes y gestores comunitarios comprometidos
con el cambio, la justicia social y la democracia, a movilizarse para crear
territorios de paz y de convivencia donde sea posible una ética por la vida
incluyente que recree y unifique criterios identitarios en la diversidad y desde
las subjetividades.
El reconocimiento de la diversidad y el respeto por las diferencias
deben ser expresiones transversalizadoras de esa dimensión curricular,
vivencial y actitudinal, marco triangular que delinea el contorno de nuestra
vida social y perfila la intencionalidad de desenmascarar el rostro polifacético
de la violencia y optar por un mundo más equitativo, libre, justo y fraterno
en donde las heridas del salvajismo y de la barbarie comienzan a sanar lejos
del olvido, la desmemoria intencional, la impunidad y la indiferencia..
La confluencia de una pedagogía del conflicto y una cultura de paz,
permite a unos ciudadanos desarmados, fortalecidos por sus tradiciones y
vivencias ético-familiares y comunitarias y su firme determinación de no
estar dispuestos bajo ninguna razón o circunstancia a entrar en la dinámica
de la guerra; prestos a posicionarse como protagonistas de la democracia
participativa y a través de la movilización, la indignación ciudadana, la
censura moral, la ira y la desobediencia civiles, exigen el restablecimiento de
la memoria, el castigo por el daño causado, respeto y cabal cumplimiento
de acuerdos y compromisos y el fin del discurso guerrerista a los actores del
conflicto.
Una pedagogía del conflicto inmersa en una cultura de paz, se
enmarca en una dimensión de respeto a la vida y la dignidad humana, al buen
gobierno y a la libertad. Debe convertirse en una vivencia consuetudinaria
que nos compromete a todos en la construcción del sentido ético de lo público
para validar nuevas formas contractuales de comunicación e interacción
sociales. La seguridad ciudadana se concibe así, como el ámbito actitudinal
y convivencial donde prima la resolución pacífica, consensual y divergente
del conflicto como eje dinámico de un derecho social en permanente
construcción.
Este ejercicio pedagógico reitera el imperativo de los nuevos tiempos
de crear un paradigma educativo incluyente y multicultural que reconstruya
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
nuestra rica identidad desde, en y para la diversidad, orgullosa de su mestizaje
cultural: tradiciones, costumbres, saberes ancestrales, cosmovisiones
milenarias y telúricas, idearios y futuribles tan necesarios para ese sueño
kantiano de paz y hermandad planetarias… Un ideal educativo apasionado,
sociovital, racio-emocional y entusiasta que comparta, integre, enriquezca,
evoque y defienda una edad feliz y sin fin: el de la eterna niñez.
Una pedagogía del conflicto transversalizadora de una cultura de paz,
permite que declaremos nuestro compromiso permanente e incondicional
con la no-violencia, la convivencia y la cooperación. Este pacto permitiría
la elaboración de códigos y señales signados por el diálogo, la tolerancia, el
respeto y la comprensión, el fortalecimiento de nuestra formación integral y
la creación de sinergias en pro de la construcción de yoes bio-pisco-sociales
singulares y colectivos.
Una pedagogía del conflicto circunscrita en una cultura de paz parte
de la creencia en una nación solidaria que comparte una memoria, un
territorio y unos saberes originales y de la urgente tarea de refundar un país
como el nuestro. En palabras de William Ospina, es “emprender una gran
expedición por el olvido, pronunciar un conjuro contra la venganza desde
las encrucijadas de nuestro territorio en peligro, vivir una original aventura
estética, mirando la naturaleza equinoccial, las ciudades nacidas del cruce
de la modernidad con la guerra y explorando las riquezas del mestizaje, para
encontrarnos por fin con el rostro y con los lenguajes que definen nuestro
lugar en el planeta”.
Una verdadera pedagogía del conflicto lleva implícita la crítica
propositiva, la reflexión y la acción esperanzada todo ello con el fin de
construir vínculos sociales y abrir espacios vitales personales y colectivos
y un estado de confianza compartido en que habrá verdad y justicia y se
repararán los daños causados por la guerra… Es creer que Colombia saldrá
de la barbarie de la guerra.
Frente al pesimismo y la frustración que hoy acongoja a hombres y
mujeres sin distingos de raza, clase social o condición, una pedagogía del
conflicto levanta su voz esperanzada, convencida de que los nuevos tiempos
traerán propósitos y realizaciones de bienestar humano, comunicación,
convivencia, tolerancia y solidaridad. Convencida también del “valor de las
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Las voces de la Otredad
pequeñas cosas” y de que la utopía de la paz no es un imposible categórico,
una pedagogía del conflicto invita a compartir imaginarios de vida personales
y comunitarios.
“(...) Sin refllexión no hay acumulación histórica y la ‘pedagogía crítica’ apela a la
historia para descubrir en ella los pedazos de los discursos que han sido acallados,
para abrir las compuertas y dejar que brote lo aún decible; pero no se niega a
enseñar. Ha comprendido que la exacerbación del espontaneísmo niega al oprimido
la posibilidad de adquirir la cultura del opresor. Que la reflexión es un arma política
y la deconstrucción una posición de lucha”.
Adriana Puigróss. “Introducción al texto “Pedagogía crítica, resistencia cultural y la
producción del deseo de Peter McLaren”, 1994.
Creer en uno mismo y valorarse; creer en la gente y valorarla; reconocernos diferentes
e iguales en el conflicto; simplificar las absurdas y enajenantes complejidades de
nuestra cotidianidad que nos violentan y dividen; orientar y estimular más que
liderar y administrar talentos; soñar, inspirar y compartir nuestros imaginarios
ciudadanos; escucharse y escuchar desde el respetuoso mundo de la otredad; renovar
los pactos de convivencia y vecindad; arriesgarse y confiar en el otro; no contentarse
con poco y con nada; usar el sentido común, la intuición, la percepción y todas
las bondades que nos brinda al inteligencia emocional más allá de nuestra vana
racionalidad; rediseñar nuestra hoja de ruta con su carga de futuribles... Todo ello
nos permitirá desarrollar las competencias necesarias para ser un buen ciudadano
y contribuir así, a la entronización de una pedagogía del conflicto y una cultura de
paz.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
JUSTIFICACIÓN
LA ESCUELA COMO ESCENARIO DE PAZ Y
CONVIVENCIA
“La escuela debe construir, de manera explícita e intencional, una propuesta
que posibilite el desarrollo de una moral cívica sustentada en el ejercicio de la
democracia, los derechos humanos y la paz, a la vez que promocione la formación de
la autonomía y de la responsabilidad moral de sus miembros”.
“Declaración de Mérida”. VII Conferencia Iberoamericana de Educación. La
educación y los valores éticos de la Democracia. OEI, Diciembre de 1997.
Si miramos la Cultura y la Educación como formas de convivencia,
elementos determinantes y expresiones vitales de una sociedad en permanente
transformación, movidos a través de valores, pensamientos, sentimientos y
aprendizajes, entenderemos por qué debemos trabajar vehementemente en el
indeclinable propósito de instaurar una pedagogía del conflicto y una cultura
de paz y convivencia que rechace las prácticas violentas y excluyentes en las
cuales participamos todos, ya sea como agentes propiciadores, espectadores
silenciosos e indiferentes o como víctimas inermes.
Los derechos humanos son, por un lado, una disciplina académica, un
campo del conocimiento con un saber que le es propio (códigos, convenciones,
pactos nacionales e internacionales, Constitución política, historia y filosofía
de los derechos humanos, etc.). Por otro lado, son una postura ética, una
posible manera de vivir, de concebir el mundo, de relacionarse con los demás,
que tiene como eje fundamental la dignidad humana y como horizonte de
sentido la convivencia democrática.
Dadas las condiciones de deterioro y violación de los valores y los
derechos humanos, es indispensable proponer un proyecto de desarrollo
cultural y pedagógico alternativos que cuestionen las ideas de “progreso”,
“desarrollo”, “aprendizaje” y “convivencia”. Un proyecto que nos hable
de un nuevo clima escolar democrático y de la necesidad de promover una
reflexión en torno a la ética escolar y la convivencia humana, motivados por
la convicción y el reconocimiento de la apremiante necesidad en Colombia
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Las voces de la Otredad
de contribuir en la construcción de una conciencia cívica y ciudadana como
condición indispensable para la consolidación de procesos pluralistas,
interactivos y participativos.
La construcción de un espacio educativo donde haya un cruce de
caminos entre lo pedagógico y lo ético, es decir, un escenario regido por
principios morales universales, consensualmente aceptados es, tal vez, la
condición necesaria para hacer, desde el ámbito de lo educativo, un aporte
real a la construcción de un mundo más justo y libre, de una sociedad
democrática y participativa que rija su comportamiento individual y social
por dichos principios no sometidos a degradación alguna por caprichos e
intereses locales, foráneos y/o minoritarios.
Hablamos entonces de la necesidad de convertir la escuela en un
escenario de paz y convivencia. La escuela como institución socializadora
por excelencia, debe constituirse en un escenario de construcción ética en
la que se forman sujetos morales capaces de soñar un proyecto asuntivo de
humanidad y de orientar su vida hacia la construcción histórica y local de
dicho proyecto universal.
¿Cuáles son entonces nuestros propósitos sobre la institución escolar
al pensarla desde la perspectiva de la paz y el respeto por los derechos
humanos?
Hacer de la escuela un escenario donde necesitamos crear, promover
y resignificar interacciones cotidianas reguladas por principios universales
en escenarios de consenso; potenciadoras del espíritu crítico, de la vivencia
en la diversidad, de la justicia, de la libertad, del respeto, de la solidaridad,
de la tolerancia activa, del amor a la vida de sí mismo y de los otros…
Un lugar donde se implementen y se jalonen procesos orientados
al fortalecimiento de la autonomía moral que permitan la construcción
de un proyecto ético-antropológico de hombres y mujeres autónomos y
de comunidades educativas en las cuales sus miembros puedan desplegar
su sentido de humanidad; seres humanos, sujetos históricos cargados de
eticidad suficiente para lograr que en su ciudades – región haya paz, justicia,
equidad, libertad y donde la dignidad humana deje de ser una quimera y
sea la leit motiv consuetudinaria que motiva la construcción de un nuevo
programa de vida.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Esto se logra si hacemos de la escuela un escenario en donde se reconoce
como legítima necesidad, el propiciar acciones orientadas a dignificar la
tarea del maestro y la maestra, de manera que puedan descubrirse como
sujetos éticos y puedan hacerse responsables del resultado de su acción
pedagógica. Para ello, el maestro (a) necesita, además de unas condiciones
socioeconómicas y laborales óptimas, una formación ética y profesional que
le permita desarrollar aprendizajes significativos en torno a la formación
de valores personales y en relación con sus alumnos (as), el entorno
problemático que lo circunvala, lo involucra y compromete.
Esto se logra si hacemos de la escuela un escenario en donde se
forme para el respeto activo y funcional frente a diversos puntos de vista
en torno a sí mismo, al otro, a la sociedad; en el respeto a la diferencia, a la
pluralidad, a la divergencia y ante la posibilidad de compartir programas y
proyectos de vida orientados hacia el bien común. Un escenario en donde se
implementen procesos de construcción de paz como posibilidad de realizar
humana y socialmente los valores de la libertad, la justicia, la solidaridad,
la equidad, el respeto activo, la cooperación, la comunicación y el diálogo
abierto, teniendo como criterio y fin la necesaria igualdad entre mujeres y
hombres respecto al valor moral por excelencia: la dignidad humana.
Hacer de la escuela un escenario en el que se desarrolle en sus
agentes educativos una personalidad participativa y una conciencia
crítica y democrática, capaz de aceptar el conflicto que se asume con sus
insospechadas probabilidades y limitaciones y en la posibilidad y capacidad
de vivir en él, tomando decisiones con arreglo a principios y leyes aceptados
y legitimados por las prácticas históricas y sociales de las comunidades y los
pueblos.
Hacer de la escuela un lugar donde se crean situaciones, condiciones
y escenarios para formar personas éticas que comprendan que la ley al
interior de la institución escolar, es una estrategia para regular la convivencia
y poder disfrutar del “bien” y no solo conocer coactivamente las leyes para
impedir el “mal” e intimidarnos con él y el estatuto punitivo que lo sanciona.
Estas situaciones, condiciones y escenarios sólo pueden darse en contextos
de organización escolar realmente democráticos, participativos, equitativos,
justos, pacíficos, no corruptos, respetuosos de la inter-culturalidad, la
alteridad social y ambiental y la diversidad étnica y socio-económica.
23

Las voces de la Otredad
Hacer de la escuela un escenario en el que se valora lo humano,
las costumbres, el amor, el reconocimiento del otro (a), la búsqueda de
la felicidad, la ternura, la sonrisa y en el que se reproducen y se tratan de
mantener sentimientos, percepciones y afectos que permiten la unidad y la
convivencia. Pero a la vez, se debe hacer de la escuela un escenario en el
que se acepte el cuestionamiento de lo establecido, de lo legitimado y/o
legalizado, de la tradición, de lo valorado por la familia, por el maestro(a) y la
comunidad. Un lugar en el que se estimula el juicio crítico frente a las normas
y la institucionalidad pero también la conciencia sobre las consecuencias de
su transgresión e irrespeto.
Hacer de la escuela un lugar en donde el maestro (a) se constituye en
modelo con el cual el alumno (a) se identifica afectivamente y racionalmente,
aprende de él o de ella sus valores (pedagogía del ejemplo), comparte con él
percepciones y vivencias y se le enseña también a ponderar y a discutir tanto
sus errores, como las equivocaciones de sus padres y maestros (pedagogía del
error), no necesitando por tanto, del autoritarismo, de la actitud inquisitorial
ni de la imposición normativista para formar o disciplinar a sus alumnos
(as).
Hacer de la escuela un escenario en donde los alumnos (as) recuperen
su voz y su palabra y sean reconocidos como sujetos éticos capaces de aportar
activamente en la construcción del bien común, en la construcción sociosistémica
de humanidad. Un escenario fundamentalmente humano en el que,
a cambio del miedo, generemos espacios de respeto, alteridad y tolerancia
mutuos, en los cuales los agentes educativos desarrollan un auto-concepto
positivo y enriquecedor y vivan una experiencia real de construcción de
identidad desde la pluralidad, el amor y el servicio.
Hacer de la escuela un escenario en donde los estudiantes se vayan
constituyendo en sujetos autónomos y libres, singulares, que acepten la
diferencia y la contradicción, que construyan la justicia, que vivan en el
conflicto y lo manejen como condición de pluralidad; que se hagan hombres
o mujeres y aporten en la construcción de un espacio vital en el que puedan
desplegar su masculinidad y su feminidad, en el que puedan aclarar todo lo
relacionado con su sexualidad y su personalidad, en el que puedan desplegar
sus diversas potencialidades y su propia humanidad.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Hacer de la escuela un escenario que propicie la formación de
individuos capaces de cooperar entre sí y de convivir democráticamente
viviendo como hombres y mujeres justos, libres, dignos, solidarios y
verdaderamente humanos. Un lugar desde donde se conciten todas fuerzas
de la inteligencia, el arte, la educación y la cultura en la búsqueda proactiva
de una comunidad capaz de rechazar las abominables violaciones de los
derechos humanos y de vivir en condiciones de paz y de justicia social, en
un ambiente de respeto personal e interpersonal y de tolerancia.
Hacer de la escuela un escenario donde el imperativo categórico
de estudiantes, profesores y padres de familia sea el de contribuir en la
construcción de una sociedad más justa y humana, donde se antepongan los
derechos y las necesidades de los demás sobre los propios y los sentimientos
de humanidad y ayuda mutua, el respeto a la vida, la justicia, la equidad y la
paz nacional y mundial.
Hacer de la escuela un lugar pedagógico por excelencia donde no
existan temas ni cátedras que aparezcan aislados de la vida y de los seres
humanos; donde ningún educador (a), sea cual fuere su especialidad
o asignatura, pueda ser ajeno (a) o extraño (a) al tópico de los derechos
humanos. Un espacio donde se modifique la vida escolar, la existencia
interactiva de sus agentes educativos; donde se logren cambios en la rutina
académica y se lleve la acción de educar a una actividad conjunta de escuelacomunidad.
Esto implicará cuestionar y problematizar la vida del educador
(a), del estudiante, del padre de familia; problematizar el ejercicio de la
autoridad escolar tanto administrativa como académica del docente, así
como la que se ejerce en el hogar, en el barrio y en la comunidad.
Hacer de la escuela un escenario donde se deben superar los
métodos educativos basados en la sola transmisión de información, en la
memorización, en la repetición, en la solución de problemas de la manera
particular como el docente espera o como está establecida en un libro de
texto. Un lugar donde se permita avanzar hacia estrategias educativas
orientadas a la construcción del conocimiento, a la aceptación del error y
la incertidumbre como puntos de partida de los aprendizajes, a trabajar más
que en el desarrollo de contenidos temáticos, en la constitución de procesos
de pensamiento con una lógica abierta y dialéctica en procura no solo de
construir conocimiento, sino de transformar la realidad material, afectiva,
espiritual y social.
25

Las voces de la Otredad
Hacer de la escuela un lugar en donde se desarrollan modelos
evaluativos que respetan los intereses individuales, los ritmos y estilos de
aprendizaje; se establece una relación estrecha entre lo que se aprende y
los contextos particulares del alumno (a); se enfoca una visión pluralista y
divergente frente a ciertas disciplinas rígidas; se aceptan diferentes puntos
de llegada en la construcción del conocimiento; se flexibilizan los caminos
para la construcción del saber, y la participación del alumno (a) en la
determinación de sus metas. Un espacio donde se admite la crítica y la
argumentación, el error como base del aprendizaje y donde lo que importa
es el desarrollo humano del alumno (a) y no su control.
Hacer de la escuela un escenario donde se cree una nueva alternativa
curricular (la de integración) que supedite el trabajo individual al trabajo
colectivo, a la conformación sinérgica de grupos permanentes de docentes
comprometidos con la reflexión, el cuestionamiento y el replanteamiento
de la práctica académica y docente realizada. Allí, la inercia, la rutina y
la indiferencia serán relegadas por una acción decidida hacia el logro de
una legítima identidad profesional, hacia la conversión en protagonistas del
cambio pedagógico, en interlocutores legítimos de los problemas educativos.
Es decir, la tradición como paradigma esencial será agotado por un paradigma
de innovación y cambio.
Hacer de la escuela un lugar donde se validan las propuestas
curriculares no por su coherencia teórica, por su proceso lineal o algorítmico
sino por su contrastación con la realidad que será el crisol definitivo para su
viabilidad y adopción. Aquí el currículo aspira a convertirse en un proceso de
búsqueda, de negociación, de valoración, de crecimiento y de confrontación
entre las diversas expresiones de la cultura. Esto permitirá al docente y al
alumno (a) verse reflejados en el proceso curricular como críticos, creadores
e innovadores que superan la triste condición de ser apéndices del frío diseño
instrumental y tecnológico.
Hacer de la escuela un escenario donde se provea un efectivo acceso
al conocimiento holístico (científico, tecnológico, humanístico y artístico);
un lugar donde se forman personas capaces de enfrentarse a la incertidumbre,
toman decisiones, desarrollan sus competencias básicas, afianzan su
identidad en la pluralidad; un espacio donde se facilita el aprendizaje en la
cooperación, se cultiva la autonomía y el ejercicio del diálogo, la reflexión y
el debate en el contexto de la práctica pedagógica cotidiana.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Hacer de la escuela un escenario donde la relación pedagógica más
que un fenómeno, es un acto de comunicación en el cual el maestro (a)
efectivamente se entrega, da algo de sí, está comprometido con los estudiantes
como individuos reales que se están formando y teje con sus discípulos,
ambos como factores humanos determinantes, una red comunicacional e
interactiva a través de la cual se busca más que consumo de información,
implementación de actitudes y acciones, y una comprensión compartida
más que un necesario acuerdo.
Erigimos un marco constitucional para facilitar el paso de la nación colombiana
hacia la consolidación de relaciones políticas y sociales más democráticas. Allí se
definió la naturaleza del Estado como un ordenamiento institucional defensor de
derechos individuales y colectivos, promotor de la participación ciudadana y la
autonomía de los sectores sociales, respetuoso de la diversidad y la heterogeneidad
étnica y cultural y adalid de la solución pacífica de los conflictos (…). Un
ordenamiento legal donde unas reglas de juego bien definidas garantizan el gran
pacto social que pretende refundar el Estado y recuperar la credibilidad en él.
El buen resultado de una negociación en medio del conflicto supone:
Encontrar criterios objetivos, válidos y aceptables acordes con los intereses y las
necesidades de las partes en conflicto. Generar compromisos claros, realizables y
duraderos que estén basados en acuerdos que las partes puedan cumplir. Construir
una relación de trabajo donde haya comprensión, confianza, aceptación y respeto
mutuo. Mantener siempre e incondicionalmente una buena y activa comunicación
de doble vida. Considerar de manera respetuosa todas las opciones planteadas en
la mesa. Aclarar y satisfacer en gran medida los intereses de las partes en conflicto.
Pensar en las mejores alternativas si no se logra un acuerdo.
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Las voces de la Otredad
SEMBLANZA
SUN TZU. EL ARTE DE LA GUERRA
COMO ESTRATEGIA DE PAZ
“El supremo arte de la guerra consiste en doblegar al enemigo sin luchar”.
Sunt Tzu (544- 496 A. C.), filósofo chino.
Su sabiduría estratégica, además de ser un manual de crecimiento interior,
ha sido consultado no solo por militares sino por políticos y altos ejecutivos
del mundo empresarial desde los comienzos de los años 90, cuando Gerald
Michaelson publicó “El Arte de la Guerra para Directivos” y convirtió el
milenario texto en un ejercicio de marketing y de liderazgo organizacional.
Hoy día, además de ser aplicado al mundo de los negocios, ha logrado gran
difusión como un manual de gestión estratégica en asuntos políticos (Robert
Green, “Las 48 leyes del poder”) y ha sido tomado, a su vez, como material
de lectura obligatoria en algunas universidades (Harvard y Oxford) donde
se desarrollan programas de Administración de Empresas, Alta Gerencia y
Diplomacia.
El “Sun Tsu Ping Fa” o “El Arte de la Guerra”, también llamado “El Arte
de la Estrategia” del legendario maestro Sun Tzu, apodado “El Tullido”
por haber sufrido la amputación de ambas piernas y que obligado por la
quietud, meditó sobre el sentido de las artes marciales, es un clásico chino
de la estrategia militar sólo equiparable al paradigmático “I Ching” o a su
contemporáneo, el “Tao Te king” en antigüedad, profundidad y sabiduría.
Este curioso y milenario libro de arte marcial, contemporáneo con la aparición
de Sidharta Gautama Buda en la India, de manera paradójica, como es dado
en el pensamiento chino, predica contra la guerra y la habilidad para triunfar
en ella sin batallar.
Su autor lo ubicamos históricamente en uno de los períodos más sombríos
de la historia de China: el Zhan Guo (475 - 221 A. C.), caracterizado por las
luchas entre los señores feudales. Este libro fue inspirador de algunos pasajes
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
bélicos, las técnicas de lucha del tai chi chuan: ejercicios de autodefensa y
relajación por medio de los cuales se aprovecha la fuerza de quien ataca y más
tarde, el arte caballeresco del tiro al blanco con arco y flecha, perfeccionado
por el Budismo Zen en el Japón.
“El Arte de la Guerra” consta de trece libros que fueron compilados por
un general del período Chu, llamado Sun Wu, un individuo habilidoso que
sirvió como jefe de las tropas de un desconocido y debilucho rey Je Lu y a
quien convirtió después, en emperador de un poderoso estado. Sun Wu hizo
una síntesis de las experiencias efectuadas en los períodos de primavera y
otoño, registrados en el “Chun Quia”, obra épica de ese Estado que cuenta
los episodios ocurridos entre el año 722 y el 481 A. C. Por más de un siglo,
la famosa compilación se transmitió oralmente hasta que un descendiente de
Sun Wu, llamado Sun Pin, estableció el texto que se conoce actualmente y
que ya tiene alrededor de 25 siglos.
De este texto se derivaron otros tratados y manuales de estrategia militar
como “El Arte de la Guerra II” de Sun Bin, descendiente de Sun Tzu; El
Arte de la Guerra de Wu Qi; “Los pensamientos” del maestro Wei Liao; “El
Arte de las seis estrategias”; “El código guerrero de los Aúrigas” y “El libro
de los cinco anillos” de Miyamoto Musashi, entre otros.
Muchos lo utilizan como una guía para la vida cotidiana y un manual
de crecimiento personal ya que han tomado su contenido de una manera
simbólica al considerar que la batalla más difícil de librar y de vencer es contra
nuestras propias debilidades y conflictos internos, los cuales, agazapados
allí, en las trincheras de nuestras habitudes, se han convertido en nuestros
verdaderos enemigos. Lou Marinoff (“Más Platón y menos Prozac”),
manifiesta que Sun Tzu redefinió el conflicto como una forma de arte
filosófica: “Enseñó que la ‘cumbre de la excelencia’ es subyugar al enemigo
sin luchar. De forma análoga, su filosofía de la guerra puede aplicarse a
muchas otras clases de conflictos humanos, desde las riñas maritales hasta la
política de una empresa”.
Al leer la obra de Sun Tzu, recordamos a nuestro siempre presente pensador,
Estanislao Zuleta: “Una sociedad mejor es una sociedad capaz de tener
mejores conflictos. De reconocerlos y contenerlos. De vivir, no a pesar
de ellos, sino productiva e inteligentemente de ellos. Que sólo un pueblo
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Las voces de la Otredad
escéptico sobre la fiesta de la guerra, maduro para el conflicto, es un
pueblo maduro para la paz”. Mao Tse Tung utilizaba el siguiente aforismo
Suntziano: “Cuando luchamos contra usted, nos aseguramos primero de
que no pueda escapar”.
No hemos olvidado las enseñanzas de Sun Tzu en “El Arte de la Guerra”, al
mirar el dramático acontecer de nuestros días. Para nuestros lectores, estas
enseñanzas milenarias, pletóricas de sensibilidad, sutileza y sabiduría.
Para nuestros políticos, una exhortación sincera en estos tiempos de farsa
y de disimulo, a hacer la relectura de ese libro que una vez les regaló cierto
malicioso funcionario y al no entender la intencionalidad de aquella irónica
garama, lo confinaron en los polvorientos anaqueles del olvido.
“Estructura estratégicamente tus fuerzas según lo que sea beneficioso o
ventajoso... Cansa a tu contrincante huyendo de él... Finge humildad hacia
tus detractores para que se muestren arrogantes... Encoleriza a tus enemigos
para confundirlos... Seduce a los contrarios con la perspectiva de un beneficio,
sorpréndelos mediante la confusión...
Tiende un puente de oro por el cual pueda retroceder el adversario... La
invencibilidad está en uno mismo, la vulnerabilidad en el adversario. Por
esto, los guerreros expertos pueden ser invencibles, pero no pueden hacer
que sus adversarios sean vulnerables…
La invencibilidad es una cuestión de defensa, la vulnerabilidad, una cuestión
de ataque… Prever la victoria cuando cualquiera la puede conocer no
constituye verdadera destreza…
El desorden llega del orden, la cobardía surge del valor, la debilidad brota de
la fuerza…
Sé extremadamente sutil hasta el punto de no tener forma. Sé completamente
misterioso, hasta el punto de ser silencioso. De esta manera podrás dirigir el
destino de tus adversarios…
Utiliza el orden para enfrentarse al desorden, utilizar la calma para enfrentarse
con los que se agitan, esto es dominar el corazón…”.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
SEMILLERO SUNTZIANO
• Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, no correrás peligro; si no
conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una y ganarás
otra; si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro
en cada batalla.
• Induce a tu adversario a tener forma, mientras que tú mismo permaneces
informe, así tú estarás concentrado, mientras que él estará dividido.
Como tu formación no está a la vista de él, seguramente dividirá sus
fuerzas.
• Si tu plan no contiene una estrategia de retirada o de triunfo, posterior al
ataque, confías exclusivamente en la fuerza de tus soldados y tomas a la
ligera la de tus adversarios, con toda seguridad caerás en sus redes.
• Si tus fuerzas están con ánimo y en orden mientras que las de tu
adversario están inmersas en el caos y la desolación aunque su ejército
sea numeroso, puedes ganar la batalla.
• Utiliza tu sentido del orden para enfrentarte al desordenado ataque de los
demás, utiliza la calma para enfrentarte con los que se agitan en medio
de su convulsionada vida.
• La invencibilidad es una cuestión de defensa, la vulnerabilidad, una
cuestión de ataque. Nuestra invencibilidad está en el reconocimiento de
nuestra vulnerabilidad.
• Estructura estratégicamente tus fuerzas. El arte de la estrategia es de
vital importancia. Es el terreno de la vida y de la muerte, el camino a la
seguridad o la ruina.
• La habilidad está en la ausencia de una forma definida. El agua no tiene
una forma constante; la habilidad para la victoria está en cambiar y
adaptarse.
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Las voces de la Otredad
• Sé completamente misterioso, vuélvete silencioso hasta confundirte
entre las sombras que proyecta tu adversario, sólo así podrás manejar su
destino.
• Haz que los adversarios vean como extraordinario lo que es ordinario
para ti; haz que vean como ordinario lo que es extraordinario para ti.
• Un ejército victorioso gana primero y entabla la batalla después; un
ejército derrotado lucha primero e intenta obtener la victoria después.
• Si quieres fingir cobardía para conocer la estrategia del adversario,
primero tienes que ser extremadamente valiente para fingir serlo.
• Cuando las órdenes son razonables, justas, sencillas, claras y consecuentes,
existe una satisfacción recíproca entre tú y los tuyos.
• Lo supremo en el arte de la guerra consiste en someter al enemigo sin
darle batalla. La mejor victoria es vencer sin combatir.
• Finge humildad hacia tus detractores para que se muestren arrogantes.
Encolerízalos hasta lograr confundirlos.
• Si tus soldados, tus fuerzas, tu estrategia y tu valor son menores que las
de tu adversario, entonces debes retirarte.
• Los buenos guerreros hacen que los adversarios vengan a ellos, y de
ningún modo se dejan atraer fuera de su fortaleza.
• El líder debe tener entre sus principios, valores y virtudes, sabiduría,
sinceridad, humanidad, coraje y disciplina.
• Cualquiera que tenga forma puede ser definido, y cualquiera que pueda
ser definido puede ser vencido.
• Prever la victoria cuando cualquiera la puede conocer no se constituye
en verdadera destreza.
• Dirigir a muchas personas es como dirigir a unas pocas. Todo se basa en
la organización.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
• Seduce a tu contrario con la perspectiva de un beneficio, sorpréndelo
mediante la confusión.
• Logrará vencer quien haya aprendido el arte de la desviación que es el
arte de maniobrar.
• Cuando estés cerca, debes parecer estar lejos, cuando estés lejos, debes
parecer estar cerca.
• El desorden llega del orden, la cobardía surge del valor, la debilidad brota
de la fuerza.
• Que tu velocidad sea la del viento, y tu compactibilidad como la de un
bosque.
• Sé extremadamente sutil e incierto hasta el punto de no tener forma
alguna.
• Tiende un puente de oro por donde pueda retroceder el adversario.
• Utiliza al enemigo para derrotar al enemigo, así serás poderoso.
• Seduce al contrario con la perspectiva de un beneficio.
• Cansa a tu contrincante huyendo de él.
No hay etapas en la vida, hay vida simplemente. Nuestra existencia no tiene por
qué ser angustiosamente problemática. Simplemente tenemos conflictos a lo largo de
nuestra vida y eso lo debemos ver como algo natural. No somos profetas ni maestros
que enseñamos a vivir… sólo somos alumnos de la vida.
“Jamás piensen que una guerra por necesaria o justificada que parezca, haya dejado
de ser un crimen”.
Ernest Hemingway, escritor estadounidense.
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Las voces de la Otredad
UN SAFARI MENTAL
Los sistemas éticos meditados a fondo y aplicados por personas sensatas
pueden dar lugar a conflictos, porque la moralidad no es un campo como
la aritmética: no todas las respuestas son objetivamente verdaderas o falsas.
La forma más corriente de generar alternativas es por analogía. Hallar
puntos en común con otras situaciones (crear una analogía) es un método
muy fructífero para comprender las dificultades que te abruman.
No se salta de ninguna parte a otra. Siempre se está en algún lugar. A pesar
de que no quieres estar donde te encuentras ahora o no sepas dónde estás, de
todos modos estarás en algún punto de su camino.
Nuestro llanto es, en primer lugar y sobre todo, por nosotros. Esto no es malo.
No hay que confundirlo con el mero egoísmo, que descuida los intereses
ajenos en favor de los propios.
La única manera de obtener una solución real y duradera a un problema
personal y/o colectivo, consiste en abordarlo, resolverlo, aprender de él y
aplicar lo aprendido en el futuro.
El primer paso para crear tu propia disposición filosófica sobre la muerte,
la pérdida y el duelo es apreciar la vida. Vivir en el momento presente es la
mejor manera de hacerlo.
En la actualidad las personas se ofenden, luego acusan a los demás de hacerles
daño, y el sistema las respalda con políticas que restringen las libertades
individuales.
La promesa del descubrimiento nos llena de vida. Vivimos en una tensión
constante entre el consuelo de la seguridad y la emoción de las experiencias
nuevas.
Ser conciente de tu potencial para hacer daño constituye una revelación
clave para encaminarte en tu búsqueda personal a comprender cómo no
hacer daño.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Lo que perjudica a los demás es malo; lo que es malo perjudica a los demás.
Lo que beneficia a los demás es bueno; lo que es bueno beneficia a los demás.
Las adversidades y las tragedias que debemos afrontar nos colocan a menudo
en el camino adecuado para descubrir (o redescubrir) nuestro propósito.
Escuchar otras perspectivas no te obliga necesariamente a cambiar de
opinión, pero deberían hacerte pensar, al menos dos veces, de vez en cuando.
Los pensamientos y razonamientos que se ocultan detrás de tus actos
constituyen la clave para enfrentarte a cualquier situación y resolverla.
La calidad de vida se deriva de la reflexión sobre el deber y la moralidad, la
interpretación de la experiencia y la comprensión de los procesos.
El punto fuerte de la deontología es que proporciona reglas morales; su
punto débil reside en la dificultad de establecer excepciones viables.
El único modo de hacer justicia a la vida es vivirla tan plenamente como sea
posible, cosa que no hacemos con suficiente frecuencia.
A veces, en la vida, las respuestas no vienen de inmediato, esto significa que
también debemos beneficiarnos de la experimentación.
Cuando podemos percibir una pauta, tenemos el significado. Cuando
tenemos el significado, podemos encontrar el propósito.
Buscar siempre el mejor camino te permitirá no sólo sacar el mejor provecho
de una buena situación, sino también de una mala.
Tú no puedes concebirte a ti mismo como inexistente, porque el mismo
hecho de tratar de concebirte así, implica que ya existes.
Conocer la causa del dolor psíquico pero no tener un camino para mitigarlo
hará que algunas personas se sientan incluso peor.
Son tantos los que carecen de un propósito firme en sus vidas, que esa
carencia ha llegado a considerarse algo normal.
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Las voces de la Otredad
Hay muchas cosas con significado que no forman parte de nuestro propósito
vital, pero no por ello son menos significativas.
No necesitas desapegarse tanto como para perder de vista el valor que tiene
tu vida para ti mismo y para los demás.
Algo grande sólo puede ser la suma de diversas cosas pequeñas. Una vida de
propósito se construye paso a paso.
Somos mucho más que nuestros condicionantes; la vida va más allá de una
serie de respuestas establecidas.
¡Sé auténtico! Descubrir lo que significa ser auténtico implica un compromiso,
no una huida con la vida misma.
Ninguna pastilla hará que te encuentres contigo mismo, que alcances tus
metas o que obres como es debido.
Necesitas tiempo para extraer significado y el propósito de los acontecimientos,
incluso de los más terribles.
Es inherente a la naturaleza humana pensar lo primero de todo lo malo y lo
segundo de todo lo bueno.
La proximidad de aquel que aparenta ser amigo aumenta la capacidad y la
posibilidad de hacer daño.
Aquellos cuyo propósito es salir vencedores de la batalla tienen más
probabilidades de lograrlo.
Existimos en los otros… El poder sólo se debe usar para evitar el daño a los
demás.
Adaptación de la obra “Más Platón, menos Prozac”, del psicoanalista
estadounidense Lou Marinoff, basado en el texto de Sun Tzu, “El arte de la Guerra”
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
IMAGINARIOS EDUCATIVOS
PROPÓSITOS DE UNA CULTURA DE PAZ
¿Qué entendemos por Cultura de Paz? Según la definición de las Naciones
Unidas (1998, Resolución A/52/13), la Cultura de Paz consiste en una
serie de valores, actitudes y comportamientos que rechazan la violencia y
previenen los conflictos tratando de atacar sus causas para solucionar los
problemas mediante el diálogo y la negociación entre las personas, los grupos
y las naciones. La Declaración y el Programa de Acción sobre una Cultura
de Paz (1999, Resolución A/53/243) identifican ocho ámbitos de acción
para los actores al nivel local, nacional e internacional.
• Impulsar la paz y la seguridad internacionales. Los adelantos logrados
en los últimos años en materia de seguridad humana y desarme
comprendidos los tratados sobre las armas nucleares y el que prohíbe
las minas antipersonales, deben alentarnos a actuar con más denuedo
todavía en favor de la negociación de soluciones pacíficas, la eliminación
de la producción y el tráfico de armas, las soluciones humanitarias en
situaciones de conflicto y las iniciativas una vez que éstas finalizan.
• Apoyar la comunicación participativa y la libre circulación de información
y conocimientos. La libertad de información y comunicación y los
intercambios de conocimientos son imprescindibles para una cultura de
paz. Hay que tomar medidas para hacer frente al problema de la violencia
en los medios de comunicación, comprendidos los que se valen de las
nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
• Impulsar el desarrollo económico y social sostenible mediante la
reducción de las desigualdades económicas y sociales, la erradicación
de la pobreza y garantizando una seguridad alimentaria sostenible, la
justicia social, las soluciones duraderas a los problemas de la deuda, el
fomento de la autonomía de la mujer, medidas especiales para grupos
con necesidades especiales y la sostenibilidad ambiental.
• Fomentar la participación democrática como uno de los cimientos
para la consecución y el mantenimiento de la paz y la seguridad. Aquí
figuran principios, prácticas de participación democráticos en todos los
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Las voces de la Otredad
sectores de la sociedad, un gobierno y una administración transparentes
y responsables, la lucha contra el terrorismo, el crimen organizado, la
corrupción, el tráfico ilícito de drogas y el blanqueo de dinero.
• Incentivar la comprensión, la tolerancia y la solidaridad para acabar con
las guerras y los conflictos violentos. Es preciso trascender y superar
las imágenes del enemigo mediante la comprensión, la tolerancia y la
solidaridad entre todos. Aprender de nuestras diferencias por medio del
diálogo entre civilizaciones y del respecto para la diversidad cultural es
un proceso enriquecedor.
• Promover el respeto de todos los derechos humanos. Los derechos
humanos y la Cultura de Paz son complementarios: cuando predominan
la guerra y la violencia, no se pueden garantizar los derechos humanos
pero, al mismo tiempo, sin derechos humanos en todas sus dimensiones,
no puede haber Cultura de Paz.
• Garantizar la igualdad entre mujeres y hombres por medio de la plena
participación de las mujeres en la toma de decisiones económicas,
sociales y políticas, la eliminación de todas las formas de discriminación
y de violencia contra la mujer, el apoyo y la asistencia a las mujeres
necesitadas.
• Promocionar una Cultura de Paz por medio de la educación mediante
la revisión de los planes de estudio para promover valores, actitudes y
comportamientos que propicien la Cultura de Paz, como la solución
pacífica de los conflictos, el diálogo, la búsqueda de consensos y la no
violencia.
Según Unicef, 27 años después de haber sido firmados los 54 artículos que contienen
la Declaración proferida en el marco de la Convención de los Derechos del Niño el
cual convierte a éste en sujeto de derechos y al adulto en sujeto de responsabilidades,
15 millones de infantes se encuentran atrapados en múltiples conflictos alrededor del
mundo: República Centro-africana, el Congo, Nigeria, Sudán, Somalia, Guinea,
Liberia, Sierra Leona, Yemen, Pakistán, Siria, Irak, Afganistán, Palestina y
Colombia, entre otros).
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
COMPROMISOS EDUCATIVOS
INTERACCIONES PEDAGÓGICAS
LA CRITICIDAD Y LA CREATIVIDAD COMO
ESTRATEGIAS PEDAGÓGICAS ABIERTAS A LA
DIVERSIDAD
• Estimular una actitud crítica y valorativa de las diversas formas como
se presenta la incertidumbre y la ambigüedad. Desarrollar actitudes y
formas de pensamiento que asuman la inexistencia de certezas o verdades
absolutas, aprendiendo a valorar los matices, las contradicciones y/o
conflictivos como rasgos inherentes a la realidad social. Proclamar
ante el mundo de la academia y de la vivencialidad comunitaria, que el
autoritarismo está lleno de certezas.
• Potenciar el desarrollo de procesos de pensamiento complejo (no
dicotomizante). Evitar el despliegue de un tipo de pensamiento
simplificador, reduccionista y opresor (“si no eres mi amigo, eres mi
enemigo”, “verdadero versus falso”, “normal versus anormal”). Entender
que el pensamiento dicotómico no solo deja de percibir la complejidad
de la realidad, sino que representa la antesala de la discriminación.
• Desincentivar prácticas estigmatizadoras y patologizantes sobre las
conductas y formas de ser de los otros. Bloquear e inhibir intencionalmente
la tendencia de las personas a suponer que el diferente es ese otro enfermo,
inferior, anormal o negativo. Comprender a ese otro y sus diferencias, en
cuanto son expresiones legítimas y enriquecedoras de la vida en común,
en el marco de los deberes y derechos del hombre y la mujer.
• Promover el valor de la subjetividad valorando el aporte original que hacen
unos y otros al interior de sus comunidades educativas (intersubjetividad).
Legitimar el valor de la subjetividad es enseñar a amar la democracia.
Entender que la subjetividad no es una mirada falseada de la realidad,
sino una fórmula de expresión crítica, creativa y libre frente a una realidad
que exige interpretarla y transformarla.
39

Las voces de la Otredad
• Reforzar diversas prácticas de empatía (esfuerzo intencionado de ponerse
en el lugar del otro). Poner en práctica la capacidad de los educandos (y
educadores) de comprender a los otros, poniéndose en su lugar, ya sea
espacial, física, mental o emocionalmente, requisito sine qua non para la
convivencia democrática en una sociedad tolerante e incluyente.
• Reflexionar permanentemente en torno a la existencia de la exotopía
(dificultad natural para no entender el lugar del otro). Educar en el ejemplo
reafirmando que la mejor empatía tiene como límite la singularidad del
otro: nunca seremos ese otro, nunca veremos como él ve, ni pensaremos
como él piensa, pues, sencillamente, no somos el otro.
• Promover permanentemente interacciones dialógicas al interior de
nuestras comunidades educativas. Valorar el lenguaje como constructor
de realidades y posibilitador de la existencia de una racionalidad
comunicativa que genera expresiones de diálogo, comprensión,
aceptación y solidaridad entre los diferentes agentes educativos.
• Crear y fomentar en nuestras comunidades educativas un clima afectivo
y emocional enriquecedor y gratificante. Apelar a la dimensión afectiva y
emocional de la conducta humana como un factor esencial en la búsqueda
de aprendizajes de calidad, articulando las inteligencias múltiples, entre
ellas, la emocional y la racional.
• Incentivar la reflexión abierta y cuestionadora al interior de nuestras
comunidades educativas. Valorar el pensamiento crítico como medio
y como fin pedagógico, Aprender a pensar valorando el desarrollo de
habilidades de síntesis, de análisis, de interrogación y de indagación,
entre otras.
• Incentivar una actitud crítica frente a la tendencia obsesiva de nombrar,
calificar, clasificar o tipificar al otro (o alguna de sus diferencias).
Relativizar el valor de las taxonomías excluyentes. Comprender que la
clasificación de los otros siempre será un acto de poder, sometimiento y
control.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
LÍNEAS DE ACCIÓN
LA CIUDADANÍA COMO PRAXIS DE VIDA
• Contribuir a una mayor concientización sobre la necesidad de intervenir
en lo cultural, educativo y social con el fin de transformar prácticas
institucionales inveteradas, etnocentristas y excluyentes y procesos
“normalizadores”, por otras a través de las cuales se busca el respeto por
la otredad y el libre desarrollo bio-psico-social.
• Propugnar por una educación ciudadana integral y transdisciplinaria,
sistémica y “compleja”, valórica y problémica, analítica y praxiológica que
contribuya a la resolución de los conflictos, toma de decisiones y consensos
divergentes en torno al diálogo comunitario y la convivencialidad.
• Coadyuvar en la formación integral de los agentes educativos, al
fortalecimiento de sus principios y valores como miembros de una
comunidad educativa determinada y a la construcción colectiva de
herramientas teóricas y metodológicas que les permitan transformar su
praxis educativa.
• Impulsar el análisis histórico-crítico sobre las diversas corrientes
de pensamiento teóricas y praxiológicas que han incidido en la
transformación cualitativa de los procesos curriculares y académicos y
su relación dialéctica con las nuevas tecnologías de la información y la
comunicación.
• Procurar la recuperación de la armonía y el bienestar vitales y participar
activa y decididamente en los cambios necesarios en materia de gestión
ambiental, educación y cultura ciudadanas buscando ante todo, la
madurez y el fortalecimiento autonómico de nuestras comunidades
locales.
• Potenciar la capacidad de gestión pedagógica de los agentes educativos
con el fin de identificar diversas problemáticas de enseñanza-aprendizaje
y orientar los procesos de elaboración, evaluación. monitoreo y
41

Las voces de la Otredad
control de planes sistémicos de mejoramiento personal, comunitario y
organizacional.
• Relevar y fomentar el protagonismo activo de docentes y estudiantes como
sujetos (autores y actores) de su propia historia, a través del desarrollo de
la autoestima, de la capacidad sinérgica, crítica y creativa de trabajar en
equipo (presencia, cercanía y respeto).
• Intervenir de manera activa y participativa en la construcción y el
fortalecimiento de las relaciones interpersonales entre los miembros
de diferentes comunidades educativas organizadas y basadas ellas en
principios y valores humanos,
• Socializar modelos educativos y estrategias pedagógicas que permitan
descubrir, reconocer, afrontar, resolver y trascender los conflictos a
través del dialogo, la-no-violencia activa, la justicia restaurativa, la
reconciliación, la no repetición y el perdón.
• Colaborar activa y decididamente en la consolidación de una pedagogía
alterativa fundamentada en la crítica, la libertad, la creatividad y la
sensibilidad como principios y valores básicos para la formación del
ciudadano del siglo XXI.
• Valorar los recursos epistémicos, pedagógicos y metodológicos que
permitan el reconocimiento, la valoración y el respeto del otro como ser
humano, como persona, como sujeto legítimo en la convivencia.
• Suscitar una actitud crítica y creativa que propenda por el estudio de
nuestra compleja realidad socio-cultural, mediante el fomento de la IAP
(Investigación-Acción- Participación) inter-trans-disciplinaria.
• Fomentar una educación emocional, del tacto y la corporeidad para
inculcar y afianzar hábitos de autocuidado y salud biopsicosocial con el
fin de favorecer el desarrollo integral de docentes y discentes.
• Propiciar jornadas de reflexión-acción-participación sobre el respeto
por la vida, los derechos humanos, la participación comunitaria, la
diversidad, la sostenibilidad y la interculturalidad.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
• Desarrollar las competencias sociales y comunicacionales con el fin de
implementar planes y programas de cultura urbana y proyectos de vida
ciudadana incluyentes y participativos.
• Crear espacios de encuentro y dialogo intergeneracional y de género
que permitan intercambiar, debatir y confrontar vivencias, percepciones,
conceptos, convicciones y opiniones.
• Motivar y participar en la institucionalización de un Observatorio sobre
Gestión ambiental, cultura urbana, liderazgo estratégico, asuntivo y
transformacional y educación ciudadana.
• Promover actividades pedagógicas que contribuyan a superar cualquier
forma de exclusión por razones intelectuales, religiosas, económicas,
sociales, físicas o culturales.
• Propulsar una cultura basada en el uso crítico y creativo de la mediación
pedagógica, la resolución del conflicto y el liderazgo asuntivo y
transformacional.
• Potenciar la capacidad crítica, creativa y propositiva de los actores
educativos como agentes de cambio comunitario y social.
Educar en el reconocimiento del conflicto permite, además, una formación política
que capacita para vivir en medio de la divergencia y el disenso, el debate ideológico
las ideas y la toma de decisiones en un escenario en donde nuestro estudianteciudadano
pueda opinar participar de manera libre, crítica, consciente y responsable
en el funcionamiento y desarrollo de las estructuras programaticas sociales,
económicas, culturales y políticas de su país.
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Las voces de la Otredad
PROTOCOLOS CIUDADANOS
• Lucho abiertamente contra la injusticia. No tolero conductas corruptas
e inmorales. Respeto y valoro la justicia y la equidad. Conozco, respeto
y defiendo los derechos humanos. Soy humano y compasivo ante el
sufrimiento de los demás. Realizo buenas obras sin esperar recompensa
alguna.
• Me conozco, me valoro y me regulo. Soy crítico y propositivo. Reflexiono,
tomo decisiones y actúo. Soy una persona confiable y honesta. Digo la
verdad y cumplo las promesas que hago. Soy grato y leal, así la gente
puede confiar en mí.
• Soy responsable. Trato de hacer todo de la mejor manera y acepto
las consecuencias de mis actos; no culpo a otros por mis errores. Soy
comprensivo, autocrítico y creativo. Me informo, me comunico y
participo.
• Soy un buen ciudadano, una persona integral, que aplica las normas y
la convivencia en todos los ámbitos de su vida: el trabajo, la familia, su
ciudad. Respeto la autoridad, obedezco leyes y acato reglas.
• Respeto la diversidad y las diferencias. Me comprometo con mi
comunidad, con mi país y con el mundo. Cualquier ciudad es mi pueblo.
Respeto, cuido y conservo el medio ambiente.
• Soy respetuoso y gentil. Trato a los demás de la misma manera que
quiero ser tratado. Utilizo frecuentemente expresiones de cortesía tales
como “por favor”, “gracias”, y “discúlpeme”.
• Promuevo la convivencia y resuelvo conflictos sin hacer uso de la
violencia. Convivo de manera pacífica y democrática. Defiendo el
pluralismo, la tolerancia y la democracia.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
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Las voces de la Otredad
UNA CARTA MEMORABLE
Después de recibir el Premio Nobel de literatura, Albert Camus decide escribirle
aquella fría noche parisina del 19 de noviembre de 1957 a su maestro de primaria,
aquel memorable y afectuoso mensaje.
“Querido señor Germain: Esperé a que se apagara un poco el ruido de todos estos
días antes de hablarle de todo corazón. He recibido un honor demasiado grande,
que no he buscado ni pedido. Cuando supe la noticia pensé primero en mi madre y
después en usted. Sin usted, sin la mano afectuosa que tendió al niño pobre que era
yo, sin su enseñanza no hubiese sucedido nada de esto.
No es que dé demasiada importancia a un honor de este tipo, pero ofrece por lo
menos la oportunidad de decirle lo que usted ha sido y sigue siendo para mí y de
corroborarle que sus esfuerzos, su trabajo y el corazón generoso que usted puso en ello,
continúan siempre vivos en uno de sus pequeños escolares, que, pese a los años, no ha
dejado de ser un alumno agradecido… Un abrazo con todas mis fuerzas”.
Al final de nuestra obra, “La utopía pedagógica. Desafíos y esperanzas”, le decimos
a nuestros maestros: Adelante con la tarea de construir escenarios y oportunidades de
futuro para la creación de nuevos paradigmas educativos que le devuelvan el sentido
vital, humanista y transformacional a su diario quehacer pedagógico.
¡Adelante con sus luchas, sus sueños y conquistas!
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
I. HERMENÉUTICA DEL CONFLICTO
A. ANECDOFABULARIO. LA PESTE.
LAS CARAS DE LA MONEDA
B. SEMBLANZA. SIGNIFICADO
E IMPORTANCIA. LOS DILEMAS DE
ALBERT EINSTEIN. LO QUE CREO (1930).
SEMILLERO EINSTENIANO
C. HERMENÉUTICA DEL CONFLICTO.
COLLAGE
D. BITÁCORA. UNA EXPEDICIÓN AL MUNDO
DEL CONFLICTO
E. LOS DILEMAS DE NÉMESIS. EL DERECHO A LA
MEMORIA. MEMORIA, JUSTICIA Y VERDAD.
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA I
ILUSTRACIÓN I
“Se trata de ‘pensar lo político’ y de ‘pensar lo democrático’ y de garantizar el espacio
para que lo político no quede encerrado en lo democrático. No se trata de un argumento
contra la democracia, sino a favor de la experiencia de sus límites, de su crítica, incluso
podría decirse de politizar la democracia, de seguir planteando la cuestión de la política
sin reducirla a algo ya cerrado”.
Jacques Derrida, “El tiempo de una tesis. Deconstrucción e implicaciones
conceptuales”, 1997.
“En cuanto tengamos sociedades que puedan expresarse a través de sus conflictos sin
negar a los otros, sin silenciarlos, podremos estar seguros de que estas sociedades han
abierto el horizonte de significación democrática, permitiéndose pensar desde la utopía
y afirmando la posibilidad de interpretar el mundo como pluralidad de perspectivas”.
Diego Fernando Silva Prada, “Alteridad y conflicto: la tarea hermenéutica de
la democracia”. Tesis doctoral Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales
FLACSO, Buenos Aires, 2011.
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Las voces de la Otredad
I. HERMENÉUTICA DEL CONFLICTO
A. ANECDOFABULARIO
LA PESTE
La leyenda cuenta la historia de que en un pueblo lejano vivía un hombre
sabio y viejo que usualmente se sentaba bajo un árbol a disfrutar de su
sombra. Un día cualquiera vio pasar con pasos silentes y gravosos a la peste.
“¿A dónde vas?”, le preguntó el anciano.
“Voy a una ciudad cercana donde mataré a cien personas”, respondió la
peste.
Tres meses más tarde, en su viaje de retorno, la peste volvió a pasar frente a
la estancia del viejo sabio.
“Dijiste que matarías cien personas, pero algunos viajeros han contado que
mataste a diez mil”, reclamó el anciano.
“Yo sólo maté a cien. A los demás los mató el miedo”, respondió la peste
de manera impasible.
La situación real casi nunca es tan adversa como el miedo nos la hace ver…
El miedo es el origen de todas las sombras. El miedo es el medio.
La ciencia en lugar de estrechar los lazos entre los seres humanos y la naturaleza, los
ha disuelto. Un naturalista descubrió en los mandriles un lenguaje peculiar: agudos
gritos de alarma, alaridos placenteros, gruñidos de dolor o disgusto, cuchicheos
alegres, lamentos condolientes por sus muertos, gemidos de terror, voces convocantes
para la acción y un susurro nocturno apagado y continuo muy parecido al habla
humana. Un nativo ratificó su sospecha: “los mandriles pueden hablar pero no lo
hacen delante de los hombres por miedo a ser explotados por éstos”.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
LAS CARAS DE LA MONEDA
El gran general japonés Nobunaga decidió atacar a pesar de que sólo contaba
con un soldado por cada diez enemigos en la batalla de Okehazama en 1560.
Estaba seguro de vencer, pero sus soldados abrigaban muchas dudas. Cuando
marchaban hacia el combate se detuvieron en un santuario sintoísta.
Después de orar, Nobunaga salió del templo y le habló con tono ceremonial
a su tropa: “Ahora voy a echar una moneda al aire. Si sale cara, venceremos;
si sale cruz, seremos derrotados… El destino nos revelará su rostro”.
Lanzó la moneda y ¡oh sorpresa! salió cara. Los soldados se llenaron de tal
ansia de luchar que no encontraron ninguna dificultad para salir vencedores
en la contienda bélica.
Al día siguiente, uno de sus lugartenientes, orgulloso y satisfecho, le dijo a
Nobunaga: “Nadie ni nada puede cambiar el rostro del destino”.
“Exacto”, asintió el gran general mientras acariciaba una moneda que tenía
cara por ambos lados.
Era usual escucharle decir al presidente F. D. Roosevelt: “Sólo debemos
tenerle miedo al miedo”.
Un cuento breve de Martin Luther King: “El miedo llamó a la puerta…
abrió la seguridad y ¡oh sorpresa! no había nadie allí”.
El miedo es un ácido corrosivo que destruye el tejido de nuestras vidas. Al ser un
obstáculo para el desarrollo de actitudes racio-emocionales, desata de manera
incontrolable pasiones negativas tales como la ira, la soberbia y la agresión. El
gigante negro, como usualmente se le llama, es ese magro sentimiento que se nutre
de nuestras carencias. Constatamos a lo largo de nuestra vida que no huimos porque
tengamos miedo, sino porque no deseamos liberarnos de él. Al zafarnos de sus garras,
debemos recuperar nuestra auto-confianza para seguirlo enfrentando con denuedo a
lo largo de nuestra vida.
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Las voces de la Otredad
B. SEMBLANZA
SIGNIFICADO E IMPORTANCIA
“Escribir una biografía es escribir la verdadera historia”.
Thomas Carlyle, historiador escocés. “Diario”, 1866.
Es una de las formas más antiguas de la expresión literaria. Se trata de
revisar de una manera sencilla, escueta y pedagógica la historia de vida de
hombres y mujeres que han dejado una huella memorable en la historia de
la humanidad. Es una propuesta para comprender la condición humana,
explorando a través de hechos significativos y contextos socioculturales,
las razones de ser, existir, pensar, sentir, estar y hacer de un individuo,
convirtiendo así, el relato de su vida, en un elemento relevante, dinámico,
crítico, propositivo y enriquecedor dentro de un proceso de aprendizaje
personal y colectivo.
A través del relato biográfico – anecdótico se logra un auto-empoderamiento
que permitirá revisar experiencias de vida (vivencialidades). Esto permitirá,
a su vez, incentivar el pensamiento auto-crítico y creativo del lector sobre su
situacionalidad histórica, sus modos de haberse con las cosas y la gente y
revisar su actitud, su manera de ver su vida y las decisiones que debe tomar
frente a los desafíos del entorno y los nuevos tiempos.
Es un recurso informativo y comunicacional interesante y útil para enfatizar
sobre la importancia de las experiencias racio-vitales de un individuo y su
proceso de aprendizaje personal como componente condicionante y muchas
veces determinador de su historia personal y social.
Estas historias son una fuente inagotable de empuje, lucidez e inspiración,
no solo por la luz orientadora que aportan sus protagonistas, sino también
porque nos recuerdan que, si nos lo proponemos, todos podemos hacer de
nuestra vida una obra de arte.
“No hay propiamente historias, sólo biografías”, afirmaba el escritor estadounidense
Ralph Waldo Emerson. Escritor y filósofo estadounidense.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
LOS DILEMAS DE ALBERT EINSTEIN
Al conmemorarse el centenario de la Teoría de la Relatividad (XII-02-1915),
el mundo no ha puesto los ojos -como algunos han creído-, en un científico
excéntrico y apolítico, pletórico de errores y truculencias; un personaje más
en la frívola galería de la cultura pop; un gracioso ícono de la sociedad de
consumo como quizás lo fueron Marylin Monroe o las historietas de Walt
Disney. El pensamiento crítico del siglo XXI reivindica la figura humanista
e integral de Albert Einstein más allá del anciano arlequinesco, despistado y
bonachón que describen algunos biógrafos de marras.
El eximio miembro de la Academia Prusiana de Ciencias se convirtió, contra
el querer de sus colegas, en activista de la lucha en pro de la paz mundial
y denunció, a su vez, la belicosa histeria patriotera que se desencadenó en
Europa al estallar la Primera Guerra Mundial. Allí nace su primer manifiesto
pacifista (“Llamamiento a los europeos”) y algunas frases lapidarias: “El
nacionalismo es el sarampión de la humanidad… Es difícil reconciliarse con
el hecho de saberse perteneciente a una especie idiota y corrompida que se
jacta de su libre albedrío”.
Su optimismo frente a la nueva república de Weimar surgida de los rescoldos
de la I Guerra Mundial, duró poco al igual que su paso fugaz como asesor
cultural de la Liga de las Naciones. Comienza así, la oprobiosa persecución
antisemita y ultranacionalista; una vida de paria y ese incomprendido exilio
interior que sólo se dejaba reflejar en “una elusiva y ligera sonrisa y unos ojos
que quedaban vacíos y sin luz como los de un ciego” (Antonia Vallentin,
biógrafa y amiga). Lo peor estaría por llegar: después del Manifiesto de
Berlín de 1932 que firma al lado del escritor Heinrich Mann y donde se
presagia la llegada del nazi-fascismo, el régimen hitleriano, una vez en el
poder, lo declara objetivo militar.
Vendrá un breve refugio en Bélgica; la renuncia a su amada Academia; la
llegada al Instituto de Estudios Avanzados de Princeton (1933) y, siete años
después, una comprometedora ciudadanía estadounidense. Su estrategia antiintervencionista
en la guerra civil española que sólo buscaba frenar el ímpetu
de las falanges franquistas, fue incomprendida por Ortega y Gasset y los
intelectuales republicanos, al igual que las cartas enviadas a Roosevelt donde
51

Las voces de la Otredad
advertía sobre la fabricación de la bomba atómica por parte de los nazis,
presunción que le daría patente de corso a los gringos para el bombardeo
genocida, cinco años después, sobre Hiroshima y Nagasaki.
Algunos científicos, disfrazando su celotipia académica y xenófoba y tras
un falso humanismo pacifista, intentaron culparlo a él y su célebre ecuación
del holocausto nuclear, algo así como responsabilizar al inventor de los
fósforos de los incendios forestales. Luego vendrían sus campañas en favor
de la prohibición de armas nucleares; su expresa desconfianza hacia la ONU
para evitar una nueva conflagración mundial: su enconada lucha en contra
del militarismo y la fabricación de la bomba de hidrógeno; sus votos en pro
de la constitución de “un gobierno mundial restringido”; la instauración de
una economía socialista (revista “Monthly Review”, mayo de 1949); sus
proclamas antirracistas y su abierta condena a las andanzas del Ku Klus
Klan.
Todo esto lo llevó a denunciar en 1953 en el New York Times la persecución
de la cual era víctima por parte del tribunal inquisitorial creado por el senador
“come rojos” Joseph McCarthy y la apertura de un expediente policíaco de
1.800 páginas -hoy desclasificado-, que durante 23 años lo mantuvo abierto
el FBI desde la época del ingratamente recordado J. Edgar Hoover y donde
infructuosamente se trató de demostrar que Einstein era un espía ruso.
Siguen vigentes en la conciencia crítica planetaria, su humanismo integral
al igual que sus bellas consignas pacifistas: “La perfección en los medios
y la confusión en los fines son los hechos que caracterizan nuestro siglo…
El mundo se ha vuelto peligroso no por la gente que hace el mal sino por
aquellos que no hacen nada por evitarlo… Tenemos que descubrir una nueva
manera de pensar y de actuar si queremos que la humanidad sobreviva… Lo
más bello que podemos experimentar es el lado misterioso de la vida: en él
se encuentran la cuna del arte y de la ciencia verdadera”.
“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.
Albert Einstein.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
LO QUE CREO (1930)
En 1930 Einstein publicó un breve artículo titulado “Lo que creo”, en el cual
manifestaba que los ideales que orientaban su vida eran la bondad, la belleza
y la verdad. Su ideal político era la democracia, decía sentir la pasión por
la justicia y la responsabilidad social y manifestaba un profundo desprecio
por el militarismo. En cuanto a sus ideas religiosas, afirmaba que: “La más
hermosa experiencia que podemos tener es la del misterio”.
“Qué extraña suerte la de nosotros los mortales! Estamos aquí por un breve
período, no sabemos con qué propósito, aunque a veces creemos percibirlo,
pero no hace falta reflexionar mucho para saber, en contacto con la realidad
cotidiana, que uno existe para otras personas: en primer lugar para aquellos
de cuyas sonrisas y de cuyo bienestar depende totalmente nuestra propia
felicidad, y luego, para los muchos, para nosotros desconocidos, a cuyos
destinos estamos ligados por lazos de afinidad.
Me recuerdo a mí mismo cien veces al día, que mi vida interior y mi vida
exterior se apoyan en los trabajos de otros hombres, vivos y muertos, y que
debo esforzarme para dar en la misma medida en que he recibido y aún
sigo recibiendo. Me atrae profundamente la vida frugal y suelo tener la
agobiante certeza de que acaparo una cuantía indebida del trabajo de mis
semejantes. Las diferencias de clase me parecen injustificadas y, en último
término, basadas en la fuerza. Creo también que es bueno para todos, física
y mentalmente, llevar una vida sencilla y modesta. No creo en absoluto en la
libertad humana en el sentido filosófico.
Todos actuamos no sólo bajo presión externa, sino también en función de
la necesidad interna. La frase de Schopenhauer: “Un hombre puede hacer
lo que quiera, pero no querer lo que quiera”, ha sido para mí, desde mi
juventud, una auténtica inspiración. Ha sido un constante consuelo en
las penalidades de la vida, de la mía, de las de los demás y un manantial
inagotable de tolerancia. El comprender esto mitiga, por suerte, este sentido
de la responsabilidad que fácilmente puede llegar a ser paralizante, y nos
impide tomarnos a nosotros y tomar a los demás excesivamente en serio;
conduce a un enfoque de la vida que, en concreto, da al humor el puesto que
se merece.
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Las voces de la Otredad
Siempre me ha parecido absurdo, desde un punto de vista objetivo, buscar
el significado o el objeto de nuestra propia existencia o de la de todas las
criaturas, y sin embargo, todos tenemos ciertos ideales que determinan la
dirección de nuestros esfuerzos y nuestros juicios. En tal sentido nunca he
perseguido la comodidad y la felicidad como fines en sí mismos, llamo a este
planteamiento ético “el ideal de la pocilga”.
Los ideales que han iluminado mi camino y me han proporcionado una y otra
vez nuevo valor para afrontar la vida alegremente, han sido: belleza, bondad
y verdad. Sin un sentimiento de comunidad con hombres de mentalidad
similar, sin ocuparme del mundo objetivo, sin el eterno inalcanzable de las
tareas del arte y de la ciencia, la vida me habría parecido vacía. Los objetivos
triviales de los esfuerzos humanos (posesiones, éxito público, lujo) me han
parecido despreciables.
Mi profundo sentido de la justicia social y de la responsabilidad social ha
contrastado siempre, curiosamente, con mi notoria falta de necesidad de un
contacto directo con otros seres humanos y otras comunidades humanas.
Soy en verdad un “viajero solitario” y jamás he pertenecido a mi país, a mi
casa, a mis amigos, ni siquiera a mi familia inmediata, con todo mi corazón.
Frente a todos estos lazos, jamás he perdido el sentido de la distancia y una
cierta necesidad de estar solo… sentimientos que crecen con los años.
Uno toma clara conciencia, aunque sin lamentarlo, de los límites del
entendimiento y la armonía con otras personas. No hay duda de que con esto
uno pierde parte de su inocencia y de su tranquilidad; por otra parte, gana
una gran independencia respecto a las opiniones, los hábitos y los juicios
de sus semejantes y evita la tentación de apoyar su equilibrio interno en tan
seguros cimientos.
Mi ideal político es la democracia. Que se respete a cada hombre como
individuo y que no se convierta a ninguno de ellos en ídolo. Tengo plena
conciencia de que para que una sociedad pueda lograr sus objetivos, es
necesario que haya alguien que piensa, dirija y asuma en términos generales,
la responsabilidad. Pero el dirigente no debe imponerse mediante la fuerza,
sino que los hombres deben poder elegir a su dirigente. Soy de la opinión que
un sistema autocrático de coerción degenera muy pronto. La fuerza atrae
siempre a hombres de escasa moralidad y considero regla invariable el que a
los tiranos de talento sucedan siempre pícaros y truhanes.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Lo que es realmente valioso en el espectáculo de la vida humana no es, en
mi opinión, el estado político, sino el individuo sensible y creador; sólo eso
crea lo noble y lo sublime, mientras que el rebaño en cuanto tal, se mantiene
torpe en el pensamiento y torpe en el sentimiento.
La experiencia más hermosa que tenemos a nuestro alcance es el misterio.
Es la emoción fundamental que está en la cuna del verdadero arte y de la
verdadera ciencia. El que no la conozca y no pueda ya admirarse, asombrarse
ni maravillarse, está como muerto y tiene los ojos nublados.
Fue la experiencia del misterio (aunque mezclada con el miedo) la que
engendro la religión. La certeza de que existe algo que no podemos alcanzar,
nuestra percepción de la razón más profunda y la belleza más deslumbradora,
a la que nuestras mentes sólo pueden acceder en sus formas más toscas, son
esta certeza y esta emoción las que constituyen la auténtica religiosidad.
En este sentido y sólo en éste, es en el que soy un hombre profundamente
religioso.
No puedo imaginar a un dios que recompense y castigue a sus criaturas o que
tenga una voluntad parecida a la que experimentamos dentro de nosotros
mismos, ni puedo ni querría imaginar que el individuo sobreviva a su muerte
física. Yo me doy por satisfecho con el misterio de la eternidad de la vida y
con la conciencia de un vislumbre de la estructura maravillosa del mundo
real, junto con el esfuerzo decidido por abarcar una parte, aunque sea muy
pequeña, de la razón que se manifiesta en la naturaleza.”
Albert Einstein.
“Educación es lo que queda después de olvidar lo que se ha aprendido en la
escuela… El aprendizaje es experiencia, todo lo demás es información”.
Albert Einstein.
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Las voces de la Otredad
SEMILLERO EINSTENIANO
• La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia… La única crisis
amenazadora es la tragedia de no querer luchar por superarla… Sin crisis
no hay desafíos y sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía…
Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento
y respeta más los problemas que las soluciones… En los momentos de
crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento…
Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar ‘superado’… Sin
crisis todo viento es caricia…
• Los grandes espíritus siempre han encontrado violenta oposición de
parte de los mediocres. Estos no pueden entender cuando un hombre no
sucumbe impensadamente a prejuicios y honestamente y con coraje usa
su inteligencia… Las cosas no cambian si siempre hacemos lo mismo…
La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura…
Los problemas significativos que afrontamos no pueden solucionarse en
el mismo nivel de pensamiento en el que estábamos cuando los creamos…
• El ser humano es parte de un todo que llamamos el universo. Se siente
a sí mismo, sus ideas y sentimientos como algo separado del resto –una
especie de ilusión óptica de su conciencia-. Esta ilusión es como una
prisión que nos limita a nuestros deseos personales y a querer sólo a unas
pocas personas íntimas. Nuestra tarea debe ser libertarnos de esa prisión
ampliando nuestro círculo de afectos para abarcar a todas las criaturas
vivas y toda la hermosura de la naturaleza.
• Debemos pensar de forma distinta si queremos que la humanidad se salve.
Hacemos un llamamiento como seres humanos a otros seres humanos:
recordad vuestra humanidad y olvidad el resto.
• La ilusión de estar separado de los demás es como una prisión que nos
limita a nuestros deseos personales y a tener sólo afectos cercanos. Es
necesario liberarnos ensanchando el círculo de nuestra compasión para
incluir a todo lo viviente y a la naturaleza entera.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
• Sé con toda seguridad que no poseo ningún talento especial. La
curiosidad, la obsesión y una perseverancia tenaz combinados con la
autocrítica, han guiado mis ideas… En nueve de cada diez ocasiones hay
alternativas mejores.
• Soy en verdad un viajero solitario y los ideales que han iluminado mi
camino y han proporcionado una y otra vez nuevo valor para afrontar la
vida han sido: la belleza, la bondad y la verdad.
• Las tres reglas del trabajo: En el desorden, encontrar simplicidad; en
el ruido, encontrar armonía; en medio de la dificultad, encontrar la
oportunidad.
• Levántate 30 minutos más temprano. Si lo haces durante un año, habrás
agregado 7 días a tu tiempo productivo.
• Quien es descuidado con la verdad en asuntos menores, no merece la
confianza para atender asuntos importantes… Fuera del desorden, halla
la simplicidad.
• ¡Cuánto desearía que existiese en alguna parte una isla para aquellos que
son sabios y bondadosos! ¿Qué sabe el pez del agua en que nada toda su
vida?
• Si quieres obtener un resultado diferente, no hagas siempre lo mismo.
¡Amplía tus horizontes! La imaginación lo es todo. Es la vista previa de
lo que la vida va a traer.
“Mi religión consiste en una humilde admiración del ilimitado espíritu superior
que se revela en lo más pequeños detalles que podemos percibir en nuestra frágil y
débil mente (…). Si hay algo en mí que pueda ser llamado religioso es esa ilimitada
admiración por la estructura del mundo hasta donde el conocimiento científico puede
revelarlo”.
Albert Einstein.
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Las voces de la Otredad
C. HERMENÉUTICA DEL CONFLICTO. COLLAGE
“El diálogo basado en sólidas leyes morales, facilita la solución de los conflictos y
favorece el respeto por la vida. El recurso de las armas para dirimir las controversias
representa siempre una derrota de la razón y de la humanidad... La violencia jamás
resuelve los conflictos, ni siquiera disminuye sus consecuencias dramáticas… Amar
es lo contrario de utilizar... En nombre de Dios, que se detengan los instrumentos
de la muerte y la destrucción… La paz exige cuatro condiciones esenciales: verdad,
justicia, amor y libertad”.
Juan Pablo II.
“Convocamos al pueblo de Colombia, a sus gobernantes y a todos los actores
del abominable conflicto armado que nos viene atropellando de manera
indiscriminada, a solidarizarse de manera inmediata y permanente para
detener esta guerra miserable que hoy nos estremece a todos y poder lograr
algún día una paz duradera que no sea la dolorosa paz de los sepulcros”.
“Por una Colombia libre y sin represores”. Sociedad Colombiana de
Cardiología. Manifiesto de tristeza, indignación y repudio por el secuestro
y muerte del doctor Miguel Alberto Nassif García. Octubre de 2000.
“Se trata de enfrentar temas como la supervivencia física de las comunidades
indígenas, muchas de las cuales se encuentran ubicadas en zonas de conflicto;
el etnocidio y la interrelación entre la cuestión del ordenamiento territorial,
la administración de los recursos naturales, la autodeterminación y los
derechos a la cultura, las lenguas autóctonas y la educación”.
Kofi Anán. Secretario General de la ONU.
“Vendrá el momento en el cual las guerras y los conflictos armados serán
considerados métodos obsoletos para calmar las diferencias entre las
naciones y las comunidades. Pronto nos daremos cuenta de que el diálogo
y el compromiso son los mejores métodos para resolver las diferencias para
beneficio de todos y el bien el futuro de nuestro encantador y frágil planeta”.
Dalai Lama (1935). Máximo exponente del Budismo tibetano. Premio
Nobel de Paz 1989.
“El propósito de trabajar sobre el problema no es llegar a la respuesta
correcta sino tratar de captar el conflicto entre las diferentes maneras de
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
pensar el problema: por ejemplo, entre dos modos intuitivos de pensar o
entre un análisis intuitivo y uno formal. Cuando uno reconoce el conflicto,
el siguiente paso es elaborarlo hasta sentirse más cómodo...”.
Seymour Papert, científico sudafricano,
pionero de la inteligencia artificial.
“Conozco un planeta donde vive un señor muy colorado, que nunca ha
olido una flor, ni ha mirado una estrella y que jamás ha querido a nadie. Y
todo el día se lo pasa repitiendo como tú: ‘¡Yo soy un hombre serio, yo soy
un hombre serio...!’. Al parecer esto le llena de orgullo. Pero eso no es un
hombre, ¡es un hongo!”.
Antoine de Saint Exupéry, escritor y aviador francés. “El principito”.
“Lo que necesitan muchas personas es quien las estimule y enseñe a encarar
valerosamente sus conflictos vitales, sin desmayar, doblegarse, ni entregarse
a estériles consuelos. Este estímulo no se puede hacer sólo con palabras, es
preciso la fuerza del ejemplo”.
Alexander Southerland Neill, educador escocés, creador de la escuela
“Summerhill”.
“Las Fuerzas más o menos equilibradas pero opuestas pierden por momentos
la sensatez y sumen a los pueblos en las oscuras tragedias del conflicto que no
se detiene frente al crimen que se haya cubierto con el manto complaciente
de la decisión política que lo inspira”.
Fernando Landazábal Reyes, exmilitar colombiano.
“Entramos en el siglo 20 tratando de lidiar con tres ideas que pretenden
definir o describir o explicar tres ámbitos de actuación, el desarrollo y el
conflicto: Darwin sobre el mundo natural, Freud sobre el mundo interno,
Marx en el mundo económico”.
Bruce Jackson, folclorista estadounidense.
“Imagino un futuro en el que la educación incluirá como rutina el inculcar
aptitudes esencialmente humanas como la conciencia de la propia persona,
el autodominio y la empatía, y el arte de escuchar, resolver conflictos y
cooperar”.
Daniel Goleman (1947), psicólogo estadounidense. “La inteligencia
emocional”.
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Las voces de la Otredad
“Escuchar a los demás te ofrece la posibilidad de tener una visión más
objetiva y completa sobre los temas de tu interés, además de brindarte la
oportunidad de crear un ambiente de colaboración mutua en lugar de uno
de conflicto”.
Tony Buzan, educador británico, pionero de los mapas mentales.
“Los problemas y conflictos pueden ser la fuente de una derrota, una
limitación para nuestra potencialidad, pero también pueden dar lugar a una
mayor comprensión de la vida y el nacimiento de una unidad más fuerte en
el tiempo”.
Karl Theodor Jaspers, filósofo alemán.
“Se trata de recuperar ese terreno en que los afectos se cruzan con la
información, para aprender a movernos adecuada y audazmente en medio
de los conflictos humanos sin quedar aprisionados por ellos”.
Luis Carlos Restrepo, psiquiatra colombiano. “Ecología humana.
Una estrategia de intervención cultural”.
“Vive como si fueras a morir dentro de diez segundos. Mira el mundo: es
más fantástico que cualquier sueño que puedas tener o fabricar. El secreto
está en no pedir garantías ni buscar seguridades”.
Ray Bradbury, escritor estadounidense.
“La paz no es únicamente la ausencia de guerra o violencia, sino el
fortalecimiento de los aspectos positivos que la edifican, como son la
armonía, la cohesión, la colaboración y la integración”.
Johan Galtung, sociólogo y pacifista noruego.
“A mí me gustaría que la guerra fuera sin armas (...) O sea, una guerra,
pero no una guerra-guerra, sino como diálogo; simplemente con palabras,
planteamientos, propuestas y decisiones”.
William Ospina, escritor colombiano. Prólogo al libro de Guillermo
González Uribe, “Los niños de la guerra”.
“Hacer la paz es acercar los muchos conflictos de una sociedad a un punto
de consenso. Se trata de una nueva visión de la pintura sobre la tela de la
historia política de una nación”.
Benazir Bhutto, política pakistaní.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
“Cuando aceptas este momento completamente, cuando ya no discutes con
lo que es, el pensamiento compulsivo mengua y es reemplazado por una
quietud alerta”.
Eckhart Tolle, escritor espiritualista alemán.
“Los conflictos ocurren porque tenemos creencias distintas en la parte
superior (neocórtex), mientras que todos compartimos las creencias básicas”.
Eduardo Punset, escritor español.
“Si queremos acabar con los conflictos interétnicos, debemos invertir menos
en guerras e invertir más en la cultura de la paz”.
Federico Mayor Zaragoza, educador español,
director general de la Unesco (1987-1999).
“El hombre no será sabio hasta que resuelva toda clase de conflictos con las
armas de la mente y no con las físicas”.
Wernher von Braun, ingeniero aero-espacial de origen alemán.
“El arte es la expresión de una solución al conflicto entre las exigencias del
mundo externo y el interno”.
Edith Hamilton, escritora y educadora alemana.
“Allí donde no veíais el menor indicio de conflicto podéis estar seguro de que
no existe libertad”.
Montesquieu, pensador político francés.
“El facilismo es una senda que conduce siempre a la pobreza, al conflicto y
a la frustración”.
Renny Yagosesky, psicólogo venezolano.
“La cooperación no es ausencia de conflictos, sino el medio para resolver el
conflicto”.
Deborah Tannen, lingüista estadounidense.
“No hay que apagar la luz del otro para lograr que brille la nuestra”.
Mahatma Gandhi, líder espiritual hindú.
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Las voces de la Otredad
D. BITÁCORA.
UNA EXPEDICIÓN AL MUNDO DEL CONFLICTO
• La ausencia de alternativas de solución le resta importancia a los temas que
se discuten en muchos escenarios: territorio, violencia y poder; modelos
de intencionalidad hostil; impacto racio-emocional del terrorismo;
alternativas educativas para una cultura de paz; psico-sociología del
conflicto; autoagresión y violencia de género; infrahumanización de la
violencia simbólica; desmovilización, estrés postraumático y trastorno
antisocial; resiliencia transcultural juvenil; violencia política y terrorismo
de Estado.
• El 10% de los conflictos se deben a una diferencia de opinión y el 90% a
un tono de voz equivocado. Creemos que la madurez llega sólo mediante
la honda fricción, la intensidad del conflicto, el constante combate dentro
y fuera. Por eso es que nunca disfrutamos de ella. Cuando contemplemos
dentro de cincuenta años la forma en la que hoy afrontamos los conflictos
y las oportunidades problematizadoras en nuestras organizaciones,
nos asombraremos sobre las dimensiones de nuestra estupidez y nos
preguntaremos cómo era posible haber sido tan ignorantes.
• Los proyectos urbanos, en tanto que son a la vez respuesta a desafíos
de la ciudad y oportunidades que se presentan a algunos actores
públicos o privados, son ya un momento potencial de debate, conflicto y
negociación. Los planes estratégicos deberán ser un ámbito importante
de participación cívica. Instrumentos tales como planes, programas y
proyectos deben favorecer la manifestación de aspiraciones e intereses
diversos, incluso de sectores cuya voz se escucha normalmente poco en
la ciudad.
• Los próximos años estarán imbuidos de un espíritu bélico debido al
calentamiento global, la escasez de agua, la xenofobia, los conflictos
étnicos y las guerras genéticas, bacteriológicas y químicas. He aquí
algunos grandes temas del futuro: ingeniería organizacional, liderazgo
estratégico y situacional, gerencia de la imaginación, gestión para la
competitividad, planeación por escenarios, aseguramiento de la calidad,
competencias para la negociación y la resolución de conflictos.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
• En la vida cotidiana confluyen egos, conflictos y obligaciones que
interrumpen ese flujo feliz y nos hacen sentir fragmentados. ¿Por qué?
Tal vez se deba al afán por analizar, diseccionar la vida que lo ponemos
todo bajo el microscopio de la razón. Pero la realidad es un río cambiante,
como diría Heráclito, que no se deja encauzar y requiere un bote flexible
para navegar por ella. El arte de fluir enseña a abrirse a las experiencias,
a escuchar la intuición y desarrollar el potencial creativo.
• Estos aspectos forman parte del cuadro socio-patológico de la compleja
realidad que vive nuestro país: altos índices de violencia y delincuencia;
violencia intrafamiliar; pérdida de principios y valores; deterioro del tejido
emocional en diferentes segmentos de población; crisis de liderazgo;
climas organizacionales enrarecidos; incapacidad dialógica y resolutiva
de conflictos; falta de asuntividad; afrontamiento y decisoriedad frente a
una problemática determinada.
• La “nueva ciudad” no se refiere únicamente al crecimiento y transformación
física de los actuales asentamientos humanos sino a la consolidación de
nuevas formas de existencia y convivencia ciudadanas. Hoy por hoy se
abriga una enorme esperanza en el desarrollo cualitativo de las urbes: se
espera que con ellas se alcance un mundo más estable y equitativo, libre
de injusticias y conflictos, y se contribuya a la construcción de una paz
amplia y duradera.
• Cuando no tomamos conciencia de nuestros conflictos e intentamos
resolver nuestras contradicciones interiores de cualquier manera, la
realidad se encargará de representar ante nosotros nuestro mundo
conflictivo. Creemos que la madurez llega sólo mediante hondas y
cruentas fricciones, intensos conflictos, constantes combates dentro y
fuera de nosotros mismos… Al no ser seres de trascendencia, quizás, por
eso, es que nunca disfrutamos de ella.
• Nuestro mayor logro no consiste en superar de forma rápida y mágica
nuestros conflictos sino en aprender a aceptar la crisis como parte
necesaria de nuestro crecimiento, adquirir las herramientas necesarias
para atravesarla y vivirla como un proceso necesario y enriquecedor para
nuestro desarrollo como individuos y, a su vez, que podamos aceptar e
integrar sus aspectos luminosos y oscuros para tornarnos en seres sobrios
y coherentes.
63

Las voces de la Otredad
• La recreación del concepto de ciudadano, como sujeto de la política
urbana, aquel que se hace ciudadano interviniendo en la construcción y
gestión de la ciudad, integrándose, conquistando derechos, modelando
su entorno, adquiriendo autoestima y dignidad, enfrentándose a los
desafíos que le plantean las dinámicas y las políticas urbanas… Hablamos
de un ciudadano que tiene derecho al conflicto urbano.
• La palabra es el arma fundamental para resolver los conflictos y el respeto,
la munición de ese arma. Hay que afrontar los conflictos sin imposición
y sin sumisión. Muchas veces se hace referencia a un tipo de solución:
“yo gano, tú pierdes” o “tú pierdes, yo gano”. Todo lo que no sea abogar
por “todos tenemos que ganar”, supone un ejercicio de obstrucción y
filibusterismo que conspira contra el proceso de paz.
• Hoy se entiende la historia como una disciplina conflictiva y política:
estudia el conflicto en el cual vive una comunidad y las acciones
estratégicas que movilizan ideas e intereses contrapuestos. Es un error
seguir creyendo que nos traumatizaríamos al conocer nuestros oscuros
orígenes institucionales. Esto no nos vuelve revoltosos y comunistas…
simplemente los vuelve reflexivos, críticos y propositivos.
• Los seres humanos vivimos con el miedo continuo a ser heridos y esto
da origen a grandes conflictos dondequiera que vayamos. La manera de
relacionarnos los unos con los otros provoca tanto dolor emocional que,
sin ninguna razón aparente, nos enfadamos y sentimos celos, envidia o
tristeza. Pero, aunque mantener una interacción emocional nos provoque
dolor y nos dé miedo, seguimos haciéndolo.
• Debido al miedo que los seres humanos tenemos a ser heridos y a fin de
proteger nuestras heridas emocionales, creamos algo muy sofisticado en
nuestra mente: un gran sistema de negación. En ese sistema de negación
nos convertimos en unos perfectos mentirosos. Mentimos tan bien, que
nos mentimos a nosotros mismos e incluso nos creemos nuestras propias
mentiras.
• Nuestra historia sólo se puede comprender a través del hecho sociológico,
del dato económico, del argumento político, del fundamento filosófico,
del análisis antropológico. Las ciencias sociales han probado su eficacia
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
desde su sistematicidad, su seriedad, utilidad, poder predictivo, para
enfrentar y resolver problemas que la historiografía resuelve a base de
anécdotas y de chismes.
• Se requiere de un viaje guiado a través del mundo de la vida socio-afectiva
de nuestros estudiantes, hecho con sinceridad, objetividad, entusiasmo
y responsabilidad, para que la lógica impere en sus acciones futuras
creando una conciencia responsable y que sea, a su vez, conocedor de
los graves conflictos existentes, pero que también sepa cómo evitarlos o
minimizar los riesgos.
• A menudo, el primer paso para resolver un conflicto pasa por asumir
la cuota de responsabilidad que tenemos en él. Más que esperar a que
algo o alguien cambie, o lamentarse de lo que no es posible modificar, lo
inteligente sea tal vez cuestionarnos nuestras propias actitudes y abrirnos
a un nuevo modo de vernos en otros escenarios muy propios de nuestra
vida cotidiana.
• La formación de sentidos y destrezas para la convivencia social será
una tarea cada vez más difícil si no nos aceptamos y reconocemos en
el conflicto y no nos involucramos en él como agentes educativos. A
veces creemos que frente a los problemas de violencia, la solución está
en evitar tomar partido, asumir actitudes higiénicas, negar el conflicto o
sublimarlo.
• Los ingredientes de un buen liderazgo de cara a un proceso legitimador de
paz, son: preparación, inteligencia emocional, potencial de crecimiento,
don de mando, versatilidad probada en el manejo de conflictos, pasión
por la misión, coraje, tenacidad y perseverancia, creatividad y capacidad
de tomar decisiones. Liderar es decidir, capacidad de escuchar e intuición.
• Todos necesitamos de alguien que nos estimule para que aprendamos
a enfrentar valerosamente nuestros conflictos vitales cotidianos, sin
renunciar, doblegarnos, ni entregarnos a estériles consuelos, dependencias
o fugas desbocadas. Este estímulo no se puede hacer sólo con palabras: es
preciso la fuerza del ejemplo, la comprensión y la solidaridad.
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Las voces de la Otredad
E. LOS DILEMAS DE NÉMESIS.
LA JUSTICIA ENTRE LA VERDAD Y EL OLVIDO
Las múltiples violencias que padecemos han dejado en los últimos 60 años
alrededor de 600.000 muertos, la mitad de ellos, víctimas del conflicto armado,
uno de los más sangrientos en la historia contemporánea de América Latina.
Resultan aterradoras las cifras del desplazamiento: 6 millones (6 civiles de
cada 8 víctimas) equivalentes al 15% de la población colombiana, todo
ello en contravía del Derecho Internacional Humanitario. Según el Centro
Nacional de Memoria Histórica, entre 1985 y 2012, el conflicto armado
desplazó cada hora a 26 personas y cada 12 horas secuestró a una persona.
El periodo 1996-2005 fue el más crítico: una persona fue secuestrada cada
8 horas, y un civil o un militar cayeron cada día en una mina antipersonal.
Estos datos han convertido a Colombia en el segundo país, después de
Afganistán, con el mayor número de víctimas en campos minados y el
primero a nivel mundial con la mayor cantidad de desplazados internos. El
23 de abril de 2016 se realizó en el Parque Monumento del municipio de
Trujillo (Valle del Cauca), un acto público que hace parte del “Acuerdo de
Solución Amistosa” suscrita por la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos -CIDH- que reconoce la responsabilidad del Estado colombiano
en las ejecuciones extrajudiciales, tortura y desaparición forzada, que se
presentaron entre 1988 – 1994, en la zona urbana y rural de ese municipio.
Esta masacre dejó un saldo de 342 muertos (el Estado sólo reconoce 76). Los
testimonios fueron desgarradores, pero hay uno que siempre recordamos y
que nos deja pensativos y cabizbajos: “Si no se habla, si no se escribe y no se
cuenta, se olvida y poco a poco se va tapando bajo el miedo. La gente que
vio el muerto se va olvidando y tiene miedo de hablar, así que llevamos un
oscurantismo de años en el que nadie habla de eso (…). Como nadie habla
de lo que pasó, nada ha pasado. Entonces bien, si nada ha pasado, pues
sigamos viviendo como si nada”. El filósofo colombiano Alfredo Gomez
Muller, profesor de la Universidad Católica de Paris, advierte sobre el peligro
de la irrupción de ciertas analogías (memoria – violencia; olvido – seguridad
y paz) enquistadas en el alma nacional.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Estas dicotomías nos hacen creer que la memoria reactiva la violencia y
convierte a las víctimas en victimarios y el olvido se erige por arte de magia
en el motor inmóvil de la seguridad y la paz nacionales. Se ha pretendido
resolver en parte el dilema ético entre rememorar y olvidar con la expedición
de dos controvertidas normas: la Ley 975 de 2005 (Ley de Justicia y Paz) que
facilitaba el proceso de desmovilización de los paramilitares y la Ley No.
1.408 de 2010 sobre protección y asistencia a las víctimas.
Las palabras del escritor rumano – húngaro Elie Wiesel al aceptar el Premio
Nobel de la Paz en 1986, un superviviente de los campos de concentración
de Auschwitz y Buchenwald, se tornan aquí concluyentes: “Lo que todas
las víctimas necesitan, sobre todo, es saber que no están solas; que no las
estamos olvidando, que cuando sus voces sean ahogadas debemos prestarles
las nuestras, que mientras su libertad dependa de la nuestra, la calidad de
nuestra libertad depende de la suya”.
EL DERECHO A LA MEMORIA
España se apresta a conmemorar los 80 años del inicio de la Guerra Civil
(1936). En 2015 celebró los 40 años de la muerte del dictador Francisco
Franco, el inicio de la “desfranquización” y el restablecimiento de la
democracia (1978). La importancia de esta cruenta efemérides se resume
en varias preguntas: ¿qué pasará con los cuerpos de 100.000 republicanos
que aún siguen sepultados en fosas anónimas? ¿Cómo restablecer los
derechos a 30.000 personas que fueron entregadas en forzosa adopción al
bando contrario durante los 36 años que duró la dictadura? ¿Por qué no se
han castigado a los culpables de este genocidio que costó la vida a más de
500.000 personas?
España es el segundo país del mundo en número de desaparecidos cuyos
restos no han sido recuperados ni identificados, tras Camboya que durante el
régimen comunista de Pol Pot y sus “Jémeres rojos” asesinó a dos millones de
personas bajo el lema fratricida del “Enemigo oculto”. También es el único
país que no ha realizado investigación alguna sobre el terrorismo estatal
agenciado por esa dictadura, pese a los reclamos del Consejo de Europa (47
países en el 2006) y el emplazamiento que hizo la ONU en julio de 2015 para
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Las voces de la Otredad
que se revisara la Ley de Amnistía de 1977 y la Ley de Memoria Histórica
de 2007.
El derecho a la memoria, además de ser, hoy día, política pública, es un
derecho subjetivo, una potestad imprescriptible e inalienable, el cual parte de
su reconocimiento como elemento vital en el acceso a la verdad, categoría
ético-filosófica, política y jurídica y criterio necesario para acceder a la justicia
transicional en el marco de un proceso cultural de convivencia pacífica.
Desde allí se pretende ceder la voz, la palabra y la acción a las memorias
excluidas y enajenadas, aquellas que se han visto marginadas, discriminadas
o estigmatizadas desde las distintas narrativas históricas; mujeres, indígenas,
negros, minorías nacionales, prostitutas y homosexuales.
El jurista francés Louis Joinet presentó un “Informe final sobre la cuestión
de la impunidad de los autores de violaciones de los Derechos Humanos”
(1985) a la Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protección a las
Minorías de la ONU, hoy Subcomisión para la Promoción y la Protección de
los Derechos Humanos. Nació así, dos años después, “el derecho de saber”
y “el deber de la memoria”. Se buscaba no solo evitar que en el futuro las
violaciones se reprodujeran, sino prevenir contra aquellos relatos históricos
que muchas veces buscan deformar o negar dichas actuaciones violentas e
intolerantes.
El informe concluía: el conocimiento que tiene un pueblo de la historia de
su opresión pertenece a su patrimonio y como tal, debe ser preservado. Para
ello debemos -contrario a lo que piensan algunos “amnesiólogos”-, leer y
revisar las páginas reales y verdaderas de nuestra historia nacional antes
de darles vuelta. El tema del derecho a la memoria es pues, un imperativo
categórico donde la culpa muchas veces recae “curiosa y culposamente”
sobre las víctimas “a través de diversos artilugios retóricos”. Dos aforismos
muy conocidos nos ayudan en esta reflexión inicial: la memoria es también
conocimiento, no solo sentimiento… Hay que hacer memoria para hacer
justicia.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
MEMORIA, JUSTICIA Y VERDAD
Se han creado en más de 30 países “comisiones de la verdad” que buscan
“esclarecer” y “explicar” la complejidad de sus conflictos socio-políticos,
contribuir al reconocimiento de las víctimas, fijar responsabilidades
individuales y colectivas, promover una convivencia dialógica y pacífica,
relatar de manera fidedigna los crímenes cometidos desde la intolerancia y
el autoritarismo, reivindicar las luchas sociales por la democracia, la justicia
y la equidad y desarrollar, a su vez, jornadas pedagógicas donde se activice
la reflexión-acción en torno a la defensa de la libertades y el respeto por los
derechos humanos.
Dichas comisiones proponen acciones políticas, culturales y mediática
que al inventariar todos los abusos, hostigamientos y atropellos contra la
población civil, vuelvan acto y vivencia paradigmas éticos, políticos y
jurídicos, difundan el conocimiento de los derechos humanos, denuncien las
complicidades e indiferencias, propugnen por un juicio ejemplar y el castigo
por los crímenes cometidos por el terrorismo verde oliva. Si bien es cierto
que el derecho a la verdad conlleva un deber de memoria, debe haber una
relación integral entre los derechos a la verdad, a la justicia, a las medidas de
reparación y a exigir la no repetición.
Algunos piensan que la memoria es el único lugar paradisiaco del que
no podemos ser expulsados (Jean Paul, 1793); Otros los consideran un
imperativo moral digno de reivindicarse; unos cuantos más lo identifican
como un topos infernal al cual no deberíamos volver. Lo cierto del caso es
que, sin saber dónde hemos estado, no tendremos idea hacia dónde vamos
y cualquier camino nos servirá. Las sociedades no tienen recuerdos, pero si
tienen memoria histórica entendida como un dispositivo político orientado a
construir un sistema de creencias controladas sobre un pasado preentificador
que se asumirá como común.
Ante el esfuerzo intencional que algunos realizan “para que otros crean”,
la memoria colectiva se va poblando de seres fantasmagóricos: héroes y
mártires, verdugos y cómplices. Los hechos, las personas y los conflictos son
aceptados o proscritos y el entramado narrativo de la historia con su cúmulo
de acciones y aconteceres, es sustituida por un relato bordado de urdimbres
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Las voces de la Otredad
maniqueístas que manipulan, enajenan y tergiversan. Al rememorar se
elige una recordación mitificada o satanizada de unas víctimas que obliga
a suprimir de los anales de la conciencia y la memoria colectivas, hechos y
relatos violentos que invisibilizan de manera intencional historias cruentas
y guerreristas que nos llenaron de duelo, angustia y dolor. “Es no querer
recordar para no saber ni que se sepa”.
“No hay mayor mentira que una verdad mal entendida”, afirmaba el poeta
estadounidense William Carlos Williams. Si se re-conceptualiza la historia
como una construcción de futuribles y se visualiza el futuro como una
visión entrelazada de presentes, entonces viviríamos hoy tal como la gente
cree que debe vivir: desafiando el mal que le rodea y valorando sus gestas
libertarias y difundiendo la voz de alerta para advertir en qué momento o
bajo qué circunstancia atravesamos ese umbral imperceptible que separa la
indiferencia del olvido.
Hace 70 años (el 1º de octubre de 1946) finalizaron los Juicios de Nuremberg. Tras
10 meses de sesiones los miembros del Tribunal Militar Internacional (EE.UU,
U.R.S.S., Inglaterra y Francia) tuteladas por la Carta de Londres, condenaron
a 12 gobernantes nazis la horca; hubo 3 sentencias a cadena perpetua; 2 nazis
fueron penalizados con 20 años de prisión; 1 condenado a 15 años de cárcel y
otro a 10 años: 3 fueron absueltos y 2 quedaron sin condena. Un tribunal militar
norteamericano manejó 12 procesos más y, a partir de 1998, se constituyó un
Tribunal Penal Internacional Permanente.
Los cargos motivo de la condena fueron conspiración y atentados contra la paz,
actos de agresión, crímenes de guerra y violaciones de las Convenciones de La
Haya y Ginebra y crímenes contra la humanidad. 7 décadas después. Cunden los
cuestionamientos: no ha habido sanción alguna contra los grandes banqueros e
industriales que financiaron la guerra y se lucraron de ella como es el caso de la
Royal Dutch Shell. Se han dado condenas morales contra pensadores pronazis
tales como el filósofo Martin Heidegger (“los cuadernos negros”), el dramaturgo
Gerhart Hauptmann (premio Nobel 1912) y el escritor Gunter Grass (“El tambor
de hojalata”), pero nunca se condenó el silencio del papa Pío XII ante los crueles y
criminales embates del Nazismo, el Fascismo y el Falangismo.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
La necesidad humana más esencial es la de alejar el miedo como una obsesión
y reemplazarlo con actitudes preventivas que estimulen el desarrollo del
sentido común en una sociedad esquizoide como en la que vivimos.
El miedo es un sentimiento que invalida y provoca desequilibrios emocionales
que se expresan a nivel psíquico, físico y social. Vivimos experiencias intensas,
extrañas, sin que podamos identificar la causa de su origen.
Estamos llenos de miedos: temor a perder lo que tenemos, a lo que piensen
los demás, a disfrutar sin castigo, a ser engañados, a aceptarnos como somos
e incluso a amar abiertamente.
Hay etapas de pérdida muy difíciles, llenas de dolores y miedos pero capaces
de liberarnos de arcaicas ataduras: una puerta abierta que nos empuja a decir
adiós a lo que ya no sirve.
Se dice que un acto de valor es algo que se hace, no porque se sienta miedo,
sino por la certeza de estar haciendo lo que es debido. La educación es un
acto de valor diario.
Si no sentimos miedo es porque no estamos haciendo nada interesante.
Somos emprendedores y tenemos aspiraciones… Luego el miedo nos
acompañará siempre.
Es preferible desenvolverse en medio del desencuentro y el miedo que ir
encadenando renuncias y negaciones simplemente para adaptarse o ser
aceptado.
El único antídoto contra el miedo es enfrentarlo y mirar esas experiencias
trémulas como oportunidades de crecimiento y fortalecimiento personal.
Por un baile de letras, el miedo se convierte en el medio a través del cual
podamos volver a jugar y disfrutar de la vida como niños sorprendidos.
Si creemos poder vencer el miedo haciéndole frente con audacia, sólo lo
estaremos llevando a otra parte de nuestra mente en lugar de curarlo.
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Las voces de la Otredad
El miedo es el tránsito de esa dimensión donde reinan la certeza y la
mismidad, al mundo donde conviven la duda y la incertidumbre.
El miedo es cualquier experiencia física, emocional o espiritual que crea en
nosotros un fuerte apego, rechazo o sensación de indefensión.
Al hundirnos en las profundidades del miedo que hay en nuestra conciencia,
es cuando descubrimos todo cuanto necesitamos para curarlo.
Somos, por naturaleza, seres serenos, pero perdemos la serenidad a causa de
los miedos que nos llevan a la confusión y al apego.
Al comienzo, los miedos reprimidos se manifiestan de una manera poco
evidente como es el caso de una conducta adictiva.
Si las preocupaciones matan más personas que el trabajo, es porque la gente
se preocupa más de lo que trabaja.
Los héroes y los cobardes sienten el mismo miedo. Lo que diferencia a unos
de otros es su reacción frente a él.
No es posible sostener una relación nutritiva y madura si está dominada por
el miedo y la insatisfacción.
La felicidad no es un premio sino una consecuencia. El sufrimiento no es un
castigo sino un resultado.
El miedo deforma la percepción. Vemos lo que creemos ver… Luego vendrán
los ayes y los ohes.
El síndrome del juicio final: el miedo oxigena las consecuencias que nos
hemos imaginado.
El miedo es como un muro que nos limita el campo visual, el crecimiento y
la creatividad.
El miedo se apoderará de nosotros siempre que nos quede algo a que
aferrarnos.
El miedo nace en algún lugar de nuestra mente donde reside la memoria del
dolor.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
73

Las voces de la Otredad
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA
I
“Amable soledad, muda alegría, / que ni escarmiento ves ni ofensas lloras, /
segunda habitación de las auroras, de la verdad primera compañía”.
Antonio Hurtado de Mendoza, dramaturgo español (1586, 1644). “La soledad”.
Dicen que tienes una manera incómoda y altanera de decir tus verdades
y sometes al otro, alguien a quien respetuosamente interpelas, a escuchar
los argumentos que se congelan en el tiempo y sobreviven en su espera,
allí y ahora en el espacioso mundo de tus sentidas angustias mañaneras.
Te rebelas contra ese imperioso mundo de la mendacidad que proscribió
la apofonía de tus sueños y caros desvelos; tratas en vano de darle forma
consistente al eólico ímpetu de tus anhelos reprimidos y sólo permitidos
en tu discente dimensionalidad, sublime estancia pedagógica libertaria.
Colocas tus peligrosas certezas en laberintos minotáuricos de vacilación
donde la duda sólo permite la advocación de Dédalos, Teseos y Ariadnas,
y sólo esa incertidumbre cómplice que vigila y orienta tus salidas sinuosas
por entre atajos y acertijos que alientan el escape de tus credos y aleluyas.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
II. DISIDENCIAS, ENCUENTROS Y EXTRAVÍOS
A. ANECDOFABULARIO. UN ASUNTO DE CONCIENCIA.
APERTURA
B. SEMBLANZA. EL PACTO DE LAS CATACUMBAS.
LOS PEDAGOGOS MALDITOS
C. UN RÉQUIEM POR LA ESCUELA
D. EDUCACIÓN, DISIDENCIAS Y EXTRAVÍOS
E. EL ACTO PEDAGÓGICO. ENTRE LA DUDA
Y LA INCERTIDUMBRE
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA II
ILUSTRACIÓN II
No podemos negar la fuerza con la que irrumpen los medios de comunicación en
el mundo discursivo escolar. Las clases presenciales son un escenario paquidérmico
donde es imposible competir con la velocidad de las redes sociales. El establishment
educativo trata en vano de “llenar” los medios de comunicación con un contenido
cultural, estético y político ajeno a los intereses y necesidades de nuestros jóvenes
estudiantes.
Hoy vemos a nuestros jóvenes cada vez más interconectados con grupos y
movimientos alternativos dispuestos al cambio social, político y económico y a la
reivindicación de nuestros eco-socio-sistemas. Los vemos, a su vez, involucrados
en el derrocamiento de gobernantes autócratas, luchando frontalmente por la libre
circulación de saberes pertinentes con la vida, la justicia, la equidad y el amor
respetuoso por la naturaleza.
La relación entre comunicación y educación es delirante. Lejos está la escuela de
promover competencias argumentativas en sus agentes educativos. La crisis de la
comunicación y de la educación radica en su institucionalización como políticas
públicas. La comunicación y la educación como parte integral de una praxis crítica,
creativa y libertaria son la garantía de la productividad de un Estado.
75

Las voces de la Otredad
II. DISIDENCIAS, ENCUENTROS Y EXTRAVÍOS
A. ANECDOFABULARIO
UN ASUNTO DE CONCIENCIA
La vida de los prisioneros de guerra en Alemania era muy dura: sufrían
hambre y frío y eran sometidos a trabajos forzados. En un sufrimiento más
se convertía el regreso a las barracas al final de la jornada. Allí les esperaba
un guardián uniformado que les hacía víctimas de sus sádicas fantasías con
la cuales el verdugo se divertía. Después de sus crueles fechorías, preguntaba
a cada uno de los prisioneros cuál de ellos sería el próximo.
Un día cualquiera, uno de los prisioneros se adelantó a la recurrente y
consuetudinaria pregunta del torturador y le dijo. “Ya que cada día tiene
usted que golpear a alguien, le pido que hoy me escoja a mí”.
“Ajá francesito. Ya que eres tan ingeniosamente temerario, dime ¿cuántos
golpes crees que vas a recibir hoy con mi fusta?”.
“No me toca a mí decir los golpes que hoy voy a recibir… Eso se lo dejo a su
conciencia”, respondió el prisionero envuelto en una tensa calma.
“¡Mi conciencia! ¡Mi conciencia! ¡Yo no tengo conciencia! ¿A qué viene todo
esto? Respondió el iracundo carcelero.
“Aunque usted no lo crea –dijo luego de una pausa el cautivo- usted si tiene
conciencia y la prueba es que aún no me ha golpeado”.
El prisionero tranquilamente se alejó algunos pasos de su verdugo y, sin
mirarlo, se detuvo y añadió: “Incluso creo que usted no me golpeará esta
tarde”. Luego, siguió caminando.
El verdugo quedo envuelto en un extraño silencio. Pálido y tembloroso de la
ira, se quedó con la mirada llorosa y fija puesta en el atrevido preso que osó
interpelarlo. Nadie, en la historia del penal, le había hablado a la conciencia
76

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
de este desdichado y quizás dicha ausencia, además de su ignorancia, lo
había embrutecido más.
Cuentan que desde ese día, ningún prisionero recibió más golpes en ese
centro reclusorio.
Adaptación de un texto del humanista italiano Giuseppe Lanza del Vasto (1901-
1981), “La aventura de la no violencia”.
APERTURA
El primer día de clases, todos los maestros de una escuela particular recibieron
la siguiente nota del director:
“Querido maestro:
Soy un sobreviviente de un campo de concentración. Mis ojos llegaron a
ver lo que ningún hombre debería contemplar: Cámaras de gas construidas
por ingenieros capaces y eficientes. Niños envenenados por médicos
experimentados y conocedores. Recién nacidos asesinados por enfermeras
bien adiestradas. Mujeres y niños a quienes habían matado e incinerado
jóvenes competentes egresados de la escuela secundaria y la universidad. Por
lo tanto, me muestro suspicaz cada vez que se me habla de lo que significa la
educación para el hombre.
Ayuden a sus alumnos a volverse seres humanos. Sus esfuerzos no deben
dirigirse a producir monstruos de gran sabiduría, psicópatas competentes,
hombres instruidos y educados como Eichmann. La lectura, la escritura y la
aritmética son importantes solamente cuando pueden servir para hacer que
nuestros niños (as) sean más humanos (as)”.
Haim G. Ginott, educador israelí.
77

Las voces de la Otredad
B. SEMBLANZA
EL PACTO DE LAS CATACUMBAS
El mundo se apresta a conmemorar los 50 años del Concilio Vaticano II
(1962-1965), un acontecimiento rememorativo en la historia del siglo XX
cuya influencia ideológica sigue siendo decisiva en la vida social y política
de las naciones del tercer mundo. Figuras memorables tales como la de dos
papas que lo presidieron (Juan XXIII y Pablo VI), teólogos de la talla del
sacerdote suizo Hans Küng, el dominico francés Yves Congar, el jesuita
galo Henri de Lubac y Joseph Ratzinger (Benedicto XVI) al igual que una
constitución pastoral (“Gaudim et spes”) y una encíclica papal (“Pacem in
terris”), son aspectos trascendentales de dicho concilio.
El Pacto de las Catacumbas fue otro hecho histórico que muchos han tratado
de soslayar. En las postrimerías del evento ecuménico, 40 obispos firmaron
este documento en una solemne liturgia celebrada en las catacumbas de
Domitila, una necrópolis subterránea de los primeros años de la Roma
cristiana. Esta sentida y revolucionaria proclama dio origen a la Teología de
la Liberación en 1969, doctrina que se convertiría al igual que las encíclicas
“Populorum Progressio” (1967) y “Humanae Vitae” (1968) de Pablo VI (“El
apóstol de los obreros”), en la plataforma ideológica de los movimientos
políticos y libertarios que sacudieron a América Latina en la década de los
70.
La lista es interminable y este artículo se convierte en un sencillo y corto
homenaje a esos prelados que dejaron su testimonial ideario de rebeldía y
fraternidad en la conciencia de los hombres y mujeres libres de América. El
brasilero Helder Cámara (“El obispo rojo”), promotor de la “No violencia
activa”, fue uno de los firmantes del acuerdo resumido en 13 puntos. Junto
a él están los obispos argentinos Alberto Devoto, Vicente Faustino Zaspe y
Enrique Angelelli que lideraron en 1976 la lucha contra la dictadura militar.
No podemos olvidar al obispo y mártir salvadoreño Oscar Arnulfo Romero,
defensor de los derechos humanos, Camilo Torres (el cura guerrillero), los
sacerdotes de la Golconda y al teólogo nicaragüense Ernesto Cardenal y su
poesía revolucionaria.
78

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Queremos resaltar el papel que jugó la poesía y la oratoria como parte de
esa literatura cristiana que alimentó el fervor revolucionario de la época: el
presbítero francés Michel Quoist y sus “Oraciones para rezar por la calle”
(“Este rostro, Señor, me ha vuelto loco todo el día. / Es un reproche vivo, /
un largo grito que golpea mi paz (…)”; “las oraciones villeras” del sacerdotemártir
argentino Carlos Mugica (… Señor, perdóname por encender la luz
y olvidarme que ellos no pueden hacerlo. / Señor, yo puedo hacer huelga
de hambre y ellos no, / porque nadie puede hacer huelga con su propia
hambre…)” y la escritora católica cubana Zenaida Bacardí y su “Ramillete
de estrellas” (“… Hablan de fe... y lo que tienen es miedo (…) / Hablan, pero
a la hora de actuar, de sentir, / y de entregarse, están mudos, están ocultos,
/ ¡están muertos!”).
Las miradas están puestas, lejos de sus shows mediáticos, sobre la actitud
indolente del papa Francisco frente al documento presentado por el Nobel de
Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel y el religioso catalán Pedro Casaldáliga
sobre los 50 años del Concilio Vaticano II, al igual que su largo y extraño
silencio sobre los “desaparecidos” de la dictadura argentina. Una frase del
orador cristiano Carlos Cortes Lee nos sirve de colofón: “la indiferencia es
una traición a la conciencia”.
LOS PEDAGOGOS MALDITOS
Hoy más que nunca, en las facultades de educación del mundo entero se
recuerda el clan pedagógico anarquista de los 70, herederos de la “Teoría
Crítica” y de los postulados “sospechosos” de la Escuela de Frankfurt (Max
Horkheimer, Theodor Adorno, Herbert Marcuse, Jürgen Habermas, (entre
otros). Esta facción de iconoclastas proveniente de Europa y enclavada en
EE. UU., México, Puerto Rico y Brasil, hablaba de la muerte de la escuela y
el advenimiento de un nuevo sistema escolar de auto-des-aprendizaje donde
la episteme anti-positivista, la filosofía racio-vitalista, la pedagogía crítica
y emocional y la axiología actitudinal resultante de esa extraña mixtura de
Marxismo, Psicoanálisis y Existencialismo, serían la clave para acceder al
mundo irredento de la sabiduría, la libertad y la felicidad.
79

Las voces de la Otredad
La ceguera fundamentalista “marxiana” de los años 70 y xenófoba frente a
las ideas provenientes del “imperio”, no permitió la divulgación y promoción
de estas tesis insurgentes provenientes del Norte sobre la deconstrucción
de la escuela. Sólo algunos pedagogos de aquellos tiempos, ungidos como
sacerdotes de los nuevos dogmas políticos e ideológicos, lograron exponer
sus tesis amparados por movimientos políticos y sindicales fieles a los
postulados socialistas, paradigmáticos y contradictorios, preconizados en
aquel entonces.
Un profesor neoyorkino (John C. Holt, “Crecer sin escuela”, 1977), un
educador escocés (Alexander Sutherland Neill, fundador de la Escuela
Summerhill, 1921), un pedagogo argentino (Ricardo Nassif, “Pedagogía
de nuestro tiempo”, 1960), un filósofo judío-austriaco (Martin Buber, “El
conocimiento del hombre”, 1966), un escritor francés (Jules Celma, “Diario
de un educastrador”, 1971), un gestor cultural, fundador de la Pedagogía
Crítica (Henry Giroux,”Sociedad, cultura y educación”, 1999) y “el maestro
de Recife” (Paulo Freire, “Pedagogía del oprimido”, 1970), entre otros,
formaban parte de esta frondosa pléyade de pedagogos malditos.
A mediados del siglo XX surgió un movimiento denominado “la pedagogía
de la desescolarización”. Sus seguidores sostienen que la escolaridad es un
falso servicio público que priva a las personas de la alegría de aprender. Los
partidarios de esta opción defendían la legitimidad para educar a los hijos
lejos de las instituciones escolares y cuestionaban la obligatoriedad de la
asistencia escolar.
Las primeras críticas a la “Escolarización” aparecen en la década de los
sesenta, con algunos escritos del autor norteamericano Paul Goodman,
y su máximo apogeo se encuentra en los primeros años de la década de
los setenta, con autores como Ivan Illich, Everett Reimer, el propio Holt o
Marshall Mc Luhan. Muchas de estas ideas formaron parte de un movimiento
contracultural que cuestionaba las formas de organización de las sociedades
consolidadas a partir de la segunda Guerra Mundial y el período de la
Guerra Fría y nacen en el seno de grandes marchas estudiantiles contra el
neocolonialismo, el racismo, el fascismo y la guerra del Vietnam.
Las propuestas de desescolarización corren paralelas y están imbricadas con
las nuevas pedagogías: las teorías anti institucionales de Francia, el auge de
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
la escuela Sumerhill, los trabajos de Paulo Freire y Stenhouse, Las corrientes
pedagógicas que influyeron a John Holt se encuentran en las teorías
libertarias y antiautoritarias de la educación. Estas teorías están asociadas a
las corrientes anarquistas de la educación, las cuales entendían que los niños
no son propiedad de nadie y sí son responsabilidad de todos.
John Caldwell Holt (1923-1985) fue un educador y escritor norteamericano,
reconocido por sus propuestas de Educación en el Hogar (“Homeschooling”)
pionero en la teoría de los derechos de los jóvenes. Publicó la revista “Creciendo
sin escuela” que se editó entre 1977 y 1985 y continuó publicándose hasta
el 2001. Según Holt, nadie comienza la vida siendo un estúpido. Sólo hay
que observar a los bebés y a los niños y pensar seriamente sobre todo lo
que hacen y aprenden, para notar que, con excepción de los seriamente
retardados, muestran una forma de vida y una habilidad y deseo genial de
aprender. Pero esta extraordinaria capacidad de aprendizaje y comprensión
intelectual se destruye a medida que vamos creciendo debido a la influencia
perniciosa del mundo escolar.
Holt se da a conocer en el mundo entero gracias a dos libros suyos: “Como los
niños fracasan” (1964) y “Como aprenden los niños” (1967). Allí denuncia
cómo las escuelas fomentan la competencia y la ansiedad y cómo los niños
fracasan en ellas porque sienten miedo a ser humillados o castigados. Buscó
métodos alternativos, cómo suprimir exámenes, para que los alumnos
pudiesen concentrarse en el aprendizaje y no en el temor a los profesores
y las notas. Esa iniciativa le granjeó muchas censuras y la expulsión de la
escuela donde trabajaba. Para Holt la escuela era una imposición dogmática
que no tenía en cuenta los principios básicos de la educación: libertad y
comunicación.
Holt escribió un total de diez libros y numerosos artículos relacionados con
la enseñanza y la sociedad de su tiempo. Influenciado por el movimiento
de las “Escuelas libres norteamericanas” y el nuevo boom pedagógico con
sede en México, donde conoció a Freire, Reimer e Iván Ilich, propuso que
se hicieran escuelas, donde hubiese muchas cosas interesantes para ver y con
las que trabajar y en la que se permitiera a los niños aprender a su manera (‘Si
tienen preguntas, responder las preguntas. Si quieren saber dónde encontrar
algo, enseñarles dónde tienen que buscar’), Se crearon alrededor de mil
escuelas privadas alternativas, con cincuenta alumnos cada una, inspiradas
81

Las voces de la Otredad
en sus ideas, pero todas ellas fracasaron, porque esos intentos reformistas
y burocráticos (horarios, planes, proyectos, sueldos) en nada cambiaron la
vieja estructura escolar.
Alexander Sutherland Neill (1883-1973) fue un educador progresista escocés,
artífice y fundador de la Escuela de Summerhill, considerado uno de los
centros pioneros de la educación como práctica de la libertad. Su descontento
con la pedagogía convencional oficial británica le llevaría hasta Alemania en
1921, donde desarrolló los métodos que, tras su regreso a Inglaterra, dieron
carácter a la Escuela de Summerhill. Tras innumerables vicisitudes a lo largo
de tres cuartos de siglo, fue finalmente reconocida por la “Ofsted” inglesa en
2007 y, poco después, premiada por las Naciones Unidas por su excepcional
tratamiento de los niños.
Neill creó un modelo de escuela cimentada en la libertad, en educar a los
niños con amor u anteponer la felicidad al miedo. En Summerhill, la ley
como reguladora de la convivencia es regulada a través de asambleas en
donde los niños y jóvenes entre los 5 y los 16 años establecían, junto a los
docentes, las normas del establecimiento. Allí nadie estaba obligado a asistir
a clase (salvo los profesores) ni a estudiar, pero contrario a lo que se esperaba,
la mayoría de los alumnos lo hacían y tal vez por eso aprendieron que la vida
es un lugar lleno de elecciones de las que uno mismo se hace responsable y
a eso le llamaban libertad. Todos, además coincidían en un mismo ideal: ser
felices.
Neill, como pionero del paradigma de “la inteligencia emocional” surgida
en los años 90, creía que era más importante el desarrollo adecuado de
las emociones que el adelanto intelectual. Un niño emocionalmente sano
podrá enfrentarse en el futuro a lo que quiera hacer e incluso ponerse a la
altura, en conocimientos y recursos intelectuales a los niños de la escuela
convencional. Se oponía al estímulo de la competitividad fomentada en los
niños: el mejor de clase, el más listo, las mejores notas. Lo fundamental,
para Neill es el equilibrio emocional, como factor clave para que los niños se
hicieran personas felices, objetivo último de la educación. Como freudiano,
Neill se oponía con fuerza a la represión sexual y la imposición de valores
puritanos estrictos propios de la educación de la primera mitad del siglo XX.
Para él, denostar del sexo y la sexualidad era denostar de la vida.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Uno de los temas más controvertidos en la pedagogía “Summerhill”,
es el de la libertad. Para Neill, e hecho de que los niños dispongan de un
amplio margen de autonomía y libertad no implica que en la escuela reine
el libertinaje. La verdadera libertad es la que no supone un abuso de los
derechos ajenos. Va asociada al respeto y la responsabilidad. El niño libre
se autocontrola, sin que esto suponga represión de ningún tipo, ya que lo
hace por la estima en que tiene a los demás debido a un tipo de relaciones
con ellos sin miedos ni odio. En esto se basa el aprendizaje de la libertad.
Respeto y libertad están íntimamente ligados, y se aprenden, básicamente,
conviviendo.
La convivencia ideal para Neill se da en un plano de horizontalidad en las
relaciones entre niños y adultos en la que ninguno posea todos los derechos
y anule los del otro. El autoritarismo tradicional en la educación oprimía
a los niños, en cuanto no respetaba sus peculiaridades y forma de ser. Los
títulos de sus libros de carácter biográfico y pedagógico, dados a conocer
en la década de los setenta, hablan por sí solos: “Un maestro despedido”
(1916). “Un maestro que duda” (1920). “Niños con problemas” (1926).
“Padres con problemas” (1932). “Esa horrible escuela” (1937). “Maestros
con problemas” (1939). “Corazones, no sólo cabezas en la escuela” (1945).
“Familias con problemas” (1949). “Libertad, no anarquía” (1966). “Los
derechos de los niños” (1971). “El presente es para los niños, los números
pueden esperar” (1972).
“Todo padre o maestro que inspira miedo es peligroso para la vida juvenil…
El mejor camino para llegar al embarazo pasa por la prohibición del sexo…
El mal maestro es aquel que ha olvidado su infancia… El castigo archiva
la responsabilidad de investigar la causa y le asegura al maestro una vida
tranquila… Hay que vaciar a todos los niños en el mismo molde; hay que
educarlos para que jamás discutan nada… Lo único que vale es el sistema
coactivo, la estandarización del carácter para que todos piensen, vistan y
hablen de la misma forma.
¡La uniformidad ante todo! Miles de pobres niños indefensos lloran y se
sienten desgraciados en sus escuelas-fábricas… El humor denota igualdad.
Se le excluye premeditadamente del aula porque es un elemento nivelador.
El humor liquidaría el respeto que exige el maestro porque su risa, mezclada
con la de los alumnos, lo haría demasiado humano (…)”, son algunas de sus
inolvidables frases.
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Las voces de la Otredad
Iván Illich (1926-2002), sacerdote y educador disidente de origen austriaco,
desarrolló su práctica testimonial pedagógica y política en Estados Unidos y
México. En su obra “La sociedad desescolarizada” (1970), señala a la escuela
como una institución obsoleta e inoperante. Illich enmarcó la escolarización
en los febriles y delirantes esquemas propios de la sociedad postindustrial:
productivismo cognitivo, consumismo cultural, pragmatismo didáctico y
acrítico, canibalismo competitivo, ciudadanía anticívica e indolente.
Ilich crítica la obligatoriedad del currículo y la finalidad y el sentido de los
planes de estudio.. El sistema escolar vive en la ilusión de que “la mayoría de
lo que se aprende es resultado de la enseñanza”, Al igual que Marshall Mc
Luhan, sostiene que en su mayoría, los aprendizajes se obtienen de manera
casual y principalmente, fuera de la escuela considerada ésta, por Ilich, como
el lugar equivocado para aprender una habilidad y menos para formar a las
personas.
Se muestra partidario del autoaprendizaje apoyado en relaciones sociales
libremente establecidas a través de encuentros y conversaciones fluidas e
informales: Sus ideas sobre des-institucionalización de la educación serían,
según él, el punto de partida hacia la des-institucionalización de la sociedad.
Y ahí es donde la radicalidad de sus ideas queda clara como pensador
holístico, con una inteligencia y una erudición cultural formidables.
Estas son algunas de sus insurgentes reflexiones: El derecho a aprender se ve
restringido por la obligación de asistir a la escuela. No se iniciar una reforma
de la educación a menos que se entienda que ni el aprendizaje individual ni la
igualdad social pueden acrecentarse mediante el ritual de la escolarización.
Las escuelas públicas obligatorias reproducen inevitablemente dicha
sociedad, independientemente de lo que se enseñe en ellas. El sistema escolar
se apoya en la ilusión de que la mayor parte del saber es el resultado de la
enseñanza. La enseñanza contribuye a ciertos tipos de aprendizaje, pero las
personas adquieren la mayor parte de su conocimiento fuera de la escuela.
La escuela se ha convertido en un lugar de confinamiento durante una parte
cada vez mayor de las vidas de las personas.
Otro de ellos, el filósofo austriaco Everett Reimer, formó parte de ese grupo
contracultural que guardó a buen recaudo el legado del sociólogo anarquista
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
estadounidense Paul Goodman, uno de los pioneros de la educación
ciudadana y la defensa de los derechos de las minorías sexuales en USA.
En su libro “La Escuela ha muerto. Alternativas en materia de educación”
(1973), condensa sus memorables e irreverentes diálogos pedagógicos con
Iván Illich.
Con el epígrafe de la antropóloga Margaret Mead “Mi abuela quiso que
yo tuviera una educación, por eso no me mandó a la escuela”, Reimer,
padre del modelo desescolarizado, el mismo que predijo que la escuela
sería reemplazada en el futuro por “redes del saber”, inicia su libro dejando
rubricadas sus imperecederas dudas: ¿la institución escolar responde a las
necesidades socioculturales actuales? ¿la escuela sobrevivirá a pesar de ser
un establecimiento burocrático y fosilizado? La respuesta es concluyente
y lapidaria: esos centros educativos controlan y vigilan, “suprimen la
creatividad y reprimen la espontaneidad”, aún siguen “enseñando” con sus
vetustos códigos y sus contenidos decimonónicos.
No podríamos olvidar al sacerdote y eco-filósofo brasilero Leonardo Boff,
uno de los pioneros de la Teología de la Liberación y su manifiesto etopedagógico
y ecosófico (“Las tendencias de la Ecología”, 1997): “Tenemos
que redescubrir el camino de vuelta hacia lo que por naturaleza siempre
hemos sido. No vivimos en un mundo amenazante, sino cómplice de nuestra
vida. Debemos rescatar esos eslabones perdidos que nos vinculan tanto a las
piedras del camino y al caracol que se arrastra hacia las flores, como a las
estrellas más distantes que nos observan desde el universo”. Boff invitaba
a reelaborar una cosmovisión, un tejido de totalidad donde encajaran y
quedasen bordados en su trama y urdimbre, todos los seres y las cosas que
están estrechamente unidos a nuestras vidas.
“(…). Creo que vivir significa tomar partido. No pueden existir hombres extraños a
su ciudad. Quien realmente vive no puede no ser ciudadano, no tomar partido. La
indiferencia es apatía, es parasitismo, es cobardía, no es vida… Por eso odio a los
indiferentes”.
Antonio Gramsci, filósofo y pedagogo italiano.
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Las voces de la Otredad
C. UN RÉQUIEM POR LA ESCUELA
Participamos en este debate abierto sobre la función sociocultural y formadora de
la institución escolar, lejos de aquella mirada coberturista que confunde calidad
educativa con escolarización.
Hoy más que nunca, en las facultades de educación del mundo entero se
recuerda el clan pedagógico anarquista de los 70, herederos de la “Teoría
Crítica” y de los postulados “sospechosos” de la Escuela de Frankfurt (Max
Horkheimer, Theodor Adorno, Hernert Marcuse, Jürgen Habermas, (entre
otros). Esta facción de iconoclastas proveniente de Europa y enclavada en
EE. UU., México, Puerto Rico y Brasil, hablaba de la muerte de la escuela y
el advenimiento de un nuevo sistema escolar de auto-des-aprendizaje donde
la episteme anti-positivista, la filosofía raciovitalista, la pedagogía crítica y
emocional y la axiología actitudinal resultante de esa extraña mixtura de
Marxismo, Psicoanálisis y Existencialismo, serían la clave para acceder al
mundo irredento de la sabiduría, la libertad y la felicidad.
La ceguera fundamentalista “marxiana” de los años 70 y xenófoba frente a
las ideas provenientes del “imperio”, no permitió la divulgación y promoción
de estas tesis insurgentes provenientes del Norte sobre la deconstrucción
de la escuela. Sólo algunos pedagogos de aquellos tiempos, ungidos como
sacerdotes de los nuevos dogmas políticos e ideológicos, lograron exponer
sus tesis amparados por movimientos políticos y sindicales fieles a los
postulados socialistas, paradigmáticos y contradictorios, preconizados en
aquel entonces.
Un profesor neoyorkino (John C. Holt, “Crecer sin escuela”, 1977), un
educador escocés (Alexander Sutherland Neill, fundador de la Escuela
Summerhill, 1921), un pedagogo argentino (Ricardo Nassif, “Pedagogía
de nuestro tiempo”, 1960), un filósofo judío-austriaco (Martin Buber, “El
conocimiento del hombre”, 1966), un escritor francés (Jules Celma, “Diario
de un educastrador”, 1971), un gestor cultural, fundador de la Pedagogía
Crítica (Henry Giroux,”Sociedad, cultura y educación”, 1999) y “el maestro
de Recife” (Paulo Freire, “Pedagogía del oprimido”, 1970), entre otros,
formaban parte de esta frondosa pléyade de pedagogos malditos.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Iván Illich (1926-2002), sacerdote y educador disidente de origen austriaco,
desarrolló su práctica testimonial pedagógica y política en Estados Unidos y
México. En su obra “La sociedad desescolarizada” (1970), señala a la escuela
como una institución obsoleta e inoperante. Illich enmarcó la escolarización
en los febriles y delirantes esquemas propios de la sociedad postindustrial:
productivismo cognitivo, consumismo cultural, pragmatismo didáctico y
acrítico, canibalismo competitivo, ciudadanía anticívica e indolente.
Otro de ellos, el filósofo austriaco Everett Reimer, formó parte de ese grupo
contracultural que guardó a buen recaudo el legado del sociólogo anarquista
estadounidense Paul Goodman, uno de los pioneros de la educación
ciudadana y la defensa de los derechos de las minorías sexuales en USA.
En su libro “La Escuela ha muerto. Alternativas en materia de educación”
(1973), condensa sus memorables e irreverentes diálogos pedagógicos con
Iván Illich.
Con el epígrafe de la antropóloga Margaret Mead “Mi abuela quiso que
yo tuviera una educación, por eso no me mandó a la escuela”, Reimer,
padre del modelo desescolarizado, el mismo que predijo que la escuela
sería reemplazada en el futuro por “redes del saber”, inicia su libro dejando
rubricadas sus imperecederas dudas: ¿la institución escolar responde a las
necesidades socioculturales actuales? ¿la escuela sobrevivirá a pesar de ser
un establecimiento burocrático y fosilizado? La respuesta es concluyente
y lapidaria: esos centros educativos controlan y vigilan, “suprimen la
creatividad y reprimen la espontaneidad”, aún siguen “enseñando” con sus
vetustos códigos y sus contenidos decimonónicos.
No podríamos olvidar al sacerdote y eco-filósofo brasilero Leonardo Boff,
uno de los pioneros de la Teología de la Liberación y su manifiesto etopedagógico
y ecosófico (“Las tendencias de la Ecología”, 1997): “Tenemos
que redescubrir el camino de vuelta hacia lo que por naturaleza siempre
hemos sido.
No vivimos en un mundo amenazante, sino cómplice de nuestra vida.
Debemos rescatar esos eslabones perdidos que nos vinculan tanto a las
piedras del camino y al caracol que se arrastra hacia las flores, como a las
estrellas más distantes que nos observan desde el universo”. Boff invitaba
a reelaborar una cosmovisión, un tejido de totalidad donde encajaran y
quedasen bordados en su trama y urdimbre, todos los seres y las cosas que
están estrechamente unidos a nuestras vidas.
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Las voces de la Otredad
Este marco praxiológico nos permite hacer algunas consideraciones sobre el
papel necrótico de nuestro sistema educativo, cuadro profiláctico descriptor
de todos los males que aquejan a la sociedad, su abuela desalmada y, por ende,
a la desfalleciente escuela. Ésta, sobrecargada cual yegua percherona, con
tareas prometeicas (Prometeo es el símbolo occidental de la responsabilidad
y la culpa) tales como preparar académica y laboralmente, universalizar la
cultura y formar para el ejercicio ciudadano, termina siendo condenada
como el mítico Sísifo, a llevar sobre sus hombros el gravoso y absurdo peso
de la entropía social.
El fétido olor que se siente en su contorno la ha convertido en un lugar séptico
y peligroso: microtráfico, drogadicción prostitución, violencia, matoneo,
pandillismo y delincuencia juvenil. Al culparla de la endémica propagación
de muchos males sociales, se ha olvidado que los vientos huracanados de
intolerancia e insolidaridad que soplan sobre la institución escolar provienen
del conflictivo medio sociocultural que los incubó. Aun así y a pesar de sus
agudos problemas, algunos pedagogos afirman que la escuela sobrevivirá
como un mal necesario. Sostienen, además, que si la escuela no existiera, al
igual que otras instituciones pentacentenarias tales como cárceles, cuarteles,
monasterios y manicomios, habría que inventarla.
Miopía irreflexiva, acrítica y dispropositiva en materia de imaginarios
alternativos sobre civilidad, seguridad ciudadana y resolución de conflictos;
inexistencia de pragmáticas que aborden integralmente asuntos relacionados
con derechos humanos, paz y convivencia, cultura de la legalidad y justicia
restaurativa; desconfianza hacia la actuación incoherente, corrupta, fascista,
burocrática y deslegitimadora del Estado; carencia de una cultura familiar
asuntiva y preventiva, fundamento de una convivencia sana; prevalencia
del machismo, maltrato intrafamiliar y relaciones patriarcales; dificultades
de acceso a una educación con calidad (extraedad, desescolarización,
repitencia y deserción); falta de oportunidades y estímulos para formar y
capacitar técnica, tecnológica y/o profesionalmente… Todo ello impide que
niños (as), jóvenes y adultos conviertan sus experiencias educativas en una
actividad productiva, formativa, dignificante y feliz.
La escuela sobrevive porque está anclada al poder político y apalancada por
éste, como una institución burocratizada que intenta justificar, difundir y
perpetuar formas de dominación socio-económica, enajenación cultural y
88

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
control selectivo (exámenes, registros calificados, estándares de promoción,
evaluaciones de desempeño, etc.). Hemos perpetuado un modelo pedagógico
“inflexivo” basado en el autoritarismo, la dictadura del silencio, el memorismo
conceptual, el academicismo, la proscripción del diálogo sabio y vivencial, el
papel simplista (emisor-receptor) a que se redujo la relación comunicacional
entre agentes educativos, la actitud elusiva frente a las “preguntas de la vida”
y la problemática realidad que nos interpela a diario.
En la última década surgió una tendencia de educar a los hijos fuera del
sistema escolar (“home schooling”) por motivos ideológicos, religiosos
o pedagógicos. Actualmente, más de millón y medio de niños están
escolarizados en casa en EEUU y ya están llegando a 300.000 los que lo
hacen de ese modo en Europa. Países europeos como Dinamarca, Irlanda,
Bélgica, Francia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Portugal, Suiza, Reino
Unido y Austria ya reconocen el derecho de los padres a la escolarización
casera. En España, Grecia y Holanda ya ha habido pronunciamientos de los
tribunales considerándolo legal y posible.
Lo que en principio eran razones ideológicas para optar por este modelo, ahora
son claramente pedagógicas y académicas. Muchos padres afirman que la
escuela no responde a lo que debe ser una institución educativa tipo siglo XXI.
Están convencidos que cumple un papel errátil y contradictorio desarrollando
un currículum desfasado, permitiendo relaciones interpersonales conflictivas
y violentas y coartando un verdadero desarrollo coherente y pertinente de
los estudiantes. Sobreviene otra inquietud planteada por la didáctica crítica:
¿será cierto que el contenido académico es la columna vertebral de los planes
y programas de estudio? ¿Se debe seguir privilegiando la inteligencia lógicomatemática
sobre la inteligencia emocional?
Los procesos de aprendizaje que se generan en la escuela no solo no son
eficientes y eficaces, sino que limitan valores básicos tales como la autonomía
y la responsabilidad. Se aduce cinco razones para optar por un sistema de
enseñanza desescolarizado: dudas acerca de la efectividad y calidad de la
institución escolar; confianza en una educación personalizada; propósito
de estrechar lazos familiares; intento de atenuar la influencia negativa del
medio sociocultural, angustiosa prosternación y elusividad ante el síndrome
de violencia e inseguridad que padece la escuela.
89

Las voces de la Otredad
En el proceso creciente e inexorable de escolarización universal, se han
implementado modelos paternalistas y asistencialistas de diferente cuño que
confunden intencionalmente calidad con cobertura y pertinencia y reducen,
de manera vergonzosa, los modelos educativo y pedagógico a un simple
proceso operativo de escolarización. A veces los gobernantes de turno y sus
obsecuentes secretarios de educación les hacen creer a confundidos padres
y despistados maestros que el derecho a una educación con calidad es una
dádiva generosa y altruista de un mandato del cual se jactan. Este modelo
de desescolarización a todas luces es gregario y disfuncional y sólo gira
alrededor de unos contenidos asignaturistas insípidos y un disciplinarismo
a ultranza que deja entrever las grietas que deja el desarraigo y la violencia
escolar.
La escuela actual ha sido ensamblada y sublimada con el mito del progreso,
salmodia que se entona en las liturgias pedagógicas donde se canta el ¡Oh
sanna! de la globalización y el aperturismo neoliberal, mientras la institución
escolar anda a la zaga del avance científico-tecnológico, apática y tediosa,
constreñida y obnubilada por el avance vertiginoso y fantasmagórico de las
tics; henchida de una ética farsaria, soberbia, depredadora y ecocida la cual ha
permitido que sus agentes educativos sean enajenados por una racionalidad
cientifista y técnico-instrumental y una escolaridad instruccional que
“forma” sujetos-objetos tecnocratizados.
Se asegura que serán las clases sociales medias y altas las que podrían optar
en un futuro por un modelo escolar alternativo al tradicional. Surge entonces
una pregunta inquietante: ¿quedará la escuela como institución solamente
para las clases desfavorecidas? ¿Se abrirá una brecha social a partir del
surgimiento de otro modelo de formación más allá de la brecha digital?
El estudiante del siglo XXI dispone de múltiples recursos e innumerables
posibilidades de aprender: televisión, radio, música, juegos electrónicos,
informática, todas las posibilidades que aporta internet y, desde luego, la
familia, los grupos de discusión y la cultura callejera.
El conocimiento ya no está solamente en las instituciones escolares ni desde
luego en los libros de clase o en el profesor. Los fenómenos socioculturales
del nuevo siglo le han restado poder, compromiso y responsabilidad a la
institución escolar trasladando todo ello a los medios de comunicación
considerados desde los lejanos años 60, los padres putativos de generaciones
90

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
enteras que han crecido en la orfandad y el desamor. Conceptos valóricos
tales como asistencia, presencialidad, puntualidad, formación, capacitación,
promoción, repitencia y periodización, todo ello relacionado con la educación
escolarizada, hoy día han perdido su vigencia y legitimidad.
Una propuesta educativa que no incluya en su agenda etopedagógica temáticas
tales como prevención integral, uso creativo del tiempo libre, expresión lúdica,
literaria y artística, desarrollo bio-psico-social, autoestima y asertividad,
liderazgo, convivencialidad, resiliencia, ecoeficiencia y competitividad, no
hará más que acentuar y propagar los problemas existentes que impiden la
asunción de un programa escolar de vida humanista y solidario basado en la
tolerancia y el respeto hacia sí mismo y hacia los demás.
Savater afirma que hay tres virtudes esenciales en la formación escolar
y que son imprescindibles para que se ejerciten las tareas civilistas desde
la escuela: coraje para vivir, generosidad para convivir, y prudencia para
sobrevivir. El reto de los tiempos postmodernos para los nuevos pioneros de
paradigmas educativos, es la construcción de nuevos escenarios educativos
y de futuro que contribuyan a la creación de una nueva cultura prospectiva
y una pedagogía liberadora que trascienda los rígidos marcos de las “aulasjaulas”
con el fin de formar verdaderos seres humanos reconciliados con su
interior y armonizados con su entorno.
La escuela como un escenario constructor de paz, debe formar personas hábiles
y competentes para establecer relaciones dialógicas al interior de la comunidad
educativa, además de contribuir a un desempeño actitudinal autónomo, crítico y
solidario. La revisión crítica y propositiva de las prácticas de vida; el reconocimiento,
valoración y resolución del conflicto en el aula y por fuera de ella… todos estos
elementos, verdaderos componentes de un currículo pertinente, nos permitirá hablar
de la escuela como institución educadora, es decir, formadora y liberadora.
91

Las voces de la Otredad
D. EDUCACIÓN, DISIDENCIAS Y EXTRAVÍOS
La clase política terminó creyendo que la educación, además de dar votos y buenos
dividendos clientelistas y económicos, se constituye, hoy por hoy, en el instrumento
de movilidad y cambio social por excelencia que asegura altos índices de desarrollo
humano y determina el crecimiento económico y la competitividad de un país.
La escuela ha sido subsumida por una cultura insular y fronteriza que la
alejó del mundo exuberante y promisorio de la comunitariedad y la cultura
solidaria como lideresa de sinergias alrededor de una verdadera visión
competitiva de futuro (competer, no competir) y de unos imaginarios
ciudadanos compartidos. Esa escuela de liderazgo por antonomasia
formaría líderes cuya función sería la de integrar la institución educativa a
la comunidad local y no lo contrario, creando así, un Proyecto Educativo
Comunitario (PEC) y no integrando las distintas instancias comunitarias
como apéndices de la institución educativa, situación recurrente y que tiene
que ver, hoy por hoy, con la disfuncionalidad de algunos componentes del
Proyecto Educativo Institucional (PEI), factor que ha contribuido al fracaso
de los programas del MEN.
Si se invirtiera la ecuación Comunidad – Escuela en un PEC y no en un PEI,
estaríamos hablando de un verdadero gobierno escolar y de unas efectivas
competencias comunicacionales y ciudadanas. Sólo así se podría hablar de
propósitos comunes: democratización del conocimiento, la educación y la
cultura como instrumentos de igualdad, justicia y cambio social; formación
de personas con verdadero sentido de identidad y pertenencia… Es decir,
sujetos conscientes de su inteligencia, sus capacidades críticas, creativas y
propositivas; individuos creadores de ambientes proactivos y vivenciales;
seres innovadores, honestos, solidarios, autosuficientes, autónomos; agentes
y gestores educativos protagonistas del desarrollo local, regional y nacional.
Produce desazón observar cómo nuestras instituciones educativas y sus
comunidades académicas, cual hijas desalmadas e indisciplinadas, conviven
en sus fantasiosas y cómodas burbujas y medran apoltro-acolchonadas,
adiposas y felices en medio de una despreocupante ataraxia curricular,
refractarias al estímulo de la idea creativa, innovadora y transformacional.
92

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
De manera cíclica y rutinaria, en ladrilludas y adocenadas mazmorras de
cemento y hormigón, unos docentes bien aconductados transmiten a una
masa informe y distraída de estudiantes, perdidos en sus “nubes” mediáticas,
verdades pletóricas de estulticia y vaciedad que algún día aprendieron de sus
otrora acuciosos maestros. Es bien conocida aquella advertencia magisterial:
“si no te portas bien le diré a tus padres que tienes talento”.
Se volvió tarea glamurosa e impostergable, convertir lo educativo en tema
prioritario de cualquier “agenda pública”. Hasta hace poco era una frase de
cliché, propia del manierismo político, esa afirmación axiomática la cual
rezaba, a pie juntillas, que la educación era una variable determinante en
toda ecuación de cambio y desarrollo social. Las formaciones económicopolíticas
más desarrolladas (más allá del arquetipo PISA), corresponden a
modelos y proyectos macro-políticos en donde debe prevalece una educación
con altos índices de calidad, cobertura, eficiencia y pertinencia, signada por
criterios universalistas y democráticos, sin exclusivismos ni favoritismos.
La ignorancia, no el analfabetismo, es la principal causa de toda calamidad
nacional.
Se ha definido la educación como una forma de conciencia a través de la
cual se impone a unos individuos una ideología determinada compuesta por
paradigmas, reglas, tradiciones, prácticas y saberes. Una educación eficiente y
cualificada enseña a sus estudiantes a prescindir de su maestro y a reconocer el
valor tutorial de lo diferente, lo plural y lo diverso. La educación es, ante todo,
una práctica creativa y libertaria que lucha contra ese absurdo maniqueísmo
que convirtió las aulas en escenarios de culposidades esquizoides y redujo
el acto didáctico-pedagógico, con sus tediosas monsergas curriculares y sus
odiosos indicadores de logros, “al simple ejercicio de cuatro operaciones:
sentarse, oír, memorizar y repetir” (Estanislao Zuleta).
Nuestro sistema educativo con su nefanda trama y urdimbre de odiosos
dilemas éticos e imperativos categóricos trogloditas y canibalescos, ha
sido diseñado sobre criterios autoritarios de certeza y predecibilidad, una
lógica malsana y anacrónica que antagoniza con el pensamiento crítico,
la innovación y la creatividad. Vemos a unos estudiantes confinados en
unos “gulags” escolarizados mal llamados centros educativos, perplejos y
asustadizos ante una realidad que a diario los interpela. Ese stablishment
oferta en su canasta educativa, unos elíxires que les “ayudan” a olvidar
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Las voces de la Otredad
los recuerdos gratos, inocentes y libres de su niñez y a perder su capacidad
de asombro, fundamento de toda genialidad (curiosamente hoy llamada
“excepcionalidad”).
Por falta de una educación pertinente, identitaria y cualificada, el estudiante
no tiene una conciencia crítica y creativa de nuestra realidad y al no tenerla,
su papel como ciudadanos es equívoco, errátil, disfuncional e ineficaz.
Cierta vez se preguntaba Alejandro Dumas cómo es que habiendo sido tan
inteligentes en nuestra niñez, somos tan estúpidos, apenas pisamos el umbral
de nuestra adultez. “Eso debe de ser fruto de la educación que algún día
recibimos”, concluía el escritor francés. La entronización de un paradigma
transformacional comienza por enfrentar la resistencia al cambio como un
problema sociocultural que nos amarró al pasado como siervos de la gleba y
nos volvió pisco-socio-dependientes.
La educación, lejos de ser un desfile de pasarela de modas pedagógicas,
variaciones alrededor de nada y de fatuas excentricidades, debe ser, ante
todo, un acto de desaprendizaje y de “purga” a través del cual soltamos
lastres racio-emocionales y socio-culturales. Parafraseando a Skinner,
por educación entendemos todo aquello que, a manera de tocata y fuga,
sobrevive cuando olvidamos lo que hemos aprendido. Ningún cambio de
conciencia personal, política y social ocurrirá si seguimos promoviendo una
educación continuista y domesticadora. Tenemos que comenzar ese largo
proceso de desaprendizaje que nos permitirá encontrar horizontes de sentido
alternativos, con otros criterios de verdad.
Desestimamos pronto lo que hemos aprendido, pero no olvidamos nunca
lo que hemos descubierto. Sólo lo que hagamos por nosotros mismos, no
lo que haga la escuela, una vieja alcahueta que idiotizó nuestras mentes, le
dará calidad a nuestra vida. La educación no es más que el descubrimiento
progresivo y crudo de nuestra propia ignorancia. Tenemos que convertir
nuestro quehacer cotidiano en un instrumento educativo de formación
creativa para la vida y el contacto social, todo un proceso de mediación
pedagógica que no simplemente “informe”, sino que también nos interpele,
más desde la pedagogía de la pregunta que desde la didáctica de la respuesta.
Nos acostumbramos a que todo nos viene ya hecho y formateado. No
intervenimos en el diseño programático y en el perfomance de nuestras vidas.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Somos indiferentes ante los embates de un mundo enajenador y castrante,
sin percatarnos del impacto que esta abrumante y alienante parálisis
de creatividad trae consigo. La educación se sintetiza en la posibilidad
pedagógica de lograr que un individuo comprenda (“sepa”) que la madurez
emocional que se adquiere en la vida interactiva, por conflictiva que ella sea,
se debe traducir en una actitud que valora la tolerancia y el supremo respeto
por el otro.
Una formación humanista y ciudadana debe tener como propósito,
el desarrollo de la dignidad, el respeto, la afectividad, la autoestima y la
integralidad, aspectos esenciales para la salud emocional y bio-psicosocial
de los miembros de una comunidad educativa. Al ser la educación
que recibimos éticamente pobre, los principios y valores que dinamizan el
ejercicio de nuestra vida socio-cotidiano-negativa, son permeados por una
cultura de la violencia y la ruindad, la picardía, el atajo y la supervivencia, la
mediocridad y la mezquindad.
Nuestra educación no prioriza ni enfatiza en el cultivo funcional de la
subjetividad y la autoestima. Además de aprender el cacareado •saber,
hacer y emprender”, debe estimularse el aprender a ser, soñar, amarse y
convivir. Una educación ética como vía arteria donde se entrecrucen ética
y pedagógicamente lo personal y lo público, es una tarea perentoria e
impostergable No podemos seguir diciendo, como promesa de año nuevo,
que vamos a ser éticos mañana. El desafío es aquí y ahora.
Sólo hasta que no le demos un sentido autocrítico y programático a nuestra
vida personal y social y, con todo ello, seamos capaces de recrearnos y (re)
conocer a los demás, descubrir el reino de nuestra individualidad inmerso
en la exuberante geografía de la diversidad y la otredad, además de crecer
y autorregularnos como personas y ciudadanos, no podremos decir que
realmente hemos sido educados.
La formación de una conciencia crítica como instrumento libertario que
nos permita interpretar y transformar el mundo, debe ser el horizonte de
sentido paradigmático de nuestra educación. Debemos potencializar a través
de la educación nuestra inteligencia emocional y nuestra energía racio-vital
hastiada de violencia, ávida de verdad y sedienta de libertad.
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Las voces de la Otredad
Nada mejor que este salmo responsorial para concluir nuestra absurda y
nigromante liturgia en torno a nuestro inveterado sistema educativo: la vieja
escuela ha muerto... ¡Viva la nueva escuela!
“Si con el derecho de expresión comienza la libertad, la necesidad de escuchar es lo
que le da importancia a tal derecho”.
Walter Lippman, periodista estadounidense.
“La libertad es el derecho de escoger a las personas que tendrán la obligación de
limitárnosla”.
Harry S. Truman, expresidente de los EE. UU.
“La libertad es el derecho a decirles a los demás aquello que no quieren oír”.
George Orwell, escritor y periodista británico.
La educación es una herramienta poderosa para buscar el desarrollo ecoeficiente
y sostenible, para promover la democracia, la justicia, la equidad de género y el
desarrollo científico, social y económico y para construir un mundo en el cual el
conflicto violento sea reemplazado por el dialogo y una cultura de la paz basada en
la justicia y la tolerancia.
La Educación es un proceso mediante el cual las personas desarrollan sus
habilidades, enriquecen sus conocimientos y mejoran sus competencias. La
Educación debe darse de acuerdo con el contexto económico, social y cultural para
un aprendizaje a lo largo de la vida. Se busca desarrollar la autonomía y sentido de
la responsabilidad para encarar las transformaciones en la economía, la cultura y la
sociedad.
Los aprendizajes deben estar basados en las costumbres, la cultura, los principios
y valores propios de nuestra idiosincracia y el mundo experencial de nuestras
comunidades deben estar signados por la participación justa, equitativa y
democrática en los modelos económico-sociales y productivos y en un mayor acceso a
la información y el aprovechamiento de las tics.
Sólo el progreso centrado en el desarrollo humano y en una praxis democrática y
participativa basada en el respeto a las diferencias y a los derechos humanos, nos
llevará a un verdadero desarrollo sustentable y equitativo.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
E. EL ACTO PEDAGÓGICO.
ENTRE LA DUDA Y LA INCERTIDUMBRE
“Son tus decisiones, no el azar, lo que determina tu destino”.
Jean Nidetch, empresario estadounidense.
El escritor estadounidense Paul Auster afirma en su novela “La música del
azar” (1990), que nadie tiene control directo sobre el azar, pero cuando éste
se pone misteriosamente de nuestro lado, lo único que podemos hacer es
dejar que suenen sus ritmos musicales sin interrumpirlos. Por extraño que
pueda parecer, el éxito siempre parece rehuir de aquellos que lo persiguen
de una manera obstinada, quizás porque al obcecarse con la meta que se
han propuesto, olvidan los placeres del camino. Sin la apertura a lo incierto
e indefinido, la vida se torna en una serie de pasajes monótonos ajenos a su
propia y auténtica dinámica, abierta al caos y al azar.
Resulta curioso: le quitamos esa esencialidad llena de novedad e
incertidumbre a nuestro encuentro con los demás obteniendo a cambio
vínculos apagados, repetitivos o sesgados por nuestros propios juicios. Sin la
apertura a lo incierto, indeterminado, indefinido y azaroso, la vida se torna
en una serie de pasajes monótonos ajenos a su propia y auténtica dinámica
abierta al caos y al azar. Nos encontramos en una condición permanente
de navegabilidad sobre aguas rápidas y turbulentas. El futuro, impredecible
e incierto, se precipita sobre todos nosotros en forma de enormes olas de
cambio.
Nos reafirmamos en nuestra posición anarco-epistémica: no es la necesidad
sino la casualidad la que está llena de encantos. La lógica de la existencia está
en la digresionalidad de lo incierto, en lo casual e imponderable. Nuestros
pensamientos deben ser esos vagabundos impenitentes sumidos en una
especie de dulce libertad ociosa. No es la necesidad, sino la incertidumbre
la que está llena de encantos. Milán Kundera (“La Insoportable levedad del
ser”, 1984), afirma que la casualidad debe aparecer ante nosotros como un
mensaje misterioso que intentamos descifrar.
Michel Foucault y Gilles Deleuze proponen sustituir el eterno, tedioso e
idílico mundo platónico de esencias inmutables, apodícticas y eternas, por
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Las voces de la Otredad
esa dimensionalidad singular, diversa, incierta y contingente; instaurar
una mirada más comprensiva de lo fenoménico, contingente, alterativo y
temporal; forjar una construcción de sentido que no eluda intersticios,
ahonde en fisuras, trabaje desde la diversidad, la diferencia y la otredad,
lejos de la semejanza, la subsunción y la mismidad: “un pensar en escorzo,
abierto, conjetural y divergente”.
No aprendemos de la dúctil brizna de hierba que resiste mejor los embates de
la tempestad, cediendo a ella para luego volver a enderezarse. El sufrimiento
tiene mucho que ver con la actitud con la que nos enfrentamos a una
situación, con las respuestas que no somos capaces de dar, con ese bagaje
de recursos que, a pesar de ello, nos impide gestionar emociones caóticas
que afloran, con temas que hemos dejado pendientes, heridas emocionales
que no hemos sabido cerrar bien y una baja capacidad de resiliencia (aptitud
para manejar la adversidad).
Aprender a desaprender nos obliga a desandar caminos generando métodos
que se (de-re) construyen. El método no se predetermina (meta: camino;
odos: hacia), es un camino que, como en el mundo de las utopías, se hace
caminando: avanzamos, nos detenemos, giramos en círculo, caemos,
retrocedemos, nos elevamos, nos lanzamos a la aventura con nuestro andar
zigzagueante, nos perdemos y nos reencontramos… Es así como se abren
ante nosotros miles de posibilidades que no conocíamos y que quizás
vislumbrábamos cuando arrancamos a caminar.
El filósofo y sociólogo francés Edgar Morin comentaba en su magna obra
(“Introducción al pensamiento complejo”, 1990) sobre las maravillas de
discernir sobre la complejidad, ese escenario raciovital donde no existen
respuestas seguras, sólo la incertidumbre, el caos creativo, el orden
desordenado, la nada que lo es todo. Allí no hay respuestas seguras. No
hay posibilidad de concluir, sino “un inquirir constante que genera nuevas
preguntas a partir de respuestas que se van obteniendo ante la ausencia
consciente de verdades absolutas”.
La imaginación nos permite pensar en el viaje que vale la pena hacer. La
motivación nos pone en marcha. Pero son la paciencia, la resiliencia y la
perseverancia las que nos llevarán a ese destino deseado. Podemos escuchar
el acento perdido de nuestra voz que se hace más débil e inaudible a medida
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
que nos adentramos en el mundo ruidoso de las imágenes y los sonidos.
Logramos vencer así, desde la fecundidad de nuestros inciertos monólogos,
a esos guardianes de la oscuridad como son la muerte, la enfermedad y el
olvido.
Nuestra vida transcurre entre eso que llamamos destino y que creemos es el
camino, y el verdadero sentido que le dan nuestros pasos a nuestro caminar
cuando deambulamos por el sendero del libre albedrío. Nos negamos a creer
que es la claridad de nuestra conciencia la que le da el rumbo y el andar
a nuestra existencia. Sin ella, sabemos que el mundo no tiene sentido. No
aceptamos la tarea de ampliar continuamente nuestros niveles perceptivos
que son los que configuran nuestro destino.
Combinar el pensamiento sistémico con el estratégico; prepararse para
despertar y modificar vivencias, percepciones y conceptos que dormitan
adiposos y felices en nuestras mullidas zonas de confort; aprender a vivir
con las tensiones propias de la polaridad, la otredad, la ambigüedad y la
incertidumbre; tener un enfoque pluridimensional y una amplitud de miras;
entender la magnitud experencial del autoengaño; comprender el milagro y
el misterio de ser y estar en este mundo.
Aptitudes tales como la de fomentar la capacidad individual de pensar
diferente y/o de forma divergente; estimular la creatividad y la imaginación
como elementos connaturales al individuo, lejos del prurito eufemístico de
la genialidad o la excepcionalidad; Promover y estimular el pensamiento
complejo y la potencialización de la capacidad auto (crítica), creativa y
propositiva de autogestión personal y comunitaria, se vuelven cada día más
imperativas y apremiantes.
Por eso se hace necesario evaluar críticamente y a profundidad, el Sistema
Educativo en todos sus niveles no solo para reforzar la adquisición contextual
y holística de destrezas técnicas, administrativas y axiológicas determinantes
para la entronización de una cultura del liderazgo personal, estratégico y
organizacional, sino también, para la interacción activa y efectiva con un
entorno cada vez más crítico, incierto y agresivo, por no decir amenazante
y/o peligroso.
Hay que convertir la vida cotidiana en un ritual donde la conciencia advierte
de crisis, rupturas, pero avizora también transiciones y trascendencias. Las
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Las voces de la Otredad
posibilidades del autoconocimiento convertirán el entorno en un espejo y
el destino en un sabio terapeuta. La vida es una arriesgada aventura o no es
nada, afirmaba Hellen Keller. “No volver la espalda al cambio y conducirnos
como espíritus libres en presencia del destino es una fortaleza imbatible”,
concluía.
La insensibilidad objetivante, flemática e indiferente, dista del mundo
pasional y “débil” de lo emocional y afectivo y es asociada a la reciedumbre
del éxito y al carácter. La agresividad y la dureza hacen que acaben faltando
la blandura y la flexibilidad, elementos que necesitamos para adaptarnos a los
cambios intempestivos y muchas veces desconcertantes. Nuestro árbol tiene
un tronco duro y poco flexible al viento fuerte que amenaza con tumbarlo.
Es preciso cambiar, dejar de trabajar “arduamente” y hacerlo con más
inteligencia, de una manera diferente, sutil y mejor con el fin de obtener
adelantos sustantivos más que ganancias marginales; ser eficiente, pensar
más en los procesos que en los objetivos y los resultados; erradicar esos viejos
y escleróticos paradigmas éticos y organizacionales; cambiar de mentalidad
y de modelo conductual; adoptar el hábito de pensar y actuar de una forma
nueva y alterativa…
Se deben crear nuevos paradigmas gnoseológicos, adoptar nuevos esquemas
y propuestas de innovación y creatividad, estimular miradas emergentes
que subvierten el viejo orden epistémico, concitar la atención de diferentes
fuerzas sociales para que apropien y legitimen en sus prácticas cotidianas,
los nuevos postulados de la ciencia y la tecnología y presionar para que se
conviertan en una exigencia histórica y perentoria.
Se requiere de un sistema educativo que forme y cualifique el factor humano,
que use los conocimientos científicos y tecnológicos para transformar la
realidad en beneficio de diversos grupos y sectores sociales y el mejoramiento
de la calidad de vida de nuestros compatriotas. Se debe hacer una revisión de
las políticas de ciencia, tecnología e innovación para actualizarla y adaptarla
a las necesidades de la sociedad civil colombiana.
Vivimos en una era de desencuentros y de soledades tóxicas debido al
egocentrismo, la competencia voraz y el utilitarismo. La novedad, el asombro,
el vértigo y esa sutil sorpresa que produce lo incierto, son erradicados de los
códigos intrapersonales, manuales que se estructuraron desde el rendimiento
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
y el eficientismo, el culto a lo pragmático y cuantitativo, el sometimiento
postrante a un control racionalista, instrumental y positivista.
La experiencia con su odiosa carga de certezas es directamente proporcional
al azar y la contingencia. Sólo aquellos que nada esperan del azar son los
dueños de su destino. Sólo desde el azar, la incertidumbre y la errante
ternura nos encontramos con la riqueza del otro. Entonces la vida se vuelve
amorosa: se hace asombro, creación, poesía.
Sólo así lograremos convertir en política de Estado y en un imperativo
planeacional, los nuevos arquetipos científicos que permitirán identificar y
establecer líneas estratégicas a corto, mediano y largo plazo, todo ello con
el fin de sentar las bases para la construcción de una verdadera Sociedad del
Conocimiento.
“La conversación más grande del mundo” en torno a la paz y la convivencia en
nuestro país se hace realidad a partir de los postulados de la Ley 1732 de 2014 y las
directrices emanadas del Ministerio de Educación Nacional sobre la implementación
en las instituciones educativas del país de “La cátedra de la paz”, cuyo objetivo
central es la creación y la consolidación de “un espacio para el aprendizaje, la
reflexión y el diálogo sobre la cultura de la paz y el desarrollo sostenible que
contribuya al bienestar general y el mejoramiento de la calidad de vida de la
población”.
Esta iniciativa dialógica será un espacio de reflexión y formación en torno a la
convivencia y el respeto por las diferencias, fundamentados en los artículos 22 y 41
de la Constitución Nacional y el artículo 20 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos. Debe tenerse en cuenta el carácter obligatorio de dicha cátedra
la cual debe ceñirse a un pensum académico flexible el cual será el punto de partida
para que cada institución educativa lo adapte de acuerdo con las circunstancias
académicas y de tiempo, modo y lugar que sean pertinentes.
La Cátedra de la Paz, en consecuencia, debe incorporarse, previo estudio por parte
del Consejo Académico y los demás órganos del Gobierno Escolar de cada institución
educativa, como Proyecto Pedagógico Transversal, en el Proyecto Educativo
Institucional y, concretamente, en los respectivos planes de estudio institucionales
teniendo en cuenta los lineamientos curriculares trazados por el Ministerio de
Educación Nacional.
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Las voces de la Otredad
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
Sólo pensamos en ganar y lo único que hemos logrado es perdernos en el
juego. La vida se nos convirtió en una carrera frenética que no nos conduce a
ninguna parte: vamos y volvemos y terminamos por llegar al lugar de donde
nunca deberíamos haber partido.
No fluimos con el río de la vida. Nuestras tensiones nos impiden crecer. No
solo suponen estancamiento, sino también, aflicción, enfermedad, vejez y
muerte. Hay que comenzar por derribar murallas y quitarnos de una vez por
todas las corazas.
No hemos aprendido a convivir con nuestras dudas y limitaciones, al no ser
conscientes de que hay cosas que se escapan de nuestro control. Nuestra
inseguridad estriba en no saber gestionar y dirimir nuestros temores.
La vida está llena de insignificancias así como el año de instantes y las
montañas de granos de arena, afirmaba Lin Yutang. Es así como pasa
inadvertido para nosotros el valor de las pequeñas cosas.
No sabemos cómo es la vida, ni lo que puede llegar a pasarnos. La expresión
“navegar” se refiere al acto de vivir. ¿Y qué es lo importante en la navegación?
Saber a dónde queremos ir.
La vida verdadera, es decir, la que nos daría plenitud siempre pugna por
salir. Y si no encuentra un camino, retrocede, almacena energías y embiste
con fuerza hasta abrir una rendija.
La vida de un hombre transcurre entre eso que llama destino y que él cree es
el camino, y el verdadero sentido que le dan sus pasos cuando deambula por
el sendero del libre albedrío.
Nos aferramos a nuestros bienes, nos pasamos la vida rezando con las
cuentas secas del deber. Cuantos más deseos se siembran, menos felicidad
se cosecha.
La única forma de que no se manifieste la vida es construyendo muros para
contenerla. Es así como nuestras energías se pierden en una labor dura e
inútil.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
O somos la creación de nuestro propio designio proactivo o la creación de las
agendas de otras personas, de las circunstancias o de los hábitos del pasado.
Debemos tener siempre presente que la vida misma está llena de relativismos:
El techo de un hombre es el piso de otro, cantaba Paul Simon.
Benjamín Franklin en sus cavilaciones afirmaba que si alcanzáramos la
mitad de nuestros deseos, se redoblarían nuestras inquietudes.
Cuando nacimos, todos sonreían y nosotros llorábamos. Vivamos de manera
que cuando muramos todos lloren y nosotros sonriamos.
Miramos hacia el cielo y nos damos cuenta de que no son las estrellas las que
crean la luz, sino que es la luz la que crea las estrellas.
La felicidad se esconde en esos pequeños rincones de la vida que se llaman
detalles. Éstos, casi siempre pasan inadvertidos.
Si queremos conocer la vida comencemos por nuestro interior. Allí podemos
escuchar lo que nadie se ha atrevido a decirnos.
Si alguien te dice que pareces un camello, no le hagas caso; si te lo dicen dos,
mírate en un espejo, reza el proverbio árabe.
Aprendamos a disfrutar de nuestra propia compañía: somos la única persona
con la que viviremos el resto de nuestra vida.
Valemos más por la expresión de nuestra mirada que por los espejos que
esgrimen presuntuosamente los demás.
Séneca nos enseñó que las claves de la riqueza consisten, primero en tener lo
preciso y segundo, lo que basta.
No hay etapas en la vida. Hay vida simplemente. No somos profetas ni
maestros. Sólo alumnos de la vida.
No existe el fracaso si no ha sido vencido el ánimo a menos que hayamos
sido derrotados en ese terreno.
Por mentira entendemos toda comunicación personal o interactiva a través
de la cual intentamos engañar.
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Las voces de la Otredad
“Se ordena una revisión extensiva e integral de todos los manuales de convivencia
de las instituciones educativas en el país para determinar que los mismos sean
respetuosos de la orientación sexual y la identidad de género de los estudiantes.
Se deben incorporar nuevas formas alternativas para incentivar y fortalecer la
convivencia escolar y el ejercicio de los derechos humanos, sexuales y reproductivos de
los estudiantes que permitan aprender del error, respetar la diversidad y dirimir los
conflictos de manera pacífica, así como que contribuyan a dar posibles soluciones a
situaciones y conductas internas que atenten contra el ejercicio de sus derechos.
Se debe ordenar y verificar que en todos los establecimientos de educación de los
niveles de Preescolar, Básica y Media estén constituidos los comités escolares de
convivencia”.
Corte Constitucional. Sentencia T – 478 de 2015 (adaptación).
“Soy trans y no nací en un cuerpo equivocado sino en una sociedad equivocada que
se mete en mi libertad de decidir quién soy y cómo quiero ser”.
Testimonio de un miembro de la organización LGTBI.
Los derechos sexuales son universales basados en la libertad, dignidad e igualdad
para todos los seres humanos.
Los derechos sexuales deben ser reconocidos, promovidos, respetados y defendidos por
todas las sociedades y con todos los medios a su alcance.
No se trata de tener derecho a ser iguales, sino de tener igual derecho a ser diferentes.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
105

Las voces de la Otredad
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA
II
Necesitas creer en algo, tú fauno adormecido que algún día lo creíste todo
y, para hacerlo, no te queda más que el subliminal consuelo de refugiarte
en ese faro solitario que orienta con sus débiles señales y entre las brumas
el tempestuoso y vacilante viaje del errátil nao de tus silentes guilladuras.
Desafías con criterios de sordo clamor la chirrida estridencia del vocablo
y ante la llegada del prejuicio con tu voz de juglar y esa estampa guerreril
nos haces comprender la obstinada absurdidad de tu espíritu de barrilete,
cuando osas volar más alto que todos a pesar del rudo complot del viento.
Proclamas desde los lares de tu cuerda locura tu prometeica y conflictiva
serenidad, en esos aciagos e inciertos días de desgarres y duras decisiones,
la oquedad profunda, controversial y lacerante de tus profanas verdades
surgidas de ese diálogo crudo, omnisciente, grato y fiel con tus otros yoes.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
III. HACIA UNA PEDAGOGÍA
CRÍTICA Y LIBERTARIA
A. ANECDOFABULARIO. EL CUENTO DE LAS ARENAS.
EL CHELISTA DE SARAJEVO
B. SEMBLANZA. PAULO FREIRE, EL PEDAGOGO
DE LA LIBERACIÓN
C. REFLEXIONES EN TORNO A LA JUSTICIA Y LA PAZ
D. LA DECONSTRUCCIÓN DE LA ESCUELA.
ESBOZOS CRÍTICOS. PEDAGOGÍA CRÍTICA Y LIBERTARIA.
PINCELAZOS
E. EL ENIGMA DE LA LIBERTAD. LA BÚSQUEDA
DE LA LIBERTAD
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA III
ILUSTRACIÓN III
“El primer elemento de la libertad individual es la libertad de expresión, el derecho
a expresar y comunicar ideas, de distinguirnos de las bestias irracionales del campo
y el bosque, el derecho a recordar a los gobiernos sus deberes y obligaciones y, sobre
todo, el derecho a afirmar nuestra pertenencia y lealtad a la clase política, a la
sociedad, a los hombres con los que compartimos nuestra tierra, nuestro patrimonio
y el futuro de nuestros hijos. De la mano de la libertad de expresión va el derecho a
que se nos escuche, a tomar parte en las decisiones del Gobierno, que dan forma a la
vida de los hombres.
Todo lo que hace que la vida humana valga la pena -familia, trabajo, educación, un
lugar para criar a los hijos y un lugar para el descanso-, depende de las decisiones
gubernamentales y todo puede ser arrasado por un Gobierno que no preste atención
a las exigencias de su pueblo. Por tanto, la humanidad esencial de los hombres sólo
se puede proteger y conservar si el Gobierno da respuestas, y no sólo a los ricos, o a
los de una religión particular, o a los de una raza, sino a todo su pueblo”.
Robert Kennedy, político estadounidense. Discurso pronunciado el “Día de la
afirmación de la libertad académica y humana”. Universidad de Ciudad del Cabo
(Sudáfrica), 4 de junio de 1966.
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Las voces de la Otredad
III. HACIA UNA PEDAGOGÍA CRÍTICA Y LIBERTARIA
A. ANECDOFABULARIO
EL CUENTO DE LAS ARENAS
Un río, después de atravesar campiñas, al fin alcanzó el desierto. Del mismo
modo que había sorteado muchos otros obstáculos, intentó atravesarlo,
pero temió de pronto que sus aguas desaparecieran entre la arena. Estaba
casi convencido de que ese era su inexorable destino. De repente, una
recóndita voz le susurró al oído diciéndole que él podía remontar el desértico
paraje al igual que el viento mismo lo hacía. El río respondió con acritud
manifestando que mientras él se estrellaría contra la arena, el viento podría
volar y trascenderla.
“Arrojándote con violencia no lograrás cruzarlo: desaparecerás o te
convertirás en un pantano. Debes permitir que el viento te lleve a tu destino”,
replicó la voz.
“¿Cómo podría suceder esto?”, preguntó con escepticismo el río.
“Debes ser absorbido por el viento”, respondió la voz con un dejo de dulzura.
Esta idea no era del todo bien recibida por el riachuelo: ser absorbido por
el viento significaría para él perder libertad, dignidad, individualidad e
identidad. Y una vez perdido todo esto, ¿cómo podría saber si algún día él
recuperaría aquellos dones tan valiosos?
“El viento -dijo la voz-, eleva el agua y la transporta sobre el desierto y luego
la deja caer como lluvia. Es así como pronto recuperarás tu caudal”.
“¿Cómo puedo saber que esto es verdad y que seguiré siendo el mismo río
que soy ahora?”, preguntó con angustiosa ingenuidad.
“No puedes permanecer así por mucho tiempo. Debes decidir y actuar con
prontitud valorando ante todo tu esencialidad. Es tu esencia la que nunca
perderás y eso será lo que, precisamente, te llenará de fe y esperanza y te
permitirá sobrevivir”, fue lo que musitó como respuesta la sabia voz
Cuentan que estas palabras estremecieron las más profundas fibras de sus
pensamientos. El río, ayudado por los cálidos rayos del sol, elevó sus vapores
dejando que el viento abriera sus acogedores brazos y los transportara por
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
la azul inmensidad. El final de esta historia es conocida por todos y ha
sido relatada de generación en generación: un bello y caudaloso río sigue
corriendo con regocijante serpenteo por el sinuoso relieve de aquellas lejanas
tierras, orgulloso de aquella decisión que fortaleció su identidad en lugar de
malograrla.
EL CHELISTA DE SARAJEVO
La literatura y el cine han recreado sublimes etopeyas que hoy forman parte
del patrimonio cultural de la humanidad. Una de ellas es la historia del
“violinista en el tejado” de Shalom Rabinowitz cuyo instrumento sirve de
metáfora para narrar la inestabilidad política y social de la Rusia zarista y las
vicisitudes de las familias judías durante las primeras décadas del siglo XX.
La otra es “El pianista”, inolvidable relato que forma parte de las “Memorias”
del músico polaco de origen judío Wladislaw Szpilman escritas en 1944.
La trama se desenvuelve en Varsovia donde un alzamiento fue duramente
reprimido por las fuerzas de Hitler y su argumento: la entrañable amistad
entre el capitán nazi Hosenfeld y Szpilman. Varios “Opus” de Chopin, entre
ellos “la polonesa brillante”, sirven de fondo y motivo musical a la trágica y
hermosa narración.
Pero hay otro relato sobrecogedor que hoy nos ocupa y nos llena de una
inefable tristeza. El 27 de mayo de 1992, una tienda de Sarajevo repartía pan
entre la gente abatida por la guerra civil que se libraba allí. Un proyectil cayó
sobre la fila hambrienta y mató a 22 personas. Vedran Smailovic, un músico
de 35 años que había tocado el chelo en la Ópera de Sarajevo, observó desde
su ventana el horroroso cuadro, rompió su silencio cómplice y con el arrojo
que le produjo reconocer su angustiosa impotencia, decidió sacar su música
a las belicosas calles bosnias.
Durante los 22 días que siguieron al cruento ataque, a las cuatro de la
tarde, Smailovic se ponía su traje negro, tomaba su chelo y caminaba en
109

Las voces de la Otredad
medio de la batalla que se libraba en torno suyo. Colocaba una silla junto al
cráter dejado por el proyectil y, en memoria de sus conciudadanos mártires,
interpretaba el “Adagio en sol menor” de Albinoni, lúgubre y bella pieza
musical encontrada en las ruinas de la Biblioteca de Dresde, bombardeada
en la II Guerra Mundial.
Mientras caían las bombas y silbaban las balas, “Smailovic tocó ante calles
desiertas, autos destrozados, edificios incendiados que volaban en pedazos
y ante personas aterradas que corrían a esconderse en los sótanos”. Los
estridentes bombardeos no pudieron ahogar los acordes musicales del chelista
que con el rezongueo taciturno y lastimero de sus cuerdas y su entonación
pacifista, compasiva y fraternal, quiso pronunciarse en favor de la dignidad
humana y las víctimas inocentes de la guerra.
El músico inglés David Wilde, conmovido por la historia, compuso “El
chelista de Sarajevo” y vertió en su arpegio sus sentimientos de indignación
y dolor al compartir con Vedran Smailovic el sufrimiento de ese pueblo.
Sus acordes se filtran sutilmente en el auditorio “creando una atmósfera de
sombría vaciedad”. Éstos se tornan en furiosa y violenta agonía que convierte
a los espectadores en cómplices de la horrenda masacre y “los deja expósitos
frente a una realidad descarnada, brutal y deshumanizante”.
Ese hombre que se atrevió con su chelo a desafiar la guerra, la desesperación
y la muerte y cantarle a la vida, al amor y a la paz, “nos enseñó que la música
puede unirnos en esos momentos cuando más lo necesitamos y menos
lo esperamos”. Una nota por internet comentaba el dramático y sublime
episodio: “Aunque el estallido de los morteros no suene en nuestras calles,
hay que intervenir siempre que se devalúe y se ponga en peligro la vida de un
ser viviente”. El sitio de Sarajevo durante la guerra de Bosnia, fue el asedio
más largo y cruento de la historia moderna: duró cuatro años (1992-1996) y
dejó una estela de sufrimiento y desolación que sobrepasó los 12 mil muertos
y los 50 mil heridos.
“La libertad consiste en poder hacer todo aquello que no perjudique a otro: por eso,
el ejercicio de los derechos naturales de cada hombre no tiene otros límites que los que
garantizan a los demás miembros de la sociedad el goce de estos mismos derechos.
Tales límites sólo pueden ser determinados por la ley”.
Artículo 4. Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1791.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
B. SEMBLANZA
PAULO FREIRE, EL PEDAGOGO DE LA LIBERACIÓN
PRIMERA PARTE
18 años después de la muerte de Paulo Reglus Neves Freire (Paulo Freire)
y de su obra póstuma: “Pedagogía de la autonomía”; 43 años después de la
“Pedagogía de la esperanza”; 35 años de la “Pedagogía del oprimido”; 48
años de “La educación como práctica de la libertad” (1967), recordamos
gratamente también aquella experiencia de “Educación Liberadora” vivida
a lo largo de 10 años en el colegio san Francisco Solano de la ciudad de
Armenia. Cómo olvidar la febrilidad que causaba las experiencias de aquel
hombre en Chile y en Recife y sus frases lapidarias que a diario se repetían
en ese fascinante claustro sepultado por el terremoto de 1999 junto con la
iglesia y el convento franciscanos: “Nadie educa a nadie, nadie se educa
solo, los hombres se educan entre si… Nadie libera a nadie, nadie se libera
solo, los hombres se liberan en comunidad”).
Esa singular estancia albergaba hombres de la talla de los curas de la
Golconda, los líderes religiosos de la invasiones populares del Alto Sinú y
los barrios de Cuba en Pereira y los Quindos en Armenia y el memorable
recuerdo de aquel sacerdote francés de apellido Benois que entraba
clandestinamente al país y al Eje Cafetero con su libro (“Concientizar y
organizar las masas”) con el afanoso objetivo de hacer la revolución cafetera
con los feligreses chapoleros. Habrá tiempo para contar las experiencias
vividas al lado de Pacho Álvarez y Enrique González, frayles militantes del
ala izquierda franciscana que mezclaban en sus homilías cotidianas, los 4
evangelios oficiales con las enseñanzas del Vaticano II, la Conferencia de
Medellín (1968), las homilías de Leonardo Boff, Hélder Cámara, Gustavo
Gutiérrez y Franz Hinkelammert.
Éste podría ser la primera parte de su epítome biográfico: profesor de
portugués en un colegio de secundaria; abogado de la Universidad Federal
de Pernambuco; director del Departamento de Educación y Cultura del
Servicio Social de la Industria de la Confederación Nacional de Industrias
(1947); cofundador en los años 50 de Instituto Capibaribe de Recife, centro
111

Las voces de la Otredad
educativo que articulaba la investigación científica, con la formación ética,
moral y democrática; director del Departamento de Extensión Cultural y
catedrático de la Universidad de Recife (1961); doctor en Filosofía e Historia
de la Educación (tesis: “Educación y Actualidad Brasileña”, 1959) y más
tarde docente de la misma facultad, escenario interactivo que revolucionaría
en América Latina el concepto de la educación de adultos.
En los años 60’s, en el Noroeste de Brasil, la mitad de sus 30 millones
de habitantes eran marginados y analfabetas que según él vivían dentro
de “una cultura del silencio” (“Los llamados ‘ignorantes’ son hombres y
mujeres cultos a los que se les ha negado el derecho a expresarse y por ello
son sometidos a vivir en una cultura del silencio”). Era preciso “darles la
palabra” para que “transitasen” a la construcción de un Brasil que fuese
dueño de su propio destino y que rompiese con el atávico nudo que lo
mantuviera asido al colonialismo portugués. Con estas premisas filosóficopolíticas,
desarrolló el método basado en los “núcleos generadores” y en el
principio de que el proceso educativo debe partir de la realidad sociocultural
que rodea al educando: “No basta saber leer que ‘Eva vio una uva’... es
necesario saber qué posición ocupa Eva en el contexto social, quién trabaja
en la producción de la uva y quién se lucra con este trabajo”.
Las primeras experiencias del método logran en 1963 que 300 trabajadores
rurales sean alfabetizados en 45 días. Para el año siguiente, el Presidente de
Brasil Joao Goulart, lo invita para reorganizar la alfabetización de adultos
en su país. Estaba prevista la instalación de 20,000 círculos de cultura para 2
millones de analfabetas. Sin embargo, estando Freire en Brasilia, activamente
involucrado con los trabajos del Programa Nacional de Alfabetización, es
destituido a raíz del golpe militar del 31 de marzo de 1964 protagonizado
por el general Humberto de Alencar Castello Branco.
Paulo Freire busca el exilio ante la persecución de que es víctima porque
su Campaña Nacional de Alfabetización “concientizaba ‘peligrosamente’
inmensas masas populares”, situación que incomoda a las perversas y
corruptas élites conservadoras brasileñas. Pasa 75 días en prisión por
considerarle un pedagogo político nocivo, un “subversivo e ignorante”.
Refugiado en la embajada de Bolivia, pasa unos días en este país y de ahí
viaja a Chile donde trabaja para varias organizaciones internacionales.
Participa en importantes reformas conducidas por el gobierno demócrata-
112

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
cristiano de Eduardo Frei, recién electo con el apoyo del Frente de Acción
Popular de Izquierda.
El gobierno de Chile necesitaba nuevos profesionales y técnicos para
apoyar el proceso de cambio en su país, principalmente en el sector agrario.
Freire es invitado a trabajar en la formación de estos nuevos técnicos. En
Chile encuentra un espacio político, social y educativo dinámico, rico y
desafiante que le permite re-estudiar su método, asimilar críticamente su
praxis didáctico-pedagógica y sistematizarla desde la perspectiva epistémica
y socio-cultural. Esta experiencia es fundamental para consolidar su obra y
para la formación de su pensamiento político-pedagógico.
Freire inicia una psicología de la opresión influenciado por los trabajos de
Sigmund Freud (“Psicopatología de la vida cotidiana”), Carl Gustav Jung
(“Psicología analítica”), Alfred Adler (“La comprensión de la naturaleza
humana”), Frantz Fanon (“los miserables de la tierra”), Erich Fromm
(“El miedo a la libertad”) y Antonio Gramsci (“Los intelectuales y la
organización de la cultura”). Las ediciones clandestinas de Freire pasan de
mano en mano contribuyendo con ésto, a difundir las nuevas concepciones
libertarias sobre educabilidad y enseñabilidad. Términos como educación
bancaria, alfabetización como procesos de endogenización, concientización,
receptividad, actitud de cambio, dialogicidad, vivencia comunitaria y
educación liberadora, se insertan, por influencia suya, en el lenguaje
educativo.
Los educadores de izquierda en América Latina se apropian de la filosofía
educativa de Paulo Freire, pero una facción retardataria del Partido Demócrata
Cristiano lo acusa, en 1968, de escribir un libro “violentísimo”: “Pedagogía
del Oprimido”. Este es uno de los motivos que lo hacen abandonar Chile.
Esta obra, publicada en 1970, recibe la influencia filosófica de escuelas
disciplinares tales la fenomenología de Edmundo Husserl, el existencialismo
de Martín Heidegger y de Karl Jaspers, el cristianismo liberador de Leonardo
Boff, el personalismo de Emmanuel Mounier y desde luego, el marxismo y
el hegelianismo.
No olvidaremos sus enseñanzas inquietantes y seductoras: “Es necesario
desarrollar una pedagogía de la pregunta… Enseñar exige respeto a los
saberes de los educandos… Enseñar exige la corporeización de las palabras
113

Las voces de la Otredad
por el ejemplo. Enseñar exige respeto a la autonomía del ser, exige saber
escuchar, seguridad, capacidad y generosidad… El sectarismo no es crítico,
no ama, no es dialogable. No comunica, hace comunicados… El mundo
está dividido entre quienes no duermen porque tienen hambre y quienes no
duermen porque tienen miedo de los que tienen hambre… Nadie es, si se
prohíbe que otros sean”.
SEGUNDA PARTE
Después de la experiencia agraria chilena y sus “diálogos” en la Universidad
de Santiago (1964-1969), sus años de educador itinerante de la UNESCO
(1970-1977) y su cátedra en la Universidad de Harvard, son muchos los
escenarios que presencian el discurrir de la praxis freiriana: Ginebra y
su paso trashumante por el Consejo Mundial de las Iglesias; su labor de
sanación educadora en las colonias africanas (Angola, Guinea Bissau, Cabo
Verde, San Tomé y Príncipe), liberadas del yugo colonizador europeo…
es así como madura, desde el ejercicio de una ciudadanía mundial, su
pensamiento pedagógico y libertario. Allí en sus “Cartas desde Guinea
Bissau” se visualiza la influencia directa de Amilcar Cabral, el héroe de la
independencia de las colonias portuguesas de Guinea y Cabo Verde y del
líder de la independencia de Tanganika (hoy Tanzania) Julius Nyerere.
El modelo pedagógico social - cognitivo propone el desarrollo máximo y
multifacético de las capacidades e intereses del estudiante. Tal desarrollo
está influido por la sociedad, por las necesidades de la colectividad, donde la
educación y el trabajo productivo están íntimamente unidos para garantizar
a los discentes no sólo el desarrollo del espíritu colectivo sino el conocimiento
científico, técnico, creativo y el fundamento de la práctica para la formación
científica de las nuevas generaciones.
El desarrollo intelectual no se identifica con el aprendizaje (como creen
los conductistas), ni se produce interdependientemente del aprendizaje
de la ciencia como creen algunos constructivistas. Sus exponentes más
114

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
destacados son Makarenko, Freinet y en América Latina Paulo Freire. Y
más recientemente los discípulos de Vygotsky llevaron al aula la aplicación
de los principios de la psicología educativa.
Fue determinante en su formación etopedagógica y política la mirada
proxémica de marxistas como el húngaro Georg Lukács y sus tratados sobre
Estética, el filósofo y pedagogo italiano Antonio Gramsci con sus tesis sobre
la militancia política del intelectual, el Checoslovaco Karen Kosik y su
filosofía de la praxis, el existencialista mayor Jean Paul Sartre, el sociólogo
alemán Herbert Marcuse, padre de la nueva izquierda, el filósofo alemán
Jürgen Habermas y su teoría de la acción comunicativa, la pedagogía crítica
del estadounidense Henri Giroux, la húngara Agnes Heller y su activismo
como marxista judía, el fenomenólogo francés Mauricio Merleau Ponti,
la controvertida filósofa francesa Simone Weil, la filosofía política de la
alemana Hannah Arendt y las lecciones pedagógicas de la Nueva Escuela al
lado del francés Célestine Freinet y el italiano Renato Passatore.
Es el mundo geopolítico de su época el gran formador de la conciencia
freiriana: Bolivia y el Che (1952), Guatemala y Jacobo Arbenz (1954),
la lucha por la autodeterminación vietnamita y Ho chi Min (1958), la
revolución cubana y Fidel Castro (1959), el Movimiento Constitucionalista
Dominicano de Juan E. Bosch (1965), el golpe militar argentino (1966), los
“consejos de guerra” en Colombia contra los intelectuales subversivos (1967),
el Mayo Francés (1968), el triunfo de la Unidad Popular en Chile (1970), los
movimientos insurgentes latinoamericanos y la irrupción en Centroamérica
de la Teología de la Liberación… todo ello desbroza el camino hacia una
metalectura que trasciende el proceso de la alfabetización de adultos. Su sabio
periplo como pedagogo de la liberación, deja honda huella en Nicaragua
durante la Revolución Sandinista, Haití, Grenada y República Dominicana.
Luego viene su experiencia en Estados Unidos al lado de Milles Horton,
miembro del Comité Central del Partido Comunista estadounidense
(“Hacemos camino al andar: conversaciones sobre educación y cambio
social”) y su entrada triunfal al Brasil con la amnistía política de agosto de
1979, después de 15 años de exilio. Se plantea la necesidad de “re-aprender”
a su país sumido en la miseria tras largos años de dictadura y corrupción.
Su paso por la Secretaría de Educación de la Prefectura de Sao Paulo (1989-
1992) con el desafío de reconstruir el sistema escolar a través de la búsqueda
115

Las voces de la Otredad
de un auténtico modelo político – pedagógico, testimonia sus convicciones
educativas. Miles de conferencias por todo el mundo, numerosas publicaciones,
docenas de doctorados Honoris Causa y numerosos premios incluyendo el
de la paz de la UNESCO en 1987, todo acompasado con su cátedra en la
Universidad de Recife y su militancia en el Partido de los Trabajadores, al
cual perteneció siempre, dejan clara e imperecedera la rúbrica de su trasegar
vital y su docencia.
A sus 70 años Freire seguía disfrutando de la vida, predicando la fuerza
del diálogo y “el ser más a través del ejercicio del servicio y el amor”,
defendiendo la necesidad del compromiso personal con los desheredados y
reelaborando sus ideas sobre Educación Liberadora desde el Instituto de Sao
Paulo. Allí, continuamente se preguntaba: ¿Qué tipo de educación necesitan
los hombres y las mujeres del siglo XXI para vivir dignamente en un mundo
tan complejo asediado por los nacionalismos, el racismo, la intolerancia, la
discriminación, la violencia y un individualismo que raya en la desesperanza?
El epítome metódico de este humanista cristiano vinculado a movimientos
genuinamente latinoamericanos como el de la Teología de la Liberación,
se resume así: alianza entre teoría y práctica; pensar una realidad y actuar
sobre ella; sintonía con el universo verbal popular; búsqueda de las “palabras
generadoras” auscultando en la riqueza silábica su sentido vivencial;
codificación de las palabras en imágenes visuales que estimulen el tránsito
de la cultura del silencio a la conciencia cultural creativa y transformadora
(ideogenomatesis)…
Problematización del escenario cultural concreto; recodificación crítica
y creativa para lograr asumirnos como sujetos protagónicos de nuestro
propio destino, actores y autores de su propio drama existencial… Todo ello
para forjar la utopía: “hacer un mundo menos grotesco, menos malvado,
menos deshumano”, vivir una práctica liberadora personal y comunitaria
fundamentada en el amor y la esperanza e indignarse por la injusticia que no
debe envolverse en el sofisma agridulce de las palabras, demarcadoras de su
sentido alienante y desvivencial.
Un dos de mayo de 1997 nos abandona y con su partida se queda en la
memoria y en la conciencia personal y colectiva de los hombres y mujeres
libres de América sus grandes reflexiones: la presencia de la ausencia nos
116

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
va volviendo más capaces... La reivindicación es una exigencia de la vida…
Todo lo que escapa a la crítica se vuelve supersticioso y por ende, sospechoso
a los ojos de la razón… La conciencia es intencionalidad, es un camino
hacia y para… La conciencia es un método…
Quienes no interpretan críticamente las relaciones sociales en las que viven
están condenados a repetir lo que los otros piensan sobre su entorno vital…
“El ser menos lleva a los oprimidos, tarde o temprano, a luchar contra quien
los hace menos y esta lucha solamente tiene sentido cuando los oprimidos,
al buscar recuperar su humanidad, que es una forma de crearla, no se sienten
opresores de los opresores sino restauradores de la humanidad en ambos”.
Dice uno de sus biógrafos: “su semblante calmo, sus ojos color miel, sus
siempre expresivas manos revelándonos los deseos y espantos de su alma
eternamente apasionada por la vida; sus gestos y su voz junto a su barbada
cara blanca proyectándonos la imagen de un antiguo profeta con sus
maravillosos libros socráticos”… he aquí al pastor y su revolución del amor.
Hasta siempre, Freire, Pacho y Enrique.
“La educación no cambia el mundo: cambia a las personas que van a cambiar el
mundo… Si no puedo, por un lado estimular los sueños imposibles; tampoco debo,
por el otro, negar a quien sueña el derecho a soñar… No hay palabra verdadera
que no sea una unión inquebrantable entre acción y reflexión… Debemos luchar
por una educación que nos enseñe a pensar y no por una educación que nos enseñe
a obedecer… Enseñar no es un acto de transferir conocimientos, sino de crear la
posibilidad de producirlos”.
Paulo Freire, pedagogo brasilero.
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Las voces de la Otredad
VIVERO FREIRIANO
• El ser menos lleva a los oprimidos tarde o temprano, a luchar contra
quien los hace menos y esta lucha solamente tiene sentido cuando los
oprimidos, al buscar recuperar su humanidad, que es una forma de
crearla, no se sienten opresores de los opresores sino restauradores de la
humanidad en ambos.
• Enseñar exige respeto a los saberes de los educandos. Enseñar exige la
corporeización de las palabras por el ejemplo. Enseñar exige respeto a
la autonomía del ser del educando. Enseñar exige seguridad, capacidad
profesional y generosidad. Enseñar exige saber escuchar.
• El aprendizaje de la tolerancia se realiza mediante el testimonio: al
luchar por mis sueños no me encierro pasionalmente en mí. Es preciso
que me abra al conocimiento y rehúse aislarme en el círculo de mi verdad
rechazando lo diferente de ella y de mí.
• No siempre es fácil sepultar a nuestros muertos... la presencia de la
ausencia nos va volviendo más capaces... Nadie que sufra una pérdida
sustancial continúa siendo el mismo de antes. La reivindicación es una
exigencia de la vida.
• En los procesos histórico-culturales, su direccionalidad, su rumbo
racional es político. Entonces concientizar es politizar. La cultura popular
se traduce en política popular. No hay una cultura del pueblo sin política
para el pueblo.
• Cuando más me capacito, cuanto más sistematizo mis experiencias,
cuanto más me sirvo del patrimonio cultural que es patrimonio de todos
y al que todos debemos servir, más aumenta mis responsabilidad con los
otros.
• El hombre es hombre, y el mundo es mundo. En la medida en que ambos
se encuentran en una relación permanente, el hombre transformando al
mundo sufre los efectos de su propia transformación.
118

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
• Es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta. Siempre estamos
escuchando una pedagogía de la respuesta. Los profesores contestan a
preguntas que los alumnos no han hecho.
• El orden social injusto es la fuente generadora, permanente de esa falsa
generosidad que se prodiga desde el poder opresivo y que se nutre de la
muerte, del desaliento y de la miseria.
• Mi visión de la alfabetización va más allá del ba, be, bi, bo, bu. Porque
implica una comprensión crítica de la realidad social, política y económica
en la que está el alfabetizado.
• La conciencia crítica nos inserta en el mundo, la conciencia como
receptáculo de conocimientos no solo nos adapta sino que también nos
instala en el reino de la comodidad.
• Defendemos el proceso revolucionario como una acción cultural
dialogada conjuntamente con el acceso al poder en el esfuerzo serio y
profundo de concientización.
• Los llamados “ignorantes” son hombres y mujeres cultos a los que se les
ha negado el derecho de expresarse y por ello son sometidos a vivir en
una “cultura del silencio”.
• No hay palabra verdadera que no sea una unión inquebrantable entre
acción y reflexión, de ahí que decir la palabra verdadera sea transformar
el mundo.
• Decir que los hombres son personas y como personas son libres y no
hacer nada para lograr concretamente que esta afirmación sea objetiva,
es una farsa.
• No hay palabra verdadera que no sea unión inquebrantable entre acción
y reflexión. Decir la palabra verdadera es transformar al mundo.
• En la conciencia ingenua hay una búsqueda de compromiso; en la crítica
hay un compromiso y en la fanática hay una entrega irracional.
119

Las voces de la Otredad
• La pedagogía del oprimido, deja de ser del oprimido y pasa a ser la
pedagogía de los hombres en proceso de permanente liberación.
• La ciencia y la tecnología, en la sociedad deben estar al servicio de la
liberación permanente, de la humanización del hombre.
• Solo educadores autoritarios niegan la solidaridad entre el acto de educar
y el acto de ser educados por los educandos.
• La creencia cuando no obedece a tradicionalismos es producto del deseo,
la evidencia y la repetición.
• Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo. Por eso,
aprendemos siempre.
• Todo lo que escapa a la crítica se vuelve supersticioso y por ende,
sospechoso a los ojos de la razón.
• La conciencia es intencionalidad, es un camino hacia y para… La
conciencia es un método.
• No hay palabra verdadera que no sea unión inquebrantable entre acción
y reflexión.
• Para que haya revolución de las masas es necesario que éstas participen
del poder.
• El amor en el cual no hay diálogo es aquel que está muriendo diariamente.
• Estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas.
• Decir la palabra verdadera es transformar al mundo.
• Nadie es, si se prohíbe que otros sean.
120

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
C. REFLEXIONES EN TORNO
A LA JUSTICIA Y LA PAZ
Diez mil personas que fueron secuestradas, torturadas, asesinadas y
desaparecidas, claman justicia desde sus anónimas fosas y exigen el repudio
y el castigo para aquellos execrables crímenes de lesa humanidad y sus
autores que los convirtieron en víctimas de esas múltiples violencias que
flagelan el cuerpo desfalleciente de la patria y de un terrorismo que dispara
desde los cambuches ocultos en la manigua, las haciendas ganaderas o las
trincheras de los batallones.
Esas masacres han dejado postradas en el miedo, el desarraigo y el dolor
a miles de colombianos, ante el silencio y la indolencia cómplices del
gobierno, los jueces a merced de la ley, los organismos de seguridad y muchos
conciudadanos. En aquellos magros y genocidas episodios “los medios de
comunicación no insistieron en la noticia. Nadie marchó por ello. No hubo
rechazo. Nadie habló de terrorismo”.
El miércoles 15 de mayo de 2007 un líder paramilitar ratificó que el
paramilitarismo ha sido históricamente una política del Estado Colombiano.
“Yo soy prueba fehaciente del paramilitarismo de Estado. Yo fui paramilitar
entrenado por ellos”, dijo aquella vez. Los paramilitares, hoy día, siguen
teniendo el control político del país, gozan de beneficios urdidos desde el
Gobierno, han legalizado sus inmensas fortunas y desde donde estén, ya sean
en lujosas mansiones, en cómodas prisiones o en altos cargos del gobierno,
demuestran su maléfico poder generador de terror.
El país no llora sus otros Emmanuel: Los niños indígenas de la etnia Yukpas,
en la Serranía del Perijá, Cesar, donde 20 de ellos murieron por desnutrición
en diciembre de 2006 y siguen muriendo como los niños emberas, los kogis
o arhuacos, los nukac makú o los afrocolombianos. En Colombia existen
2.500.000 niños realizando el trabajo de adultos, 30.000 en la indigencia,
35.000 en la prostitución, 20.000 en la delincuencia.
En el 2007 se informó que habían muerto más de 30 niños de hambre en el
Chocó y que una mujer alimentaba sus hijos con papel periódico en Ciudad
Bolívar (Bogotá). Hoy día, 10 años después, nuestros niños de la Sierra
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Las voces de la Otredad
Nevada, de la Alta Guajira, del Chocó, casi medio país, siguen muriendo
sumidos en la miseria, la desnutrición y el abandono. Todos recordamos
aquellos grafitis pintados en las paredes vergonzosas de nuestra memoria:
La justicia es como las víboras: sólo muerde los pies descalzos... La justicia
es gratuita, lo que cuesta son los medios para llegar a ella.
Cuán lejos estamos de aquellas definiciones de justicia que la humanidad
con tanto celo guardó en su cofre de utopías: “Iustitia omnium est domina
et Regina virtutum” (“La justicia es reina y señora de todas las virtudes”)...
“Cedant arma togae” (“Que las armas cedan ante la toga”), afirmaba Cicerón
en su libro “De Officiis. “Iustitia est constant et perpetua voluntas ius suum
cuique tribuens” (“Justicia es la perpetua y constante voluntad de dar a cada
uno su derecho”) lo resaltaba el “Digesto” (lib. I, tit. I, ley 10).
“La justicia se estaba en sus propios términos, sin que la osasen turbar ni
ofender los del favor y los del interés, que tanto ahora la menoscaban, turban
y persiguen”, es la descripción que hace Don Quijote de aquella ciega inerme.
Antonio Maura, el insigne estadista español afirmaba en un discurso de 1917
que “es la última de las vilezas consentir que en la nación no haya justicia
alguna”. Escuchamos cierta vez una locuaz disertación sobre la paz. Se
decía, por ejemplo, que el verde era el color de la naturaleza, la fertilidad y el
cambio y que este aquí y este ahora era el momento de la crítica propositiva,
de la reflexión y de la acción para la esperanza.
Un punto de llegada para la construcción de los vínculos sociales y la
apertura de espacios vitales personales y colectivos. Un verde cifrado en
la confianza de que habrá verdad y justicia, de que se repararán los daños
causados por la guerra contra la población civil y de que Colombia saldrá de
la barbarie. La paz entonces, se concibió no como una simple ausencia de
guerra, no se redujo al solo equilibrio de fuerzas contrarias, ni nació en los
crueles condominios del despotismo y la opresión, sino, por el contrario, con
racionalidad, vivencialidad y propiedad, se definió como un componente
vital de la justicia.
En otra ocasión leíamos a Arturo Delgado Flórez. Decía en aquel memorable
texto que todos queremos la paz... El dueño del mundo quiere la paz pero
obtiene grandes ganancias con el negocio de las armas y usa la guerra
arrogantemente para mantener su poderío... El gobierno quiere la paz pero
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
invierte en la guerra la mayor parte de sus recursos. El congresista quiere la
paz y la liberación de sus colegas secuestrados, pero no quiere renunciar a las
utilidades que dejan la corrupción y el tráfico de influencias...
La justicia quiere la paz para llenar ostentosamente las cárceles de
excombatientes. Los combatientes quieren la paz pero siguen disparando
contra sus hermanos... El periodista quiere la paz pero enfundado en el
camuflado de la objetividad, sigue pescando sus primicias en el río revuelto
de la guerra y plasmándolas en las páginas sanguinolentas de los diarios.
Sabe, en el fondo, que la paz no es noticia. El terrateniente quiere la paz pero
no cede un centímetro de sus latifundios... El poderoso quiere la paz pero no
quiere que baje el porcentaje de sus utilidades en la banca...
Todos quieren la paz y que el desempleado siga guerreando con el hambre
en el campo de batalla de la calle y sus semáforos. Todos quieren la paz y
que el niño desamparado siga combatiendo por su supervivencia en la selva
de la ciudad y sus alcantarillas. Todos desean la paz pero no quieren ceder
un ápice en sus convicciones, comodidades y prebendas. Somos como el
preso que desea ardientemente la libertad para reanudar el oficio que lo llevó
alguna vez a prisión... Si, curiosamente parece que todos queremos la paz.
José Félix Restrepo, un científico colombiano de la medicina afirmaba que
la “no-paz” permite ascensionalmente llegar a la paz: de los desacuerdos
a los acuerdos por medio del acto comunicativo interactivo; de las
divergencias a las convergencias y los consensos; de la deslegitimación a la
legitimación; de la homogeneidad al reconocimiento de la diversidad; de la
dependencia a las relaciones interdependientes donde nace el sentido de la
alteridad; de la pluralidad a la singularidad; de la multidimensionalidad a la
unidimensionalidad; de la enajenación a la sujeción; del caos al orden; de la
democracia representativa a la democracia participativa y vivencial.
Un homónimo suyo de la época de la independencia, maestro de Zea, Camilo
Torres y el sabio Caldas, aseguraba que si era necesario cometer una injusticia
para que no se derrumbara el universo, habría que dejar que el universo se
derrumbara. No lejano en el tiempo, Bolívar asentía: “La Justicia es la reina
de las virtudes republicanas y con ella se sostiene la igualdad y la libertad”.
Tenemos pues, desde la inmemoriabilidad, un inmenso compromiso ético:
traducir a través del lenguaje de la denuncia lo que han padecido las víctimas
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Las voces de la Otredad
de la injusticia y la exclusión y conseguir, aunque sea con la debilidad del
concepto y la fragilidad de la palabra, que esta historia de horror no se
repita, que nuestras ciudades dejen de ser el cruento escenario del oprobio y
la marginalidad.
Pareciese que los asuntos de justicia y paz se redujeran a un ejercicio
académico, filosófico y literario y que éste fuera inocuo. No lo creemos. El
intelectual orgánico del que hablaba alguna vez Antonio Gramsci Recuerda
por ejemplo, las palabras de Arquelao (“El justo y el injusto no son productos
de la naturaleza, sino de la ley”) y de Platón (“Los hombres temen a la
injusticia porque tienen miedo de ser sus víctimas, no porque les desagrade
cometerla... La justicia no es otra cosa que la conveniencia del más fuerte”).
Dante Alighieri (“Somos partidarios de grandes proyectos para tratar con
más justicia al común de los mortales, pero permanecemos indiferentes a
las necesidades de las personas, que están más cerca de nosotros”) y Blaise
Pascal (“hay pues que unir la justicia y la fuerza y conseguir así, que lo justo
sea fuerte y lo fuerte sea justo”).
La Rochefoucauld (“El amor a la justicia no es en la mayoría de los casos
sino el temor a sufrir la injusticia”), Montesquieu (“La ley debe ser como
la muerte, que no exceptúa a nadie”) y Joseph Joubert (“La justicia es la
verdad en acción”). Francisco de Quevedo (“Donde hay poca justicia es
grave tener razón”), Santiago Ramón y Cajal (“¡Felicísimo país el nuestro
en donde la casaca ministerial, la toga y el blasón no delinquen jamás!”)
y Diego Quiñones Estévez, prestigioso catedrático español en asuntos
religiosos (“Las víctimas del terrorismo, nuestros Cristos crucificados por
las armas del terror y sus aliados totalitarios, forman parte de la historia
de nuestro sufrimiento. Nuestra responsabilidad es que su sangre no siga
siendo pisoteada sino redimida por una justicia libre de las ataduras y las
barrabasadas despóticas de un poder y de un terror insaciables”).
Sin embargo, estas reflexiones obligan a hacer un paréntesis en nuestros
agitados días y evaluar cuál ha sido nuestra pragmática frente a los desafíos
que nos impone nuestra turbulenta y dramática realidad. Recordar, verbo
y gracia, aquella célebre proclama eclesiástica: “Bienaventurados los que
abogan por la causa de los pobres, los marginados y los vulnerables; Los que
tienen hambre y sed de justicia; los que son perseguidos por hacer el bien,
trabajar por la paz y luchar contra la exclusión y la inequidad...”. Evocar,
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
de igual manera, la célebre consigna del vilipendiado José Proudhon: “La
justicia consiste en el respeto espontáneo y mutuamente garantizado de la
dignidad humana, cualquiera que sea la persona y en cualquier circunstancia
y sean los que fueren los riesgos a que sus defensa pueda exponernos”.
La revolución la entendemos como la rebelión de un pueblo contra la
injusticia social de un régimen que se proclama jactanciosamente como
democrático. Las masas no van a la revolución –decía alguien-, con un
plan preconcebido de sociedad nueva, sino con un sentimiento claro de
rechazo e impotencia para seguir soportando un régimen social injusto y
decadente. Reconocer que existen las múltiples violencias, reconocer sus
efectos nefastos en la autoestima, la dignidad y la afectividad, nos invita
a todos los que nos encontramos comprometidos con el cambio, la justicia
social y la democracia, a movilizarnos para hacer realidad la utopía de una
convivencia pacífica, donde sea posible una ética raciovital e incluyente, que
recree la diversidad, reivindique la subjetividad y transforme nuestra agenda
de violencias en toda una propuesta asuntiva, política, personal y colectiva
de convivencia pacífica.
Terminemos estas reflexiones sobre justicia y paz con los planteamientos de
dos de nuestros más connotados escritores. Mario Vargas Llosa hace poco
afirmaba: “Uno de los grandes errores es creer que el desarrollo depende
de una política económica; es indispensable, pero si no va acompañada
de justicia, orden y una cultura democrática, ese progreso no tiene pies de
plomo y puede derrumbarse en cualquier momento. Es el caso de América
Latina, donde las reformas económicas no han sido acompañadas de una
institucionalización, de una legalidad, sin las cuales ninguna sociedad podrá
funcionar libremente”.
En otro momento, nuestro Nobel de literatura exhortaba a sus contertulios:
“(...) Con toda la determinación del espíritu, propongo que hagamos ahora
y aquí el compromiso de concebir y fabricar un arca de la memoria, capaz
de sobrevivir al diluvio atómico. Una botella de náufragos siderales arrojada
a los océanos del tiempo para que la nueva humanidad de entonces sepa
por nosotros lo que no han de contarle las cucarachas: que aquí existió la
vida, que en ella prevaleció el sufrimiento y predominó la injusticia, pero
que también conocimos el amor y hasta fuimos capaces de imaginarnos la
felicidad”.
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Las voces de la Otredad
“Hay un orden que no se preocupa de las necesidades del ser humano y
sigue su curso prescindiendo de él. Este orden ¿está acaso orientado a la
perfección de la vida humana? ¿Tiene, al menos, en el sentido más modesto
de la palabra, la intención de hacer justicia entre los pobres y los que menos
tienen?”, se preguntaba en la década de los sesenta el filósofo italiano
Romano Guardini. El texto de la canción “Honrar la vida” también lo dice:
“(...) No, permanecer y transcurrir no es perdurar, no es existir, ni honrar la
vida; hay tantas maneras de no ser, tanta conciencia sin saber, adormecida.
Merecer la vida no es callar ni consentir tantas injusticias repetidas”.
“El propósito de la ley no es hacer que la gente sea santa sino que la sociedad
pueda vivir en paz”, afirmaba Samuel Coleridge en sus “Sermones laicos”.
“La política sólo es digna de alabanza cuando es empleada por la justicia
para obtener un fin honesto y laudable”, nos lo recordaba la escritora Anne
Dacier. “Hay que estar allí, con los que luchan por la justicia, no con los que
la niegan”, resaltaba Arturo Uslar Pietri. “Cuando se repara una injusticia,
hay fiesta en el corazón”, bellamente lo decía Mahatma Gandhi.
Todos ya lo tenemos claro: toda separación, toda exclusión es un símbolo
de injusticia y desigualdad... Lo único que puede salvarnos de la barbarie es
una cultura de paz y convivencia.
“Todos los hombres son por naturaleza igualmente libres e independientes, y tienen
ciertos derechos inherentes, de los cuales, cuando entran en un estado de sociedad,
no pueden ser privados o postergados; expresamente, el gozo de la vida y la libertad,
junto a los medios para adquirir y poseer propiedades, y la búsqueda y obtención de
la felicidad y la seguridad”.
Declaración de Derechos del Estado de Virginia, EE. UU. 1776.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
D. LA DECONSTRUCCIÓN DE LA ESCUELA.
ESBOZOS CRÍTICOS
El conflicto es negado y proscrito de forma consuetudinaria en el escenario
escolar por sus actores aún a sabiendas de que inexorablemente están
inmersos en él. Su análisis problematizador, al igual que los seres por
naturaleza problemáticos, han sido eludidos e invisibilizados. Lejos estamos
de visualizar y asumir el conflicto como un componente dinamizador del
proceso de formación y situarlo en el centro de la dinámica pedagógica.
La historia de las ideas, los seres y las instituciones en el diario acontecer
de nuestros días, es una horrenda crónica donde caudillos y gobernantes,
usureros de la política, asumiendo la función brahmánica de redimir a su
grey, buscan su glorificación a expensas del erario y la conciencia enajenada
de sus copartidarios y electores.
Hoy se entiende la pedagogía crítica como una disciplina conflictiva
y nociva porque estudia el conflicto y nos exhorta a reconocernos en él,
aceptar que en él han vivido de manera irresoluta y por largo tiempo nuestras
comunidades educativas y que las acciones estratégicas que movilizan ideas,
intereses y necesidades al interior del mundo de lo escolar han sido inocuas
y disfuncionales.
Los estragos que ha causado el dogmatismo pedagógico en los agentes
educativos llenan volúmenes enteros y han trascendido los oxidados dinteles
de los claustros escolares. Doctrinas sectarias y fundamentalistas con su
autoritarismo hecho certeza, se enquistaron en torvas ideologías políticas y
sociales cual aves de mal agüero, mensajeras de la violencia, la depredación,
la exclusión y la muerte.
Atribuimos los errores a los otros, buscamos “chivos explicatorios” y nos
creemos ajenos e intocables a cualquier asomo cuestionador… Es así
como preparamos el ciclo del eterno retorno a la violencia real o simbólica.
Thomas Mann en “La Montaña Mágica” decía que la barbarie se apodera
poco a poco de una comunidad cuando no vigila su misión educativa en su
dramático transcurrir histórico.
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Las voces de la Otredad
El filósofo francés Jean Paul Sartre nos dejó una profunda reflexión: las fallas
en la comunicación pedagógica son el comienzo de las múltiples violencias
y el fin de la escuela. El viejo sueño del pensador austriaco Iván Ilich se
hace realidad: las redes de socialización desescolarizadas (aprendizaje sociovirtual),
libres de yugos reglamentaristas y coactivos, están remplazando la
vieja escuela.
Definimos el conflicto como la divergencia o la incompatibilidad de intereses,
necesidades, percepciones, cogniciones, conductas, acciones, afectos o
emociones entre individuos o grupos. La deconstrucción pedagógica es
una lectura crítica del quehacer praxiológico y cotidiano de los agentes
protagonistas de la enseñanza-aprendizaje tanto en el aula de clases como
en su comunidad educativa.
Hoy día, desde la escuela y a pesar de todo, se le apuesta de manera
incondicional a una cultura de paz: no se justifica la violencia, nos volvimos
intolerantes frente a ella. Sólo creemos en las palabras y las acciones que
explicitan una justicia humanista, equitativa, razonable, tolerante, digna,
solidaria, reconciliadora y restaurativa… una paz justa y una justica pacífica.
Las instituciones educativas no aceptan que el conflicto es nuestro mejor
maestro cuando lo vemos como oportunidad facilitadora de crecimiento
individual y colectivo. Se debe romper el anacrónico estereotipo de la escuela
como entidad autoritaria, patriarcal y perversa que forma en la dependencia
y la sumisión más que en la libertad y para la autonomía.
La escuela ya no es el escenario socializador por excelencia donde se logran
fortalecer y construir los valores de la convivencia, el diálogo y la solidaridad.
La escolarización diluida en los eufemismos propios de la coberturitis y el
academicismo, desdibujó el rostro de una educación con calidad y dejó de
ser determinante en la formación ciudadana.
La institución escolar como estructura y propuesta pedagógica asuntiva,
activa y efectiva, es incapaz de enfrentar la alta complejidad del conflicto
social y se siente impedida e inhabilitada intencional e instrumentalmente,
pedagógica y didácticamente para asumir y resolver las problemáticas en las
que se debaten individuos y comunidades.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Muchos pedagogos perciben la escuela como una despensa llena de
dispositivos instrumentales que reglamenta, interviene, controla, juzga y
sanciona (el panóptico de Foucault). Allí los agentes educativos están bajo
“estricta” observación, regidos por relaciones y mecanismos (códigos y
señales) de poder.
La escuela ha perdido su rumbo y su andar, confusa y errabunda no sabe
qué hacer y para dónde coger al ver que sus viejas tácticas y estrategias
cotidiano-negadoras y elusivas ya no dan resultado. La realidad se impone
con su abrumadora brutalidad e irrumpe en nuestras cómodas y mediocres
plataformas curriculares.
Es un error seguir creyendo que al asumir una pedagogía crítica, asuntiva
y liberadora, nuestros estudiantes se traumatizarán al conocer nuestros
oscuros orígenes institucionales. Esto no los tiene por qué volver revoltosos
y anarquistas… simplemente los vuelve reflexivos, críticos y propositivos.
Así no sea aceptado por muchos, es en torno al conflicto que se dan los
aprendizajes significativos, las transformaciones conductuales, los cambios
en las formas de expresión y de acción, los procesos auto-reflexivos, críticos
y creativos que facilitan la transformación de las ideas en acciones.
El camino que usualmente ha tomado la escuela es aquel que lo conduce y
limita a enseñar, reglamentar, exigir obediencia, satanizar y eludir el conflicto.
Se alecciona en la búsqueda de una igualdad y una democracia fementidas al
tiempo que se incapacita y se esteriliza para asumir el conflicto.
Es hora de construir una pedagogía crítica, propositiva y alternativa que
no enseñe a guardar silencio y a fingir sobre lo que se dice, se piensa o se
siente. Es hora de impulsar una praxis educativa que al formar en y para la
convivencia, permita que la palabra se reivindique y retorne del exilio.
La pedagogía como un campo praxiológico de intervención en lo
ideológico, académico, formativo y cultural, ha sufrido un fuerte proceso
de desestructuración simbólica y axiológica y ha dejado, a su vez, de ser
propuesta, escenario y proceso que evoca, invoca, exhorta y acoge.
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Las voces de la Otredad
El sistema ideológico y educativo como forma de conciencia social, busca
situar al maestro en el limbo de la neutralidad y la asepsia pedagógicas. Las
didácticas y narrativas entonan su canto angelical y supraceleste lejos del
mundo telúrico y profano de los seres, las palabras y los días.
Parafraseando al psicólogo ruso Lev Vygotsky, hemos descubierto que, al
enseñar la lecto-escritura como una simple habilidad motora y no como una
actividad socio-cultural, olvidamos que a los estudiantes se les debe enseñar
“la lengua escrita, no la escritura de letras”.
En la vieja escuela, unos directivos docentes, desde la miopía de su liderazgo,
conducen a un grupo de desorientados y asustadizos maestros que, aun
teniendo los ojos abiertos, padecen una ceguera situacional que les impide
“ver que es posible ver”.
El mundo de lo educativo olvidó el viejo teorema del moralista romano
Séneca: “No aprendemos gracias a la escuela, sino gracias a la vida”.
Debemos tener siempre presente que si nos atrevemos a enseñar, nunca
debemos dejar de aprender.
La escuela cumple con su misión-visión reproductivista y se convierte así,
en un escenario de desencuentro e incomunicación que replica y fecunda la
estructura inequitativa, patriarcal, autoritaria y vertical de nuestro modelo
social.
Autoridad, códigos, textos y normas se oponen al surgimiento de nuevos
argumentos y propuestas que transformen las odiosas situaciones y
condiciones de dominación e inequidad, en realidades emancipatorias y
autárquicas.
El fascismo pedagógico también nació en la patria de los ideales supremos.
La tierra de Kant y de Hegel tuvo que presenciar el horror de una pedagogía
política totalitaria al igual que la barbarie vivida en sus campos de
concentración.
Nos negamos a aceptar que el cambio lo logra una mayoría silenciosa, pero
de pronto sí, una minoría provocadora. “No somos dos, somos más… somos
una multitud cuando te salgo a buscar”, es el tema de una vieja canción.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
En la escuela donde se incuban los prejuicios, la hipocresía, la farsa y el
disimulo. Desde allí se prepara al individuo para vivir en un mundo tramposo
y aparente: hablar lo que no vive, vivir lo que no piensa y pensar lo que no
dice.
Lo que muchos se preguntan es ¿cómo diablos se puede reglamentar la
innovación y la creatividad en el mundo escolar para luego convertirlas en
odiosos fórceps en ese cotidiano ejercicio del liderazgo y la libertad?
La escuela olvidó el viejo axioma del sociólogo británico John Ruskin:
educar a alguien no es hacerle aprender algo que no sabía, “sino hacer de él
alguien que no existía”.
PEDAGOGÍA CRÍTICA Y LIBERTARIA
“Las escuelas han de verse como lugares democráticos dedicados a potenciar, de
diversas formas, la persona y la sociedad… las escuelas son lugares públicos donde
los estudiantes aprenden los conocimientos y las habilidades necesarios para vivir en
una auténtica democracia… Debemos asumir el conocimiento como cruzadores de
fronteras, como gente que atraviesa en ambas direcciones las fronteras construidas en
torno a coordenadas de diferencia y poder”.
Henry Giroux, crítico cultural estadounidense, uno de los fundadores de la
Pedagogía Crítica.
En 1923 el rico comerciante de granos Felix Weill crea el Instituto para
la investigación social, más conocido como la escuela de Frankfurt. Max
Horkheimer en 1930 continúa con la dirección del instituto ampliando el
trabajo de su predecesor. Theodor Adorno, Herbert Marcuse, Erich Fromm
y Jürgen Habermas, prolíficos intelectuales que se enfrentan al fascismo y al
nazismo de su época y proponen el análisis de la subjetividad, la cultura y
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Las voces de la Otredad
la vida cotidiana. Sus críticas son contra el economicismo, el racionalismo
positivista y la inclusión del análisis de la psicología profunda.
En Estados Unidos, a finales de 1940, John Dewey, influido por Decroly y
Cleparade, plantea que la escuela debe ser una forma de vida social. Cree
en la escuela como agente de transformación social; la educación como
un proceso sin fin; aboga por los ideales de la democracia entendida como
forma de gobierno y forma de vida social, asociada con la experiencia
comunicacional. Propone el “aprender haciendo” (“learning by doing”),
sello que le imprime y define su trabajo. Los teóricos de la educación crítica
liderados por Henry Giroux proponen que los programas escolares deben
ser comprendidos en términos de una teoría del interés y una teoría de la
experiencia.
El conocimiento se construye a partir de la problematización de la vida diaria
y de aquello que ha configurado su pasado presentificado. Los objetivos de
aprendizaje tienen un papel fundamental al orientar la finalidad del acto
educativo y explicitar en forma clara y fundamentada los aprendizajes que
pretenden fomentar. Freire, Apple, Simon, Kozol, Giroux y Peter Mclaren
consideran que separar las cuestiones educativas del contexto cultural, social
y económico, se constituyen en un acto grave de ignorancia, un fraude cínico
e incluso criminal.
Cuando Giroux habla de una teoría de interés, significa que el programa
refleja los intereses que lo rodean: las visiones particulares del pasado y del
presente que representan, las relaciones sociales que afirman o rescatan. Un
programa es una narrativa construida históricamente que produce y organiza
las experiencias del estudiante en el contexto de formas sociales tales como
el uso del lenguaje, la organización y categorización del conocimiento y las
diferentes estrategias de enseñanza.
Pobreza, criminalidad, falta de moralidad, drogas, guerras, crisis ecológicas,
analfabetismo, discriminación de la mujer y de las minorías étnicas,
conciencia tecnocrática y desintegración de comunidades y familias, por
citar algunos de nuestros problemas más preeminentes, son hechos de la vida
que afectan directamente el desarrollo físico, emocional, intelectual, ético y
moral de la gran mayoría de los niños en nuestra cultura.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Frente a una sociedad y una educación que han sido presentadas como
opresoras e inequitativas, ha surgido la pedagogía crítica. Se trata de una
disciplina política, orientada a trasformar las condiciones de desigualdad
y justicia social, propiciando entre los agentes educativos habilidades
intelectuales y éticas para modificar su existencia.
Una pedagogía crítica parte de una visión dialéctica de la realidad. Desarrolla
categorías y competencias interpretativas y argumentativas. Identifica las
situaciones sociopolíticas que impiden conseguir los fines racionales de la
enseñanza educativa. Crea comunidades auto-reflexivas, críticas y creativas
que conectan la teoría con la práctica. Utiliza el método crítico para identificar
diferentes aspectos socioculturales.
La existencia de distintos intereses, daría origen a tres concepciones
diferentes de la didáctica: técnica, práctica y crítica, según la racionalidad
que subyace al hecho educativo. La pedagogía crítica apunta su mirada hacia
el cuestionamiento de las realidades que rodean a los agentes educativos, a la
búsqueda de la autonomía o a la transformación social como fines educativos.
El espacio de reflexión, indagación e intervención propio de la pedagogía
crítica, se centra en determinados actos educativos que diseña el educador
de modo intencional y sistemático, con la intención de alcanzar ciertos
aprendizajes esperados, en armonía con unos fines curriculares establecidos
y con relación al contexto sociocultural, escolar y familiar en que se
desenvuelven dichos actos educativos.
La interacción Saber-Educador está definida por la capacidad potencial del
docente de hacer que aquel saber “sabio” del curriculum escolar se vuelva
un saber próximo al educando, esto es, un saber “sabido”. El educador logra
comunicar al educando la esencialidad o la racionalidad del saber que está
en juego, incrementando los aprendizajes efectivos de éstos.
La interacción Educando-Educador representa las múltiples preocupaciones
que se concentran en los elementos coexistenciales e intersubjetivos
del aprendizaje. Resalta el aprendizaje de saberes para la convivencia
democrática y sobre cómo ésta influye o media en el logro de más y mejores
aprendizajes cognitivos y actitudinales. Esta interacción, del aprender a vivir
juntos, suele ser enfatizada por posturas educativas orientadas por el interés
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Las voces de la Otredad
práctico, resaltando las denominadas pedagogías de la ternura, los valores,
las emociones, entre otras.
La interacción Saber-Educando se centra en el fin formativo más relevante
de una educación crítica, en términos del aprender a aprender, de la
potenciación de la meta-cognición o del desarrollo del pensamiento crítico
del estudiante. La interacción saber-educando hace del problema ético
y político de la emancipación humana la razón de ser principal de la
pedagogía. Desde criterios de complejización e integración, busca articular
orientaciones y acciones educativas con el fin de propiciar aprendizajes
eficientes, contextualizados, democratizadores y éticos.
En esta lógica, a la pedagogía crítica le interesa no solo desarrollar
aprendizajes significativos (transposición didáctica) y promover valores y
competencias para la convivencia (coexistencia democrática), sino también,
valorar si está orientado y argumentado por la pregunta sobre las razones
liberadoras y transformadoras de la educación (pensamiento crítico).
“Es necesario expresar con claridad los aprendizajes importantes que se
pretenden alcanzar, así como integrar y formular de la manera más reflexiva
el objeto de conocimiento o fenómenos de la realidad a estudiar. Al igual
que los objetivos de aprendizaje, otro aspecto central es la caracterización
del contenido escolar. Dada la importancia del contenido, son el profesor y
el estudiante los que deben participar en su ‘determinación’.
Una pedagogía crítica permite la resignificación de dispositivos técnicos
y prácticos desplegados en el contexto escolar y social y hace de la labor
pedagógica, un proceso de reflexión situado y altamente responsable frente
a las demandas y desafíos de las comunidades educativas en pos de su
transformación social. Son los factores socioculturales los que determinan
y definen la interacción entre el saber, el educador y el educando. Ninguna
práctica pedagógica será eficiente y efectiva si omite o niega su carácter
contextual-dependiente.
Lo verdaderamente original y opuesto a prácticas educativas tradicionales es
apostarle a una educación auténticamente democrática y democratizadora,
con énfasis en la emancipación de sus actores. Es así como empezamos a
hablar de una pedagogía crítica que se define más por sus fines que por sus
medios.
134

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
PINCELAZOS
• El aprendizaje es un proceso dialéctico. El camino no es lineal: está lleno de
obstáculos, avances y retrocesos; pasa de un estado de menor conocimiento
a uno más avanzado. Interpretamos, indagamos, problematizamos,
exponemos nuestras dudas y es así como paulatinamente accedemos a
las diversas formas del conocimiento.
• La enseñanza - aprendizaje exige rigor metódico, investigación, crítica,
respeto por los saberes de los educandos, formación ética y estética desde
el testimonio experencial, reflexión crítica sobre las prácticas cotidianas,
reconocimiento y asunción de la identidad cultural.
• En la perspectiva crítica el docente necesita replantear su praxis
pedagógica donde la relación educador - educando venga dada por el
proceso de dialogicidad, una relación no asimétrica y conjunta donde
todos aprenden de todos.
• La evaluación debe propiciar que el sujeto sea autoconsciente de su
proceso de aprendizaje. Cumple una función crítica al no fundirse con lo
establecido, al problematizar la realidad, al no jurar fidelidad a ninguna
teoría.
• La pedagogía crítica problematiza la vida diaria. No cree que las
relaciones entre los hombres sean de igualdad, sino al contrario, de una
u otra forma, se acentúan en y desde la diferencia.
• La evaluación tradicionalmente se ha remitido a medir los conocimientos
de los discentes. Al cuantificar los logros de los escolares se le resta
importancia al proceso mismo de evaluación.
• No podemos seguir concibiendo la práctica como una actividad carente
de significado. La práctica es una actividad liberadora. Actividad
comprometida con la transformación.
• Una práctica pedagógica crítica debe ser diferente, creadora de espacios
de expresión y de resignificación y emancipación que emergen de la vida
cotidiana.
135

Las voces de la Otredad
• La pedagogía critica, al analizar los fines de la educación, comprende
que el trabajo escolar va más allá de los problemas del contexto áulico.
• Se busca concebir la escuela como un espacio complejo, lleno de
significados y significaciones, como un escenario público y democrático.
• La pedagogía crítica va en contravía de las prácticas cotidianas inmersas
en el instrumentalismo y en la pretendida neutralidad ideológica.
• La práctica como actividad creadora, libertaria, escapa a los designios de
una actividad simple, mecánica, pasiva y sin compromiso.
• La evaluación debe ser vista como un proceso continuo que permite
reflexionar sobre el rumbo, el andar y los ritmos del aprendizaje.
• En la Pedagogía Fronteriza la frontera connota una barrera infranqueable
para aquel que vive en el conformismo y la pasividad.
• Pasar de la cultura del silencio a la acción cultural implica un trabajo
arduo lleno de penas, glorias, triunfos y sinsabores.
• El aprendizaje es un proceso inacabado: allí, el ser humano como sujeto
cognoscente, día a día aprende cosas nuevas.
• Así, el aprendizaje no es algo acabado, es un proceso permanente de
distintos niveles de conocimiento, crítica y reflexión.
• La práctica docente como acto de enseñanza, como praxis, no puede ser
acción antagónica al desarrollo de un grupo social.
• La enseñanza como práctica emancipadora es una actividad que necesita
precisarse en su sentido e intencionalidad.
• La pedagogía crítica intenta redefinirse a sí misma como una alternativa
para la transformación de la educación.
• ¿Es el aprendizaje un proceso basado sólo en el desarrollo de
conocimientos, habilidades o destrezas?
136

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
• La pedagogía crítica es un instrumento alternativo a los desafíos
educativos de los nuevos tiempos.
• Transformar la sociedad en la que vivimos es un reto para la pedagogía
crítica.
• La enseñanza-aprendizaje es una puerta para la complejidad y la crítica.
Sólo una educación humanista y solidaria, respetuosa de la pluralidad y las
diferencias y defensora de las libertades, la equidad y la justicia social, permitirá
hacernos comprender que todos participamos de la misma aventura: erradicar el
miedo y la barbarie de nosotros y los otros.
En su obra “De sus lises y de sus rosas”, el escritor colombiano Vargas Vila escribe:
“La justicia es la cima solitaria, sobre la cual no se siente sino el estremecimiento de
un vuelo: el de las alas de la verdad”.
“El origen de todo menosprecio del hombre, de toda injusticia, debe ser buscado en
el desequilibrio interior de la libertad humana que necesitara siempre, en la historia,
una permanente labor de rectificación”.
Obispos de América Latina, Medellín, 1968.
“No siempre son otras personas las que nos esclavizan: a veces son las emociones,
otras veces son las cosas y hay circunstancias en las que, por falta de voluntad, nos
esclavizamos a nosotros mismos”.
Rich Evans. Actor y escritor estadounidense.
137

Las voces de la Otredad
E. EL ENIGMA DE LA LIBERTAD
¿Quién no ha hablado de ella? Poetas y pensadores han tratado de aprisionarla
entre versos y filosofemas. Muchos la invocan entre monólogos y balbuceos,
conjuros y rezongueos; otros más la han objetivado intentando descubrir su
inescrutable sentido; unos la definen y otros la describen, algunos la alaban
y otros tantos la maldicen… Y, sin embargo, incólume e indescifrable ha
permanecido a lo largo de los siglos. Los fríos códigos que auscultan el
cotidiano comportamiento de los individuos, han intentado normatizar sus
dimensiones fenoménicas… pero, ¡qué tan poco se sabe de ella!
Los griegos desde sus liceos, gimnasios, stoas y academias la entendieron
como el sometimiento actitudinal a los dictados de la razón esclavista de
la época. Presa de sus entinemas y psicologismos, ironías y mayéuticas, los
“amantes de la sabiduría” la encadenaron a verdades esotéricas, virtudes
ataráxicas, aporías absurdas y metafisiqueos de toda laya. Un día abandonó
los lares de la especulación filosófica para servir de estandarte a los ejércitos
macedónicos y de escudo al imperio romano para que, en su nombre, se
avasallaran los pueblos de la antigüedad.
La libertad abandonó el verdor hedónico de los olivos y las aceitunas
y el dulce y ebrio olor moralista de los viñedos imperiales, para sumirse
en el sopor sacrosanto de la Europa medieval donde quedó expósita en el
Índex eclesiástico y en las intrigas religiosas y palaciegas; bajó encadenada
a las mazmorras; convivió en el corazón del siervo de la gleba; se refugió
en los gremios y las guildas de los burgos; fue quemada como hereje en
las hogueras inquisitoriales; desgranada en las falaces camándulas de los
curas misioneros y aupada en los ostentosos escudos heráldicos de rudos y
procaces conquistadores y encomenderos.
El concepto griego de libertad al igual que los mantras nirvánicos orientales,
fueron proscritos y ahogados en las pilas bautismales; los incensarios tomistas
la asfixiaron al interior de los claustros escolásticos y, entre ascesis y aleluyas,
la sometieron a la sacrosanta voluntad de la Iglesia. ¡Con qué humildad
o prepotencia la reverenciaban o la estigmatizaban en aquel entonces!
Católicos, luteranos o calvinistas desde sus tribunales fundamentalistas la
explicaban como ese sentimiento inherente a las propias acciones (libre
albedrío) y codependiente de los asuntos eclesiales y doctrineros.
138

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Huérfana y sola frente a las crudas realidades de su tiempo, fue constreñida
por las leyes político-sociales y las virtudes teologales de su tiempo. Muchos
llegaron a hablar de su vocación cosmológica: “Libre y sin trabas como
el universo”. Alfonso X el Sabio la tipificaba como “una de las cosas más
honradas y más caras de este mundo”, “un poder de hacer lo que se quiere”
sin que la fuerza del derecho o de la ley se lo embargue. Spinoza, el judío
portugués, la consideraba una conquista, un premio al cual debíamos
sentirnos cada día más merecedores sin importarnos tal vez el peor de los
obstáculos: nosotros mismos.
Jacobo Bossuet la terrenalizó alejándola del camino de la razón e
internándola en el oscuro sendero de la voluntad humana: la libertad es el
ejercicio de la voluntad que se determina a sí misma (“En cuanto más busco
en mí la razón que me determina, siento que no hay en mi más razón que
mi sola voluntad”). El clérigo francés buscando reducir la libertad humana
a un simple acto volitivo, encontró la excusa perfecta para defender el
origen divino del absolutismo de Luis XIV. Y es entonces cuando llega la
ilustración: Voltaire, Rousseau, Diderot… todos irrumpen en el fastuoso
escenario europeo del siglo XVIII denunciando y a la vez conviviendo con
los orgullos fatuos propios del despotismo señorial.
Llega el Siglo de las Luces y se apagan los nerviosos candelabros de los
castillos feudales; se bajan los chirriantes puentes levadizos y la eterna
palabra sale renaciente; emerge libre de cepos y de grillos de los sótanos
bastillenses; aguillotina la tiranía de los últimos capetos y sale remozada y
rutilante, engastada en los rimbombantes discursos de Robespierre, Danton
y Marat. Se convierten pues, las consignas librecambistas en las sepultureras
políticas e ideológicas del Feudalismo y los cantos leseferistas, cual niñeras,
mecerán en la cuna de la Francia dieciochesca, al arrullo de la fábula azul de
los derechos del hombre, a una impúber y rolliza burguesía.
Es en nombre de ellos y tras los nuevos espejismos libertarios de las urbes
mercantiles que vuelve la secular explotación envuelta en el fantasma de la
ilusión salarial y ella, distante y fría ante el clamor lastimero proveniente de
los socavones fabriles, se la ve alejarse del proletariado atado éste con las
cadenas invisibles de la plusvalía a su inexorable destino. Es entonces cuando
vuelven los filósofos con sus frases imponentes e indescifrables sofismas a
especular sobre lo divino y lo humano, alegando querer modernizar con el
139

Las voces de la Otredad
ropaje del escarceo alegórico y la logolalía, el andrajoso cuerpo de la ética
mercantil europea.
Se habló que la libertad ya no era sólo un “poder elegir”, sino también
un “poder crear” surgiendo pues la soberbia imagen de un hombre libre,
orgulloso de su especie y esclavo del capital. Kant, Fichte, Schelling y Hegel,
entre criticismos e imperativos, acertijos dialécticos y galimatías idealistas,
hablaron prolijamente sobre el asunto: la libertad ahora consistía en la
responsabilidad que se tenía ante sí y ante los demás de haberse consigo
mismo. Otros, haciéndole coro a las estrofas bergsonianas, definieron la
libertad como ese poder por el cual, el fondo individual e inexpresable del
ser se manifiesta y se crea a sí mismo en sus actos a través de la intuición.
El filósofo franco-suizo Benjamín Constant, en sus invectivas napoleónicas
decía que la libertad era el derecho de hacer lo que la sociedad no podía
impedir; el filósofo cristiano John Ruskin afirmaba que era un fantasma
pérfido a quien los hombres perseguían errónea y desatinadamente; el
dramaturgo británico Bernard Shaw la ironizaba al emparentarla con la
responsabilidad y tornábala en objeto de miedo y recelo entre los seres
humanos; el soberbio militar prusiano Otto von Bismarck, padre del Estado
alemán moderno, desde su Reich de hierro, creía que era un lujo que no
todos podían permitirse.
Alguien se levantó alguna vez y denunció la hipocresía de los pensadores
liberales de su época y el yugo opresivo de una clase social que ellos
ideológicamente representaban. Se convirtió entonces la libertad en la tarea
histórica de una clase que, derribando a sus opresores, liberaría a todo un pueblo.
Sus palabras no fueron olvidadas pero sí, intencionalmente malentendidas
y en su nombre muchos caudillos enardecieron las muchedumbres con
su verborrea populista… Fue así como bajo la denominada “violencia de
masas” y con la ayuda de la social-democracia, se construyó un nuevo cepo
ideológico: “la dictadura del proletariado”.
Pero ¡cosa rara! La libertad se volvió sospechosa y desertora y acusada
de revisionista, fue sometida a inclementes y amañados juicios populares
y llevada lejos de los lujos del politburó a los goulags, aquellos terribles
campos de concentración siberianos; conoció también la austeridad de las
granjas comunitarias sin poder degustar los suculentos banquetes de los
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
burócratas osunos. De igual forma, se la vio algunas veces reverenciando
líderes autócratas; desfilando obligada en fementidas revoluciones culturales
y en fastuosos desfiles militares y, otras tantas, medrando, adiposa y feliz en
los cénaculos del poder estatal occidental.
Es en plena infancia del siglo XX cuando salen también en nombre de
la libertad, ejércitos de obreros y campesinos a engrosar aquellas guerras
fratricidas y xenófobas financiadas por los carteles industriales donde
millones murieron amortajados por la febril y engañosa esperanza de ver
algún día a sus hijos libres (¿de qué? ¿De quién? y ¿para qué?). La libertad se
refugió temerosa y perpleja en cuarteles y trincheras; se reflejó luego en los
ojos enajenados de pobladores que contemplaban extasiados la fastuosidad
de los desfiles svásticos y las palabras estuprantes de aquellos proxenetas
que tras el ideal del superhombre prostituyeron los más caros ideales de la
juventud de aquella época.
Nazis y sionistas, falangistas, musulmanes y fascistas, queriendo hacer de
sus patrias edenes victoriosos, las convirtieron en infernales y oprobiosos
necrocomios donde la libertad caminó muchas veces rapada, descalza y
abatida por los campos de concentración; observó en incontables ocasiones,
las macabras e interminables filas de niños y mujeres rumbo hacia los hornos
crematorios y, otras tantas, contempló horrorizada los cuerpos deformes
abrasados por las explosiones de napalm y las bombas radioactivas.
En otras latitudes y en su nombre, se hacían revoluciones culturales
iluminadas por el resplandor de bibliocaustos; se levantaban muros e infames
alambradas y se erigían cultos a la personalidad que desbordaban sus fronteras
y desmentían sus ideales socialistas. Muy cerca o muy lejos de allí, morían
muchos seres humanos devorados por la esfinge de fundamentalismos
religiosos y las luchas tribales; otros, eran presa de las garras y las fauces
minotáuricas del fanatismo político e ideológico de nuevo cuño.
Podríamos seguir narrando las victorias pírricas o los tragicómicos lances del
ser humano por reconquistar los reinos perdidos de su libertad. Al observar
esa realidad histórico-social que lo rodea e interpela, vacío y errátil empieza
a darse cuenta de que todo ese rutilante y riguroso edificio conceptual y
axiológico que el mismo ha construido, se resquebraja porque la propia
libertad la convirtió en argamasa mal preparada para levantar con horribles
141

Las voces de la Otredad
adoquines, ese grisáceo y babélico edificio que él ha llamado “civilización”.
Alguien, hace mucho tiempo afirmaba que creemos que nos emancipamos
siempre que titulamos una nueva sumisión con el nombre de libertad.
Terminemos pues, este pesaroso viaje por los caminos de la historia por
donde transitó aquel pudoroso e inocente vocablo, víctima de sórdidas y
lascivas miradas y parafilias de toda clase, recordando aquellas “Estrofas”
lejanas y tristes de Gaspar Núñez de Arce: “¡Libertad, libertad! No eres
aquella / virgen de blanca túnica ceñida, / que vi en mis sueños pudibunda
y bella”.
Podríamos cambiar el sino trágico de la libertad al definirla como esa facultad
que tenemos para escoger nuestras propias servidumbres; afirmar que quizás
nuestras comunidades serán libres algún día cuando logren redimirse frente
a sus déspotas sin convertirse luego en opresoras. Actitud asuntiva, receptiva
y compromisoria, vivencialidades dialógicas, consensos divergentes, tomas
de decisiones activas y efectivas, conciencia actuante y vigilante…
Todo ello hace parte de ese equipaje necesario para marchar por los senderos
de la historia tras la conquista de sus derechos y en busca de sus ideales
libertarios. Con el escritor español Manuel Azaña y a manera de colofón,
diremos que “La libertad no hace felices a los hombres, los hace simplemente
hombres”.
Con el economista y filósofo inglés John Stuart Mill, concluimos que “La
única libertad que merece este nombre es la de buscar nuestro propio bien
por nuestro propio camino siempre que no privemos a los de más del suyo”.
“Cuando la sociedad haya sido completamente purificada por estas tribulaciones,
fatigados los hombres por tantos horrores volverán plenamente a la práctica de la
justicia (…). El consuelo sucederá a la desolación y los días de salud harán olvidar,
por su prosperidad, las angustias de la ruina”.
Profecía de Santa Hildegarda, siglo XII.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
LA BÚSQUEDA DE LA LIBERTAD
“Se encuentran muchos individuos que hablan de la libertad, pero se ven muy
pocos cuya vida no se haya consagrado principalmente a forjar cadenas… La
libertad no es más que la facultad de escoger nuestra propia servidumbre”.
Gustavo Le Bon, escritor y pensador francés.
“La esclavitud es hija de las tinieblas; un pueblo ignorante es un instrumento
ciego de su propia destrucción… La esclavitud es hija de las tinieblas; un
pueblo ignorante es un instrumento de su propia destrucción”.
Simón Bolívar, político venezolano.
“La ley es necesaria porque los hombres están sujetos a las pasiones. El día
en que los hombres obren de acuerdo con la razón, ese día la ley no será ya
más necesaria y los hombres llegarán a ser realmente libres”.
Baruch Spinoza, filósofo holandés.
“Quienes cambian libertades esenciales por seguridades transitorias, no
merecen ni la libertad, ni la seguridad… El amor a la libertad hace a los
hombres indomables y a las naciones invencibles”.
Benjamín Franklin, político estadounidense.
“¡Oh libertad gran tesoro, porque no hay buena prisión aunque fuese con
grillos de oro!... ¡Oh libertad preciosa, que el oro de la tierra es precio vil
para poder comprarte!”.
Lope de Vega, poeta y dramaturgo del siglo de oro español.
“La crítica: esa actividad que consiste tanto o más que en conocernos, en
liberarnos. La crítica despliega una posibilidad de libertad y así es, una
invitación para la acción”.
Octavio Paz, escritor y filósofo mexicano.
“El hombre que se vence a si mismo se libra de la opresión que constriñe
a todos los seres… El acto de desobediencia, como acto de libertad, es el
comienzo de la razón”.
Erich Fromm, humanista alemán de origen judío.
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Las voces de la Otredad
“El yo debe limitar su libertad individual mediante el concepto de la
posibilidad de la libertad ajena, a condición de que los otros hagan lo mismo”.
Johann Gottlieb Fichte, filósofo alemán.
“No llores por mí, compatriota. Llora por ti si aún no eres capaz de entender
que sin mí. La patria, tu familia, tu propiedad, tu libertad, peligran…”.
Soldado José Dolores.
“La historia es un largo catálogo de esclavitud y explotación casi toda en
versión de los gobernantes o contada en los lamentos de las víctimas”.
Iván Illich, pensador anarquista austriaco.
“Gracias a la proactividad no somos esclavos de las acciones que sobre
nosotros se efectúan, sino libres ejecutores de nuestra conducta”.
Stephen Covey, comunicador estadounidense. “Los 7 hábitos de la gente
altamente efectiva”.
“Cuanto más elevado es un pueblo, más limitado está en su libertad, y cuanto
más educado es un hombre menos libertades se toma”.
Oswald Spengler, filósofo e historiador alemán.
“El pueblo no es verdaderamente libre mientras que la libertad no esté
arraigada en sus costumbres e identificada con ellas”.
Mariano José de Larra, político español.
“El árbol de la libertad debe ser vigorizado de vez en cuando con la sangre
de patriotas y tiranos: es su fertilizante natural”.
Thomas Jefferson, político estadounidense.
“No son tanto los fusiles los responsables de nuestra opresión, cuanto nuestra
cooperación voluntaria con el mal”.
Mahatma Gandhi, pensador político hinduista.
“La libertad es un medio y los medios no resuelven los problemas, los
resuelven los fines que son sus amos”.
Juan Vázquez de Mella, escritor español.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
“La revolución no la han hecho los oprimidos, sino quienes fueron conscientes
de la opresión”.
Jorge Eliécer Gaitán, político colombiano.
“La libertad sin igualdad es una hermosa palabra de claros acentos pero de
escuálidos resultados”.
Hubert H. Humphrey, político estadounidense.
“El uso armonioso de la libertad no se adquiere sino por un largo abuso de
sus beneficios”.
Maurice Maeterlinck, dramaturgo simbolista belga.
“El único medio de conservar el hombre su libertad es estar siempre dispuesto
a morir por ella”.
Diógenes, filósofo cínico griego.
“La libertad primero hay que aceptarla, después planificarla y finalmente
disfrutarla”.
Paco Rabanne, diseñador de moda español.
“El hombre que no es capaz de luchar por la libertad, no es un hombre, es
un siervo”.
Georg W. F. Hegel, filósofo alemán.
“Un pueblo no renuncia a sus libertades sino con el engaño de una ilusión”.
Edmund Burke (1729-1797), político y escritor irlandés.
“Los pueblos que duermen en la abyección despiertan en la conquista”.
José María Vargas Vila, escritor colombiano.
“La memoria es mejor que un video, porque es libre y no muy fiel”.
David Owen, político del Partido Laborista inglés.
“La libertad es tan indispensable como el talento y la inteligencia”.
Máximo Gorki (1868-1936), escritor ruso.
“Nadie puede ser libre completamente hasta que otros lo sean”.
Herbert Spencer, naturalista inglés, cofundador de la Sociología.
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Las voces de la Otredad
“¡Oh libertad, cuántos delitos se cometen en tu nombre!”.
Madame Roland, activista de la Revolución Francesa.
“Liberarse no es nada, lo que es arduo es ser libre”.
André Gide, escritor francés.
“Se nos dice cada vez y con mayor insistencia, que tenemos que escoger entre la
izquierda o la derecha, pero me gustaría sugerir que no existe tal cosa. Sólo hay un
arriba o un abajo. El arriba nos orienta hacia un sueño tan viejo como el hombre:
la libertad definitiva compatible con ley y orden. El abajo nos conduce hacia un
totalitarismo de hormiguero. Independientemente de su sinceridad y sus motivos
humanitarios, aquellos que cambian nuestra libertad por seguridad, nos han
embarcado en una trayectoria hacia abajo”.
Ronald Reagan, expresidente de los EE. UU.
“Dame a tus cansados, a tus pobres, / a tu gente apiñada que anhela respirar
libertad, / A tu miserable escoria congregada en tus costas. / Envíamelos junto con
los destituidos y los maltratados, / ¡Elevo mi antorcha junto a la puerta dorada!”.
“The New Colossus”, fragmento de un soneto de Emma Lazarus, dedicado a la
Estatua de la Libertad.
“Las escuelas al racionalizar la industria del conocimiento se estratifican, reproducen
la desigualdad, el racismo y el sexismo y fragmentan las relaciones sociales
democráticas mediante el énfasis en la competitividad y el etnocentrismo”.
Peter McLaren, educador canadiense, pionero de la pedagogía crítica.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
Nos negamos a aceptar que existen desequilibrios, crisis y desencuentros.
Todo ello nos obliga a vivir con un cierto grado de incertidumbre. Somos así,
más vulnerables a las decepciones: toleramos menos el sufrimiento y esto
nos lleva a anestesiarlo.
La palabra crisis hace que desconfiemos del lenguaje. El lenguaje es algo
artificial: describe el objeto pero no es él en sí. Es como Intentar describir a
qué sabe el chocolate, o intentarlo hacer también con una persona que nunca
lo ha probado.
La crisis actual tiene que ver fundamentalmente con nuestra manera de ser
y estar en este mundo. La desaparición del sentido común es el signo más
claro de la crisis de hoy, afirma la filósofa alemana Hanna Arendt.
En nuestra cultura abundan las patologías asociadas con la ansiedad, la
neurosis y la depresión y todo ello obedece a que creemos que podemos
preverlo todo y eliminar de nuestro entorno todas las dificultades.
No es el arte ni la naturaleza lo que está en crisis, es la sociedad misma. En
un mundo de valores en crisis conflictiva, la condición solidaria y compasiva
se vuelve algo confuso, una postura difícil de aceptar y adoptar.
La crisis aparece cuando sofocamos nuestro anhelo de ser o de estar en
nuestra esencialidad o nos alejamos de nuestra esencia en aras de un deseo
que satisfaga una necesidad o resuelva una contingencia.
Lo importante para seguir creciendo, es como pasar por distintas estaciones.
En cada una hay que bajarse y tomar otro tren. Algunos se bajan en una y
ahí se quedan, no siguen en el viaje de la vida.
El historiador polaco Marek Bartelik define la crisis como un tiempo
de prueba lento e ilimitado, en lugar de un evento emergente, rápido y
concluyente o una salida fugaz.
La actual crisis de valores se debe, en parte, quizás, a una deficiente nutrición
afectiva. Hay que propugnar por una educación que, ante todo, enseñe a ser,
a estar y a convivir.
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Las voces de la Otredad
La crisis tiene el valor de convertir los retos en una ventaja comparativa entre
el antes y el después. No hay forma de escapar… La única forma de salir es
entrar.
Si cada problema se convierte en un punto crítico, o no existe el problema
o no existe la crisis. Siempre habrá muros y montañas más altas por escalar.
Considera la crisis como una oportunidad de superación. Comparte tus
triunfos y tus sufrimientos. No olvides que eres un ser compasivo y amoroso.
El reto en épocas de crisis está en hallar la manera de desarrollar un nuevo
recurso, talento o habilidad para transformar la pérdida en ganancia.
Ojalá podamos algún día decir como lo aseveraba el historiador británico
Herbert George Wells que la crisis de hoy es la broma del mañana.
Una crisis es un momento en el que nos damos cuenta de que caímos en
nuestra propia trampa, afirma el escritor turco Torkom Saraydarian.
La peor crisis que podemos afrontar es aquella cuando ésta no nos deja salir
de sus marañas. Toda crisis es un riesgo y una oportunidad.
No hay crisis, hay cambios en el mundo que producen desgarrones y rupturas.
Para adaptarse a estos cambios es necesario reinventarse.
La crisis sistémica en que vivimos señala el derrumbe de muchas estructuras
paradigmáticas que han intentado dominar el mundo.
No nos debemos preocupar… nuestras ridiculeces se convertirán algún día y
a fuerza de lidia en algo decisivo e importante.
Nunca subestimemos nuestra capacidad de mejorar la vida que hay a nuestro
alrededor, incluso si nunca nos enteramos.
La crisis es aquel estado en el sólo cabe la disyuntiva de cambiar de actitud
o perecer. Esto exige una decisión urgente.
Cada crisis es una invitación a ingresar en el maravilloso mundo de las
infinitas posibilidades.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
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Las voces de la Otredad
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA
III
Aterrorizado, muchas veces confundido observas cómo ninguna dirección
vuelve sobre sí misma… Rodeado y absorto entre la más densa brumosidad
te subsume la angustia y la vacilación al ver tus pesares, dudas y extravíos.
Preguntas ¿cómo volver a ser el mismo que fui si ya sé que huir es regresar?
Sabes que no hay un lugar más seguro en tu cosmos que esa afable estancia
donde habita tu soledad en esos momentos de abandono y naufragalidad
cuando viajas trémulo y expectante por el incierto sendero de la desdicha
con tu ruidoso y desvencijado carruaje de quejas, desventuras y quimeras.
Deduces luego de emprender tu absurdo periplo de impenitente onironauta,
que la sabiduría tiene al dolor como padre ausente y por nodriza a la soledad
y que nuestra existencia se transmuta ajironada, contrahecha y desdichada,
desde aquel aciago momentum cuando renunciamos a ser nosotros mismos.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
IV. PEDAGOGÍA DE LA ALTERIDAD
A. ANECDOFABULARIO. FLUIR. LA MONTAÑA
SAGRADA
B. SEMBLANZAS. ENRIQUE DUSSEL Y LAS VOCES
DE LA OTREDAD. EL GRITO DE KAZANTZAKIS
C. EL PROBLEMA DE NUESTRA IDENTIDAD
CULTURAL
D. PEDAGOGÍA DE LA OTREDAD. EL LLAMADO
DE LA OTREDAD
E. EL ADVENIMIENTO DE LA NUEVA ÉTICA
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA IV
ILUSTRACIÓN IV
Una educación para la competitividad despersonaliza. La justicia, la verdad y
la solidaridad al igual que otros principios y valores, responden más a un marco
pragmático y utilitarista mercado-tecnista que a una dimensión ético-social la cual
va orientada hacia la promoción de una praxis más pedagógica y humanista. No se
promueve una filosofía de ser más por el servicio y el amor que implica una relación
permeable, una entrega y una inclusión del otro, sino una práctica donde prima el
cálculo y el interés objetivada por las leyes del mercado que dinamizan el mundo
globalizado que se nos ha impuesto por el encima de los derechos y las necesidades
consagrados en las cartas ciudadanas que reglamentan la convivencia entre los
urbanitas que habitan hoy día las ciudades – regiones del mundo.
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Las voces de la Otredad
IV. PEDAGOGÍA DE LA ALTERIDAD
A. ANECDOFABULARIO
FLUIR
La mente humana tiende a crear tensiones y conflictos, a resistirse
inútilmente y a multiplicarse sin necesidad… He allí la razón de su desdicha.
Ésta es su característica y, desde luego, lo era aún más en aquel aspirante a
la sabiduría que, precisamente por serlo, estaba sumido en la insatisfacción
y la incertidumbre. Con el tiempo su carácter se agrió cada vez más: su mal
humor se convirtió en algo irresistible y su antipatía contagió a todos los
seres que vivían a su alrededor. Muy abatido por estos motivos, fue a visitar
a su mentor para confesarle sus penas.
“La vida es para mí una losa que pesa demasiado y me sume en una infinita
pesadumbre. Nada me satisface. Siempre quiero escapar y, como no puedo,
mi propia resistencia me hace daño”, se quejó el aprendiz.
“Podemos siempre fluir y así, escapar sin necesidad de hacerlo”, le explicó
el venerable anciano.
“Si, maestro, pero ¿cómo podemos escapar del invierno o del verano?”,
replicó llenó de confusión el discípulo.
Luego de una mueca y una risita irónicas, el maestro le respondió a su
alumno: “eso es muy fácil. No hay nada más simple. Cuando llega el verano,
sudas; cuando llega el invierno, tiritas. Si te fijas, ya has escapado a ambos
sin resistirte a ellos. ¿Dónde está el problema? Yo te daré la respuesta: en tu
mente… Aprende pues mi querido joven a fluir”.
“La necesidad de aferrarse surge del miedo y la inseguridad. La búsqueda de la
seguridad es una ilusión. Desistid de aferraros a lo conocido: si os adentráis en lo
desconocido, entraréis en el campo de todas las posibilidades. En lo desconocido
hallaréis la sabiduría de la incertidumbre donde se produce la liberación del pasado
y de los antiguos condicionamientos. Es en el campo de todas las posibilidades donde
nos entregamos a la mente creativa que dirige la danza del universo”.
Deepak Chopra, “Las siete leyes espirituales del éxito (ley del distanciamiento)”.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
LA MONTAÑA SAGRADA
Nube Roja, famoso jefe de una tribu sioux, llamó cierta vez a sus tres hijos.
Se estaba haciendo viejo y tenía que elegir a su sucesor.
“Una tribu no puede tener tres jefes”, se le escuchó decir.
“Hijos míos -les dijo cierta vez-, les he pedido que vengan porque debo elegir
entre ustedes al que será mi sucesor. Para tomar dicha decisión, he decidido
ponerles una prueba: debéis escalar la montaña sagrada, “La Gran Roca”,
aquella a la que nadie ha conseguido derrotar aún. El que logre ser el primero
en lograrlo, será el elegido”.
El desafío quedó establecido y los hijos aceptaron el reto de su padre, más
por respeto que por ambición. Una semana después, en el día de luna nueva,
los tres jóvenes comenzaron a escalar con frenesí las abruptas laderas de la
montaña con la ilusión de vencerla. Uno a uno fueron derrotados: el ascenso
se convirtió en un desafío inalcanzable. Los tres jóvenes humildemente
admitieron ante su padre, su penosa derrota.
Pero el más pequeño dijo: “Lo siento, padre. No he podido con ella. La
montaña me ha vencido por ahora”.
“¿Crees que la próxima vez podrás lograrlo?”, preguntó lleno de curiosidad
el cacique sioux.
“No lo sé -dijo aquel que sería más tarde el jefe de la tribu-, pero hay algo
bien claro en todo esto: la montaña ya llegó hasta su tamaño final y yo…
todavía estoy creciendo”.
Vivimos en un mundo absurdo, pero puede ser divertido si lo miramos desde los ojos
de un niño. Cuando le preguntaron al chico si quería más a su papá o a su mamá,
respondió con otra pregunta: ¿y a ti que te gusta más, tu mano o tu pie?
“¿Qué no es negociable?”, preguntó el discípulo a su maestro.
“Lo que afecte tu dignidad”, respondió el sabio
153

Las voces de la Otredad
B. SEMBLANZAS
ENRIQUE DUSSEL Y LAS VOCES DE LA OTREDAD
Un atentado con bomba y su obra prohibida (50 libros traducidos a más de 10
idiomas), lo llevan al exilio mexicano en 1975 luego de la cruenta represión
militar argentina y el ascenso del peronismo fascista (“a diferencia de Sócrates
yo pensaba que la ley y los jueces son injustos y no hay que respetarlos más
(…). Nadie elige la nación donde va a nacer pero algunos tienen la fortuna
de elegir el país donde quieren morir”), son parte del anecdotario de este
hombre ya septuagenario, convertido en un referente obligado al hablar de
filosofía, ética e identidad cultural latinoamericanos, teología y filosofía de la
liberación, temáticas que han contribuido al despertar del largo y soporífero
letargo en el que han permanecido los descendientes de la raza cósmica
como soberbiamente los llamó el filósofo mexicano José M. Vasconcelos.
Nos adentramos en el pensamiento universalista y antieurocentrista del
Enrique Dussel: la historia de América Latina es tan importante como la
historia de los pueblos arios o semitas. Tenemos nuestros propios palestinos:
los indígenas. Ellos hacen parte de los millones de excluidos que claman
justicia desde cualquier rincón del continente. Debemos reconocernos
como parte de la otredad hasta ahora excluida, pero no por ello inexistente.
La educación debe ser una apuesta asuntiva y colectiva, una propuesta
alternativa y liberadora. La democracia se inicia en el aula con el desarrollo
de competencias críticas y comunicacionales más allá de una educación
bancaria, alienante y domesticadora.
Hace 30 años irrumpió en un Congreso Internacional de Filosofía (U. Santo
Tomás). Había madurado con el pensamiento insurgente de sus maestros, los
teólogos y pedagogos de la liberación (Gustavo y Francisco Gutiérrez, Helder
Cámara, Leonardo Boff, Paulo Freire y Franz Hinckelamert), herederos de
la otredad discursiva de Emmanuel Lévinas y Karl - Otto Apel y voceros, a su
vez, del compromiso social pactado en el Concilio Vaticano II (1959-1965)
promulgado por Juan XXIII y concluido por Pablo VI. Con ellos compartía
un criterio de verdad: cualquier proyecto crítico y liberador debe partir de la
vocación y el imaginario religioso de los pueblos latinoamericanos.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Dussel propone una “analéctica de la liberación” como alternativa a la
“dialéctica de la dominación” vigente: la voz de los oprimidos tiene que
pasar por la dolorosa y paradójica experiencia de hablar con los códigos
lingüísticos, enajenantes y antiéticos del opresor para comprenderlo,
enfrentarlo y trascenderlo. Debemos descubrir nuevas categorías a través
de las cuales nos (re)pensemos y pugnemos por la construcción de un
nuevo paradigma político desde la periferia tercermundista que parta de la
experiencia histórico-liberadora latinoamericana.
Todavía su realismo apocalíptico y comprometido con la praxis emancipadora
de América Latina sigue incomprendido: estamos ante una fatal ceguera
política que no permite saber qué hacer con las tempestuosas crisis que
de manera implacable e intermitente nos azotan. Navegamos sobre aguas
turbulentas en un barco sin timonel que en medio de la tormenta está
próximo a zozobrar.
“Dijo Hobbes ‘Homo homini lupus’ —en realidad, esta frase es de Plinio—. Para
el hombre, el lobo es un animal peligroso; entonces, si un hombre o un ser humano
toma la función del lobo en la especie humana, destruye a los otros hombres. En
realidad, el lobo no es lobo para el lobo, es el animal más cariñoso, más afectivo y
más defensivo de su especie. Si el hombre fuera como el lobo para el lobo, sería un
animal completamente solidario. Lo que pasa es que un cierto darwinismo social nos
está haciendo creer que el ser humano es egoísta, competitivo, como en el mercado. Si
la especie humana fuera así, habría desaparecido hace cientos de miles de años.
Hay gente que es autista, egoísta, pero no puede ser la mayoría. Nos olvidamos de
los millones de actos cotidianos de la gente solidaria que es la que hace funcionar
el mundo. La que cada mañana se levanta para ir a trabajar y sonreír a la gente y
decir “buenos días”, la madre que alimenta al hijo y el profesor que da su clase por
amor a sus discípulos y todos los demás. No estoy de acuerdo en esa antropología
implícita del capitalismo liberal que nos hace creer que somos seres individuales,
competitivos. No puede ser, el ser humano no es lobo para el ser humano y, si lo
fuera, habría desaparecido como especie hace muchos millares de años.
Enrique Dussel.
155

Las voces de la Otredad
EL GRITO DE KAZANTZAKIS
“No temo nada, no espero nada, soy libre”.
Epitafio de Nikos Kazantzakis en su tumba de Héraklion (Creta).
El director de cine chipriota Michael Cacoyannis (“Electra”, “Ifigenia” y “Las
troyanas”), cierra el triángulo de oro de la cultura helénica contemporánea al
lado de Mikkis Theodorakis (“Antígona” y “Epitafio”), el músico octogenario
que inmortalizó la danza vernícola del Zirtaki utilizada por los “indignados”
griegos ante la crisis económica de su país y Nikos Kazantzakis, el escritor
y filósofo greco-cretence más importante del siglo XX (“La última tentación
de Cristo” y “Alexis Zorbas”), quien murió en 1957.
Kazantzakis no solo los unió con su activismo humanista y político, sino
con la magia inolvidable de “Zorba el griego” (1964), una muestra fílmica
majestuosa de la filosofía descomplicada, irreverente y antifechitista de la
época que sintetizaba el viejo lema pitagórico: el amante de la sabiduría viaja
a pie desbrozando en la espesa cordura los parajes irredentos de la inefable
locura.
La cinta contiene una de las escenas más célebres de la historia del cine:
dos hombres bailan en una playa desierta. Su fuerza dramática proviene de
algo inusual: con su danza los protagonistas no celebran un triunfo, sino
una derrota. Zorba (Anthony Quinn) y un inglés (Alan Bates) inician un
proyecto minero en Creta, negocio que demanda dinero y grandes esfuerzos.
Al final, el proyecto se derrumba y sus sueños se desvanecen.
Zorba se sincera con Basil: “Jefe, le aprecio demasiado como para no
decírselo. Usted lo tiene todo, menos una cosa: locura. Necesitamos estar un
poco locos, porque si no… nunca nos atreveríamos a cortar la cuerda y ser
libres”. El inglés medita sobre estas palabras y sorprende a Zorba con una
extraña petición: “Enséñame a bailar”. Zorba con perpleja animosidad, se
pone manos y pies a la obra. Comienza la mágica danza y la cadenciosa y
cautivante música.
Con el baile, la tristeza se va desvaneciendo y se torna en energizante alegría.
El ritmo se va acelerando y la reciente debacle parece totalmente olvidada.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
De pronto, Zorba se detiene, observa las ruinas de la mina y dice: “¡Eh
jefe! ¿Vio alguna vez un desastre más esplendoroso?”. El inglés comienza
a reír y Zorba se desternilla de risa. Entonces la música emprende su fase
más frenética y los dos se arrojan al baile como si fueran las dos personas
más felices del mundo. Quizás nos hace falta, de cuando en vez, ser Zorba,
reivindicar la sabia simplicidad y la perspicaz inocencia que alguna vez
perdimos en el absurdo y prejuicioso transcurrir de nuestra sobria ridiculez
existencial.
Zorba el griego es un canto a la sencillez, una elegía al donaire de la vida
simple y cotidiana, la metáfora del desapego a través de la cual se descubre
el fatuo y tedioso transcurrir de nuestras vidas y el enorme valor que tienen
las pequeñas cosas; la emoción de quien constata que, a pesar de todo, está
vivo y comparte con los seres y las cosas la magia de existir; el sorprendente
hallazgo cuando, a través de las palabras, las personas y los días, se nos
revela ese niño interior que habita en nosotros cuya capacidad de asombro
y de ensoñación permite recrear el mundo y la vida.
“El grito” de Kazantzakis es el epítome expresivo de un alma atormentada.
Nuestro mítico héroe se detiene sobrecogido ante su profunda, inagotable y
estentórea polisemia: enmudece ante el cuadro del pintor noruego Edward
Munch (1893); “escucha” el grito desgarrador de la niñera en el filme de
Serguei Eisenstein (“El acorazado Potenkim, 1925); lo “conmueve” el
patético rugido del “Guernica” de Picasso (1927); disfruta mórbidamente
una de las escenas de los “papas aulladores” del pintor inglés Francis Bacon
(1949)… Y es en ese año donde su lanza su desafiante grito, refrendado
después en su autobiografía “Carta al Greco” (1945).
(…) nuestra alma es un grito. Todos tenemos que lanzarlo antes de morir
y hay que darse prisa. Puede dispersarse, ineficaz, en el aire y no hallar en
la tierra ni en el cielo un oído que lo escuche. Poco importa: no eres un
carnero, eres un hombre, alguien que no está cómodamente instalado… Soy
el hombre más sencillo que existe, pero cuando siento un en mí, no
espero transformarlo en una para complacer a los tartamudos.
Yo no deseo agradar a nadie, tener discípulos ni ser discípulo de nadie. He
venido a este mundo por algunos instantes para lanzar un grito y partir…
Nada más… Mi alma entera es un grito y mi obra, su interpretación…”.
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Las voces de la Otredad
Su grito es la vocalización ruidosa de su vida, el crudo testimonio de un
trotamundos renegado y disidente, un ciudadano del mundo que bebió en
las fuentes del cristianismo, el marxismo y el existencialismo pero no se
dejó envenenar por sus pócimas fundamentalistas cuando se convirtieron
en odiosos paradigmas ideológicos. “Sólo un deseo me embarga: descubrir
lo que se oculta tras lo visible, horadar el misterio que me da la vida y me la
quita, saber si una presencia invisible e inmutable se oculta más allá del flujo
incesante del mundo”.
Las sociedades llamadas “occidentales” son sociedades espectacularizadas,
voyeristas y mediatizadas, caracterizadas todas por la intolerancia, la
decadencia de ciertos valores humanistas y espirituales y atentados aleves
contra el medio ambiente. Conversaciones fútiles, discusiones bizantinas,
literatura rosa… “Estamos en presencia de una sociedad en descomposición…
los detalles de la vida cotidiana no son más que caracolas vacías”, eran
expresiones iconoclastas que formaban parte de su recurrente repertorio
nihilista.
La libertad para Kazantzakis significa primero ausencia de temores,
prejuicios y esperanzas. La represión de la Iglesia Ortodoxa de la que fue su
más emblemática víctima, fue su mejor legado eto-pedagógico: No debemos
tener miedo a crecer y a vivir aún en medio del oprobio y la proscripción. No
debemos esperar nada de nadie, sólo confiar en nuestra fuerza; no debemos
buscar prebendas y honores… “Una moral fundada en la esperanza de la
recompensa y el temor al castigo es indigna e inmoral”.
Muchos preferimos recordarlo a través de sus monólogos escriturales que
iban rubricando la bitácora ajironada de sus fugas geográficas, palabras
ebrias de esencialidad y abjuradoras de una cotidianidad sociopolítica
insustancial que despreció sin dejar de amar a su pueblo, el heredero de la
gloria de Odiseo.
“Como no podemos cambiar la realidad, cambiemos los ojos que la
contemplan… La poesía es lo único que impide podrirse al mundo… ¿Qué
es la felicidad? La experiencia de todas las desdichas. ¿Qué es la luz? La
contemplación de todas las tinieblas… Nunca podrás describir con palabras
lo que vives en un momento de éxtasis, por lo menos debes intentarlo… Con
rimas, alegorías, palabras y gritos, esfuérzate en darle cuerpo… Tienes el
pincel y los colores, pinta el paraíso (o el infierno) y entra después”.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Algunos minutos antes de morir en Friburgo, ese gélido día de octubre de
1957, lejos de su amada Heraclión, la patria de Minos Cornaris, Chortatzis
y del Greco, Nikos Kanzantzakis advertía, prosternado en su “rigor mortis”,
a sus médicos: “Ustedes bien lo saben: ¡los poetas no mueren nunca, o casi
nunca!”.
“Toda mi vida he luchado para estirar mi mente hasta el punto de ruptura, hasta
que comenzara a crujir, con el fin de crear un gran pensamiento, que pudiera ser
capaz de dar un nuevo significado a la vida, un nuevo significado a la muerte, y de
consolar a la humanidad.”
Nikos Kazantzakis. “Odisea de la fe” en la revista “TIME”, 6 de junio de 1960.
“No somos gente sencilla que cree en la felicidad, ni alfeñiques que caen a tierra
desolados ante el primer revés, ni escépticos que observan el esfuerzo sangriento de
la marcha de la humanidad desde las alturas de una inteligencia burlesca y estéril.
Creyendo en la lucha, aunque sin abrigar ninguna ilusión al respecto, estamos
armados contra toda desilusión”.
Nikos Kazantzakis, “Toda Raba”, 1934.
Mi papá me preguntó: ¿Eres gay? “¿Te importa? Me dijo que no. “Lo soy”, afirmé
con un poco de timidez. ¡Fuera de mi vida y de esta casa!, exclamó. Sí importaba.
Mi jefe me preguntó: “¿Eres gay?”. “¿Le importaría?”. “En realidad, no”, aseguró.
Entonces, le confesé que sí. “¡quedas despedido!”, exclamó. Creo que importaba.
Un amigo me pregunto: “¿Eres gay?”. “¿Importa?”. “De ninguna manera”.
Entonces le confié mi secreto. “No eres digno de mi amistad”. Veo que sí importaba.
Mi compañero me preguntó: “¿Me amas?”. “¿Te importa?”. “Mucho”, susurró.
“Si, te amo”. Entonces me abrazó con fuerza. Por primera vez en la vida algo
importaba de verdad.
Dios me preguntó: “¿te amas a ti mismo?”. “¿Acaso te importa?”, pregunté. Me
dijo que sí. “¿Cómo podría amarme si soy gay?”. Y Él contestó: “yo te hice así”…
Desde entonces, nada más volvió a importar.
159

Las voces de la Otredad
C. EL PROBLEMA DE NUESTRA
IDENTIDAD CULTURAL
Abordar el problema de la identidad cultural latinoamericana no es tarea
fácil. A pesar de existir innumerables escritos en donde se adoptan las más
diversas posiciones que van desde el exacerbado y crudo escepticismo hasta
el más fastidioso provincialismo xenófobo, han surgido estudios juiciosos y
objetivos que nos permiten ver la posibilidad no de una identidad plena y ya
formada, sino más bien, la realidad inobjetable de la existencia de un trabajo
intelectual que partiendo de la cotidianidad y de las manifestaciones históricoculturales
de nuestros pueblos como reproducción y justificación de sus
condiciones materiales de existencia, pacientemente han ido reconstruyendo
el rostro cultural de nuestra América, violentada y deformada por largos
siglos de dependencia y colonialismo.
Una preocupación de los intelectuales de América Latina es exigir un
reconocimiento del ser latinoamericano. La tarea fundamental no radica
en que la cultura occidental “reconozca” la existencia y validez de nuestra
cultura, en que se le reconozca su “mayoría de edad” y penetre así en los
sobrios escenarios donde se discuten y desarrollan las doctrinas y las ideas en
las distintas áreas del saber humano. Los intelectuales deben buscar desde las
distintas disciplinas en las que discurre su quehacer, darle un reconocimiento
propio a nuestra cultura, trazar un perfil, sistematizar, haciendo un esfuerzo
hermenéutico, las ideas y teorías dispersas a lo largo y ancho de nuestra
América.
Ese auto-reconocimiento nos planteará tareas, tácticas y estrategias que
nos permitirán más que un mostrar con una actitud vergonzosamente
exhibicionista, un defender ese patrimonio que con tesón y ardentía hemos
ido acumulando. Más que pedir que nos reconozcan debemos exigir un
respeto hacia lo nuestro. Respeto que no se traduce en una simple petición
sino en una actitud beligerante donde cada una de nuestras actividades se
convertirá en una trinchera, en un fortín que impedirá de una vez por todas,
el vil y secular saqueo de nuestras riquezas materiales y culturales que han
sido, si analizamos los largos siglos de colonialismo, semi-colonialismo y
neocolonialismo, la materia prima que ha abastecido el mundo productivo
europeo y norteamericano, consolidando de esta forma su tecnocracia y por
qué no decirlo, su etnocracia.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Es hora de reconocer nuestro mestizaje pero en un sentido progresista
e histórico. Nadie niega nuestros orígenes, nuestro pasado y aún nuestro
presente como seres violentados, objetivados, castrados culturalmente,
hijos de la agresión y la violencia, esquilmados, colonizados, explotados y
desconocidos.
La identidad cultural de un pueblo no se levanta sobre el “snob” y el
figuracionismo, sobre una práctica imitativa y reflexológica del esquema
cultural transnacional y colonizante. Es hora de, a partir de un inventario
paciente y no veleidoso, honrado y subjetivo-objetivo, comenzar a desbrozar
el camino abriendo nuevas rutas teóricas y prácticas que nos permitan poder
cumplir con nuestra misión ontológica y alterativa como hombres libres y
como seres con futuro. Seguir quejándonos del desprecio metropolitano
y seguir insistiendo en el orondo desconocimiento del centro, es asumir
nuestro quehacer cultural más como una tragedia que como un programa.
Muchas de nuestras manifestaciones folclóricas revelan no sólo un afán de
afirmación, de reconocimiento humano; muestran también la capacidad
de nuestras gentes de hacer cultura, de tener unas formas auténticas de
interpretar la realidad social que viven diariamente, formas que han sido
desdeñadas por su aparente sencillez y simplicidad cuando se miran a través
de la óptica tecnocrática y eurocentrista. Muchas de nuestras manifestaciones
folclóricas han resistido el impulso avasallante de una cultura de masas
alienante y cosificadora. Es allí donde debemos valorar estas manifestaciones,
reconociéndonos y afirmándonos en ellas.
El proyecto consistente el forjar la identidad cultural del ser latinoamericano
es ambicioso y prometedor, pero se tornaría quimérico si pretendiésemos
decir que sólo lo lograremos cuando haya desaparecido para siempre la
opresión y cuando el hombre y la mujer alcancen su plena humanización.
Plantear la discusión en estos términos es caer en un idealismo de carácter
historicista. Los hombres y las mujeres son los forjadores de su propia historia
y la historia nos ha mostrado cuáles han sido sus condiciones como esclavos
o como hombres libres, cuáles han sido sus luchas y esperanzas.
América Latina debe volver la mirada a sus condiciones de vida con el fin
de construir una nueva historia donde se reivindique la condición del ser
humano como ser libre; una nueva historia que implicará desgarramientos
161

Las voces de la Otredad
y rupturas internas y externas; una historia dialécticamente concebida,
vista como un proceso donde se propondrán y experimentarán métodos y
programas, tácticas y estrategias que harán, ahora sí, ver la posibilidad de
una liberación y una plena humanización de todos los hombres y mujeres.
Si bien es cierto que la historia de los pueblos africanos, asiáticos y americanos
no es igual en cuanto a la manera como se ha presentado el fenómeno de la
aculturación y el colonialismo, que responde a épocas y situaciones distintas,
cualitativamente y en épocas recientes, el fenómeno y las consecuencias son
las mismas al igual que la respuesta y la lucha de los pueblos sometidos.
Los pueblos afroasiáticos y amerindios han sufrido de una u otra manera
el flagelo de la dependencia y el consiguiente atraso en que los han sumido
siglos de colonialismo. El saqueo de sus riquezas y el humillante papel
que desempeñan ante una injusta división internacional del trabajo; el
desconocimiento del derecho a su determinación; la invasión de sus países;
la imposición de dictaduras y regímenes odiosos a los ojos y al espíritu de
sus gentes; la segregación racial, el etnocentrismo y la castración cultural;
la imposición de modelos educativos y categorías culturales ajenos a la
idiosincracia y las costumbres nativas, etc.
Frente a esta realidad se han levantado no sólo los pueblos americanos sino
también los afro-asiáticos. Los intelectuales han interpretado a través de sus
obras, disciplinas y actividades, la angustia de sus pueblos, el afán de libertad
y han visto como paso previo, un reconocimiento de sus valores culturales
y nacionales, una afirmación de su identidad que les permita no sólo a ellos
sino a sus países cuyos intereses y necesidades han sido interpretados por
aquellos, luchar por la liberación nacional, sirviendo sus luchas de estímulo
y modelo para posteriores batallas que las darán otras naciones en otras
latitudes.
Pensadores como N´Daw, Ntumba, Malek, Kim lL Sung, Ahmed Mohiddin,
Abdul Azis Jalloh, Cadman Atta, Mills, Samir Amín, etc., demuestran el
afán incansable de la intelectualidad afro-asiática de ir tras el descubrimiento
de su verdadero rostro. Otra cosa es que nuestros conocimientos sean escasos
y/o imprecisos lo que hace que aún estos pueblos con sus necesidades,
sus luchas y sus esperanzas, permanezcan en el mapa de nuestra cultura
como lugares éxoticos y enigmáticos.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Estos pueblos vieron sus milenarias civilizaciones interrumpidas en su
evolución por la intervención europea que situó bruscamente al contienente
negro, como sucedió con nuestra América en los marcos rígidos coloniales
de la historia moderna. ¿El saqueo de sus materias primas y de sus metales
preciosos no es acaso parecida al saqueo nuestro? ¿El vergonzoso comercio
de esclavos y la segregación racial acaso no la vivieron nuestros pueblos?
¿La partición del ponqué geopolítico de los dos continentes no es similar a
nuestra situación cuando parecemos una estrella más en el flamante pabellón
imperialista? La lejanía de nuestros países no hace que nuestras luchas e
ideales sean lejanos y distantes también. Bien lo dicen nuestros historiadores
cuando hablan de la hermandad de nuestros pueblos, una unidad lograda
a través de una historia común y cuyos orígenes se remontan al mismo
amanecer del Capitalismo.
Decir que el proyecto de un filosofar auténticamente latinoamericano “se
ha cumplido” es un poco atrevido. Esto tampoco quiere decir que no hemos
avanzado en el desarrollo de dicho proyecto. Es cierto: la producción de
obras en español ha aumentado prodigiosamente en cantidad y calidad; es
cierto que muchos intelectuales no entienden la autenticidad de la misma
manera: unos consideran que ser auténtico es contribuir al desarrollo de la
filosofía universal y otros piensan que la autenticidad radica en pensar los
grandes problemas de la filosofía desde nuestra propia realidad... pero aún la
discusión continúa y perturba el sueño de nuestros intelectuales.
Nadie niega la irrupción en el ámbito filosófico internacional de
individualidades que han desarrollado puntos de vista críticos, contundentes,
demoledores frente a determinadas corrientes filosóficas, pero aún falta
más madurez en nuestro filosofar que nos lleve a plantear y defender no
solamente la posibilidad de una filosofía en perspectiva latinoamericana, sino
la existencia plena y segura de una filosofía con una totalidad de sentido. En
Colombia, por ejemplo, nadie puede negar las contribuciones al desarrollo
del pensamiento filosófico tales como Cayetano Betancourt, Abel Naranjo
Villegas, Luis Eduardo Nieto Arteta, Jaime Jaramillo Uribe, Danilo Cruz
Vélez, Rafael Carrillo, Nicolás Gómez Dávila, etc.
Un filosofar desde lo americano tendría su razón de ser en el sentido de que
él nos permitirá trazar una metodología que nos libere de la dependencia,
163

Las voces de la Otredad
que nos diere los criterios suficientes para trazar la táctica y la estrategia de
la liberación. Debemos recoger el fruto de estas experiencias, racionalizarlas,
sistematizarlas en una teoría filosófica de la liberación que servirá a manera
de aporte orientador, de guía para la liberación de los otros pueblos del tercer
mundo sin pretensiones vanguardistas y mesiánicas. Ejemplos los tenemos
al hablar de Dussel, de Zea, de Roig, de Miró Quesada, de Salazar Bondy.
Aún estamos dibujando el perfil cultural latinoamericano, forjando nuestra
identidad a través de diversos aportes como los de Abelardo Villegas, Darcy
Ribeiro, Rodolfo Kusch. José Carlos Mariátegui, Víctor Raúl Haya de la
Torre, etc.
La búsqueda de nuestra identidad constituye sin duda alguna la preocupación
fundamental del pensamiento latinoamericano, en sus diferentes
manifestaciones en el próximo siglo. Grande es el compromiso de los
intelectuales y filósofos latinoamericanos y tercermundistas (afroasiáticos)
por orientar esta búsqueda y trazar el camino de la liberación que recorrerán
al lado de su pueblo asumiendo una actitud discipular frente a él.
Hay que sustituir el mundo de las esencias, inmutables y eternas, por lo singular,
diverso y contingente. Instaurar una mirada más comprensiva de lo real, del mundo
y del tiempo, donde la construcción de un sentido no eluda los intersticios, y el
pensamiento trabaje por fuera de un cuadro de semejanzas, un pensar en escorzo,
abierto, conjetural y divergente.
La idea de “otredad” sugiere una disponibilidad para alojar al otro que aún no
forma parte de nuestra propia experiencia, y que queda abarcado entonces en una
categoría universal, simbólica, al tiempo que sensible. Existe alguien que está más
allá de mí y que aún no conozco, un ser regido por sus propias determinaciones que
puede afectarme, conmoverme y a quien debo una respuesta por ser parte de una
realidad que desde la cotidianidad me interpela.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
D. PEDAGOGÍA DE LA OTREDAD
El matoneo escolar, la exclusión, el desarraigo y el extrañamiento sociales obligan a
replantear los paradigmas de educabilidad y enseñabilidad actuales. Esta propuesta
reabre el debate sobre una cátedra de tolerancia al interior de las instituciones
educativas.
La idea del otro como persona o grupo social, necesariamente está relacionada
con los procesos histórico-culturales que viven nuestras comunidades. Las
disciplinas humanistas se apoyan en la Antropología que nace en el siglo
XIX como una disciplina para estudiar la cultura del “otro”, a diferencia
de la sociología que se ocupará del “nosotros”. La etnografía también hizo
su aporte metodológico e investigativo en el estudio de las interacciones
culturales. Desde allí se comienza a reconocer la existencia de la otredad, se
denuncia el etnocentrismo y segregacionismo y se enaltece la resistencia de
pueblos y comunidades a los procesos de homogeneización.
La masa crítica creció: se denunció cómo desde los centros de poder, la
alteridad categorizaba a culturas diferentes como incivilizadas, interdictas,
primitivas y salvajes. Bajo la falsa premisa darwinista de que todos los
grupos humanos debían recorrer en su proceso histórico un camino de
desarrollo que ya habían alcanzado ciertas naciones, se condenó al atraso y
a la dependencia a naciones enteras. Esta idea sobre el “otro” trajo consigo
sometimiento, enajenación y una oprobiosa aculturación (“El tercer mundo
es una trampa semántica”, afirmaba Octavio Paz). Irrumpió entonces un
discurso insurgente en América Latina que deslegitimó desde la periferia,
la unicidad del pensamiento céntrico: Paulo Freire, Francisco Gutiérrez,
Enrique Dussel, Franz Hinckelamert…
A través del ejercicio transdisciplinario se logró más tarde que la expresión
“los otros”, recogiera en su amplio espectro a indigentes, discapacitados,
desplazados, artesanos, ancianos, enfermos, basuriegos, prostitutas,
drogadictos, lunfardos, homosexuales, “desechables”, grupos minoritarios
objetivados, negados, invisibilizados y violentados. En la segunda mitad del
siglo XX después de la caída del Nazismo, el Fascismo y el Falangismo
y las denuncias sobre la consolidación de movimientos sionistas, oscuros
intereses de fraternidades y logias criminales y manifestaciones racistas en
165

Las voces de la Otredad
el mundo (Ku klux Kan, Apartheid, entre otros), se empieza a aceptar que
los grupos humanos pueden tener vías de desarrollo diferentes lejos de la
esclerótica y obediente linealidad paradigmática sobre la que está trazado el
discurso geopolítico y biologicista de la productividad y la competitividad.
Los postulados de la nueva ética alterativa advirtieron del peligro de
confundir individuación con individualismo, otra trampa ideológica que
intentaba ver al otro como una amenaza, un peligro potencial del cual se
recela y hay que eliminar a toda costa sólo por el prurito de pensar, sentir o
ser diferente. Esa nueva ética ha propendido por un crecimiento individual
que, sin desconocer su singularidad, busca que el individuo se reconozca en
una colectividad determinadora y acondicionadora que lo vincula a los otros
y lo impele a trabajar por una causa común.
Esa nueva ética impugna la preconización metafórica que reivindica la soledad
de algunos que hoy día deambulan entre la muchedumbre como barcos que
hacen sonar sus sirenas en la niebla para evitar cualquier roce con los demás.
Intenta romper, además, con el arquetipo de la prepotencia autárquica y
la invulnerable autosuficiencia que busca relaciones descomprometidas,
ligeras, prescindibles, pasajeras, insignificantes… relaciones “chatarra”
(“cool”, “ligth”, “flow”, “hipermegaplay”).
Con estos dispositivos disciplinarios, la educación a la luz de los nuevos
tiempos como campus y momentum social y valórico, cruce de tensiones
y pulsiones, intenta superar el sesgo y la proclividad de reducir el otro a lo
mío/lo mismo; trascender la idea de ubicarse por encima del otro para estar
uno al lado del otro o junto a otro para ser el uno en/con el otro; asumir
conscientemente la responsabilidad personal y comunitaria por un mundo
mejor, más humano y posible donde se comparten experiencias y utopías, se
alcanzan metas y se construyen sentidos y significados.
Además de lo cognitivo y lo emocional, ese nuevo modelo educativo piensa que
es indispensable que la pedagogía vaya más allá de planteamientos teóricos,
ahistóricos y descontextualizados que han invisibilizado la explotación, el
oprobio y la segregación sobre muchos sectores de la población y aborde
las condiciones socio-afectivas en que viven sus agentes educativos en una
nación donde la violencia producto de la injusticia, la inequidad, la exclusión
y la discriminación, ha dejado profundas huellas de dolor y desesperanza en
sus rostros.
166

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Nace así la pedagogía de la otredad bajo el postulado de que no nacemos
hechos, nos vamos haciendo… más preciso aún: los otros van haciéndonos.
Aclara que nadie llega a la existencia diciendo “yo soy yo” y que nadie
libera a nadie, ni nadie se libera solo (“los seres humanos se liberan entre sí,
afirmaba Freire, el venerable pedagogo de Recife. En el transcurso de su vida
tal vez lo dirá pero quizás agregará: yo soy yo gracias a la intervención de los
otros que, con su palabra, su presencia, su deseo y sus hábitos determinarán
en el desarrollo de una historia personal, la constitución de ese yo al que se
adviene.
Una pedagogía centrada en la otredad desvía su centro de gravedad discursivo
del mundo biologicista y lo concentra en la praxis comunicacional donde
la mirada del otro en un proceso de inmersión-sumersión, es lo que nos
constituye, nos permite reconocernos y certificarnos como lo que somos:
seres que no podemos ser sin el otro, sin dejar de reconocer que, en medio de
la indiferencia, no todo desconocimiento nos aniquila.
Una pedagogía centrada en la otredad, valora la soledad como proceso
esencial de subjetivación, de singularización, de reencuentro consigo
mismo que depara crecimiento y armonía regocijantes, que potencializan
un encuentro más cualificado con el otro y rechaza esa soledad etiquetada
como proceso de atomización individualista donde se acrecienta cada día
más una insalvable distancia de/con los demás, una lejanía ontológica, un
extrañamiento afectivo y, por consiguiente, una pérdida de la comunicación
significativa y trascendente que ha configurado lo que bien han llamado
“una soledad promiscua o una promiscuidad solitaria”.
La pedagogía de la otredad plantea utilizar la educabilidad y la enseñabilidad
como medio y escenario de diálogo, espacio de encuentro mediado por
instintos, intuiciones, necesidades, percepciones, imaginarios y utopías, para
que los otros, es decir, los negados, invisibilizados, objetivados y violentados,
desde sus comunidades de aprendizaje y a través de un diálogo asuntivo y
problematizador, pronuncien su palabra, cuenten su historia, construyan
horizontes de sentido y significados y reorienten su destino.
Nunca podrán olvidarse las palabras póstumas de Joaquín Enrique Areta,
un joven de 23 años desaparecido durante la dictadura militar argentina:
“Quisiera que me recuerden/ sin llorar ni lamentarse./ Quisiera que me
167

Las voces de la Otredad
recuerden/ por haber hecho caminos/ por haber marcado un rumbo/ porque
emocioné su alma/ porque se sintieron queridos/ protegidos y ayudados/
porque nunca los dejé solos/ porque interpreté sus ansias/ porque canalicé su
amor./ Quisiera que me recuerden/ junto a la risa de los felices/ la seguridad
de los justos/ el sufrimiento de los humildes./ Quisiera que me recuerden/
con piedad por mis errores/ con comprensión por mis debilidades/ con
cariño por mis virtudes./ Si no es así, prefiero el olvido/ que será el más
duro castigo/ por no cumplir con mi deber de hombre”.
EL LLAMADO DE LA OTREDAD
Existe un muro infamante que delimita micro-regiones personales e impide
ver esos seres que afuera cada vez tienen menos y anhelan ser más. Pasamos
de lado, con aparente desdén, y para no reconocernos en ellos apretamos el
paso para no ser afectados por su estado de indefensión. Octavio Paz (“Piedra
de sol” y “El arco y la lira”) aborda la otredad como sentimiento de extrañeza
que nos invade cuando, al tomar conciencia de nuestra individualidad, nos
damos cuenta de que vivimos conscientemente separados de aquellos que
no son nosotros y que existen más allá de nuestras fronteras geo-vivenciales.
La mejor manera de excluir al otro es no considerarlo como un interlocutor
válido, desconocerlo “como otro legítimo en la convivencia” tal como lo
afirmaba el biólogo Humberto Maturana. Aceptar al otro como un “sujeto
válido” es mirarlo como un fin en sí mismo, como alguien que merece y
tiene derechos. “Me interesa lo que piensas, lo que sientes, lo que sueñas, lo
que haces… Interesarme es tenerte en cuenta”.
“Para que pueda ser he de ser de otro, salir de mí, buscarme entre los otros,
los otros que no son si yo no existo, los otros que me dan plena existencia”,
así se expresaba, el autor del “Laberinto de la soledad”. Michel Foucault
y Gilles Deleuze proponen sustituir el eterno e idílico mundo platónico de
esencias inmutables, apodícticas y eternas, por lo singular, diverso, incierto
168

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
y contingente; instaurar una mirada más comprensiva de lo fenoménico,
alterativo y temporal; forjar una construcción de sentido que no eluda
intersticios, ahonde en fisuras, trabaje desde la diversidad, la diferencia y la
otredad, lejos de la semejanza, la subsunción y la mismidad: “un pensar en
escorzo, abierto, conjetural y divergente”.
Humberto Eco afirma que la ética comienza cuando los demás entran en
escena y nos vemos “obligados” a defender y a fundamentar las propias
decisiones bajo la mirada ajena. Entonces ser ético es descentrarse y
ponerse en los zapatos del otro lo cual implica realizar un movimiento
mental de complejidad creciente: descentrarse; adoptar momentáneamente
la posición del interlocutor; identificar su punto de vista y reconocer sus
intereses particulares; regresar a la propia opinión con la nueva información;
confrontar intereses y tratar de congeniar los motivos individuales con los de
la otra persona.
Peter Singer, un eticista judío australiano, afirmaba: “Sólo después de tener
en cuenta los intereses y preferencias de toda esta gente (amigos y enemigos,
familiares y desconocidos), sigo pensando que la acción es mejor que
cualquier otra alternativa, puedo genuinamente decir que la debo llevar a
cabo”. Descubro al otro, mientras me descubro a mí mismo. Sólo sé quién
soy en la relación que establezco con los demás. No hay yo sin nosotros…
Es el mundo compartido del que habla el filósofo Max Séller. Reconocer al
otro como sujeto es asumir la intimidad ajena y reafirmar la dignidad como
un derecho no negociable.
La conducta moral responde a la pregunta: ¿Qué debo hacer? La conducta
ética responde a la pregunta: ¿Cómo he de vivir? La ética es pensar sobre
lo que pienso y siento. Comte-Sponville lo expresa claramente: “¿Quieres
saber si tal o cual acción es buena o condenable? Pregúntate que ocurriría si
todos se comportaran como tú”. Es la primera fórmula del deber de Kant.
“Hacer el bien y sentirse dichoso” decía Spinosa. Sin la presencia del otro,
mi humanidad empieza a tambalear.
Abordar este espinoso tema permite hurgar otros tópicos: soledad, finitud,
mismidad, alienación, desarraigo, vulnerabilidad y otros más. La soledad
del abandono como negación de la otredad se expresa en la alienación del
“alumno”, la discriminación del raro, la marginación del indigente, el oprobio
169

Las voces de la Otredad
del torturado, el confinamiento del loco, el olvido del viejo, el aislamiento
del enfermo y el moribundo.
La otredad, categoría simbólica, experencial, dialógica y sensible, sugiere
una disposición actitudinal para reconocer, aceptar e incorporar al otro como
expresión clara y concreta de la existencia de un mundo diferente y posible,
ese alguien que aún no forma parte de mi propia experiencia, que existe
más allá de mí sin conocerle y que al surgir en mi vida, puede afectarme,
conmoverme e incorporarme inexorablemente a su mundo apropiándome,
a su vez, del suyo.
Hacer de la tierra un lugar más amable depende de que importen los
otros, seres iguales en la diferencia que habitan los sombríos parajes de
esa geografía de la absurdidad y sufren dolorosas inclemencias: infame
enajenación, asfixiante opresión e injusta segregación. Se puede habitar
este planeta de una manera más consciente y menos indolente: entender
que vivimos en un “nosotros” asumiendo de forma activa y programática
nuestra responsabilidad vital como ciudadanos del mundo.
“La no-paz permite ascensionalmente llegar a la paz: de los desacuerdos a los
acuerdos por medio del acto comunicativo interactivo; de las divergencias a las
convergencias; de la deslegitimación a la legitimación; de la homogeneidad al
reconocimiento de la diversidad; de la dependencia a las relaciones interdependientes,
de las des-identidades donde se desprende el sentido de la alteridad; de la pluralidad
a la singularidad; de la multidimensionalidad a la unidimensionalidad; de la
enajenación a la sujeción; del caos al orden; de la democracia representativa a la
democracia participativa y vivencial”.
José Felix de Restrepo, educador colombiano del siglo XIX.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
E. EL ADVENIMIENTO DE LA NUEVA ETICA
“Hay que desterrar el atractivo terrible e infernal de los paraísos y de las “vidas
sin riesgo, sin luchas, sin búsqueda de superación y sin muerte. Y por lo tanto
sin carencia y sin deseo: un océano de mermelada sagrada, una eternidad de
aburrición”.
Estanislao Zuleta, filósofo y pedagogo colombiano.”Elogio de la dificultad”.
“Las gentes empiezan a dar buenos consejos cuando ya no pueden dar malos
ejemplos”.
Oscar Wilde, poeta y dramaturgo irlandés.
Dejemos a un lado la discusión etimológica y sintáctica. Vamos más allá
de las definiciones y los formalismos descriptivos. Ha quedado claro que
hablamos de la ética como la construcción de un proyecto o programa
de vida que debe alimentar al ser social de estos tiempos. Una exigencia
personal y colectiva de sistematización, de problematización y de búsqueda
de fundamentos para el crecimiento personal y el logro de objetivos que
comprometen a los miembros de una organización. La ética tiene que ser una
concepción coherente y personal de la vida, mirada desde cualquier óptica o
perspectiva. La moral contiene unas exigencias y/o prescripciones de que es
portadora una sociedad o una cultura y que interiorizan los individuos que
forman parte de ella.
Compartimos la tesis que plantea el carácter iconoclasta de nuestro presente
que rechaza toda forma de mitificación; exorciza con la nueva liturgia de las
palabras y las ideas, las verdades sacrosantas y apodícticas, ropaje con el cual
se han disfrazado las más sublimes e imperecederas falacias; combate todo
sistema cerrado, objetivante, totalizante, excluyente e inmutable en el ámbito
de la educación, la política y la cultura y blande el pendón y el escudo de la
democracia, el respeto y la otredad.
Cuestionamos esa moral que predica y no practica y que practica y no
predica. Con el escritor Samuel Becket que se atrevió a mostrar a la pacata
sociedad irlandesa el absurdo de la condición humana, afirmamos que “Los
moralistas son personas que se rascan allí donde a otros les pica”. Que la
moral con su cúmulo de consejos, con su aparente claridad normativa y
171

Las voces de la Otredad
con la fastidiosa carga de buenos ejemplos y virtuosidad, no es más que
el artilugio que esgrimen personas, grupos o instituciones para establecer
relaciones de poder y de enajenación sobre los demás.
Difícil tarea la nuestra de andar como saltimbanquis por la cuerda que
riesgosamente separa lo permitido de lo prohibido, de la misma manera que
divide la frágil tralla los espacios abismales de la norma y el deseo, de la vida
y la muerte. Más duro aún, caminar sigiloso por la senda de los arquetipos
moralistas que acompañan hoy por hoy a los pecadores arrepentidos a través
del viacrucis paranoico donde la conciencia se vuelve la odiosa centinela que
“avisa que alguien puede estar mirando”.
Extraño se vuelve a nosotros el imperativo de Séneca, secularmente conocido,
que hipoteca la autenticidad del ser humano a una moral heterónoma y
usurera: “Vive con los hombres como si Dios te mirase; habla con Dios como
si los hombres te oyesen”. Razón tenía Gustavo le Bon (“Ayer y Mañana”)
cuando sostenía que toda regla moral, como buen paradigma, “es primero
una molestia, una obligación que hay que imponer. Sólo su repetición llega
a hacer de ella un hábito fácilmente aceptable”.
Hemos decidido renunciar al dogmatismo, aún con todas sus trampas
inevitables; a la falsa seguridad fundada en la autoridad, la tradición y los
sempiternos paradigmas de la filosofía y la lógica occidentales que instalaron
en el reino de la comodidad todo vestigio rebelde y atrevido de cambiar
la realidad de nuestro entorno. Reivindicamos la libertad de acción como
resultado de la libertad de pensamiento, libertad de acción que pone como
condición para acatar las leyes, la ponderable consideración socio-jurídica
de su justicia y equidad; libertad de pensamiento que nos hace relativamente
verdaderos, contrario al axioma aquel que sostiene que lo verdadero es lo
que nos hace absolutamente libres.
Parodiamos al inglés John Ruskin en su “Ética del barro”: No debemos
pedir demasiada limpieza, porque al lavar nuestro corazón quizás también
tengamos que retorcerlo. Hemos prescindido de los manuales que
academizaron el ejercicio de lo ético, reducido “stricto sensu, stricto jure” a
las excentricidades de la erudición que combina datos, personajes, escuelas,
corrientes, recetarios y máximas de acción moral, que prescriben nuestros
comportamientos bajo el formalismo y el sortilegio de la fórmula, abstracta,
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
imperativa, general y glamorosa que etiquetó la actitudes, alguna vez,
irreverentes y libertarias con términos lapidarios que a su vez marmolizaron
los valores: felicidad, respeto, honestidad, honradez, responsabilidad, paz,
tolerancia y solidaridad.
Rechazamos todo intento de acallar nuestra voz, aquietando el paroxismo
de las palabras que estrepitosamente luchan por salir; el hecho de proscribir
cualquier exaltación de ánimo que subvierta el escolástico y austero orden de
la hermenéutica y la axiología, recluyendo nuestra subjetividad apasionada
y contumaz en los parajes exiliantes del absurdo y la locura; la acción de
reprimir el tímido intento de nuestra opinión que interroga y reclama su
derecho conculcado por el altivo sátrapa del saber absoluto.
Impugnamos la actitud filistea de exorcizar nuestros filosofemas por ser
ellos, presuntamente, la summa diabólica y compiladora de la liturgia negra
del aquelarre donde se entonan los herejes, marginales y sombríos salmos de
la condición humana; la intención dolosa de abuchear la abstrusa sinfonía
de la existencia por estar llena de sonidos discordantes y estentóreos que
escandalosamente ruidizan la fastuosa y sobria eufonía del Cógito.
Rechazamos la tarea inquisitorial de reprobar por inoportunos, nihilistas
e insolentes, los exigentes e irreverentes interrogantes que cuestionan las
verdades apodícticas de los breviarios filosóficos oficiales. El acto pertinaz de
impugnar al libertario e incorruptible razonamiento que no acepta el virginal
romance etéreo y supraceleste con la certeza y la evidencia y prefiere el
sublime y escandaloso contubernio, señalado como concupiscente y procaz
con la duda y la incertidumbre.
Hénos aquí dispuestos, confesando la vulnerabilidad que produce la
inseguridad, el temor y la duda, con estos riesgosos pensamientos y de la
mano de algunos pensadores malditos, a internarnos por el laberinto de la
subjetividad; prestos a recorrer los inciertos y oscuros parajes de nuestra
existencia racio-vitalista determinada por el errático y sinuoso mundo de la
circunstancia. Algunas veces nos encontraremos sumidos en la congoja y la
orfandad, prendidos quizás del imperceptible e ingrato hilo de una propuesta
filosófica; desorientados y expósitos otras más, con la ingenuidad propia de
un intruso que termina por volverse tierno huésped de la ilusión y eterno
compañero de la soledad minotáurica.
173

Las voces de la Otredad
También en ese acto de confesión, hemos erigido al miedo como virtud y
nos hemos alejado entre la prisa y el riesgo, de la pecaminosa comodidad
de las ideas claras y objetivas que han santificado los determinismos y las
exclusiones, ridiculizando de paso y condenando al naufragio el sacrificio
y el esfuerzo de estos argonautas de la intuición y el deseo. Muchos están
hablando desde sus cómodas corduras; están vaticinando el fracaso y la
tragedia con el dedo fementido de su prudencia y con el tedioso y escrupuloso
ascesis que asexualizó el amor y neutralizó el valor.
Ya se escuchan las voces plañideras con sus vehementes exhortaciones al
desistimiento y a la estoica conversión. Quieren esconder la envidia que les
causa el frenesí del descubrimiento y/o la pertinaz exploración, temeraria
empresa que pretende enarbolar el estandarte de la nueva racionalidad en las
irredentas e inexploradas profundidades de la ignota utopía.
Hablamos de repartir poniendo nuestros bienes a salvo. Hablamos de solidaridad
cerrando nuestras puertas al dolor ajeno. Hablamos de amor sin luchar por él, ni
saber vivirlo. Hablamos de fe y lo que tenemos es miedo. Hablamos de fuerza y
por dentro somos debilidad. Hablamos de despreciar el dinero, rindiéndole culto
desmedido. Hablamos de justicia inclinando de nuestro lado la balanza. Hablamos
de tad con el aguijón en la flor más conveniente. Hablamos de oración rogando el
remedio para nuestros males. Hablamos de Dios siempre tras el muro que nos saque
de su luz.
Hablamos de despreciar el mundo, metidos en el foco de nuestra notoriedad.
Hablamos de la vida creyendo que todo lo merecemos. Hablamos del éxito ajeno
siempre colocados debajo del suyo. Hablamos de apostolado escabulléndonos en el
momento de comprometernos. Hablamos de ayudar sin dar consuelo ni ser parte
activa en la dificultad. Hablamos de siembra transitando sin semilla y caminando
sin huella. Hablamos de cambio imbuidos de ganancia y poder. Hablamos de perdón
sin hacer nada porque cicatricen nuestras heridas. Hablamos de ideales sin hacernos
nunca merecedores de ellos. Hablamos de promesas que nunca cumplimos.
Hablamos, pero a la hora de actuar, sentir y entregarnos, estamos mudos, fríos y
ocultos… ¡estamos muertos!
Adaptación de un texto de Zenaida Bacardí de Argamasilla, escritora, poeta y
religiosa cubana.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
Lo externo nos proporciona una falsa y engañosa sensación de seguridad
cuando no logramos encontrar en nuestro interior ese algo que buscamos,
quizás el único lugar donde podríamos haberla encontrado.
Nos diferenciamos de los otros primates porque usamos a la perfección
el engaño, la hipocresía y la mentira como una forma habilidosa de
supervivencia.
El reto consiste en dar la bienvenida a las emociones que nos bloquean para
que tengan la oportunidad de ser escuchadas y podamos recibir los mensajes
que la vida nos manda.
En el amor se produce el milagro de la conciencia de unidad en la dualidad.
Cuando el yo deviene en un nosotros entonces decimos que estamos enamor-a-dos.
Robert Louis Stevenson pone en boca del doctor Jeckyll la siguiente expresión:
“abrázame cuando menos lo merezca, porque es cuando más lo necesito”.
Con nuestras explosiones y turbulencias quizás lo que estamos buscando es
ese abrazo primal que no siempre tuvimos y que tantas veces necesitamos.
El amor es ausencia de miedo, certidumbre y confianza. No puede haber
compromiso sin confianza y ésta, a su vez, no es posible sin respeto.
Que el enfado se transforme en riqueza depende de nuestra capacidad para
comprender qué buscamos conseguir con él y como encauzarlo.
Nacemos como consecuencia del encuentro entre dos seres que se unen por
el impulso de la vida manifestado en la fuerza del deseo.
Una de las más bellas frases sobre el amor fue escrita por Sri Aurobindo: “El
amor está vacío de ego. El ego está vacío de amor”.
Vivimos cubriéndole el rostro a la mentira para que parezca verdad,
disimulando el engaño y disfrazando los designios.
Debes pensar por nosotros mismos, aunque esa independencia se logre a
base de intrepidez, desgarrones y rupturas.
175

Las voces de la Otredad
El peor de todos los fraudes es el autoengaño. Todos lo malo será fácil
después de haber perpetrado ese primer crimen.
Ciframos nuestras esperanzas en un milagro recurriendo a la verdad sólo
cuando andamos escasos de mentiras.
A través de nuestros comportamientos buscamos oro, incienso y mirra: ser
queridos, aceptados y reconocidos.
Las personas, aún después de ser conscientes, no saben cómo lograr lo que
quieren hasta que se lo enseñan.
Ante una crisis somos nosotros los únicos que decidimos si quedarnos y
luchar o huir y claudicar.
La mejor comprensión posible, la más enriquecedora es aquella que hacemos
desde el corazón.
El amor es un sentimiento que se torna en una acción expresiva que busca
el bien del otro.
Por cada minuto que permanecemos disgustados, perdemos sesenta segundos
de felicidad.
Perdonamos a quienes nos mienten, jamás lo hacemos con quienes nos
engañan.
Nuestro mundo interior algunas veces se convierte en refugio, trinchera o
prisión.
La cortesía es un engaño que viene siempre en un envase fino y bonito.
Seamos cautos: la vida siempre cumple sus promesas y advertencias.
Terminamos llegando donde, a pesar de todo, nos siguen esperando.
Maya es el poder del engaño que divide, desune y desarmoniza.
El engaño siempre viene engalanado de un discreto encanto.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
177

Las voces de la Otredad
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA
IV
Atisbas a lo lejos y a través del prisma de tus vanos e imprecisos soliloquios,
la humareda y los recoldos que ha dejado la fatuidad de tus fuegos interiores;
huyes de los vacuos espejismos de la palabra y de ese formalismo actitudinal
para salir al encuentro con tu silenciosidad que limpia tus heridas y la sana.
Huyes de la grey viscosa y de su blando contacto que fastidia, corroe y pudre;
olvidas echarle cerrojo a la puerta y apagas la luz calmo y sin miedo alguno.
Sabes que no estás solo, estás contigo mismo y con ese sortilegio monológico
que cotidianizas exultante con tu plegaria exorcizante, grata y salvificadora.
Te acercas sigiloso al exuberante universo de tus intuiciones y percepciones,
allá donde tu soledad que endurece, moldea, despierta y pule tus imaginarios,
que complotan irreverentes contra ese enajenizante y oprobioso stablishment
que utilizó el dogma con su represivo caudal de verdades represivas y falaces.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
V. PEDAGOGÍA, EDUCABILIDAD Y ENSEÑABILIDAD
A. ANECDOFABULARIO. SOMBRAS.
EL PODER DE LAS PALABRAS. LAS RATAS
B. SEMBLANZA. JUAN MATUS Y LA SABIDURÍA CHAMÁNICA
TOLTECA. LAS ENSEÑANZAS DE DON JUAN
C. MEMORIAL DE UN MAESTRO DISIDENTE
D. CONSIDERACIONES EN TORNO A LA CALIDAD DE
NUESTRA EDUCACIÓN
E. EDUCACIÓN, CULTURA Y VIDA. PROBLEMÁTICA Y
PROSPECTIVA CURRICULAR
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA V
ILUSTRACIÓN V
Validamos nuestras mentiras al denunciar el engaño ajeno… La magia es el arte de
convertir una mentira en verdad… El mundo es engañoso, por eso debemos mirar
más allá de él.
“Aquel que define su conducta por la ética, aprisiona en una jaula su pájaro cantor”.
Khalil Gibrán.
“Conservad, si es posible, los intereses que os atan a la sociedad; pero cultivad los
sentimientos que os separan de ella”.
Sebastián Nicolás Chamfort.
“No hay precepto moral que no tenga algún inconveniente”.
Denis Diderot.
La naturaleza es sabia: carece de moral.
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Las voces de la Otredad
V. PEDAGOGÍA, EDUCABILIDAD Y ENSEÑABILIDAD
A. ANECDOFABULARIO
EL PODER DE LAS PALABRAS
Un famoso guerrero que volvía de batallar portando con orgullo su invicta
espada en la cintura, encontró junto al camino un grupo de personas
escuchando a su maestro. Se ubicó entre las personas más alejadas y, por
un rato, estuvo escuchando al hombre sabio, hasta que, irritado por lo que
le parecía pura charlatanería, interrumpió la enseñanza bruscamente: “¡Lo
único que tú haces es hablar! Tus palabras no sirven para nada. A las palabras
se las lleva el viento”.
El maestro lo miró un instante y con gran serenidad le contestó: “Sólo un
necio como tú, cuya cabeza está trastornada y medio vacía por los golpes
recibidos, puede decir una estupidez de ese tamaño”.
El guerrero saltó como un resorte y en cuatro grandes pasos estaba frente
al maestro con su espada lista para partirlo en dos: “¿Qué es lo que te has
atrevido a decirme?”.
“¡Oh, no te había reconocido -dijo el maestro-, pero veo en tu agilidad,
destreza y valentía a uno de los más hábiles guerreros que haya pisado
nuestra tierra! Te presento mis respetos”.
El soldado bajó su espada, sonrió satisfecho y volvió a ocupar su lugar entre
la gente.
“Espero –le dijo el maestro mirándolo con una sonrisa-, que en el futuro
tengas más respeto por las palabras ya que con ellas te hice venir hasta mí
y te llevé al infierno de la furia, para luego calmarte y volverte a tu lugar”.
A partir de ese día, el soldado se unió al grupo que seguía al maestro y fue
su discípulo por muchos años.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
LAS RATAS
Después la Segunda Guerra Mundial, un joven piloto decidió hacer una
peligrosa y larga travesía utilizando un pequeño avión monomotor. El
reto era grande y requería de mucha energía y concentración. Avanzado
en su viaje, sus instrumentos comenzaron a comportarse en forma extraña
y, al investigar, se dio cuenta que llevaba una rata en el avión que estaba
royendo los cables. Esta era la causa de que los instrumentos dieran lecturas
incorrectas, lo cual probablemente tendría como consecuencia que el piloto
tomara decisiones equivocadas, que, en su posición, serían fatales.
Fue en ese instante recordó algo que le había enseñado su instructor: “cuando
encuentres ratas en tu vuelo, en vez de gastar tu energía y ponerte en peligro
peleando con ellas, ¡elévate! Elévate lo que más que puedas, las ratas no
resisten la altura”.
Algunas veces tenemos pensamientos y emociones que son como esas ratas.
Esos roedores, muchas veces, sólo son los fantasmas creados por nuestros
miedos. Sólo hagamos eso: tomemos distancia del suelo y remontémonos
con nuestros sueños.
“¿A qué atribuye que todavía no le hayan otorgado el premio Nobel de
Literatura? Le pregunta un periodista a Jorge Luis Borges en 1981.
“A la sabiduría sueca”, respondió el escritor argentino.
Otro día le pregunta un joven lleno de febrilidad y regocijo al mostrarle a Borges su
libro “Ficciones”: “Maestro, usted es inmortal”.
“Hombre, no hay por qué ser tan pesimista”, responde el autor.
“Usted debió tener una gran paciencia para poder aprender a tocar como ha llegado
a hacerlo”, le decía una dama al gran pianista polaco Paderewski.
“La paciencia de que dispongo es igual a la de cualquier otro, sólo que yo empleo la
mía”, contestó.
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Las voces de la Otredad
SOMBRAS
Una noche cualquiera un hombre se encierra en su cuarto y deja que sus
pensamientos formen figuras extrañas que en medio de la oscuridad le
acompañan, con su corifeo de voces híbridas, graves unas, dulces otras,
todas ellas, de alguna forma, acompasando su canto solitario. Los recuerdos
se arremolinan y luchan en su mente porque no los subsuma el manto
ineluctable del olvido. Las palabras que apenas balbucean, no se extinguen
pero se pierden diluidas, casi imperceptibles en la infinitud de su tiempo.
Lo invade esa sensación de abandono y vaciedad al ver sus preguntas
suspendidas en el aire que en vano se obstinan por romper la mudez de
unos labios. Su frágil mirada no logra ablandar con sus lacerantes lágrimas,
la acritud que envuelve sus torvos sentimientos. Siente cómo lo permea
esa percepción del absurdo que contempla los vanos devaneos, los inanes
escarceos del deseo que en medio de quimeras y fugaces conceptos se pierden
tras la grisácea penumbra que envuelve a la ciudad gris.
Siente el cosquilleo de esas resbaladizas lágrimas que furtivas e impotentes se
deslizan por sus pálidas y mustias mejillas. Los sollozos apenas incontenibles
se ahogan entre ensordecedoras angustias, magros pensamientos, oscuros
designios y trémulos presentimientos. Sus taciturnas reflexiones evocan
aquellas largas ausencias y le rinden culto a la orfandad ritual del beso y el
abrazo.
De pronto, figuras y sonidos irrumpen en su estancia interior, ahogan la fina
voz de su inaudible monólogo, rompen la eufonía del instante y en forma
estrepitosa y estentórea luchan por acallar aquel canto melodioso, tratando
de imponer sus desafinados y estridente estribillos.
Comienza entonces el grotesco y simultáneo desfile de solistas que
improvisadamente ejecutan su absurda salmodia. Allí están con sus
fastuosos oropeles aquellos arlequinescos figurines con sus muecas
histriónicas, ostentando, presumiendo tras la veleidad de un ropaje, tratando
con su quebradizo y vanidoso contoneo, llamar la atención del asustadizo
espectador.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
B. SEMBLANZA
JUAN MATUS Y LA SABIDURÍA
CHAMÁNICA TOLTECA
Dedicado a esos argonautas que van en busca del vellocino que guarda el misterio
áureo de la episteme, la hedoné y el tánatos.
“Nada en este mundo es un regalo, todo debe aprenderse arduamente… La
diferencia básica entre un hombre común y un guerrero es que éste asume
todo como un desafío, mientras que aquél toma todo como una bendición
o una maldición” le decía Juan Matus, el Nahuatl, un viejo chamán yaqui,
descendiente de la etnia de los tolteca (desierto de Sonora en Nuevo México),
a Carlos Castaneda (1925-1997), un antropólogo brasilero o peruano (nació
en Sao Paulo o Cajamarca), que se convierte en heredero de esa sabiduría
humanista, telúrica y milenaria.
En 1960 cuando preparaba su tesis de grado para la Universidad de California
(“Las enseñanzas de Don Juan. Una vía yaki hacia el conocimiento”),
conoce al “nagual” que lo introduce en el mundo psicoactivo de las plantas
enteógenas (la ayahuasca, el peyote o mescalito, el toloache, san pedro, los
hongos psilocíbicos) y lo convierte en un visionario para algunos, en un
charlatán o en un adicto demencial para otros. Sus 10 libros traducidos a
17 idiomas produjeron una revolución sin precedentes en el acartonado e
inauténtico pensamiento occidental del siglo XX.
Miles de jóvenes que buscaban “estilos de fuga” (auto stop, sustancias
psicodélicas, rock, alquimia o budismo), formas de escape de la dura e
indiferente realidad de su época, se extasiaban con sus lecturas (“Viaje a
Ixtlán”, “Relatos de poder”, “La rueda del tiempo”) y volcaban su mirada
sobre México en busca del anciano brujo cuyas prédicas llevaron a la revista
“Time” (1973) a considerar que el encuentro de Castaneda con Juan Matus
como un “hecho literario más conocido que el encuentro entre Dante y
Beatriz a orillas del Arno”.
Los bellos relatos han sido comparados con la narrativa de Hermann Hesse
(“Sidharta”) o la de Somerset Maugham (“Al filo de la navaja”). La historia
183

Las voces de la Otredad
del científico que se interesa en el estudio de las plantas psicotrópicas y
que termina convirtiéndose en un “hombre de conocimiento”, gracias a las
prácticas rituales del chamanismo yaqui, se constituye en una destrucción
crítica de la antropología clásica y plantea un nuevo paradigma cognitivo
frente a la realidad: conocimiento acientífico, alógico, absurdo y alterativo.
Se reivindica, a su vez, una práctica “subcultural” considerada “aberrante”,
“underground”: la liturgia ancestral de los brujos, herederos de los sacerdotes
y chamanes precolombinos. La violencia tribal yaqui y yuma que mató a sus
padres, convierten a Juan Matus en un hombre andariego y pendenciero
que jornalea en los cafetales de la península de Yucatán. Un disparo en el
pecho lo deja al borde de la muerte. Un brujo lo recoge y cura sus heridas.
Cuando se recupera, intenta huir pero don Julián, su futuro guía y chamán,
le propina un fuerte golpe en la espalda que lo obliga “a entrar a un estado
de consciencia acrecentada”.
Luego le revela las tres etapas por donde debe transitar un guerrero: asumir
la regla como mapa, comprender la consciencia suprema y conocer el atajo
secreto para acceder al mundo oculto de la consciencia. Don Julián le ayuda
a convertirse en “hombre de conocimiento” y le enseña que la historia
personal debe mantenerse en privado, porque así evita “sufrir el peso de
los pensamientos ajenos”. Castaneda aplica este predicamento y procura
que nadie registre su voz ni fotografíe su imagen (la foto para anunciar su
muerte es tomada en 1951, 46 años atrás): “Un brujo, -afirma-, nunca mira
su pasado… congelar la imagen personal frena la evolución interior del
guerrero”.
La planta psiocotrópica induce a estados perceptivos y de consciencia
que Castaneda los llama “estados de realidad no ordinaria”, realidades
reales, diferentes a las nuestras que son el único medio de adquirir poderes
impersonales y estados excepcionales que los llamaba “encuentros”. Un
chamán debe “encontrarse” con estos poderes para ganar su control. El
peyote o mescalito se consume en reuniones llamadas mitotes; la reunión
tiene como objeto encontrar una orientación sobre “la forma correcta de
vivir” con la ayuda de sus “aliados”: el toloache y los hongos o “humitos”.
Un “hombre de conocimiento” debe encontrarse con el “aliado” las
veces que fuere necesario, hasta familiarizarse con él. Después de haber
184

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
transmitido sus enseñanzas, don Juan Matus y don Genaro Flórez, un
indio mazateco, acceden a otro nivel de consciencia y Castañeda asume sus
deberes de nagual: debe tener claridad mental, propósitos claros, conocer
con el corazón, recorrer las sendas del camino difícil y encontrar por fin el
sitio que lo hará estar cómodo y feliz.
Los “pases mágicos” son movimientos corporales, posturas y respiraciones
que los videntes del México antiguo descubrieron en su vigilante ensueño y
que al practicarse traen bienestar, vigor y conciencia. La versión moderna
de estos movimientos se llama “Tensegridad”, un ritual ecléctico que
combina ejercicios de yoga, artes marciales y ergonomía, ahora difundidos
por las herederas del pensamiento matusiano: Florinda Donner, Taisha
Abelar y Carol Tiggs. La Tensegridad es una combinación de e
. La tensión: concentración y propósito; la integridad: permiso
para que el infinito penetre en todas nuestras acciones.
Los pases mágicos, pueden traer el sentido de la ensoñación a nuestras
acciones cotidianas y la energía para escuchar la vibración del intento mismo,
lo que los maestros mexicanos antiguos antiguo llamaban la voz del vidente
interno. Castaneda nos muestra así, cómo la mayor parte de nuestra energía
la dedicamos a defender nuestra importancia. Si fuésemos capaces de perder
una parte de esa importancia, nos sucederían dos cosas extraordinarias:
liberaríamos nuestra energía del esfuerzo de mantener la idea ilusoria de
nuestra grandeza y conseguiríamos la energía suficiente para asomarnos a la
verdadera grandeza del universo.
Entre seguidores y detractores, entre el mito y la realidad que rodean sus
profundas reflexiones, la obra de Castaneda sigue vigente sin importar si
es imaginería, ensoñación o reflexión terrígena. Un etnólogo catalán nos
deja claro el asunto: “¿Alguien se preguntaría si existió un Edipo de carne
y hueso para corroborar la veracidad del mito o la metáfora aquella para
explicar nuestras dependencias psicológicas maternas? ¿Verdad que no?”.
Seguiremos pues recordando las enseñanzas de don Juan. He aquí algunas
de ellas.
Lo malo de las palabras es que ellas nos hacen sentir como si estuviésemos
iluminados, comprendiéndolo todo. Pero, cuando nos llega el momento de
afrontar el mundo, vemos que la realidad es completamente diferente de
185

Las voces de la Otredad
aquello que discutimos o escuchamos. Por eso, un guerrero prefiere actuar
y no pierde su tiempo en conversaciones inútiles. A través de la acción, él
descubre el significado de lo que sucede en su vida diaria y toma decisiones
creativas y originales.
Hay que abandonar cualquier idea preconcebida sobre lo que somos. El yo
es simplemente eso: una idea. El brujo la ve venir y se hace a un lado, porque
sabe que sólo desde lo impersonal es posible el juego… Sentirse importante
lo hace a uno, pesado, torpe y vano. Para ser un hombre de conocimiento
uno necesita ser ligero y fluido… ¿Qué sentido tiene conocer cosas inútiles?
Eso no nos prepara para nuestro inevitable encuentro con lo desconocido…
Por temible que sea el aprendizaje, es más terrible la idea de un hombre
sin conocimiento… Somos seres mágicos, capaces de cosas insospechadas si
suspendemos el juicio y conseguimos el silencio.
Ocuparse demasiado de uno mismo produce una inmensa fatiga. Un hombre
en esa posición está ciego y sordo a todo lo demás. La fatiga misma le impide
ver las maravillas que lo rodean…Tarde o temprano, todos tendremos que
encarar el infinito. Cuando el guerrero avanza lo suficiente en su camino,
llega un momento en que la tierra, a la que el guerrero ama por encima de
todo, lo deja libre. Entonces, el guerrero que ha explorado hasta el límite
las infinitas posibilidades de la conciencia humana, se embarca en un viaje
definitivo y cruza el umbral de la libertad.
Cuando uno no tiene nada que perder, se vuelve valiente. Somos temerosos
mientras nos queda algo a que aferrarnos… El objetivo es salirse del mundo
vivo con todo lo que uno es, pero con nada más… Tener miedo es una cosa,
dejar que se apodere de uno y lo zarandee es otra. El miedo es el primer
enemigo natural del hombre en el camino del saber: terrible, traicionero
y enredado como los cardos, se queda oculto en cada recodo del camino,
acechando, esperando. Y si el hombre, aterrado con su presencia, echa a
correr, su enemigo habrá puesto fin a su búsqueda.
Uno no debe correr, debe desafiar su miedo y, pese a él, debe dar el siguiente
paso en su aprendizaje, y el siguiente, y el siguiente… Debe estar lleno de
miedo, pero no debe detenerse. ¡Esa es la regla! Y llega un momento en que
su primer enemigo se retira. El hombre empieza a sentirse seguro de sí. Su
propósito se fortalece. Aprender no es ya una tarea aterradora.
186

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Cuando llega ese momento gozoso, el hombre puede decir sin duda que
ha vencido a su primer enemigo natural… Una vez que un hombre ha
conquistado el miedo, está libre de él por el resto de su vida, porque a
cambio del miedo ha adquirido la claridad: una claridad de mente que borra
el miedo. Para entonces, un hombre conoce sus deseos y sabe satisfacerlos.
Puede prever los nuevos pasos del aprendizaje, y una claridad nítida lo rodea
todo. El hombre siente que nada está oculto.
El hombre estará al fin de su travesía trasegando por el camino del verdadero
conocimiento, y casi sin advertencia tropezará con su último enemigo: ¡La
vejez! Este enemigo es el más cruel de todos, el único al que no se puede
vencer por completo, aquel a quien solamente podremos ahuyentar por
breves instantes… Al enfrentar la vejez ya no sentiremos miedo; nuestra
claridad no se impacientará; percibiremos todo nuestro poder y creeremos
que todo está bajo control.
Pero también sentiremos un deseo constante de descansar. Si nos rendimos
por entero a ese deseo de dormirnos y olvidar, si nos arrullamos en la fatiga,
habremos perdido nuestro último asalto y nuestro enemigo nos reducirá a
una débil criatura vieja y decrépita… Entonces nuestro deseo de retirarnos
vencerá toda nuestra claridad, poder y conocimiento.
Nada realmente importa fuera del toque de la muerte. Tu muerte te dirá:
yo no te he tocado todavía… La muerte es el único consejero sabio que
tenemos. Siempre que sintamos que todo está saliendo mal y que estamos a
punto de ser aniquilados, volvámonos a nuestra muerte y preguntémosle si
eso es cierto. Nuestra muerte nos dirá si estamos equivocados.
“Nuestra muerte espera. Este mismo acto que estamos realizando ahora puede
muy bien ser nuestra última batalla sobre la tierra… Un hombre va al saber como
va a la guerra: bien despierto, con miedo, con respeto y con absoluta confianza. Ir
en cualquier otra forma es caminar hacia el error y quien lo cometa, vivirá para
lamentar sus pasos”.
Carlos Castaneda.
187

Las voces de la Otredad
“¿Acaso crees que tu riquísimo mundo podría ayudarte a llegar a ser un hombre
de conocimiento?”, preguntó don Juan Matus a Carlos Castaneda con un leve
sarcasmo. “En otras palabras -dijo, sonriendo con franqueza, obviamente al tanto
de que yo tenía conciencia de su ardid-, ¿pueden tu libertad y tus oportunidades
ayudarte a ser hombre de conocimiento?”.
“¡No!”, dije enfáticamente.
“¿Entonces cómo pudiste tener lástima a esos niños? -dijo con seriedad-. Cualquiera
de ellos podría llegar a ser hombre de conocimiento. Todos los hombres de
conocimiento que yo conozco fueron muchachos como ésos que viste comiendo sobras
y lamiendo las mesas”.
“Para caminar toda la longitud de un camino que uno ama de verdad -dijo don
Juan-, se necesita pasión, coraje, imaginación, vigilancia, disciplina, conciencia de
sí mismo. De igual manera, se requiere la gracia, la fuerza, el ingenio, la eficiencia,
la paciencia, la adaptabilidad y la humildad de un navegante (…). La lucha del
navegante no es con sus semejantes, tampoco es con uno mismo y no es en definitiva
una lucha.
Más bien, es una aceptación de las corrientes energéticas del mar de la conciencia del
universo (…). El universo es un mar de energía que está en constante cambio. En
lugar de tratar de luchar o resistirse a ese cambio continuo, hay que unir fuerzas con
él… Ese es un esfuerzo que requiere la disciplina de un navegante”.
Robert Snyder, “Monólogo auto-biográfico”, 1980.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
LAS ENSEÑANZAS DE DON JUAN
Formúlate a ti mismo y sólo a ti mismo, una pregunta: ¿Tiene corazón este
camino? Todos los caminos son el mismo. No conducen a ninguna parte.
¿Tiene corazón este camino? Si lo tiene, el camino es bueno; si no lo tiene,
no sirve para nada.
La determinación no es un pensamiento, ni un objeto, ni un deseo. Es lo que
te hace invulnerable. La determinación es lo que empuja al chamán a través
de una pared y lo hace volar por el espacio hacia el infinito.
Ningún camino lleva a ninguna parte, pero uno tiene corazón y el otro no.
Uno hace gozoso el viaje; mientras lo sigas, eres uno con él. El otro te hará
maldecir la vida. Uno te hace fuerte, el otro te debilita.
Un hombre de conocimiento es aquel que ha seguido las penalidades del
aprendizaje exitosamente. Un hombre que ha ido, sin apresurarse y sin
vacilar, hasta donde puede comprender los secretos del poder.
El mundo es insondable y misterioso y así somos todos nosotros. El arte del
guerrero consiste en equilibrar el terror y la maravilla de ser un hombre.
Un hombre va al conocimiento como va a la guerra, bien despierto, con
miedo, con respeto, y con absoluta confianza en sí mismo.
Ir al conocimiento o ir a la guerra de cualquier otra manera es un error, y
quienquiera que lo haga vivirá para lamentar sus pasos.
La clave está en lo que se enfatiza. O nos hacemos desdichados o nos
hacemos fuertes. Cuesta el mismo trabajo lo uno que lo otro.
Cuando la persona se ha vaciado, algo más más poderoso ocupa ese lugar.
La cita pues, no es conmigo, es con el espíritu.
El guerrero no agacha la cabeza ante nadie, pero, al mismo tiempo, tampoco
permite que nadie agache la cabeza ante él.
189

Las voces de la Otredad
C. MEMORIAL DE UNA MAESTRÍA DISIDENTE
Nuestra educación debe dejar de ser esa forma de conciencia social, odiosa
y añeja, a través de la cual se impone a unos individuos una ideología
conservadora y opresiva, compuesta por paradigmas, normas, tradiciones,
prácticas y saberes que tratan de perpetuar las condiciones de vida materiales
y espirituales de una comunidad determinada.
La educación debe ser ante todo un acto de desaprendizaje, “soltar lastres,
purgarse, olvidar (“baldear las recámaras de la memoria”, como lo plantea
la periodista española Carmen Rigalt. Ya lo decía el psicólogo conductista
Burrhus Frederik Skinner, que la educación es lo que sobrevive cuando se
olvida lo que se ha aprendido.
Sólo hasta que se le dé un sentido autocrítico y programático y no trágico a
nuestra vida, seamos capaces de conocernos a nosotros mismos, descubrir
nuestra individualidad, crecer como personas y ciudadanos y tener la libertad
de dirigirnos a nosotros mismos y a los otros, podremos decir que realmente
hemos sido educados.
El saber humaniza y dignifica, es la esencia de las libertades. La educación
ciudadana se convierte en la posibilidad pedagógica de lograr que un
individuo comprenda (“sepa”) que la madurez que se adquiere en la vida
interactiva, social, por conflictiva que sea, se debe traducir en actos que
valoren la tolerancia y el respeto por el otro.
Nada que valga la pena se puede enseñar. Se olvida pronto lo que se ha
aprendido, no se olvida nunca lo que se ha descubierto. Una vez que salimos
de la escuela, sólo lo que hagamos por nosotros mismos le dará calidad a
nuestra vida. Ella nos ha enseñado que la educación es un descubrimiento
progresivo de nuestra propia ignorancia.
Una renovada y liberadora pedagogía, crítica, creativa, basada en el servicio,
el liderazgo y la solidaridad, deben ser la esencialidad teleológica de una
educación humanista, asuntiva y comprometida que potencialice nuestra
inteligencia emocional y energía vital hastiada de violencia, ávida de verdad
y sedienta de libertad.
190

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Los agentes educativos trabajan con acciones que parecieran ser inconscientes,
pero que van en pos de una expresión crítica, creativa y libre que ausculta y
reconoce en el mundo de los sentimientos y las emociones el propio cuerpo,
el ser y el quehacer y establece un contacto cálido, sentido y esencial con el
mundo de la otredad.
Uno de los ingredientes más perversos de la miseria y la desigualdad social
es la ignorancia. La Educación se constituye, hoy por hoy, en el instrumento
de movilidad y cambio social por excelencia que asegura altos índices de
desarrollo humano los cuales determinan el crecimiento económico y la
competitividad de un país.
Culpamos al maestro de las desatinadas, improvisadas y errátiles políticas
educativas de los gobiernos de turno. El autoritarismo está lleno de certezas
y nuestro sistema educativo está diseñado sobre criterios de certeza de y
predecibilidad donde una lógica malsana y anacrónica se antepone a la
innovación crítica y creativa.
Un sistema educativo humanista busca “humanizar”, socializar en los
individuos principios y valores, reivindicar sus aptitudes creativas e
innovadoras, potenciar en ellos sus actitudes e idearios personales y colectivos,
convertir su quehacer cotidiano en un instrumento para el aprendizaje, el
contacto y la interacción social.
La formación de una conciencia autocrítica que permita interpretar y
transformar el mundo debe ser el horizonte de sentido de la educación.
“El aprendizaje ha liberado a más seres humanos que todas las guerras de
la historia” afirmaba Carl Rowan, un célebre periodista norteamericano,
estudioso de la Guerra de Vietnam.
El alma máter no se escapa del tsunami de la banalidad que azota el mundo
de lo educativo. Muchos añoran ser docentes de una universidad para
transmitir a una masa informe de estudiantes ignorantes y despistados, esas
verdades pletóricas de estulticia y vaciedad que algún día aprendieron de sus
mediocres maestros.
Contribuir a la construcción de condiciones de igualdad de oportunidades
y justicia social, es una forma de coadyuvar a democratizar nuestra ciudad-
191

Las voces de la Otredad
región. Educar y educar esa es la clave para poner a nuestras comunidades
en la ruta de un verdadero desarrollo sostenible a través del cual se logre una
verdadera paz.
Una educación ciudadana verdaderamente humanizada debe tener como
principio fundamental el desarrollo de la dignidad, el respeto, la afectividad,
la autoestima y la integridad personal, aspectos esenciales para la salud
emocional y psicosocial de todos los agentes que forman parte de una
comunidad educativa.
Las sociedades más evolucionadas, desarrolladas y precedidas de una
democracia actuante y profundamente participativa, corresponden a
modelos sociopolíticos en donde prevalece una educación con altos índices
de calidad, signada por criterios “glocales” y justicialistas, sin exclusivismos
ni favoritismos.
Cierta vez preguntaba el escritor francés Alejandro Dumas ¿cómo es que
siendo tan inteligentes los niños, son tan estúpidos la mayor parte de los
hombres? “Eso debe de ser fruto de la educación”, concluía. Advertencia de
un docente a un joven estudiante: “si no te portas bien le diré a tus padres
que tienes talento”.
Compartimos el argumento de Ricardo Díaz Hochleitner (“Los desafíos de
la educación ante el siglo XXI”): la eficacia y calidad de cualquier proceso
formativo depende, en muy alto grado, de la formación académica, didáctica
y pedagógica de los docentes, además de sus valores éticos y morales.
Una educación éticamente pobre hace que nuestra sociedad gire en torno a
la mediocridad, la incertidumbre y la ruindad. Tampoco prioriza ni enfatiza
en el cultivo funcional de la subjetividad. Además de aprender a saber, a
hacer y a emprender, debe estimularse el aprender a ser y a convivir.
Fernando Savater (“El valor de educar”) afirmaba que un buen maestro es el
que enseña a sus alumnos a prescindir de él. El reto de la educación en el
Tercer Milenio es potenciar y reconocer la riqueza de lo diverso y conceder
la importancia debida a lo universal y lo planetario”.
Para hacer que la educación sea una práctica creativa y libertaria es bueno
que el otro crea y sienta que puede descubrir y no solo reducir su papel al
192

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
de un simple estudiante en un salón de clases que puede realizar sólo cuatro
operaciones: sentarse, oír, memorizar y repetir.
Una educación de muy baja calidad y oportunidad incide en un débil criterio
acerca de la cultura de solidaridad y la participación comunitaria y en unas
deprimentes realidades socioculturales y políticas que en la actualidad
afectan a diferentes grupos sociales.
Ningún cambio de conciencia ocurrirá si seguimos promoviendo una
educación conservadora. Tenemos que comenzar ese largo proceso de
desaprendizaje que nos conducirá a encontrar un horizonte de sentido
matizado con otros criterios de verdad.
El pedagogo debe ser un terapeuta dialógico, cuestionador, asuntivo, predictivo
y preventivo que acompaña a sus pupilos en su proceso crítico y creativo
de autodescubrimiento. “therapeia” significa servicio, acompañamiento,
asistencia.
Esta es la única complicidad que aceptamos: aquella que conspira desde
nuestras aulas ciudadanas contra el desengaño, la injusticia, la opresión y la
adversidad.
Debemos dejar de creer que se acabaron las preguntas y que ya tenemos
todas las respuestas. Llegó la hora de un verdadero cambio educativo.
Soy como una bandera rodeada de lejanías. / Siento venir los vientos, y he de
vivirlos, / mientras las cosas siguen sin moverse abajo: / las puertas aún cierran
suavemente, hay calma en las hogueras / las ventanas no tiemblan, el polvo aún
pesa. / Pero yo sé que vienen las tormentas, me encrespo como el mar / y me
extiendo y sumerjo en mí mismo / y me arrojo y estoy del todo solo / en la gran
tempestad”.
Rainer María Rilke, escritor checo. “Presentimiento”.
193

Las voces de la Otredad
D. CONSIDERACIONES EN TORNO
A LA CALIDAD DE NUESTRA EDUCACIÓN
Una educación con calidad convierte nuestra praxis en una estrategia
educativa transdisciplinaria; parte de la interpretación personal y colectiva
de hechos, actos o situaciones; propone, desarrolla y evalúa intervenciones
orientadas a transformar la realidad; mejora el desempeño de sus agentes
educativos y contribuye a su desarrollo integral, contextual y complejo.
Una educación con calidad no le rinde un culto desmedido al dato. Se
preocupa, ante todo, por el proceso de apropiación, gestión, transformación,
sistematización y uso de la información. La información se convierte así, en
un contexto sociocultural e histórico concreto, en factor de conocimiento y
aprendizaje a través de la acción y la comunicación.
Un proceso de investigación – acción – participación (investigium:
huella), debe fundamentarse en la búsqueda de huellas significativas que
le den vitalidad, presencialidad y autenticidad a nuestras actuaciones etopedagógicas
su escenario histórico-social, político y cultural por antonomasia
como lo es nuestra comunidad educativa.
Una educación con calidad nos conecta con la “aldea glocal”, esa a quien
llamó Peter Drucker en 1969, “Sociedad del Conocimiento”. Una educación
con calidad dota a la escuela de un sentido interactivo, textual y contextual.
Una educación con calidad le da una visión histórica, integral, relativizada
y muy nuestra al mundo en donde vivimos.
Nuestras comunidades educativas se precian de tener altos estándares
de calidad, lidera sinergias además de ser proactiva y empoderadora. En
escenarios espacio - temporales como éstos, escuchamos las palabras
perennes de Paulo Freire: “Nadie educa a nadie, nadie se educa solo, todos
nos educamos entre sí”.
Una educación con calidad incorpora una mixtura de señales, códigos,
canales y símbolos; los va situando en un mundo poli-dimensional; establece
entre las cosas y la gente relaciones de proximidad y sentido y resignifica la
realidad que constantemente interpela a la escuela y a sus agentes educativos.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Una educación con calidad fomenta aptitudes efectivas y actitudes
afectivas, decididas y comprometidas hacia el aprendizaje personalizado y
organizacional, a través de la gestión del conocimiento, la gerencia estratégica
del capital humano y los procesos de mejoramiento continuo.
La educación se constituye, hoy por hoy, en un instrumento de movilidad y
cambio social que asegura y determina el desarrollo de una comunidad, su
crecimiento económico, su desarrollo sostenible, su capacidad competitiva y
los más altos indicadores de eficiencia y eficacia.
Coadyuvamos en la construcción de un modelo socio-ambiental más
democrático, con mayor igualdad de oportunidades y justicia social. Sabemos
que la educación es la clave. Educar con buena calidad es poner a nuestras
instituciones en la ruta del verdadero desarrollo sostenible.
Una educación con calidad convierte al estudiante en el arquitecto de su
propio conocimiento, en autor y actor de su drama existencial a partir de
la acción reflexiva y valórica. Aquí los nuevos conocimientos contribuyen a
transformar lo ya conocido y que hoy no puede ser posible.
Construimos desde nuestra cotidianidad académica y formativa, nuevas
realidades institucionales y comunitarias de cara a un mundo nuevo, más
globalizado y aperturista, más humano y solidario, más consciente y
responsable, más justo, equitativo y comprometido.
Por calidad educativa entendemos la relación integral y coherente entre
todos los componentes y factores de un sistema educativo que satisface los
intereses, necesidades y expectativas de los miembros de una comunidad
educativa como la nuestra.
Propugnamos por una educación de alta calidad que incida en el
fortalecimiento de una cultura de la solidaridad y la participación comunitaria
y en la transformación de las deprimentes realidades socioculturales y
políticas que nos afectan.
Fomentamos una actitud más agresiva hacia el aprendizaje organizacional
a través de la gestión del conocimiento, la gerencia estratégica del capital
humano el liderazgo asuntivo y transformacional y los procesos de
mejoramiento continuo.
195

Las voces de la Otredad
Una renovada y liberadora pedagogía, crítica, creativa, asertiva y resiliente,
basada en el servicio, el liderazgo, la reconciliación y la paz, debe ser la
esencialidad teleológica de una educación humanista, asuntiva, responsable
y comprometida.
Es en la escuela y desde ella donde desarrollamos un conocimiento
praxiológico, holístico, situacional, estratégico y transformacional para
enfrentarnos, de una vez por todas, a una realidad vertiginosamente
cambiante como es la nuestra.
Una educación de alta calidad se fundamenta en una cultura asuntiva de
la solidaridad y la participación comunitaria con el fin de transformar las
deprimentes realidades socioculturales y políticas que en la actualidad nos
agobian e interpelan.
Nadie puede enfrentar con más eficiencia, eficacia y oportunidad un
problema institucional que nosotros. Somos nosotros los que estamos directa
y cotidianamente inmersos y comprometidos en / con nuestra realidad
comunitaria.
La eficacia y calidad de cualquier proceso formativo e institucional depende,
en muy alto grado, de la formación científica, didáctica y pedagógica de sus
agentes educativos además de sus principios y valores éticos y morales.
Queremos vivir en una comunidad educativa donde se combinen varios
tipos de liderazgo: estratégico, situacional, asuntivo y transformacional y, a
su vez, se administre y se evalúe por consensos, sinergias y resultados.
En materia de educación, debemos dejar de creer que se acabaron las
preguntas y que ya tenemos todas las respuestas. Es importante reclamarle
al Estado y la sociedad civil, desde la escuela, que asuman sus compromisos.
Evaluamos integral, permanente y comprensivamente los resultados que
hemos logrado, las experiencias y las medidas que hemos adoptado para
reinventar y transformar nuestra realidad educativa y comunitaria.
Debemos hacer una evaluación comprensiva, integral, permanente y muy
humana de los resultados académicos y formativos que hemos logrado y las
medidas que hemos adoptado para reinventar nuestra realidad educativa.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Nuestra apuesta de futuro, educativa y cultural, institucional y comunitaria,
académica y pedagógica, es, ante todo, una propuesta de vida, convivencia,
cultura ciudadana y compromiso histórico, ético, y social.
Con nuestra práctica reflexiva, actuante, crítica, propositiva, predictiva y
participativa anticipamos los tiempos, apreciamos las palabras y los días,
amamos los seres y la cosas y valoramos cada instante de nuestra vida.
Una educación con calidad parte de varias premisas fundamentales: el saber
humaniza y dignifica… El saber es la esencia de la libertad y la felicidad…
El saber es fundamento de los principios y valores.
Pensamos en nuestro desarrollo institucional y comunitario como una acción
decidida, proactiva y concertada para la educabilidad, la enseñabilidad, la
solidaridad, el emprendimiento y la competitividad.
Creamos un ambiente interactivo, sinérgico y proactivo para construir
nuevas realidades institucionales y comunitarias de cara a un mundo nuevo,
más globalizado, aperturista y más comprometido.
Debemos creer en nuestros retos y posibilidades… Las palabras alimentan
la insaciable utopía de los días… La utopía pedagógica consiste en hacer
realidad nuestros imaginarios educativos.
Una hoja de ruta para el mejoramiento de la calidad de nuestra educación,
debe fundamentarse en tres principios básicos: Ser para dialogar… Saber
para crear… Tener para innovar y compartir.
Construimos desde nuestra institucionalidad un territorio de paz y un
escenario cultural para la convivencia, todo ello a través del respeto por los
principios, valores, derechos y deberes ciudadanos.
Una educación con calidad resocializa a los individuos, reivindica sus
aptitudes creativas e innovadoras, los humaniza y potencializa en ellos sus
fines, valores y principios como personas.
Una educación con calidad y pertinencia es la clave para poner una
comunidad educativa como la nuestra en la ruta del progreso, el bienestar y
el desarrollo humano sostenible y duradero.
197

Las voces de la Otredad
Creamos un ambiente interactivo, sinérgico y proactivo para construir nuevas
realidades institucionales y comunitarias de cara a un mundo globalizado y
aperturista.
Desarrollamos un conocimiento praxiológico, holístico, situacional y
estratégico para enfrentarnos a una realidad compleja y vertiginosamente
cambiante como es la nuestra.
En nuestra Institución Educativa no enseñamos verdades, forjamos criterios
y hacemos ejercicios para descubrirlas, conquistarlas, colonizarlas e
independizarnos de ellas.
Nuestra propuesta institucional y organizacional descansa sobre cinco
componentes fundamentales: naturaleza, sociedad, cultura, educación y
vida.
Debemos promover e incentivar el diálogo de los saberes: pedagógico,
académico, inter-multi-cultural e inter-generacional.
Nuestra apuesta personal y colectiva es por la entronización de una nueva
cultura de la gestión educativa.
“Una educación de calidad es la base de las sociedades dinámicas y equitativas”.
Desmond Tutu, activista sudafricano que lucho contra el apartheid.
“La educación es el arma más poderosa que puede utilizar para cambiar el mundo”.
Nelson Mandela. Líder pacifista sudafricano.
“Un pueblo educado tiene las mejores opciones de vida y es muy difícil que lo
engañen los corruptos y los mentirosos”.
José Mujica, expresidente de Uruguay.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
E. EDUCACIÓN, CULTURA Y VIDA
PROBLEMÁTICA CURRICULAR
Acompañamos de manera crítica y propositiva uno de los más grandes desafíos
de nuestra historia educativa: el rediseño de un modelo curricular que oriente el
verdadero desarrollo de los Proyectos Educativos Institucionales.
Definimos el currículo como un intento asuntivo y colectivo de búsqueda
de elementos conceptuales, contextuales y metodológicos sobre desarrollo
humano y social, pedagogía, enseñanza, política y cultura que sirvan a
una comunidad educativa para orientar su camino, evaluar y resignificar
de manera permanente su proyecto de vida educativo y comunitario, sus
posibilidades de autodeterminación y su compromiso histórico con el cambio
personal y colectivo que exigen los nuevos tiempos.
Es un plan de viaje de una comunidad educativa, condensada en una bitácora
pedagógica, el cual le permite visualizar y sistematizar sus oportunidades de
aprendizaje, las experiencias resultantes de su rumbo y andar en pos de lograr
unos objetivos y alcanzar unas metas institucionales definidas. Es el diseño
de una estructura que integra ambientes educativos (áreas del conocimiento)
y campos formativos (niveles) a través de un plan de estudios que operativiza
la distribución espacio-temporal de unos conocimientos y conjuga el mundo
de lo conceptual-formativo con el de lo práctico-informativo. Sencillamente,
currículo es el recorrido que un individuo realiza a lo largo del sistema
educativo.
La educación como parte integral de un sistema productivo y socio-político,
se debate en una situación de crisis, de decadencia, de obsolescencia e
irresolución al relacionarla e implicarla en los problemas ontológicos y
axiológicos, al igual que en el dramático cuadro óntico de necesidades y
problemas reales que viven nuestras comunidades locales. Hoy día, no existen
proyectos políticos que, desde la perspectiva educativa y cultural, impulsen
una dinámica curricular que transforme la anacrónica realidad escolar.
Muchas acciones curriculares se adelantan polarizadamente, de una manera
compartimentada, aisladas de un marco filosófico y político-cultural
199

Las voces de la Otredad
institucional que perfile y defina el tipo de hombre y mujer que se quiere
formar, la sociedad que se desea lograr, la identidad cultural que se aspira
consolidar o recuperar, las normas éticas y jurídicas que deben regular la
conducta de los ciudadanos y las metas por las cuales hay que trabajar.
No existe una continuidad de propósitos en ese iter gnosis-axios que debe
ser la educación; se avanza por pálpitos (intuiciones, corazonadas), por
impulsos desordenados que tienen una vida fugaz, efímera, condicionada por
la duración de las administraciones políticas de turno que ven en cualquier
propuesta educativa e innovadora, la oportunidad de esquilmar el erario y
satisfacer sus pícaros intereses clientelistas.
Muchas veces, términos como el consenso, la participación, la
representatividad, la comunitariedad, la formación holística, integral, sirven
como subterfugio para ocultar el carácter reproductor de una sociedad
desigual, individualista y desintegradora que desde el currículo impone los
códigos culturales de un sistema social y educativo excluyente y discriminador.
Existe una influencia muy marcada de la tecnología educativa (básicamente
a través del diseño instruccional). Aquí se concibe una acción curricular
tendiente únicamente a la formulación de objetivos, selección de contenidos,
definición de actividades tanto de alumnos como de profesores, formulación
rígida y finalista de la evaluación. Esto es el resultado de la denominada
“Taylorización del proceso curricular”.
Se evidencia y se acepta sin mayor reparo, la existencia de una odiosa
clasificación selectiva y una diferencia abismal entre los que producen,
transmiten, adquieren y consumen valores educativos y culturales. El
docente es visto como apéndice de un proceso curricular que lo excluye y
lo plusvaliza, un operario del conocimiento y no un hacedor autónomo,
imbuido de criticidad, innovación y creatividad, un elemento activo por sí
y para sí en, desde y dentro del acto y el proceso cognitivo-volitivo que es la
educación.
Se ha considerado el currículo como algo ya definido, predeterminado,
un recetario de contenidos que solamente se mueve en la racionalidad de
la ejecución, en lo operativo, en lo mecánico. Todavía existe la tendencia
que le atribuye un carácter algorítmico, cuantificante, empírico y acrítico,
reafirmando patrones de alienación y de imposición cultural.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Prevalece en el sistema educativo una cultura academicista, coleccionista,
taxidermista, enciclopédica y erudicionista, atomizada a través de asignaturas
o micropoderes que impiden cualquier pretensión de formación integral.
Todo lo que tenga que ver con una cultura útil, integral, comunitaria,
cotidiana, socializante, posee poca y casi nula importancia.
Al privilegiar la cultura disciplinaria como el dispositivo por excelencia a
transmitir, se excluyen otras formas del saber arrojando como resultado
una educación descontextualizada y autoritaria que reafirma el proceso de
fraccionamiento de la realidad y por ende, del conocimiento que, sumiso y
reverente, se efectiviza a través de una educabilidad y una enseñabilidad que
enajenan y anomizan.
Los proyectos educativos y culturales son propuestas cerradas, con límites
y fronteras definidas, selectivas y discriminatorias que ponen de manifiesto
mecanismos de acomodación, domesticación, alienación, rutinización,
ausencia de innovación y actitud de cambio. El proceso pedagógico se
sustenta sobre la autoridad incuestionable del maestro, sacerdote que entona
los cantos adormecedores de la liturgia pedagógica medieval.
Las expectativas y los derechos de los “educandos” son ignorados porque se
maneja un concepto genérico y homologador de “estudiante” y “alumno”
(“ser sin luz propia”) que impide tener algún conocimiento específico,
identitario o distintivo del mismo. Los estudiantes “todos” son iguales.
Se evidencia una fuerte y excluyente enmarcación en la relación docenteestudiante:
los roles están definidos y las relaciones se mueven dentro de un
contexto donde el maestro tiene el máximo de control y poder. La verticalidad
en la relación profesor-alumno es la que prevalece significativamente.
Por lo general, la acción metodológica y pseudo-pedagógica, descansa
excesivamente en la exposición oral tradicional; se evidencia un énfasis
marcado en la enseñanza dejando a un lado la problemática inherente del
aprendizaje. La inter y/o transdiciplinariedad son ideales por conseguir
que no se ven favorecidos en nada por ciertas prácticas que enrarecen el
microclima organizacional que se vive en el aula y en la institución educativa.
Cuando se legitima la dispersión y el trabajo desintegrado, se debilita la
intención de constituir verdaderas y auténticas comunidades académicas. El
verdadero trabajo en grupo que se desarrolla en un ambiente divergente y
201

Las voces de la Otredad
liberalizante, en síntesis, no es la característica esencial de la labor pedagógica.
Se pretende desconocer la profesionalidad y solvencia académica del
personal docente lo que es injusto e irreal. La actual estructura curricular
hegemónica propicia un desempeño aislado y fraccionado. El individualismo
y la competencia personal son fomentados y perpetuados por estructuras
curriculares rígidas y jerarquizadas. No existen ejes de integración y
articulación; la acción docente se mueve en ambientes finamente delineados
y diagonalizados por la concurrencia de perspectivados micropoderes. La
investigación no es un elemento central de la dinámica curricular en nuestro
sistema educativo, colocando en una posición cuestionable las alusiones a la
calidad y la excelencia del proceso mismo.
A veces, con mucha diligencia, se hace un énfasis institucional en procesos
curriculares interesantes y novedosos, pero cuando se llega al último grado,
la institución no puede seguir con ese trabajo formativo integral, sino que
tiene que preparar al estudiante en el atiborramiento de una información
memorística, ensayarlo en responder pruebas cerradas y mal llamadas
“objetivas”, pagar altos costos por organizar cursos de entrenamiento para
las pruebas de Estado y para acceder al mundo deontológico, “serio” y
verdadero de una “Educación Superior” donde los jóvenes ya no saldrán
bachilleres del colegio, sino del Icfes que reniega de manera irresponsable
de los atavismos didácticos y pedagógicos y de las prácticas inveteradas de
la vieja escuela.
La evaluación como proceso inherente a todo desarrollo educativo, ha sido
marginado de nuestro proceso curricular por influencia -entre otras causas- de
la heteronomía existente dentro y fuera del aula (la fuerza de la normatividad).
La evaluación se ha caracterizado por ser un proceso intermitente, por saltos,
por intuiciones, que propician un ambiente favorable a la improvisación y al
eventualismo. La cultura evaluativa no ha podido ser introyectada como un
fenómeno necesario y connatural al quehacer académico.
Se considera que se debe avaluar porque “algo anda mal”. El carácter punitivo
que acompaña al proceso evaluativo, no ha permitido entender la incidencia
e importancia del mismo. El aprendizaje se restringe a la memorización
acrítica de informaciones y al entrenamiento en prácticas congeladas, en
recetas que parecen no tener ninguna relación con su origen teórico (si es
que la tuvieran), sino que parecen haber sido creadas por individuos que
202

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
nacieron genéticamente programados para tal cometido, como lo dejan
entrever ciertos postulados constructivistas.
Hay una separación entre el marco conceptual, a nivel de fines y objetivos
de la educación y el marco operacional por falta de un aspecto significativo
(hilos conductores) que enlace y establezca criterios coherentes que permitan
su traducción a planes de estudio y su ulterior implementación en la misma
aula de clase. Muchos autores plantean innovaciones a través de críticas a los
sistemas educativos; sin embargo, no se sabe cómo introducir modificaciones
y en dónde introducirlas.
Se habla de factores, fundamentos y aspectos determinantes que encauzan
el diseño curricular en sus diferentes etapas, pero no se establecen criterios
para su análisis. Generalmente el nivel hacia el cual se orienta un diseño
curricular genera una conceptualización errátil y diferente.
Se encuentran y se dan excelentes dictadores de clases, excelsos catedráticos
“magistrales”, buenos expositores, comunicadores impecables, exponentes
del viejo dualismo emisor-receptor, pero no pedagogos, es decir, formadores
de una estructura de conciencia moderna y científica, civilista y democrática,
divulgadores de un movimiento insurgente que levanta el estandarte del
desaprendizaje y la iconoclastia.
La formación ética, la disciplina de trabajo, la seriedad, el compromiso, la
capacidad de argumentación y de debate, La capacidad crítica y creativa,
la lectura comprensiva, la apreciación artística, son metas que difícilmente
se logran en los procesos curriculares que actualmente se adelantan en las
instituciones educativas. Hay un currículo ideal, un currículo prescrito y
otro proscrito. Los programas se convierten en una parte determinante del
currículo.
Es cuando se comienza a distinguir entre el programa que aparece en la
propuesta del Ministerio (el ideal, el real, el verdadero), y el que aparece en
el programa y en la parcelación del maestro (el irreal, fementido y falso),
desglosado en forma tripartita: un programa como en realidad se enseña en
las clases, otro como en realidad lo aprenden los estudiantes y el otro como
aparece en las evaluaciones. Faltaría hablar del otro: el proscrito que forma
parte de la utopía solitaria y pedagógica del maestro disidente.
203

Las voces de la Otredad
La calidad de vida se piensa como un ambiente natural, ecológicamente
limpio y placentero, a veces demasiado higiénico, un ambiente social
“seguro”, participativo y democrático para luego colocar allí todos los
ideales utópicos de una vida placentera, buena y feliz.
Pero algo curioso ocurre cuando maestros y estudiantes, atrapados en una red
de farsa y de disimulo, se ven obligados a representar en el escenario escolar
la tragicomedia expresada en sus estoicos libretos, en esos manuales donde
se condensan sus cartilludos imperativos categóricos: los maestros trabajan
“enseñando” y los alumnos “aprenden” y se preparan para “ser alguien”
en la vida, a través de una existencia llena de sacrificios y de picardías para
trampiar su destinoinexorable a través de la ley del atajo y donde se hace
realidad el ideal decadente e hipócrita de la agónica filosofía griega: “abstine
et sustine” (“abstente y soporta”).
PROSPECTIVA CURRICULAR
La palabra “currículo” se desvirtuó por el abuso de diseñadores de planes de
estudio, técnicos y profesionales ajenos al mundo intra-disciplinar educativo
y por algunos estudiosos del análisis experimental de la conducta. La
conceptualización sobre el currículo ha dependido de quién trate de definirlo
ya sea profesor, técnico en educación, directivo, ejecutivo, usuario del servicio;
del papel que juegue el sistema educativo en la realidad sociopolítica; del rol
de la institución educativa en el concierto local o regional; del concepto de
educación y del modelo educativo que se maneje.
Cuando se habla de currículo o reforma curricular, se hacen listados de
cambios comportamentales (qué se debe saber, qué se debe hacer), una letanía
de funciones que deben asumir educadores y educandos. Seguidamente se
acude al “Plan de Estudios”, esa estructura rígida de programas, asignaturas,
niveles, grados; todo esto se condimenta con un cartapacio de conductas y
destrezas (competencias) sobre lo mínimo o lo básico que un alumno debe
saber o hacer.
204

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Todo lo anterior se deja descansar sobre unos principios y fines que se
incorporan rotulando toda la estructura escolar y su andamiaje administrativo.
Los documentos curriculares que expresan los contenidos temáticos y las
metodologías de enseñanza orientadores de las propuestas pedagógicas,
se encuentran impregnados de concepciones anacrónicas que no permiten
acompañar los procesos de cambio que constantemente se presentan y se
exigen en y desde la sociedad.
Aún se cree que el compendio de programas detallados con sus respectivos
objetivos específicos, sus actividades planificadas, su selección mediática y
sus indicadores de logros y evaluación es el currículo. Ya lo dijimos: en la
escuela confluyen en forma separada, distante y compartimental, diferentes
tipos de prácticas que supuestamente llaman “currículo”: el currículo ideal,
el prescrito, el practicado, el aprehendido por el estudiante y el currículo
evaluado. El currículo ideal, cúmulo de utopías de la institución educativa
(el currículo no se idealiza)…
El currículo prescrito en documentos oficiales, códigos legislativos, manuales
de funciones y reglamentos explícitos (el currículo no se reglamenta); el
currículo enseñado que algunos llaman currículo practicado (el currículo
no se enseña); el currículo aprehendido donde está la parte formativa (el
currículo no se aprende); el currículo evaluado, cuantificado, expresado
a través de mecanismos de medición (el currículo no se cuantifica)…
Simplemente el currículo es la expresión holística de la vida institucional,
más allá de los determinismos academicistas y positivistas.
La educación que se imparte en la escuela, indefectiblemente tendrá que
ver con la erradicación de la pobreza, la desigualdad, la injusticia, la
insolidaridad, la discriminación y la exclusión. Los objetivos fundamentales
de la educación son políticos y éticos y no simplemente técnicos. La
educación no se restringe al aula escolar; su desarrollo se da en el mundo de
la vida comunitaria (hoy ya no hablamos de Proyecto Educativo Institucional
sino de Proyecto Educativo Comunitario .
Es así como se afirma que educación expresada en un modelo curricular, es
política. Lawrence Kohlberg, el estudioso de la autonomía y el desarrollo
moral, demostró que la inteligencia y el juicio moral, entre otros, elementos
condicionantes y/o determinantes del aprendizaje, se desarrollan más
205

Las voces de la Otredad
aceleradamente allí donde se encuentran mundos diferentes y donde hay
convivencia y confrontación de credos, hábitos, costumbres, formas de
vida. Todo esto hace que cada quien amplíe el mundo estrecho de su propia
individualidad al incorporar el discurso ajeno (“Es la desconcentración lo
que obliga la inclusión del otro”).
Un documento curricular se desenvuelve en una dimensión ético-social. Allí
se encuentran expresadas significaciones sociales y éticas que son producto
de procesos y prácticas por los cuales atraviesa una sociedad y por ende,
la misma escuela. Hay una distancia relativa entre los documentos en los
que se consigna el diseño curricular y lo que pasa en la realidad de cada
institución educativa, de cada práctica pedagógica, distancia que es producto
del carácter dinámico de los procesos educativos y de la plataforma sociopolítica
e ideológica sobre la que está construido cada centro escolar como
unidad espacio-temporal.
Esta plataforma que se halla inserta en unas relaciones sociales de producción
determinadas, mediada por la cultura y por unas formas de conciencia
social que la condicionan y la regulan. El currículo es una expresión, una
manifestación formal de la voluntad educativa de una determinada sociedad.
Es mucho más que una simple formulación de contenidos temáticos
expresados en un plan de estudios. En él se manifiestan las finalidades y
funciones sociales propias de la educación. El diseño e implementación
de un currículo, se constituyen en una clara manifestación social de una
política educativa en cuyo marco teórico y ámbito de acción, convergen, se
corporizan y se viabilizan las finalidades educativas que se proponen.
Toda transformación educativa pasa necesariamente por replantear y
transformar el currículo, el cual, a su vez, debe expresar los cambios que se
generan en la sociedad. Los avances curriculares propios de una realidad
sociocultural cambiante y dinámica, se ven reflejados en sus propios diseños
que sistematizan y señalan los avances significativos e innovadores de las
prácticas pedagógicas y académicas institucionales locales y regionales.
Una (re) definición de una propuesta de enseñanza-aprendizaje, implica
repensar y poner en consideración desde una perspectiva con - disensual
y con - divergente, cómo se cumplirán los objetivos y las metas didácticopedagógicas
y cómo variarán los métodos de enseñanza y aprendizaje; cómo
206

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
se (de-re) construyen los contenidos temáticos y las intensidades asignaturales;
cómo se (re) estructura la organización institucional y su correspondiente
gobierno escolar; cómo se concibe y se viabiliza la formación y capacitación
de los docentes y discentes en torno a la implementación y la reelaboración
permanente del Proyecto Educativo Institucional, etc.
El currículo se inserta en los procesos institucionales articulando en sus
propias dinámicas praxiológicas, el mundo teórico-normativo y la realidad
(intra) interinstitucional propiamente dicha. Una propuesta curricular, desde
esta perspectiva, deja de ser vista como un producto estático que define un
momento pedagógico determinado y pasa a ser vista como una ecuación
dialéctica que resuelve la contradicción entre los supuestos y los postulados
de los diseños curriculares y las demandas, restricciones y necesidades que
surgen de las prácticas institucionales.
Se debe redefinir el currículo como un elemento determinante en los
procesos de transformación educativa. Al expresar los lineamientos básicos
sobre los que se sustenta su propuesta pedagógica, dicha explicitación tiene
que ser necesariamente clara, flexible, dinámica y abierta para dar cabida a
los procesos permanentes de innovación pedagógica o de adecuación de la
práctica curricular a las distintas realidades locales y regionales caracterizadas
por su heterogeneidad social y su diversidad cultural.
Es urgente y pertinente la creación de ámbitos tecno-políticos integrados por
representantes de los diferentes sectores que conforman el sistema educativo
a fin de discutir acerca de los ejes fundantes de sus lineamientos básicos.
En estos ámbitos, la participación protagónica de los agentes del sistema
educativo en la construcción de una propuesta curricular, se constituye
necesaria, determinante y sólo factible en la medida en que su proceso de
desarrollo y consolidación, sea abierto y consensuado como para posibilitar
un proceso de construcción permanente y participativo.
Se requiere del análisis y revisión sobre las características de los documentos,
los lineamientos político-pedagógicos y las prácticas curriculares vigentes.
Aquí ya no se habla solamente de simples revisiones y evaluaciones críticas,
sino de una serie de actividades reivindicativas y convalidoras de prácticas
experenciales y vivenciales de las comunidades educativas que recogen sus
inquietudes, sus necesidades y sus imaginarios personales y colectivos. Ya lo
207

Las voces de la Otredad
decía Ricardo Díaz Hochleitner, académico de la UNESCO (“Los desafíos
educativos del siglo XXI”), que nuestra educación es una variable decisiva
en toda ecuación de cambio y desarrollo humanos.
Los cuatro aprendizajes, pilares del Informe dado a la UNESCO por
Jacques Delors, expresidente de la Comisión Europea (1985-1995), en
1996: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir con los
demás y aprender a ser… elementos que deben formar parte auténtica y no
declarativa del quehacer curricular que recoge las verdaderas rutinas de la
escuela. El psicólogo estadounidense Jerome Bruner (“La educación, puerta
a la cultura”) plantea que saber algo o aprender, son acciones situadas y
distribuidas socioculturalmente.
Los niños que realizan complicadas operaciones aritméticas vendiendo dulces
en la calle, curiosamente, obtienen notas desaprobatorias (“se rajan”) en los
exámenes más simples de la escuela. Se muestra así, ese desajuste existente
entre el aprendizaje y el contexto significativo. Los esposos Ann Brown y
Joseph Campione, pioneros de la teoría sobre los procesos metacognitivos,
plantean que los colegios son comunidades de aprendizaje en las que hay
procedimientos, modelos, canales de retroalimentación y otras cosas por el
estilo que determinan cómo, qué, cuánto y de qué manera se aprende. Lo que
hace que el niño aprenda es su participación en lo que algunos denominan
“una geografía cultural” determinada.
La persona propiamente dicha debe concebirse según David Perkins,
investigador de la Universidad de Harvard, no como un núcleo puro y
de permanente individuación, sino como la sumatoria, un enjambre de
participaciones. Las bellas metáforas platónicas al ilustrarnos cómo el saber
proviene del interior del ser humano y cómo aprendemos a través de una
serie de interrelaciones que establecemos con nosotros mismos, nos plantea
cómo el saber está allí en nosotros y es causa eficiente y final en nuestras
investigaciones.
El saber depende, en su aprendizaje, de lo vivido. Aprender, entonces, desde
esta perspectiva, es un recordar, un volver a poner en escena un saber que
antes, a pesar a estar allí, no habíamos logrado hacer nuestro. La lectoescritura
entra a reforzar y a facilitar la expresión de ese saber y nos ayuda a
recordar lo que ya sabemos. Los conocimientos por sí mismos son vacíos y
pueden tener una simple utilidad instrumental.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
Antes que la palabra fue el silencio y es del silencio de donde emergen las
palabras con sentido. Sin él, lo que oímos son ruidos de fondo que nos
impiden atender nuestra voz interior. Es necesario ejercitar el arte del silencio
para practicar el arte de escuchar, el cual que nos permitirá reconocernos y
cuidarnos.
Como un lago interior en calma, a si está nuestra mente que se prepara para
escuchar y permitir así que nuestras emociones naveguen por sus aguas.
Incluso las emociones más desagradables ofrecen informaciones valiosas
que si son escuchadas y asimiladas pueden ayudar a vivir mejor.
Nuestra conciencia, de cara a los avatares de la vida cotidiana, nos advierte
de crisis y rupturas y nos muestra la posibilidad de trascender. Es así, como
a través del autoconocimiento, convertimos el entorno en espejo y el destino
en un sabio terapeuta.
Sólo quien comprende desde la sensibilidad puede abrazar, recibir y acoger
sin juicios favoreciendo una relación cálida y franca. En las grandes crisis el
corazón se rompe o se curte, asentía Honorato de Balzac. Nosotros decimos
que también se fortalece.
La propensión a engañarnos es inmensamente más grande que la posibilidad
de embaucar a otros. Al encubrir la verdad, la mentira se encona como un
absceso y acaba convirtiéndose en una peligrosa llaga que no sana.
No debemos allí donde reina la hipocresía, ni siquiera para averiguar lo
bueno que puede haber en ese lugar. Debemos desechar todo lo que ha sido
contaminado con el virus de la doble moral y la falsedad.
Factores claves del éxito: responsabilidad, compromiso, autodeterminación,
exigencia, pasión por marcar la diferencia, coraje para vencer la adversidad,
perseverancia para alcanzar y lograr los cambios.
La vida no es justa, acostumbrémonos a ello. Al mundo no le importa nuestra
autoestima. El mundo espera que logremos algo, independientemente de
que nos sintamos bien o no con nosotros mismos.
En algún lugar o en algún tiempo aprendimos a retener nuestro resentimiento,
incluso a alimentarlo y verlo crecer como las ascuas que al recibir un soplo
fuerte de aire, renacen para arden con mayor fuerza.
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Las voces de la Otredad
El amor es más que un sentimiento: implica reflexión, cuidado del detalle,
aprendizaje continuo, diálogo sincero, proyecto compartido, voluntad de
sentido y capacidad de auto – co - evaluación.
Nuestra ignorancia es abismal. Quien no se conoce a sí mismo está perdido.
Para conseguir el autoconocimiento tenemos que desenconcharnos y
contemplarnos desapasionadamente.
La crisis de valores en que estamos sumidos nos provoca una angustia
existencial pero es, a su vez, un momentum en el que nos abrimos a nuevos
escenarios y posibilidades racio-vitales.
Para abrir nuevos caminos tenemos que reinventarnos, desaprender,
experimentar, correr riesgos, romper reglas, equivocarse y reírnos un poco
de nosotros mismos.
Sólo cuando ponemos diques y no canales a nuestras emociones, entre ellas
la ira y el rencor, es cuando el río de nuestra vida se estanca y se desborda
desmedidamente.
Muchas veces una relación amorosa se convierte en un acto de vulneración
de principios, de resignación eterna, de sumisión, descalificación o engaño.
La irascibilidad es esa odiosa invasora, una especie de alienígena que logra
que vayamos dejando muchas situaciones de nuestra vida a su merced.
Nuestra relación con todo lo que nos perturba tiene su origen en la forma
como hemos venido gestionando nuestras emociones desde el pasado.
La ira es una pesada cadena que arrastramos, una condena que muchas veces
llevamos silenciosamente como un secreto que se grita a voces.
Cuidar el yo sensible es dedicar cada día un tiempo a aquellos a quienes
amamos, verlos realmente y nutrirnos con ellos.
El psicoanalista francés Jacques Lacan solía decir que toda emoción que
durase más cinco minutos es una farsa.
Tratamos en vano de conocer a toda costa las opiniones de los demás y de
fundamentar en ellas la nuestra.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
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Las voces de la Otredad
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA
V
La delicuescente insociabilidad a la cual te conduce tu soberbia intelectual
no te confunde cuando con sumos cuidados, no dejas extraviar tu soledad
y montas guardia en ese sacro-vital recinto donde conviven la autocrítica
y humildad, que en los sinos de la dura lisa lo tornas en trinchera y hogar.
Permites quedarte contigo mismo en momentos cruciales de peligro y osadía
para enfrentar con valor y denuedo en el laberinto de los oficios y los días,
a los cancerberos que escoltan la esfinge del deber. Sabes que es en soledad
y en plena libertad cuando la sed por la muerte se sacia por el amor a la vida.
Sabes que la soledad es un huésped agradecido que paga con sus silencios,
un inconmensurable desierto donde sólo es posible sobrevivir con provisiones,
esa única y noble amiga que viene a ti sólo cuando ya todos se han marchado,
luz iridiscente más allá de las oscuras palabras y su penumbrosa explicación.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
VI. LOS DESAFÍOS EDUCATIVOS DEL SIGLO XXI
A. ANECDOFABULARIO. EL CUENTO DE LA VIEJA ESCUELA.
CÓMO NACE UN PARADIGMA
B. SEMBLANZA. CARL SAGAN Y EL ESPINAZO DE LA
NOCHE. SEMILLERO SAGANIANO
C. LA URTICARIA PARADIGMÁTICA. EL EFECTO
PARADIGMA
D. LA PROSPECTIVA O EL ARTE DE IMAGINAR EL MAÑANA.
MEMORIAS PEDAGÓGICAS DEL FUTURO
E. LOS DESAFÍOS EDUCATIVOS DEL SIGLO XXI
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA VI
ILUSTRACIÓN VI
Una cosa es el conocimiento libresco, indirecto, enciclopédico, erudicionista, una
educación sin voz, acética, fermentada de demasiado higienismo, aséptica, libre
del “diabólico” pero sublime influjo de la duda y la incertidumbre, y otra, ver la
experiencia como “un tubo digestivo” que recibe del exterior la materia que requiere
para alimentarse.
Parafraseando a John Sloan Dickey, un defensor de la enseñanza de las artes
liberales en Estados Unidos, a propósito del boom de las competencias, los registros
y las certificaciones en materia educativa, mientras la escuela sigue perpetuando sus
atavismos centenarios, diríamos que el fin de la educación debería ser un individuo
hecho y derecho tanto en competencia como en conciencia.
“Generar una competencia sin impartir una orientación adecuada para el uso de esa
competencia, constituye una educación deficiente. Sin la presencia de la conciencia,
la competencia terminará desintegrándose”, concluye el humanista estadounidense.
213

Las voces de la Otredad
VI. LOS DESAFÍOS EDUCATIVOS DEL SIGLO XXI
A. ANECDOFABULARIO
EL CUENTO DE LA VIEJA ESCUELA
Los obedientes discípulos, obligados de cuando en vez a “barrer” el
establecimiento educativo, dejar fuera la maloliente suciedad acumulada día
tras día y luego, en su usual e imperturbable ritualidad, cerrar el viejo y
pesado portón, descubrieron un día cualquiera, al abrirlo, cómo los vientos
huracanados que corrían por la sociedad, devolvían toda esa escoria que se
creía había sido erradicada del entorno escolar. Querían un lugar “limpio” y
ahora, toda esa inmunda y asqueante realidad invadía y asfixiaba el higiénico
recinto de la escrupulosa escuela.
Ante tan comprometedora situación, los directivos del plantel educativo
decidieron adelantar una campaña de limpieza que se circunscribía a recitar
la monserga de “las 3 erres” (reducir, reutilizar y reciclar) y a disponer de 3
canecas para el uso residual escolar. Fue así como las técnicas de “reciclaje
educativo” resultaron disfuncionales e inoperantes y los lixiviados tóxicos
terminaron por “enrarecer” el aseado recinto de la institucionalidad escolar,
hecho que obligó a su evacuación y cierre posterior al ser considerado éste,
un foco infeccioso y altamente contaminante.
Fue así cómo los estudiantes tuvieron que regresar a sus hogares y sus padres
“encartados” con sus hijos, desesperadamente comenzaron a buscar una
urgente y saludable solución. Las autoridades educativas, en acto sobrio y
solemne, anunciaron, después de una larga cuarentena, múltiples reuniones
con expertos en administración escolar y “saneamiento” ambiental, construir
una nueva escuela, lugar donde se pondrían en práctica las “experiencias
significativas” que consuetudinariamente compartía la comunidad educativa
ayer convivíente en el vetusto y ya clausurado instituto.
Cuentan los pobladores que el singular escenario educativo sigue siendo
visitado por técnicos y estudiosos del tema los cuales han levantado a costa
del erario municipal, diagnósticos y estadigrafías sobre la posible etiología de
tan singular fenómeno, al igual que han implementado políticas y estratégicos
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
planes, programas y proyectos sobre desarrollo humano, educación y sanidad
ambiental, calidad de vida, economía solidaria y emprendimiento. Se espera,
además, muy pronto una visita de monitoreo, evaluación y control de las
empresas certificadoras en ISO 9001 e ISO 14001 sobre procesos de calidad.
Carente de idearios humanistas, libertarios y civilistas, sin un portafolio
de beneficios y oportunidades que estimulara y le imprimiera importancia
y significado al esfuerzo individual y colectivo de sus agentes educativos,
la vieja escuela nunca creyó, presa en su aséptica apatía y su indolencia
rutinaria, que muchos de los males patológicos que afligían a las comunidades
circunvecinas (drogadicción, alcoholismo, prostitución, sicariato, violencia
y matoneo) irían a instalarse en sus patios y aulas de clase convirtiéndose
ella misma en su foco reproductor.
Ingentes esfuerzos (nuevos horarios, aulas y cátedras) se hacen para remozar
la decrépita escuela que sigue abandonada a su suerte, confinada tras un
desvencijado muro curricular lleno de cerrojos axiológicos. Desde allí se
observa con pesadumbre y estupor cómo la figura espectral y desdeñosa
de una pedagogía globalizante aplica con su incensario académico y sus
didácticos óleos, la extremaunción a un programa de vida decadente y
moribundo.
CÓMO NACE UN PARADIGMA
Un grupo de científicos colocó cinco monos en una jaula. En el centro
colocaron una escalera y sobre ella un racimo de bananos. Cuando uno de los
simios subía la escalinata para agarrar los bananos, los científicos lanzaban
un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo. Después de algún
tiempo los investigadores observaron que, cuando uno de los monos iba a
subir la escalerilla, los otros primates lo agarraban a palos. Pasado algún
tiempo, ningún mono quería subir la escalera a pesar de la deliciosa tentación
de los bananos.
Entonces, los científicos sustituyeron uno de los simios. Lo primero que éste
hizo, fue subir los escalones al mismo tiempo que era rápidamente bajado
215

Las voces de la Otredad
a punta de golpes por los otros compañeros de jaula. Después de algunas
palizas, el nuevo integrante del grupo ya no quiso subir más por la escalinata.
Un segundo mono fue sustituido y ocurrió la misma situación. Ahora, el
primer sustituto participaba con entusiasmo de la paliza al novato. El tercero
fue también cambiado y se repitió el hecho. Al igual pasó con el cuarto hasta
que, finalmente, el último de los veteranos fue sustituido.
Los científicos quedaron entonces, con un nuevo grupo de cinco monos que,
aun cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando
a aquel que intentase llegar al racimo de bananos. Los investigadores
concluyeron que, si fuese posible preguntar a algunos de ellos por qué
golpeaban a quien intentare subir la escalera, con certeza la respuesta sería:
“No sé, las cosas siempre se han hecho así”… “Aquí siempre se ha actuado
de igual manera”.
Quizás Albert Einstein tenía razón cuando afirmaba que era más fácil
desintegrar un átomo que un prejuicio paradigmático.
Se ha comprobado -dicen los científicos-, que la abeja no puede volar y que las leyes
aerodinámicas así lo han comprobado: su cabeza y su cuerpo son muy grandes y
sus alas muy pequeñas... sencillamente la abeja no puede volar, pero nadie se lo ha
dicho, ni le han impuesto semejante restricción... Así que la abeja sigue volando.
“Los paradigmas son poderosos porque crean (o destruyen) los cristales a través de los
cuales vemos el mundo. El poder de un cambio de paradigma es el poder esencial de
un cambio considerable, ya se trate de un proceso instantáneo o lento y pausado”.
Stephen Covey, conferencista estadounidense. “El octavo hábito”, 2004.
“Los analfabetas del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer ni escribir, sino
aquellos que no puedan aprender, desaprender y reaprender”.
Alvin Toffler, escritor futurista estadounidense.
Ninguna teoría, incluida la científica, puede agotar la realidad y encerrar su objeto
en paradigmas”.
Edgar Morin, filósofo y sociólogo francés.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
B. SEMBLANZA
CARL SAGAN Y EL ESPINAZO DE LA NOCHE
Próximos a conmemorar un año más de la desaparición de Carl Sagan,
son interminables los reconocimientos hechos a este acucioso vigilante del
cosmos por el mundo científico que bautizó con su apellido el asteroide
2790 y la base espacial en Marte. Pionero de la cátedra David Duncan de
Astronomía y Ciencias del Espacio; director del Laboratorio de Estudios
Planetarios de la universidad de Cornell; asesor en los programas Mariner,
Viking, Apolo, Voyager y Galileo; prologuista del best seller “La historia
del tiempo” del físico Stephen Kawking; medalla de la NASA y premios
Pulitzer y Emmy, entre otros.
Sagan, al igual que Isaac Asimov, Alvin Toffler y John Naisbitt, no se quedó
en la fantástica narración de relatos futuristas. Este visionario e investigador
que ayudó a descifrar las altas temperaturas en Venus, los cambios estacionales
de Marte y las nubosidades rojizas de Titán, también alertó no solo sobre el
“invierno nuclear” y la desaparición de la biosfera, consecuencias fatales
de la guerra atómica, sino también sobre los peligros del fundamentalismo
religioso, el esoterismo, el boom del para-normalismo y las pseudociencias
(“El primer pecado de la humanidad fue la fe; la primera virtud, la duda”).
Carl Sagan fue profesor de Astronomía y Ciencias Espaciales de la Universidad
de Cornell (situada en Ithaca, Nueva York) y director del Laboratorio para
Estudios Planetarios de la misma universidad. Sagan nació en Nueva York
en 1934. En la década de los 50 participó como asesor y consultor de la
NASA; activo colaborador en los programas espaciales Mariner, Viking,
Voyager y Galileo; instructor en el programa Apolo; jugó un rol decisivo en
las investigaciones planetarias: ayudó a descifrar las altas temperaturas en
Venus, los cambios estacionales de Marte y las nubosidades rojizas de Titán.
Carl Sagan fue uno de los más grandes divulgadores científicos de nuestro
tiempo y popularizador de temas tan complejos y aparentemente ajenos al
hombre común como el agujero en la capa de ozono, el efecto invernadero,
las misiones Voyager, la exploración del planeta Marte, entre otros. Entre los
muchos premios que obtuvo, cabe mencionar la Medalla del Bienestar Público,
217

Las voces de la Otredad
la más alta distinción otorgada por la Academia Nacional de Ciencias de
Estados Unidos; el premio Pulitzer obtenido por su libro “Los Dragones del
Edén” un ensayo especulativo sobre los orígenes de la inteligencia humana y
el Prix Galabert, premio internacional de astronaútica.
Al final de su libro y de su serie de televisión “Cosmos”, Carl Sagan nos dice
que somos la encarnación local del Cosmos, seres que hemos empezado a
contemplar nuestros orígenes; que somos una sustancia estelar que medita
sobre las estrella y que habla en nombre de la Tierra. “Nuestra obligación
-concluye-, consiste en sobrevivir no sólo a nosotros sino también a este
Cosmos, antiguo y vasto, del cual procedemos”.
Hace 36 años Carl Sagan sorprendió a 400 millones de televidentes de 60
países del mundo con los 13 capítulos de su célebre serie “Cosmos: un viaje
personal” de la cual era su guionista y presentador. Este acontecimiento
audiovisual se ha comparado con el pánico que produjo la transmisión
radial de “la guerra de los mundos” de Orson Wells (1938), la trágica noticia
del lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki (6 y
9 de agosto de 1945), las crónicas de los bombardeos sobre Londres (1940-
41), los lanzamientos del Sputnik I (1957) y los cohetes Mercury (1958) y el
alunizaje del Apolo 11 (1969).
“El cosmos es todo lo que es, todo lo que fue y todo lo que será. Nuestras
más ligeras contemplaciones del cosmos nos hacen estremecer: Sentimos
cómo un cosquilleo nos llena los nervios, una voz muda, una ligera sensación
como de un recuerdo lejano o como si cayéramos desde una gran altura.
Sabemos que nos aproximamos al más grande de los misterios… El estudio
del universo es un viaje para auto descubrirnos… La Tierra es el lugar más
bello para nuestros ojos que cualquier otro que conozcamos, pero esa belleza
ha sido esculpida por el cambio: el cambio suave, casi imperceptible y el
cambio repentino y violento. En el Cosmos no hay lugar alguno que esté a
salvo del cambio”, eran parte de sus brillantes y profundas reflexiones.
Un año antes de ser vista la serie más aplaudida de la televisión norteamericana,
se fundó “la Sociedad Planetaria” que promueve la exploración espacial y la
búsqueda de vida extraterrestre. Seguimos recordando sus grandes reflexiones
cósmicas: “(…) Y entonces, un día, llegó una criatura cuyo material genético
no era muy diferente de las estructuras moleculares reproductoras de
218

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
cualquier otra clase de organismos del planeta. Esa criatura la llamó Tierra,
era capaz de reflexionar sobre el misterio de su origen, de estudiar el extraño
y tortuoso sendero por el cual había surgido desde la materia estelar. Era el
material del Cosmos contemplándose a sí mismo. Consideró la enigmática
y problemática cuestión de su futuro. Se llamó a si mismo humano y ansió
regresar a las estrellas…”.
Sagan fue invitado cierta vez por una universidad a disertar sobre el libro:
“Qué cosa tan asombrosa es un libro –decía aquella vez-. La escritura es
tal vez, el invento más grande de la humanidad… Los libros rompen los
grilletes del tiempo; un libro es la prueba de que los humanos son capaces de
hacer magia… los libros nos permiten viajar a través del tiempo, aprovechar
la sabiduría de nuestros antepasados; una biblioteca nos conecta con las
intuiciones y el conocimiento de las más grandes mentes y los mejores
maestros del planeta y de toda nuestra historia, para instruirnos sin cansarnos
e inspirarnos para hacer nuestras propias contribuciones al conocimiento
colectivo de la especie humana… Los libros son los depositarios del
conocimiento de nuestra especie, de nuestro largo viaje evolutivo desde los
genes, hasta el cerebro y después hasta los libros”.
Unos meses después de su muerte en 1996, cuando repasaba con mis
estudiantes de humanidades ese memorable capítulo VII (“El espinazo de
la noche”) sobre el significado de dos grandes misterios de la humanidad
(el fuego y el origen del universo), fui sorprendido al obligárseme a realizar
una ingrata tarea como supervisor de educación: atender una sentida queja
proferida por un rector de un colegio nocturno quien pedía la apertura de un
proceso disciplinario contra la profesora de filosofía por haber abandonado
ésta, el aula de clase y haber invitado a sus estudiantes a contemplar, tendidos
en el pastizal del colegio, el majestuoso espectáculo de una noche estelar y
una lluvia de estrellas.
Una extraña y penosa enfermedad (mielodisplasia) no pudo arrebatarle sus
sueños y sus ansias de vivir. “He aprendido mucho en mi batalla contra la
muerte: la belleza de la vida, el valor de la amistad y la familia, el poder
transformador del amor (…) Quiero hacerme viejo junto a Annie, ver a mis
hijos crecer, participar en su desarrollo integral, conocer a mis futuros nietos
(…) De la solución de muchos problemas científicos quiero ser testigo: los
viajes interestelares y la exploración de otros mundos, la búsqueda de vida
219

Las voces de la Otredad
extraterrestre, la solución de los mayores dilemas humanos, los peligros y las
promesas de la tecnología (…)”.
A sus 62 años y en su lecho de muerte, éste quizás fue el artículo mortis
de nuestro infatigable argonauta cósmico: “Me gustaría creer que, cuando
muera, volveré a vivir; que alguna parte pensante, alguna forma de memoria
o de sentimiento permanecerá en mí. Pero con la misma intensidad que
lo deseo, sé que no hay nada que sugiera que es algo más que una vana
esperanza”.
“Los científicos siempre son castigados con la idea de que se gastaron 27 mil millones
de dólares en los programas Apolo (…) Nosotros no lo gastamos. Se hizo por razones
políticas (...). El programa Apolo fue una respuesta al fracaso de bahía de Cochinos
y al exitoso vuelo orbital de Yuri Gagarin”.
Carl Sagan citado por el educador estadounidense Dennis Meredith.
Después de tumbarnos boca arriba, cerramos los ojos para acostumbrarlos a la
oscuridad. Luego, al abrirlos, comenzamos a ser parte de una danza cósmica y a
bailar literalmente con el suave giro del firmamento. Esa vía que nos proyecta al
infinito también está abierta hacia nosotros mismos dando inicio a esa dinámica
introspectiva y meditativa donde todo nuestro ser se diluye. Es en esta parte del viaje
cuando traspasamos fronteras y percibimos el brillo de infinidad de estrellas que no es
más que la huella de su pasado.
Ante tanto derroche de energía, vacío y misterio, hemos de aceptar con humidad el
hecho de ser habitantes de una insignificante isla del universo y percibir el tiempo
como un soplo fugaz en la respiración cósmica. Con las primeras luces del alba
cuando los astros se diluyen lentamente ante nuestra mirada, podemos regresar
de nuestro viaje tomando conciencia de nuestra experiencia cósmica, valorando la
oportunidad del don de la vida, del instante presente y la aceptación de nuestra
condición creadora y de nuestra textura estelar.
220

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
SEMILLERO SAGANIANO
• Si viviéramos en un planeta donde nunca cambia nada, habría poco
que hacer, no habría nada que explicarse. No existiría la ciencia. Y si
viviéramos en un mundo impredecible, donde las cosas cambiaran de
modo fortuito, seríamos incapaces de explicarnos nada. Tampoco aquí
podría existir la ciencia. Pero vivimos en un universo donde las cosas
cambian de acuerdo a normas, a leyes naturales. El cambio armónico es
el motor de la ciencia.
• Los científicos suelen reconocer sus errores cuando se les demuestra que
están equivocados. Y, además, cambian de parecer y nunca se les vuelve
a oír sostener la opinión anterior. No consigo recordar la última vez que
un político hizo lo mismo.
• Nuestra lealtad es para las especies y el planeta. Nuestra obligación de
sobrevivir no es sólo para nosotros mismos sino también para ese cosmos,
antiguo y vasto del cual derivamos.
• El tamaño y la edad del cosmos superan la comprensión normal del
hombre. Nuestro diminuto hogar planetario está perdido en algún punto
entre la inmensidad y la eternidad.
• Vivimos en una sociedad profundamente dependiente de la ciencia y la
tecnología y en la que nadie sabe nada de estos temas. Ello constituye
una fórmula segura para el desastre.
• Provenimos del cosmos, estamos hechos de polvo de estrellas. Ni todas
las riquezas, ni todos los descubrimientos, ni todas las vidas, ¿nos serán
suficientes?
• La tierra tiene una grandeza que inspira vértigo y éxtasis, una grandeza
que apenas comienza a ser accesible a la comprensión humana.
• A veces creo que hay vida en otros planetas, y a veces creo que no. En
cualquiera de los dos casos la conclusión es asombrosa.
221

Las voces de la Otredad
• Si alguien está en desacuerdo contigo, déjalo vivir. No encontrarás a
nadie parecido en cien mil millones de galaxias.
• El universo no fue hecho a la medida del hombre, tampoco le es hostil:
es indiferente.
• Si estamos solos en el Universo, esto de seguro sería una terrible pérdida
de espacio.
• Para hacer una tarta de manzana primero tienes que crear un universo.
• Somos el medio para que el Cosmos se conozca a sí mismo.
• En algún sitio algo increíble espera ser descubierto.
• La ausencia de prueba no es prueba de ausencia.
• Somos polvo de estrellas.
«Existe la profunda y atractiva noción de que el Universo no es más que el sueño
de un dios, quien, después de 100 años de Brahma, se disuelve en un sueño sin
sueños y el Universo se disuelve con él, hasta que, después de otro siglo de Brahma,
se despierta, se recompone a sí mismo y comienza de nuevo a soñar el gran sueño
cósmico. Mientras tanto, en alguna parte, hay un número infinito de otros universos,
cada uno con su propio dios soñando el sueño cósmico. Estas grandes ideas son
empañadas por otra, quizá incluso mayor, que dice que los hombres podrían no ser
los sueños de los dioses, sino que los dioses son los sueños de los hombres».
Cosmos, capítulo X.
“La idea de que Dios es un hombre blanco más grande de lo normal con una barba
flameante que se sienta en el cielo y cuenta la caída de cada gorrión es ridícula. Pero
si por Dios uno quiere decir el conjunto de leyes físicas que gobiernan el Universo,
entonces claramente hay un Dios así. Este Dios es emocionalmente insatisfactorio...
no tiene mucho sentido rezarle a la ley de gravedad.”
“Scientists & Their Gods” en U.S. News & World Report Vol. 111 (1991)
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
C. LA URTICARIA PARADIGMÁTICA
No existe la imposibilidad, existe la incapacidad de hacer realidad nuestros
imaginarios.
La parálisis paradigmática no es una enfermedad física, más bien es de la
mente, pero cuando se presenta suele ser muy nociva sobre todo en personas
y organizaciones expuestas a un entorno dinámico. Es una enfermedad fácil
de adquirir y a menudo fatal cuando se convierte un paradigma en la única
creencia.
La palabra griega “paradeigma” significa “modelo” o patrón” y en la
práctica se convierte en un conjunto de reglas y disposiciones, escritas o no,
que establecen o definen los límites y las formas de comportarse dentro de
ellos. Se crean estructuras mentales, mitos, creencias, modelos, patrones,
estereotipos que al asumirse como ciertos, resultan fáciles de adoptar, y
por ende influyen en el comportamiento, actitudes y percepciones de las
personas.
Algunos paradigmas podrán ser triviales, pero grandes o pequeños, sirven
para proporcionar una visión, una comprensión y métodos particulares
para resolver problemas específicos. La “parálisis paradigmática”, pasa a
constituirse en una de las enfermedades organizacionales más graves, la cual
no permite pensar ni dudar respecto de la validez o vigencia del paradigma
y podría volverse crónica.
Existen variados ejemplos de esta enfermedad entre empresarios, educadores,
gobiernos, profesionales, comerciantes, políticos, científicos, en las familias,
en países, en las religiones, etc. La historia de la humanida siempre ha estado
en proceso de cambio y, por ende, siempre ha estado sometido al influjo
paradigmático. Antaño ocurría un cambio cada veinticinco años y en la
actualidad ocurre en cosa de minutos, por lo que se debe disponer de una
adecuada dosis de predisposición, entre otras, para no ser víctima de esta
“parálisis paradigmática”.
Hace más de quinientos años, el descubrimiento de América se fundamentó
en la redondez de la tierra. Al observarse un barco alejándose del puerto,
223

Las voces de la Otredad
el casco y luego el velamen desaparecían en el horizonte. Todos obviamente
veían lo mismo, pero como el paradigma de la época, era el de que la Tierra
era plana, no trataron de explicarse el porqué de dicha situación: el barco al
alejarse en alta mar, simplemente se veía más pequeño. Cuando Hernando
de Magallanes completó la primera vuelta en barco alrededor del mundo,
rompió el paradigma.
“¿Cómo podría un barco navegar contra viento y marea mediante un fuego
debajo de su cubierta? Le ruego me perdone pero no tengo tiempo para
escuchar sin sentidos”. (Napoleón Bonaparte hablando a Robert Fulton, el
inventor del barco de vapor, 1800).
“Los viajes en tren a alta velocidad no son posibles porque los pasajeros, ante
la incapacidad de respirar, morirían de asfixia”. (Dionysys Larder, profesor
de Filosofía y Astronomía, Universidad College de Londres, 1850.
“¿Excavar en busca de petróleo? ¿Quieres decir perforar el suelo para intentar
descubrir petróleo? ¡Estás loco!”. (Respuesta de un grupo de ingenieros
perforadores cuando Edwin L. Drake intentó contratarlos para su proyecto
de búsqueda de petróleo en 1859).
“El abdomen, el pecho y el cerebro, permanecerán por siempre cerrados a la
intrusión de la sabiduría de los cirujanos”. (Sir John Eric Ericksen, cirujano
mayor de la reina Victoria, 1873).
“El vuelo de máquinas más pesadas que el aire es imposible” (Lord Kelvin,
matemático y físico británico, 1895). “… No es práctico, algo inútil y poco
significativo” (Simon Newcomb, un astrónomo en 1902 que le tocó ver a los
hermanos Wright volar 18 meses más tarde).
“Mi imaginación se niega ver a los submarinos haciendo otra cosa que no
sea asfixiar a su tripulación y luchar por salir a flote en el mar” (H. G. Wells,
novelista británico, 1901).
“La energía obtenida al separar el átomo es mínima. Quien diga que espera
hallar una fuente energética allí, está hablando de sandeces”. (Ernest
Rutherford, el padre de la radiactividad, 1902).
224

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
“El caballo está aquí para quedarse, el automóvil es sólo una novedad, una
moda”. (Exhortación del presidente de la Caja de Ahorros de Michigan ante
el inminente proyecto de producción en serie del modelo T de la Ford Motor,
1908).
“¿Una caja de música inalámbrica? Eso no tiene valor comercial imaginable.
¿Quién iba a pagar por un mensaje enviado a nadie en particular?”. Respuesta
de un empresario a David Sarnoff, fundador de la NBC, ante la propuesta de
este último de invertir en la radio en 1919.
“Poner a un hombre en un cohete, lanzarlo a la luna, aterrizarlo vivo, hacer
observaciones científicas y luego traerlo de vuelta a la tierra, es un sueño
propio de Julio Verne. Un viaje de estas características nunca ocurrirá pese
a todos los futuros avances”. (Lee DeForest, inventor, pionero de la radio
americana, 1926).
“En Atari nos dijeron ¡No! En Hewlett.Packard nos sacaron a empellones
no sin antes decirnos: “Hey, no los necesitamos. Ni siquiera han acabado
su carrera universitaria”. (Steve Jobs, fundador de Apple Computer Inc.,
evocando aquellos días cuando buscaban empresas que se interesaran en
su novedoso diseño: el computador personal, en la década de 1970. “100
millones de dólares es demasiado dinero a pagar por Microsoft.” (IBM,
1982).
“640Kb deberían ser suficientes para cualquier usuario” (Bill Gates, 1981)…
“Nunca vamos a hacer un sistema operativo de 32 bits” Bill Gates, 1990)…
“El Ipad no es un proyecto viable (…) No hay modo de ingresar información
sin lapicero” (Bill Gates en el programa “Live” de Larry King en CNN, ante
el anuncio del lanzamiento del I Pad, por Steve Jobs, el 27 de enero de 2010.
“Querido señor presidente: El sistema vial de este país está siendo sacudido
por un medio de transporte conocido como ferrocarril.Los vagones son
empujados a una exagerada velocidad de 15 millas por hora por una
locomotora que, además de poner en peligro la vida de los pasajeros, ruge y
provoca un estruendo en su camino a través del paisaje, incendia los campos,
asusta al ganado y aterroriza a las mujeres y a los niños. Ciertamente, el
Todopoderoso nunca tuvo intención de que la gente viajara a esa velocidad
suicida”. (Martín van Buren, gobernador de Nueva York, 1830).
225

Las voces de la Otredad
Esta editorial la publicó un periódico de Nueva York en 1889. Allí se elogia
a la policía neoyorkina por arrestar a un individuo que vendía acciones para
la fabricación de un artículo fraudulento. He aquí el texto: “Un hombre de
unos 46 años fue arrestado en Nueva York por tratar de engañar a personas
ignorantes y supersticiosas exhibiendo un artefacto que, según él, podía
transmitir la voz humana a distancia mediante alambres metálicos. Lo llama
teléfono en un intento evidente de imitar la palabra telégrafo y así, ganar la
confianza de quienes han sabido del éxito de este instrumento. Las personas
bien formadas saben que es imposible transmitir la voz humana por un
alambre y que, si esto fuera posible, no tendría ninguna aplicación práctica”.
Cúmulos de galaxias en los confines del universo, eyecciones cósmicas capaces de
liberar una energía inimaginable, generadora de caos y destrucción y, al mismo
tiempo, preñada del potencial suficiente para la creación de nuevas estrellas, nuevos
sistemas planetarios y nuevas oportunidades para el milagro de la vida.
La visión de una noche estrellada que plasma lo que Platón llamó “la armonía de
las esferas”, es la síntesis de nuestras preguntas esenciales. El cielo sigue siendo ese
libro válido por excelencia para nuestra inquieto navegar, en una época hipotecada
a la tecnología GPS. La observación celeste nos permite descubrir que se puede
observar el discurrir del tiempo más allá de lo que marcan el reloj y las obligaciones.
226

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
EL EFECTO PARADIGMA
En 1992, Joel Barker ironizaba ciertas “predicciones” y posturas “futuristas”
que explicaban el “Efecto Paradigma” como una variable manifestación de
formas de “resistencia al cambio”. Hemos agregado algunas: “La teoría
de los gérmenes de Louis Pasteur es una ficción ridícula”. (Pierre Pachet,
profesor de fisiología en Toulouse, 1872). “El fonógrafo no tendrá ningún
valor comercial” (Thomas Alva Edison hablando de su invención en 1880).
“Los rayos X demostrarán por sí solos que son una broma pesada”. (Lord
Kelvin, matemático británico, presidente de la British Royal Society, 1883).
“Las maquinas voladoras más pesadas que el aire son imposibles”.
(Lord Kelvin, 1895). “El teléfono no puede ser considerado un medio de
comunicación serio”. (Memorando interno de la Western Union, 1876).
“Las mujeres sensatas y responsables no querrán votar” (Convención
de Cleveland en 1905). “Es quimérico imaginar que el automóvil va
a desplazar al ferrocarril en el movimiento de pasajeros y carga a largas
distancias” (Congreso Americano de Vías en 1913). “Será muy difícil que
el hombre utilice el poder del átomo” (R. Milkan, premio Nobel de Física,
1920). “¿Quién quiere oír a los actores hablar? (Harry Warner de la Warner
Brothers, 1927).
“¡Jamás se construirá un avión más grande!”. (Ingeniero de Boeing al ver el
primer vuelo del B. 247, un avión bimotor para diez personas, 1933). “Un
cohete nunca podrá atravesar la atmósfera de la Tierra”. (New York Times,
1936). “No creo que haya mercado en el mundo para más de 5 computadores
(Thomas J. Watson, IBM, 1943). “La televisión no durará. Será algo efímero,
decepcionante y de poco valor”. (Mary Somerville, pionera de las emisiones
radio educativas en 1948). “Las computadoras del futuro podrían llegar a
pesar poco más de 1 tonelada y media”. (Revista Popular Mechanics, 1949).
“El mercado de las fotocopiadoras no llegará a 5.000 usuarios”. (Nota de
rechazo de los ejecutivos de IBM a la pretensión de comercialización de los
fundadores de Xerox, (1959). “Las posibilidades son nulas de que los Estados
Unidos sean capaces de poner un hombre en la luna hacia 1970” (New
Scientist, 1964). “Pero… ¿para qué sirve eso?”. (Ingeniero de la División de
Sistemas Avanzados de IBM, al hacer referencia al microchip, 1968). “No
hay razón para que la gente quiera tener un computador en su hogar” (ken
Olsen, Digital Computer, 1977).
227

Las voces de la Otredad
D. LA PROSPECTIVA O EL ARTE
DE IMAGINAR EL MAÑAÑA
No se trata de justificar y sublimar falencias, llenar vacíos ni suplir carencias, sino
propiciar espacios y tiempos para el diálogo interactivo de saberes e imaginarios y el
encuentro ciudadano y regional de cara a los dramáticos desafíos del siglo veintiuno.
Parafraseando al filósofo francés Gaston Berger, uno de los fundadores de la
Prospectiva en 1957, ella estudia el futuro con el fin de que lo reconozcamos,
lo comprendamos, nos lo apropiemos e influyamos en él. Es una disciplina
que se mueve entre la necesidad de predecir lo que puede ocurrir y el deseo
de inventar futuros posibles que satisfagan nuestras necesidades. El devenir
pues, no puede predecirse con exactitud, pero sí podemos imaginar mañanas
promisorios, visualizar oportunidades de futuro para todos.
Surgida en la 2ª postguerra, veinte años después aparece en Colombia. En
1969, Colciencias adopta el término y sólo hasta 1986 (Programa Nacional de
Prospectiva para la Ciencia y la Tecnología), se emprende la tarea de asumir
el futuro como una construcción de sentido donde toman forma diversas
maneras de recamar el tejido de nuestra realidad histórica y sociocultural y
la trama y urdimbre de lo que somos, tenemos y hacemos.
Colciencias asumió el modelo francés que concibe la prospectiva más allá
de una simple decisión de crear un futuro esperado mediante la acción sobre
el presente. Nos habló de cómo esa decisión debe ser deseable, asuntiva,
participativa, concertada y responsable. Después de la segunda mitad del
siglo XX, la imagen del futuro como tierra promisoria, se hizo pedazos.
Cundió el escepticismo y la desesperanza. La realidad comenzó a concebirse
como una construcción socio-histórica, transversalizada por un relativismo
cultural: la verdad depende del contexto sociocultural donde se enuncia.
Los estudios de futuro se hicieron muy sensibles y se convirtió en verdad
apodíctica la afirmación de que éstos eran permeados por el entorno social.
Surge entonces la prospectiva crítica como un ejercicio deconstructivo y como
actitud opositora a cualquier intento de colonizar el futuro e imponer una
determinada visión de la realidad como certeza autoritaria. Se intentó dejar
de predecir lo que podría ocurrir y se concentraron fuerzas en pronosticar
228

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
futuros alternativos para mejorar la calidad de las decisiones presentes
e implementar capacidades de reacción ante lo incierto e inesperado. Lo
que se consideraba como algo lógico, cíclico y natural, ahora resultaba ser
diferente para cada época: eran nuestros sueños, percepciones, esperanzas y
expectativas los que guiaban nuestra actividad presente.
Al estudiar, clasificar y procesar diferentes imágenes de futuro en ciertas
épocas determinadas, se demostró que la “normalidad” como categoría rígida
nunca había existido y que ésta dependía más de circunstancias coyunturales
y estructuras socioculturales: nada había sido igual en el pasado y el futuro
había que mirarlo desde una perspectiva amplia, libre de prejuicios… Se
acuñó entonces aquella famosa frase: “el futuro menos posible es aquel en
que nada cambia”.
La prospectiva aspira a descubrir futuribles mediante métodos rigurosos
propios de la actividad científica y otros más profanos donde se tiene en cuenta
lo consuetudinario, vivencial y experencial a través del testimonio dialógico
y testimonial de académicos, líderes y gestores culturales y gremiales,
profesionales, políticos, funcionarios y miembros de diversas organizaciones
no gubernamentales. La prospectiva tiene necesariamente que ver con el
futuro de la ciudad- región y debe responder a las ingentes e interpelantes
realidades que viven nuestras comunidades rurales y citadinas las cuales
exigen procesos concertados, participativos e inter-trans-disciplinarios.
Además de la importancia estratégica de poder anticipar el futuro, la
prospectiva se caracteriza por una traducción en términos de planificación
y previsibilidad de los fenómenos socioeconómicos, políticos y culturales en
su pluridimensionalidad espacio-temporal. Los prospectivistas son expertos
en “certezas contingentes y dudas sistemáticas”. Un trabajo prospectivo,
en el marco de una planeación estratégica, debe tener en cuenta análisis
dimensionales, escenarios tendenciales (proyecciones), construcción de
futuros alternativos y/o deseables, estrategias de acción concertadas,
compromisos efectivos, decisiones sinérgicas, acuerdos de voluntades,
evaluación de impactos y control integral.
“La planificación a largo plazo (prospectiva), no es pensar en la importancia de las
decisiones futuras, sino en el importante futuro de las decisiones futuras”.
Peter Drucker, abogado austriaco,
considerado del filósofo de la administración del siglo XX.
229

Las voces de la Otredad
MEMORIAS PEDAGÓGICAS DEL FUTURO
“Lo que es vital hoy, no es solamente aprender, no solamente re-aprender, no
solamente desaprender, sino reorganizar nuestro sistema mental para reaprender a
aprender”.
Edgar Morin, filósofo y sociólogo francés. “El método de la Naturaleza”.
Cuando nos desentendemos del aprendizaje de nuestros estudiantes y de
nuestro autoaprendizaje mediado por nuestros alumnos, nos desentedemos
del sentido último de la educación. Sólo haciendo propio el sentido de
su misión, los educadores reformarán el pensamiento y regenerarán la
enseñanza.
Es claro para nosotros que ya no hablamos de un aprendizaje de la respuesta
mágica y acertada y de la reiteración textual de lo dicho por otro (el lectio),
sino de un aprendizaje entendido como la apropiación del mundo y de uno
mismo a través del hacer: el hacer conceptual (desarrollo de las capacidades
de pensar, tomar decisiones y medir consecuencias de las acciones propias
y ajenas); el hacer discursivo (desarrollo de capacidades de expresión y de
comunicación); el hacer aplicativo (desarrollo de competencias de observar,
investigar, actuar, experimentar).
Hemos retomado la pregunta sobre el para qué de la educación. Participamos
de aquellos argumentos expresados por algunos estudiosos del tema: la
medida de lo alternativo es la circunstancia; toda pregunta por lo alternativo
es una pregunta por el futuro; las alternativas se expresan a través de
criterios (capacitación, circulación apropiación y uso de la información,
comunicación y participación, organización curricular, vinculación al
contexto sociocultural); el para qué está en relación directa con el sentido de
cualquier práctica educativa.
Los dramáticos acontecimientos que vive nuestro país nos llevan a aceptar
que los educadores amamos el conocimiento y el saber, pero más amamos
la vida y es para ella y por ella que trabajamos. Cuando nos preguntamos
por nuestro futuro educativo nos estamos preguntando para qué educamos.
Podemos responder que educamos para la incertidumbre (“EL autoritarismo
230

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
está lleno de certezas”); educamos para gozar la vida, educamos para la
significación, educamos para la expresión, educamos para la convivencia en
el conflicto y educamos para apropiarnos de la historia y la cultura.
Veamos pues, desde la perspectiva del para que de la educación, estos
mínimos aportes sobre prospectiva pedagógica.
• Una educación para estar en el siglo XXI debe tener como elemento básico
la enseñanza del arte de la dialógica; el pensamiento de la recursividad,
la capacidad de articular texto y contexto, partes y todos; conocimiento
de los principios de la teoría sistémica y organizacional.
• Una educación para estar en el siglo XXI debe intentar formar seres
multidimensionales, capaces de ejercitar una razón constructiva,
abierta, crítica, creativa, discursiva, propositiva asuntiva. Es necesario
que hablemos de la necesidad de implementar en la vida cotidiana de la
escuela, una pedagogía transformacional.
• Una educación para el nuevo siglo debe enseñar a separar y a unir; a
distinguir e implicar; a relacionar y articular. Debe huir de todo aquello
que trata de homogeneizar, estandarizar y darnos respuestas mágicas de
certidumbre, instalándonos adiposos y felices en el reino de la mismidad
y la comodidad.
• Una educación para el siglo XXI nos concierne a todos, nos implica a
todos, nos compromete a todos. Es necesario hablar de una democracia
cognitiva donde todo el mundo tenga acceso a la información. Acabar con
la tecno-ciencia esotérica, hiper-especializada que ha creado un mundo
dicotómico y excluyente compuesto por cognoscentes e ignorantes,
donde el conocimiento y el saber se convierten en patrimonio y donación
de los que se juzgan sabios.
• Se hace necesaria una educación que nos lleve hacia un humanismo
responsable donde la ética y los valores, lejos de cualquier intento de
objetivar la axiología, nos ayuden a comprender el mundo de lo diverso
y a construir el nuevo mundo de la identidad, la otredad y la pertenencia.
231

Las voces de la Otredad
• La educación para el siglo XXI no será el escenario donde se expresen
las quimeras que no son más que la expresión de las utopías radicales,
sino el terreno donde se haga una transacción entre lo ideal y lo posible
y se le encuentre el sentido a nuestro caminar pedagógico, cuando
deambulamos inciertos, inseguros e insatisfechos por el mundo riesgoso
y sinuoso de las utopías
• La educación para el siglo XXI debe crear una escuela de sabiduría
popular donde se enseñe a no enseñar, a repensar lo pensado, a des-saber
lo sabido, a desaprender lo aprendido, a dudar de su propia duda, que es
el único modo de empezar a creer en algo.
• Una educación para el siglo XXI debe reinventar la política y el amor,
base de toda la vincularidad humana a partir del reconocimiento de
la fragilidad humana inserta en la fragilidad el planeta y de nuestra
condición humana inacabada, incierta, conflictiva y aleatoria.
• Una educación para el nuevo siglo se preocupa por la formación
permanente del docente para que este acceda a estilos de pensamiento
abiertos, complejos y flexibles, a partir de los cuales se viabilicen
posibilidades para asumir los diversos roles y afrontar los compromisos
exigidos tanto por el sistema educativo como social y tejer así, desde
la Inter-subjetividad la trama y urdimbre de las actitudes y los saberes
compartidos.
• Una nueva educación gestiona desde la participación dialógica, interactiva
e interdisciplinaria, la flexibilización de contenidos, ciclos, niveles, áreas,
ejes temáticos, ejes transversales, centros de interés básico, general y
especializados, tiempos y espacios, reconociendo la complejidad de
relaciones entre currículo y aprendizaje.
• Entendemos por currículo el cruce multidimensional de prácticas,
una construcción histórica, colectiva, contextualizada y meta-teórica,
aprovechando de manera pedagógica, los adelantos de las tecnologías
de información, como mediaciones didácticas interactivas, en la
aproximación hacia una formación humana y profesional integral,
preparando el individuo hacia la apropiación del mundo de la vida.
232

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
• Una nueva educación debe tener en cuenta la necesidad de colonizar
el mundo de los cuatro saberes: saber pensar, leer, escribir y sentir bien
fundamentada en la teoría de unidad tripartita de la inteligencia racional,
emocional y praxiológica.
• Una nueva educación propende porque una nueva sociedad sea posible
y también un nuevo arte de vivir y convivir en la tierra. Para ello se
requiere de una gran reforma en la actitud frente a la vida, frente a los
demás y frente a sí mismo, al igual que su proyección en comunidad y el
encuentro con la naturaleza.
• Un imperativo para la educación del siglo XXI es el desarrollo de la
aptitud para contextualizar y globalizar, que no es otra cosa que situar un
conocimiento en un sistema organizado. No es cuestión de renunciar a
lo que ya se sabe, sino de establecer nuevas formas de circulación de esos
conocimientos. El problema no debiera consistir en qué saber, sino en
cómo pensar. No se trata de un problema del saber, sino del pensamiento
Terminemos esta charla con un texto de Richard Bach “Juan Salvador
Gaviota”: “...y estas fueron las últimas palabras que pronunció –sigue
trabajando en el amor... Y mientras más practicaba Juan sus lecciones de
bondad y mientras más trabajaba para conocer la naturaleza del amor,
más deseaba volver a la tierra. Porque, a pesar de su pasado solitario, Juan
Gaviota había nacido para ser maestro, y su manera de demostrar el amor era
compartir algo de la verdad que había visto, con alguna gaviota que estuviese
pidiendo sólo una oportunidad de ver la vida por sí misma”.
Adelante maestros con la tarea de construir escenarios de futuro para la
construcción de nuevos paradigmas educativos que le devuelvan el sentido
humanista y transformacional a nuestro quehacer pedagógico.
Educar para la incertidumbre significa educar para interrogar (pedagogía de la
pregunta, no de la respuesta); educar para localizar, reconocer, procesar y utilizar la
información; educar para resolver problemas; educar para reconocer, desmitificar y
resignificar las propuestas mágicas de certidumbre; educar crear, recrear y utilizar los
recursos técnicos a través de “La mediación Pedagógica”.
Daniel Prieto Castillo, comunicador argentino. “Mediación Pedagógica y Nuevas
Tecnologías”.
233

Las voces de la Otredad
E. LOS DESAFÍOS EDUCATIVOS DEL SIGLO XXI
“Educar no es formar un sabio, ni tampoco dejar crecer un salvaje ignorante. Educar
es crear un perfecto equilibrio entre el individuo como ser que piensa, razona con
su propia cabeza y no con la de otros, y el grupo social que lo rodea, en el cual ha
nacido y en el cual vivirá. Educar es formar un ser totalmente integrado tanto en el
aspecto individual como en el social”.
Alberto Merani, pedagogo argentino.
La escuela tradicional dio respuesta a las necesidades y requerimientos de
las sociedades agrarias e industrializadas. Enseñó a leer y a escribir a nivel
elemental, impartió normas básicas de ortografía y urbanidad y garantizó el
manejo de los algoritmos aritméticos esenciales, pero detrás de ese programa
encubierto, su verdadero y esencial papel consistió en formar a los trabajadores
rutinarios para que laboraran en las empresas y las instituciones. Esta
escuela fue creada para formar obreros y empleados obedientes, cumplidos
y rutinarios. Es una escuela hecha a imagen y semejanza de las fábricas.
Sin embargo, la escuela tradicional se tornó obsoleta en las últimas décadas
frente a los sensibles cambios sociales, económicos y políticos vividos a
nivel mundial. Hemos creado una sociedad que ha encontrado múltiples
formas de archivar la información por fuera del cerebro humano. Se guarda
información en celulares, medios magnéticos, satélites, libros, redes, discos
duros y calculadoras, entre otros. De allí que ya no es necesario poseer
la información exacta en el cerebro humano y lo esencial ahora es saber
encontrarla, procesarla e interpretarla.
La escuela homogenizante, rutinaria, descontextualizada, mecánica,
fragmentaria y repetitiva no se corresponde con un mundo social y
económico cada vez más flexible, global, incierto y cambiante. Siguen siendo
en extremo preocupantes los resultados que obtienen los estudiantes en
pruebas de competencias realizadas para verificar los impactos alcanzados
por la educación recibida.
Durante los últimos años Colombia ha obtenido los últimos lugares en
las pruebas y estudios internacionales como los llevados a cabo por PISA
(Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos) de la OCDE
234

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
(Organización Internacional para la Cooperación y el Desarrollo); PIRLS
(Estudio Internacional de Competencias Lectoras) y TIMMS (Pruebas
Internacionales en Matemáticas y Ciencias). La mitad de los estudiantes de
grado noveno en América latina presenta un nivel de comprensión lectora
similar al que debería tener los estudiantes que recién ingresan al sistema
escolar.
Ante este oscuro panorama, adquiere importancia preguntarse por los
nuevos desafíos que deberá enfrentar la educación en las próximas décadas
y pese a lo complejo e incierto de dicho ejercicio, resulta indispensable que
los maestros asumamos con compromiso la tarea de repensar el sentido y
la función de la escuela en la época actual. Para ello, se pone a discusión,
desde la perspectiva de la pedagogía dialogante, ocho posibles desafíos de la
escuela en las primeras décadas del siglo XXI.
Primer desafío. Asignar mayor importancia al desarrollo integral frente al
aprendizaje. Hoy día, las redes electrónicas significan inagotables memorias
sociales externas al individuo y la necesidad de disponer en la memoria
individual de informaciones y datos particulares, ha sido eliminada por
éstas. Ha perdido pertinencia la escuela centrada en el aprendizaje de
informaciones de tipo particular, actividad a la cual se había dedicado la
escuela a lo largo de los últimos siglos. Se calcula que cada doce años se
duplica el conocimiento humano.
La escuela, tal como dice el proverbio chino, debería ser un lugar para entregar
cañas de pescar y no pescados a sus estudiantes. Cañas que les permitan
a los estudiantes pensar, amar y actuar. Quien alcanza altos niveles de
desarrollo en sus competencias interpretativas, posee una caña para adquirir
conocimientos. Lo mismo sucede a quien posee redes conceptuales, claras,
jerárquicas y diferenciadas, o a quien haya desarrollado interés por conocer
y autonomía para pensar, sentir y actuar.
Las condiciones socio-históricas actuales exigen un cambio profundo en las
finalidades de la educación. La finalidad última de la escuela tiene que ser la
de garantizar mayores niveles de pensamiento, afecto y acción. No se trata
simplemente de transmitir conocimientos como supuso equivocadamente
la escuela tradicional, sino de formar individuos más inteligentes a nivel
cognitivo, comunicativo, emocional, social y praxiológico.
235

Las voces de la Otredad
Segundo desafío. Abordar al ser humano en su complejidad (diversidad e
integralidad). Frente a una escuela que creyó que su única responsabilidad era
académica, la nueva escuela del siglo XXI tendrá que contribuir a desarrollar
las diversas dimensiones del estudiante. Frente a una escuela que restableció
formas “feudales” de propiedad basadas en la fragmentación y el aislamiento
de los conocimientos, hay que luchar por una nueva educación que privilegie
la integralidad y la complejidad del ser humano; que reivindique las áreas
frente a las asignaturas y los ciclos frente a los grados.
Los educadores somos responsables del desarrollo de la dimensión
cognitiva de nuestros estudiantes, pero tenemos iguales responsabilidades
en la formación de un individuo ético que se indigne ante los atropellos, se
sensibilice y responsabilice individual y socialmente. La escuela es copartícipe
del desarrollo y este desarrollo tiene que ver con las diversas dimensiones y
competencias humanas (pensamiento y lenguaje, emociones y sentimientos,
acción y praxis). El ser humano piensa, ama y actúa y es obligación de la
escuela enseñar a pensar mejor, amar mejor y actuar mejor.
Tercer desafío. Priorizar el trabajo en competencias básicas. Las competencias
deben ser entendidas como aprendizajes integrales, generales, que alcanzan
niveles de idoneidad crecientes y las cuales se expresan en diversos contextos.
Las competencias implican de esta manera un saber hacer, un saber sentir
y un saber pensar. Sólo somos competentes cuando acompañamos la
comprensión de pasión y acción, cuando logramos niveles de idoneidad en
ello y cuando podemos operar con los conceptos en contextos diversos.
Lo cognitivo nos dota de herramientas para saber lo que hacemos y
cómo y por qué lo hacemos. Lo valorativo nos permite tener presente las
intenciones, la voluntad y la responsabilidad. Lo praxiológico nos orienta
hacia la consecución de las habilidades reflexivas y conscientes a un alto
nivel de idoneidad. Frente a una escuela que de tiempo atrás fragmentó al ser
humano y creyó que era deseable privilegiar lo cognitivo lo valorativo, hoy
por hoy hay que pasar a otra escuela que no acepte los falsos dilemas que
genera el pensamiento dogmático y que reivindique la integralidad como
propósito formativo.
Frente a una escuela que asignó mayor importancia a lo particular y
específico, trabajar por competencias implica una transformación profunda,
236

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
al centrar el proceso educativo en mayor medida en los aspectos más generales
y esenciales. Trabajar y evaluar por competencias demanda organizar el
currículo y las evaluaciones por niveles de complejidad creciente y hacerlo
en diversos contextos. En este sentido, demanda pensar en nuevos fines y
nuevos contenidos a ser abordados en la educación, porque con los fines
actuales centrados en la reproducción y la domesticación del ser humano, no
es posible un trabajo por competencias.
Cuarto desafío. Desarrollar una mayor diversidad y flexibilidad curricular. La
prioridad de formar individuos flexibles se ha convertido en una necesidad. El
trabajo rutinario y sincronizado que exigía el mundo empresarial, favoreció la
entronización de una escuela rutinaria que se ha concentrado en aprendizajes
únicos, mecánicos y repetitivos. Estas características marchan en contravía
de la flexibilización creciente del mundo social, económico y político. Hoy
día, los individuos estudian a sus propios ritmos y en sus propios espacios y
tiempos. La escuela, por tanto, deberá promover la originalidad, la fluidez y
el pensamiento independiente, algo que está muy distante de lograrse.
Casi la totalidad de las escuelas tradicionales se parecen entre sí. Sus fines,
proyectos, contenidos, estructuras, programas, currículos, textos, énfasis y
prácticas evaluativas tienden a la homogeneidad y la uniformización. En las
nuevas escuelas deberán primar la diversificación, la tolerancia y el respeto a
la individualidad. Las escuelas, crecientemente, deberán destinarse a formar
individuos diferentes para la multiplicidad de opciones que ofrece la vida. La
nueva escuela tendrá que reivindicar la atención a la diversidad y al contexto
sociocultural. Se hará imperioso diversificar y flexibilizar las instituciones
y los currículos, adecuarlos a las condiciones contextuales, históricas,
biodiversas y socioculturales de los individuos.
Quinto desafío. La formación de individuos más autónomos. Vivimos en
una época en que el futuro se llama incertidumbre y el azar juega a los dados
con la vida, contrariando las tesis de Einstein. En estas condiciones y en
medio de un bombardeo asfixiante de información, el individuo se enfrenta a
desafíos y múltiples decisiones cognitivas, políticas, vivenciales y valorativas
sobre las que tendrá que optar. La escuela debe formar individuos que estén
en capacidad de tomar decisiones comprometidas y responsables y para ello
requiere formar seres mucho más autónomos.
237

Las voces de la Otredad
La autonomía permite al estudiante pensar, valorar y actuar por sí mismo.
Sólo allí culmina propiamente el proceso educativo y por eso todo maestro
consciente debería tener siempre presente como una de sus metas, el lograr
que sus estudiantes dejen de necesitar su apoyo y participación para que
“piensen y razonen con su propia cabeza”, como decía Alberto Merani.
Sexto desafío. Favorecer el interés por conocer. El interés por el conocimiento
es la verdadera “gasolina” de todo proceso intelectual. Es lo que garantiza
que lo enseñado siga vivo aún después de salir del salón de clases, lo que
permite que el conocimiento engendre más conocimiento. Sin ese interés, de
poco valdría la comprensión conceptual o la competencia para pensar, ya que
el objetivo de todo maestro es que su alumno aprenda a aprehender, para que
cuando él no esté presente sigan teniendo impacto sus enseñanzas. Para esto
es necesario cultivar el interés por conocer, la necesidad de hacerse preguntas
y asombrarse ante los objetos del mundo social, natural y simbólico.
Séptimo desafío. Favorecer la solidaridad y la diferenciación individual. El
papel predominante alcanzado por el individuo en la fase actual del desarrollo
del capitalismo, hace parecer lo colectivo como un valor anticuado, casi que
medieval. El individualismo es un sello característico y dominante de la
sociedad occidental actual. Sin embargo, la preocupación por los demás es
una tendencia natural del ser humano. Los avances científicos y los inventos
ya no son producto de individuos aislados, sino de verdaderos equipos, de
centros de investigación que trabajan de manera aunada.
La necesidad de favorecer la solidaridad se acrecienta en el mundo actual
y en especial en un continente y un país como en el que vivimos. En un
país con el segundo lugar en el mundo en desplazamiento y los primeros
lugares en miseria, violencia, corrupción, inequidad, injusticia, narcotráfico,
terrorismo de estado, justicia privada y paramilitar, entre otros males,
ponerse en el lugar del otro para sufrir con sus tristezas y gozar con sus
alegrías, se torna en una necesidad impostergable.
Octavo desafío. Desarrollar la inteligencia intra e interpersonal. La escuela
actual privilegia lo específico sobre lo general, el aprendizaje sobre el
pensamiento y la memoria de corto plazo frente a la memoria semántica.
Pero si ello es así a nivel cognitivo, en el amar y en el sentir no existen dudas
sobre el poco impacto que hasta el momento ha logrado la escuela. La
escuela no forma valorativamente.
238

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
La escuela que todos conocemos no nos ha enseñado a conocer a los otros,
a favorecer la tolerancia y el respeto por la diferencia y mucho menos a
conocernos a nosotros mismos y a expresar nuestros sentimientos. Es una
escuela que sobrevalora lo cognitivo y que casi ha abandonado la dimensión
socio-afectiva. Por ello somos tan frágiles en la vida afectiva y en el mundo
del amor, las emociones y los sentimientos.
Vivimos en una sociedad en la que son dominantes la soledad, el aislamiento
y la depresión de sus miembros. Han disminuido los niveles de comunicación,
cohesión y atención. Vivimos una época que ha ido eliminando de maneras
creciente el tiempo libre y, por ende, el uso creativo del mismo. Esta es una
sociedad adicta al trabajo cuyo tiempo entregado a lo laboral lo toma de
la familia, la diversión, la lectura, la recreación y el deporte. La mayoría
las empresas exigen disponibilidad completa, pero a cambio sólo ofrecen
inestabilidad, incertidumbre, ansiedad y ausencia general de comunicación.
En este contexto social, laboral, familiar, histórico y cultural, la preocupación
por la estabilidad psicológica y afectiva, cobra especial atención. Hay una
responsabilidad creciente por formar seres humanos que se conozcan más a
sí mismos y que sepan leer los gestos y las expresiones de los demás al igual
que expresar las propias.
Adaptación de un texto de Julián de Zubiría Samper, dossier “Búsquedas actuales
de la Pedagogía”, Federación Colombiana de Educadores FECODE, revista
“Educación y Cultura” número 84, septiembre de 2009.
Estos son los desafíos del siglo XXI: Formar al ciudadano del siglo XXI; La
inclusión social como eje; liderazgo corporativo y desburocratizado; inteligencia
sinérgica; el abrazo tecno-pedagógico; impacto evaluativo de las TIC; romper
con el mito de los nativos digitales; fomento del pensamiento crítico y creativo;
trascendencia de la educación emocional; unidad indisoluble familia - escuela
– comunidad; desarrollo de competencias comunicacionales; relevancia de los
intereses del aprendiz; nuevo rol formativo del docente; aprendizaje eco – socio –
sistémico; visión holística de los ámbitos y los roles educativos; contenido cognitivos
interactivos; construcción de currículos pertinentes; formación para la convivencia
ciudadana; prevenir las enfermedades producto de la ansiedad tecnológica.
239

Las voces de la Otredad
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
Tarde que temprano, los demás van a decepcionarnos y nosotros a ellos.
Siempre seremos a la vez sapos y princesas, lobos y caperucitas, bellas y
bestias, ángeles y demonios. Ser conscientes de ello, nos ayudará aceptar al
otro y nosotros mismos.
Surgirá, algún día, un movimiento iconoclasta e insurgente que destruirá
ídolos de barro, altares populistas, caudillismos exacerbados, verdades
reveladas, seres predestinados, paraísos almibarados.
Estamos básicamente preocupados por nosotros mismos y cuando nos
acercamos a los demás no lo hacemos como parte de un proceso natural y
espontáneo, sino como algo artificial y compulsivo.
Mientras no podamos admitir que somos seres humanos y que necesitamos
ayuda para exponer y fortalecer nuestros puntos vulnerables, seremos
incapaces de establecer relaciones verdaderas.
Se trata de atrevernos a enfrentar lo que tememos en vez de evadirlo; correr
el riesgo de perder algo; sostener una confrontación; soportar un rechazo;
aceptar la verdad por más desagradable que sea.
Valoramos más las verdades absolutas y autoritarias por el cúmulo de
certezas que llevan consigo, que aquellos criterios cargados de relativismo,
indagadores e interpelantes.
La felicidad no se busca, se encuentra. Como la propia sombra, huye de
nosotros cuando vamos tras ella y nos sigue cuando caminamos hacia el sol
de nuestras verdades.
Por más que hablemos de ayudar a otros, las experiencias sólo son nuestras
y al final del cuento, cada uno debe vivir su vida asistido sólo por sus propias
verdades.
La hostilidad atrapa la mente en un círculo vicioso, unas veces convertida en
frenético desdén, otras tantas, en amarga obsesión.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
La compasión es la respuesta espontánea del amor; la lástima, el reflejo
involuntario del miedo.
El amor, indefectiblemente, es un oleaje de afectación que surge desde la
orilla de la otredad.
El resentimiento es una mala hierba difícil de eliminar del jardín de nuestra
psiquis.
Hay que desistir de seguir viviendo bajo el peso de verdades inútiles que no
le produjeron felicidad alguna ni siquiera al que las creó.
Debemos vivir con nuestros propios criterios de verdad cada vez más
enamorados del mundo, de la vida y de la gente.
El amor articula como actitud seis sentimientos: el deseo, la compasión, la
admiración, el respeto, la gratitud y la lealtad.
Definir el amor es como intentar explicar el sabor de una naranja: sólo se
conoce su sabor después de probarla.
Nos descubrimos en la soledad de nuestras verdades y en la modesta
memorabilia de nuestro accionar.
Nuestra paz interior es el signo más evidente de que hemos encontrado al fin
uno que otro criterio de verdad.
Es esencial aprender a respetarse a uno mismo para vivir una relación
amorosa y armoniosa.
La certeza deja entrever las dudas, pero éstas, mediadas por las palabras, se
tornan en verdades.
Sólo amamos el reflejo de nosotros mismos reproducido en los demás.
Los errores son peligrosos por las verdades letales que contienen.
No defendemos la verdad sino nuestra veleidosa infalibilidad.
La memoria es pariente de la verdad pero no su gemela.
241

Las voces de la Otredad
UNA APUESTA POR EL FUTURO
Necesitamos hombres y mujeres que, conscientes de sus limitaciones, no pierdan
de vista sus perspectivas; personas que tengan visión, pasión y decisión; sujetos que
quieran correr riesgos e innovar, infringir viejas reglas, reencauzar roles, desafiar el
statu quo, romper con el pasado, reinventar el futuro, no aceptar lo convencional;
seres que al cambiar de mentalidad y actitud, transformen también sus vidas y su
entorno convirtiendo el éxito en un trampolín y no en un pedestal.
He aquí los grandes temas del futuro: gestión para la producción de valor;
reestructuración empresarial; ingeniería organizacional; competencia para la
negociación y la resolución de conflictos; dimensión estratégica de la gestión
humana; liderazgo estratégico y situacional; crecimiento humano y gerencial;
gerencia de la imaginación; gestión para la competitividad; planeación por
escenarios; aseguramiento de la calidad.
Estamos convencidos de que nuestros cambios exponenciales requieren más
creatividad y menos esfuerzo y que el futuro sólo lo forjan aquellos que tienen visión,
valor y sabiduría y piensan más allá de lo conocido. Vemos el pasado y el futuro
presentificados y condensados en un ahora, el único momentum creciente que no
tiene fin. Percibimos cada día que nace, se asoma y nos observa desde el alcor, como
un gran acontecimiento, quizás el mejor regalo que nos ha hecho el dios de la vida y
el amor.
Es un error pensar que nos empuja el pasado en lugar de creer que lo que realmente
nos impulsa es el futuro. El futuro es esa fuerza potencial que nos dirige hacia
la expansión, la apertura y la acción. Somos ejecutores sinérgicos, proactivos
y solidarios con el valor decisorio suficiente para correr riesgos, desafiar el
stablishment, romper con el pasado e inventar el futuro. Empieza a surgir una
sociedad urbana ecoeficiente y un mundo más lleno de sentido. El futuro dependerá
de si triunfa la codicia y la mezquindad o el altruismo y la solidaridad.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
243

Las voces de la Otredad
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA
VII
Despiertas de tus sueños e inicias la dura lid para que se hagan realidad,
bebes en apurado sorbo ciertas verdades tan amargas como venenosas
degustando en su última gota el acibarado y agrio brebaje del absurdo,
libando tu soledad en ese gusto con que insalivas la acidez del alimento.
Tú que conoces los efectos lacerantes e infamantes de la injuria y el desdén,
que te hieren a través de los recuerdos, acompañas en tu estoico caminar,
virtuoso peregrino, los desagravios espectrales de la indiferencia y el olvido
seguidos por esa sombra enhiesta y prolongada sin asir que es tu soledad.
Reconoces nación y patria en la orogenia de tus sueños y altivo los acoges
como esos cálidos vecinos que conviven el patetismo telúrico de tu ahora,
cercanos a esa realidad quimérica que te enseñó a venerar los imposibles
y reconocerlos como cautivantes símbolos de un azar que te hizo maldecir.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
VII. PEDAGOGÍA, MEMORIA Y OLVIDO
A. ANECDOFABULARIO. LA HISTORIA DE ALGÚN LUGAR.
UNA ESTRATEGIA CIUDADANA
B. SEMBLANZA. MUERTE, PASIÓN
Y VIDA DEL CHE GUEVARA
C. GENOCIDIOS, MEMORIA Y OLVIDO. MEMORIAS
PARADÓJICAS DEL OLVIDO
D. LOS AQUELARRES DE LA MEMORIA COLECTIVA.
EXTRAVÍOS DE LA MEMORIA COLECTIVA.
DIATRIBA CONTRA EL OLVIDO. SEMILLERO
SOBRE EL OLVIDO
E. VISIÓN PEDAGÓGICA DE UNA CULTURA DE PAZ.
PENSAMIENTOS PACIFISTAS
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
ILUSTRACIÓN VII
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA VII
La memoria es un proceso dinámico de dos vías: una es el almacenamiento de
sensaciones, sentimientos, cosas que hemos percibido, que hemos vivido consciente
o inconscientemente. La otra vía es la de la recuperación de los recuerdos que
activamos y actualizamos para usarlos en un momento determinado, para vivirlos
al lado de otra percepción que extraemos de la realidad del momento en el que nos
encontramos.
El olvido es necesario ya que si recordáramos todos los acontecimientos que hemos
tenido, todo lo realizado, la vida sería imposible. Olvidamos selectivamente. Las
memorias, los recuerdos, están jerarquizados por nuestro cerebro según su contenido,
su interés para nosotros, sus aspectos emocionales, etc. Olvidamos unas cosas antes
que otras, con detalles más o menos abundantes, según las circunstancias, su utilidad
o su oportunidad.
Lo mismo que el uso, la reiteración de estímulos o de acontecimientos sirven para
mantenerlos vivos. Por el contrario el paso del tiempo, sin reactivación de recuerdos,
facilita su olvido.
Extracto de una conferencia de José María Segovia de Arana, “Memoria y olvido”.
245

Las voces de la Otredad
A. ANECDOFABULARIO
LA HISTORIA DE ALGÚN LUGAR
Algún Lugar era un planeta depresivo lleno de dificultades y contingencias. Tres
lunas orbitaban a su alrededor y él, a su vez, giraba en torno a dos soles. Sus lunas
influían en las mareas causando grandes maremotos e inundaciones. Su órbita
alrededor de los soles oscilaba entre el congelamiento y el calor abrasante. Algún
Lugar sentía que sus esperanzas de supervivencia se habían agotado. Pensaba que
si bien los planetas son cuerpos solitarios que no pueden encontrarse y aprender
los unos de los otros, tampoco podían dejarse morir así, sin más.
Algún Lugar decidió mirar hacia su interior. En lugar de estudiarse en el espejo
de su atmósfera, se miró a sí mismo como nunca lo había hecho hasta entonces:
capas geológicas, pozos, arroyos y ríos subterráneos, cuevas, raíces, depósitos de
petróleo, filones de oro, plata y gemas brillantes… Debajo de todo eso observó
un área estable y pesada que ni siquiera la tormenta más violenta podía mover
o deformar. Era un poderoso imán y una fuente de energía. Algún lugar nunca
había conocido esta parte de sí mismo.
“¿Quién eres tú?”, le preguntó Algún lugar sorprendido. “Yo soy tu núcleo”,
respondió la extraña fuente. “¿Y para qué sirves?”, indagó con curiosidad
el planeta. “Simplemente soy parte de ti -dijo el núcleo-, yo soy tu centro y te
mantengo estable en tu sistema solar. Los problemas externos me ponen a prueba
y me dan poder y energía. Ahora que por fin nos hemos encontrado, podemos
trabajar juntos para influir en todo lo que nos rodea y alcanzar nuestro destino”.
“¿Por qué no me habías hablado antes?”, preguntó lleno de inquietud. “No tenía
voz -le contestó su núcleo-, hasta que me encontraste. Sólo prestabas atención a
tu mundo exterior. Ahora estás empezando a fijarte en tus recursos interiores.
Piensa en los tesoros que hoy has descubierto. Eres mucho más rico de lo que
jamás hubieras imaginado. Tus partes ocultas han estado trabajando contigo
durante todo este tiempo sin que tú te hubieras dado cuenta y han contribuido a
tu supervivencia”.
El planeta maravillado por su gran descubrimiento, ocupó ahora sí, seguro, su
lugar en el universo. Conocer su núcleo interior, sus recursos y sus potencialidades
le permitió continuar su viaje lleno de gozo hacia su destino cósmico.
246

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
UNA ESTRATEGIA CIUDADANA
Cuenta una vieja leyenda que cierta ciudad era un verdadero reducto de
traficantes, contrabandistas y gente de baja calaña. El peor de los criminales,
rehabilitado por un monje del lugar, decidió que aquella situación no podía
prolongarse por más tiempo. No perdió tiempo en convencer a nadie porque
todos le temían dada su peligrosa reputación de malvado y además por ser
un gran conocedor de la condición humana.
El ex-convicto hizo llamar a algunos carpinteros de una aldea vecina y les
pidió que construyesen algo especial en el lugar donde hoy se encuentra una
cruz. Día y noche, durante varios días, los habitantes de la ciudad fueron
testigos del inusitado movimiento: escucharon el ruido de los martillos,
vieron a hombres serrando piezas de madera, preparando encajes, colocando
tornillos… Hasta que el gigantesco rompecabezas quedó montado en medio
de la plaza, cubierto por un velo. El enigmático personaje llamó luego a los
curiosos y medrosos ciudadanos para que presenciasen la inauguración del
monumento.
De manera solemne y sin pronunciar discurso alguno, descorrió el velo: era
una horca con su respectiva trampilla y con un lazo cubierto de cera, resistente
a los embates del mal tiempo. Después, ante la multitud aglomerada, con
tono grave el personaje leyó una serie de leyes que protegían a los agricultores
y comerciantes, incentivaban la cría de ganado, premiaban a quien trajera
nuevos negocios a la región y exhortó, a su vez, a todos los concurrentes
a que, a partir de aquel momento, todos consiguieran un trabajo honrado.
De lo contrario, tendrían que marcharse de la ciudad. Poco creyente en
las amenazas, no mencionó una sola vez el “monumento” que acababa de
inaugurar.
Al final del encuentro se escuchaban runruneos que provenían de los corrillos
que se formaron después de la ceremonia. Muchos consideraban que habían
sido engañados por alguien que ya no tenía la misma valentía de antaño para
enfrentarlos y debía, por lo tanto de hacérsele un juicio. Durante varios días
se siguió discutiendo el asunto y el procedimiento para enjuiciar al acusado.
Pero todos se veían obligados a contemplar esa horca en mitad de la plaza
y se preguntaban por qué y para qué la habría puesto allí. ¿Acaso se habría
247

Las voces de la Otredad
montado para ejecutar a aquellos que no obedecieran la normatividad?
¿Quiénes estaban realmente a favor o en contra del supuesto legislador?
¿Habría espías infiltrados en medio del grupo conspirador?
La horca miraba a los pobladores del villorrio y sus habitantes miraban a la
horca. Poco a poco, la febrilidad de los rebeldes fue dando paso al miedo:
todos recordaban la fama que tenían sus implacables decisiones. Algunas
personas abandonaron la ciudad. Otras decidieron realizar los trabajos y las
tareas sugeridos, simplemente porque no tenían a dónde ir o porque sentían
amedrentados por la sombra que proyectaba aquel instrumento de muerte en
el centro de la plaza.
Un tiempo después, la gente comenzó a notar una serie de novedades: el
lugar estaba en paz; los delitos habían disminuido; la ciudad se convirtió
en una importante estrella comercial; se empezó a comercializar con la
mejor lana y se produjo trigo de primera calidad. La horca permaneció en
su lugar durante muchos años. La madera resistía bien y de vez en cuando
se cambiaba la cuerda o se la enceraba. Nunca llegó a usarse y nadie volvió
a pronunciar una sola palabra sobre ella. Bastó su imagen para convertir el
valor en miedo, la confianza en sospecha, las bravuconadas en susurros de
conformidad.
Pasado un tiempo, cuando la ley finalmente imperó en aquella ciudad, el gestor de
aquella siniestra idea, mandó a desmontar la estructura maderil de la horca y a
construir, en su lugar, una cruz.
Adaptación de un cuento portugués.
Había una vez un campesino gordo y feo que se enamoró de una fontanera sucia y
desgreñada. Un día cualquiera, ambos se dieron un pasional beso y mágicamente
ambos se convirtieron en esbeltos y apuestos príncipes…
Por lo menos así lo veía ella… Por lo menos así se sentía él.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
B. SEMBLANZA
MUERTE, PASIÓN Y VIDA DEL CHE GUEVARA
El polémico libro sobre el Che Guevara (“Valgo más vivo que muerto”)
lanzado en noviembre de 2014 por el escritor cubano Alberto Müller, sobre
la soledad del guerrillero y sobre su vida, una insaciable sed por la muerte
saciada por el amor a la vida, aún sigue levantando roncha. De manera
sucinta nos referiremos a las cuatro muertes del guerrillero cordobés. Su
primera muerte se da a los veinticuatro años cuando regresa a Buenos Aires
de su viaje por América latina y descubre su vocación revolucionaria: “El
personaje que escribió estas notas murió al pisar de nuevo tierra argentina…
Yo no soy yo… Este vagar sin rumbo por nuestra me
ha cambiado más de lo que creí”.
Sus estudios de medicina que deja inconclusos en 1953; sus tertulias con
Berta Gilda Infante (“Tita”), militante universitaria comunista; las sombrías
percepciones que le produce la tragedia de los refugiados españoles auxiliados
por su padre, en la propia voz de Manuel de Falla; sus lecturas filosóficas y
poéticas (Baudelaire, Freud, Neruda, Sartre, Kafka, Camus, Icaza, Asturias);
el descubrimiento de Carlos Marx (“El Formen” de 1859) y las ideas del
Pandit Nerhu (“El descubrimiento de la India”); sus andanzas en auto stop,
en moto y bicicletas (“Diarios de Motocicleta”, del director Walter Salles)…
Luego vendrán sus viajes como paramédico por América del Sur a bordo
del barco petrolero YPF; el descubrimiento del pensamiento de José Carlos
Mariátegui, el primer marxista de América y su amistad con su discípulo
mayor, el médico leprólogo Hugo Pesce; sus “Diarios de Viaje” donde toma
partido por la lucha antiimperialista, indigenista y campesina en América
Latina… todo ello despierta su sensibilidad social y, a la vez, registra y
confirma la muerte del joven de “buena vida”, del jugador de Rugby, del
“hippie enfermizo”, del “diletante pequeño burgués”.
Sobreviene después su segunda muerte. La agonía comienza con su nuevo
viaje a América del Sur y Centroamérica; su contacto con el movimiento
Nacionalista revolucionario Boliviano (MNR) y con la revolución fallida
liderada por el coronel Jacobo Arbenz en Guatemala que concluye en una
249

Las voces de la Otredad
inhumana dictadura apoyada por la CIA, el gobierno de Eisenhower y la
United Fruit Company; su relación afectiva e intelectual con Hilda Gadea
una exiliada peruana dirigente del APRA y su militancia en la brigada César
Augusto Sandino; su exilio en la embajada argentina con sede en Guatemala
y su viaje a México. De esta época es su primera proclama: “He jurado ante
una estampa del viejo y llorado camarada Stalin, no descansar hasta ver
aniquilados estos pulpos capitalistas”.
Su vida toma un nuevo rumbo cuando el Che enarbola en México la bandera
roja y negra del “Movimiento 26 de julio” creado en 1955 por un joven
llamado Fidel Castro, líder de un grupo de nacionalistas cubanos que buscan
derrocar el movimiento sanguinario, corrupto y libertino de Fulgencio Batista
e iniciar, de esta forma, en la Isla, esa revolución social tan anhelada. Fidel
funda este movimiento en honor a José Martí, mártir de la independencia
cubana muerto en 1895 y en recuerdo del asalto al Cuartel Moncada (1953)
donde había sido preso con sus 18 camaradas, condenado a 10 años de
prisión y luego indultado.
A partir de 1956 comienza con 20 personas su entrenamiento en guerra de
guerrillas en su rancho de Jalisco… Nacen así, sus dos amores: su fervor
revolucionario procubano y su hija “primogénita” Hilda Beatriz. En ese
mismo año es arrestado por la policía mejicana y por primera vez, el Che
Guevara se confiesa como un comunista fiel a la causa revolucionaria cubana
y leal a su “comandante” Fidel Castro (“ardiente profeta de la aurora”.
Muchos han olvidado que ese “Movimiento 26 de Julio”, vilipendiado más
tarde, tuvo el apoyo de la CIA y el gobierno norteamericano, de la prensa
estadounidense y de algunos empresarios gringos apostados en Cuba.
El 2 de diciembre de 1956, 82 hombres, entre ellos, Ernesto Che Guevara,
parten hacia Cuba en aquel yate llamado “Granma” que encalla en el golfo
de Guacanayabo. Después de perder sus provisiones, el grupo es emboscado
por el ejército de Batista y más de 60 de ellos son ejecutados o detenidos. El
resto, algunos de ellos heridos como el Che, se dispersa y varios días después,
se reencuentran en la Sierra Maestra. Allí el Che se muestra, contrario a lo
que se cuenta, como un médico solícito, un combatiente que combina la
severidad reglamentaria de la guerra con la ecuanimidad y la indulgencia
frente a los errores cometidos por sus camaradas y aboga por los derechos de
los prisioneros de guerra.
250

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Más tarde vendrán los combates en la Sierra Maestra (El Cuartel del Uvero)
y las célebres entrevistas de 1957 para el New York Times y para la CBS que
convierten a Fidel Castro y a Ernesto Guevara en una leyenda vida entre los
campesinos guajiros, el pueblo cubano y toda América. La epopeya vivida
por la “cuarta” columna guerrillera al mando de Ernesto Che Guevara y
Camilo Cienfuegos es digna de ser contada y debería ser una gesta heroica
y libertaria de obligado estudio en la cátedra de Historia latinoamericana
en colegios y universidades donde sus estudiantes saben más de las batallas
míticas y lejanas del pueblo egipcio, persa o griego, que de las protagonizadas
por nuestras comunidades vernáculas.
Su tropa integrada por una “cuadrilla espuria de guajiros y negros”,
alfabetizada y educada por el Che, bautizada como “los descamisados”, en
recuerdo de Eva Perón que así denominaba a aquellas huestes de humildes
seguidores, protagonizan la gran gesta libertaria del pueblo cubano (“El
pelotón suicida”), a pesar de la campaña de desprestigio que se fraguaba
en su contra (“bandoleros”, “forajidos”, “asesinos”). Después vendrán
los bombardeos de napalm y la arremetida de 10 mil soldados contra 280
guerrilleros; la epopeya de la columna 8 de Minas del Frío; la victoria de
Jigüey; las divisiones internas que terminan con el pacto de Caracas donde
se reconoce a Fidel como comandante en jefe.
Vendrá también la retirada del ejército de Batista de la Sierra Maestra; La
instalación del campamento de caballete de Casas, después de atravesar 600
kilómetros de zonas pantanosas, acosados por aviones y tropas del gobierno
reaccionario; los célebres y controvertidos fusilamientos de disidentes y
“chivatos proyankis”; las fallidas elecciones del 3 de noviembre de 1958
en Cuba donde sale electo Andrés Rivero Agüero; la toma de Santa Clara
donde 350 guerrilleros se enfrentan a 3.500 soldados (“Tu mano gloriosa
y fuerte/ desde la historia dispara/ cuando todo Santa Clara/ se despierta
para verte”, reza la legendaria canción).
Un ataque contra el tren blindado, el repliegue de las tropas, la ruidosa y
festiva toma de la Habana, la caída de Fulgencio Batista y su huida ese
3 de enero de 1959, marcan el comienzo del final de su segunda muerte.
Aún se siguen escuchando sus proclamas guerreras: “Donde quiera que la
muerte nos sorprenda, será bien recibida mientras nuestro grito de guerra sea
escuchado… Si avanzo, seguidme; si me detengo, empujadme; si retrocedo,
251

Las voces de la Otredad
matadme… Tal vez, si fuera necesario, estaría dispuesto a dar mi vida por la
liberación de cualquier país latinoamericano… Prefiero morir de pie a vivir
arrodillado”. Una nueva vida comienza para el guerrero victorioso después
del triunfo de la revolución cubana con el episodio final de la toma de los
cuarteles de Columbia y la Cabaña el 2 y 3 de enero de 1959.
El Che Guevara recibe la nacionalidad cubana y desempeña varios cargos:
Ministro de la Reforma Agraria (“No puede haber campesinos
sin tierra, ni tierra sin trabajar”); Ministro de Industria (desarrollo del sector
siderúrgico); presidente del Banco Nacional. Luego viene una improvisada
carrera diplomática que lo lleva a alternar con personajes de la talla del
soviético Nikita Kruschev, los líderes de la Revolución China de 1949 (Mao
Tse Tung y Shou En Lai), el egipcio Gamal Abdell Nasser, fundador de la
RAU (República Árabe Unida) y creador del término “Tercer Mundo”, el
jefe de la resistencia indonesia Ahmet Sukarno, el Pandit Nerhu, uno de los
adalides de la independencia hindú y Josip Broz Tito, líder de la antigua
resistencia yugoslava.
El encuentro con Jean Paul Sartre (“El Che es el ser humano más completo de
nuestra época”), le permite discernir esa mixtura exótica de aquellos tiempos
(Marxismo y Existencialismo) y su participación en el Primer Encuentro de
Juventudes Latinoamericanas (1960), revela el ideal guevarista del “hombre
nuevo socialista”, a tono con el ideal gramsciano del intelectual y político
“orgánico”. “La división de América en nacionalidades inciertas e ilusorias
es completamente ficticia. Constituimos una sola raza desde México hasta
el estrecho de Magallanes. Brindo por una América Unida”, se le oyó decir
por aquellos tiempos… “José de Vasconcelos y su “raza cósmica” han
renacido en los ideales libertarios del Che”, vociferaba uno de sus fervientes
seguidores.
El Che Guevara fue testigo de primer orden de los hechos históricos que
sacudieron el mundo político en la década de los 60: El traspaso del poder de
Eisenhower a Kennedy; la invasión de Bahía de Cochinos con la ayuda del
dictador Anastasio Somoza, la CIA y la United Fruit Co; el comienzo de la
sangrienta “Operación Mangosta” contra el todo lo que oliera a “revolución
cubana”; la reunión de la OEA en el paraje uruguayo de Punta del Este
donde se propuso el bloqueo a la isla y la creación de la Alianza para el
Progreso, una mentirosa estrategia política de ayuda económica y social
252

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
para América Latina; el comienzo de las dictaduras en América del Sur
con los derrocamientos de los gobiernos de Arturo Frondizi en Argentina
y Janio Cuadros en Brasil; la crisis de los misiles (caso de Cuba y Turquía);
los comienzos de la Guerra Fría con la construcción del Muro de Berlín en
1962; el asesinato de Kennedy, el comienzo de la guerra del Vietnam… entre
otros.
Este periplo como “político de cuello blanco” termina con su célebre
intervención el 11 de diciembre de 1964 ante la ONU donde defiende la
legitimidad de “los juicios revolucionarios” que llevaron al fusilamiento
de más de 500 personas acusadas de conspirar contra el nuevo régimen:
“Fusilamos y seguiremos fusilando mientras sea necesario. Nuestra lucha
es una lucha a muerte… Nuestros ojos libres hoy, son capaces de ver lo
que ayer nuestra condición de esclavos coloniales nos impedía observar: que
la esconde bajo su vistosa fachada un cuadro de
hienas y chacales”. El Che añora por estos tiempos su vida austera al lado de
sus campesinos en la zafra cubana y su compromiso con una trágica utopía:
la liberación de América Latina (“el sentido absolutamente fatalista de mi
misión, me despoja del miedo”).
La entrevista dada por el Che al Diario Socialista “Daily Worker” sobre el
caso de los misiles fue el comienzo de un trágico destino que lo fue alejando
de las posturas “revisionistas” programáticas del Partido Comunista y de la
defensa de una hipócrita filosofía de “Coexistencia Pacífica” que vendió los
movimientos revolucionarios mundiales, algunos de ellos liderados por el
Che Guevara como fueron los de Guatemala, Nicaragua, Perú, Colombia,
Venezuela y Argentina que fracasaron luego, pero que sentaron las bases
para los futuros movimientos guerrilleros en América Latina tales como el
Frente Sandinista para la Liberación de Nicaragua, El Frente Farabundo
Martí del Salvador, los Montoneros de la Argentina, Los Tupamaros del
Uruguay y el Ejército de Liberación Nacional de Colombia.
La experiencia del Congo que reivindicaba las luchas y las ideas de Patricio
Lumumba, asesinado en 1961 por la CIA y que concluye con la siniestra
dictadura de Joseph Mobutu que duraría 30 años, cierran otra página en su
etopeya guerrillera que llamará en sus cartas “La historia de un fracaso”.
Una frase dicha a sus tropas por aquellos tiempos sintetiza su actitud frente
a la vida y las inexorables consecuencias de su lucha: “Hagan de cuenta que
están muertos y que lo que viven de ahora en adelante es prestado”.
253

Las voces de la Otredad
El exilio en Europa, su vida clandestina, los “Cuadernos de Praga”, sus
escritos (aún inéditos), sobre filosofía, economía política, su “Guerra de
guerrillas”, sus reformulaciones sobre el “Socialismo Científico” y sus tesis
sobre la teoría del “Foquismo” que comparte al lado de sus amigos y futuros
detractores Regis Debray y Ciro Bustos (“Crear dos, tres… muchos Vietnam
es la consigna”), son algunas facetas de ese absurdo periplo del héroe, pronto
a convertirse en mártir, que marcarán el final de esta etapa vital definitiva
que lo llevará a su ineluctable destino.
En 1966 vendrá esa extraña despedida de Fidel y de su familia. Algunos
biógrafos hablan de un hombre a quien han dejado solo por considerarlo
“una amenaza pública contra los ideales revolucionarios”. El Che, fiel a sus
principios, inicia ese ingrato viaje sin regreso. Con 47 hombres irrumpe
en el cañón del río Ñancahuazú, una región que une la Cordillera de los
Andes con el Gran Chaco. Allí comienza a escribir su “Diario de Bolivia”.
Un cerco militar con hombres de la CIA, tropas cubano-norteamericanas
y un batallón del ejército boliviano a cargo del general René Barrientos,
terminaron con el apresamiento del Che y sus pocos hombres que resistieron
el ataque para que pudieran escapar sus compañeros heridos, ese fatídico 8
de octubre de 1967.
Después del combate en la Quebrada del Yuro donde fue herido en una
pierna, el Che Guevara es conducido a la guarnición militar de la Higuera
donde más tarde su medroso verdugo, el sargento Terán lo fusila de dos
ráfagas. 10 años más tarde (1977), la revista “Paris Match” daba a conocer al
mundo las últimas palabras con las cuales emplazaba al suboficial: “¡Póngase
sereno y apunte bien! ¡Va a matar a un hombre! El cadáver lleno de formol
quedó expósito en el lavadero del hospital “Nuestro Señor de Malta” de
Villagrande.
El Che con los ojos bien abiertos observaba cómo las mujeres contemplaban
su rostro bronceado por el viento de los Andes y cortaban mechones de su
pelo (“se parece a Cristo”, musitaban entre ellas). Antes de ser sepultado en
una fosa común le fueron cortadas sus manos en señal de victoria y como
trofeo de guerra. 20 años después (1997), fueron encontrados sus restos y
llevados a Cuba donde todo el pueblo de Santa Clara se agolpó sobre sus
calles para saludar postreramente a su héroe.
254

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
“El mito revolucionario del Che es un cruce de coincidencias históricas. Su
muerte ocurre en la década de la juventud: la revolución sexual, los Beatles,
la Primavera de Praga, la Masacre de Tlatelolco, las protesta juveniles en
París, Berkely y Alemania. Además, los militares bolivianos también dieron
alas al mito por la forma en que mataron al Che y le cortaron sus manos.
Eso fue un desatino amoral de proporciones inconcebibles que alentaron el
mito. No tengo dudas de que con el tiempo el Che tendrá a sus espaldas la
memoria histórica negativa de los fusilamientos de La Cabaña y que Fidel
Castro pasará a la historia como un alumno aventajado de Stalin por sus
crímenes y por la forma en que se deshizo de sus adversarios, incluyendo
al Che”, concluye Alberto Müller en su célebre entrevista para el “Miami
Herald”.
Mucho más habría que decir sobre este ser emblemático que monta en bus
todos los días con nosotros y nos acompaña en nuestras tertulias llenas de
bohemia y de nostalgia. Despedimos al héroe incomprendido de América
con las palabras del poeta Arturo Guerrero: “Aprendimos a quererlo desde
su histórica altura, y luego lo convertimos en ícono, para salvar por la vía de
la memoria, lo que las balas habían sepultado en una tumba sin sitio”.
“Pido lo imposible, lo más inmerecido, lo que me atreví a hacer una vez, cuando él
vivía: pido que sea su voz la que se asome aquí, que sea su mano la que escriba estas
líneas. Sé que es absurdo y que es imposible, y por eso mismo creo que él escribe esto
conmigo, porque nadie supo mejor hasta qué punto lo absurdo y lo imposible serán
un día la realidad de los hombres, el futuro por cuya conquista dio su juventud, su
maravillosa vida”.
Julio Cortázar, escritor argentino, 1967.
255

Las voces de la Otredad
C. GENOCIDIOS, MEMORIA Y OLVIDO
El 11 de julio de 2015, una Europa consternada conmemoró los 20 años
del genocidio de Srebrenica, ciudad donde fueron masacrados 8.300
musulmanes bosnios por las tropas serbias comandadas por el coronel
Ratko Mladic, responsable también de los 10.000 muertos que dejó el asedio
a Sarajevo (1992-1996), con la complicidad omisiva y repugnante de su
presidente Slobodan Milosevic y los cascos azules de la ONU. El Tribunal
Penal Internacional para la ex-Yugoslavia de la Haya (TPIY) condenó estos
hechos considerados como los mayores asesinatos en masa cometidos en
Europa desde el holocausto nazi en la Segunda Guerra Mundial.
El término “genocidio”, un “crimen sin nombre” según Winston Churchill,
germen del Derecho Internacional, apareció en 1944 en un libro del
abogado judeo-polaco Raphael Lemkim. Considerado un “crimen contra
la humanidad” en la Carta de Londres (1945) y de “lesa humanidad” por el
Estatuto de Roma (1998), fue utilizado en el juicio antinazi de Nuremberg.
La ONU tipificó el genocidio en 1948 como todo acto “cometido con la
intención de destruir, totalmente o en parte, a un grupo nacional, étnico,
racial o religioso”.
La historia contemporánea, tan oscura como el alma humana, condensa
estos execrables delitos cuyas víctimas en el siglo XX pasaron de los 70
millones. Un sinnúmero de horrendos fratricidios de lacerante recordación
están allí dejando su impronta ignominiosa en la memoria olvidadiza de la
humanidad: Herero y Namaqua en el África (primeros genocidios del siglo
XX); Dachau y Vennhausen (campos de extermino gitanos); Auschwitz y
Treblinka (sedes del holocausto judío); Hiroshima y Nagasaky, testigos del
genocidio nuclear; Kengir, Odesa y los gulags rusos; Laos y Camboya y la
oprobiosa guerra del Vietnam; Deir Yasin, Gaza, Sabra y Chatila y el estigma
palestino… Ucrania, Ruanda, Armenia, Guatemala, Iraq y Afganistán, etc.
Nuestro país no se escapa de esa infame estela de violencia, muerte y
destrucción. Las cifras según el GMH (Grupo de memoria Histórica) y el
RUV (Registro Único de Víctimas) son espeluznantes: sólo entre 1985 y
2012 se contabilizan 1982 genocidios, 166.069 víctimas fatales, un número
incontable de desaparecidos y más de 6 millones de desplazados (26
256

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
desplazados cada hora). En palabras de Kofi Annan, exsecretario general de
la ONU, El genocidio se ha convertido en una palabra que es la rúbrica de
nuestra época, “una horripilante realidad que exige una respuesta histórica”.
Mahatma Gandhi se preguntaba alguna vez qué diferencia podría haber para
muertos, huérfanos y desplazados esa loca y fratricida destrucción de la cual
ha sido testigo la humanidad, así “venga bajo el nombre del totalitarismo o
el sagrado nombre de la libertad y la democracia”. “El club con más socios
del mundo es el de los enemigos de las masacres pasadas el cual no supera
el número de miembros del club de amigos de los genocidios en curso”,
afirmaba el pensador francés Jean Francois Revel.
Gioconda Belli, la poetisa nicaragüense, escribía en uno de sus poemas que
todas las profecías cuentan que el hombre creará su propia destrucción,
pero los siglos y la vida que siempre se renueva, “engendraron también una
generación de amadores y soñadores; hombres y mujeres que no soñaron
con la destrucción, sino con la construcción de un mundo de mariposas y
ruiseñores”.
MEMORIAS PARADÓJICAS DEL OLVIDO
El 1º de noviembre de 2005, la ONU designó cada 27 de enero como día
internacional de las víctimas del Holocausto. En Europa se conoce como el
“Día de la Memoria” que conmemora la liberación en 1945 de Auschwitz,
el mayor campo deconcentración nazi. En esa memorable Declaración
se rechaza “toda negación, parcial o total, del Holocausto como hecho
histórico” y se condenan, sin reserva alguna, “todas las manifestaciones de
intolerancia, incitación, acoso o violencia contra personas o comunidades
basadas en el origen étnico o las creencias religiosas donde quiera que tengan
lugar”.
En Colombia, la Ley 975 de 2005 (Ley de Justicia y Paz) creó la Comisión
Nacional de Reparación y Reconciliación CNRR y se conformó un grupo
que define su praxis como un ejercicio de historia, un conjunto de acciones
concebidas como “memoria social” y cuya función es orientar los asuntos
257

Las voces de la Otredad
propios de su reconstrucción y preservación. Desde allí se contribuye a hacer
realidad los idearios de verdad y justicia restaurativa “en un país con uno de
los dramas humanitarios más preocupantes del mundo y a la vez con una de
las peores amnesias colectivas”.
Antes de retomar el tema que nos ocupa (las trampas políticas e ideológicas
de la memoria histórica y colectiva), recordamos aquella década de 1980
cuando transcurría desbocada nuestra juvenil y nihilista vida universitaria
y librábamos una lucha enconada contra el “Estatuto de Seguridad” de
Turbay Ayala. Desde allí lanzamos con Bertolt Brecht y Antonio Gramsci,
nuestro grito desafiante: “¡Contra la injusticia y la impunidad! ¡Ni perdón ni
olvido!”. Queríamos exorcizar el alma nacional expulsando los diabólicos
fantasmas de la desmemoria, la indiferencia y la apatía y hacer, además, una
vehemente exhortación: mantener por siempre una lucha enconada contra
esas huestes demoníacas: miedo, culpa, indolencia, silencio y olvido.
Vencerlos era nuestra consigna en esa cotidiana brega por ser nosotros mismos
y no permitir que la desidia, la pasividad y el abandono formaran parte de
ese magro epitafio con el que se rotula la muerte de la voluntad. Cierto día
recordábamos cómo, años atrás, hicimos un fatigoso viaje hasta Montevideo
para visitar la tumba anónima de Mario Benedetti. Recordábamos allí las
frases iniciales y sibilinas de su obra “El olvido está lleno de memoria”: la de
Borges donde afirmaba que el olvido “es una de las formas de la memoria,
su vago sótano, la otra cara de la moneda” y la de Joaquín Sabina: “más vale
que no tengas que elegir entre el olvido y la memoria”.
Tratamos a lo largo de nuestra vida y de manera infructuosa, delinear la
difusa ruta trazada por la memoria personal y colectiva; justificar su infiel
connivencia con el olvido; sublimar el febril trajín por recuperar percepciones,
principios, valores y vivencias y alejarlos, de alguna forma, del inercial y
peligroso acecho de la apatía y el desdén; rescatar lo que corre río abajo
arrastrado por el inmenso caudal de la desmemoria y volver a percibir lo que
parece estar dramáticamente diluido en el turbulento y arrollador avance de
un mundo frío, calculador y desolado como el nuestro.
Recordamos los versos lapidarios del bardo uruguayo (“La culpa”) que aún
llevamos dentro: “Desde todos los sueños cardinales / llega la culpa como
un aleluya, / se nos cuelga del alma y la aceptamos como un interrogante
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
de la noche. / Y ella se queda pálida y extenuada / (…) sin raíces / ansiosa
de que al fin la consolemos / y compartamos su última vergüenza”. Estas
sentidas letras no han sido fáciles de digerir al igual que el lirismo esotérico
que esconden algunas de sus palabras: “Todo se hunde en la niebla del olvido,
pero cuando la niebla se despeja el olvido está lleno de memoria”.
El 9 de abril de 2012, Colombia conmemoró por primera vez el Día Nacional de la
Memoria y la Solidaridad con las Víctimas. La ley de víctimas estableció este día
para que el Estado colombiano realice “eventos de memoria y de reconocimiento
de los hechos que han victimizado a los colombianos y colombianas”. Esta
conmemoración es un llamado a la conciencia nacional y a la movilización social;
un día que reclama que las víctimas sean escuchadas y obtengan una respuesta del
Estado y, a su vez, para crear acercamientos entre los miembros de instituciones,
comunidades y organizaciones laceradas por el flagelo de la violencia, la indiferencia
y el olvido.
“La complicidad y el silencio han erosionado el tejido social, profundizado las
históricas desconfianzas entre diversos sectores de la sociedad y debilitando los
consensos. La democracia colombiana ha sido asaltada por los intereses particulares,
legales e ilegales, y el Estado, en varias regiones, ha sido cooptado para favorecerlos.
Sólo si develamos y enfrentamos esta realidad, podremos emprender un camino
cierto de reconstrucción de la confianza entre los ciudadanos y el Estado y entre los
ciudadanos mismos”.
María Camila Moreno. Centro Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ).
“Unir todos los sufrimientos para que el dolor del mundo se convierta en un grande y
único acto de conciencia, de sublimación y de unión: ¿no sería ésta una de las formas
más altas que, a nuestros ojos, podría tomar la misteriosa obra de la Creación”.
Pierre Teilhard de Chardin, antropólogo jesuita francés.
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Las voces de la Otredad
D. LOS AQUELARRES DE LA MEMORIA COLECTIVA
Un ciudadano mediante derecho de petición logró que el gobierno revelara
los costos del proceso de paz que se adelanta con las FARC. Los gastos a
diciembre de 2015, según el Ministerio de Hacienda, son del orden de los
26 mil millones de pesos. Este intrincado, controvertido y oneroso proceso
pacifista se ha visto enrarecido por el singular y estéril debate desatado entre
connotados humanistas, historiadores de librea y juristas de toda laya y por
las fatuas y demagógicas posturas de gobernantes mediocres, burócratas
sabiondos y politiqueros oportunistas.
Por la pasarela tropicalista de la amnesia y el desatino colectivos, hacen
su desfile impúdico y rutilante, modismos y expresiones que muy pronto
se convertirán en un cliché más que pasará a formar parte de ese glosario
mentiroso y populista de nuestra historiografía patria. Justicia transicional,
sostenible y restaurativa, memoria histórica, seguridad jurídica, diálogos
de paz, crímenes de guerra e indultos, armisticios y dejación de armas,
desescalamiento del conflicto armado, desmovilizaciones y zonas de
concentración o despeje, derechos humanos de enésimas generaciones,
verdad, justicia y reparación integral, reconciliación, perdón y olvido…
Todo ello forma parte del libreto con el cual algunos personajes histriónicos
salen cotidianamente a representar la tragicomedia del absurdo, bajo la
dirección acuciosa de coreógrafos y tramoyistas y ante la estulta mirada de
abúlicos espectadores desconocedores todos ellos de la fanfarria escénica
con su abigarrado menú de partituras, movimientos y repartos. Nadie se
imaginaba que a la reinauguración de un festival de literatura celebrado
hace 2 años en Cartagena al que no pudo asistir obviamente Gabriel García
Márquez, su inspirador, al lado de los escritores de la talla de Héctor Abad
Faciolince, Piedad Bonnett y Rosa Montero, un personaje se robaría la
atención de asistentes y ausentes, eruditos y profanos.
Era el periodista y politólogo estadounidense David Rieff quien venía
a disertar sobre las circunstancias que rodearon la muerte de su madre,
la polémica escritora Susan Sontag, crítica implacable de la política
intervencionista norteamericana. No fueron precisamente “los recuerdos de
un hijo” lo que concitó la atención reflexiva de aquel auditorio real y virtual,
260

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
sino su polémico ensayo “Contra la memoria” (2012), escrito que recoge
sus impresiones testimoniales y periodísticas sobre los conflictos de Bosnia,
Ruanda, Kosovo, Israel-Palestina e Irak, “Un libro breve y contundente” al
decir del filósofo español Fernando Savater; “Una lectura para cualquiera
que se interese por la ética y la política contemporáneas”, según el criterio
del politólogo británico John Gray.
Rieff cuestiona en su polémico y demoledor ensayo, las equívocas tesis y
las intencionalidades políticas que subyacen bajo el concepto de memoria
histórica y colectiva. Sostiene que la llamada “Guerra de Bosnia” fue en
realidad una masacre: los serbios tenían las armas y denuncia cómo la
ONU y las grandes potencias impidieron que los bosnios las tuvieran
para defenderse. Esta circunstancia “empozoñó para siempre” su idea
de la rememoración histórica. Afirma que, con bastante frecuencia, nos
lamentamos de la “ignorancia indiferente” y el olvido intencional y cómplice
de nuestros conciudadanos, juicio que deberíamos manejar con mayor
reserva prudencial.
La memoria colectiva, al apropiarse de la historia, se convierte muchas veces
en un arsenal para alimentar viejos resentimientos, continuar las guerras,
establecer relaciones de poder y, otras tantas, para “mantener una paz
endeble y fría”. Algunos hemos confesado, de manera ex profesa, que la
lectura del ensayo de David Rieff, obra sobre la cual los custodios del santo
grial pacifista guardan un discreto y omisivo silencio, nos obligó a no seguir
siendo los mismos. Nos proponemos demostrar en varios artículos cómo su
diatriba contra la memoria histórica y colectiva cambió radicalmente nuestra
manera de ver el cruento y largo conflicto que agobia a nuestro país.
De tanto escuchar los febriles y ruidosos conjuros exorcizantes contra
el olvido, la mirada crítica del articulista del New York Times sobre las
socio-patologías propias de la memoria colectiva, sería parte de esa sutil
y verdadera intencionalidad del escritor Héctor Abad Faciolince, anfitrión
de ese memorable foro y autor de aquella desgarradora historia con su
intitulación admonitoria: “El olvido que seremos”.
261

Las voces de la Otredad
EXTRAVÍOS DE LA MEMORIA COLECTIVA
Un fervoroso sentimiento se despierta en muchos ante la imponente liturgia
nacionalista de algunos actos conmemorativos que se celebran en diferentes
partes del mundo en torno a ciertos monumentos: el Parque y Museo
Memorial de la Paz en Hiroshima (Heiwa-koen), el Museo del Holocausto
en Washington, el Monumento Nacional y Museo del 11 de Septiembre en
el Word Trade Center y el Museo de la Inmigración en la Isla de Ellis en
Nueva York. Desfiles, proclamas, banderas, afiches y toda una parafernalia
audiovisual alimentan el orgullo patriotero y le recuerdan a propios y
extraños, ese acto dulce y sublime que es morir por la patria o por ayudarla
a engrandecer.
Surge entonces “la memoria” como ese esfuerzo identitario, valorativo e
intencional de los grupos humanos por reencontrarse con su pasado real o
imaginario y de las naciones por justificar muchas veces apetitos chovinistas
y geopolíticos (v. gr. Israel- holocausto-sionismo-causa anti-Palestina). Se
diferencia la memoria personal de la colectiva y ésta, de la memoria histórica
así: mientras que la memoria personal recuerda muchas veces “sin querer
queriendo” y, otras tantas, trata de olvidar, la memoria colectiva erige y
patentiza como “hitos inamovibles” y categóricos ciertos acontecimientos
en los que fundamenta la identidad grupal y considera, a su vez, el olvido
como una amenazante peligro.
La memoria colectiva difiere esencialmente de la histórica en que, mientras
ésta codifica, objetiviza, presentifica y prospectiva el pasado, aquélla
escudriña y selecciona, bendice o condena, sacraliza o estigmatiza de acuerdo
a los intereses y necesidades del grupo social o de su facción dominante. La
memoria colectiva se convierte pues, en un combustible peligroso porque
muchas veces al mitificar ciertos hechos o vivencias, abre viejas heridas,
recrudece el conflicto y busca nuevos chivos expiatorios. En los anales
de los delitos contra la humanidad, han quedado registrados sucesos que
demuestran el gran desprecio por la memoria histórica.
He aquí algunos ejemplos: la destrucción de la biblioteca de Sarajevo (1992)
y la quema de 2 millones de libros y miles de documentos de gran valor,
conservados a lo largo de siglos tanto por musulmanes como por serbios
262

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
ortodoxos, croatas católicos y judíos; la destrucción de 1 millón de libros y
el saqueo artístico y cultural de la Biblioteca Nacional de Iraq y su museo
(2003) a raíz del bombardeo de las tropas estadounidenses y británicas; la
destrucción por parte del Estado Islámico del complejo arqueológico de la
ciudad siria de Palmira, una joya arquitectónica del antiguo Medio Oriente
y del mundo grecorromano considerada Patrimonio de la Humanidad.
Una y otra, la memoria histórica y colectiva han sido vistas por algunos
como una mezcla de hechos históricos mitificados y de mitos elevados a
la categoría de hechos históricos. Al ser partidarios de la idea de Nietzsche
(“No hay hechos sino interpretaciones”), muchos creen que la historia
nunca ha existido y ha sido, más bien, un invento de los seres humanos
cargado de farsa y de disimulo. Nuestro país no escapa a ese desprecio por la
memoria histórica. El relato de un librero sobre la vergonzosa venta de libros
“por kilos” de las bibliotecas Buchholz, de Inravisión y del filólogo Antonio
Panesso Robledo (”Panglos”) en Bogotá, al igual que la infravaloración de
nuestro patrimonio cultural y arquitectónico, son ejemplos claros de ello.
Otros académicos sostienen que el antídoto contra la venenosa mordedura
de la impunidad es una verdadera memoria histórica. David Rieff (“Contra
la memoria”) al igual que Andrés Openheimer (“Basta de historias”) y
Rodolfo Ramón de Roux (“Catecismos patrios”), alertan sobre nuestra
obsesión patológica por el pasado y proponen una cruzada académica y
eto-pedagógica contra los riesgos de la mitificación y manipulación de la
historia y el uso político, mediático e ideológico de las memorias llámense
colectiva o histórica. Sostienen, además, que las memorias, las armas y los
genocidios han ido casi siempre cogidos de la mano por los senderos de la
historia latinoamericana.
“Hasta que los leones tengan sus propios historiadores, las crónicas de cacería
seguirán glorificando al cazador”, reza un proverbio africano. A los pueblos
latinoamericanos les pasará algún día lo que le sucedió a aquel protagonista de la
historia del escritor español Ramón Gómez de la Serna (“Greguerías”) que tenía tan
mala memoria que se olvidó de que tenía mala memoria y se acordó de todo.
263

Las voces de la Otredad
DIATRIBA CONTRA EL OLVIDO
Zarpamos con nuestra frágil y abollada embarcación por las aguas de
Leteo, uno de los afluentes del Hades, el río mitológico del olvido donde los
muertos bebían sus exultantes fluidos para olvidarse del pasado. Lanzamos
un desafiante grito a través del cual queremos exorcizar nuestra alma
expulsando los diabólicos fantasmas de la amnesia, la omisión y el desprecio.
Hacer, además, una vehemente exhortación a mantener una lucha enconada
contra esas huestes demoníacas: la ira, el miedo y la culpa y el dolor, el
olvido y la muerte.
Vencerlos será nuestra consigna en esa cotidiana batalla por ser nosotros
mismos y no permitir que la indiferencia, la apatía y la ingratitud formen
parte de ese magro epitafio que rotula la muerte de nuestra voluntad. La
soledad, bien lo dijo alguien, es la hermana menor del olvido y la sala de
audiencias de la muerte. Es por eso, dice otro, que apelamos a la memoria
personal y colectiva para recuperar percepciones y vocablos y alejarlos de las
trampas minotáuricas del olvido.
Debemos pues, rescatar lo que corre río abajo arrastrado raudamente por
el inmenso caudal de la desmemoria y volver a percibir lo que parece estar
dramáticamente diluido en el turbulento y arrollador avance de un mundo
frío, calculador y desolado. Sólo así lograremos vencer y de alguna forma,
desde la fecundidad de nuestros inciertos monólogos, a esos guardianes de
la oscuridad.
Queremos emprender una gran expedición pacificadora a esos territorios
procelosos donde campean la ingratitud, la indiferencia y el olvido y lanzar
desde allí conjuros a través de la magia de las palabras contra la venganza, el
resentimiento, el odio y el rencor. No queremos que esa amnesia intencional
siga siendo la única planta que florezca a orillas de las letras y las tumbas.
Quizás García Márquez no se equivocó al afirmar que la muerte no llega con
la vejez, sino con el olvido.
264

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
E. VISIÓN PEDAGÓGICA DE UNA CULTURA DE PAZ
“No se trata de vivir sin conflictos, sino tratar de tener cada vez mejores conflictos,
conflictos más humanos”.
Estanislao Zuleta “Sobre la Guerra”.
En una de las carteleras de una escuela aparecía la siguiente frase: “El niño
es un rayito de amor que entra por la ventana y calienta el corazón”. Pero lo
que se observó en la misma escuela era una realidad muy diferente al texto
citado:
“¡Me oyeron o no me oyeron!”. “Si señora”.
“Vamos a ver cuál es el otro que se queda sin recreo... Ayer se les dijo: llegan
aquí a formar en silencio y en orden... Por el contrario, llegaron corriendo,
creando desorden, haciendo lo que quieren... Entonces ¡Vamos a ver!, todo
el personal se queda sin recreo, hasta que aprendamos a formar en silencio,
derechos, con las manos atrás. Escondan la giba y saquen el pecho…
El que se meta al salón, todo el curso se queda sin recreo porque vamos a ver
si podemos... ¡Manos arriba! ¡Al frente! ¡A los lados! ¡Arriba! ¡Abajo! Todos,
desde preescolar a quinto, deben hacer las cosas sin hablar, sin molestar, sin
protestar... Uno, dos, tres, cuatro, cinco, diez. Nuevamente uno, dos tres...
diez. Bueno, ya está mejor... En el nombre del padre, del hijo y del espíritu
santo, amén. Ahora todo el mundo a los salones, en orden, en silencio, en
fila...”.
No cabe duda de que la violencia es un problema muy serio. Según Edgar
Suárez Osorio (“Pensando todos”). Para muchos es el problema que más
afecta los distintos aspectos de la vida cotidiana, por muchas razones:
Porque pensamos poco en los demás; porque nos guiamos exclusivamente
por pasiones y falsas intuiciones; porque no buscamos mayor información
que la que nos dan; porque nos movemos con estereotipos o creencias sobre
las demás personas para justificar relaciones de dominación o enajenación…
Porque no dudamos de los motivos bélicos de la gente amiga y conocida y
satanizamos la conflictividad de aquellos ajenos a nuestros afectos; porque
265

Las voces de la Otredad
nos ilusionamos con actitudes de fuga; porque falta experiencia en el
tratamiento adecuado de los conflictos; porque adjudicamos toda la culpa a
una sola de las partes que interviene en el conflicto; porque permitimos que
las diferencias desemboquen en enfrentamientos y posiciones excluyentes…
Porque llevamos las contradicciones a niveles tan graves que terminamos
por olvidar el por qué, cuándo, dónde, para qué y el cómo, siempre con la
idea fija de exterminar al otro. La educación en y desde la civilidad debe
convertirse en un aprendizaje individual y social que nos permita soportar y
contrarrestar los embates del miedo sin caer en la actitud preterintencional
de erradicarlo por las vías de la eliminación y/o la exclusión.
En su obra “Atlas” Michel Serres afirma: “Dime lo que excluyes y te diré lo
que piensas”. Las cosas expulsadas de la pedagogía o de la memoria histórica
de la ciencia o el arte de a pedagogía, nos instruyen siempre maravillosamente
sobre lo que se da por sabido: “Aquél o aquello que se expulsa nos enseña
más cosas sobre los que excluyen que todos los discursos de estos últimos
sobre ellos mismos”.
Al respecto, afirma Arnulfo Bayona, Gustavo Escobar y Alfredo Molina
(“La Democracia empieza en la Escuela”) que en el inconsciente social
van generándose heridas con cada intento de vivir excluyendo, segregando,
produciendo desigualdad. “Plantear la diferencia sin hacer caso de otras
escoriaciones, puede llevar a que la cultura democrática, esa la de todos los
días, la del acontecer cotidiano de nuestras vidas, de manera paulatina, sufra
una desintegración que termine por desarticular la existencia colectiva”.
Agregan los autores que, más que una exigencia constitucional y legal, la
educación para la democracia es ante todo una actitud, una manera de vivir,
un reto para dilucidar el dilema de seguir o no, reproduciendo modelos
autoritarios y formas de violencia y exclusión, o desarrollar prácticas de
participación y de respeto entre los integrantes de la comunidad educativa,
basados en aprender a convivir en la diversidad, la diferencia, la divergencia
y el disentimiento.
Educar en el sentido y desde la perspectiva de la democracia, exige una
ruptura con el modelo educativo que ha privilegiado el dominio de los
hombres sobre las mujeres, de los adultos sobre el mundo de los niños y de
266

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
los jóvenes. Es necesario construir una nueva escuela, más comprometida
con la realidad de la familia, de la comunidad, de la sociedad y del Estado,
que propicie la búsqueda de nuevas formas de relación, de diálogos
de género e intergeneracionales entre los diferentes integrantes de la
comunidad educativa. Un lugar en donde, además de permitir la voz del
otro, la democracia sea un proyecto educativo de construcción colectiva y
una práctica testimonial cotidiana.
Hoy día y desde los remotos avatares ciudadanos en las polis griegas y en las
cívitas romanas, se hace política. Pero esa política tradicional fue rebasada
por nuevos espacios y nuevos actores que le disputaban el ejercicio de la
política a los llamados políticos tradicionales: un nuevo contexto que ofrece
la posibilidad de construir nuevas relaciones de poder. Diego Palma (“La
Construcción de Prometeo”) sostiene que “Hacen política e impulsan
democracia las mujeres que presionan por una distinta división sexual
de roles; hacen política las organizaciones populares cuando trabajan en
solidaridad y cooperación en lugar de la competencia canibalística que nos
impone el pensamiento neoliberal; la hacen los grupos de derechos humanos,
no sólo porque molestan a los gobiernos, sino porque viabilizan nuevas
relaciones entre los que pueden y los que no pueden”.
Verónica Edwards, la directora del Programa Interdisciplinario de
Investigaciones en Educación PIIE, en Chile, considera que “no es posible
afianzar la democracia en nuestros países si no formamos a través de un
proceso educativo intencionado, al sujeto de derecho. Sujeto que se construye
en una escuela que es capaz de reconocerlo como sujeto de aprendizaje desde
la perspectiva de la dignidad humana”.
En su obra “Hacia una Cultura Escolar Democrática”, Ricardo Sánchez y
José Arnulfo Bayona reiteran que ni la educación, ni la escuela, pueden por
sí mismas, producir las transformaciones que el propio sistema sociocultural
niega. Sin embargo, dichas transformaciones no son posibles sin la
educación. En este sentido, la escuela sí puede generar actitudes, ayudar a
desatar procesos y colaborar en la formación de una cultura del trabajo, la
política y el aprendizaje, que propicie las transformaciones necesarias en el
sistema social.
267

Las voces de la Otredad
Es por ello que la educación debe exigir cambios económicos y sociales en
las dinámicas y las prácticas individuales, colectivas e institucionales que
tiendan hacia la equidad y el compromiso sinérgico para superar el atraso,
las segregaciones y las desigualdades.
Vamos a recordar algunas expresiones aleccionadoras. Alfredo Molano por
ejemplo, en un artículo periodístico “El miedo que nos tenemos”, señalaba:
“He volteado por zonas de colonización y metederos de pueblos, por ríos y
caminos buscando al hombre, pero confieso que siempre encontré el miedo.
El miedo al policía y al juez, al terrateniente y al comerciante, al bandido y
al guerrillero; el miedo al ignorante, el miedo al pobre, el miedo al sucio. La
violencia quizás no es sino el miedo que nos tenemos entre todos. Guardo la
esperanza de que al quitarnos las máscaras que tanto nos asustan y vernos
por fin las caras, comencemos a derrotar la violencia”.
Jaime Zuluaga Nieto (“Conflicto y vida social”), nos deja una profunda
reflexión: “Desde los espacios de lo cotidiano, del hogar, del barrio, de la
empresa, de la escuela, es desde donde se construye la democracia, porque
allí podemos hacer el siempre difícil aprendizaje de asimilar la diferencia
no como una carencia o una desgracia sino como algo positivo. Desde allí
podemos aprender a vivir no a pesar del conflicto sino con el conflicto; sólo
así, en su multi-dimensionalidad, será posible afrontarlo, no para eliminarlo
sino para tramitarlo sin la supresión del otro y será realizable entonces, la
tesis de Estanislao Zuleta: “Un pueblo maduro para el conflicto, es un pueblo
maduro para la paz”
En el trabajo pedagógico sobre Derechos Humanos, el Instituto Luis Carlos
Galán abrió la discusión a finales de siglo: “La violencia en nuestro país
tiene cifras que son del orden de 30.000 homicidios en un año, además de
otros hechos violatorios de los derechos humanos. Comúnmente hablamos
de conflicto armado, pero los enfrentamientos entre ciudadanos, hombres y
mujeres que no reconocen el valor de la vida humana, constituyen la mayor
fuente de hechos violentos. La educación política busca ofrecer nuevas
comprensiones del problema y así, contribuir al acercamiento de un tan
anhelado proceso de paz”.
268

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Desde la pregunta quién soy, cada agente educativo debe reconocer su
identidad como persona, como ser social responsable frente a su interacción
con propios y extraños, con niños, jóvenes o adultos, con su familia, con
su comunidad y frente a los medios de comunicación. “La pregunta por la
democracia y el componente ético en un proceso de formación de valores,
debe traducirse en relaciones de equidad entre las personas y en compromisos
reales con sus comunidades”, dice en el reverso de una de sus cartillas.
Terminemos nuestra reflexión con dos pautas recientes que han sacudido el
mundo de lo publicitario en Colombia:
“¡En Colombia tanto creemos que aquí estamos! Además Colombia volverá
a sonreír. Y el fuego sólo será el de nuestras estufas, dando calor de hogar.
Las bombas sólo serán las del jabón de nuestras lavadoras. Y el frío sólo
estará en nuestras neveras conservando frescos los buenos sentimientos”.
“Los que amamos a Colombia somos más. En el fondo lo sabemos y lo
queremos demostrar. Los buenos somos más, muchos más. La esperanza
es el regalo más grande y nadie nos la puede quitar. Somos 40 millones de
colombianos con ganas de vivir, con ganas de reír, con ganas de sentir, con
ganas de soñar... Digamos juntos: los buenos somos más, muchos más”.
Texto basado en la obra “Escuela de Democracia, derechos humanos y paz”.
Instituto para el Desarrollo de la Democracia Luis Carlos Galán.
“El problema de los derechos humanos es primordialmente un problema del orden:
crítica del orden existente y discernimiento del orden posible. Por lo mismo, es una
reflexión ineludible, ahora y para todos”.
Norberto Lechner.
“El aprendizaje de la tolerancia se realiza mediante el testimonio, sobre todo implica
que, luchando por mis sueños no me encierre pasionalmente en mí. Es preciso que
me abra al conocimiento y rehúse aislarme en el círculo de mi verdad, rechazando lo
diferente de ella y de mí”.
Adaptación de un texto del pedagogo brasilero Paulo Freire.
“NO HAY SENTIDO. SE HACE SENTIDO AL SENTIR”...
PIDO LA PAZ Y LA PALABRA
269

Las voces de la Otredad
PENSAMIENTOS PACIFISTAS
Solo hay un modo de que una posible guerra sea ganada, y es que no llegue
a realizarse. Ambas partes son así ganadoras, conservan su dignidad, y han
vencido juntos al más grande de los absurdos, la guerra. No hay guerras
justas, ni guerras santas.
Los verdaderos perdedores, no siempre son los vencidos. Son aquellos que
aún ganando la guerra, vivirán una vida de perdedores, despojados de algo
de gran valor que perdieron en la batalla, la propia dignidad. Y a solas
vivirán con el recuerdo y la responsabilidad de todas las muertes que causó
su objetivo.
Ganar no es conquistar el terreno disputado, es conquistar la paz, conquistar
nuestra humanidad, nuestra capacidad de renunciar o compartir, eso es
ganar, poderse mirar al espejo y ver a un ser humano de mirada transparente.
Jugamos a las guerras, como si la vida de los que mueren en las batallas, no
importarán más que pequeños soldados de plomo.
Un juego perverso y absurdo, cuyos motivos son enterrados tras el primer
disparo. Matamos, pero pocos conocen los verdaderos móviles que llevan
a la guerra. No hay motivo, excusa ni razón para iniciar una batalla donde
habrá muertos y heridos, de cuerpo y de alma.
La guerra, es el mayor de los absurdos que el hombre haya inventado, y los
verdaderos motivos, son diferentes para cada uno y ocultos para la mayoría.
Ocultos incluso para los soldados que disparan sin pensar, sin mirar, sin
pararse a sentir nada que no sea el odio que les han enseñado. Porque si el
soldado se para a pensar, si se atreve a mirar, sin el odio aprendido, siente, y
ya no es el soldado, es el ser humano, igual al que tiene al frente. Entonces
comprende, ve, piensa... y el soldado ya no dispara.
¡Por favor, que nuestros soldados piensen, miren y sientan! Que nuestra
sociedad no vea enemigos en las diferencias, si no complementos. Que los
hombres de nuestro planeta, no vean contrarios, ni tierras que saquear, que
vean seres humanos y tierras donde compartir. Ojalá algún día, todos los
hombres seamos guerreros de la paz, y cambiemos las armas por respeto, el
resentimiento por perdón y el afán de poder por el placer de convivir.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Todos tenemos mucho que perder en las batallas. En ellas perdemos cosas
de gran valor. Seamos capaces de entender, que no solo nosotros tenemos
derechos. Si quieres hacer algo por la paz, hazlo ya, ofrece tu tiempo, tu
dinero, tu imaginación... Dile a la paz que estás a su servicio. Y díselo
también al mundo.
Cada instante que regales a esta causa, será sumado a otros muchos. Cada
uno somos necesarios, únicos y de gran importancia. Que no te domine la
pereza, cuando algo tan importante está en juego. Ahora, no es demasiado
pronto, no es demasiado tarde, es el justo momento de que dispones para
empezar ya.
En el siglo XXI no podemos proclamarlos vencedores sobre un montón de
muertos. ¿Acaso detuvimos nuestra evolución? ¡Despertemos! Busquemos
nuevas formas de vivir, tenemos la capacidad para hacerlo.
La muerte de aquellos que mueren en el campo de batalla, no está solo en la
conciencia de los políticos o militares que aprobaron la guerra. Está también,
aunque no nos guste admitirlo, en cada uno de los que no hacemos nada por
la paz.
En cada uno de los que por apatía o comodidad, no movemos un dedo. En
cada uno de aquellos que nos dedicamos a hacer muchas críticas en contra de
la guerra y de los políticos, pero no nos comprometimos, ni nos esforzamos
buscando otros caminos.
Todos somos un poco culpables de todo. Admitamos humildemente esa
posibilidad, y desde esa igualdad, intentemos comprometernos, sin dejar de
comprender ni respetar.
En sus principios de ciencia política que hace 2800 años patentizó Hesíodo (“Los
Trabajos y los días”), el poeta heleno se refería a una justicia “irritada” que
debería reaccionar contra quienes ultrajaran inicuamente sus leyes. Si se profirieran
sentencias rectas y justas florecerían las ciudades y los pueblos, habría lana en los
rebaños y miel en los panales. “Cuando hay sentencias torcidas, a un tiempo llegan
el hambre y la peste, perecen los hombres, las mujeres dejan de parir, las casas se caen
y la ciudad se destruye, concluyó el eximio juglar”.
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Las voces de la Otredad
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
Es la neblina de la falsa ilusión lo que ha creado el miedo: si eliminamos
el miedo lo que queda de allí es el amor. La compasión tiene el poder de
disolver el dolor al no evitarlo. El amor ofrece la mayor de las protecciones.
Hay que hacer un paréntesis libertario espacio-temporal en nuestra ajetreada
cotidianidad. Esto exige creatividad, inteligencia emocional y automotivación,
factores que en marcha todo aquello que deseamos íntimamente.
El analfabetismo emocional es propio de seres sometidos a códigos rígidos
donde no cabe la cotidiana vivencia, el asombro y la cadencia singular de
cada instante, lo impredecible y azaroso propio de cada situación.
Hay una entidad oculta y tenebrosa que permanece la mayor parte del tiempo
amordazada y resguardada bajo la máscara de nuestro yo y que se alimenta
parasitariamente de nuestra propia experiencia vital.
El conocimiento es un gran bálsamo. Desde la conciencia y el respeto es
mucho más fácil gestionar el conflicto, comunicarse en la intimidad, generar
empatías, dirimir controversias, resolver diferencias.
Vamos confinando en el desván de nuestra psiquis esas cualidades que no se
adecúan a nuestra imagen ideal, rasgos que nuestra personalidad consciente
no desea reconocer y que repudia e intenta desconocer.
Debemos poner palabras dulces al adiós más que extorsiones afectivas o actos
de sabotaje emocional que acaban generando contradicciones antagónicas,
desencuentros cargados de dolor, tristeza y rencor.
Resulta menos riesgoso para nosotros encerrarnos en códigos anuales de
instrucciones que nos proporciona control, predicibilidad, una enajenante
seguridad y una tediosa vida rutinaria.
Muy rápido descubrimos que si aceptamos ciertos mandatos y dejamos de
rebelarnos ante algunas órdenes, somos premiados por quienes dicen tener
la responsabilidad de educarnos.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Nuestra supervivencia depende de esa habilidad que todos poseemos para
capturar inteligencia, convertirla en conocimiento útil, establecerla como
aprendizaje y comunicarla.
El amor inmaduro idealiza al otro que entra a personificar la perfección y
se convierte en garantía de felicidad. Es un sentimiento de dependencia que
comparte el miedo a perderlo.
La vida es lo que nosotros hacemos con ella, tal y como la percibimos con
todo nuestro ser. La peor desgracia es el abandono y la ignorancia de uno
mismo.
Hay personas que no sufren tanto porque quizás han hecho elecciones más
inteligentes y acciones más respetuosas, creativas, amorosas y compasivas.
Ese miedo de perder, nacido de una asfixiante obsesión, nos vuelve inseguros
y por ende, agresivos: nos hace perder y nos vuelve perdedores.
Nuestra incertidumbre nos empuja hacia un mañana hecho de instantes
amorosos que tenemos que crear, cuidar, hacer crecer, perdurar.
Nadie nace de ser temeroso de ser quien es. Eso se aprende poco a poco y de
manera paradójica, de la mano de quiénes más queremos.
No se trata de extraer y almacenar información: debe ser valorada y
distribuida siempre como una fuente de ventaja competitiva.
El arte de escuchar nos enseña a abrir puertas interiores que nos permiten
acceder a la cámara de nuestros tesoros escondidos.
El amor es ese sinuoso trayecto que nos conduce hacia los demás. Debemos
hacer lo que amamos y amar lo que hacemos.
Escucharse a uno mismo resulta fundamental para vivir la propia vida en vez
de seguir el guion que marcan los demás.
El síndrome del todo o nada consiste en una disimulada manera de evitar
aquello que se teme.
273

Las voces de la Otredad
Las murmuraciones caminan sobre ruedas y todos la engrasan mientras
corre.
El Centro Nacional de Memoria Histórica C.N.M.H. (ley 1448 del 2011), promueve
las condiciones y garantías para que las distintas instancias y expresiones de la sociedad
y dependencias de las instituciones estatales avancen en ejercicios de reconstrucción de
memoria histórica de una manera autónoma.
La responsabilidad de propender por afianzar las garantías para la no repetición
mencionadas en el artículo 149 de la ley de víctimas y restitución de tierras, está en
cabeza del Estado. En tres aspectos particulares de este artículo, el C.N.M.H. debe
jugar un papel protagónico:
• Creación de una pedagogía social que promueva los valores constitucionales que
fundamentan la reconciliación en relación con los hechos acaecidos y con la verdad
histórica.
• Diseño de una estrategia única de capacitación y pedagogía en materia de respeto
de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario, que incluya
un enfoque diferencial, dirigido a todos aquellos que de una forma u otra deben
cumplir o acatar los mandatos de la ley.
• La estrategia debe incluir la promoción de mecanismos destinados a prevenir y
resolver los conflictos sociales y el respeto por los derechos humanos.
Se debe promover la apropiación social de las memorias del conflicto armado a través
de la construcción de interpretaciones rigurosas, abiertas al debate. Suscitar, a su
vez, una reflexión constante sobre un presente histórico y compartido que alimente el
ámbito de la memoria a través de tres líneas de trabajo: una Caja de Herramientas
para deliberar sobre nuestro pasado; módulos sobre memoria histórica y la promoción
de Grupos Regionales de Memoria Histórica.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
275

Las voces de la Otredad
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA
VII
Descubres en tus pupilos a esos argonautas indómitos del conocimiento
que plácidamente recrean su núbil sabiduría en las bucólicas campiñas
donde germina el pasional afecto por el vellocino de la sapiencia plena
y se comparte gratamente la vendimia espiritual y amorosa de la vida.
Dejas la crayola y el tablero que consignaron las mentiras filosóficas,
convocas a tus cómplices oníricos a mirar absortos la noche estrellada
navegar por sus cósmicos andurriales donde Andrómeda los interpela,
y compartir con algún lucero errante el misterio insondable del infinito.
Enseñas a sospechar de todo lo que es creíble a pie juntillas por todos
ya que tiene inmensas posibilidades de ser falso y descubrir de repente
en la pródiga vaciedad de sus seres, un acaudalado mundo de valores.
donde la felicidad se alcanza si se acepta de la soledad sus fecundidades.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
VIII. PEDAGOGÍA SOCIOAMBIENTAL.
EL LLAMADO DEL ARCO IRIS
A. ANECDOFABULARIO. LEYENDAS ECOSÓFICAS
B. SEMBLANZA. LOS GUERREROS DEL ARCO IRIS.
LA DAMA DEL CINTURÓN VERDE
C. CLICS, TIPS ZOOHUMANOS
D. NUBARRONES PREDICTIVOS. LAS GUERRAS DEL AGUA.
LAS CIFRAS DEL HIDRICIDIO. ¡LA BOLSA O LA VIDA!
E. EL BOOM DEL AMBIENTALISMO. EL RETORNO
DE LA DIOSA MADRE
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
ILUSTRACIÓN VIII
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA VIII
El actual cuadro problémico en el que se enmarca el mundo globalizado, sometido
al imperio del capital y al dominio tecnocrático, con su consecuente crisis cultural
y socio-ambiental, requiere que muchos de sus principios y valores educativos se
deconstruyan y se reformulen. El tratamiento de los temas socio-ambientales desde
una postura inter-trans- disciplinar, al igual que la formación de profesores reflexivos
y creativos desde los postulados de una pedagogía crítico - dialógica, son pilares para
la formación de sujetos autónomos y resolutivos.
Se debe propender, desde esta perspectiva didáctico – pedagógica, por la formación
activa y permanente de agentes educativos con un espíritu crítico y propositivo,
seres autonómicos, amantes de la libertad, respetuosos de la diversidad, resilientes,
proactivos y solidarios, sujetos que propugnen por la formación y el desarrollo
de competencias y hábitos cooperativos, promotores de un liderazgo corporativo,
estratégicos y transformacional, a través del cual intenten construir una sociedad
más justa, equitativa y ecoeficiente.
277

Las voces de la Otredad
VIII. PEDAGOGÍA SOCIOAMBIENTAL.
EL LLAMADO DEL ARCO IRIS
ANECDOFABULARIO
LEYENDAS ECOSÓFICAS
Un gobernador que administraba la colonia Británica australiana, decidió
demostrar la severidad de la ley inglesa castigando a un ladrón convicto que
había robado unos aparejos de pesca los cuales pertenecían a una persona
nativa. En presencia de los colonos ingleses y del pueblo aborigen, el ladrón
fue atado y azotado cruelmente. Los miembros de esa etnia australiana
estaban tan afligidos que atacaron al autor de la orden, le arrebataron el
látigo y castigaron al verdugo y lloraron por el ladrón. “Mientras sentimos
compasión por vosotros en la dulzura de nuestro reposo, nos causa una
profunda curiosidad las ansiedades y las preocupaciones a las que os
entregáis, noche y día”, se le escuchó decir a Gaspesiano, jefe de la tribu
canadiense de los Mic Mac.
Un aborigen australiano comentaba acerca de la familia: “Vosotros los
blancos no comprendéis lo que nosotros queremos decir con la palabra
familia. Cuando nace un bebé, es entregado a su ‘madre’. Eso significa la
madre que lo parió, todas sus hermanas y sus tías. Ellas son las responsables
del cuidado del niño y de enseñarle todo lo que tiene que aprender. También
es entregado a todos sus ‘padres’. Es decir, a su padre natural, todos sus
hermanos y sus tíos. Ellos son los responsables de cuidarle y enseñarle.
Todos los demás miembros de la tribu son hermanos y hermanas. ¡Nosotros
consideramos realmente primitivo que un bebé sólo tenga una madre y un
padre!”. Los maoríes hablan así sobre Aroha (el amor): es un sentimiento
que lo engloba todo, es ternura y bondad hacia las personas, la tierra, los
pájaros, los peces, los animales y todas las cosas vivas. Antes de cazar o
pescar, ellos les piden permiso y agradecen su sacrificio.
Un anciano Ute de Nuevo México afirmaba: “Cada uno tiene que encontrar
el sendero correcto que no puede verse y que es difícil de encontrar. Nadie
278

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
puede mostrártelo. Cada uno tiene que encontrarlo por sí mismo”. La
sabiduría del indígena es inmensa: “Si preguntas qué es el silencio -respondía
el venerable anciano-, te contestaré: ¡Es el gran misterio! ¡El silencio sagrado
es su voz! Y si preguntas cuáles son los frutos del silencio te diré: el dominio
de uno mismo, el auténtico valor y la resistencia, la paciencia, la dignidad y
la reverencia. El silencio es la piedra angular del carácter”.
Otro abuelo nativo reconvenía: “Vosotros los blancos siempre estáis haciendo
preguntas. Nunca os limitáis a observar y observar. Suele ser posible aprender
lo que hay que saber observando y escuchando la voz de lo inaudible”. Anne
Wilson Schaef es doctora en filosofía. Autora de numerosos libros sobre
meditación y autoayuda, recorre valles y montañas desde Hawai y Nueva
Zelanda hasta Alaska y Canadá sin dejar de mencionar el Tíbet y la India,
montada sobre un caballo, recopilando las grandiosas y sabias enseñanzas
milenarias que aún los pueblos guardan como un tesoro que nunca podrá ser
objeto de expropiación a pesar del secular etnocidio.
Su conclusión es bien clara: “Ha llegado el momento cuando el hombre
occidental debe prestar oídos a las voces del conocimiento... o perecerá”.
Halcón Negro, un anciano Sauk expresaba así lo que pensaba su tribu sobre el
matrimonio: “Durante el primer año, una pareja de recién casados descubre
si se llevan bien y pueden ser felices; si no, se separan y buscan otra pareja.
Si tuviéramos que vivir juntos por toda la vida y llevarnos mal, seríamos tan
necios e infelices como los blancos”.
Nadie niega la sabiduría de esta plegaria cheroqui, una tribu iroquesa que
habitó la parte sur de los montes Apalaches: “¡Oh, Gran Espíritu que creaste
todas las razas, contemplad con bondad a toda la familia humana y haz
desaparecer la arrogancia y el odio que nos separan de nuestros hermanos!”.
“¿Qué es la vida? Respondía Pata de Gallo, un anciano Pie Negro a orillas
del río Bow, en Canadá: es el destello de una luciérnaga en la noche. Es el
aliento de un búfalo en el invierno. Es la pequeña sombra que cruza la hierba
y se pierde en el ocaso”.
Jeanette Timentwa, otra anciana de la tribu Colville Lake le decía a sus
hermanos: “Muchos de vosotros creéis que sois indios sólo porque lleváis
pañuelo rojo y bailáis la danza de la guerra. Eso no es ser indio. Tenéis que
respetaros a vosotros, así respetarás a los demás: a los niños, los ancianos y
a todo el mundo. Entonces seréis verdaderamente indios”. Charles Eastman
279

Las voces de la Otredad
conocido como Ohiyesa, venerable anciano de la tribu sioux, meditaba sobre
el sentido de las posesiones: “Es nuestra creencia considerar el amor a las
posesiones como una debilidad que hay que vencer. Su atractivo es material
y si lo dejamos pasar, con el tiempo perturbará nuestro equilibrio espiritual.
Por lo tanto, todos debemos desde niños aprender pronto la belleza de la
generosidad. Se les enseña a dar lo que más aprecian, para que puedan
probar así la felicidad de dar”.
Un anciano de Nueva Guinea comparte sus experiencias vivenciales: “Soy un
gran hombre. ¿Ves todas esas conchas? Son muy valiosas en nuestra cultura.
Podría tener baúles llenos de ellas... pero entonces no sería un gran hombre.
Un gran hombre da lo que tiene y lo comparte con los demás”. Hehaka
Sapa (Alce Negro), un anciano Dakota, habló sobre su filosofía telúrica:
“Habrás observado que el indio lo hace todo en círculo, y eso es porque el
poder del mundo siempre actúa en círculos, y todo trata de ser circular. El
viento, cuanto más fuerza tiene, avanza en círculos. Los pájaros hacen sus
nidos en círculos. El sol sale y desaparece describiendo un semicírculo. La
luna hace lo mismo, y ambos son redondos. La vida de un hombre es un
ciclo de infancia a infancia y así es como se mueve todo, incluso el poder”.
Esta concepción es compartida en el otro extremo del mundo por una
indígena ladaki en el Tíbet: “Nuestra concepción de la realidad es circular y
está en constante movimiento. No existe la sensación de que esta vida es la
única oportunidad. La muerte es tanto un principio como un final, un paso
de un nacimiento al siguiente, no una disolución final… El conocimiento y
la comprensión no son suficientes en sí mismos y pueden ser peligrosos si no
van acompañados de la compasión”.
280
No sufrimos a causa de los estragos que producen terremotos, volcanes, huracanes,
maremotos… Sufrimos a causa de las fechorías que hacemos a causa de nuestra
ignorancia y el desprecio hacia las leyes naturales.
“Estamos destruyendo la vida del planeta. Ya es muy tarde para salvarlo todo.
Podemos seguir haciendo lo mismo o empezar a comprender, de una vez por todas,
cómo dependemos de nuestros ecosistemas”.
Gretchen Daily. Bióloga conservacionista, estadounidense.
“Creo que una hoja de hierba es tan perfecta como la jornada sideral de las
estrellas”.
Walt Whitman. poeta y humanista estadounidense.

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B. SEMBLANZA
LOS GUERREROS DEL ARCO IRIS
In memoriam Jorge Eliécer de los Ríos asesinado el 9 de junio de 2011.
Reynel Restrepo, sacerdote de Marmato, asesinado el 1 de septiembre de 2011
.
“En su última batalla sobre la tierra, el guerrero deja fluir su espíritu libre y claro.
Y mientras libra su postrera batalla, sabiendo que su voluntad es indeclinable, el
guerrero ríe”.
Tradición Crow-Lakota.
Las ONG vienen denunciando cómo líderes y gestores ambientales,
defensores de los ecosistemas, hogar de comunidades originarias y pobres,
son sistemáticamente amenazados, detenidos, torturados y asesinados,
denuncian organizaciones no gubernamentales, ONG. Las campañas en
favor de los activistas verdes tomaron impulso global a mediados de los años
90 tras el asesinato de Ken Saro Wiwa, poeta y activista de Nigeria quien
movilizó a la comunidad indígena ogoni en una protesta pacífica contra la
corporación petrolera Shell, por sus daños ambientales en el país africano.
Saro-Wiwa fue ahorcado en 1995 junto con otros ocho activistas ogoni
por órdenes del entonces dictador nigeriano Sani Abacha. El asesinato de
Saro-Wiwa motivó a dos poderosas ONG de Estados Unidos, Amnistía
Internacional y Sierra Club, a organizar una amplia campaña para llamar
la atención en torno al vínculo entre derechos humanos y medio ambiente.
En diciembre de 1988 cae asesinado Chico Mendes (premio ONU Global 500,
1987), un activista ambiental y sindical que organizó a los trabajadores del
caucho, denunció la deforestación, el incremento inusitado de los pastizales
a manos de los fazendeiros (rancheros) y el tráfico ilegal maderero. La ola
de indignación no se hizo esperar: los documentales del portorriqueño Raul
Julia (“Estación verde”, 1994), Discovery Chanel (“Chico Mendes defensor
del Amazonas, 2008) y las canciones del grupo Mexicano Maná (“Cuando
los ángeles lloran”) y de su coterránea Marianne (“Enciendo una vela”),
del cantautor argentino León Gieco (“La memoria”) y del exbeatle Paul
McCartney (“How Many People”), inmortalizan su nombre.
281

Las voces de la Otredad
Siete años más tarde, Dorothy Stang, una misionera estadounidense de 73
años y nacionalizada brasileña que trabajó durante cuatro décadas en favor
de los campesinos pobres de la Amazonía, termina siendo asesinada en
febrero de 2005 después de haber sido amenazada por los hacendados del
Pará.
En América Latina, hay pocos reportes sobre el tema. Uno de los primeros
esfuerzos de compilación fue realizado por el Centro de Derechos Humanos
y Ambiente (CEDHA), con sede en Argentina. En su informe El costo
humano de defender el planeta, CEDHA da cuenta de numerosos casos,
como el del dirigente laboral Oscar Olivera, premiado con el galardón
ambiental Goldman por sus esfuerzos contra los planes de privatización del
agua en Bolivia. CEDHA también reporta sobre las protestas de los indígenas
pehuenches contra la construcción de la central hidroeléctrica Ralco, en
Chile, y la movilización contra la tala de bosques nativos en el departamento
hondureño de Olancho, liderada por el sacerdote Andrés Tamayo.
Los activistas ambientales se encuentran en una situación particular de
doble vulnerabilidad, dice CEDHA. La mayoría de los casos que defienden
chocan no sólo contra los intereses del Estado, sino de poderosos grupos
económicos en connivencia con el Estado, sostiene. Los casos de los
campesinos mexicanos Rodolfo Montiel y Teodoro Cabrera, presos por su
oposición a la tala de los bosques, fueron incluidos en el reporte de Amnistía
Internacional y Sierra Club. El informe también llamó la atención sobre
los atropellos a los que ha sido sometido el pueblo kiwchua de la provincia
amazónica de Pastaza, en Ecuador, que se opone a la explotación petrolera
de una multinacional.
Expertos en Derecho Ambiental promueven una campaña para motivar a
comunidades indígenas y activistas ambientales a presentar peticiones ante la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, tras el célebre caso Awas
Tingni, que impuso jurisprudencia en 1988. La comunidad indígena sumo de
Nicaragua logró que la Comisión dictaminara como ilegal la tala de bosques
en su hábitat, con lo que se estableció, por primera vez, la competencia de
un tribunal de derechos humanos para acoger casos ambientales. El pueblo
inuit, por su parte, de tierras árticas envió una petición a la Comisión con el
fin de que se señale a EE. UU. como responsable de los daños ambientales
que amenazan la supervivencia de sus comunidad y, a la vez, señalarlo como
el mayor emisor de gases invernadero causantes del calentamiento global.
282

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Una anciana llamada “Ojos de Fuego”, descendiente de la tribu Crow- Lakota
que algún día habitó el valle norteño del río Misuri, lanzó una profecía que
mucho tiempo después fue recogida por los ecologistas norteamericanos.
Estos son algunos apartes de dicho testimonio: “Llegará el día en que la
codicia del Yo-ne-gi (hombre blanco), hará que los peces mueran en las
corrientes de los ríos, las aves caigan de los cielos, las aguas se ennegrezcan
y los árboles ya no puedan tenerse en pie…Y la humanidad dejará de existir.
Llegará un día en que la Tierra caiga enferma. Cuando no queden apenas
esperanzas, algunas personas despertarán de su letargo. Llegará un día en el
que muchas personas se levantarán para formar un mundo nuevo de respeto
por el Gran Espíritu de la Tierra.
Llegará el tiempo en que habremos de necesitar a los que preservan
tradiciones, leyendas, rituales, mitos y todas las viejas costumbres de los
pueblos para que ellos nos muestren cómo recuperar la salud, la armonía y
el respeto a nuestros semejantes. Ellos serán la clave para la supervivencia de
la humanidad y serán conocidos como “Los Guerreros del Arco Iris”. Estos
Guerreros del Arco Iris proporcionarán a la gente los principios y reglas para
hacer una vida acorde con el mundo. Estos principios serán los mismos que
seguían los pueblos del pasado. Los Guerreros del Arco Iris le enseñarán a la
gente los viejos hábitos de la unidad, del amor y la comprensión.
Enseñarán por los cinco rincones de la Tierra cómo alcanzar la armonía
entre las personas. Le enseñarán a la gente cómo orar al Gran Espíritu de
la misma manera como lo hacían los pueblos del pasado, dejando que el
amor fluya como las hermosas corrientes que descienden de las montañas
por cauces que las llevan a unirse con el océano mismo de la vida. Y una
vez más renacerá la alegría de estar en compañía, como también en soledad.
Estarán libres de envidias mezquinas y amarán a sus semejantes como a
sus hermanos sin importar el color de su piel o su religión. Sentirán cómo
la felicidad inunda sus corazones mientras se vuelven uno con el resto de
la creación. Sus corazones serán puros e irradiarán calidez, comprensión y
respeto por la humanidad, la naturaleza y por el Gran Espíritu.
Sus hijos nuevamente podrán correr libres y disfrutar los tesoros de la
Naturaleza y de la Madre Tierra, libres de venenos y de la destrucción
283

Las voces de la Otredad
generada por el Yo-ne-gi y sus prácticas codiciosas. Los ríos fluirán limpios
otra vez, los bosques serán hermosos y abundantes y otra vez habrá aves y
animales sin número cruzando por el firmamento. Nuevamente se respetarán
los poderes del planeta y los animales y la conservación de todas las cosas
bellas se convertirá en una forma de vivir.
Los líderes de los pueblos volverán a ser elegidos a la vieja usanza... no por
el grupo político al que pertenezcan, ni porque griten más fuerte o presuman
más, tampoco por un proceso de intercambio de insultos o acusaciones
mutuas. Sus gobernantes serán elegidos aquellos cuyas acciones digan
más que sus palabras. Serán elegidos como líderes o Jefes aquellos que den
muestras de amor, sabiduría y valor y que hayan sido capaces de actuar por
el bien de todos…
Serán elegidos por sus cualidades, no por la cantidad de dinero que posean.
Usarán su amor para entender a la gente y para asegurarse de que sus niños
y jóvenes sean educados en el amor, en el trabajo y en el conocimiento de su
entorno. Les mostrarán que los milagros pueden hacerse realidad para curar
a este mundo de todos sus males y devolverle la salud y la belleza que antes
tuvo. Las tareas que les esperan a los Guerreros del Arco Iris serán muchas
y mayúsculas.
Habrá enormes montañas de ignorancia que será necesario vencer; se
enfrentarán contra los prejuicios y el odio. Tendrán que ser dedicados,
firmes en su fortaleza y tenaces de corazón. En su camino hallarán mentes y
corazones dispuestos a seguirlos por esa senda que le devolverá a la Madre
Tierra toda su belleza y su plenitud. Ese día llegará pronto y nos daremos
cuenta de que todo lo que somos y tenemos se lo debemos a esa gente que ha
luchado por preservar nuestra herencia cultural, por mantener con vida los
rituales, las historias, las leyendas y los mitos.
Será gracias a este conocimiento como volveremos a estar otra vez en
armonía con la Naturaleza, con la Madre Tierra y con la humanidad misma.
Descubriremos que este conocimiento es nuestra clave para la supervivencia.
Éstos serán los Guerreros del Arco iris, y éstas son las razones que los impulsan
a proteger la cultura, la herencia y los conocimientos de sus antepasados.
284

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
LA DAMA DEL CINTURÓN VERDE
En el marco conmemorativo del Día de la Eliminación de la Violencia contra
la Mujer (ONU, 25 de noviembre de 1999), rendimos homenaje a algunas
mujeres que se han destacado por su lucha en favor de la justicia, la defensa
de los Derechos Humanos, la democracia y la paz. La muerte reciente de la
bióloga Wangari Maathai, obliga a hacer este postrer homenaje a la primera
mujer africana en ganar el Nobel de Paz (2004) “por su lucha en pro del
desarrollo económico, cultural y ecológico de Kenia y África”.
Víctima de la segregación racial y de género, aprendió a leer de los labios
de sus religiosas opresoras y lejos de su lengua y cultura kikuyu, los códigos
multirraciales del ADN. Al convertirse en la primera mujer de África Centrooriental
en obtener un magíster en Ciencias (Universidad. de Pittsburgh), un
doctorado en Alemania, un PhD y ser la primera decana de la Universidad
de Kenia, su marido le entabla una demanda de divorcio por ser “demasiado
educada, tener demasiado carácter, ser demasiado exitosa y demasiada
obstinada para ser controlada”.
Ante el alarmante informe de la ONU que enfatizaba cómo en África de
100 árboles talados, se reponían 9, lanza una cruzada reforestadora. Como
ejecutiva de su partido (“National Council of Women of Kenya”) y líder
de su ONG (“Green Belt”, “cinturón verde”), planta con sus asociadas más
de 30 millones de árboles lo que le valió el honroso calificativo de “la mujer
árbol”.
De sus intensas campañas “holísticas y glocales”, se recuerdan la que libró
contra el régimen autoritario del exgobernante Daniel Arap Moi (1978-
2002) quien pretendía construir un elegante complejo urbanístico en el
parque Uhuru, pulmón verde de Nairobi y su denuncia sobre el VIH/SIDA,
considerada por ella como un arma biológica producida por la ingeniería
genética occidental para despoblar el continente africano. Condenada al
silencio, su célebre retractación fue edulcorada por su reconocida labor
ecologista.
Aún se escucha una de sus numerosas y célebres consignas ambientalistas:
“No tenemos otro lugar a donde ir. Testigos de la degradación y el
285

Las voces de la Otredad
sufrimiento, no nos podemos quedar de brazos cruzados. Dispuestos a cargar
con nuestra responsabilidad, pasemos a la acción. No podemos rendirnos.
Hagámoslo por nosotros y por las generaciones venideras: ¡Levantémonos y
caminemos!”. Evocamos las palabras testimoniales del sacerdote pacifista y
nobel africano Desmond Tutu: “Wangari Maathai fue una auténtica heroína
africana que comprendió el lazo indisoluble entre la pobreza, los derechos
humanos y la sostenibilidad ambiental”.
Hoy recordamos sus bellas y sentidas exhortaciones: “Trabajar juntos con
hombres y mujeres de buena voluntad que irradien la bondad intrínseca
de la humanidad (...) Debemos liberarnos del miedo y romper el silencio
(…) El mundo necesita una ética global con valores que le den sentido a la
experiencia de vivir”.
En un país como Colombia donde el 50% de la madera utilizada
comercialmente y de manera ilegal, proviene de nuestros bosques naturales,
debería retumbar el grito estentóreo de quien fue llamada “La personificación
del coraje”: “¡Harambee!” (“¡Todos a una!”).
Todavía se acepta la definición cepalina de desarrollo: “Capacidad de las sociedades de
actuar sobre sí mismas y de modificar el curso de los acontecimientos y de los procesos”.
Esto significa que no puede haber desarrollo sin un ejercicio de empoderamiento para
que las organizaciones sociales con sus grupos compuestos por líderes comunitarios y
gestores culturales, se sientan partícipes como agentes responsables, co - educativos y
auto - reguladores de los cambios socio -ambientales que generan. Vista así, la cultura
se asume como una dimensión estratégica y sostenible del desarrollo social, económico
y político, como una (re) construcción de sentido de experiencias vitales y cotidianas
compartidas por una comunidad determinada.
La cultura debe ser siempre entendida y enfocada desde una perspectiva relacional
donde la gente recrea su realidad, cree en los principios y valores que comparte,
reconoce sus contingencias (errores, dificultades, riesgos, limitaciones) más allá del
mundo prejuicioso que conlleva el ejercicio de la virtud, toma decisiones de carácter
transformacional, cree no solo en el carácter telúrico de sus raíces sino también en su
trascendencia cósmica; cambia el curso natural: sinuoso, asimétrico, circunstancial,
incierto y conflictivo de sus acontecimientos cotidianos y renueva permanentemente
sus pactos de convivencia con los demás y con la naturaleza. Entiende la globalización
no como un proceso deculturador, invasivo, enajenante y ecocida, sino como una
oportunidad renovadora y transformativa de sí mismo y de su grupo social.
286

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
“En tiempos de cambio, quienes están abiertos al aprendizaje se adueñarán del
futuro, mientras que aquellos que creen saberlo todo estarán bien equipados para un
mundo que ya no existe”.
Eric Hoffer, escritor estadounidense.
“Lo último que recuerdo lo consumió lentamente el fuego asistido por mi mirada de
libertad”.
Víctor García Hoz, pedagogo español.
“Hay que recuperar, mantener y transmitir la memoria histórica, porque se empieza
por el olvido y se termina en la indiferencia”.
José Saramago, escritor portugués.
“Detrás de las palabras está el silencio y detrás de éste, el olvido”.
Giannina Braschi, escritora puertorriqueña.
“El olvido y la memoria no son más que infieles convivientes”.
Paulo Neo, músico y poeta argentino.
Testimonio de admiración y respeto por el trabajo de los grupos socioambientales
y de todas las ONG defensoras de los derechos humanos y de los ecosistemas,
patrimonio ecológico de la humanidad.
“El aroha (amor) no es posible a menos que conozcamos verdaderamente, en el fondo
de nuestro corazón, que todos estamos interconectados, que todos somos uno”.
Hiwitauroa, escritor maorí.
287

Las voces de la Otredad
C. CLICS, TIPS ZOOHUMANOS
• Un naturalista descubrió en los mandriles un lenguaje peculiar: agudos
gritos de alarma, alaridos placenteros, gruñidos de dolor o disgusto,
cuchicheos alegres, lamentos condolientes por sus muertos, gemidos de
terror, voces convocantes para la acción y un susurro nocturno apagado y
continuo muy parecido al habla humana. Un nativo ratificó su sospecha:
“los mandriles pueden hablar pero no lo hacen delante de los hombres
por miedo a ser explotados por éstos”.
• Definiciones de Ambrose Bierce en su “Diccionario del diablo”:
comestible: bueno para comer y sano para el organismo, como lo es un
gusano para un sapo, un sapo para una serpiente, una serpiente para
un cerdo, un cerdo para un hombre y un hombre para un gusano”…
Hombre: su principal ocupación es el exterminio de otros animales
incluyendo los de su propia especie”… Si quieres, confía en la pata de
conejo, pero recuerda que no sirvió de nada al conejo”.
• “Entre los animales que la naturaleza creó, sólo el hombre llora, sólo él
es ambicioso, sólo él es soberbio, sólo él es avaro, sólo él es supersticioso
y sólo él desea vivir mucho tiempo y hacer la sepultura en que ha de
enterrarse”, señalaba el naturalista latino Plinio el Viejo. “(…) es el único
que bebe sin tener sed, come sin tener hambre y habla sin tener nada que
decir”, agregaba el escritor estadounidense John Steinbeck en su libro
“Las uvas de la ira”.
• La escritora española Rosa Montero nos habla sobre “eufemismo
cinegético y piezas abatidas”, es decir, “animales reventados, destripados,
atravesados; con plomo en alas, barriga y cabeza; con un ojo vaciado, una
pata amputada o la espina dorsal destrozada. Cierto, no son más que unas
pobres bestezuelas, pero sumadas, una a una, acumulan una cantidad de
dolor y muerte impresionante” y de vergüenza propia, agregaríamos.
• Después de la larga cabalgata del mediodía, observamos esa noche el
“rostro” de un caballo triste y cansado, pensando quizás en su tibia
pesebrera. Esperaba a un ebrio jinete que cortejaba a una damisela. Fue
entonces cuando entendimos aquella frase cursi que tarareábamos de
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
nuestra adolescencia: “Quien no comprende una mirada, jamás podrá
entender una explicación”. Desde luego nos estamos refiriendo al equino.
• El escritor argentino Ernesto Sábato sostenía que el hombre es el primer
animal que ha creado su propio hábitat, pero, irónicamente, es el único
que termina destruyéndose a sí mismo. Un relato africano da cuenta
de las proféticas palabras que el viejo sabio del grupo lanzó al resto de
la manada de chimpancés: “nos aguarda un futuro sombrío: vamos a
evolucionar y nos convertiremos en hombres”.
• Dilys Layng, una escritora inglesa describe este paisaje dialógico: “Cierro
el libro sobre el significado del zen y veo el gato lamiendo su pelo con su
lengua rosa y áspera mientras se contonea sutilmente. Entonces le digo:
“te prestaría este libro para que lo estudies, pero parece que ya lo has
leído”. Entonces levanta la mirada y me observa atentamente. “No seas
ridícula -ronronea-, yo lo escribí”.
• “Si después de mirarte a la cara, un perro no se te acerca, deberías irte
a casa y examinar tu conciencia”, afirmaba el político estadounidense
Woodrow Wilson. Parafraseando a un contemporáneo suyo, el humorista
James Thurber, diríamos que, “cuando pensamos en la inmortalidad,
creemos que muchos perros deberían ir al paraíso y muy pocos hombres
también”.
• Cuenta Pema Chodrón que había una joven en Nigeria que iba riendo
subida a lomos de un tigre. “A la vuelta la chica iba dentro del tigre y
la sonrisa en la boca del animal”, concluye. Dicho de otro modo. John
Fitzgerald Kennedy contaba que en el pasado “aquellos que locamente
buscaron el poder cabalgando a lomo de un tigre, acabaron dentro de él”.
• Dura aseveración de Rudyard Kipling en su “libro de la selva”: “La ley de
la selva, que nunca dicta nada sin razón, prohíbe a todas las fieras comer
hombres... La verdadera razón se fundamenta en que matar a un hombre
acarrea, tarde o temprano, la llegada de otros hombres en elefantes y con
armas de fuego. Y entonces todos en la selva sufrirán”.
• “Cuando un hombre mata a un tigre lo llaman deporte, cuando un tigre
mata al hombre lo llaman ferocidad”, ironizaba el escritor inglés George
289

Las voces de la Otredad
290
Bernard Shaw. Cuatro siglos antes, Leonardo da Vinci soñaba con un día
en el que los hombres conocerían el alma de los animales y matarlos sería
considerado un delito como matar a un hombre.
• Se ha comprobado -dicen los científicos-, que la abeja no puede volar
y que las leyes aerodinámicas así lo han comprobado: su cabeza y su
cuerpo son muy grandes y sus alas muy pequeñas... sencillamente la abeja
no puede volar, pero nadie se lo ha dicho, ni le han impuesto semejante
restricción... Así que la abeja sigue volando.
• Mahatma Gandhi se refería cierta vez al sacrificio de animales: “Ruego
constantemente a Dios para que nazca sobre esta tierra algún gran espíritu
encendido en la piedad divina capaz de librarnos de nuestros horrendos
pecados contra los animales, salvar las vidas de criaturas inocentes y
purificar los templos”.
• En el zoológico de Bronx hay un cartel que dice: “Precaución. No
acercarse. Este es el animal más fiero que existe, el más cruel, el más
sanguinario, el único capaz de destruir en masa a su propia especie”.
Junto al cartel hay un espejo que se refleja la cara sorprendida de la
persona que asustadiza acaba de leer este aviso.
• Reflexiones de Mafalda: “El hombre es un animal de costumbres, o más
bien, de costumbre el hombre es un animal… El lobo será siempre el
malo si sólo escuchamos a Caperucita… Si los animales pudieran hablar,
no lo harían… Recomendamos cuidar el medio ambiente en compañía
de un adulto responsable”.
• El humanista alemán Albert Schweitzer, concluía: “No me importa si el
animal es capaz de razonar, sólo sé que es capaz de sufrir, y por eso lo
considero mi prójimo”. El filósofo Inglés Jeremy Bentham insistía en su
tiempo en que la cuestión no era: ¿pueden razonar?, ni ¿pueden hablar?,
sino ¿pueden sufrir?
• Dos cosas llaman la atención de la feminista francesa francesa Flora
Tristán: la inteligencia de las bestias y la bestialidad de los hombres.
Ninguna expresión resume nuestra contradictoria, mentirosa y absurda
condición como aquella con que nos ha rotulado la Antropología: “homo
sapiens recens”.

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
• Anton Chejov, el célebre dramaturgo ruso, cierta vez hacía la esta irónica
comparación: “En la naturaleza una repugnante oruga se transforma
en una mariposa encantadora; en cambio, entre los hombres ocurre
lo contrario: una encantadora mariposa se transforma en una oruga
repugnante”.
• “Si no se hubiese inventado la sociedad, el hombre seguiría siendo una
bestia salvaje, o lo que es lo mismo, un santo” afirmaba el filósofo ruso
Mijail Bakunin. “Animales fieros son la gallina, la paloma y el turpial
y mansos el tigre, el león y la pantera”, enseñaba la mamá lombriz a su
pequeña hija.
• “El hombre es un animal racional, pero no un animal razonable”, escribía
en uno de sus guiones el director de cine inglés Alexander Hubbleton.
“Creo haber encontrado el eslabón intermedio entre el animal y el homo
sapiens: somos nosotros”, concluía el zoólogo austriaco Konrad Lorenz.
• Aguda observación de la etóloga británica Jane Goodall. “Una vez
que aceptamos que una criatura viva siente dolor, si deliberadamente
la hacemos sufrir, somos igual de culpables. Lo que debemos entender
es que, sea humana o animal, nos estamos embruteciendo a nosotros
mismos”.
• “Un perro cualquiera puede ser mejor persona que una persona
cualquiera, comentaba Andy Rooney en uno de sus programas radiales”.
Peter Singer lo ratificaba: “Seguramente existen animales no humanos
cuyas vidas son más valiosas que las vidas de algunos seres humanos”.
• Es apenas lógico dentro de la absurdidad que nos invade, que la
Asociación española de peleteros se exprese así: “El animalismo es la
enfermedad infantil del ecologismo. Un comportamiento correcto con el
ambiente no tiene que ver en nada con la hipócrita piedad animalista”.
• Es apenas lógico dentro de la absurdidad que nos invade, que la
Asociación española de peleteros se exprese así: “El animalismo es la
enfermedad infantil del ecologismo. Un comportamiento correcto con el
ambiente no tiene que ver en nada con la hipócrita piedad animalista”.
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Las voces de la Otredad
• Diálogo entre cocodrilos: “Esta mañana me tragué a un idiota”. “¿Por
qué crees que era un idiota?”. “Tenía la cabeza tan vacía que todavía no
logro sumergirme”. Calcomanía en un carro: “Todo lo que el hombre
toca lo destruye. Salve el planeta... ¡Mátese!”.
• “He estudiado a muchos filósofos y a muchos gatos y he concluido que
la sabiduría de éstos es infinitamente superior”, decía Hipólito Taine. La
educación de los gatos parece difícil: él mío me educó en dos días, decía
un humorista norteamericano.
• Epitafio compuesto por el poeta inglés Lord Byron para su perro: “Aquí
reposan los restos de una criatura que fue bella sin vanidad, fuerte sin
insolencia, valiente sin ferocidad y tuvo todas las virtudes del hombre y
ninguno de sus defectos”.
• El único animal que no sabe que lo más importante en la vida es
disfrutarla, es el hombre. “Los simios son demasiado buenos para que
el hombre pueda descender de ellos”, rezongaba cierta vez el filósofo
alemán Friedrich Nietzsche.
• Parafraseando al escritor austriaco Peter Rosegger, los animales poseen
como tú, un corazón que siente; conocen como tú, de la alegría y el
dolor; tienen como tú, sus aspiraciones; defienden y exigen como tú, un
derecho a la vida”.
• El respeto hacia los animales es inseparable del respeto que debemos
profesarnos a nosotros mismos. Llegará el día cuando los animales
podrán adquirir aquellos derechos que jamás se le debieron de haber
negado.
• “Me moriré de viejo y no acabaré de comprender al animal bípedo que
llaman hombre”, se lamentaba Cervantes. “El tigre no es como lo pintan”,
atentamente Calvin. “Calvin tampoco es como pintan”, atentamente.
Hobbes.
• Dice Schopenhauer que la mosca debe ser tomada como el símbolo de la
impertinencia y la audacia: mientras que los demás animales huyen del
hombre, ésta se posa impasiblemente sobre s
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
• En el Génesis está escrito el mandato bíblico a través del cual Dios creó
al hombre para confiarle el dominio sobre los pájaros, los peces y los
animales. Claro está que el Génesis fue escrito por un hombre.
• El respeto hacia los animales es inseparable del respeto que debemos
profesarnos a nosotros mismos. Hasta que gozamos de la oportunidad de
amar a algún animal una parte del alma permanece dormida.
• “Para poder tener una perspectiva veraz de su propia importancia, cada
persona debería tener un perro que le adore y un gato que le ignore”,
advertía el empresario australiano Dereke Bruce.
“El periodista se sentó a descansar. Antes de que pudiera hablar, la dueña de la casa
lo sorprendió con una insinuación: ‘El alquiler de las serpientes cuesta mil pesos, con
foto y todo”. Acto seguido, la mujer sacó una serpiente de 50 centímetros de largo
de una jaula escondida en la esquina del solar y la enrolló alrededor de su cuello.
Alguien hizo clic, le entregó una polaroid para el recuerdo e introdujo la serpiente en
la jaula, quizás esperando la visita de otro turista que apoyara la cadena del tráfico
de animales que impera en el mundo”.
Planeta Soho.
“Después de Nietzsche, mucha gente dice que Dios ha muerto. Yo no sé nada. Pero
una de dos: Si él ha muerto, la naturaleza es el Dios que nos queda; y si no ha
muerto, matar la naturaleza es una premonitoria tentativa de deicidio”.
Paulo Mendes Campos, escritor brasilero.
293

Las voces de la Otredad
D. NUBARRONES PREDICTIVOS
La discusión sobre la importancia vital del agua sólo tiene 40 años. La
Primera Conferencia Mundial sobre el Agua se dio en Mar de Plata en 1977.
15 años después, la Asamblea General de la ONU (Resolución 47/193),
declaró que el Día Mundial del Agua se celebraría el 22 de marzo de cada año
a partir de 1993. El agua ha sido uno de los asuntos más investigados, menos
entendidos e infravalorados. “El agua nos une, es el elemento indisociable
de la condición humana que conecta todos los objetivos del milenio”, afirma
Koichiro Matsuura, director general de la UNESCO.
Somos agua en cuerpo (60%), cerebro (70%) y sangre (80%)…“Si te quedas
sin agua, en 3 días te quedas sin vida”, dice un sabio adagio turco. El 3% del
agua planetaria es agua fresca; menos del 1% apta para el consumo humano;
sólo el 0.007% bebible… Pero sucede algo curioso: un 25% del agua limpia
que entra a nuestras casas se usa para vaciar el inodoro (3 galones), la misma
cantidad con la cual millones de personas sobreviven diariamente en el
mundo… “Nos damos cuenta lo valiosa que es el agua cuando se seca el
pozo”, reza un viejo aforismo de origen árabe.
2.000 millones de seres no disponen de agua potable; 3.000 millones no
cuentan con medios de saneamiento apropiados (retretes y alcantarillado);
1 de cada 3 ciudadanos carece de acceso a servicios públicos adecuados.
“En la India 114 pueblos y ciudades vierten al Ganges excremento y orina
así como otras aguas residuales sin depurar”, afirma Al Gore. Nuestros
apesadumbrados y contemplativos ambientalistas se preguntan ¿y los ríos
tutelares que le han dado el rutilante e inmerecido nombre de “ciudad
cuenca” (muy pronto “ciudad cloaca”) a nuestra urbe?
En el siglo XX la población mundial se triplicó y el uso del agua se sextuplicó.
En el 2050 seremos 10 mil millones, 1 de cada 5 habitantes tendrá más de 60
años y lo más aterrador: el consumo hídrico se decuplicará: tendremos así,
una humanidad vieja, hambrienta y sedienta. 30 millones de seres humanos
han sido reubicados a causa de la contaminación de ríos, un número mayor
que los desplazados por las guerras. “No hacer nada resulta más costoso que
invertir en proteger el clima… Cuanto más tardemos, más caro resultará”,
advierte Ángela Merkel, canciller alemana.
294

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
1 de cada 5 personas no tiene agua para beber. Cada 15 segundos muere
un niño de una enfermedad asociada con el agua. Sin embargo, seguimos
valorando más el petróleo que el vital líquido aun sabiendo que éste se
agotará antes que aquél. “Donde hace falta agua, lo que abunda son armas”,
señala Ban Ki-moon, actual Secretario de la ONU. Algún día la “aldea
glocal” dejará de considerar el agua como “res nullius” (“cosa sin dueño”) y
la valorará como “res pública” (“algo con valor común”).
Si repasamos la historia de la estupidez humana nos damos cuenta de que, a
lo largo del tiempo, hemos utilizado una memoria selectiva sólo para recordar
lo bueno; la prudencia de la que nos hemos jactado sólo nos ha servido
para arruinar el presente y con autosuficiencia vergonzosa fundamentada
en un optimismo orondo y desafiante, le hemos dado la espalda a nuestros
futuribles. “La ignorancia es antiecológica”, afirma el biólogo mexicano José
Sarukhan (“Las musas de Darwin”). A pesar de todo, el viejo lema se vuelve
recurrente y oportuno: “Úsala menos, ahórrala más, cuídala siempre”.
Muy pronto “la resignificación de los ríos” será uno de los temas demagógicos
de la campaña electorera que se avecina.
LAS GUERRAS DEL AGUA.
LAS CIFRAS DEL HIDRICIDIO
“Los riesgos del conflicto aumentarán a medida que se agoten los recursos.
¿Permitiremos que el siglo XXI sea el de las guerras por agua?”.
Jacques Chirac, político francés.
La huella hídrica mundial es estimada en 1.156 m por persona y por año.
América del norte es el continente con mayor huella hídrica 2.798 m por
persona y por año, mientras que Asia pacifico tiene la más baja, 1.156 m
por persona y por año. La agricultura constituye el 92% de huella ese total
mundial. A partir del año 2010, las Naciones Unidas reconocen que el agua
y el saneamiento son un derecho humano esencial para el pleno desarrollo
de la vida y el ejercicio de los derechos humanos.
295

Las voces de la Otredad
Todos sabemos que el 70% de la superficie de la Tierra está cubierta por agua,
que el 97% de ella es agua salada y que el 90% del agua dulce disponible,
se encuentra en la Antártida. Sólo el 0,007% del agua dulce del planeta es
accesible a los seres humanos. El 38% del agua disponible se consume en
China, India y Estados Unidos (el 4º puesto lo ocupa Brasil). Para el año
2050 se calcula que habrá 2.300 millones de ciudadanos más (Cada segundo,
la población urbana aumenta en 2 personas), incrementándose la demanda
de agua en un 55% por razones industriales, energéticas y domésticas.
Todos los países del continente americano comparten acuíferos o cuencas
con uno o más países. El 40% de la población mundial vive en cuencas
transfronterizas que cubren en su totalidad la mitad de las tierras emergidas
y producen 60% del agua dulce consumida a nivel mundial. En 223 de las
424 principales cuencas a nivel mundial (3.900 millones de personas viven
en esas zonas) se han violado las exigencias mínimas de gestión de cuenca,
lo cual ha producido escasez de agua durante al menos un mes al año para
2.670 millones de personas.
Ha habido un aumento del 230% de las inundaciones a nivel mundial y el
impacto de dichas catástrofes sigue incrementándose al igual que los desastres
por sequías que se han elevado a una cifra cercana al 40%. El número de
personas expuestas a las inundaciones han aumentado en 114%, mientras
que 95% de víctimas fatales se situaron en países en vías de desarrollo.
Cada día, 2 millones de toneladas de desperdicios se eliminan a través de
los cursos de agua. Una de cada tres personas vive en el mundo con escasez
de agua entre moderada y alta. El 27%de los habitantes de las ciudades del
Tercer Mundo no tiene acceso a agua corriente en casa. La ONU advierte
que para el año 2030 la mitad de la población mundial se verá afectada ya
que la demanda superará en un 40% a la oferta. En 2050, al ritmo actual
de crecimiento de la población y los cambios alimenticios, será necesario
producir 70% más de alimentos. Una gestión integrada del agua a nivel
mundial permitiría de reducir esta cifra a 35%.
Un quinto de la población mundial vive en zonas enfrentadas a escasez
de agua. Cada 3 segundos muere un niño como consecuencia de haber
consumido agua mala calidad. El 15% de la humanidad continúa defecando
en espacios abiertos. Esto produce la muerte de 3.900 personas por día,
296

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
10 veces más que los conflictos armados. Se pronostican 250.000 muertes
adicionales causadas por el cambio climático. Según el último informe de
la National Geographic, 884 millones de personas no tienen agua potable
y el 40% de la población mundial (2.600 millones), carece de saneamiento
básico.
Cerca del 80% de la población colombiana está localizada en cuencas con
défícit natural de agua. 3.1 millones de colombianos que habitan en las zonas
rurales viven una situación crítica por falta de acueductos. El 40% de los
colombianos no recibe agua potable. El sector agrícola hace uso del 59.7%
de la oferta superficial hídrica disponible y del 75% del agua subterránea.
Según el Ministerio del Medio Ambiente, el 44% del territorio nacional tiene
agua en abundancia, pero dicho porcentaje corresponde a las regiones menos
pobladas del país como la costa Pacífica, la zona alta de los ríos Arauca,
Caquetá, Vichada, Vaupés e Inírida.
En 179 municipios de 15 departamentos del país durante 2012 se vertieron
205 toneladas de mercurio al suelo y al agua, de las cuales el 27,5 por ciento
corresponden al uso de la minería de plata y 72,5 por ciento a la minería de
oro. 300 millones de toneladas de sedimentos se transportan anualmente por
los ríos del país, siendo el mayor aportante el río Magdalena (140 millones
de toneladas). 11 millones de personas están, de esta forma, en alto riesgo de
vulnerabilidad por desabastecimiento de sus fuentes hídricas.
En el día Mundial del Agua (22 de marzo), recordamos cómo el término
“ecocidio”, aún desconocido por muchos, nació en 1962 con el libro de
Rachel Carson (“La primavera silenciosa”), obra pionera de la conciencia
ambiental. Allí se denunciaban los efectos devastadores del agente naranja
sobre el río Mekong en la Guerra del Vietnam. Hoy acuñamos un nuevo
término (“hidricidio”) para señalar la forma cómo exterminamos de manera
indolente, sistemática y perversa, nuestras fuentes de agua.
Las palabras del ingeniero Ernesto Guhl Nannetti, director del Instituto
para el Desarrollo Sostenible Quinaxi, son concluyentes y dramáticas: “La
gestión del agua es una herramienta vital para generar territorios sostenibles
(…). El problema de fondo del país frente al uso del agua es de gobernanza
y de gestión del agua, no de falta de agua”.
297

Las voces de la Otredad
El agua es un bien común de la humanidad y un derecho humano básico,
y debe ser consagrado como tal en todas las constituciones políticas de los
países. El papel del Estado no es asignar el agua en propiedad, sino mantener
el control público sobre los servicios de agua potable y saneamiento y
garantizar, además, bajo una lógica territorial, una gestión democrática,
racional, equitativa y eficiente del agua. Para ello, es vital incorporar
prioridades de uso, de manera que su uso asociado para los servicios
sanitarios, la producción y el consumo de alimentos y mantenimiento de los
ecosistemas, tenga preferencia.
Develar los sofismas y las truculencias propias de un falso “cambio climático”
y un fementido “desarrollo sostenible”, defender el agua como patrimonio
público, proteger las cuencas, las zonas de reserva forestal y todos los
ecosistemas y ambientalizar la política y la educación son algunas de las
tareas de los nuevos guerreros del arco iris.
¡LA BOLSA O LA VIDA!
El navegante británico Charles Moore descubrió en el océano Pacífico
(1997), entre las Islas Vírgenes y las Bermudas, una enorme “isla de plástico”
(1.400.000 km2), tan grande como Francia, España y Alemania juntas y
mayor que la superficie de Colombia. Este lugar, considerado el mayor
basurero del mundo (6 millones de toneladas de residuos entre botellas,
bolsas y neumáticos), ha sido bautizada como el “octavo continente”. Se
calcula que hay entre 100 y 150 millones de bolsas en los océanos. Con
relación a la cantidad de tóxicos plásticos y plancton presente en esta zona,
la proporción es de 6 a 1.
Una bolsa plástica, llevada por el viento desde los basureros hasta el mar,
elaborada en unos cuantos segundos, tiene una vida “útil” promedio de
12 minutos y puede tardar hasta 300 años en desaparecer de la naturaleza.
Diariamente el mundo consume 1 millón de bolsas de plástico por minuto
que corresponden anualmente a 300 per cápita (el promedio europeo anual
298

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
es de 198). En total, se consumen 1.2 billones de bolsas por año en todo
el planeta. Con estupor, navegantes e investigadores las han encontrado en
Groenlandia y en el Círculo Polar Ártico.
Introducidas en los años 70 cuando irrumpió el boom de los supermercados,
su reciclaje se ha vuelto costoso energéticamente hablando: al llegar a los
vertederos y ser incineradas, se emiten gases contaminantes (dioxinas y
cianuros de hidrógeno). Si cada ciudadano dejara de usar una bolsa plástica,
se dejarían de emitir 117 toneladas de CO2 a la atmósfera y esto contribuiría
a la disminución del calentamiento global. Omnipresente en toda la cadena
alimenticia, es tan común en África del Sur que allí es considerada “la flor
nacional” y en China es conocida como “la contaminación blanca”. En la
India, alrededor de 100 vacas mueren todos los días al comer bolsas plásticas
dispersas por sus calles.
Al comprobarse que las inundaciones de muchas ciudades son causadas por
el taponamiento plástico, algunos países como Escocia, Reino Unido, Israel
y Bangladesh, han comenzado a multar con 9 dólares en promedio, el uso
cotidiano de dichas bolsas. En el año 2007, San Francisco se convirtió en
la primera ciudad en prohibir su uso y exigir que sean reemplazadas por
talegos reciclables. En Australia y la Unión Europea se han ido eliminando
paulatinamente y se cree que serán sustituidas totalmente en el año 2018.
Resulta más costoso reciclarlas que producirlas: reciclar una tonelada de
bolsas plásticas cuyo valor es de 32 dólares, cuesta 4000 dólares.
El 3 de julio (día internacional) y el 25 de julio (día nacional) fechas que fueron
declaradas para adelantar campañas a favor de su erradicación, pasaron
inadvertidas para nosotros. Estamos en mora de aprobar una normatividad
que prohíba el uso de bolsas plásticas ante el impacto ambiental que ello
genera. La causa de este “atraso legislativo” bien puede ser el hecho de que
Colombia es el tercer productor detrás de Brasil y Argentina y abastece los
mercados de Ecuador, Venezuela, Perú y los países centroamericanos.
“En la naturaleza no hay premios ni castigos, sólo hay consecuencias
aleccionadoras”.
Robert Green, escritor estadounidense sobre temas de estrategia y poder.
299

Las voces de la Otredad
Cuando convirtamos con acciones eco-testimoniales la basura en un mal recuerdo,
hallaremos el verdadero sentido y valor de nuestra conciencia ambiental. La
Educación Ambiental es fundamental en la entronización de una conciencia y una
cultura ciudadanas… La Educación Ambiental es un arma cargada de futuro.
“El respeto hacia cualquier ser vivo, ese es mi compromiso. Huir de la actitud
prepotente y destructiva con la que el ser humano supuestamente evoluciona. Y eso
conlleva una pequeña lucha cotidiana, tan importante como las grandes luchas,
además de la única posible. Reciclo el vidrio, el papel y el cartón, utilizo el transporte
público, no compro envases no reciclables o nocivos para el medio ambiente”.
Cayetana Guillén Cuervo. Actriz española.
“Fue en la primavera. El agua estaba muy alta. Cuando la máquina agujereó el
dique, el agua manó con una gran fuerza. Gritamos de alegría. El río volverá a ser
señor de sus tierras”.
Explicación de uno de los guardas del Delta del Danubio, después de que empezara
el desmantelamiento de los diques construidos durante el gobierno del dictador
rumano Causescu para secar el delta y hacerlo cultivable”.
“Donde hace falta agua, lo que hay son suficientes armas”.
Ban Ki-moon, diplomático surcoreano, Secretario General de la ONU.
“Hay mucha agua sin vida en el universo, pero en ninguna parte hay vida sin
agua”.
Sylvia A. Earle, oceanógrafa estadounidense.
300

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
E. EL BOOM DEL AMBIENTALISMO
Junio, declarado el mes del medio ambiente, se apresta a celebrar 6
efemérides: día nacional del reciclador (junio 1); día mundial del medio
ambiente (junio 5); día mundial de los océanos (junio 8); día mundial contra
la desertificación y la sequía (junio 17); día mundial contra la incineración de
residuos de energía sucia (junio 18) y día mundial de los bosques tropicales
(junio 25). Durante los primeros cinco meses de este año se han realizado
más de 10 celebraciones: día mundial de la Educación Ambiental (enero
26); día mundial de la acción frente al calentamiento terrestre (enero 28); día
mundial de los humedales (febrero 2)…
Día mundial de los bosques (marzo 21); día mundial del agua (marzo 22); día
mundial del clima (marzo 26); la hora del planeta (marzo 28); día de la tierra
(abril 22); día nacional del árbol (abril 29); día internacional de las aves (mayo
9) y día de la biodiversidad (mayo 22). El 2015 ha sido declarado, a su vez,
como el Año Internacional de los Suelos y está inserto en tres celebraciones
más: Decenio Internacional del Agua como Fuente de Vida (2005-2015);
Decenio Internacional de la Lucha contra la Desertificación (2010 - 2020) y
Decenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (2011-2020).
Muchos de estos ruidosos festejos nos llevarían a creer que se ha despertado
una verdadera conciencia ambiental, pero no es así. El bajo nivel cultural
y el precario conocimiento legislativo en materia ecológica no permite
visualizar y comprender y, de esta manera, sensibilizar y concientizar a las
nuevas generaciones a través de una verdadera pedagogía socio-ambiental
sobre el importante significado y el cuidado de nuestro hábitat. Las cifras
de destrucción del recurso natural en nombre de un fetichismo progresista
(riqueza, consumo, bienestar y prosperidad), son alarmantes. Esta realidad,
llámese globalizante, neoliberal o aperturista, produce un escalofriante
escozor.
Mentirosos cónclaves con sus demagógicas proclamas han puesto al
descubierto el proteccionismo contemplativo, el activismo romántico, la
militancia conservacionista y los shows mediáticos a través de lacrimosos
y descrestantes protocolos con su recurrente verborrea eco-profiláctica. Se
evidencia así, la ausencia de una verdadera ética y políticas públicas en
301

Las voces de la Otredad
materia ambiental que esconde vergonzosamente una sistemática violación
normativa. Cuatro bestias apocalípticas (burocracia, corrupción, saqueo y
depredación), corren desbocadas por nuestros valles y montañas presagiando
el final de un sistema económico permeado por el criminal salvajismo del
voraz capital.
Sabemos que esta dramática crisis ecológica es ante todo social; que el
desarrollo es insostenible, nuestra calidad de vida insustentable y las acciones
entre sociedad civil, Estado, ONG, gremios y academia para conjurar y
transformar nuestra deprimente realidad, están desarticuladas. El ecocidio
se enquista en nuestras comunidades orgánicas debido a la falta de acción
de los que podrían haber actuado, la ignorancia indiferente de aquellos que
deberían haber sabido y el silencio de los que deberían haber denunciado.
Augusto Ángel Maya, el padre de los PRAES (Proyectos Ambientales
Escolares), que luego abjuró de ellos por inocuos, sostuvo que no se trata
de crear nuevas políticas y proyectos de Educación Ambiental, sino de
“ambientalizar” la política y la educación.
Un nuevo movimiento socio-ambiental, insurrecto y trascendente, consciente
de la crisis por la que atraviesa “la aldea glocal”, nos exhorta y desafía a revisar,
de manera crítica y creativa, la gestión sociocultural, ideológica y política de
los grupos ecologistas y replantear, de manera propositiva e integral sus ejes
conceptuales, programáticos, organizacionales y estratégicos.
“El mayor logro científico del siglo XX, tan fértil en el campo de la ciencia, fue
el descubrimiento de que somos ignorantes, sabemos muy poco de la naturaleza y
comprendemos mucho menos”.
Lewis Thomas, investigador estadounidense.
“Si la naturaleza es la respuesta, ¿cuál era la pregunta”.
Jorge Wagensberg, investigador español.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
El RETORNO
DE LA DIOSA MADRE
Hace 40 años en México, en el “Año Internacional de la Mujer” y en el
“Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer” (1975-1985), bajo el
lema “Igualdad, Desarrollo y Paz”, la ONU acuerda el “Primer Plan de
Acción Mundial” contra la discriminación de género y la reivindicación de
los derechos sociales femeninos y ratifica la proclamación del 8 de marzo
como el “Día Internacional de la Mujer”, que consagra en una declaración
de la Asamblea dos años más tarde. Por estos días de cínicas y engañosas
celebraciones, se agolpan en nuestra mente imágenes evocadoras de ese
“eterno femenino” y se convierten en resplandores en medio de la tenebrosas
sombras que envuelven el mundo histórico, trágico y mágico de la mujer.
Todo comenzó en 1861 cuando el antropólogo suizo Johann Jakob Bachofen
acuñó el término “muttertum” de donde se derivó la expresión “matriarcado”
(desafortunada traducción), para referirse a ese poder ancestral, telúrico,
natural y mistérico del que ha estado investido el mundo milenario de lo
femenil y uterino. Allí están como un bello testimonio devocional a la
fecunda madre-tierra, la Venus de Berekhat Ram, la escultura más antigua
del mundo (265.000 años) y “las Venus paleolíticas” de Willendorf y de
Lespugue con más de doscientos siglos de protohistoria.
También está allí como guardián de las leyes cósmicas, el panteón femenino
mesopotámico: la Ishtar acadia, la Inanna sumeria, la Astarté fenicia, la
Asherá semita, la Anatu cananea, la Ashtar árabe. No podemos olvidar la
Isis egipcia rodeada de Hathor, Maat y Nephtys y la antigua Afrodita griega,
llamada Kalypygos (la de encantadores glúteos) al lado de Hestia, Hécate,
Deméter, Perséfone y Selene con su cortejo de dríadas, erinias, ninfas y
musas.
Sabemos que la sumisión antediluviana de la mujer guarda una estrecha
relación con la historia de la opresión patriarcal. Los movimientos feministas
han experimentado una compleja evolución en sus tres siglos de luchas
desiguales e intermitentes y su apuesta asuntiva y predictiva gira en torno al
papel crucial y determinante que jugará la mujer en su pugna por un futuro
más digno, libre y justo para todos los seres humanos.
303

Las voces de la Otredad
Las nuevas generaciones propugnarán por una visión circular, uterina y ecosocio-sistémica
que permitirá el libre fluir de las fuerzas naturales y cósmicas.
Ellas intentarán bordar de una manera armónica, fraterna y matrifocal
el frágil tejido ético-social; romperán con modelos organizacionales y
paradigmas ideológicos odiosamente jerárquicos; reivindicarán el mundo
de lo perceptivo-emocional y rescatarán la fuente primigenia y hasta hoy
perdida de la energía vital y la sabiduría ancestral… En fin, prepararán el
retorno de la diosa madre.
“Le rogamos a la madre tierra que no nos abandone. Sabemos que la hemos
traicionado y queremos volver a ella. Nuestra poesía está en armonía con la
naturaleza. De ella nos alimentamos. Vivimos la vida como si fuera una poesía…
Somos la voz de la tierra, la voz del viento, la voz de la Sierra Nevada”.
Testimonio de un mamo (sacerdote arhuaco).
MEDITACIONES ECOSÓFICAS
La Ecosofía, considerada la ciencia del siglo XXI, es una disciplina creada
en 1985 por el humanista francés Félix Guattari que nos permite, además
de contemplar el universo y la naturaleza como un todo del cual formamos
parte, reflexionar sobre la forma cómo habitamos este planeta, compartir
experiencias eco-socio-sistémicas de vida, reconocer, comprender y aceptar
los ásperos y sinuosos repliegues de la condición humana y evaluar,
desaprender y transformar nuestras prácticas depredadoras y ecocidas. La
metáfora se convierte aquí y de manera recurrente, en un gran dispositivo
filosófico para emprender nuestro viaje meditacional.
La Ecosofía nos enseña que antes de existir la humanidad, la tierra ya escribía
y dejaba esculpidos sobre su corteza sus inveterados testimonios orogénicos
sobre inviernos inclementes, tristezas erosivas, desolaciones cósmicas e
iracundas explosiones volcánicas. Nos exhorta con su didáctica de la vida
simple, a aprender de ciertos animales: hace tanto calor en el verano que las
304

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
infernales temperaturas no les asusta; hace tanto frío en el invierno que las
gélidas oscilaciones del clima no les preocupan… la razón es muy sencilla:
están preparados y guardan provisiones para ello.
El ecologista caucano Gustavo Wilches-Chaux en su libro de Educación
Ambiental “La letra con risa entra”, describe cómo brotan el musgo y el
helecho en la fisura de un muro; el aferramiento de la bromelia al cable
frío de alta tensión; el milagroso florecer de las margaritas y el diente de
león en un barranco ennegrecido por el hollín que expelen los exhostos
de los automotores… Entabla así, con las raíces, un diálogo subterráneo
para comprender cómo la vida surge en la escabrosa grieta e ilustra
pedagógicamente nuestra capacidad de lucha contra la adversidad, esa
sabiduría experencial que el neurólogo francés Boris Cyrulnik en uno de sus
escritos (“La maravilla del dolor”) llamó “resiliencia”.
Al final de su obra que subtitula “Textos y pretextos”, nos sugiere con el
ecólogo social argentino Miguel Gringberg, llevar en nuestra alforja de
viaje algunos elementos vitales: despojar al lenguaje de todo lastre; circular
imperceptiblemente por los senderos del tiempo; llevar el mundo gravoso de
nuestras contingencias como si fuera una prenda holgada; no contribuir a la
contaminación bio-psico-social; fluir como lo hace la luz: sin remordimientos;
diluir las trampas del ego… Simplemente ser. Concluye con el fragmento de
un poema anónimo del siglo XIX: “Si no hubo frutos, valió la belleza de
las flores /. Si no hubo flores, valió la sombra de las hojas… / Y si no hubo
hojas, valió la intención de la semilla”.
Todo esto se convierte en pretexto para descubrir con Lao Tse, en su “Tao Te
King”, la prodigiosa adaptabilidad del agua y su manso poder para destruir la
roca más dura al igual que el misterio y la sutil profundidad de esa sabiduría
natural que nos vuelve gráciles e inasequibles, atentos como aquel que avanza
sobre el río helado, rústicos como un tronco de árbol, humildes como la nieve
que se derrite, vacíos como el exuberante valle, simples como el agua… O
para descubrir con el jesuita Theilard de Chardin que no somos más que vida
evolutiva convertida en consciencia cósmica, materia convertida en duda y
anhelo sideral, instinto convertido en conocimiento telúrico, racionalidad
convertida en vivencia social, volcán en pos de su inminente deshielo, una
flecha dirigida por el arquero celeste hacia el universo.
305

Las voces de la Otredad
Por ahora seguiré desgranando aquellas palabras dedicadas a un hijo
lejano: “Encontrarán seguridad en la ardua convivencia tus designios /
como encuentran al comienzo inciertos los débiles almendros / sus dulces
floraciones a pesar del tenaz azote del invierno”. En la quietud paroxística
de esta liturgia escritural, seguiré intentando descifrar el diálogo vesperal que
se traen dos ardillas que me observan desprevenidas y disfrutan de su frugal
banquete de madroños.
“Estamos forjando el auto-descubrimiento de nuestra América y continuaremos
construyendo el futuro reconociéndonos como un haz de múltiples culturas,
compartiendo experiencias y trabajando por la recuperación de nuestra historia, la
que hemos hecho desde el fondo mismo de nuestras angustias y anhelos.
Porque las semillas de libertad que hemos sembrado en tiempos duros, sean
cosechadas con la alegría que da esta batalla sin tregua por la vida, ofrenda a la
tierra y a los seres que la habitamos. Somos las únicas criaturas de la tierra que
podemos cambiar nuestra biología y nuestra vida total, por lo que pensamos y
sentimos.
No temo a las amenazas. En último caso, mi muerte será un estímulo para la lucha
de nuestro pueblo, pues por cada uno de los que cae, otros diez se levantan dispuestos
a defender su tierra y sus vidas”.
Caliliwirro, líder indígena curripaco del alto Guainía.
Recuperar las aguas como patrimonio de todos los colombianos y bajo dominio
público; garantizar el derecho humano al agua y al saneamiento; asegurar el
acceso para la producción de alimentos y actividades de subsistencia; resguardar
los caudales que permitan mantener las funciones ambientales y sociales de cada
cuenca y reconocer la particularidad de las áreas protegidas y los territorios indígenas
requiere eliminar diversos artículos del código de aguas, e introducir cambios que
establezcan condiciones de interés público, protección y gestión democrática del
patrimonio hídrico. Este desafío sin duda alguna,será una de las tareas políticas
prioritarias para la sociedad colombiana en las próximas décadas, dada la urgencia
de responder a las necesidades de la población y proteger los ecosistemas.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
Amor se escribe con A: atención, aceptación, aprecio, afecto y admisión.
El amor verdadero surge cuando soy capaz de incluirme sin extraviarme en
el nosotros. El amor requiere eros (deseo, pasión), philia (amistad) y ágape
(ternura).
La compasión refleja el anhelo del corazón de fundirse con el otro y
solidarizarse con su sufrimiento. La compasión es la respuesta espontánea
del amor; la lástima, el reflejo involuntario del miedo.
El culto que se le rinde a nuestra personalidad y ese cuidado desmedido de
nuestros intereses y nuestra seguridad, no permite muchas veces que haya
coherencia en nuestras actuaciones.
Nadie puede alimentarse sólo de amor por sí mismo. Ni el más voraz de los
caníbales se auto-devora. Narciso, enamorado de su propia imagen, acabó
por ahogarse al tratar de atraparla.
Sentimos el amor y la bondad al ejercer nuestro oficio de ser guardianes de la
esperanza y remontar los abisales confines y las insondables profundidades
de la condición humana.
Allá donde parece que toda dicha murió en días oscuros llenos de silencios y
miedos, allá precisamente nos queda un solo recurso: el amor que sentimos
por nosotros mismos.
Todo depende de nuestro amor, de nuestro silencio, de nuestra paz, de
nuestra meditación y de estar despiertos y alertas para no caer en la trampa
de los intereses creados.
El ideal de la perfección convertido en obsesión nos suele plantear un
dilema: “¿valdrá la pena tanto esfuerzo? ¿Para qué empezar? Seguramente
fracasaré”.
Este es un enigmático postulado del Psicoanálisis expresado por Platón en
“El Banquete y por Jacques Lacan: “amar es dar lo que no se tiene a quien
no es”.
Una frase antigua, apócrifa y bella: “El amor nos infunde fe en la inmortalidad
porque la vida nos parece insuficiente para albergar un sentimiento tan
grande”.
307

Las voces de la Otredad
A veces no es posible resolver los problemas de los demás o darles el amor
propio que les falta. Hay que actuar con empatía y fijar los límites apropiados.
Platón decía que el amor es hijo de la pobreza y de la riqueza: de la pobreza
porque siempre está pidiendo; de la riqueza porque siempre está dando.
Según Carlos Fuentes, los celos matan el amor, pero dejan el deseo intacto.
Bien lo dijo Jorge Luis Borges: el amor es eterno… mientras dura.
Nacemos frágiles y con carencias y la búsqueda de ese algo o alguien que
llene nuestro vacío original marca nuestro destino fatal.
El amor es un espejismo, es el éxtasis de la pasión, un hermoso estado de
enajenación, de locura, lamentablemente transitorio.
La traición es el fiel reflejo de una mentalidad apocada y cobarde. Somos
proclives a la traición pero odiamos al traidor.
Nuestra debilidad no debe convertirse en un argumento de poder para que el
otro legitime su fuerza y su dominio.
El amor es como un río: necesita dos orillas y ambas están unidas por el agua
que las besa a ambas y las comunica.
La vida se ha de tomar con amor y con humor: con amor para comprenderla,
con humor para soportarla.
El amor armoniza, vincula, une. Maya es el poder del engaño que divide,
desune y desarmoniza.
Nos enseñan a amar a nuestros enemigos como si fueran amigos, posiblemente
porque son lo mismo.
El amor no es un acto de soberanía, sino más bien, una constatación de la
debilidad compartida.
Quizás el enamoramiento no sea más que el envoltorio o la mortaja del amor
auténtico.
Reza un aforismo español, que quien recibe lo que no merece, pocas veces
lo agradece.
308

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
309

Las voces de la Otredad
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA
VIII
Invitas a tus muchachos a tener más criterios y carácter que memoria,
defender con fiereza y sin reato alguno, nuestras pasiones raciovitales
creyendo en la enorme bondad de la utopía que descubre en el horizonte
no un fin en sí mismo y al cual llegar, sino una posibilidad de caminar.
Exhortas testimonialmente que, a pesar de la angustia y el sufrimiento
que embarga a nuestra gente, debemos reconocernos en esa bella fuerza
redentora y psicomágica de tus filosofemas donde nos reafirmas a diario
que luchar es vivir y que al hacerlo, debemos aceptarnos tal como somos.
Predicas que lo menos que podríamos hacer en beneficio de ese alguien,
al buscar para él la paz y el bien, es comprenderlo desde la receptividad
y la vivencia, y que la verdadera dignidad y grandeza consiste en hacer
que todos, de alguna forma y sin importar quién, sean dignos y grandes.
310

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
IX. EL ETHOS URBANO
Y LA PEDAGOGÍA CIUDADANA
A. ANECDOFABULARIO. LA TRIBU MALDITA. LAS CADENAS
B. SEMBLANZA. HENRY DAVID THOREAU. MEMORIAS
DE UN DESOBEDIENTE CIVIL
C. LA UTOPÍA CIUDADANA. ENTRE EL DESARRAIGO
Y LA ESPERANZA. LAS CIUDADES DEL FUTURO
D. EL MITO DELAS CIUDADES INTELIGENTES.
FRASES TRANSFORMADORAS DE CIUDAD.
ALCALDES QUE DEJAN HUELLA. LA ERA DE
LAS CIUDADES INTERMEDIAS
E. RAPSODIA EN GRIS. METÁFORAS CIUDADANAS
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
ILUSTRACIÓN IX
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA IX
La ciudad educadora actual no puede reducirse al fomento de virtudes cívicas o al
fomento de competencias para llegar a acuerdos entre ciudadanos sobre sus conflictos
cotidianos. Se hace necesario realzar la dimensión jurídica de la ciudadanía
mediante el reconocimiento del carácter democrático de su construcción y no sólo por
su capacidad de consumo o adquisición de bienes. Hablamos de una pedagogía de la
legalidad y la convivencia que haga visible la dimensión institucional y política de
los (di) con - sensos, presentando estrategias formativas encaminadas a fomentar la
participación ciudadana en la revisión de las prácticas socio-culturales de asociación
y, a su vez, de evaluación y re - formulación de políticas públicas y sociales de
construcción de ciudad y ciudadanía.
311

Las voces de la Otredad
IX. EL ETHOS URBANO
Y LA PEDAGOGÍA CIUDADANA
A. ANECDOFABULARIO
LA TRIBU MALDITA
Una extraña maldición había caído sobre aquella tribu conocida por su espíritu
risueño y por sus sencillas costumbres: parecía atacada por un misterioso
virus de insatisfacción. El valle donde transcurría su vida seguía siendo fértil
y acogedor, con temperaturas moderadas en invierno y abundante agua en
verano para regar los cultivos y refrescar la región. Sin embargo, algo había
cambiado: desde las últimas lluvias los pobladores del villorrio se levantaban
malhumorados y ya no disfrutaban del trabajo en el campo. Los cultivos se
llenaban de hierbajos que nadie se esforzaba en arrancar y así, sus frutos
crecían débiles, poco jugosos y grasosos.
También la carne era de peor calidad porque nadie quería recorrer largas
distancias para obtener buenos pastos. Los animales pasaban el día en
estrechos cercados donde se nutrían de las sobras de sus dueños. La tribu
había ido perdiendo su vitalidad. La poca que les quedaba la gastaban en
constantes fricciones entre ellos. Cada día se oían disputas por terrenos,
mojones y linderos, las ofensas cundían por doquier menoscabando la
armonía entre los amigos y las parejas. Las jornadas eran amargas y
desoladas hasta el punto que, llegada la noche, muy pocos podían conciliar
el sueño reparador.
“¡Este pueblo está maldito! -sentenció el más anciano de la tribu-. Nos
han echado el mal de ojo y por eso ya nada sale bien!”. Esta idea hizo su
agosto entre los lugareños que terminaron por resignarse a vivir una época
cargada de vicisitudes y calamidades. La mala suerte que azotaba aquellos
pobladores trascendió los límites de su aldea y llegó a oídos de otros pueblos
que se cuidaban de acercarse a lo que empezó a conocerse como “el valle
maldito”.
312

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Una mañana llegó al pueblo una mujer tan vieja como el mundo: era una
forastera de raída túnica y sonrisa radiante. Por la aldea corrió el rumor de
que era una hechicera que vivía sola en la montaña y había llegado hasta allí
atraída por las noticias acerca de una misteriosa plaga que ensombrecía la
vida de sus habitantes. Movida por la compasión, la ermitaña había decidido
aventurarse en el execrable valle.
“¡Váyase enseguida! Si se queda, perderá la poca vida que le queda”, le
recomendó el primer aldeano con quien se encontró.
“Cállate, tráeme agua y algo que comer. Luego convoca a todos tus vecinos,
Quiero descubrir la causa de vuestro mal”, le espetó la anciana.
Fue así como los aldeanos rodearon expectantes a la anciana quien empezó
a hablarles en tono claro y enérgico: “A la entrada del pueblo he visto unas
cabras que están en los huesos. Su debilidad se explica porque nadie cuida
de ellas. Dan poca leche porque no les procuráis suficiente hierba fresca. El
trigo que cultiváis tiene sus espigas bajas, débiles y quebradizas. Dicen que
las cosechas son escasas y que la lluvia no es suficiente. He visto, además,
cómo los hijos son castigados sin justa causa y los amigos y las parejas se
pelean por pactos íntimos y de vecindad infringidos y por otras tonterías”.
Empezaron los murmullos y los rezongueos hasta que los gritos y los reclamos
se convirtieron en una infernal algarabía donde ya nadie podía escuchar al
otro. De repente, la extraña mujer se puso de pie, levantó las manos, pidió
silencio y luego les habló con firmeza y serenidad: “He quedado convencida
de que un poderoso virus invadió vuestra aldea y voy a daros el antídoto”.
Los ojos de los pobladores se posaron asombrados sobre la figura contrahecha
de la venerable anciana que sostenía un pequeño cofre. Acto seguido, musitó
unas cuantas palabras y lo abrió dejando que su invisible contenido e inoloro
aroma se esparciera por el aire. Luego, dio la espalda a la concurrencia y se
marchó con una enigmática e irónica sonrisa por el sendero antes trasegado,
camino hacia la montaña de donde había venido. Estaba convencida que las
cosas allí cambiarían y que los aldeanos tomarían las cosas como vinieran,
celebrando el milagro de la vida que convertiría de nuevo al fértil valle en el
lugar más próspero y feliz de la tierra.
313

Las voces de la Otredad
“Muchas veces nuestras expectativas son un pozo de infelicidad que nos
impide valorar los milagros cotidianos que la vida nos trae”, cuenta la leyenda
que fueron las últimas palabras que se le escucharon a la vieja hechicera
antes de que desapareciera por el confín lejano.
LAS CADENAS
Conocimos a Raúl en un seminario, tres años después de haber sido liberado
de un secuestro. Sus captores lo habían encerrado en un armario durante seis
meses amarrado con cadenas. Me hablaba con un entusiasmo pleno, lleno
de ilusiones y de afecto. El hombre parecía feliz a pesar de haber soportado
una experiencia tan dolorosa y destructiva.
“¿No sientes rabia o rencor contra tus captores?”, le pregunté abiertamente.
Me miró, se frotó la cara con las manos y su rostro se ensombreció por un
instante.
“Recién salí -respondió con firmeza-, no fue fácil. Mi desesperación y mis
rencores eran mi peor tortura, pero un día decidí que ya no quería cargar
más con dichas cadenas”.
“¿A qué te refieres?”, dije intrigado.
“Yo estuve secuestrado con otra persona -replicó-. Nos liberaron al mismo
tiempo. Después la encontré, rabiosa y amargada, sólo hablaba de su pasado:
del daño irreversible que le habían causado; de lo crueles que habían sido; de
lo feliz que se sentiría el día en que se hiciera justicia”. Luego guardó silencio
por un instante, como si revisara sus propias reflexiones.
“¿Sabes? -prosiguió después de una pausa-, al ver a esta persona me di
cuenta que daba lo mismo que estuviera preso o que lo hubieran liberado;
314

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
que su cuerpo estuviera libre, porque él había decidido con su mente y en su
doloroso pasado continuar secuestrado. En lugar de disfrutar de su mundo
familiar y construir un futuro presentificado, pasaba todo el tiempo de forma
rabiosa pensando en sus captores”.
“Pero, ¿cómo se puede olvidar algo tan duro?”, seguí interrogándolo.
“Mis captores me quitaron la libertad, pero no voy a permitir que me quiten
mi tranquilidad. Si yo continúo alimentando este rencor, les estaré dando mi
vida; los llevaría conmigo a cada momento y por el resto de mis días. Creo
que ni mis seres queridos ni yo nos merecemos esto. Dejarlos atrás y pensar
en mi felicidad será mi verdadera venganza.
Las verdaderas cadenas las tenemos en nuestra mente cuando hemos decidido
continuar aferrados al resentimiento que nos produjo ese doloroso pasado.
Eso es peor que un armario oscuro. Yo prefiero que los míos me recuerden
como alguien que supo acoger la alegría en su vida y no como alguien que
se quedó alimentando la rabia y la autocompasión por el resto de sus días”.
Existe un muro que delimita nuestro pequeño universo personal y nos impide ver
que hay personas fuera que tienen menos y pueden menos. Pasamos por su lado con
aparente desdén y para no reconocernos en ellos, apretamos el paso para no permitir
que su indefensión nos toque. Pero también se puede habitar este planeta de una
manera más consciente, menos ciega, sorda y muda. Entender que vivimos en un
“nosotros” asumiendo de forma activa y programática nuestra responsabilidad como
ciudadanos del mundo.
“Nunca dudes que un pequeño grupo de ciudadanos conscientes y comprometidos
puedan cambiar el mundo; de hecho es lo único que lo ha logrado cambiar”.
Margaret Mead, antropóloga estadounidense.
315

Las voces de la Otredad
B. SEMBLANZA
HENRY DAVID THOREAU.
MEMORIAS DE UN DESOBEDIENTE CIVIL
Una extraña mezcla de ecología, humanismo, arte, cultura y política
expresada a través de colectivos conocidos como indignados, “primaverales”
y desobedientes (“Anonymous”, “Occuppy” y “Yosoy132”), guerreros
del arco iris, insurrectos pacifistas, activistas ambientales y ociólatras
impenitentes, se ha hecho presente durante las celebraciones del aniversario
160 de “Walden” y 165 de “La desobediencia civil”, escritos en los cuales su
mismo autor, Henry David Thoreau (1817-1862), relata su vida como poeta y
filósofo naturalista en algunos parajes bucólicos de Concord (Masachusetts).
Thoreau forma parte de esa pléyade pensadores que soñaban con una época
tecno-científica que permitiría el advenimiento de “la sociedad del tiempo
libre”. El trabajo se convertiría, lejos de la maldición bíblica, en un interregno
gratificante mediado por el conocimiento y la cultura lúdica. Allí están,
entre otros, Charles Fourier (“El nuevo mundo amoroso”), Carlos Marx
(“La ideología alemana”), Herbert Marcuse (“El hombre unidimensional”
y “Eros y civilización”), Aldous Huxley (“Un mundo feliz”), Paul Lafargue
(“El derecho a la pereza”), Antonio Negri (“La fábrica de la estrategia”),
Alvin Toffler (“La tercera ola”), Owe Wikström y Carl Honoré (“Elogio de
la lentitud”) y Jeremy Rifkin (“El fin del trabajo”).
Proclamado como el padre de la conciencia ecológica en los EE. UU.,
Thoreau asumió la defensa radical de la tierra como un bien común y
de lo salvaje como esencia libertaria y natural de todos los seres. Fue un
visionario que alertó hace 160 años el inminente peligro de la extinción que
corrían ciertas especies animales por los desafueros criminales y ecocidas del
hombre, y sus consecuencias desastrosas (desde la publicación de “Walden”
han desaparecido más de 150 especies de animales). Creía que la salud del
planeta y el derecho a disfrutar de la naturaleza estaban por encima de los
deseos utilitarios y mercantilistas de una sociedad que iniciaba su marcha
inexorable hacia su propia destrucción.
El insigne jardinero y guardabosques de Concord, exhortaba desde su poético
diario a valorar la simplicidad en la forma de ver el mundo, la manera de
316

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
relacionarnos y en el logro de nuestras aspiraciones. Instaba, a su vez, a
que nunca cambiáramos la sagrada dimensión ociólatra de nuestro tiempo
por riquezas y fruslerías. Su idea del bienestar no era la de acumular, sino
de disfrutar, aprender a saborear la creatividad del tiempo libre y a vivir de
una manera sencilla y sabia. “Vivimos demasiado rápido… Que vuestros
asuntos sean dos o tres, y no cien o mil y, en lugar de un millón, contad
media docena y llevad las cuentas con la uña del pulgar…. ¡Simplificad,
simplificad!
“Walden” ha dejado una huella “imprecisa pero indeleble”, más allá de los
recetarios asépticos y delirantes de los manuales de autoayuda a los que
acuden muchos seres, presos de sus necesidades superfluas. En un intento
vano de fuga, toda esa metodología inductiva y anodina exhorta a vivir de
acuerdo con intereses ajenos subyugados por la frivolidad implícita que
conlleva la vida citadina moderna. “Fui a los bosques porque quería vivir
deliberadamente, enfrentarme únicamente a los hechos esenciales de la vida,
ver si podía aprender lo que ésta tuviera que enseñarme y así descubrir, a la
hora de morir, que no había vivido en vano”.
Uno de los “momentos estelares” en la vida de Thoreau es la noche que pasa
en prisión por negarse a pagar el impuesto con el cual se sufragó la guerra de
Méjico (1846-1848), contienda que consideró injusta y que, a través de ese
acto disidente, pretendía denunciar públicamente. Este incidente fue la leit
motiv de su escrito “Resistencia al Gobierno Civil” (1849), con el que nació
el concepto moderno de “desobediencia civil”, de gran influencia sobre los
movimientos pacifistas y las luchas por los derechos civiles promovidos por
humanistas de la talla de León Tolstoi, Romain Rolland, Mahatma Gandhi,
Martin Luther King y Nelson Mandela.
“El disidente perpetuo” irrumpe en la arena movediza de su tiempo y en
el cenagoso y conflictivo escenario sociopolítico de su patria y pronuncia
entonces sus célebres palabras, puntadas con las cuales teje su brocado
libertario: “Vivís unas vidas pobres y serviles, siempre al límite, tratando de
salir de deudas, prometiendo pagar mañana y muriendo hoy insolventes…
Ahorrar lo que cuesta una casa puede llevarse 10 o 15 años de la vida de un
trabajador (…) el cual pasará más de la mitad de su vida (o toda) antes de
que pueda comprarla… El lujo que disfruta una clase se compensa con la
indigencia que sufre la otra”.
317

Las voces de la Otredad
El grupo inconforme y nihilista de los trascendentalistas de Concord
(Bronson Alcott, Margaret Fuller y George Ripley), una extraña mixtura
de romanticismo europeo, cosmovisión india, socialismo mágico y
budismo migrante, irrumpe en la escena norteamericana. Comandados por
Ralph Waldo Emerson y su discípulo Thoreau e inspirados en los versos
cosmogónicos y naturalistas de Walt Whitman (“Hojas de hierba”, 1855),
comienzan a denunciar los costos del crecimiento industrial y comercial y
a develar las trampas del progreso. Todo ello inspira la confección de los 16
volúmenes de su “Diario” (1837-1861), “La esclavitud en Massachusetts”
(1854), “La Apología del capitán John Brown” (1859) y una decena de obras.
El etnocidio y el genocidio indígena; la esclavitud de los negros que siguió
imperando aún después del grito libertario de 1863 que no alcanza a escuchar;
las míseras condiciones laborales de los inmigrantes irlandeses y europeos;
la odiosa y desafiante doctrina Monroe; la guerra expansionista con Méjico;
la deforestación y el ecocidio; el puritanismo con su carga oprobiosa y
conformista; una turbulenta ola ideológica que terminó por entronizar el
“American way of life” y unas infames y oprobiosas metodologías laborales
(profetizó la llegada del Taylorismo y Fordismo)… Todo ello terminó por
convertir a la gente en “herramientas de sus propias herramientas” y hacerles
llevar una “vida de silenciosa desesperación”.
Su propuesta política anarquista se condensa en postulados que dejan
expuesta su condición de libre pensador, un ser renegado y disidente,
sin partido y sin maquinarias clientelistas, arisco al abrazo baboso del
politiquero que “te roza con las mejillas grasientas de su amabilidad”. El
mejor gobierno -argumenta-, no es el que gobierna menos sino el que no
gobierna en absoluto; el Estado sólo reclama el derecho que le hayamos
concedido; el voto electoral no puede valer más que el individuo que ejerce
ese derecho; el respeto por las minorías debe primar sobre las hegemonías
mayoritarias; primero se debe ser hombre y sólo después ciudadano; la ley
por sí misma nunca hizo a los individuos más justos.
Luego quedará al desnudo su individualismo radical donde también queda
expuesto su respeto por la otredad: “Si un hombre no sigue el paso de sus
camaradas, tal vez sea porque escucha un tambor distinto. Entonces que siga
la música que oye, por distinto que sea su ritmo o por lejana que suene”.
Thoreau se cuida de no disfrutar de su libre albedrío “sentado sobre los
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
hombros de otro hombre”. “Es mi deseo que haya tantas personas diferentes
en el mundo como sea posible… Que cada uno tenga el máximo cuidado en
descubrir y perseguir su propio camino, en lugar del de su padre, su madre
o su vecino”.
De manera consecuencial, apela a la fuerza moral del individuo que
construye su praxis desde la dimensión cotidiana del aquí y el ahora y se
convierte en ese factor de cambio que desea ver a su alrededor: “No todo
lo legal es moral, no todo lo moral es legal… “¡Ahora o nunca! Debemos
vivir en el presente, lanzarnos con cada ola, encontrar nuestra eternidad en
cada instante… Los necios se quedan con sus oportunidades como en una
isla, mirando hacia otra tierra. No hay otra tierra, no hay otra vida que ésta,
o una semejante a ésta… Seguid cualquier otro curso y la vida no será más
que una sucesión de lamentaciones… Haz lo que nadie podría hacer por ti,
no hagas nada más”.
En 1960, una efigie del “disidente perpetuo” entró en el “Panteón de los
Héroes Norteamericanos” en el campus de la Universidad de Nueva York
junto a George Washington, Benjamín Franklin, Abraham Lincoln, Thomas
Alba Edison y Ralph Waldo Emerson. No se sabe si fue con cierto aire de
ironía que Bill Clinton lo propusiera en 1998 como un modelo a seguir en
cuestión de mejores prácticas ciudadanas.
Han quedado pro tempore sus testimonios vivenciales engarzados en sus
bellas y sabias frases: “Por cada mil que machetean contra la rama del mal,
sólo hay uno que va buscando la raíz… Ojalá se pudiera matar el tiempo
sin insultar la eternidad… Casi todas las personas viven la vida en una
silenciosa desesperación… ¿De qué sirve una casa si no tenemos un planeta
decente donde colocarla?... Lo que pensamos de nosotros mismos, es lo que
determina nuestro destino… No conozco un hecho más alentador que la
capacidad indiscutible del hombre para elevar su vida mediante un esfuerzo
deliberado…”.
“Hacen falta dos para decir la verdad: uno que hable y otro que escuche”.
Henri David Thoreau.
319

Las voces de la Otredad
¿Debe el ciudadano renunciar a su conciencia, siquiera por un momento o en el
menor grado a favor del legislador? ¿Entonces por qué posee conciencia el hombre?
Pienso que debemos primero ser hombres y luego súbditos. No es deseable cultivar
tanto respeto por la ley como por lo correcto. Se ha dicho con bastante verdad que
una corporación no tiene conciencia, pero una corporación de hombres conscientes
es una corporación con conciencia. La ley jamás hizo a los hombres ni un ápice más
justos; además, gracias a su respeto por ella hasta los más generosos son convertidos
día a día en agentes de injusticia.
Un resultado común y natural del indebido respeto por la ley es que se puede ver una
fila de soldados: coronel, capitán, cabo, soldados, dinamiteros y todo, marchar en
admirable orden cruzando montes y valles hacia las guerras, contra su voluntad, sí,
contra su propio sentido común y su conciencia, lo que convierte esto, de veras, en
una ardua marcha de corazones palpitantes. No abrigan la menor duda de que están
desempeñando una ocupación detestable teniendo todos inclinaciones pacíficas”.
Henri David Thoreau. Fragmento de “La desobediencia civil”, conferencia
publicada en 1848.
“Nadie puede ser un observador imparcial o sabio de la vida humana si no se apoya
en lo que nosotros deberíamos llamar pobreza voluntaria. El fruto de una vida de
lujo es el lujo, ya sea en agricultura, comercio, literatura o arte. Hoy en día hay
profesores de filosofía, pero no filósofos. Sin embargo, es admirable profesarla porque
una vez fue admirable vivirla. Ser un filósofo no es sólo tener pensamientos sutiles,
ni siquiera fundar una escuela, sino amar la sabiduría y vivir de acuerdo con sus
dictados una vida de sencillez, independencia, magnanimidad y confianza.
Es resolver ciertos problemas de la vida, no sólo en la teoría, sino en la práctica. El
éxito de los grandes académicos y pensadores es por lo general un éxito cortesano,
no regio ni varonil. Cambian para vivir sólo por conformidad, prácticamente como
sus padres, y no son en modo alguno los progenitores de una raza de hombres más
nobles”.
Henri David Thoreau.
320

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
C. LA UTOPÍA CIUDADANA:
ENTRE EL DESARRAIGO Y LA ESPERANZA
Nuestra ciudad, hoy más que nunca, necesita de nuevas utopías ciudadanas, esa
sed insatisfecha de imaginarios saciada por el amor a la vida, a la libertad y a la
felicidad.
Las utopías ciudadanas son más que simples conceptualizaciones sobre
el ser, el tiempo y la urbe: son categorizaciones ontológicas, éticas y
axiológicas que no surgen por generación espontánea: son construidas,
por individuos, comunidades o grupos sociales específicos y en momentos
históricos determinados. Al reconstruir su significado histórico-social, se
parte de los procesos de producción, reproducción y transformación de
realidades socioculturales (imaginarios, idearios, vivencias), horizontes de
sentido vitales, urgentes y necesarios desde un punto de vista ideológico,
para orientar la praxis y las retroacciones que la imbrican, la condicionan
y/o la determinan.
Edgar Morin plantea que las utopías no se quedan aisladas en la noosfera
(el mundo de las ideas): toda sociedad citadina impone a sus miembros unos
conocimientos que en su seno se desarrollan, se interpenetran y se refuerzan
entre sí, contribuyendo a la concreción de proyectos y miradas prospectivas.
La utopía configura un cuadro de necesidades vitales reiteradamente
insatisfechas y que a los ojos de sus imposibilitadores se presenta como
quimérico, no “vislumbrable”, inhacedero en horizontes racionalmente
previsibles.
La utopía ciudadana es tan antigua como la ciudad misma. Esto lo confirman
textos tales como “El Gilgamesh” de los sumerios, “El Mahabharata” y “El
Ramayana” de los hindúes, “la Ilíada” y “La odisea” de los griegos, “El
Chilam Balam” y el Popol Vuh de los pueblos amerindios, entre otros. Siglos
después, esa expresión fascinante sigue tomando asiento en las primeras
filas de los escenarios por donde deambulan percepciones, ideas, conceptos,
juicios, raciocinios y actitudes a través de los cuales se siente, se piensa, se
imagina, se hace y se construye ciudad.
321

Las voces de la Otredad
Las utopías ciudadanas han jugado un papel histórico: han sido protagonistas
de su tiempo, han transformado la realidad sociopolítica y han sido
constructoras de futuro. En su “Teoría de la Acción Comunicativa”, Jürgen
Habermas, establece una vinculación entre el pasado, el presente y el futuro,
y plantea que la utopía es posible en la medida en que se sepa extraer del
pasado la potencialidad necesaria para que éste pueda generar oportunidades
de futuro deseados.
A través de tiempos y latitudes se han producido egregias expresiones utópicas:
“La República” de Platón (370 A. C.); “La ciudad de Dios” (“Civitas Dei”)
de San Agustín (426); “Cristianópolis” de Johan Valentín Andrea (1619);
“La Ciudad del Sol” (“Civitas Solis”) de Tomás de Campanella (1623); “La
nueva Atlántida” (“New Atlantis”) de Francis Bacon (1627); “Oceana” de
James Harrington (1656); “La isla de Tamoe” del marqués de Sade (1788);
“Nueva visión de sociedad” de Robert Owen (1814); “Nuevo Cristianismo”
de Henri de Saint Simon (1825); “El nuevo mundo amoroso” de Charles
Fourier (1832)…
“Viaje a Icaria” de Ettiene Cabet (1842); “El Paraíso Terrestre” de William
Morris (1881); “Locking Backward” de Edward Bellamy (1887); “Una utopía
moderna” de H. G. Wells (1905); “Un mundo feliz” (1932) y “La isla” (1962)
de Aldous Huxley; “Shangri La” de James Hilton (1933); “Walden dos”
de B. F. Skinner (1948); “1984” de George Orwell (1948); “Farenheit 451”
de Ray Bradbury (1953); “La rebelión de Atlas” de Ayn Rand (1957); “La
tercera ola” de Alvin Toffler (1979); “Las Metopías” de Rubert de Ventós
(1983) y “La paradoja global” de John Naisbitt (1995), entre muchas.
La utopía desde Platón hasta Henri Lefebvre (“El Derecho a la ciudad”,
1973), ha sido pensada en y desde la ciudad por ser ésta la que más refleja la
complejidad social y humana. El término utopía aparece en 1516 en un libro
de un monje inglés: Tomás Moro (“Sobre la mejor condición del Estado y
sobre todo la nueva isla de Utopía”). Allí no sólo se criticaban las injusticias
sociales y los desafueros políticos de la época, sino al mismo tiempo se hacía
una propuesta sobre una sociedad ideal, localizada en un lugar imaginario:
la isla de Utopía.
Ese humanista inglés imaginaba una ínsula donde sus habitantes vivirían
bajo un régimen ideal en el cual los intereses colectivos primarían sobre los
322

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
individuales, la tierra pertenecería a la comunidad, el trabajo sería obligatorio
para todos, todos tendrían acceso a la escuela y se practicaría la tolerancia
religiosa. Ese mundo ideal se analogizó para convertirlo en un término
cuyo significado es claro y categórico para algunos: “lugar que no existe en
ninguna parte”.
La utopía, en el ámbito de las ciencias sociales, al ser considerada como
un “no lugar” epistemológico con toda su carga de “pre-científicidad” e
“ilogicidad”, fue excluida y marginada de las grandes y rutilantes discusiones
racionalistas, hasta su reintroducción vindicativa y legitimadora hecha por
el sociólogo húngaro Kar Mannheim (“Diagnóstico de nuestro tiempo”),
el filósofo alemán Herbert Marcuse (“El hombre unidimensional”), el
educador canadiense Herbert Marshall McLuhan (“La galaxia Gutenberg”)
y el historiador francés Marc Leopold Benjamín Bloch (“Introducción a la
historia”).
Pendularmente, la utopía oscila entre la nostalgia y la impotencia frente a lo
irresoluto y lo frustrado o perdido (Mircea Elíade) y el febril delirio de uno
seres conocedores de su incompletez y que, presos de su ansiedad por otras
realidades mundanas, fueron proscritos por haberse atrevido a profanar el
sagrado y cómodo recinto del dogma objetivista y de la obviedad (Emilio
Ciorán). Las palabras alimentan la insaciable utopía de los días y son esos
artesanos de la palabra los que tejen desde la cotidianidad en que transcurre
la soledad de sus vidas, la trama y urdimbre de su destino, manto con el cual
abrigan la gélida estancia donde ha sido confinada la utopía.
José Ingenieros (“Ariel”) afirma que “en la utopía de ayer se incubó la realidad
de hoy, así como en la utopía de mañana palpitarán nuevas realidades”.
Paulo Coelho nos plantea cómo la vitalidad de nuestra leyenda personal
parte de la fe y el sentido de lucha que le hayamos puesto a nuestro sueños.
Anatole France sostenía que “la utopía es el principio de todo progreso y
el diseño de un futuro mejor”. Leonardo Boff, el teólogo brasileño, explica
en su obra cómo el alimento de una sociedad son sus utopías y éstas están
fundamentadas en la dignidad, el respeto a la vida y la convivencia pacífica.
“Si no tenemos utopías nos empantanamos en los intereses individuales y
perdemos el sentido del bien vivir en común”, argumentaba… Sencillamente,
diremos con Eduardo Galeano que la utopía tiene una utilidad: nos sirve
323

Las voces de la Otredad
para caminar. No podemos seguir aceptando los estigmas satanizadores
proferidos por ciertos escribas que custodian ciertos virtuosos aquelarres
y que se han cernido sobre el macilento y vulnerable corpus de la utopía:
prelogicidad, distorsionamiento, prejuiciosidad, sensiblería, emocionalidad,
intuicionismo, imaginiería, subjetividad y otros más, propiciados por
escritores mendaces que convirtieron la historia en un cuento de hadas, en
un relato fantasmagórico.
Pretender, por ejemplo, convertir a la Atenas del siglo V en un modelo
idealizado de ciudad es un despropósito: la polis griega era un laberinto de
callejuelas estrechas y malolientes donde los desperdicios y el agua lluvia
corrían a través de una canalización a cielo abierto que era un foco de
infecciones (“todo iba a parar a la calle”). Una ciudad vieja, ruidosa y mal
trazada, llena de casas-dormitorio desalineadas, muchas de ellas sin ventanas
y con puertas que se abrían hacia fuera con “el consiguiente riesgo para los
viandantes”, por no hablar de una polis insegura, infestada de borrachos y
atracadores… Esta es la ciudad de Pericles que nos han tratado de vender los
cronistas de librea a través de un mentiroso citymarketing histórico.
Hoy día, propugnamos más que por la llegada de nuevas y rebuscadas marcas
de ciudad, de rocambolescos íconos urbanos y ciudades emblemáticas y
vanguardistas hechas desde el escritorio de publicistas light, urbanistas
decadentes y arquitectos mediocres, por el advenimiento de la nueva utopía
ciudadana que responda a esas insurgencias paradigmáticas sobre la forma
de ver, sentir y pensar la ciudad desde una perspectiva ecosófica y sustentable:
ecoeficiente en sus modelos de planeación y gestión urbanos; democrática
en cuanto a sus sistemas de participación comunitaria; humana y solidaria
frente a las necesidades de su gente…
Cívica y proactiva anteponedora del bienestar social sobre el mórbido
utilitarismo individualista; integradora y sinérgica frente al deseo cooperizante
del sector oficial y privado; crítica y propositiva frente a sus realidades ecosocio-sistémicas;
articuladora de consensos y disensos, consonancias y
disonancias, protagonismos y antagonismos, convergencias y divergencias,
diacronías y sincronías; imbricadora de sueños, razones y acciones… una
utopía que aún en su irreverencia e iconoclastía es incluyente, heterónoma,
pluralista, alterativa y etnoperiférica.
324

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Tenemos que encontrarnos con nosotros mismos y con los demás a través de
una cultura ciudadana que mediatice nuestras utopías y nos permita forjar,
vivir y compartir nuestros sueños como habitantes de la urbe y condómines
de la historia. “El futuro -nos dice Howard Zinn,
(“El optimismo de la incertidumbre”)-, es una sucesión infinita de presentes,
y vivir ahora como pensamos que los seres humanos, deberían vivir, es un
desafío a todo lo malo que nos rodea y también una maravillosa victoria”.
Quién no recuerda los estribillos de la canción del cantante catalán Joan
Manuel Serrat: “¡Ay! Utopía, / cabalgadura / que nos vuelve gigantes en
miniatura. / ¡Ay! ¡Ay, Utopía, / dulce como el pan nuestro / de cada día! /
¡Ay! Utopía, / incorregible / que no tiene bastante con lo posible. / ¡Ay! ¡Ay,
Utopía / que levanta huracanes / de rebeldía! / (…) Sin utopía / la vida sería
un ensayo para la muerte (…) ¡Ay! ¡Ay, Utopía, / que alumbras los candiles
/ del nuevo día!”.
LAS CIUDADES DEL FUTURO
“Hay un único lugar donde ayer y hoy se encuentran, se reconocen y se abrazan. Ese
lugar es mañana”.
Eduardo Galeano, escritor uruguayo.
Ante el desproporcionado, impresionante e inusitado crecimiento urbano de
nuestros días, definir la ciudad es algo complejo y difícil. Esto lo demuestran
los documentos que datan de la antigüedad y que van desde los diseños
de las grandes y remotas ciudades tales como Çatalhöyük en la península
de Anatolia, Mohenjo Daro y Harappa en el valle del Indo, Jericó en la
Cisjordania, Menfis al sur del delta del río Nilo y Tenochtitlán en México,
hasta la planificación de la ciudad de San Petersburgo (siglo XVII), Ginebra,
París y Londres (siglo XVIII), Bruselas, Viena y Barcelona (siglo XIX),
Méjico, Brasilia y Amsterdam (siglo XX), Abu Dhaby, Pekín y Moscú (siglo
XXI). Históricamente, el desarrollo urbano de las ciudades se forja a partir
de los asentamientos humanos, el cruce de rutas comerciales, la aparición
del capital, el florecimiento industrial y el divorcio del campo.
325

Las voces de la Otredad
Sin desconocer las disquisiciones relevantes sobre la “polis” la “urbs” y la
“civitas”, de los filósofos e historiadores griegos; de Tucídides, Plutarco, Tito
Livio, Suetonio, Cicerón y Justiniano y otros y las grandes utopías medievales,
renacentistas y modernas, los estudios sobre la ciudad irrumpieron en el siglo
XIX. Se destacan los estudios de Fustel de Coulanges (“La ciudad antigua”,
1864), Adna Ferrin Weber “El crecimiento de las ciudades en el siglo XIX”
(1899) y Charles Boor (“Vida y trabajo de la gente en Londres”,1889), entre
otros. Los primeros análisis sobre planeación urbana y educación se debieron
al biólogo inglés Patrick Geddes (1905) quien introdujo los términos de
“región” y “connurbación” e influyó más tarde en las propuestas sobre
“ciudades jardín” del urbanista británico Howard Ebenezer y del historiador
y urbanista estadounidense Lewis Munford y el arquitecto modernista
francés Le Corbusier.
El concepto de ciudad no sólo no ha logrado consolidarse como tal, sino
que no ha podido cumplir sus funciones históricas: al comienzo fueron los
diseños arquitectónicos amurallados para protegerla de las hordas enemigas;
después delimitaciones geográficas para evitar crecimientos desmedidos y
por último, demarcaciones territoriales con sus tristemente célebres “muros
de la infamia” para controlar los flujos y reflujos poblacionales. El vertiginoso
desarrollo de las comunicaciones rompió las fronteras nacionales y las
anacrónicas demarcaciones geográficas, haciéndose muy familiar el tema
problémico de la globalización.
El desbordado crecimiento poblacional caótico, conflictivo, ecocida,
inseguro y violento, ha hecho que aparezcan como inocuas, disfuncionales
y vetustas las actuales propuestas sobre planificación y administración
urbanas, control coercitivo y cultura ciudadana. Los especialistas, sin
renunciar a la prospectiva arquetípica de ciudad-región, apelan a modelos
ecológicos orgánicos, funcionales, integracionistas; a círculos concéntricos
urbanos y a unidades intermedias ecoeficientes y autorreguladoras; unidades
urbanas autosuficientes, limitadas en tamaño y extensión que resuelvan los
problemas de congestión y dispersión.
Paralelamente al proceso de globalización económica, hemos sido
protagonistas de un proceso de globalización socio-cultural con la consiguiente
resignificación de conceptos y valores. Los medios de comunicación y otros
factores contribuyen a que cada vez, el individuo esté más integrado con
326

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
el mundo y sienta que pertenece a una comunidad desterritorializada.
Esto tiene repercusiones en el sentimiento de identidad que se define por
la pertenencia a una “tribu”, la cual se constituye en torno a intereses y
necesidades comunes tales como el consumo. Se consume, v. gr. la misma
ropa, la misma música y la misma comida en Londres, Tokio, Bogotá o Río
de Janeiro.
Para muchos, ser ciudadano es tener derecho a poseer aquello que otros
poseen. Hoy ser ciudadano, además de tener unos derechos políticos, civiles
y sociales y unas obligaciones, tiene que ver con prácticas sociales y culturales
que le dan un sentido de identidad y pertenencia al individuo, mediado ello
por la posibilidad de tener acceso a unos bienes y servicios.
El consumo lo han definido como el conjunto de procesos socioculturales
por los cuales se realiza la apropiación y utilización de bienes, productos y
servicios. La globalización ha traído un nuevo concepto de movilidad social
donde el ciudadano cosmopolita tiene un acceso real o simbólico a los lugares
de consumo (shoppings centers o hipermercados) para sus compras, grandes
o pequeñas, para pasear por ellos o simplemente “consumir vidrieras”.
La ciudadanía que antes se refería a un derecho de participar en las decisiones
de la esfera de lo político, pasa hoy día a ser más civilista, haciendo énfasis en
los derechos del consumidor y relegando a un segundo plano su militancia
política. Los movimientos comunitarios para reivindicar servicios esenciales
tales como salud, educación y seguridad social, son también exigencias
para resolver problemas inmediatos, fragmentarios y locales, no para
efectuar cambios estructurales. Las clasificaciones dicotómicas entre bienes
materiales y espirituales y la separación entre lo necesario y lo artificioso,
han desaparecido. Los bienes materiales traen satisfacción espiritual y
los superfluos acaban, con el tiempo, transformándose en necesarios y
gratificantes así sean real o aparentemente caros, exóticos o novedosos.
Todo ello coincide, hoy por hoy, con lo que se ha dado en llamar “el buen vivir”
(la “dolce vita”). Los signos y el sentido de lo durable han sido sustituidos por
lo efímero y baladí. Las visitas a los shopping centers tienen otra dimensión
para el ciudadano: la hedonista. La filosofía consumista recrea su ideario en
el placer, al considerar que el consumo mejora las condiciones materiales y
espirituales de vida y produce una gratificación psicológica. El consumo no
327

Las voces de la Otredad
es sólo adquisición de bienes, es ensoñación voyerista: ver un objeto como
potencialmente propio, excita. Ese principio se vuelve dominante y pasa a
formar parte del cuadro deontológico y de las premisas axiológicas de la
sociedad occidental.
Tenemos que transformar nuestras ciudades, reducir la huella ecológica que
ha dejado su afán consumista; hacerlas más habitables y a sus habitantes
más conscientes de la problemática ambiental que a todos nos compromete
y responsabiliza. En este sentido, han surgido conceptos, movimientos
y organizaciones que ondean temas problémicos tales como la reducción
del gasto y los costos de bienes, productos y servicios; la deforestación y el
ecocidio; el calentamiento global y sus convulsionados cambios climáticos;
la producción local de recursos como respuesta a la crisis energética,
alimenticia o económica… es decir, la necesariedad de vivir en ambientes
menos estresados, más limpios y armónicos. Veamos algunos ejemplos.
El movimiento “Ciudades en Transición” creado en Irlanda en el año 2005
y extendido hoy día a 126 ciudades y 600 comunidades circunvecinas en el
mundo. La Permacultura, una tesis que comenzó a ventilarse en la década
de los 70 por ecologistas australianos (Bill Mollison y David Holgrem) y
que hoy comparten gobiernos y organizaciones ambientalistas de más de
100 países, busca la aplicación de principios y valores éticos, holísticos y
ecoeficientes en la planeación, desarrollo, organización y preservación del
hábitat humano. Las “ecoaldeas” una propuesta iniciada por el filósofo y
astrónomo estadounidense Robert Gilman (“Las estrellas pueden esperar, el
planeta no”) y definidas como “comunidades intencionales social, ecológica
y económicamente sostenibles”.
Las experiencias agro-espirituales de la comunidad ecológica Planetaria
Janajpacha, “un mandala arquitectónico etno-ecológico situado entre los
andes y la selva boliviana” y liderado por Chamalú fundador del movimiento
“Pachama universal”. La propuesta eco-ciudadana de Rob Hopkins y
los habitantes de Totnes en Inglaterra surgida en el año 2006, basada en
planes energéticos y de gobernanza forestal, surgida como una crítica a los
movimientos ecologistas cuyas acciones son consideradas como inocuas
o insuficientes. El instituto estadounidense “Post Carbón” que defiende y
socializa proyectos ecológicos sobre planeación desde la incertidumbre
frente a los graves problemas en materia de energía y cambio climático que
se han desencadenado del febril consumismo de los últimos tiempos.
328

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Debe hacerse, de igual manera, un reconocimiento a los esfuerzos de la
comunidad internacional en el tratamiento de estos temas. Es el caso del Plan
de Desarrollo de la Unión Europea conocida como la “Agenda de Lisboa”
aprobada en marzo de 2000. Allí se fijó un objetivo estratégico para el año
2010: hacer que la economía del conocimiento se vuelva más competitiva,
dinámica y duradera propendiendo por un mejoramiento cuantitativo y
cualitativo del empleo y una mayor cohesión social. El Consejo Europeo de
Gotemburgo (junio de 2001) añadió a este propósito político, una dimensión
ecológica. En el año 2003 se revisó este programa y ante la imposibilidad de
su cumplimiento, se propuso de una manera extraña e ilógica, excluir los
aspectos sociales y ambientales de esta estrategia macroeconómica.
A pesar del fracaso de las cumbres mundiales sobre medio ambiente,
estimulado por los intereses geopolíticos de las grandes potencias, se ha
despertado un interés vehemente por las temáticas ciudadanas relacionadas
con Educación y Cultura en materia de innovación y ecoeficiencia para
la sostenibilidad. Un ejemplo de ello es el “Movimiento de Ciudades y
Pueblos Sostenibles” de Europa fundado en 1994 con el nombre de la Carta
de Aalborg (Dinamarca) y organizado por el “Consejo Internacional de
Iniciativas Ambientales locales” ICLEI. Esta convocatoria se realizó para
atender los requerimientos de la Agenda 21 de la ONU, la cual contenía 40
capítulos, 1 preámbulo y 4 secciones y fue promulgada en diciembre de 1989
en la reunión extraordinaria de Nueva York y suscrita oficialmente en la
Conferencia Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo conocida como
la Cumbre de Río o Cumbre de la Tierra, llevada a cabo en junio de 1992 en
Río de Janeiro y donde participaron 179 países.
Es sabido que todo esto comenzó en 1972 en la primera reunión sobre medio
ambiente (Conferencia sobre el Medio Humano celebrada en Estocolmo),
donde por primera vez este tema ocupó la atención de 113 naciones. 15
años después se hace célebre el “Informe Brundtland” intitulado “Nuestro
futuro común”, liderado por la exprimera ministra de Noruega Gro Harlem
Brundtland. Aquí se reactiva la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente
y Desarrollo (1983); nace el término de “Desarrollo Sostenible” y se crea
el Programa del Medio Ambiente de las Naciones Unidas (PNUMA). Este
programa ha tenido un riguroso seguimiento: Conferencia “Río+5”, junio
de 1997 Nueva York; “Objetivos de Desarrollo del Milenio”, Asamblea 55
de la ONU, Nueva york, septiembre de 2000 y la Cumbre de Johannesburgo
en agosto y septiembre de 2002, hasta la fallida cumbre de Copenhague de
2009.
329

Las voces de la Otredad
Es claro que el tema se vuelve recurrente cuando trata asuntos relacionados
con el futuro de las ciudades, toda una prospectiva urbana y ambientalista que
pone en boca de todos, términos ecuménicamente reconocidos tales como
“ciudades ecoeficientes”, “ciudades sostenibles”, “ciudades inteligentes”,
“ciudades del conocimiento” y ocupan, además, la atención de gobiernos,
organizaciones no gubernamentales, intelectuales y ecologistas de todo el
mundo. El espacio urbano es el lugar donde se pondrá a prueba la capacidad
de respuesta ante los grandes desafíos que plantea el desarrollo sostenible y
que nos obliga a pensar a todos de una manera diferente.
Decía Albert Einstein que no superaremos nuestras situaciones de crisis
mientras sigamos pensando de la misma forma con la que creamos dichas
situaciones. La sostenibilidad aparece pues, como una solución necesaria,
posible y oportuna. La ecoeficiencia debe ir acompañada de la ecoefectividad:
una ciudad ineficiente e ineficaz es una ciudad insostenible. Una ciudad
sostenible es aquella que va asumiendo el ideario de sus comunidades locales
y lo va adaptando a sus circunstancias de vida. Una ciudad sostenible,
sencillamente, es aquella donde pueden vivir nuestros hijos.
Hablamos de innovación y ecoeficiencia para la sostenibilidad y del uso
de la ecotecnología, es decir, la búsqueda y el uso de tecnologías menos
dañinas para el medio ambiente. Entendemos por innovación la aplicación
del conocimiento existente en un nuevo contexto. La ecoinnovación o
innovación ecoeficiente es cualquier innovación real o potencial que crea
valor agregado y ayuda a reducir el uso y el abuso de los recursos naturales
y su degradación ambiental. La ecoinnovación en el ámbito urbano es una
necesidad y una oportunidad para la renovación de las ciudades. Consiste en
crear condiciones a través de unas políticas públicas para ese cambio urgente
que reclaman nuestras comunidades citadinas.
En el siglo XXI las ciudades deben ser más competitivas y dinámicas,
capaces de crecer de manera sostenible con más y mejor empleo; mayor
cobertura y calidad en la prestación de servicios de educación y salud; mayor
cohesión territorial y social; mecanismos eficaces y eficientes de protección
ambiental; entronización de una cultura ciudadana enfocada desde tres ejes
rectores: convivencia, tolerancia (respeto por las diferencias y la diversidad)
y seguridad ciudadanas. Hoy día le apostamos a un imaginario de ciudad
que rompe el vínculo oprobioso entre crecimiento económico y degradación
330

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
ambiental. Le apostamos a una ciudad competitiva y ecoeficiente, con una
alta calidad de vida, participativa, democrática, no excluyente, cohesionada,
tolerante, saludable y segura, que día a día crea igualdad de oportunidades y
combate la discriminación y la marginalidad.
Se trata de implementar nuevas formas de hacer política: planes, programas
y proyectos más efectivos, eficientes y coherentes que propicien el desarrollo
de la ciudad, sometidos todos ellos a una revisión continua, participativa,
transparente y controlada. El desafío de las ciudades está en la creación
de comunidades sostenibles, capaces de gestionar y utilizar los recursos de
manera eficaz y aprovechar el potencial de innovación ecológica y social
que ofrece la economía, garantizando así, la prosperidad, la protección del
medio ambiente y la cohesión social. La agenda a desarrollar sobre futuribles
de ciudad debe ser imperativa y perentoria y debe tener en cuenta algunos
aspectos fundamentales que señalaremos a continuación a manera de ejes
temáticos:
• Planes y proyectos de acceso y movilidad lo que permitirá cambios
sustanciales en los modelos y políticas de urbanización y transporte al
igual que el acercamiento de la gente a sus destinos y a la satisfacción de
sus necesidades.
• Resolución adecuada y sostenible de las relaciones ciudadanía-espaciomovilidad
y el uso del territorio en los procesos de planificación y
renovación urbana, que faciliten pautas pedagógicas de producción y
consumo.
• Las ciudades como laboratorios donde se experimentan las innovaciones
y los nuevos modelos culturales que deberán acompañar a los nuevos
modos de producción y consumo sostenibles.
• Adopción de modelos más sostenibles de producción y consumo.
Entronización de paradigmas de crecimiento económico más respetuosos
del medio ambiente.
• Impacto de la energía y el transporte sobre el EGEI y el cambio
climático. Es sabido que el 75% de la energía se destina a mantener el
funcionamiento de las ciudades.
331

Las voces de la Otredad
• Desarrollo del empleo y la competitividad como temas que deben estar
al orden del día en una agenda socioeconómica.
• El renacimiento urbano y recreación de la ciudad como ágora, como
lugar de cultura y encuentro.
• Renovación del espacio público y la refundación de las ciudades.
Para lograr lo anterior, partimos de algunas premisas: la única competencia
válida es aquella donde los ciudadanos contienden a través de sus ecoinnovaciones;
la ecoinnovación urbana en busca de la ecoeficiencia urbana,
es una necesidad y una oportunidad para la recuperación de las ciudades
para sus habitantes y de los ciudadanos para la ciudad; hay que repensar el
futuro de nuestras ciudades, transformando los desafíos en oportunidades;
la degradación de nuestra ciudades con todos sus activos ambientales,
culturales y sociales es un asunto que se debe enfrentar con urgente denuedo.
Andamos tras la búsqueda de una nueva lógica: la lógica de la sostenibilidad.
Parafraseando a Peter Drucker, el padre de la administración moderna, la
planificación urbana a largo plazo no es pensar en el poder presentificador de
las decisiones futuras, sino en el poderoso futuro de las decisiones presentes.
“La naturaleza no tiene un habitante humano que la aprecie. Los pájaros, con su
plumaje y sus notas, están en armonía con las flores, pero ¿qué joven o muchacha
conspira con la belleza salvaje y exuberante de la naturaleza? La naturaleza florece
solitaria, lejos de las ciudades donde ellos residen. ¡Habláis del cielo! Vosotros le
quitáis la gracia a la tierra”.
Henri David Thoreau, poeta y filósofo naturalista estadounidense.
“Para quien estudia, cada país es su patria, cada ciudad es su ciudad”.
Tiru Valluvar, poeta tamil del siglo I A. C.
332

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
D. EL MITO DELAS CIUDADES INTELIGENTES
Una ciudad inteligente (“Smart city”) se ha definido como una unidad
territorial armónica que fomenta el uso efectivo de las tic (tecnologías
de información y comunicación) con el objetivo de proveerse de una
infraestructura de servicios que garantice un desarrollo económico y socioambiental
sostenible, incremente la calidad de vida ciudadana, sea eficaz en
el manejo de los recursos disponibles y permita la participación activa de la
ciudadanía.
Teletrabajo, red de nodos, clústers de tecnología avanzada, ofimática, centros
ecosistémicos de innovación, son expresiones de moda en el prestidigitador
mundo de la política y la planeación urbanas. Los espacios físicos se han
vuelto virtuales y el oficio de gobernar, un excéntrico show de gobernanza
digital. Hoy día se ha generado una reacción frente al uso indiscriminado
del término convertido en fetiche al igual que otros como el de “inteligencia
territorial” que satisfacen intereses económicos y políticos, producen un
temeroso respeto y hacen que los ciudadanos, en su ignorancia crasa, se
prosternen ante él.
Este concepto comienza a deformarse con el buril de prejuiciosas
intencionalidades hasta convertirse en una creencia de la cual se termina
siendo el más ferviente devoto. Para unos, la tecnología se ha convertido en
la panacea o en el santo grial, para otros, en una caja de pandora. Algunos
antropólogos hablan de una especie de “animismo digital ciudadano”. La
socióloga holandesa Saskia Sassen, creadora del término “ciudad global”,
afirma que la civitas actual se ha vuelto más excluyente y está incubando
una nueva forma de segregación que separa a los ciudadanos digitalizados
de los que no lo son.
El arquitecto estadounidense Steve Mouzon ironiza la magia del término
cuando afirma que una ciudad inteligente lo es, cuando su sistema urbano,
eco-social y gubernamental, sigue funcionando aun cuando se haya ido la
luz o fallen los aparatos electrónicos. La tecnología no solo es desarrollo
digital ni surge por generación espontánea, es un proceso democrático y
potencializador, participativo y empoderador, resultado de innovativas
sinergias ciudadanas, académicas y empresariales. En la era de las redes
333

Las voces de la Otredad
sociales, una ola de internautas crítica y cocreativa, inspira, defiende y
propone políticas públicas que facilitan el crecimiento de ecosistemas
sociales y urbanos, humanos antes que tecnológicos.
La ciudad inteligente no es un fin, es un medio para que nuestra urbe se
convierta en un modelo de ecoeficiencia, cohesión social y calidad de vida.
Querámoslo o no, la ciudad la hacen sus habitantes y aquélla no es más
inteligente que éstos. Allí se comprende el valor del espacio ciudadano como
escenario proactivo e innovador, intercambiador de ideas, bienes, servicios e
imaginarios; se permite que los urbanitas se conecten, creen, reproduzcan y
respeten el espacio público; se hace posible, en fin y de diversas maneras que,
en ambientes centrípetos, se propicie el encuentro dialógico y la construcción
de liderazgo y ciudadanía.
La inteligencia social guarda profunda relación con la ética y una verdadera
estética de lo público. La felicidad, la armonía y el bienestar ciudadanos,
resultado de una praxis cotidiana justa, equitativa y solidaria, se constituyen
en la evidencia del triunfo de la ciudad inteligente. La violencia, el desarraigo y
la exclusión, consecuencias del agenciamiento consuetudinario del egoísmo,
la exclusión y la injusticia, son la fehaciente muestra de su fracaso.
LAS CIUDADES INTELIGENTES
Definir la ciudad, hoy por hoy, es algo complejo y difícil: tenemos un
concepto difuso que no responde a las demandas de una realidad histórica
e interpelante. El vertiginoso desarrollo comunicacional (tics) y el boom
globalizante y aperturista, de espaldas a las dramáticas necesidades sociales
y económicas, desdibujó fronteras y demarcaciones geográficas, éticas y
socioculturales y resignificó conceptos, principios y valores. La ciudadanía
que antes referenciaba un derecho a participar en las decisiones de la polis,
pasa hoy día a ser una postura indolente, pasiva y consumista que relega
a un segundo plano, llena de apatía y desesperanza, su militancia cívica y
política.
334

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Los movimientos comunitarios y sus idearios mutualistas jalonados por redes
sociales reivindicadoras del derecho a la prestación de servicios esenciales
(salud, educación y seguridad social), circunscriben sus exigencias a la
resolución de problemas inmediatos y locales, lejano todo ello a la necesidad
de efectuar cambios estructurales y prospectivos de carácter sociopolítico.
Ante el desbordado e inusitado crecimiento urbano caótico, ecocida,
inseguro y violento, aparecen propuestas focalistas, inocuas, disfuncionales,
anacrónicas y amañadas sobre planificación, ordenamiento territorial,
administración y control eco-urbanos, participación y cultura ciudadanas.
Se acude al cliché y a las modas terminológicas en materia de gerencia y
gestión urbanas para disfrazar una planeación errátil, burocrática (bureaucratos)
y tributarista. Al no tener un destino claro hacia el cual moverse,
la actitud resolutiva del urbanita y sus líderes, gestores y gobernantes, se
torna casuística, reactiva y cortoplacista. Comienzan a dar manotazos en la
oscuridad y el futuro deseado se convierte en una evocación romántica o una
“entelequia distópica”. El que no sabe para dónde va, cualquier camino le
sirve, reza un grafiti citadino.
¿Cómo transformar la ciudad? Habría que comenzar por reducir la huella
ecológica que ha dejado el afán consumista y depredador; hacerla más
habitable y resiliente, más respetuosa y amable; volverla más consciente de
la problemática ambiental que a todos compromete y responsabiliza; hacerla
partícipe de manera crítica y creativa del abordaje de temas problematizadores
tales como reducción de gasto y costo de bienes, productos y servicios;
deforestación y desertificación; calentamiento global y cambio climático;
inercia gremial, indolencia administrativa y dejadez académica frente a
la crisis socio-económica, energética o alimenticia; propensión a vivir en
ambientes estresantes, conflictivos, contaminados e inarmónicos.
No se superará la debacle actual mientras se siga pensando igual que aquella
vez cuando se creó el problema. Se hace necesario resignificar la categoría
“ciudad sostenible” a través de soluciones concretas, posibles y oportunas
que redunden en el logro de una alta calidad de vida: reducción de impactos
socio-ambientales; gobernanza fiscal y administrativa; cobertura y calidad
en la prestación del servicio educativo y de salud; mayor cohesión territorial
y socio-económica; equidad y justicia distributiva y restaurativa; planeación
participativa y democratización del conocimiento; entronización de una
335

Las voces de la Otredad
cultura urbana y una ética pública, apuntalado todo ello desde tres ejes
ciudadanos: convivencia, tolerancia (respeto por la diferencia y la diversidad)
y seguridad.
La apuesta es por una ciudad inteligente, es decir, una urbe ecoeficiente,
sostenible y dinámica; apostarle a una ciudad viva (bio-ciudad) que asuma el
ideario de sus comunidades locales y lo deje rubricado en sus circunstancias
vitales; apostarle a imaginarios citadinos que rompan el vínculo oprobioso
entre crecimiento económico y degradación ambiental; apostarle a una
ciudad competitiva e interactiva, democrática e incluyente, compacta y
saludable, culta y segura que día a día combata males endémicos, centenarios
y apocalípticos: discriminación, desplazamiento, violencia y marginalidad.
El escenario urbano es el lugar donde se pondrá a prueba nuestra capacidad
de respuesta ciudadana ante los gravosos desafíos que plantea el desarrollo
sostenible. Es en nuestras urbes donde se deben crear las condiciones
necesarias para ese cambio perentorio que reclaman nuestras comunidades
locales. El cambio es una realidad inaplazable… ¡llegó la hora!
Un anciano de Nueva Guinea comparte sus experiencias vivenciales: “Soy un gran
hombre. ¿Ves todas esas conchas? Son muy valiosas en nuestra cultura. Podría tener
baúles llenos de ellas... pero entonces no sería un gran hombre. Un gran hombre da
lo que tiene y lo comparte con los demás”.
“El futuro urbano parece muy lejos de plantearse, en términos generales, sobre
visiones optimistas de base tecnológica. El problema es el de hallar la forma más
adecuada de acoger a grandes cantidades de seres humanos, sin disponer de grandes
recursos para ello”.
Fernando Terán. Catedrático de Urbanismo en España.
336

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
FRASES TRANSFORMADORAS DE CIUDAD.
ALCALDES QUE DEJAN HUELLA
“Hay que llevar a lo público los beneficios que tienen los ricos en lo privado
(…). La autoridad hay que aplicarla basada en la pedagogía más que en la
fuerza porque eso la legitima (…). Tenemos que ser corresponsables, cuidarnos
entre todos, auto-regularnos para no hacer las cosas chambonamente… Eso
es cultura ciudadana (…). Una ciudad más zanahoria donde no todo vale,
donde la productividad vaya a la par con los ideales constitucionales, donde
la gente no se mate y no tome ciertos atajos, donde la cultura esté más cerca
y se respete el ordenamiento territorial y los derechos fundamentales de los
demás”. Antanas Mockus, exalcalde de Bogotá (1995-1998; 2001-2003).
“A mí me eligieron y me pagan el sueldo aquellos que quieren una ciudad
convivencial, una ciudad donde se prioriza al peatón frente al automóvil
(…). Las banderas siempre traen problemas (…). Las banderas han unido
a unos para enfrentarse a otros (…). Ojalá tuviera el poder para quitar todas
las banderas del mundo (…). Como alcalde hay que hacer las cosas que se
tienen que hacer con humildad”. Iñaki Azkuna, exalcalde de Bilbao (1999-
2014), aclamado en 1913 por la Fundación City Mayor como el mejor
alcalde del mundo. “Gracias a todos por haberme ayudado y soportado.
Sois estupendos”, fueron sus últimas palabras antes de morir de cáncer en el
ejercicio de su cargo.
“No se puede decir de un día para otro que vamos a hacer una ciudad creativa,
pero sí podemos crear las condiciones para que la gente la haga por sí misma
(…). No hay que pertenecer a un club de golf o de tenis para sentirse parte de
la ciudad (…). Se necesita empatía, tener cercanía con la gente, querer hacer
bien el trabajo, pero, ante todo, se necesita frente a los políticos hostiles,
tener el pellejo muy duro… De otro modo, no es posible sobrevivir”. Klaus
Wowereit, alcalde de Berlín (2001-2014). Convirtió a su ciudad en “la más
chévere del mundo” (Berlin, pobre pero sexi” - “Entendiendo a Berlín” - “Y
entonces, ¿todo bien?”).
“La solución de fondo es la educación (…). En las zonas más educadas
hay mejores políticos. Donde no hay educación, hay más corrupción y
337

Las voces de la Otredad
politiquería (…). Una ciudad avanzada no es aquella donde los pobres andan
en carro, sino aquella en donde hasta los ricos usan el transporte público (…)
No se trata de ser un buen político, sino un buen gobernante” (…) Vamos a
dejar atrás la desesperanza, vamos a recuperar la autoestima, vamos a hacer
una ciudad a la altura de nuestros sueños, una ciudad de la que estemos
orgullosos frente a Colombia y el mundo”. Enrique Peñalosa, alcalde Bogotá
(1998-2000; 2016-2019).
“Actualmente, en el mundo de la política ni siquiera lo que está firmado tiene
validez (…). Hay que derribar el muro de la vergüenza que separa la ciudad
pobre de la ciudad rica (…). Una ciudad debe ser como un gran parque:
allí se plantan árboles, no se botan basuras ni escombros, no hay premura,
se respetan los peatones y ciclistas; las personas usan su tiempo libre, se
encuentran por algún motivo, siempre están celebrando algo, no se matan
ni se hieren entre sí y cuidan su salud (…). ¿Qué tan parecida puede ser la
ciudad a un parque? Esa es la medida de una ciudad inteligente”. Fernando
Haddad, alcalde de Sao Paulo (2013-2017).
“Nuestro proyecto municipal está basado en la participación ciudadana
donde todos hayamos pensado juntos el proyecto que queremos para la
ciudad (…). Debemos creer en nuestra capacidad colectiva para vivir juntos,
como queremos, en una ciudad cosmopolita como la nuestra (…). Como
simple ciudadana invito a todo el mundo, cualquiera que sea su afiliación
política a abstenerse de pronunciar cualquier palabra que hiera o que divida
al otro (…) Se debe buscar y hacer que prevalezca sólo el interés general
(…). El horror no nos debe paralizar, el horror nos debe movilizar”. Anne
Hidalgo, alcaldesa de París (2014-2011).
Al repasar estas exultantes frases, nos encontramos con un fragmento de un
poema de Walt Whitman (“Pensamientos”) que forma parte de sus “Hojas de
hierba” (1855): “Pienso en la opinión pública, / en el mandato pronunciado,
tarde o temprano, con voz / serena y fría (¡cuán impasible! ¡Cuán segura y
última!) / En el Presidente, con el rostro pálido preguntándose en / secreto:
¿qué dirá al fin el pueblo? / En los jueces frívolos, en los diputados, en los
gobernadores, / en los alcaldes corrompidos, en todos los que concluyen /
por ser descubiertos (…)”.
338

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
LA ERA DE LAS CIUDADES INTERMEDIAS
Hace 100 años, la proporción entre habitante urbano y rural era de 20/80,
hoy es de 55/45. La ONU señala que en los próximos 5 años se sumarán
500 millones de personas a las ya existentes. Para el año 2050 habrán surgido
50 metrópolis con más de 15 millones de habitantes, 40 de ellas en el Tercer
Mundo y 100 nuevas ciudades con más de 1 millón de pobladores. Los costos
ambientales son altos: entre el 75% y el 80% del consumo de energía y de las
emisiones de gases que contaminan la atmósfera, provienen de los centros
urbanos.
El impacto socio-ambiental de este fenómeno demográfico y de movilización
social ha traído como consecuencia que la planificación territorial y
urbana en el siglo XXI ponga su atención en las ciudades intermedias
donde habita el 65% de la población mundial. El desbordado crecimiento
poblacional caótico, conflictivo, ecocida, inseguro y violento, ha hecho que
aparezcan como inocuas, disfuncionales y vetustas las actuales propuestas
sobre planificación y administración urbanas, control coercitivo y cultura
ciudadana.
Colombia tiene, hoy día, una ciudad capital con 8 millones de habitantes
seguida por 3 ciudades que tienen entre 1 y 5 millones de residentes; 33
ciudades intermedias, con poblaciones entre 100 mil y 1 millón de habitantes
(8 ciudades tienen actualmente más de 800.000 habitantes) y más de 1.000
centros urbanos con menos de 100 mil pobladores. En el año 2020, ocho
de cada 10 colombianos serán citadinos; tendremos, además, 55 ciudades
intermedias donde 20 de estas poblaciones ubicadas en las áreas de influencia
metropolitana, impactarán el crecimiento del PIB y la demanda de servicios
públicos.
Los especialistas intentan resolver en el marco arquetípico y prospectivo de
la ciudad- región, problemas de congestión, dispersión y movilidad apelando
a modelos eco-socio-sistémicos orgánicos, funcionales, integracionistas;
centros urbanos intermedios ecoeficientes y auto-reguladores; unidades
urbanas autosuficientes, limitadas en tamaño y extensión. La conurbación
del Eje Cafetero pertenece a esta categoría de ciudades intermedias y es
reconocida como un importante polo de desarrollo. La construcción de
339

Las voces de la Otredad
planes de vivienda y multicentros comerciales lo dice todo: en las grandes
ciudades este renglón está por debajo de la que se desarrolla en estas ciudades
que concentran el 75% de la inversión de los consorcios urbanizadores.
Ante la apabullante realidad demográfica y socio-ambiental que vivimos
y padecemos, las ciudades intermedias necesitan mejores instrumentos
técnicos, financieros y políticos para mejorar su gobernanza local, racionalizar
el uso de la tierra urbano-rural, ampliar la cobertura y mejorar la calidad de
los servicios públicos, garantizando, a su vez, la seguridad y el bienestar
ciudadanos. Generación de riqueza y empleo, reducción de pobreza, planes
de inversión, estímulo a sectores productivos y gremiales y aprovechamiento
de ventajas comparativas y geoestratégicas, son factores claves que se deben
tener en cuenta al formular no solo el POT, sino proyectos que relevan
derechos, intereses y necesidades del urbanita.
Nuestra ciudad-región es su gente, amante de la libertad, ávida de civismo
y ciudadanía, sedienta de futuro y prosperidad. Parafraseando a nuestro
entrañable Eduardo Galeano, diremos que en materia de planeación urbana
“hay un único lugar donde el ayer y el hoy se encuentran, se reconocen y se
abrazan… Ese lugar es mañana”.
“(…) hacer todos los esfuerzos para cambiar el significado de la palabra utopía
(aquello que nunca sucederá). (…) Estamos comprometidos con la idea de que la
utopía es aquello que puede suceder. (…) La utopía es el verdadero corazón de los
seres humanos. Un hombre que no sueñe con un mundo mejor no es un hombre, es
un desierto. No estamos interesados en ir al paraíso, estamos interesados en hacer
que el paraíso venga acá.
Todo depende de nuestro amor, de nuestro silencio, de nuestra paz, de nuestra
meditación y de estar despiertos y alertas para no caer en la trampa de los intereses
creados. (…) No traicionemos nuestros sueños porque de ellos está construida nuestra
alma. Seamos claro en nuestra visión, conscientes de nuestros esfuerzos. El sueño está
teniendo raíces, pronto veremos las flores (…)”.
Bhagwan Shri Rashnísh (Osho), líder espiritual de origen hindú.
340
ESTAMOS CONSTRUYENDO UN NUEVO PROYECTO
CULTURAL DE CIUDAD Y CIUDADANÍA… ESTAMOS
CONSTRUYENDO UNA NUEVA UTOPÍA CIUDADANA

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
E. RAPSODIA EN GRIS. METÁFORAS CIUDADANAS
Despierta la ciudad y con el nuevo día ya se escuchan los sonidos que trae la
alborada. El rezongueo de los buses, el crepitar de los autos y el murmullo
crujiente de las ventas ambulantes convocan al diálogo mañanero y
acompasan la búsqueda frenética, gruñona y delirante del vagabundo que no
encuentra sus inciertos deseos, diluidos éstos en la inconmensurable bolsa
basuriega, agujero negro por donde escapa la mítica riqueza entre residuos e
inmundicias y conjuros de rabia, frustración y dolor…
Amanece y una brumosa mezcla de esperanza y desencanto cubre los
primeros pasos de aquellos seres que se pierden por las húmedas y expectantes
callejuelas.
Avanza la mañana y ésta, con un sutil mariposeo se reclina sobre el impasible
abuelo, perenne observante que, desde la banca del parque, contempla rostros
hieráticos e ingrávidos pasos que claman sus angustias inaudibles y el andar
inexorable del tiempo, implacable enemigo que acecha tras las estatuas
conniventes y el silencioso andurriar de las manecillas del reloj. Las voces
ofertantes, los pitos y sirenas y los gestos exultantes no logran boicotear el
seguro refugio de su imperativa y añosa calma…
Aún el día tiene los ojos de aquel niño-anciano que comparte con él, la
oquedad del presente, la orfandad del aquí, la imperturbabilidad y el odioso
silencio del ahora.
El ágora exhorta y congrega a esos sempiternos comensales que apuran a
grandes sorbos su tragicomedia urbana: un vendedor ansioso y jadeante, una
anciana recostada en sus pesares, unos amantes que esconden su lujuriosa
evidencia, un peatón huyendo de las sutiles trampas del miedo, unos niños
que juguetean inocentes con el tiempo, cruel verdugo que, aliado con la
muerte y el olvido, mira suspicaz y pensativo aquellos magros y gravosos
personajes que arrastran indolentes sus miserias recicladas…
Un todo envolvente lleno de pesadez y nostalgia, un universo citadino que
abraza nuestro parque, extraño y bello lugar lleno de penumbrosos silencios
y extravíos.
341

Las voces de la Otredad
En su errabundo caracolear, todos buscan en el espejismo del parque, un
verdor espacial para sus sueños, un elixir para calmar su solitaria sed de
amor, el mágico escenario para el abrasador encuentro donde se funden en
litúrgico abrazo la dialógica mudez y el quejoso silencio. Entre prados y
fuente, asfalto y bancas, la inquieta ciudad en su orfandad descansa del arduo
trajín, de los yoes perdidos, de las miradas ruidosas, de los aletargantes pasos
del hastío y de la tediosa elipsis de los oficios y los días…
Allí en ese parque, entre escalones, banquetas y árboles, arropada y enjuta
se arrulla la pena y los imposibles se confunden entre risas, cantos, juegos y
espera.
Se acerca la hora cenital y aún los diarios escandalosos y esquineros con
sus necróticas páginas, concitan la atención de sus mórbidos lectores. Entre
frutas, almanaques, cachivaches, verduras y alcanfor y tras el sortilegio de las
ventas callejeras, se acomodan el pordiosero y el ladrón, el policía, la ramera
y el gamín y así, entre inquietas y trémulas miradas, expresiones de malicia,
recelo y compasión, los habitantes de la calle componen con sus absurdas
partituras, la cotidiana sinfonía de la indiferencia y la acritud…
Nada molesta a la asfaltada concurrencia, sólo se cruza entre inquietos y
fugaces atisbos la cómplice impotencia de medrosos transeúntes pletóricos
de vaciedad y laxitud.
La tarde somnolienta observa cómo llegan a sus lares citadinos pregoneros,
culebreros, fleteros, mimos y mendigos. Pintores, vagabundos, recicladores y
adictos, toda esa grey protagoniza con su trivial y consuetudinaria actuación,
el absurdo y cómico drama de la urbe, tejiendo entre risas, guiños, gruños,
ruegos y escarceos, la trama y urdimbre del fatuo encuentro, red de farsa
y de disimulo en el que se entrelazan frustrados sueños y necesidades
insatisfechas, quiméricas señales de una larga y vana espera…
Se marcha la hora vesperal hacia el exilio de la noche con su ilusorio cortejo.
Llega la penumbra tratando de borrar las huellas del itinerante paso de las
horas y la gente.
Umbrosas callejuelas y sitibundos seres apuran a grandes sorbos las
sibaríticas sombras. Las luces mortecinas iluminan aquellos itinerantes
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
camerinos donde la adustez y la sobriedad se transmuta y asciende desde
la mismidad de la rutina a los niveles nirvánicos de la habitud bohemia,
lujuriosa y trasegante. Allí beben su compulsa paranoia que guardan con
celo en sus odres sólo calmada por el noctífero placer. Luego vendrá la
canción desafinada, el furtivo encuentro hetérico y las delirantes glosas y
copas compartidas…
Comienza el absurdo periplo vindicando hedónicas horas diluidas entre la
espesa maraña de la estéril semana y el tedio ruidoso de infernales oficinas
e imperativos laborales.
En el lúbrico navío de la absurdidad se embarcan los inasibles argonautas de
la oscuridad: busconas y viciosos, golfos y truhanes, impenitentes naúfragos
que encallan sus errabundas y abolladas proas en los sórdidos acantilados
de lo proscrito y fugaz. El ave rapaz del desenfreno y el extravío roe las
ensoñadoras entrañas de seres prometéicos que logran frenéticos, desde
los riscos escarpados del incierto placer, enarbolar sus irredentas banderas
libertinas y desafiar el sacrosanto reino del imperioso deber…
Seres y silencios estentóreos, desolados y gélidos sueños deambulan por las
rúas nocherniegas… huérfanos rescoldos que aún caldean entre cenizas de
estrés y dolor
Las horas crepusculares avanzan hacia su inexorable encuentro con el alba
que abjurará luego con sus fatuos resplandores, del mundo parental de las
sombras. Una bitácora ajironada llena de lujurias indecibles y espurias
virtudes deja ver a través del afiligranado y desfalleciente resplandor de la
luna, su relieve inefable de letras, gestos, ritmos y vivencias, epítome poético
de sentimientos y soledades compartidas que conspiran contra las temibles y
hórridas fuerzas del rencor, el abandono y el miedo…
Aún quedan estrellas en el terroso cielo titilando como recuerdos en lejano
resplandor y aún se mantiene este irreprimible anhelo de robarle un ángelus
a las utopías libertarias.
Compartimos esta obra con nuestros conciudadanos del mundo, hermanos en
la esperanza, conmilitones libertarios, gestores y defensores de las causas socioambientales
y promotores de la justicia, la equidad y la verdad.
343

Las voces de la Otredad
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
Utilizamos a veces a las personas como “centinelas”. En las minas de
carbón los mineros tenían jaulas con canarios. Sensibles a los gases tóxicos,
funcionaban como alarma porque enmudecían y morían antes de que estos
gases los afectaran.
Nuestras verdades son válidas en la medida en que seamos capaces de
descubrirlas muchas veces escondidas tras los hechos. Las grandes verdades
que hoy conocemos no son más que breves y fugaces formas de familiarizarnos
con la realidad.
Hay que allanar los espacios donde se apoltronó el prejuicio, donde
mondos y lirondos dormitan los dogmas y las verdades adiposas y eternas,
autosuficientes y mentirosamente indispensables.
Solemos exhumar nuestros conocimientos yertos y descompuestos de los
ostentosos mausoleos de la verdad, para trasladarlos luego a los osarios de la
estulticia, la indolencia y el conformismo.
Hay que discernir los criterios de verdad que se hallan detrás del falaz y
aparente discurrir de las palabras y las acciones y liberar así, las cautivas aves
de las gavias dogmáticas del ser y el saber.
No hay posibilidad de concluir, sino un inquirir constante que genera nuevas
preguntas a partir de respuestas que se van obteniendo ante la consciente
ausencia de verdades absolutas.
No debemos cifrar nuestras esperanzas en milagros. Recurrimos a la verdad
sólo cuando andamos escasos de mentiras. Cuando sólo vemos la inmediatez,
no estamos viendo nada.
Nos anima un deseo grande de aprender a amar lo que aprendemos a diario,
a no enseñar verdades inmóviles, sino a orientar nuestros pasos en pos de su
descubrimiento.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Esos momentos llenos de pletórica vaciedad constituyen nuestra soledad,
determinan nuestra talla moral y nos permiten hablar a solas con nuestros
íntimos criterios de verdad.
El amor debe tener una potencialidad trascendente. Primero raíz desde
la cual crece y ya, sólido, firme e identificado con el ser mismo, acude al
encuentro con el otro.
Sólo desde el azar, la incertidumbre y la errante ternura nos encontramos
con la riqueza del otro. Entonces la vida se vuelve amorosa: se hace asombro,
creación, poesía.
Ocultarnos no hará sino debilitar nuestra fuerza interior y estar a expensas
de opiniones acomodaticias, criterios de verdad fementidos y decisiones
prejuiciosas.
La verdad aparece ante nosotros unas veces es bella y cálida y otras tantas,
sórdida y horrible… Es por eso que debemos tratarla con cierto cuidado y
preocupación.
Al amar al otro, le damos nuestras carencias (“me haces falta”). Amar es dar
lo que no se tiene, es dar esa falta, ese vacío en el cual el otro puede sentirse
pleno.
Aceptar la realidad con toda su dureza y grandeza, nos permite abrirnos paso
entre ese espeso bosque que es la vida para encontrar así, nuevos caminos.
A veces la confianza excesiva nos lleva a auto-maquillarnos en lugar de
reformular sistemática y permanentemente nuestros criterios de verdad.
Vista en perspectiva, la vida de un ser humano puede compararse con la
llama de una vela: apenas un soplo en la eternidad.
Nuestro ser en el mundo está condicionado por ciertas “verdades” sobre la
vida y los demás que es necesario revisar.
Tardamos demasiado en decidir qué hacer con nuestra vida. Cuando nos
percatamos de ello, ya lo hicimos.
345

Las voces de la Otredad
Cuando el silencio no es bueno, ni sano, ni claro, ni necesario, pareciera que
fuese verdad.
Amarnos es el comienzo de un romance que durará toda la vida, afirmaba
Óscar Wilde.
Miles de personas secuestradas, torturadas, asesinadas y desaparecidas, claman
justicia desde sus anónimas fosas y exigen repudio y castigo para aquellos execrables
delitos cuyos autores los convirtieron en víctimas de esas múltiples violencias
fratricidas que flagelan el cuerpo desfalleciente de nuestra patria y de un terrorismo
que dispara desde los cambuches y trincheras verde oliva.
Estos crímenes de lesa humanidad han dejado postrados en el miedo, el desarraigo
y el dolor a miles de colombianos ante el silencio y la indolencia cómplices de
gobernantes, funcionarios, jueces, organismos de seguridad, medios de comunicación
y ciudadanía.
Compartimos desde el seno de nuestras familias, comunidades educativas y
organizaciones no gubernamentales, el sufrimiento de nuestros conciudadanos
víctimas de la violencia, el desarraigo, la exclusión, las desapariciones y el
desplazamiento forzado.
Para esos artesanos de la esperanza que forjan el verdadero sentido de la paz y la
reconciliación, gestores y defensores de los derechos humanos, promotores de la
justicia restaurativa y la memoria histórica, la equidad y el bienestar social, nuestro
abrazo fraterno y solidario.
No podemos seguir excluyendo y proscribiendo a quienes piensan distinto, sienten
distinto, actúan distinto y viven distinto a nosotros.
Reclamamos de la sociedad civil una manifestación de rechazo a las prácticas
cometidas por actores ilegales y por parte de los agentes estatales tales como falsos
positivos, secuestros, desapariciones forzadas, desplazamientos, torturas y asesinatos.
346

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
347

Las voces de la Otredad
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA
IX
Sientes cómo pesa la maldición gregaria de no poder estar nunca a solas;
desdeñas los vicios propios del formalismo hipócrita y la modestia falaz;
de tu testimonial irreverente aprendemos tus verdades libertarias que exaltan
la delectante fobia que celebra la gozosa liturgia de la orfandad ceremonial
Percibes que cuando están en soledad algunos no se resisten y se sienten mal.
Encuentras siempre algo de quien aprender y entiendes que la tolerancia
no consiste en apologizar el hábito de la permisividad sino en reivindicar
la unidad indisoluble de la exigencia y el respeto en el ámbito de la otredad.
Reconoces las sabia vivencialidad que cotidianamente aprendes de los tuyos:
escuchas los sordos sonidos del dolor ahogados en la espesa selva de la vida,
la resiliente y silente elegía del hierro que al derretirse se forja en la fragua,
la gracilidad del viento, la flexibilidad de la caña y la simplicidad del agua.
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X. PEDAGOGÍA DE GÉNERO
A. ANECDOFABULARIO. LA SERPIENTE. EL JARDÍN.
LA MUJER LOBA
B. SEMBLANZA. OLIMPE DE GOUGES, HOMENAJE TARDÍO.
LA AMANTE DE LA CASA AZUL
C. INVOCACIÓN FEMENINA
D. EL MARTIROLOGIO FEMINISTA. MISOGINIA:
HISTORIAL SIN FIN
E. LIDERAZGO FEMENINO Y PODER DE GÉNERO
CRUCE DE CAMINOS
ILUSTRACIÓN X
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA X
Una revisión de la literatura pedagógica actual, permite mostrar de una manera
crítica las realidades opresoras y excluyentes que se viven hoy día en muchas
instituciones educativas y demostrar, a su vez, que al garantizar el acceso de las niñas
a la educación básica, damos un primer paso seguro hacia un sistema educativo
cargado de futuribles donde se refrenda en y desde la cotidianidad, una completa
participación de ellas en un currículo programático incluyente y en proyectos
transversales de formación para la convivencia ciudadana.
La pedagogía tradicional es, de esta manera, transformada en una formación
en valores libertarios que permite ofrecer una mayor calidad académica, ética
y axiológica y el desarrollo de un currículo pertinente en nuestras instituciones
educativas y la implementación de teorías de aprendizaje centradas en competencias
racio-emocionales a través de las cuales se construye un nuevo paradigma cognitivo y
praxiológico desde una perspectiva de género.
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Las voces de la Otredad
X. PEDAGOGÍA DE GÉNERO
A. ANECDOFABULARIO
LA SERPIENTE
Una serpiente había mordido a tantos habitantes de la aldea que eran muy
pocos los que se atrevían a aventurarse por los campos. Pero era tal el poder
sanador del maestro, que corrió la noticia de que había domesticado la
serpiente y la había convencido de que practicara la doctrina del perdón y la
disciplina de la no violencia.
Al poco tiempo, los habitantes descubrieron que la serpiente se había vuelto
inofensiva. Fue así como los pobladores del lugar, resentidos por el mal
que les había hecho en el pasado, se dedicaron a tirarle piedras y arrastrarla
de un lado a otro agarrándola de la cola. La pobre y apaleada serpiente se
arrastró una noche hasta la casa del maestro para quejarse de su triste e
injusta situación.
“Amiga mía, has dejado de atemorizar a la gente y eso no es bueno”, le
advirtió el maestro.
“¡Pero si fuiste tú quien me enseñó a practicar la disciplina de la no violencia!”,
replicó indignada la serpiente.
“Yo te dije que dejaras de hacer daño, no que dejaras de silbar”, concluyó de
manera serena el maestro.
Muchas veces la relación entre un hombre y una mujer es como el sol y la luna:
quizás se ven todos los días, pero no se encuentran nunca.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
EL JARDÍN
El viento llegó aquella vez hasta el extraño jardín y descubrió que los árboles
se estaban muriendo de envidia. El roble dijo que se moría porque no podía
ser tan alto como el pino. El pino se hallaba ramicaído porque no podía dar
uvas como la vid y la vid se estaba mustia porque no podía florecer como la
rosa. La rosa lloraba a su vez por no ser fuerte y sólida como el roble…
Fue en esas cuando el viento encontró al clavel fresco y floreciente y entonces
le preguntó: “¿Cómo es que creces tan radiante y saludable en un jardín tan
árido y conflictivo como éste?”.
“No lo sé -respondió la bella flor-, quizás porque siempre creí que cuando el
jardinero me plantó, quería claveles. Si hubiera querido un roble, lo habría
plantado como tal. En aquel momento me dije: y heme aquí disfrutando del esfuerzo que
convirtió mi sueño en realidad: ser yo, un auténtico clavel”.
LA MUJER LOBA
Clarissa Pínkola Estés es una psicóloga etnoclínica junguiana de origen
húngaro-mejicano que creció en la región de los Grandes Lagos escrutando
el inconsciente colectivo (“el hogar de los seres de la niebla”). Ha trabajado
durante 40 años en cárceles, campos de concentración, masacres y zonas de
desastre (11-S). Como pacifista, su ONG (“Estés Guadalupe”) transmite por
radio a zonas de guerra en todo el mundo cuentos destinados a fortalecer la
conciencia y la autoestima de las víctimas del conflicto.
Clarissa es poeta y “cantadora”, una “guardiana” de cuentos y cosmovisiones
ancestrales, lugares de encuentro y descubrimiento a través de los cuales las
personas se reconocen en su historia y se aceptan en el ser, estar y hacer. El
mundo la conoce a través de “El jardinero fiel” y “Mujeres que corren con
lobos”, este último, un libro traducido a 33 idiomas, best seller was del “New
351

Las voces de la Otredad
York Times” durante 145 semanas. En uno de sus relatos narra cómo en un
escondrijo del alma vive una vieja que todos conocen pero pocos ven. Le
llaman “la huesera o trapera”.
Su ritual mágico consiste en recoger huesos de lobo con los cuales forma
un esqueleto. Luego se sienta junto al fuego, levanta los brazos y se pone
a cantar. La osamenta se cubre de carne y comienza a crecerle el pelo. La
bruja sigue cantando y la criatura empieza a respirar, abre los ojos, pega
un brinco y escapa presurosa cañón abajo. En su veloz carrera, la criaturaloba
se transforma, de repente, “en una mujer que corre libremente hacia el
horizonte riéndose a carcajadas”.
Dentro de cada mujer existe una vida secreta, una fuerza poderosa llena
de instinto, magia, creatividad y sabiduría: es la mujer salvaje, una esencia
innata y milenaria que se va extinguiendo debido a los acechantes lances de
una sociedad light que intenta “civilizar” la mujer y constreñirla a ridículos
perfomances y glamurosos papeles esteticistas. Los lobos como las mujeres,
han sido el blanco de aquellos que no sólo quieren colonizar la selva, sino
también el territorio salvaje de su psique, sofocando lo instintivo y natural.
La mujer loba muestra aguda percepción, fuerte intuición, espíritu lúdico y
una elevada capacidad de afecto; es sociable, fuerte, resistente y protectora;
se preocupa por su pareja, sus hijos y su extensa progenie; sabe adaptarse
a las circunstancias cambiantes de la vida con flexibilidad; es fieramente
grata, noble y valiente. La mujer salvaje se conecta con su naturaleza
intuitiva, instintiva, perceptiva y visionaria. No acepta rutilantes etiquetas
ni estereotipos injuriosos que la hacen ver como “rara”. Esto le permite
escuchar esa voz ancestral que la invita a sentir, amar, crear y ayudar.
“Una mujer sana se parece a una loba: robusta, colmada de fuerza vital que
la hace poderosa, dadora de vida, consciente de su territorio, ingeniosa, leal
y en constante movimiento”. Al sentir que su vida se estanca en el tedio y
la mismidad, escucha y acude en su oquedad interior al llamado primigenio
y atávico; renueva permanentemente su capacidad sensorial, resiliente y
adaptativa; se mantiene firme en sus valores y fiel a ese mundo irredento y
libre al que sabe pertenecer.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
“Lo cierto es que (en algunas partes del mundo) las niñas no van a la escuela porque
no hay agua potable (…). He visto a jovencitas ir a buscar agua potable a distancias
de entre veinte y a veces treinta kilómetros, lo que les toma todo el día. Para cuando
tienen catorce o quince años, estas niñas no han ido nunca a la escuela; no han
aprendido nunca nada”.
Jacques Yves Costeau, “El Correo de la Unesco”, 1991.
El término “orgasmo” deriva del vocablo griego “orgao” que significa “hervir de
placer”. Tiresias, el más célebre adivino de toda Grecia y el único personaje de la
mitología helena que había sido sucesivamente hombre y mujer, fue convocado en el
monte Olimpo para zanjar una disputa entre el dios Zeus y su esposa Hera. Éstos no
se ponían de acuerdo sobre quién gozaba más del sexo, si el hombre o la mujer.
Hera, al contrario que su esposo, sostenía que las féminas sentían un menor placer
sexual. Tiresias testificó que si el disfrute del amor se dividiera en diez partes, habría
que decir que el sexo femenino gozaba nueve y el hombre tan solo una. Indignada
por esta respuesta, Hera dejó ciego al adivino, aunque Zeus, en recompensa, le
obsequió con un bastón para que se guiase con el don de la profecía y con una larga
vida.
“Todo lo que da a luz es femenino. Cuando todos empecemos a comprender nuestras
relaciones con la naturaleza y el universo que las mujeres siempre han conocido,
entonces el mundo empezará a mejorar”.
Lorraine Canoe, nativa mohawk de la etnia iroquesa, 1923.
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Las voces de la Otredad
B. SEMBLANZA
OLYMPIA DE GOUGES, HOMENAJE TARDÍO
“Así como tenemos el deber de subir al cadalso, también tenemos el derecho de subir
a la tribuna”.
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“¡Mujer despierta! Las campanas de la razón se dejan oír en todo el planeta.
¡Reconoce tus derechos! ¡Sé!”.
Olympia de Gouges.
La lerda y desvencijada carreta lleva en su acarreo a lo largo de la rue Saint
Honoré rumbo a la Place de la Revolution, a una mujer medrosa y aturdida
por los gritos de la multitud, ebria de sangre y de espectáculo. Entre injurias y
abucheos el siniestro cangallo recorre el camino trágico de Luis XVI, María
Antonieta y su propio verdugo: Robespierre. Allí, momentos más tarde, en
el rubicundo patíbulo donde se encuentra empalmada la guillotina, nuestra
trágica heroína colocará su cabeza en la báscula a la espera del golpe seco y
fatal.
Desde la Concergierie y a lo largo de la “vía dolorosa”, va hilvanando recuerdos
y vivencias: la pobreza, la ignorancia y la acritud hogareñas encarnadas en
el odioso carnicero y la humilde lavandera que tuvo por padres; su llegada
a París en 1788 que mitiga la sed de su esperanza provinciana reflejada en
los embriagantes espejismos citadinos; un matrimonio por conveniencia
con un decrépito anciano que le asegura su supervivencia en la gran urbe;
los panegíricos revolucionarios de 1789 y la participación en los sucesos
políticos que rodean la toma de la Bastilla.
“Los enragés” (“los rabiosos”), facción radical que cautiva a los más
revolucionarios de los “sans culottes” (“los descamisados”) parisinos y
seduce, de igual manera, a las fervientes activistas; la creación en 1793 de la
“Sociedad de las Republicanas Revolucionarias”; el entusiasmo febril que
lleva a unas a vestir la escarapela tricolor sobre su peinado y a otras, el gorro
frigio y el pantalón rojo… Ha llegado la hora: Olympia de Gouges (Marie
Gouze), es decapitada en 1793 a la edad de 45 años.

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Su Admiración por Montesquieu, Mirabeau y La Fayette y su odio contra
Robespierre, Dantón y Marat y la causa jacobina; la oposición a la pena de
muerte contra el rey Luis XVI y María Antonieta por considerarla inocua y
contraproducente; su franco y obstinado feminismo; sus tempranos y fallidos
intentos de organizar a las mujeres; su manifiesto rupturista por los derechos
femeninos; la acusación de ser una “realista reaccionaria” y por último, ante
la acusación de haber confeccionado un cartel girondino…
El cortante, silenciador y temible filo de la guillotina no se hará esperar.
Olympia representa su papel de anti-heroína y esto es precisamente lo que
la dignifica y la enaltece: pobremente educada, desafiaba el rutilante mundo
de las letras francesas con su mala ortografía, su deficiente sintaxis y su
horrorosa caligrafía. Una modesta actividad literaria, algunos artículos,
proclamas y una obra de teatro (“La esclavitud de los negros”), la llevan a
merecer cierto reconocimiento por su defensa de la causa antiesclavista y
la fundación de varias sociedades fraternas que abogan por la justicia y la
equidad en materia de género.
Tras el triunfo “revolucionario” de 1789, pronto surge una contradicción:
un movimiento que justifica sus ideales a través de fundamentales principios
tales como “Liberté, Egalité, Fraternité”, niega el acceso de las mujeres, que
son la mitad de la población francesa, al ejercicio de los derechos sociales
y políticos. Olympia y un grupo de mujeres toman entonces la decisión de
publicar, en septiembre de 1791, un manifiesto intitulado “La Declaración
de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana”, tomando como modelo la
famosa Declaración Universal:
“Hombre, ¿eres capaz de ser justo? Una mujer te hace esta pregunta… Las
madres, las hijas y las hermanas, representantes de la nación, piden ser
constituidas en Asamblea Nacional. Considerando que la ignorancia, el
olvido o el desprecio de los derechos de la mujer son las únicas causas de las
desgracias públicas y de la corrupción de los gobiernos, han resuelto exponer
en solemne declaración los derechos naturales, inalienables y sagrados de
la mujer...”. Esta proclama es considerada, hasta ahora, “el más brillante y
radical alegato en favor de las reivindicaciones femeninas”.
Propuso el derecho femenino al voto; a ejercer cargos públicos; a participar
en el ejército y a tener puestos de poder eclesiásticos; la nulidad matrimonial
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Las voces de la Otredad
y el divorcio; un contrato anual renovable firmado entre amantes; el
reconocimiento paterno de los niños nacidos fuera de matrimonio; creación
de un sistema para la protección de la infancia y la indigencia.
“¿No se ha violado el principio de la igualdad de derechos al privar, con
tanta irreflexión, a la mitad del género humano del derecho de concurrir
a la formación de las leyes, es decir, excluyendo a las mujeres del derecho
de ciudadanía? ¿Puede existir una prueba más evidente del poder que crea
el hábito, incluso cerca de los hombres eruditos, que el de ver invocar el
principio de la igualdad de derechos (...) y de olvidarlo con respecto a doce
millones de mujeres?”, preguntaba con su recio carácter en las concurridas y
revoltosas asambleas parisinas.
“¿Desde cuándo le está permitido a las mujeres abjurar de su sexo y convertirse
en hombres? ¿Desde cuándo es decente verlas abandonar los cuidados
devotos de su familia, la cuna de sus hijos, para venir a la plaza pública a
realizar deberes que la naturaleza ha impuesto a los hombres solamente?
preguntaban con aparente asombro los varones “revolucionarios” radicales
y/o moderados.
“Preferimos al volver de nuestro trabajo, encontrar la casa en orden y no
verlas llegar de una asamblea en la que no siempre su espíritu gana en
dulzura”. Frente a semejantes afrentas, Olympia replicaba con vehemencia:
“¡Oh mujeres! Mujeres, ¿cuándo dejaréis de estar ciegas? ¿Qué ventajas
habéis recibido de la revolución? Un desprecio más acusado, un desdén
más pronunciado. En los siglos de corrupción, sólo habéis reinado sobre la
debilidad de los hombres. Vuestro imperio está destruido. ¿Qué os queda
pues? La convicción de sus injusticias y la reclamación de vuestro patrimonio,
fundado en los sabios decretos de la naturaleza”.
No hubo un antes o un después frente al tema de género en la Francia
revolucionaria, convertida falazmente en fuente vertedora y paradigmática
de una liberal concepción sobre los derechos civiles. La misoginia con todos
sus prejuicios y atavismos, atravesó la larga noche feudal, se embelesó con
los luceros androcéntricos renacentistas y se obnubiló, más tarde, con las
luces del amanecer de aquel siglo decimonónico que, al tratar vanamente
de inventariarlo todo con su objetivismo inocuo y desteñido y sus premisas
clasistas y excluyentes, legitimó aún más la inequidad, la injusticia y la
opresión.
356

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Terminemos estas notas evocadoras de aquella ingrata gesta libertaria, en
medio de celebraciones rutinarias y fugaces que concitan con su habitual
liturgia de flores, expiaciones y discursos a una sociedad amnésica, sumida
en su abulia femino-fóbica.
“Las mujeres efectúan las dos terceras partes del trabajo en el mundo. Producen entre
el 60 y el 80% del alimento de África y Asia y el 40% del mismo en Iberoamérica.
Sin embargo, sólo ganan una décima parte de los ingresos del mundo y poseen
menos del 1% de las propiedades del mundo. Figuran entre los pobres más pobres del
mundo”.
Elisabeth Bumiller, periodista estadounidense.
LA AMANTE DE LA CASA AZUL
Aquella casa centenaria, situada en la esquina de las calles de Londres y
Allende, en las afueras del Distrito Federal de México, es el escenario de
algunos acontecimientos sociales y políticos de la época (por allí pasa el
ejército zapatista y se conspira contra Porfirio Díaz); sus paredes testifican
de manera silenciosa el paso de una historia familiar traumática (una
madre fría y rezandera, un padre bondadoso y consentidor) llena de rebeldía
juvenil, independencia y soledad; los dolores inefables tanto físicos (polio,
fractura de pelvis, amputación de una pierna, neumonía), como morales y
espirituales (desamores, intrigas y traiciones).
Los espejos de la recámara refractan aquellos encuentros amorosos furtivos y
bisexuales (“¡El espejo! ¡Verdugo de mis días!”) y reflejan a su vez, los rasgos
fuertes plasmados en sus autorretratos (“Ni tú, ni Derain, ni yo, sabemos
pintar una cara como lo hace Frida”, le dice Picasso A Diego Rivera). En su
sala van a tomar asiento los personajes más ilustres y excéntricos de Méjico
(el grupo insolente y anarquista de “los cachuchas”) y en uno de sus cuartos
se va a asilar León Trotsky (1937), héroe de la Revolución rusa de Octubre y
exiliado del régimen stalinista.
357

Las voces de la Otredad
Allí se llevan a cabo las audiencias abrileñas de la comisión investigadora
internacional que examina las acusaciones proferidas contra él y su hijo.
En 1939 se orquesta el triángulo dialógico entre Trotsky, Rivera y el pintor
surrealista André Bretón, cuyo centro es Frida, y se intenta organizar una
federación internacional de artistas y escritores de izquierda. En la azul
estancia también se da, poco después, la ruptura entre Diego Rivera y Trotsky
precedida de una fuerte discusión política donde éste acusa al muralista de
traidor a la causa revolucionaria.
Ese cruel accidente de tránsito (1925) provoca uno de los sufrimientos más
dolorosos para Frida: es atravesada por una barra de hierro a la altura de la
pelvis (“a mí el pasamanos me atravesó como la espada a un toro”). A partir
de allí, la expresión “planeta doloroso” se hará más continuo y evidente. Sus
circunstancias insalubres, la morfina y el tequila se plasmarán en sus obras
y en sus autorretratos descarnados y rotos (“amurallar el propio sufrimiento
es arriesgarte a que te devore desde el interior”).
Los corsés de yeso, cuero y luego de acero no serán un obstáculo en su
crecimiento artístico: “No sólo hay que trazar líneas sino infundirles un
sentido, una forma, un contenido; comprender algo de ellas, concebirlas,
forjarlas, retorcerlas, desligarlas, reunirlas, llenarlas”. Allí, en la Casa Azul,
van a quedar colgados muchos de los sueños y los dolores pictóricos de
Frida Kahlo. A pesar de sus cortas visitas, interrumpidas por sus frecuentes
devenires a museos y hospitales, “la casa” permanece en el corazón de la
pintora (“Mis abuelos, mis padres y yo”,1936). En el verano de 1939, Frida
Kahlo decide vivir en ella. Luego viene el divorcio (1939-1940). El 8 de
diciembre de 1940 contraen nupcias por segunda vez y a comienzos de 1941
regresan.
En 1943 Frida, por su enfermedad, atiende en su casa su último bastión
estudiantil: 4 jóvenes apodados “los fridos” que siguen amando a su
maestra. Su confinamiento lo sublima con dos obras emblemáticas: “Flor de
la vida”(1945) y “El sol de la vida” (1947). Kahlo se pinta a sí misma por ser
ella el mejor motivo que conoce y lo hace a pesar del dolor que esto le acarrea
(“Hice de mí misma mi modelo, mi tema de estudio”). Varias de sus obras
más importantes las lleva a cabo colgada de un arnés para poder estirar sus
maltrechas vértebras lumbares. Una de ellas es “La columna rota” (1944):
una pilastra jónica agrietada que sustituye su balaustre vertebral mientras un
358

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
corsé la sostiene recortándose sobre sus pechos desnudos: “El cuerpo aparece
herido y la gran soledad planea sobre el suelo árido y resquebrajado”.
Algunos biógrafos sostienen que su mundo sáfico (Paulette Godard,
María Félix, Georgia O`keefe) al igual que sus lances amorosos, furtivos,
abiertos y/o clandestinos (León Trotsky, Nickolas Muray), son expresiones
actitudinales contestatarias frente al machismo, el desamor y la infidelidad de
“su bebé” que laceraban la ardiente sensibilidad de Frida. Esa personalidad
controvertida ya se anunciaba en algunos de sus cuadros (autorretratos
dobles y “Dos desnudas en el bosque”).
Hoy día es un símbolo de absoluta transgresión. “Lo más es obtener
cualquiera de sus autorretratos”. Sophia Faucher, escritora y actriz (“Qué
viva Frida”), califica a Kahlo como una “mujer moderna, visionaria y actual,
provocadora e incluso delincuente”. “Su estilo es ácido y tierno, duro como
el hierro y delicado y fino como el ala de una mariposa, adorable como
una hermosa sonrisa, profundo y cruel como lo más implacable de la vida”,
afirmaba Diego de Rivera extático frente a su mundo surrealista, sencillo e
introspectivo.
Su pasión por la vida, su exacerbado nacionalismo, su fervor por la
causa indígena (“la raza cósmica” la llamaba su maestro y amigo José de
Vasconcelos); su fe en los ideales de la revolución mexicana, la ardentía de
su militancia política… todo ello la mantuvo aferrada a la vida y a encontrar
en su acerada voluntad y en su pintura onírica y creativa, una manera de
enfrentar la ausencia, el olvido y la muerte, aquellas odiosas trillizas. Frida
muere el 13 de julio de 1954, a la edad de 47 años. Las últimas palabras en
su diario registran la inexorable despedida: “espero que la marcha sea feliz
y espero no volver”.
Es velada en la “Casa Azul”; es llevada luego al Palacio de Bellas Artes
y después cremada, según su deseo. Al avanzar su cadáver por las varillas
de hierro hacia el calcinante fuego, Frida quizás ya no puede escuchar las
canciones que entonan su compungido marido y sus amigos: “Adiós mi
chaparrita”, “Adiós Mariquita linda” y “La Barca de oro”. Las cenizas de
“la mujer de Diego Rivera” son puestas en la recámara de la Casa Azul. Tres
años más tarde, muere “el marido de Frida Kahlo”.
359

Las voces de la Otredad
“La angustia y el dolor, el placer y la muerte no son más que parte del
proceso de existir… Una es una misma y otro: una cree conocerse hasta las
puntas de los dedos, y de pronto siente que su propia envoltura se escapa, se
vuelve completamente extraña a lo que la llena… En el momento en que uno
siente que no soporta más verse, comprende que la imagen que tiene delante
no es una misma… ¿Qué sería de mí sin lo absurdo y lo fugaz?... ¡Árbol de
la esperanza, mantente en pie!... ¡Hasta siempre, nos estamos viendo!”, son
expresiones muy recordadas por sus amigas entrañables: Dolores del Río,
María Félix y Chavela Vargas.
La Casa Azul se transformó en museo, en homenaje a la vida y obra de Frida
Kahlo, el 12 de julio de 1958. En el muro del costado izquierdo del patio se
encuentra la siguiente inscripción: “Frida y Diego / vivieron en / esta casa
/ 1929-1954”.
“De vez en cuando las mujeres deben hacer por sí mismas lo que los hombres ya
han hecho -y en ocasiones lo que los hombres no han hecho- realizándose así como
personas, y tal vez alentando a otras mujeres hacia una mayor independencia de
pensamiento y acción. Esta fue una de las razones que contribuyeron a que desease
hacer lo que tanto quería hacer”.
Amelia Earhart (1897 - 1937), aviadora estadounidense, primera mujer en cruzar el
Océano Atlántico pilotando un avión.
“Creo que es tiempo que la mujer deje el esterotipo de dependencia, para apoderarse
de sí misma, un valor que le ha pertenecido desde que ha nacido, y que ha sido
negado por la cultura; un poder que de tomarlo, cambiaría el rumbo del mundo”.
Óscar Chapital C. Psicólogo Social Mexicano.
“¿Qué mundos tengo dentro del alma que hace tiempo vengo pidiendo medios para
volar?”.
Alfonsina Storni, poeta argentina.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
C. INVOCACIÓN FEMENINA
I
Mujer, te llamo desde el silencioso mundo donde habitan mis inconfesables
debilidades; desde la ampulosa dimensión de mi vana virilidad; desde los
parajes solitarios por donde deambulan mis calladas incertidumbres; desde
los riscos inexpugnables donde se resguardan mis miedos seculares. Te
llamo mujer desde los siglos que contemplan con sus atávicas miradas, la
etopeya absurda de los hombres que en nombre de la libertad, sojuzgaron las
palabras, proscribieron la ternura, legitimaron la crueldad.
II
Mujer, te llamo desde el salón de los espejos en que se mira veleidosamente
mi fatuo racionalismo; desde los débiles recuerdos que como estrellas lejanas
iluminan los espacios siderales del olvido; desde los resonantes gritos con
que te llama la fantasía de mi niñez frustrada. Te llamo mujer desde aquellos
carros, barcos y aviones en que viajó la ilusión temprana para perderse en los
núbiles confines de una lúdica asexuada y los magros callejones de la odiosa
escuela.
III
Mujer, te llamo desde la senilidad precoz y la inocencia tardía, brumoso
bosque donde el deber embrujó las hadas y marchitó los sueños; desde la
misoginia temprana que castigó la delicada candidez del juego, proscribió el
llanto y las lágrimas y virilizó el venturoso ensueño. Te llamo mujer desde
los grises días de la infancia, donde un niño anciano, desafiando el prejuicio
y el tabú, se perdió en los paradigmas patriarcales, en los laberintos míticos
del macho.
IV
Mujer, te llamo desde la escuela donde los niños aprendieron cogidos de tu
mano el abecedario de las verdades; desde el ábaco y la cartilla, la tiza y el
tablero a través de los cuales, por primera vez, se nos mostró el mundo y la
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Las voces de la Otredad
danza de los sueños en el cuaderno de dibujo, grabó con sus crayolas todo su
mágico esplendor. Te llamo mujer en el afable recuerdo de la longeva maestra
de aquel pueblo que nos enseñó con inocentes poemas, a través de juegos y
rondas infantiles, a atrapar con risas y canciones las gráciles mariposas de la
edad primera.
V
Mujer, te llamo desde las murallas en donde el precepto encerró los locos
deseos de la pubertad lejana; desde los quiméricos jardines que con ardentía
cultivó mi adolescencia infatigable y soñadora; desde las inciertas riberas a
donde fui arrojado por las frenéticas y turbulentas olas del amor y el deseo.
Te llamo mujer con la voz desafinada de aquel muchacho que no encontró
respuesta a las trepidantes y confusas preguntas que se perdían en la noche
voluptuosa, bella cómplice de los goces imaginarios juveniles.
VI
Mujer, te llamo desde el abismo inescrutable, recinto profundo donde habitan
mis silenciosos secretos; desde el vasto territorio de la ilusión por donde
vuelve a correr el nebuloso niño aquel, que ávido de libertad desconoce los
peligros, las trampas vitales de la muerte que sigilosa lo avizora. Te llamo
mujer para que llenes de señales el sendero de lo ignoto y orientes mis pasos
peregrinos por las rutas agrestes y sinuosas que transito; necesito las huellas
de tus pasos para seguirte y así, algún día, descansar en tu regazo.
VII
Mujer, te llamo desde el burdel donde quedaron atrapados tu cuerpo y mi
inocencia, tu malicioso candor y la mirada febril de mis inquietos ojos; desde
la bohemia, refugio etílico que hospedó mis penas, apaciguó mis ansias y
avivó la llama perenne del virginal deseo. Te llamo mujer, jubilosa hetaira
que consagró mis ardientes noches; oropéndola que sufriendo canta, ave
que desde la nocturna estancia, entona con su dulce trino canciones que
adormecen la selva oscura de nuestras tórridas pasiones.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
VIII
Mujer, te llamo desde ese archipiélago de besos y de abrazos donde noche
tras noche la náufraga embarcación de mis anhelos se refugia en esas playas
amorosas y expectantes para partir muy sigilosa y de mañana, levando y
buscando otros océanos que muy allá, en lontananza me llaman. Te llamo
mujer para tomar posesión del país del amor y la utopía; te invoco para
colonizar los exóticos continentes del deseo y percibir así, que ya no habrá
más que mirar hacia el cielo para tratar de conquistar la eternidad.
IX
Mujer, te llamo desde los libros que contemplan el paso vacilante puesto en
el umbral de la madurez aciaga; desde el auditorio fantasmal de las ideas
que urde la macabra orquestación de las palabras; desde aquellos recuerdos
que aún corifean las graves partituras que grabaron la silenciosa sinfonía del
absurdo. Te llamo mujer para que exorcisez la diabólica posesión del morbo
en la que se sacrificó la feminidad de tu imagen, el fervoroso ritual de la
diosa madre y el sagrado recinto de tu cuerpo.
X
Mujer, te llamo desde la tierra, edén de donde por oscuros designios fuiste
expulsada; desde esta ruidosa estancia llena de basuras y de smog; desde los
himnos matriarcales que algún día unieron los hogares y el poema ecológico
que se quedó prendido en tu vientre milenario. Te llamo mujer desde el
camino ecosófico por donde transito con mis verdades mentirosas, con mis
libertades reprimidas y la falaz consigna de aquel que depredando siembra
y viviendo mata.
XI
Mujer, te llamo desde la trinchera donde medrosa se agazapa la muerte vestida
de verde oliva; desde los cuarteles y los campamentos guerrilleros donde los
niños llaman a sus madres con golpes de basuka y tiros de metralla; desde
los valles surcados ahora por ríos de sangre, dolor y rabia. Te llamo mujer
para que tus dulces palabras suavicen el conflicto, para que el ejemplo de tu
legendario sacrificio nos colme de bendiciones y perdón, para que germine
en los campos la vida y florezca entre los abrojos el amor.
363

Las voces de la Otredad
XII
Mujer, te llamo desde estos parajes por donde transitan mis sueños
vagabundos; desde este gris oscuro que se bebe toda la policromía de los
bellos instantes; desde estos parques donde descansan de la cotidiana brega
mis atribulados pensamientos, mis callejeras y silenciosas esperanzas. Te
llamo mujer para que pintes de rosa y azul el oscuro paisaje citadino, para
que llenes de suaves aromas los fétidos rincones y sean tus efluvios los que
rescaten los eméticos lugares de la urbe nauseabunda y desolada.
XIII
Mujer, te llamo desde el barrio de invasión convertido gracias a tu magia en
ciudadela; desde la comuna que espera tu aporte solidario; desde la vereda
que mitiga sus problemas a través de sus convites semanales; desde el bello
testimonio que han dejado tus luchas lideradas. Te llamo mujer para que nos
señales el camino como esposa, madre y compañera; para que rescates la
vivencia comunitaria con tu liderazgo ancestral y regrese la luz y el círculo
del mundo triangulado de las sombras.
XIV
Mujer, te llamo desde la fábrica que condena tu maternidad y plusvaliza tu
fuerza de trabajo; desde el taller que androginiza los sueños, homologa el
dolor y sexualiza el salario; desde el mundo infernal de los organigramas y
el reloj: máquinas, palancas y poleas que constriñen las utopías de los seres.
Te llamo mujer desde el paro de los trabajadores que reconocen tu activismo
proletario; desde la movilización y la consigna; desde la huelga que haces
con tu hambre; desde los siglos que testimonian tu lucha revolucionaria.
XV
Mujer, te llamo desde los palcos oficiales; desde esos establos donde apacientan
su vida los burócratas en grey; desde esos sórdidos hangares donde se decide
la suerte de presos, maestros y empleados; desde los histriónicos teatros de
los códigos por donde desfilan los arlequinescos comodines del vicio. La
impunidad y la corrupción. Te llamo mujer desde el antiguo y polvoriento
mundo que puso en tus manos la justicia, el orden y la ley. Trae la antorcha,
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
la espada y la balanza y reconstruye el mundo que algún día fue, siendo tuyo,
próspero y feliz.
XVI
Mujer, te llamo desde el surco y la sementera regados con tus lágrimas
telúricas, bálsamo con el cual enjugas el sudor de tu fatiga; desde el arado
con el que noblemente acaricias las ariscas regiones de mi patria; desde la
humilde casa labrantía donde llena de amor esperas tu laborioso y amado
campesino. Te llamo mujer desde esta jungla de cemento y de ladrillo para
que cubras de trigo y miel la estancia urbana, fría y sola de mi alma y llenes
de alegría, como allá en la campiña, los sombríos parajes ciudadanos.
XVII
Mujer, te llamo desde este universo compuesto de cuerpo, mente y alma;
desde mi búsqueda de nuevos sentidos y mi encuentro con novedosas y
cósmicas formas de vivir; te llamo para que pensemos la vida, desentrañemos
el misterio de nuestra existencia y puedas invitarme a disfrutar del sol. Te
llamo mujer con los cantos gregorianos de mi universo original y apocalíptico.
Quiero fundir mi voz en tu arpegio encantado y así, en una reacción sin
cadena, destruir el mundo y luego, al son de tus palabras hechiceras, permitir
que éste, muriendo viva.
XVIII
Mujer, te llamo desde este escenario de posibilidades que ha construido la
vida para nuestro definitivo encuentro; desde este puerto a donde ha llegado
mi barco de ilusiones desafiando los vientos huracanados del odio y el rencor.
Te llamo para que comprendas mi rebelde sumisión, para que contemples la
oquedad de mi ser y divises el horizonte sin límite de mis pequeñas cosas.
Te llamo mujer para que navegues por la calma tempestuosa de mis aguas.
Aquí en el malecón de mis sueños te espero para que partamos al mundo
confinado del deseo, amoroso piélago lleno de pasionales y abrazantes olas,
trepidantes de eternidad.
365

Las voces de la Otredad
XIX
Mujer, te llamo desde la tranquila noche que vigila el inquieto sueño y el
noctámbulo y loco desvarío; desde la misteriosa mansión de la nostalgia
donde habitan los recuerdos de mis yoes perdidos, allí donde dialogan en
voz baja los fantasmas del pasado tratando con sus inaudibles conjuros de
complotar al miedo. Te llamo mujer para que me ayudes a descubrir la sobria
investidura del absurdo que es la sensatez; a develar los oscuros designios de
mi atorrante cordura, a reconocerme en la cálida hondura de mi personalidad
múltiple.
Mujer te llamo… Te llamo mujer…
La violencia contra la mujer tiene un alcance mundial y se presenta en todas las
sociedades y culturas, afectando a la mujer sin importar su raza, etnia, origen social,
riqueza, nacionalidad o condición… No existe ninguna estrategia de desarrollo
eficaz que no reserve a la mujer un papel protagonista. Cuando las mujeres ponen
todo de su parte, los resultados se ven inmediatamente: familias más sanas, mayores
ingresos, ahorros y reinversiones… o que sucede en las familias también ocurre en las
comunidades y, a largo plazo, en países enteros”.
Kofi Annan, ex - secretario de la ONU (1997-2006). Premio Nobel de Paz 2001.
“El día cuando la mujer pueda amar con su fuerza y no con su debilidad, no para
huir de sí misma sino para encontrarse, no para renunciar sino para afirmarse…
entonces el amor será una fuente de vida y no un mortal peligro”.
Simone de Beauvoir, escritora francesa.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
D. El MARTIROLOGIO FEMINISTA
Para griegos y árabes “mártir” (martys y shaheed) significaba, de manera
paradójica, “testigo”: sujeto al cual se torturaba para que revelara la “verdad”.
Diversas culturas enaltecen el sufrimiento como parte de un proceso sublime
y purificador. En India se evocan rituales donde los bonzos se prenden fuego
o las “sati” (“piadosas”) aún se inmolan en la pira funeraria junto al cadáver
de su marido. Ligada a esta creencia está el ritual sintoísta del Seppuku o
Harakiri (“corte del vientre”), suicidio redimiente del honor entre samuráis
(siglo X) y kamikazes (II Guerra Mundial).
Aguda controversia suscita el “dulce” sufrimiento de San Sebastián y su
legión de santos mártires que conforman esa estética sado-masoquista que
lleva a los psicoanalistas a hablar de una erótica del martirio. Esa devoción
por los mártires estimula una propensión mórbida por el sacrificio ascético, la
ataraxia dolorosa, el fracaso heroico y la muerte cruenta. Estos argumentos
intentan explicar por analogía, las usuales celebraciones feministas y
ofrendas de género a heroínas-mártires de revoluciones fallidas depositadas
en el panteón de la desmemoria colectiva.
El mundo conmemora, año tras año, la quema de 146 obreras en una fábrica
textilera de New York (marzo 8 de 1908); el apuñalamiento y estrangulamiento
de las hermanas Mirabal por agentes del régimen trujillista dominicano
(nvbre 25 de 1960); la masacre de Montreal (dcbre 6 de 1989) de 14 alumnas
de la Escuela Politécnica, asesinadas por un pistolero antifeminista; la muerte
en Pakistán de Meena Keswar Kamal (1987) defensora afgana de derechos
humanos a manos de la policía secreta de su país; el ahorcamiento de la
poetisa nigeriana Ken Saro Wiba (1995) por órdenes del dictador nigeriano
Sani Abacha, testaferro de la petrolera Shell y el homicidio de la misionera
norteamericana Dorothy Stang (2005), víctima de los finqueros del Pará en
la Amazonía brasileña.
El asesinato “vía Youtube” en una calle de Teherán de la activista
política Neda Agha Soltan (2009) y la condena a lapidación de Sakineh
Mohammadi Ashtiani (2011), son otros actos evocadores que señalan una
línea delimitatoria “rara” y difusa entre “heroína” (“protectora o guardiana”
en griego) y mártir. Esta sombría reseña conlleva el rechazo latente a un
367

Las voces de la Otredad
feminismo utilizado como arma ideológica para satanizar movimientos y
luchas populares, justificar invasiones, fomentar estilos de vida consumistas,
apologizar ciertas parafilias o desviar la atención con ridículas posturas
misantrópicas muy lejanas de una verdadera etiología sociopolítica de esa
estremecedora y repudiable misoginia que sacude al mundo.
El feminicidio continúa. Se le sigue negando a la mujer el derecho a
pronunciar su palabra y ejercer su praxis libertaria. La noche triste de lo
femenino prosigue su marcha siniestra. La identidad de la mujer sigue
determinada por una ancestral y mítica capacidad de sacrificio. La consigna
debe ser una sola: esa mórbida liturgia con su sed de muerte y proscripción
(cárceles, exilios, desapariciones, heroínas, mártires y tumbas) debe ser
saciada por el amor a la libertad y a la vida.
MISOGINIA: HISTORIAL SIN FIN
Antes y después de las narraciones judeocristianas sobre Eva en el Pentateuco
y Lilith en la Cábala, se han albergado en el inconsciente colectivo
aprensiones de temor y odio hacia el sexo femenino. Este prejuicio, “el más
antiguo del mundo” según el escritor irlandés Jack Holland, “el odio más
largo de la historia” según otros, existe como un mecanismo sociocultural
de dominación patriarcal acompañado de códigos, símbolos, señales, gestos
y actitudes que patentizan una praxis que va más allá de lo emocional,
afectivo, sexual o pasional: legitima conductas que reflejan y reproducen en
la vida cotidiana, relaciones sociales de producción y explotación y formas
justificantes y sublimadoras de conciencia social.
El “Código de Manú”, texto hindú trimilenario (“Dios hizo a la mujer
naturalmente perversa, enamorada de su lecho, prendada de su silla, de sus
adornos y desordenada en sus pasiones”); “El yambo de las mujeres” de
Semónides de Amorgos; los pasajes machistas de “La Ilíada” de Homero;
la “Teogonía” de Hesíodo y su mito de Pandora; Eurípides y sus personajes
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
siniestros (Fedra, Medra y Andrómaca); Pitágoras (“Hay un principio bueno,
que ha creado el orden, la luz y el hombre y un principio malo, que ha
creado el caos, las tinieblas y la mujer”) y Aristóteles (“La mujer es hembra
en virtud de cierta falta de cualidades”), son un ejemplo claro de ello.
La capacidad jurídica de la mujer griega igual a la de un varón menor de
18 años, le impedía participar en la vida pública. En caso de insolvencia, el
marido podía entregarla como pago de su deuda. Se la consideraba un ser
de voluntad débil, inteligencia y razonamientos escasos. En la sociedad y
en el Derecho romanos, igual suerte corrían las féminas al ser consideradas
una pertenencia y un mal necesario del hombre. Las “Sátiras” de Lucilio y
Juvenal y la historia de Catón el viejo contada por Tito Livio, hacen de la
mujer un ser poseedor de todos los vicios y males sociales de su tiempo…
son retablos que hacen referencia a múltiples formas de rechazo a la mujer
ya sean sutiles o explícitas, brutales, ridiculizantes, excluyentes, violentas,
enajenantes u opresivas.
Estos meta-relatos se fundan en una concepción: sólo los hombres pueden
ser plenos, sobrios y normales, mientras que ellas son incompletas, extrañas
y anormales. Una célebre imprecación contra la mujer fue proferida por
Tertuliano, uno de nuestros más venerables padres de la Iglesia: “(…) debieras
ir vestida de luto y andrajos, presentándote como una penitente anegada en
lágrimas, redimiendo así la falta de haber perdido al género humano. Tú eres
la puerta del infierno, tú fuiste la que rompió los sellos del árbol vedado, tú
la primera que violaste la ley divina, tú la que corrompiste a aquel a quien
el diablo no se atrevía a atacar de frente; tú fuiste la causa de que Jesucristo
muriera”.
“El Fuero Juzgo”, código legal visigodo del siglo VII, vigente durante 10
siglos, establecía que la mujer valía la mitad de un hombre. La “prima
nocte” o “el derecho de pernada” era algo normal en las costumbres feudales
de aquellos tiempos y se mantuvo hasta finales del siglo XV. Personajes tales
como Alfonso X, El Arcipreste de Talavera, Quevedo, Baltasar Gracián,
Pío Baroja, Rousseau. Schopenhauer, Nietzsche, Otto Weininger, César
Lombroso, Gregorio Marañón, Ortega y Gasset y otros más, forman parte
de este caleidoscopio androcéntrico y antifeminista, estigma infravalorador
que puso una sociedad machista, a lo largo de la historia de la humanidad,
sobre el cuerpo y el rostro de la mujer.
369

Las voces de la Otredad
En Bangladesh, los hombres aún siguen quemando el rostro de las mujeres que
las rechazan sexualmente y rara vez los penalizan con cárcel. En Afganistán
las mujeres no pueden mostrar el rostro en público, ni salir a la calle sin ser
acompañadas por un hombre y cubiertos su cuerpo y su cara por una burka.
Los códigos islámicos (sharias) de los talibanes, el Estado Islámico y el Boko
Haram, son un ejemplo del brutal sometimiento de que es objeto la mujer
musulmana. En Sudáfrica es práctica socialmente aceptada que el novio,
presuntamente engañado, viole a la esposa en grupo. Un dato más: a 120
millones se eleva la cifra de mujeres vivas a quienes se les ha practicado la
mutilación genital.
Durante siglos la mujer ha sido reducida al papel de bruja, prostituta,
madre o sirvienta. Ahora, ella en su condición de marginada o excluida,
es quien irrumpe en la escena sociocultural contemporánea y subvierte el
orden sacrosanto que ha regido el mundo sempiterno de la patriarcalidad.
En este 8 de marzo, día internacional de la mujer, la frase de la activista
francesa Florence Thomas se convierte en un leve resplandor que ilumina
la oscura e intemporal noche de lo femenino: “Lo mejor de las mujeres es
su terquedad, su valentía y el hecho de que están inaugurándolo todo: la
palabra, la ciudadanía, la participación política, el amor, el cuerpo, el goce
y la rebeldía”.
La gente, más que religión, lo que busca es un encuentro con lo más sagrado de sí
misma, una ley cósmica que le haga reconciliarse con las cosas y con las personas,
mayor fraternidad, menos violencia, menos imposiciones, mayor serenidad interior y
una relaciones más auténticas entre las personas… Es esa espiritualidad la que están
buscando millones de mujeres y hombres sin distingo de raza ni género.
“El gobierno y la sociedad deben hacer todos los esfuerzos necesarios para erradicar
la violencia contra la mujer, incluidos la violencia sexual, malos tratos en el ámbito
familiar y el acoso sexual en el lugar de trabajo”.
Carta de la ONU, 1979.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
“Todas las desgracias del mundo provienen del olvido y el desprecio que hasta hoy se
ha hecho de los derechos naturales e imprescriptibles de la mujer (…). En la escala
del amor, la mujer esta´unos peldaños por encima del hombre. El día que el amor
domine sobre la violencia, la mujer será la reina del mundo”.
Flora Tristán, escritora francesa del siglo XIX (“Peregrinaciones de una paria”).
De ascendencia peruana, Flora Tristán fue fundadora, fue fundadora del feminismo
moderno. Publicó un coherente programa socialista llamado “La unión obrera”. Fue
allí donde creó la famosa proclama universal: “Proletarios del mundo, uníos”. Se
conviritió así, en la primera mujer en hablar de Socialismo. El poeta André Bretón
dijo de ella: “Acaso no haya destino femenino que deje en el firmamento del espíritu,
una semilla tan larga y luminosa”.
El general Harold Bedoya habla de la necesidad de vender ‘este país virgen’,
mediante la comercialización de bosques para la producción de oxígeno y captura
de gas carbónico ‘a razón de 7 dólares por tonelada’. Para sorpresa del auditorio,
expresó la necesidad de ‘proteger este país rico en árboles, animales, minerales y
mujeres’.
Revista Aker.
“Podemos crear un mundo juntos compartiendo nuestra dimensión interior, una
visión, un sueño. Porque somos distintos, nuestros sueños son diferentes y nuestras
contribuciones a la sociedad también lo son. Sólo así, comprendiéndolo, tendremos
por primera vez, la sociedad más rica del mundo”.
Shri Rashnish, gurú espiritual hindú. “Una visión sobre la liberación de la mujer”,
1989.
371

Las voces de la Otredad
E. LIDERAZGO FEMENINO Y PODER DE GÉNERO
Nos unimos a la celebración del Día Internacional de la Mujer con una mirada
crítica, asuntiva y propositiva sobre el renovado y transformador papel que debe
desempeñar la mujer en el nuevo siglo y milenio.
“No se nace sino que se deviene mujer”, decía acremente Simone de
Beauvoir en su “Segundo sexo”. Muy lejos de los resguardos embera-chamí
donde aún se práctica la infibulación o clitoritomía, en Etiopía son cientos
de miles de mujeres las que son sometidas, hoy día, a la brutal práctica
de la ablación ante la mirada impotente de la OMS y las organizaciones
feministas. En los Emiratos Árabes Unidos, una ciudadana indonesia de 35
años ha sido condenada a muerte por lapidación acusada de adulterio, tal
y como prescribe la “sharia” o ley coránica. La mujer embarazada de su
amante, reconoció la culpabilidad.
En 1995 una ciudadana filipina de 16 años fue condenada a muerte por
matar a su patrón. Se demostró que había sido violada en repetidas ocasiones
y sólo entonces la sentencia fue conmutada por un año de cárcel y 100
azotes. En Jordania, miles de personas se han manifestado en Amán contra
“los crímenes de honor”, práctica ancestral amparada por el artículo 340
del código penal local que da derecho a matar a mujeres sospechosas de
adulterio. Durante los últimos años, más de 50 mujeres han muerto en estas
circunstancias. El Frente de Acción Islámica, con sus imanes (sacerdotes)
como custodios, realizan a su vez, una contra-manifestación y declaran que
la abolición del artículo 340 supondría un atentado contra las leyes coránicas
y la identidad islámica.
Hay dos seres separados en el umbral de los nuevos tiempos que se miran con
sigilo y con recelo. Han estado juntos, a lo largo de la historia, compartiendo
el acontecer cotidiano de las palabras y las obras sin percatarse el uno y
la otra de su indiferencia secular y su olvido milenarios. Su presencia
recíprocamente inadvertida, doblegó las fuerzas de la naturaleza y las puso
al servicio de su creación más excelsa: la cultura. Fue en este escenario, fina
trama y urdimbre de códigos y de símbolos donde los actores aceptaron sus
papeles seculares.
372

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Allí, el mundo de los instintos, intuiciones, percepciones, emociones y
sentimientos considerados elementos débiles e inocuos, muy propios de
su personalidad femenina, se diferenciaron con el tiempo, a través de un
falso estereotipo de género, de las ideas, conceptos, juicios y raciocinios,
sello indeleble que lleva la categorización histórico-cultural del rol de lo
masculino. Allí, el esfuerzo y el sufrimiento se confundieron con la soberbia
y el poder; allá, la vocación y la virtud de la mujer en su papel de dama de
compañía, escoltaron la supuesta capacidad e inteligencia del hombre en sus
gloriosas gestas llenas de virilidad y grandeza.
Atrás quedaron las deidades matriarcales de Willendorf y Lespugue; también
perdieron todo su brillo y esplendor las ménades, amazonas, sílfides, ninfas
y hadas; vestales, walquirias, vírgenes y doncellas encantadas; pitias, sibilas
y profetisas… que obligan a un pensador a decir que la mujer es anterior a la
cultura y ella la funda. “Por ella amanece y se mantiene, sin ella sigue siendo
todo tan oscuro”.
Pocos han querido describir y analizar con el rigor con que se estudian los
acontecimientos históricos, llámense movimientos revolucionarios o gestas
por la independencia, las luchas que ha librado la mujer por su reconocimiento
y protagonismo en el mundo de lo social. Desde su papel libidinoso y
fementido en los textos sagrados de las grandes religiones, pasando por el
desempeño de bruja o cortesana en las piadosas hogueras inquisitoriales
o en los fatuos palacios medioevales, hasta llegar a ocupar la posición de
ciudadana de segunda clase, de obrera o campesina triplemente explotada o
de mujer objeto - mujer cosmético en el mundo de la modernidad.
Es hora de ir tras la búsqueda de la feminidad perdida, más allá de esa mujer
que se vende, hoy día, como mercancía en el burdel o en el cartel publicitario
sin querer darse cuenta de su degradación y su deshonra; más allá de la
mujer light e hiper-mega-sexi, una super-show-woman cuyas luchas genitales
descuellan a través de las páginas triviales de los diarios y las morbosas
pasarelas de los centros comerciales. Es hora de reivindicar el ser de la mujer
más allá de la lucha bizantina y estólida que pretende reducir la utopía de
lo femenino a una discusión efímera sobre enfoques protagónicos que van o
vienen y que se resguardan en un falso culto a la diferencia o a la igualdad.
373

Las voces de la Otredad
Es hora de reclamar en forma urgente, respeto, trato justo y digno; exigir
y conquistar un puesto de primer orden en la construcción sociocultural
de un futuro donde la libertad, la pluralidad y la democracia no se hallen
sesgadas por los paradigmas utilitarios y politiqueros de género; donde no se
siga estigmatizando el mundo de lo circular y uterino y se formulen nuevas
políticas de género y modernas estrategias pedagógicas y axiológicas que
permitan pronunciar y legitimar sin vergüenza alguna, un discurso asuntivo
sobre la vida, la ternura, los sueños y el amor, oportunidad no despreciable
para que la ética y la estética vanguardicen los procesos de cambio y
renovación en el turbulento y dramático devenir de los nuevos tiempos al
igual que los de justicia restaurativa y armonía social.
Usualmente, cuando abordamos temas tan complejos como el liderazgo
femenino, comenzamos a estructurar un discurso que agota el abecedario
de las fidelidades doctrinarias: culto a la cifra estadigráfica; reverencia por
las fórmulas y definiciones sacrosantas de la escuela en donde militan los
piadosos intelectuales y activistas; devoción casi sublime y flagelante, por los
objetivos, las metas y los indicadores de logros; la virtud estoica y abnegada
de una secretaria puesta al servicio de aburridores formatos, organigramas y
cronogramas que no se cumplen; una parafernalia burocrática, demagógica
y politiquera en la que terminan las propuestas programáticas condensadas
en los planes de gobierno locales, departamentales y nacionales…
Veneración desmedida por los marcos teóricos y conceptuales que apologizan
los viejos paradigmas que custodian el culto inveterado a la mismidad y
proscriben, a su vez, pensamientos y prácticas divergentes e inusuales,
denuncias sobre tratos excluyentes y discriminatorios, miradas y posturas
alternativas, categorizaciones dialécticas y alterativas y propuestas de
colectivos que aunque denotan miradas divergentes y posturas disensuales,
son expresiones de una sociedad civil que le apuesta a una pretendida
democracia participativa.
Esta podría ser la descripción de los monótonos rituales, el absurdo y
tedioso periplo que emprende una monografía, desde la solitaria estancia del
técnico investigador donde se arrulló el problema en su más tierna infancia,
hasta el polvoriento anaquel o el oscuro cajón de un escritorio donde
quedaron confinadas ingentes, acróbatas y complejas teorías, sepultadas por
gruesos legajadores y montones de papel. ¿Y la realidad que nos interpela
374

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
golpeándonos día a día con acerbidad? ¿Cómo entender el diálogo de una
anciana indigente con sus fantasmales parientes en una calle desolada de la
odiosa ciudad?
¿Cómo comprender a la luz de los “análisis de mercado” la oferta sexual
de una adolescente apostada en la puerta de una pensión y la demanda y el
obvio barequeo del ansioso, avaro y morboso transeúnte? ¿Cómo interpretar
el llanto reprimido por una vergüenza culposa, los sollozos mitigantes o los
relatos angustiosos de una niña víctima del estupro, el incesto, la violación
o los lances abortíferos de la vil comadrona de barrio, declaraciones hechas
ante un oscuro, estulto y mórbido funcionario de una fría inspección de
policía?
¿Cómo analizar a través de estudios técnicos y objetivos, el salario de la obrera,
el sueldo de la empleada doméstica o el jornal de la campesina reducidos
a la mínima expresión laboral por medio de un contrato gravoso y unas
condiciones de trabajo mentirosas cargadas de genitalismo, patronalismo y
patriarcalidad? ¿Cómo tener una visión prospectiva de familia y sociedad en
Colombia, con su carga de oportunidades de futuro y de futuros deseados,
con una estadística mendaz y gobiernista que desconoce las verdaderas
condiciones de vida de la madre soltera, la hija no deseada, el aborto
provocado, la niña analfabeta, la mujer triplemente explotada, los sueños
femeninos rotos?
Qué decir, el mundo de los sueños, la ternura, el amor y la felicidad,
transmutado y subsumido en un universo algorítmico donde le dolor y el
deber como cancerberos, vigilan el mundo infernal que cotidianamente
vive la mujer. Debemos dejar atrás los prejuiciosos modelos machistas
y objetivados y comenzar a crear y recrear, de una vez por todas, lejos de
ese racionalismo vergonzoso que desfloró los sueños feminales, la realidad
exuberante y multidimensional de la mujer, destruyendo y construyendo
mundos y arquetipos de género…
Participar consciente, interactiva y responsablemente en la estructuración de
un programa de liderazgo y de vida femeniles; blandiendo el arma actitudinal
y testimonial que, cargada de asuntividad y creatividad, se enfrenta al aparato
represivo e ideológico y a las estructuras oprobiosas del Estado y del poder
patriarcal; venciendo los miedos paranoicos cargados de una misoginia
375

Las voces de la Otredad
atávica; develando los oscuros y torvos designios de una violencia real y
simbólica que condenó a la mujer a exhibir su debilidad, su insustancialidad
y torpeza como virtudes imponderables, a ostentar la voluptuosa fragilidad
de su discurso feminista como un estandarte en sus fútiles y pírricas luchas
libertarias.
Sólo de esta manera lograremos constituir, fortalecer y defender un modelo
cultural andrógino de desarrollo, progreso y bienestar, dinámico y flexible,
producto de la articulación de percepciones, ideas y valores de hombres y
mujeres que al interior de sus comunidades trabajan con verdades dialógicas,
relativas y transitorias; con propuestas y planteamientos situados en un
tiempo y en un espacio concretos; con categorías y códigos mediados por
una historia uterina y presentificada; con acciones y decisiones concertadas
a través de las cuales se moviliza una conciencia colectiva, crisol consexuado
de creencias y valoraciones, experiencias y utopías…
La larga, cruel y triste noche de lo femenino aún no ha terminado… Prosigue
tu lucha libertaria… ¡Venciste mujer al no dejarte vencer! Felicitaciones en
tu día.
Gonzalo Hugo Vallejo Arcila. “Liderazgo y poder femeninos. Una expedición al
mundo de la mujer”. Editorial Botero Gómez, 1998.
“Nunca me casé porque no tenía ninguna necesidad hacerlo. Tengo tres animales
domésticos que cumplen la misma función que un marido: un perro que gruñe por la
mañana, un loro que suelta palabrotas toda la tarde y un gato que llega a casa muy
tarde por la noche”.
Marie Corelli (1855-1924), escritora británica.
“A un hombre sólo le pido tres cualidades: que sea guapo, implacable y estúpido”.
Dorothy Parker (1893-1967). Escritora estadounidense.
376

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
Los mejores momentos de nuestra existencia no son aquellos en los que
logramos algo, sino aquellos en los que pensamos que encontraríamos una
oportunidad.
Nuestros sentimientos deben convertirse en actitudes que determinan el tipo
de relación que entablamos con el mundo visto como totalidad de sentido.
Creemos conocerlo todo pero no sabemos lo esencial: la respuesta a esa
pregunta insistente que nos hace la vida por el sentido de nuestro paso por
ella.
No hay garantías, no hay certezas. Sabemos que no podemos vivir toda una
vida sin probar el amargo sabor de la pérdida, la enfermedad y la muerte.
Nuestro más grande descubrimiento es saber que los seres humanos podemos
cambiar nuestras vidas y nuestro entorno cambiando nuestras actitudes.
Vamos arrinconando en lo más profundo de nuestra psiquis sentimientos y
cualidades proscritos que no se adecúan con nuestra imagen ideal.
La pronta e inesperada partida de un amigo nos deja una lección de vida
sobre ese viaje inexorable que todos, algún día, emprenderemos.
Atreverse a soltar aquello que una vez disfrutamos o nos fue útil y que ahora
es una carga, aliviará nuestro paso por el camino de la vida.
Ha llegado el momento de recuperar la armonía perdida, redescubrir lo
esencial de nosotros y lograr la vida que de verdad queremos.
Viktor Frank (“El hombre en busca de sentido”) afirmaba que quien tiene un
por qué para vivir encontrará casi siempre un cómo vivir.
Aprovechemos las oportunidades que nos da la vida para cuidarnos y regular
nuestras emociones utilizando un termómetro emocional.
La sombra es peligrosa e inquietante y parece huir de la luz de la conciencia
como si ésta constituyera una amenaza para su vida.
377

Las voces de la Otredad
Recurrimos a la verdad sólo cuando andamos escasos de mentiras.La verdad
nos hará libre y es a través de ella que logramos el desapego.
La vida nos invita de manera continua a desarrollar una épica personal, es
decir, a buscar ese héroe que todos llevamos dentro.
Reaccionamos de acuerdo a nuestra historia de caso y al papel con libreto
incluido que la vida nos entregó para representarlo.
Lo que le entregamos a la vida, ella nos lo devuelve, quizás no de inmediato
ni de la manera que nosotros esperamos.
Crece la fuerza cuando se debilita el yo en el amor y se suelta ingrávido sin
poder ni control para inundarse de vida.
Dado que nuestra vida tiene sentido por lo que creemos, si dejamos de creer
en nuestra vida, ella perderá todo sentido.
Dejemos que el poder purificador del llanto se lleve todo lo que ha
contaminado nuestra existencia.
Cada cual tiene un ritmo para calmarse, pero la llave que abre la calma está
dentro de nosotros mismos.
El ego y la sombra van creciendo simultáneamente alimentándose de la
misma experiencia vital.
Muchos presumen de ser algo. No saben que han perdido la ocasión de
convertirse en alguien.
Nuestra vida transcurre leyendo el anecdotario condensado en un libro
escrito por los demás.
El éxito está en el día a día, en saber vivir con plenitud, sentido, compromiso
y responsabilidad.
Nuestras vidas cuelgan de una liana que no sabemos cuándo, inevitablemente,
se romperá.
378

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
379

Las voces de la Otredad
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA
X
En ese ritual consuetudinario de símbolos y letras has escuchado el mensaje
euripidiano, aquel que te invita a pesar de todo, a remar en tu propio barco;
tu hierática figura semeja el álamo solitario que en la exuberante llanura
hunde sus raíces en el suelo arcilloso desafiando la huracanada ventisca.
Anuncias en tu didáctico y pasional evangelio, esperanzador y anhelante,
la inminente llegada de la amorosa paz y plantas el estandarte de la libertad
que presencian tu magisterio de arte vital, las rudas líneas que han cinglado
tu imagen trashumante, destello luminario en la brumosidad de nuestra vida.
Esculpes tu rostro marmóreo en los trastazos propios de la vida cotidiana
sin usar nunca el cincel y el percutor para forjar en tus ávidos discípulos,
que presencian tu cátedra de arte y vida, las rudas líneas que han cinglado
tu imagen trashumante, destello luminario en la oscuridad de nuestra vida.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
XI. PEDAGOGÍA SOCIOPOLÍTICA.
ESBOZOS PROXÉMICOS
A. ANECDOFABULARIO. APRENDER. MUNDO
PREHISTÓRICO. EL PUENTE. LECCIÓN DE
LIDERAZGO. EXPERIENCIAS
B. SEMBLANZA.
EL MUNDO PARADÓJICO DE JOSEPH STIGLITZ
C. MEDITACIONES SOCIO-POLÍTICAS. LA HOGUERA
DE LAS VANIDADES. EL ARTE DE LA
SEDUCCIÓN POLÍTICA
D. FARENHEIT 451
E. LOS PÁJAROS DE HIROSHIMA. LA GUERRA DE
LOS DIEZ MIL DÍAS
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
ILUSTRACIÓN XI
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA XI
La Pedagogía Sociopolítica tiene por objeto el estudio de la educación en sus
relaciones interactivas con los grupos sociales y los movimientos políticos
comprometidos con la formación integral del hombre y la mujer como ciudadanos
y, a su vez, estudia los condicionamientos y determinancias de la educación y la
cultura con el mundo cotidiano y convivencial al interior de nuestras instituciones y
comunidades educativas.
La Pedagogía Sociopolítica estudia los hechos, las actividades de los diversos grupos
sociales y el papel que juegan las instituciones y las comunidades educativas en las
transformaciones políticas, tal como se presentan en el cotidiano discurrir de las
formaciones económico – sociales. Estudia, a su vez, las normas, principios y valores
que regulan la vida socio-política de los grupos y las instituciones.
La Pedagogía Sociopolítica no es una disciplina aislada, sino que está articulada
con todas las áreas praxiológicas que se ocupan de los seres humanos y de sus
entornos organizacionales y socioculturales. Se halla en íntima relación, desde la
perspectiva del diálogo de los saberes Con otras disciplinas tales como la Filosofía, la
Ética, la Historia, la Economía, El derecho, la sociología y, en general, con todas las
denominadas Ciencias Sociales.
381

Las voces de la Otredad
XI. PEDAGOGÍA SOCIOPOLÍTICA.
ESBOZOS PROXÉMICOS
A. ANECDOFABULARIO
APRENDER
“No hace muchos años empecé a tocar el violonchelo. La mayoría de la
gente diría que lo que estoy haciendo es “aprender a tocar” el violonchelo.
Pero estas palabras traen a nuestras mentes la extraña idea de que existen dos
procesos distintos: Aprender a tocar el violonchelo, y tocar el violonchelo.
Suponen que haré lo primero hasta completarlo y en ese punto dejaré el
primer proceso para empezar el segundo. En suma, seguiré “aprendiendo
a tocar” y después empezaré a tocar. Por supuesto esto es absurdo. No hay
dos procesos sino uno. Aprendemos a hacer algo haciéndolo. No hay otra
manera”.
Jobn Holt. “Chocolate Caliente para el Alma”.
MUNDO PREHISTÓRICO
Una antigua leyenda cuenta que los hombre prehistóricos llevaron a su familia
a vivir en una cueva para defenderla de todos los peligros de la naturaleza:
los animales, las inclemencias del tiempo… Pero, sobre todo, se refugiaron
allí para protegerse de su incertidumbre: no sabían explicarse quiénes eran ni
por qué estaban en el mundo. Tenían miedo a existir y a no saber lo que les
depararía el mañana. Por eso buscaron en la semioscuridad de esas cuevas
cobijo y seguridad y hasta un escenario para interpretar su mundo espiritual.
Como prueba de ello están las cuevas de Altamira y Lascaux.
Pero se equivocaron. A demás de ser frías y húmedas, en ellas vivían
feroces animales que devoraban a todos los miembros de su familia. Solos
y derrotados, aquellos hombres decidieron aceptar su condición ontológica,
382

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
aquella que les imprimía una razón de ser y estar en el mundo. Fue así cómo
se instalaron en los valles y las praderas asumiendo su inexorable destino
y reconociendo y aceptando algo que era inevitable: las particularidades
propias de sus condiciones de vida.
EL PUENTE
Ítalo Calvino en su obra “Las ciudades invisibles” nos cuenta que cierta vez
Marco Polo le describía al soberano chino un puente, piedra por piedra.
“¿Pero cuál es la piedra que sostiene el puente?”, preguntó Kublai Kan.
“El puente no está sostenido por esta piedra o por aquella -contesta Marco
Polo-, sino por la línea del arco que ellas forman”.
Kublai permanece silencioso, reflexionando. Después añade: “¿Por qué me
hablas de las piedras? Lo único que me importa es el arco?”.
“Sin piedras no hay arcos”, responde Marco Polo en tono concluyente.
LECCIÓN DE LIDERAZGO
Ese día, cuando transcurrían los acontecimientos propios de la Revolución
Francesa, mientras una horda se precipitaba calle abajo, uno de los testigos
reconoció a su amigo a la zaga de la embravecida multitud. El hombre lo
llamó preocupado: “Pierre ven aquí, tengo algo que decirte”. Su amigo
seguía corriendo y respondió sin detenerse: “Ahora me es imposible: soy
líder de este grupo y debo seguirlo”.
383

Las voces de la Otredad
EXPERIENCIAS
Asisto a la clase de un profesor que declara: “El secreto es ser con el
pensamiento”.
Yo le respondo: “Si no has aceptado que tienes que morir, no has conseguido
nada. Sólo la aceptación del sepulcro nos libra del pensamiento de la muerte”.
Un niño triste me dice: “Soy muy poca cosa. No valgo nada. Dios no me ve,
porque está ocupado en cosas más importantes”.
Yo le contesto: “Imagina una esfera formada por infinidad de puntos. Ahora
imagina el centro de esa esfera: es un solo punto que se comunica con todos
los demás”.
Alejandro Jodorovsky, pensador chileno de origen ucraniano. “Psicomagia”.
Bella fábula contada en el Talmud: “Cuando me llegue el momento de morir -dijo la
rana-, bajaré al mar para que me devore una de sus criaturas; así, incluso mi muerte
será un acto de bondad”.
Cuentan que a una madre beduina le preguntaron a qué hijo quería más, a lo
cual ella contestó: “al enfermo mientras no sana, al viajero mientras no regresa, al
pequeño mientras crece”.
Cuando el campesino que hacía las veces de tutor, se dio cuenta de la inútil labor y
del escaso rendimiento del joven leñador, le preguntó: “¿cuándo fue la última vez que
afilaste tu hacha?”.
El joven respondió: “realmente, no lo recuerdo… He estado demasiado tiempo
ocupado cortando árboles”.
384

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
B. SEMBLANZA
EL MUNDO PARADÓJICO DE JOSEPH STIGLITZ
“Según parece, es mejor ser vaca en la Unión Europea que ser una persona pobre
en un país en ‘vía de desarrollo’ pues se calcula que la Unión Europea subvenciona
cada vaca con 2 euros al día, cantidad que coincide con el límite de pobreza fijado
por el Banco Mundial”.
Joseph Stiglitz.
PhD del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), investigador
Fulbright de la universidad de Cambridge, profesor de la universidad de
Columbia, Nobel de Economía 2001, líder de un grupo de expertos sobre
cambio climático, pionero de la denominada “Economía de la Información”,
consejero económico de la administración Clinton (1995-1997), economista
jefe y vicepresidente senior del Banco Mundial (1997-200), Joseph Stiglitz,
es “El hombre de todas las respuestas” en microeconomía, teoría monetaria
y comercio internacional.
“El Keynes del siglo XXI” preside el sanedrín de “los profetas del ocaso
neoliberal” junto a otros pensadores de la talla de Samir Amín, Noam
Chomsky, Gilles Lipovetsky, Andrés Oppenheimer, James Petras, Michel
Chossudovsky, Georges Soros y Nouriel Roubini quien presagió el crack
financiero USA de 2008. Stiglitz asegura que la crisis económica global que
vive el mundo lleva la etiqueta “Made in USA” (“Todos quieren imitar a
Estados Unidos. Yo les digo: tengan cuidado con lo que sueñan” (…). En ese
país el 95 % de la riqueza se concentra en el 1 % de la población”.
Intentaremos recoger, de manera sucinta y sencilla, a tono con su estilo
pedagógico, lo más excelso de sus enseñanzas proféticas. Ellas han constatado
y presagiado el fracaso económico, social y político del neoliberalismo y sus
planes, programas y proyectos aperturistas y globalizantes, al igual que las
encrucijadas y el incierto futuro macroeconómico y geopolítico de América
Latina.
Atraer inversión extranjera a cualquier costo sin medir impactos
“flexibilizando” regulaciones, sobrevaluando el flujo monetario, creando
385

Las voces de la Otredad
o perpetuando una dependencia exportadora de materias primas y no
generando políticas de empleo, seguridad social y desarrollo humano,
son estrategias que están siendo replanteadas. Las inversiones rentables y
duraderas en materia de infraestructura, servicios y movilidad son pura
demagogia (de los 10 megaproyectos del gobierno, 1 es real y cierto) sino
van acompañadas y tuteladas de políticas claras, sólidas y serias en materia
de inversión y productividad.
Hay que prever las consecuencias de un crecimiento económico basado en
commodities (negocios de materias primas). No hay que apostarle tanto a la
minería. Hay que tener cuidado con la “maldición” de tener muchos recursos
naturales. Un país con gran cantidad de recursos mineros debe darse cuenta
que si se dedica a sobreexplotar lo que tiene bajo tierra, se hace cada vez más
pobre. Es hora de ponerle toda la atención a la “enfermedad holandesa”.
Nuestro país ha vivido a lo largo de su historia reciente los efectos propios de
sus bonanzas (cafetera, minera, cocalera, marimbera, entre otras), la entrada
al país de divisas provenientes del narcotráfico, inversiones extranjeras y
del éxodo migratorio y la consecuente revaluación de su moneda, dineros
que debieron haberse invertido en el sector productivo y terciario de nuestra
economía en lugar de alimentar la corrupción y la politiquería, la frondosa
burocracia y los gastos de funcionamiento del aparato estatal y una cultura
derrochadora y consumista. Hoy, y a lo largo de una década inflacionaria,
pagaremos las consecuencias del desafuero, el chamboneo y la laxitud.
No hay políticas fiscales sólidas y coherentes que mantengan una tasa de
cambio estable. Los TLC no son biunívocos, siguen estimulado el cobro de
subsidios y aranceles y no han contribuido a mejorar la calidad de vida.
Muchos se interesan sólo por el crecimiento del PIB sin ocuparse en la
manera de zanjar las brechas entre ricos y pobres. Se debe diseñar una
fórmula que sea más completa que el Índice de Desarrollo Humano (IDH)
que incluya variables tales como ingreso, educación y esperanza de vida,
una visión integral del bienestar donde entren factores tales como medio
ambiente, sentido de la existencia y calidad de vida (ICAV).
Cuando la economía mundial ha entrado en crisis (1930-2008-2011),
también lo han hecho nuestras creencias. Las inveteradas ideas y costumbres
económicas, la imagen filantrópica de EE. UU., la idoneidad y eficiencia
de nuestros gobiernos de turno y la fuerza creativa de nuestros líderes han
386

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
entrado en caída libre. América Latina ha vivido durante los últimos 30
años en una burbuja macroeconómica pronta a estallar por culpa de errátiles
políticas aperturistas, inestabilidad financiera, mercados volátiles, gastos
guerreristas, Ineptitud política y gubernamental, corrupción administrativa
y mentirosos TLC.
El país está viviendo un proceso acelerado de desindustrialización. En
menos de dos años 4 empresas manufactureras se han marchado del país:
Mondelez (Chiclets Adams), Icollantas-Michelín, Bayer (Aspirina, Alka-
Seltzer), Compañía Colombiana Automotriz (CCA – Mazda), dejando
cesantes un total de 1.600 trabajadores. Según el Banco Mundial, Colombia
ocupa el puesto 146 que mide los atractivos propios de los diversos sistemas
tributarios (tarifas diferenciales y facilidades de pago). El éxodo industrial
y las políticas desestimulantes del gobierno hacia ese sector, han permitido
que el empleo industrial haya perdido importancia en los últimos 10 años y
su contribución al empleo total sea apenas del 13%.
Es en la eco-depredación, el saqueo de los recursos naturales y la poca
inversión en capitales humano y social tan necesarios para el desarrollo
de una nación exitosa, productiva, democrática y capaz de gobernarse a sí
misma, donde vamos a encontrar las causas del atraso. Es poco creíble que
Colombia haya crecido en materia económica y de seguridad cuando su tasa
de desempleo, principal generador de violencia, es una de las más altas en
América Latina. Colombia es líder en América Latina en inequidad y sus
índices sólo se equiparan a los africanos.
No existen políticas en materia de nivelación distributiva de oportunidades.
En Colombia no ha existido una verdadera reforma agraria con un real y eficaz
acceso a la tierra como medio de producción. La causa histórica de nuestro
“subdesarrollo” radica en nuestra centenaria dependencia neocolonial donde
nuestros gobernantes y políticos, ineptos y corruptos, son los albaceas de los
grupos (trans) nacionales que detentan el poder económico.
La industria minera debería ser una fuente para financiar programas que
garanticen equidad ciudadana. En la mayoría de países ricos en recursos
naturales hay mayores niveles de desigualdad. Colombia le apuesta a una
minería que siembra desarraigo y pobreza, no hace uso ecoeficiente de sus
recursos energéticos y no previene el inminente e irreparable daño socioambiental.
387

Las voces de la Otredad
Uno de los temas más cruciales de la economía social es el medio ambiente
y la búsqueda de la ecoeficiencia. Apenas se registra un turista en un hotel de
una de las grandes ciudades Chinas, le entregan un tapa-bocas (de los tres días
que estuvo Stiglitz allí, en dos le advirtieron que debido a la contaminación
era preferible que no saliera a la calle). Las inversiones que se hacen para
explotar los recursos que están en el subsuelo deberían ser utilizadas mejor en
lo que está por encima de la tierra, es decir en las personas, en infraestructura
y en tecnología. El crecimiento del país en los últimos años se debe a la
extracción de recursos naturales, todo ello a un elevado costo.
El éxito y bienestar económico de un país no se mide observando
contemplativamente el PIB (la suma de todo lo que produce) y la firma de
un TLC como una milagrosa fórmula de solución a su gravoso desastre
económico. La inequidad es contraria a la eficiencia por el desperdicio del
factor productivo más importante de cualquier nación: su gente. El gasto
público es clientelista, burocrático y guerrerista y no está orientado hacia la
generación de empleo. No hay promoción y estímulo del ahorro. La gente
pobre no puede acceder a la educación ni al empleo lo que genera un círculo
vicioso de pobreza: no tienen trabajo y al no tener ingresos, se instalan en
áreas pobres y se quedan allí.
Muchos dirigentes políticos y grandes empresarios, bien instruidos, pierden
el rumbo y el andar cuando llegan al poder. Muchas de las desigualdades
que se viven en Colombia se han gestado bajo la mirada atenta de un grupo
de tecnócratas educados en las mejores universidades del mundo que ponen
los medios por encima de los fines. Los sistemas educativos instruyen pero
no educan. Las escuelas enseñan el qué y el cómo pero no el para qué.
Las competencias en materia de educación e investigación en ciencia y
tecnología, son anacrónicas y disfuncionales. Hay que luchar por la calidad
de la educación. La coberturitis no asegura calidad educativa.
Una frase podría sintetizar la cátedra magistral y predictiva de Economía
Social expuesta en sus obras “El malestar de la globalización” (2002), “El
precio de la desigualdad” (2012) y “Caída libre” (2010):
“Un sistema económico tarde que temprano se vuelve disfuncional y entra
en crisis cuando las ganancias privadas son inversamente proporcionales a la
rentabilidad social”.
388

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Nuestras ciudades han sucumbido económica y socio-ambientalmente. Son
ellas el escenario de los debates más importantes que tiene hoy día el mundo
globalizado, uno de ellos es la lucha por la supervivencia. Las ciudades
colombianas están viviendo un proceso de concentración demográfica y
urbanización desenfrenada.
Stiglitz concluye afirmando que hay pueblos que sobrellevan con dificultad
la pobreza, pero no toleran la desigualdad. El inconformismo generado
por la injusticia y la inequidad se refleja en violencia, falta de solidaridad
y cooperación, elementos sin los cuales es imposible hablar de calidad de
vida… Es muy poca la luz que se logra ver al final del túnel.
Algunos pensadores contemporáneos (Samir Amín, Noam Chomsky, Gilles
Lipovetsky, Joseph Stiglitz, Andrés Oppenheimer, Eduardo Sarmiento, James
Petras, Michel Chossudovsky, entre otros), creen que América Latina ha vivido
durante los últimos 30 años en una burbuja macroeconómica pronta a estallar por
culpa de errátiles políticas aperturistas, inestabilidad financiera, mercados volátiles,
gastos guerreristas, corrupción administrativa y mentirosos TLCs.
Impulsados por los organismos multilaterales (IFI, FMI, BM) y tras el señuelo
modernizador: neotecnologías, salarios y nivel de vida altos, apertura y
desregulación de mercados, sostenibilidad y eficiencia, irrumpieron en América
Latina los 10 mandamientos del Consenso de Washington con sus sofismas de
calidad, eficacia, emprenderismo y competitividad, espejismos del nuevo siglo que
terminaron debilitando el aparato productivo nacional. La crisis estructural no se
hizo esperar: boom del gasto público y privado, endeudamiento externo, colapso
del ahorro interno, deterioro de la balanza de pagos, sobrevaloración de la tasa de
cambio y aparente debilitamiento del voraz sistema financiero.
389

Las voces de la Otredad
C. MEDITACIONES SOCIO-POLÍTICAS
Se trata de interpretar esa relación semiótica, seductora y codependiente entre
comunicación y poder. El mundo de la publicidad y del marketing político
ha evolucionado de una manera inusitada hasta el punto de concederle a
una frase un valor trascendental y casi determinante a la hora de vender
un candidato, un movimiento o una propuesta coyuntural o programática,
en una contienda electoral aún y a sabiendas de que “la política, como la
esfinge de la fábula, devora a cuantos no adivinan sus enigmas” (Antoine de
Rivarol).
Las reflexiones del escritor francés Jean-Marie Domenach (1950) sobre la
publicidad hitleriana financiada por el cártel alemán del acero del cual eran
socios los abuelos de los Bush y los Kennedy, ilustran muy bien lo anterior:
los emblemas nazistas habían obnubilado la conciencia de los alemanes
hasta convertirlos en autómatas. “Es a través de la propaganda -confesaba
el fhürer en una célebre entrevista-, que logramos conservar el poder y ella
nos dará la posibilidad de conquistar el mundo… El hombre moderno está
asombrosamente dispuesto a creer. Sus actos son determinados mucho más
por la impresión sensorial que por la reflexión”.
Hitler y Goebbels vieron al individuo como un ser débil y moldeable, un
adepto potencial que era posible controlar y manipular mediante una
maquinaria publicitaria convertida en arma política efectiva y orientada
más al fetichismo de las palabras y de la imagen que a la racionalidad de la
acción. Unas décadas antes se había patentizado esa relación entre masa y
partido, agitación ideológica y conciencia de clase con la llegada al poder del
politburó soviético; décadas más tarde, los desfiles maoístas de la revolución
cultural china rubricaban esa extraña simbiosis.
Parece que la historia se hubiera esculpido a base de consignas célebres, frases
que han jalonado el devenir socio-político de muchas naciones. Hace 80 años,
una célebre frase del pensador español Miguel de Unamuno (“Venceréis, pero
no convenceréis”) al igual que el “No pasarán” de “la Pasionaria” Dolores
Ibárruri, fueron convertidas en armas anti-electorales demoledoras que
quedaron grabadas con fuego en el imaginario colectivo europeo. Un slogan
político, según el criterio del publicista sefardí Luis Bassat (“El libro rojo de
390

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
la publicidad”), debe guardar observancia de los 10 mandamientos que lo
vuelven efectivo y garantizan su éxito escénico: corto, memorable, profundo,
brillante, simple, único, impactante, perdurable, creíble y relevante.
A través de una justa electoral entretejida por dimes, promesas, intrigas y
diretes, se establece un compromiso farsario entre electores y elegidos a
través del cual los políticos terminan haciendo justamente todo lo contrario
de lo que deberían haber hecho, todo ello con la complicidad de electores
amnésicos e indolentes. “Un político es un individuo que se dedica a desear
en voz alta aquello que jamás se esforzará en alcanzar”, se le escuchó decir al
escritor y humorista español Noel Clarasó. Pero también, muchas veces “las
elecciones son la venganza del ciudadano… la papeleta es un puñal de papel”
según lo afirmaba el político británico David Lloyd George, presagiando su
fracaso político en los años 30.
El verso del dramaturgo francés Pedro Corneille en su tragedia “Heracles”,
ilustra muy bien la incertidumbre política que invade a muchos de cara a
los comicios del 25 de octubre: “Adivina si puedes y elige si te atreves”.
“Votar es elegir nuestros próximos verdugos” fue el grafiti que acompañó
durante mucho tiempo el movimiento abstencionista. Una frase del filósofo
británico Jacob Rusell Lowell en su sátira “Los papeles Biglow” (1846) nos
sirve de colofón: “Ante una lista de candidatos se concluye que, felizmente,
sólo puede ser elegido uno”.
LA HOGUERA DE LAS VANIDADES
Nuestra veleidad forja toda clase de sentimientos y prejuicios y, con toda su
fuerza antivalórica, desata emociones que caldean nuestra fría y soberbia
racionalidad. Cuentan que sobre la tumba de Alejandro Magno aparecía
una inscripción: “Una tumba es suficiente para aquel a quien el universo no
bastaba”. Con qué arrogancia vivieron muchos y con qué humildad bajaron
391

Las voces de la Otredad
a sus fosas. El fastuoso templo de nuestra egolatría se erige sobre lo que
Gandhi llamó “los siete pecados capitales del mundo moderno”: riqueza sin
trabajo, comercio sin moral, conocimiento sin carácter, placer sin conciencia,
ciencia sin humanidad, política sin principios, creencia sin sacrificios.
Blas Pascal dejó en Ratisbona (1662) el siguiente epitafio: “Medí la
inmensidad de los cielos y las sombras de la tierra, mi espíritu ascendía hasta
los dioses y ya lo ves, aquí reposan mis cenizas”. ¿De qué ha servido tanto
orgullo y vanidad? ¿Qué ha quedado de ello? “Polvo, cenizas… ¡nada!”. El
verso final de un “poema bárbaro” del vate francés Leconte de Lisle (1862),
sentenciaba: “la hierba del olvido esconde pronto sobre la tumba / la vanidad
que no deja de crecer”. El sultán Saladino, héroe musulmán de la Tercera
Cruzada y conquistador de Jerusalén, encomendó a su pregonero en 1193
una curiosa misión consistente en salir por los pueblos y caminos con un
lienzo blanco en la punta de una lanza y recitando su postrer mensaje: “El
señor de toda Asia, de cuantos reinos y riquezas adquirió en vida, no se lleva
a la tumba más que esta mortaja”.
Éste fue, quizás, el artículo mortis de Steve Jobs: “Recordar que pronto
estaré muerto me ha ayudado a tomar grandes decisiones en mi vida… Casi
todo -prejuicios, soberbia, temor al fracaso o a la vergüenza- simplemente
desaparece cuando ves de cara a la muerte. Sólo queda lo verdaderamente
importante. Recordar que vas a morir evitará que caigas en la trampa de
pensar que tienes algo que perder. Ya estás indefenso… Así que no hay razón
alguna para no seguir a tu corazón”. Muchos nos hemos preguntado qué
habría pasado si hace algunos años nos hubiésemos podido observar tal como
somos ahora, ¿qué hubiéramos pensado de nosotros mismos? ¿Habríamos
dejado de acercarnos a ese otro yo por horror o timidez, o simplemente por
no perder el tiempo con alguien tan insignificante, vanidoso y egoísta?
El mundo es como somos: simple o complicado, sencillo o ampuloso…
porque indefectiblemente, nosotros somos el mundo. Colonizamos con fatua
ufanía lo que pírricamente hemos conquistado y luego, todo aquello que
supuestamente consideramos nuestro reino, cansado de nuestro veleidoso
yugo, se rebela y lucha por independizarse de nosotros. Los indios sioux
enseñaban a sus hijos que restregarse el pecho con alas de mariposa les
permitiría correr con la rapidez del antílope. Cualquier muchacho que
cogiera una docena de lepidópteros sin ayuda de una red, se convertiría,
392

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
gracias a esta lección de paciencia y humildad, en un gran corredor antes de
que se acabase el estío.
Para complacencia de muchos pirómanos e iconoclastas y tristeza suma
de aquellos oficiantes y preceptores del orgullo fatuo, pasadas las justas
electorales del 25 de octubre, después de las 6 de la tarde y desde los altivos
torreones de la conciencia colectiva, se observa una gran hoguera que
comenzó a flamear y consumir las estultas arrogancias de muchos aspirantes
a cargos de elección popular y forofos ahora contritos y confusos, vanidades
ajenas que reflejan, hieren e incomodan las propias.
EL ARTE DE LA SEDUCCIÓN POLÍTICA
El término proviene del latín “seductio” que tiene una rara movilidad
semántica (apartar y atraer). El vocablo francés se refiere al fraude y al
abuso; el español alude al “engaño con arte y maña”. Algunos pensadores
lo definen como el acto de persuadir con el fin de modificar una opinión o
hacer adoptar un determinado comportamiento. Ya se ha escrito suficiente
en lo referente a lances y escarceos amorosos: Ovidio, Tirso de Molina,
Moliere, Lord Byron, José de Espronceda, José Zorrilla, Azorín, Alejandro
Dumas, Edmond Rostand y Soren Kierkegaard, entre otros. Nos vamos a
referir específicamente al arte de la seducción política.
Arte de lo mudable, relativo y contingente… Lo que nos es posible, es falso…
Vale más prometer que dar porque la esperanza obliga más que la gratitud…
Tan aventurado es creer en un candidato por su programa como juzgar un
libro por su prólogo, son algunas definiciones y aforismos decimonónicos.
Lincoln sostenía que la habilidad de un político consiste en inducir a votar por
una causa que, aun sabiéndose falsa, la hace pasar por justa, para combatir
más tarde sus consecuencias. “El lenguaje político está diseñado para hacer
que las mentiras suenen verdaderas y dar una apariencia de consistencia al
puro viento”, afirmaba el escritor británico George Orwell.
393

Las voces de la Otredad
Se cuenta cómo Napoleón creó todo un dispositivo mediático (“Le Courrier
de l´armée d´Italie”) coordinado por el general Boulanger quien advierte:
“Está en todos lados, Él lo ve todo; es el enviado de la Gran Nación”. Cuando
la reina Victoria le pregunta al político británico Benjamin Disraeli el misterio
de su fabuloso éxito, él responde: “No me niego nunca, no contradigo
jamás y olvido algunas veces”. Curiosamente, en otro momento sostiene:
“El mundo está harto de estadistas a quienes la democracia ha degradado
convirtiéndolos en políticos”. Según Teodoro Roosevelt, el primer presidente
mediático de la historia norteamericana, había que seducir primero a los
medios de comunicación “ya que es aprendiendo a usarlos cómo se logra
construir una sólida y durable popularidad”.
El texto del sociólogo francés Gustavo Le Bon (“De la psicología de las
masas”, 1895), clásico que inspiró a Hitler y Musollini, habla de la relación
existente entre un líder y su grey: en un acto febril e irracional, ésta “pierde
su libre albedrío” y se abandona a un mundo imaginario donde se obnubila
su conciencia crítica “y reina la más estúpida credulidad”. Aquí el discurso,
mezcla de opiniones simplistas e imágenes evocadoras, espejo que sólo refleja
mezquinos intereses, se impone más por las esperanzas que engendra que
por los razonamientos que invoca. Éstos se proyectan hacia “aquella región
inconsciente donde nacen las emociones que generan los pensamientos”.
Quien seduce “gusta por su persona mucho más que por sus palabras”,
concluye.
Los textos freudianos de “Psicología colectiva”(1921); “La rebelión de las
masas” (1929) del filósofo español José Ortega y Gasset; “El miedo a la
libertad” (1941) del psicólogo social alemán Erich Fromm; “Las 48 leyes del
poder” (1998), del escritor estadounidense Robert Greene, libro basado en
“El príncipe” de Maquiavelo; “Una historia de seducción política” (2011)
y “Armas de seducción masiva” (2013) del historiador francés Christian
Delporte, son nuestros compañeros de viaje por los sinuosos caminos de la
seducción política.
Golda Meir, Margaret Thatcher, Eva Perón, Benazir Bhuto, Corazón
Aquino y Angela Merkel; Francisco Franco, José Stalin, Leonid Brezhnev,
los Roosevelt, Charles de Gaulle, John F. Kennedy, el clan Gandhi, Idi Amín,
Mao Tse Tung, Fidel Castro, Mijail Gobarchov, Francois Miterrand, Jasser
Arafat, Nicolás Sarkozy, Nelson Mandela, Muamar el Gadafi, Hugo Chaves,
394

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Nicolás Putin, el Dalai Lama y Barack Obama, son algunas figuras icónicas
que le apostaron al mundo delirante y fantasmagórico de la celebridad y a las
trapisondas propias de la política como espectáculo voyerista.
Con un poco de pesadumbre e incredulidad recorremos los apotegmas
de Robert Greene (“Las 48 leyes del poder” y “El arte de la seducción”)
e intentamos delinear la escabrosa orogenia política de nuestros días. Los
insultos, intrigas y agresiones de toda clase llenan con su desenfrenada
y claroscura absurdidad, el vacío y la nimiedad propositiva de líderes,
plataformas, foros y programas. Van tomando cuerpo y forma los axiomas
de este psicólogo estadounidense de origen judío quien devela con sus sutiles
ironías, el banal y oropélico mundo de la pasarela, el glamour y el cotilleo
electoreros.
Impresionar, complacer, fingir, adular; ser flexible, ambivalente, amorfo,
misterioso e impredecible; combinar la hipocresía, el temor y la avaricia con
la sinceridad, la audacia y la generosidad; manejar el arte de la intriga, la
ubicuidad y oblicuidad; mantener la confusión, controlar el disenso, dividir
y reinar; desconcertar (“si no los logras convencer, confúndelos”); llamar la
atención, huir del anonimato sin perder el “sin-sentido común”; entusiasmar
apelando al egoísmo más que a la compasión y la gratitud; mostrarse como
amigo para espiar los pasos del otro; saber cuándo alejarse (“la escasez de un
recurso incrementa su valor”)…
Convertir la capitulación y las alianzas en instrumentos de poder; confundir
la genialidad con el esfuerzo y la perseverancia; encandilar con el fuego
fatuo de la imaginería y el fetichismo; ser excéntrico, patético, hiperbólico
y dramático; dar testimonio ejemplar de higiene, eficiencia y corrección;
aparentar solvencia, veteranía y sobradez (“lo que no se ve, no cuenta”),
sin olvidar la exageración gestual, la espectacularidad, el aparente dominio
y la grandilocuencia; dejar las “mañas” para los asistentes y los gerentes
de campaña; jugar con las fantasías y las expectativas de la gente (ser “un
encantador de serpientes”); convertirse en un ser mesiánico en quien hay que
creer, tener fe, obedecer y hacer sacrificios…
Menospreciar lo que no se pueda obtener; desterrar y “eliminar” críticos
y detractores (“al morir el perro se acaba la rabia”); manipular principios,
valores, sentimientos y emociones; fingir ser un liberal muy conservador (“la
395

Las voces de la Otredad
necesidad del cambio es hija de la costumbre”); reconocer defectos y admitir
vicios inofensivos que lo conviertan en un mortal más y lo alejen del acecho
silencioso del escrúpulo y del enemigo envidioso; usar espejos refractarios
para que sean los demás los que juzguen las debilidades del otro; desorientar
(“sacar de casillas”) al rival mientras se conserva la calma (“hay que revolver
las aguas para asegurarse de una buena pesca”).
Lejos de la mirada reciente de un despistado consultor, algunos observadores
sostienen que las campañas políticas actuales no producen ideas, sólo
estupor e hilaridad. La mórbida apatía del potencial elector produce en
éste, una sensación de insoportable levedad y obliga a otros a refugiarse en
las cómodas, sabias e iconoclastas enseñanzas que deja la historia de las
ideas políticas. Wilhelm Röpke, economista social alemán cuestionaba la
demagogia política y seductora de su tiempo y advertía sobre el precio que
todos habrían de pagar al final. Por esos mismos días, el estadista español
Antonio Maura afirmaba que “La memoria es una prófuga de la política”
y el escritor francés occitano Frédéric Mistral, concluía que “el que quiera
reinar debe gustar”.
El político, debe pues, imperiosamente, construir una relación afectiva, esa
extraña mezcla de seducción y encantamiento; debe convencer al elector
de que su futuro depende de él y protocolizar así, un encuentro sugestivo y
suspicaz que les permita convivir a ambos en el sutil reino de las apariencias.
Al final del cuento, mientras unos celebran victorias pírricas, otros se
lamentan de sus costosos fracasos y dan explicaciones innecesarias, por
enésima vez un grupo de ciudadanos, desde el territorio irredento del exilio
y el absurdo políticos, festeja el triunfo sempiterno e indiscutible del voto de
opinión expresado a través de un controversial abstencionismo.
“La libertad política es la condición previa del desarrollo económico y del cambio
social”.
John Fitzgerald Kennedy, expresidente de los EE. UU.
POR LA CONSTRUCCIÓN DE UN NUEVO PARADIGMA
POLÍTICO Y CULTURAL… ¡ADELANTE!
396

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
D. FARENHEIT 451
Hace 20 años, en París, la Unesco señaló el 23 de abril como el Día
Internacional del Libro, fecha que coincide con el fallecimiento de Cervantes,
Shakespeare y el inca Garcilaso de la Vega. Llámese “día del idioma” o “el
día de las palabras”, la ocasión es propicia para recordar uno de los libros
más controvertidos, escrito a mediados del siglo XX.
Recordamos a Rad Bradbury y su “Fahrenheit 451” (temperatura a la que
arden los libros equivalente a 233º C), “narración futurista indeseable” como
se define esta novela distópica publicada en 1953. El escritor estadounidense
conmemoraba con su obra los 20 años del bibliocausto nazi de1933. 5.500
autores judíos y más de 25.000 libros ardieron en hogueras improvisadas a
lo largo y ancho de Alemania.
Por orden de Hitler y Goebbels, hordas estudiantiles de las universidades de
Berlín, Colonia y Humboldt y en varias ciudades (Bonn, Frankfurt, Bremen
y Hannover), quemaban las obras de Marcel Proust, H. G. Wells, Jack
London, Thomas Mann y otros. Miles de libros eran consumidos por “el
fuego purificador”. “Contra la decadencia moral”, “A favor de la disciplina,
la decencia y la nobleza del alma humana”, eran algunas consignas de los
núbiles y febriles revoltosos. Goebbels los arengaba así:
“la juventud alemana ha reestablecido nuestro sistema legal y ha devuelto
la normalidad a nuestra vida (…). Ustedes entregan a las llamas el espíritu
diabólico del pasado (…). Los nuevos tiempos renacen de ellas y queman
nuestros corazones”.
La historia de Montag, un bombero encargado de quemar textos por orden
del gobierno, también se convierte en un recurso literario del novelista para
hacer una ácida crítica a la censura del Macarthismo (1950-56), uno de los
pasajes más oscuros de la historia gringa. Allí fueron “clasificados” como
“peligrosos” más de 30 mil títulos. Los esposos Rosenberg, Bertold Brecht,
Thomas Mann, Sigmund Freud, Charles Chaplin, Elia Kazán, Humphrey
Bogart y Walt Disney, fueron algunas de sus víctimas, además de Arthur
Miller cuya novela “las Brujas de Salem” fue otro referente crítico de la
época.
397

Las voces de la Otredad
Un sinnúmero de bibliocastas o destructores de libros forman parte de
esta historia negra: Akhenatón, Nabonasar, Chi Huang Ti, el califa Omar,
Teodosio, Valentiniano, el papa Pablo IV, Fray Domingo de Guzman, el
cardenal Cisneros y el Arzobispo Zumarraga que mandó a quemar los
códices mayas y aztecas calificados como “paganos”. Entre las víctimas
del fanatismo están Confucio, Homero, Hesíodo, Protágoras, Gorgias y
Platón. En el “Indice de Libros Prohibidos” por la Iglesia Católica, creado
en el siglo XVI, aparecían, además de Cervantes cuya obra fue censurada en
1570, Voltaire, Daniel Defoe, Copérnico, Balzac, el viejo Darwin y su teoría
evolucionista y el jesuita Theilard de Chardin.
La edición publicada en 1948 aún contenía 4.000 títulos censurados por
herejía o por su dudosa moralidad. El 14 de junio de 1966, la Congregación
para la Doctrina de la que dispuso que tanto el Índice como las penas de
excomunión que estaban indicadas en el mismo ya no estaban vigentes.
En la actualidad, el título IV del Código de Derecho Canónico de la Iglesia
católica, referido a los instrumentos de comunicación social y especialmente
a los libros, establece en sus cánones 831 y 832 que “sin causa justa y
razonable, no escriban nada los fieles en periódicos, folletos o revistas que
de modo manifiesto suelen atacar a la religión católica y que “los miembros
de institutos religiosos necesitan licencia de su Superior mayor (…) para
publicar escritos que se refieran a cuestiones de religión o costumbres.”
Además de la biblioteca de Alejandría y la de Constantinopla, quemadas dos
veces, ardieron presas de un irracional furor bélico, la Biblioteca de Dresde
en Alemania, bombardeada en la Segunda Guerra Mundial, la Biblioteca
Nacional de Bosnia y Herzegovina en Sarajevo (1992) por órdenes del
general serbio Ratko Mladic y la Biblioteca Nacional de Iraq (2003) por
tropas estadounidenses y británicas.
”Los versos satánicos” de Salman Rushdie y “Persépolis”, un comic
autobiográfico de Marjane Satrapi están prohibidos en Irán desde la época
del Ayatolá Khomeini. “El Código Da Vinci” está proscrito en el Líbano;
Los libros de Harry Potter de la escritora J K Rowling están condenados
en Arabia Saudita por “diábolicos”; “la rebelión en la granja” de George
Orwell fue prohibido en Cuba y Checoslovaquia y los textos de Guillermo
Cabrera Infante y Reinaldo Arenas fueron considerados “un peligro social”
en la isla.
398

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
En la URSS trabajaba un ejército de 70 censores que prohibieron obras tales
como “lo que el viento se llevó”, “Doctor Zhivago” y las obras de Orwell y
Kafka. El régimen estalinista consideró la obra kafkiana una bisutería y así
se lo hizo saber a los lectores en la biblioteca municipal de Praga, la patria
del autor. Las purgas y la quema de libros y de música clásica “de ideología
burguesa” durante la revolución cultural China (1949-1956) no se hicieron
esperar.
Allí, aún es sospechoso el ingreso de más de 5 biblias o la lectura del poemario
del Nobel de Paz Liu Xiabobo (”Elegías del 4 de junio”) consagrado a las
protestas de 4 de junio de 1989 (el autor sigue en la cárcel). En 1976 los
jemeres rojos colocaron un letrero en la entrada de la Biblioteca Nacional de
Camboya: “No hay libros. El Gobierno del Pueblo ha triunfado”. En la cárcel
de Guantánamo estaba prohibido el ingreso de las novelas de Dostoievsky y
“Archipiélago Gulags” de Solzhenitsyn.
En Chile, una de las primeras acciones del dictador Augusto Pinochet en 1973,
fue mandar a guillotinar miles de libros de la editorial Quimantú que había
fundado Salvador Allende. La sede del partido socialista fue derrumbada a
cañonazos y quemados todos sus impresos. Luego en el conjunto residencial
San Borja, una hoguera se prendió con miles de libros de supuesta orientación
marxista. Esto obligó al cronista uruguayo Carlos Rama, testigo presencial
del bibliocausto a preguntarse: “¿Estaremos condenados a otros cien años de
barbarie analfabeta?
Entre 1976 y 1980, la dictadura argentina mandó a quemar toda “la
documentación perniciosa que afecta al intelecto y nuestra manera de ser
cristiana”. En 1976, en la universidad de Córdoba ardió “El Principito” de
Antoine Saint-Exupéry por considerarlo “enemigo del alma argentina”. El
escritor Mempo Giardenelli narró así la “quema de Sarandi” en Buenos
Aires del 26 de junio de 1980:
“Día frío y gris, pero no llueve (…) Entran y salen camiones cargados de
libros. Son veinticuatro toneladas de libros (millón y medio). En silencio,
suboficiales, soldados y policías vacían lentamente el depósito bajo las
escrutadoras severas miradas de oficiales del Ejército Argentino, algunos
muy jóvenes (…). “De esta manera se quemaban años de saber, de cultura,
de investigaciones, de sueños y ficciones y poesías. Y se quemó una parte
399

Las voces de la Otredad
esencial de la Argentina más hermosa, incinerada por la Argentina más
horrenda y criminal”.
En el mismo momento en que las tenebrosas dictaduras bajo la doctrina de
la Seguridad Nacional quemaban libros en Chile y Argentina, en Colombia
acontecía un hecho similar en el año de 1978. El 13 de mayo en la ciudad
de Bucaramanga fueron calcinados en plaza pública libros y revistas, que
eran catalogados por los organizadores de la acción inquisitorial como un
desagravio a la “siempre virgen María”.
A esa hoguera bibliográfica se presentaban a sí mismos como cruzados
medievales que con las llamas, atizadas con los libros, iban a purificar los
espíritus de la población bumanguesa. Para invitar al inquisitorial evento se
difundieron volantes, que fueron pegados en sitios estratégicos de la ciudad,
que portaban la firma de la Sociedad de San Pio X, entidad que estaba
conectada con la tenebrosa Tradición, Familia y Propiedad.
En la antigua plaza de la Ópera de Berlín, hay una placa con una cita
premonitoria del poeta judío Heinrich Heine (1797-1856), cuya obra ardió
en el bibliocausto nazi: “Ahí donde queman libros, acaban quemando
hombres”.
“[…] el fuego destruye todo, libros incluidos, pero nunca puede destruir los
sentimientos, el saber y la Memoria”.
Mempo Giardinelli, escritor argentino.
Un filósofo francés definía la intolerancia como “la negativa a soportar las
diferencias y la consecuente voluntad de eliminarlas”. El intolerante es alguien
que rechaza con hostilidad a quienes por razones culturales -el comportamiento,
la religión, la ideología- no comparten sus actitudes, creencias u opiniones.
Convencido de que el error no tiene derechos, el intolerante no cree ni el diálogo ni
en el pluralismo, pues uno y otro son para él transigencia y debilidad. Esta cerrazón
espiritual lo conduce, tarde o temprano, a valerse de la fuerza ilícita en el empeño de
lograr la uniformidad y la unanimidad.
400

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
La intolerancia no se extinguió con las llamas que abrasaron al último hereje
quemado en la hoguera. En pleno siglo XXI, millones de personas siguen siendo
víctimas de estados totalitarios y de otros regímenes de fuerza que emplean la
violencia contra quien se convierte en culpable de disentir o diferir. A la vieja
intolerancia engendrada por el odio teológico se ha sumado, en nuestro tiempo,
la intolerancia de los que sacralizan ciertas categorías políticas, ideológicas,
culturales y jurídicas. Ahora los intolerantes matan, torturan y eliminan real o
simbólicamente, no sólo en nombre de un falso integrismo religioso, o disímiles
posturas etnocentristas, sino también invocando la necesidad “natural” del conflicto
bélico o las exigencias de un mal llamado “orden público”.
El mundo necesita la entronización de una cultura de la tolerancia como un tajante
imperativo de los nuevos y dramáticos tiempos..
“El fuego destruye todo, libros incluidos, pero nunca puede destruir los sentimientos,
el saber y la Memoria”.
El economista y Premio Nobel estadounidense Joseph Stiglitz, en un artículo
publicado el 7 de julio de 2008 habla del fin del Neoliberalismo. Después de
constatar el fracaso económico, social y político del neoliberalismo, Stiglitz afirma
que Eel fundamentalismo de mercado neoliberal “siempre ha sido una doctrina
política que sirve a determinados intereses. Nunca ha estado respaldado por la teoría
económica. Y, como debería haber quedado claro, tampoco está respaldado por la
experiencia histórica”.
Los pueblos latinoamericanos -sumidos en el escepticismo-, han percibido al Estado
como un odioso y cruel leviatán, ilegítimo e ingobernable, generador de agudos e
irresolutos conflictos sociales. Los altos guarismos de violencia, pobreza, injusticia,
exclusión, clientelismo y desigualdad y las luchas indígeno-campesinas como las
que libran el CRIC en Colombia, los tupi-guaraníes en la región del Gran Chaco
y los mapuches chileno- argentinos, patentizan el malestar social. Testimonios
magros y execrables desmienten y contradicen una supuesta prosperidad preconizada
por Mercosur: favelas brasileñas, barracones peruanos, chacaritas paraguayas,
tugurios colombianos, ranchos venezolanos, cantegriles uruguayos, villas argentinas,
callampas chilenas.
401

Las voces de la Otredad
E. LOS PÁJAROS DE HIROSHIMA
En una lúgubre liturgia multinacional, los peregrinos se congregan ante el
ronco llamado del gong y el lúgubre tañer de las campanas en el parque
de la Paz de Hiroshima. Conmemoran el 70º aniversario del lanzamiento
genocida de la primera bomba nuclear, un lunes 6 de agosto de 1945
(8:15 a.m.). Hoy repasamos las grises imágenes que muestran la ciudad
desolada, ese fogonazo de 13 kilotones de TNT, una caldera hirviendo a una
temperatura de 1 millón de grados centígrados, un hongo de fuego de 274
metros de diámetro, una nube de humo de 12.000 metros de altura, lluvia
negra e intermitente de agua, tierra y hollín radioactivos, seres descabalados
y sedientos bebiendo desesperadamente el agua contaminada…
Decididos a releer las crónicas del cura jesuita Pedro Arrupe, testigo presencial
de la hecatombe, el reportaje del escritor estadounidense Charles Pellegrino
(“El último tren de Hiroshima”) y el soberbio guion de la escritora francocamboyana
Marguerite Duras (“Hiroshima mon amour”), acompañamos
virtualmente a Albert Einstein y Romain Rolland en su “credo humanista”,
sus mítines silenciosos y sus pancartas pacifistas y tarareamos la letra del
poeta rumano Eugene Jebeleanu al compás de la música de Horacio Guaraní
y ese estremecedor diálogo de dos pájaros sobre la polvorienta ciudad, en la
voz de la soprano argentina Gina María Hidalgo (1971): “Dónde están? /
¿Quiénes? / Los hombres / No sé. Mira copos de ceniza… / Han volado
todos... / ¿A dónde, a dónde? / No sé. Construyamos un nido. / Sí, un nido,
un nido. / Pero... ¿Dónde?”.
70 mil personas murieron en el acto… incontable la cifra de desaparecidos…
A finales de 1945 los muertos ascendían a 140.000… hoy día se habla de
300.000 víctimas. Cada año maldecimos la doble moral de aquellos científicos
de librea y gobernantes genocidas, gestores de esa pesadilla que no deja
dormir tranquila a la humanidad. “(…) nuestras mentes se nublaron tanto
que perdimos todo escrúpulo”, fue la patética frase de Otto Hahn (Nobel de
Química, 1944), padre de la fisión nuclear y promotor de la bomba de uranio
nazi, ridiculizado por su campaña antibélica y perseguido, a su vez, por los
mismos difusores del Proyecto Borodio (URSS) y Manhattan (USA), padres
del monstruoso engendro atómico.
402

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Ese país que denunciaba el horror de los campos de concentración nazi,
justificaba al mismo tiempo, a través de su presidente Harri S. Truman (16
horas después) el holocausto nuclear de Hiroshima y Nagasaki y profetizaba
su infernal poder geopolítico: “Si no aceptan nuestras condiciones pueden
esperar una lluvia de destrucción desde el aire como la que nunca se ha visto
en esta tierra”. Los sucesos de Iraq y Afaganistán no han dejado duda alguna.
Por esos días, el emperador Hirohito (“Showa”: “Ser de paz y armonía”),
colocaba una condición para firmar la rendición del Japón: no ser juzgado
en Núremberg por crímenes de lesa humanidad cometidos en la II Guerra
Mundial.
Hace poco se reveló el diálogo entre el primer ministro Eisaku Sato (Nobel de
la Paz 1974, coautor del estatuto antibelicista japonés de 1946) y el diabólico
Secretario de Defensa Robert McNamara (1965), estratega también del
genocidio de Vietnam, donde el pacifista nipón autorizaba el uso de su
territorio para que Estados Unidos lanzara un ataque nuclear contra China
que acababa de explotar su primera bomba atómica durante la candente
Guerra Fría.
¿Qué balbucearía Enrico Fermi en su agonía ese 28 de noviembre de 1954,
agobiado por las pesadumbres éticas del proyecto Manhattan y las bombas
atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki? La frase de Robert Lewis,
copiloto del Enola Gay que transportaba a “Little Boy”, la terrible bomba de
uranio, lo resume todo: “¡Dios mío! ¿Qué hemos hecho?”.
“Si algunas especies extraterrestres fueran recopilando la historia del homo sapiens,
ellos podrían dividir el calendario: AAN (antes de las armas nucleares) y EAN (la
era de las armas nucleares). Esta última era, por supuesto, se abrió el 6 de agosto de
1945, el primer día de la cuenta regresiva para lo que puede ser el final poco glorioso
de esta extraña especie, que alcanzó la inteligencia suficiente para descubrir los
medios eficaces para destruirse a sí misma”.
Noam Chomsky, filósofo y semiólogo estadounidense.
“Hemos aprendido de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki que la tragedia
forjada por las armas nucleares nunca debe repetirse y que la humanidad y las
armas nucleares no pueden coexistir”.
Daisaku Ikeda, filósofo japonés.
403

Las voces de la Otredad
LA GUERRA DE LOS DIEZ MIL DÍAS
Esta serie canadiense de 13 episodios relataba con crudeza los 30 años de
resistencia contra el oprobioso colonialismo francés (1945-1954) sobre el
sureste asiático. La toma de Saigón hace 40 años (30-04-75) y el Tratado
de París pondrían fin a esta cruenta guerra. 76 mil marines y cerca de 5
millones de vietnamitas fue la cifra de muertos y desaparecidos que dejó
esta contienda llamada “la Segunda Guerra de Indochina” o Guerra del
Vietnam, la más larga de la historia norteamericana (21 años) junto a la de
Afganistán.
Todo comenzó con el tratado de Ginebra (1954) que señaló la derrota
francesa, la división geopolítica de la península de Indochina (Laos,
Camboya y Vietnam) y la intervención norteamericana “indirecta” hasta
1964 cuando el falso “incidente” del golfo de Tonkín contra el destructor
Maddox desencadena la “solidaridad mundial” de 40 países “amigos”
y la descomunal escalada bélica (“Operación Rolling Thunder”) con el
desembarco de 100.000 marines que llegaron a sumar 1 millón durante el
transcurso de la guerra.
155.000 toneladas de bombas (500 kilos de explosivos por minuto) se
arrojaron sobre Vietnam del Norte, cifra mayor que la utilizada en la Segunda
Guerra Mundial. 1 millón de niños nacieron con deformaciones físicas como
consecuencia de 76 millones de litros de herbicidas y armas químicas como
napalm (el agente naranja), lanzados a lo largo del río Mekong (700 kms)
y sobre su delta (40.000 kms cuadrados), catástrofe ecológica y genética
sólo comparada con las sucedidas en Bhopal (1984), Chernobyl (1986) y
Fukushima (2011).
De este genocidio quedan algunas evocaciones: la figura patriarcal de Hô
Chí Ming, inspiradora de la resistencia del pueblo vietnamita; el movimiento
hippie y las canciones pacifistas de Joan Báez y Bob Dylan (“Blowin’ in
the mind”-“soplando en el viento”, 1963); las masivas protestas y la
represión universitaria; la objeción de conciencia del boxeador Mohamed
Alí (1966); las marchas lideradas por Martin Luther King y Abbie Hoffman;
las denuncias de Bertrand Russell y las crónicas antibelicistas de Norman
Mailer (1967); los disturbios de Chicago, los discursos de Robert Kennedy y
404

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
los ecos del Mayo Francés y Tlatelcoco (1968); el festival de Wodstock y las
movilizaciones estudiantiles que obligaron a Nixon al repliegue de las tropas
acantonadas en Vietnam (1969).
Después de los incidentes de Ohio y Wisconsin, el festival rock de Portland
y la muerte del periodista Rubén Salazar (1970), el movimiento antibélico
continuó. La foto de “la niña de Napalm” tomada por el reportero de guerra
Nick Ut en 1972, no solo acabó con el viejo axioma (“La fotografía no puede
cambiar la realidad, pero sí mostrarla”), también marcaría el comienzo del
fin…
Todo terminaría con la ruidosa celebración del fin de la Guerra en el Central
Park de Nueva York, el 18 de mayo de 1975. La banda musical “What a
Wonderful World”, interpretada por Louis Armstrong en la película “Buenos
días Vietnam” (1987) y “Apocalipsis now”, el tratado de violentología fílmica
de Oliver Stone, dejaron en el paladar de la conciencia mundial, el amargo
sabor de la guerra.
Martin Luther King y Hô Chí Ming no alcanzaron a ver el fin de la guerra
y la vergonzosa derrota estadounidense (uno fue asesinado en 1968 a sus 39
años en Menphis y el otro murió de tuberculosis en una cueva de Hanoi en
1969 a la edad de 79 años). Mientras que las palabras del “Tío Ho” alentaban
a los vietcong (“Vencido el agresor yanqui, construiremos un Vietnam diez
veces más hermoso”), las del pastor bautista le daban impulso recóndito al
movimiento pacifista de aquel entonces:
“(…) Hablo como un hijo de Dios y hermano de los que sufren en Vietnam.
Hablo por todos aquellos cuya tierra está siendo arrasada y sus casas y
su cultura destruidas. Hablo por los pobres de Estados Unidos que están
pagando el precio doble de sus esperanzas rotas por la muerte y la desolación
en Vietnam”.
Las palabras de Phan Thi Kim Phúc lo resumen todo: “el agua hierve a
100 grados Celsius, el napalm genera temperaturas de 800 a 1.200 grados
centígrados (…). Mi fotografía es un símbolo de la guerra, pero mi vida es
un símbolo de amor, esperanza y perdón”.
405

Las voces de la Otredad
Al regresar de la Guerra de Vietnam, un soldado telefoneó a sus padres desde San
Francisco:
“Mamá, Papá: Voy de regreso a casa, pero les tengo que pedir un favor. Traigo a un
amigo que me gustaría se quedara con nosotros”.
“Claro que sí -le contestaron llenos de alegría por su regreso., nos encantaría
conocerlo”.
“Pero hay algo que deben saber: Mi amigo fue gravemente herido en la guerra. Pisó
una mina antipersonal y perdió un brazo y una pierna. Sus padres no lo quieren. No
tiene donde ir y quiero que se venga a vivir con nosotros a casa”.
“Siento mucho el escuchar eso, hijo -dijo el Padre-, a lo mejor podemos encontrar un
lugar en donde él se pueda quedar”.
“No, mamá y papá, yo quiero que el viva con nosotros y que seamos su familia”,
replicó el hijo.
“Hijo,-insistió el padre-, tú no sabes lo que estas pidiendo. Una persona tan limitada
físicamente sería un gran peso para nosotros. Tenemos nuestras propias vidas y
afanes y no podríamos cuidarle adecuadamente. Yo pienso que estás demasiado
afectado. Deberías de regresar a casa y olvidarte de él. Tú amigo encontrará una
manera en la que pueda vivir y defenderse solo. Además, él es responsabilidad del
gobierno y puede ingresar en un lugar para veteranos de guerra. Para eso pagamos
impuestos”.
Al oír esas palabras, el hijo colgó el teléfono. Los padres no volvieron a saber nada
de él. Unos días más tarde, recibieron una llamada telefónica de la policía de San
Francisco. Su hijo había muerto al caer de un edificio. La policía creía que era un
suicidio. Los padres, destrozados por la noticia, volaron a San Francisco y fueron
llevados a la morgue de la ciudad para que identificarlo. Con horror, descubrieron
que su hijo tan solo tenía un brazo y una pierna. El representante del ejército les
relató algo que el joven había querido mantener en secreto: había sufrido los efectos
de la explosión de una mina antipersonal.
406

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
Es necesario que nuestras conclusiones sean revisadas cuidadosamente y
con frecuencia y quizás haya que cambiarlas por otras de cuando en vez,
afirmaba Schiller.
Los principios son el territorio, los valores son los mapas. El mapa no es el
territorio. No puedes usar el mapa de una ciudad para transitar en otra.
Luis Augusto Pétiet hacía la siguiente analogía: Un hombre sin carácter es
como una nodriza sin leche, un soldado sin armas, un viajero sin fondos.
El asunto no está en aprender sino en desaprender. Las únicas cosas que vale
la pena son aquellas que se aprenden después de que creemos saberlo todo
Cicerón decía que nada había tan veloz como la calumnia: ninguna cosa
más fácil de lanzar, más fácil de aceptar, ni más rápida en extenderse.
La conducta no es producto de condiciones, condicionamientos o
circunstancias. La conducta es producto de una elección consciente.
“Cuando tu demonio te tenga a su cargo, no trates de pensar conscientemente.
Ve a la deriva, espera y obedece”, recomendaba Rudyard Kipling.
La falsedad llega a un punto en que ya no somos conscientes de pensar
justamente lo contrario de lo que decimos.
La felicidad es el fruto del deseo y la aptitud para sacrificar lo que queremos
ahora por lo que queremos finalmente.
Arthur Schopenhauer nos dice que los enemigos deben ser valorados por
nosotros como una amarga medicina,
Hay que abandonar la comodidad del campamento y adentrarse en una zona
nueva, boscosa y desconocida.
Cuando hablamos llenos de rabia, pronunciaremos el mejor de los discursos
que siempre lamentaremos.
407

Las voces de la Otredad
En las tentaciones hay que entrar y salir, como en las mareas, ir y venir. Es el
modo de gozar de las cosas.
Lo que ha sido creído por todos es tan relativo que tiene todas las
probabilidades de ser falso.
Hay que adiestrar la mente para que tome distancia respecto de su propio
programa y lo examine.
El desafío no consiste en administrar el tiempo sino en administrarnos a
nosotros mismos.
El recuerdo y la ensoñación son los únicos paraísos de los cuales no podemos
ser expulsados.
Los hábitos generan cohesión y orden y nos mantienen unidos al mundo que
hemos creado.
Lo mejor de la santidad son las tentaciones, afirmaba Ramón María del
Valle Inclán.
El débil siempre se refugia en su crueldad; el fuerte deja ver su espíritu
compasivo.
Los principios muchas veces no cambian, la comprensión que tenemos de
ellos sí.
Huimos de los problemas cuando nosotros mismos estamos inmersos en
ellos.
Ser pacientes con nosotros mismos es la mejor inversión que podemos hacer.
No nos molesta la crítica, siempre y cuando esté dirigida hacia los demás.
Tenemos problemas pero no son ellos los que no deben tener a nosotros.
La escalera debe estar bien ubicada y apoyada sobre la pared correcta.
Nuestra mayor incapacidad es la forma como los demás nos ven.
408

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
409

Las voces de la Otredad
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA
XI
Escribes en tu bitácora pedagógica los intensos avatares de tus travesías
y exhortas a tripulantes y aprendices de viaje a que enarbolen en su nao
las velas blancas para que la esperanza hondee sobre las trepidantes olas
como timonel que oriente el rumbo de su proa por la incierta oceanidad.
Repruebas el mal y a quienes lo fomentan, pero tu mayor condena recae
sobre los que pudiendo evitarlo y denunciarlo, lo contemplan y lo aceptan.
Eres consciente de que la indiferencia traiciona fines, principios e ideales
y que la soledad termina siendo el refugio de tu ser crítico, creativo y libre.
Desde el confín espiritual de tu exilio interior, disfrutas de tu edén perdido,
reconoces tus locos equívocos y desde la pedagogía trascendente del error,
presentificas tu pasado dándole forma a tu futuro deseado y compartido
que la experiencia caldea desde la bitácora ajironada de tu agitada brega.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
XII. PEDAGOGÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS
A. ANECDOFABULARIO EN BREVE
B. SEMBLANZA. INTIMIDADES DE UNA SEXAGENARIA.
SOBRE LOS DERECHOS HUMANOS
C. LA RESOLUCIÓN DEL CONFLICTO
D. HACIA UNA CULTURA DEL CONFLICTO
E. MANIFIESTO DEL NEGOCIADOR
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
ILUSTRACIÓN XII
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA XII
Un sujeto de derecho es aquel que es capaz de hacer uso de su libertad, reconoce sus
límites, acepta y trata de comprender el mundo de lo diverso y lo plural; practica
el respeto mutuo; Reconoce al otro como un ser legítimo en la diferencia y con
capacidad de autonomía. Esta posición crítica que le da sentido a la educación
en Derechos Humanos conlleva a replantearse la práctica docente y la institución
escolar. Implica hacer cambios profundos no sólo en el aspecto técnico, sino también,
en la cultura de la escuela, en su clima, en el currículo explícito y en el implícito; se
le da mayor énfasis a la distribución del poder dentro de la escuela y del aula y por
fuera de ellas; pone el currículo al servicio de la emancipación de los educandos, para
así lograr la autonomía moral, intelectual y política tanto de él como de su grupo
social.
La escuela debe convertirse en un agente transformador, de cambio, cambiar su rol de
entidad reproductora pro tempore del régimen económico - social imperante injusto,
inequitativo, oprobioso e inocuo. La educación en Derechos Humanos que plantea la
Pedagogía Crítica, entrega herramientas teóricas y busca alternativas que permitan
eliminar las injusticias sociales y las violaciones a los Derechos Humanos. Construye
alternativas críticas y creativas para desarrollar una sociedad fundada en la ética
participativa, en la que los sujetos se comprometen con el bien común y la justicia
social en donde el convivir se convierte en un quehacer a través del cual legitimamos
al otro como igual en la diferencia y en la coexistencia.
411

Las voces de la Otredad
XII. PEDAGOGÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS
A. ANECDOFABULARIO EN BREVE
El filósofo y médico alemán Albert Schweitzer es uno de esos personajes
que uno admira para siempre después de conocerlo. Fue un ser polifacético,
y se fue en 1913 al Africa a servir como médico con una entrega encomiable
y un amor incondicional. Se destacó como excelente organista y su labor
humanitaria en Gabón le mereció el Nóbel de la Paz en 1952. Alguna vez
dijo que “los años arrugan la piel, pero renunciar al entusiasmo arruga el
alma”. Y un entusiasmo desbordante fue lo que Schweitzer desplegó por
doquier en un ambiente hostil e insalubre. Dijo que todos ganamos cuando
seguimos una filosofía basada en la ‘reverencia por la vida’ y la tolerancia.
En 1924, regresó a Gabón, reconstruyó su hospital y lo equipó para cuidar
a miles de africanos, entre ellos unos 300 leprosos. Seres de su talla nos
recuerdan que sólo el amor llena la vida de significado y que estamos acá
para servir.
“Le ruego maestro que me instruya en la doctrina de la liberación”, le decía
de forma insistente el aprendiz al viejo sabio.
“¿Y quién te tiene atado?”, preguntó el venerable anciano.
“¡Nadie, ni nada me atan!”, contestó el discípulo con un aire de autosuficiencia.
“Entonces, ¿por qué y para qué buscas la liberación?”, preguntó de manera
concluyente el impasible maestro.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Era una lora que vivía en una jaula de oro en los alones de un palacio y
gritaba todo el día ¡libertad! ¡Libertad! Un día, un huésped le preguntó al
rey por qué no dejaba libre al ave y éste le respondió que se trataba de un
valioso regalo que le habían hecho. El visitante insatisfecho con la respuesta
y conmovido por las súplicas cantoras del animal, retornó sigiloso en horas
de la noche al salón real, abrió la puerta de la jaula y dejó que el ave volara
libre por los aires… Al otro día, sorprendido el forastero observó como la
lora estaba nuevamente en la jaula gritando ¡libertad! ¡Libertad!
Los comensales estaban sentados en torno a una mesa ricamente servida
con alimentos apetitosos y exquisitos. Pero algo curioso sucedía: todos los
viandantes lucían hambrientos y con un gesto demacrado. El motivo era
evidente: los cubiertos con los cuales se debían servir los alimentos eran
demasiado largos y al estirar el brazo nunca conseguían llevarse nada a la
boca. De pronto alguien les enseñó el secreto que cambiaría esos rostros
famélicos por semblantes alegres y saludables: con aquellos largos palillos
cada uno alimentaba al compañero que tenía enfrente.
Cuenta el periodista francés Jean Jacques Servan Schreiber, que Pan Kin,
el más grande poeta chino contemporáneo fue invitado a Francia por el
presidente Francois Miterrand para recibir una condecoración del gobierno.
“¿A conocer a quién? ¿A ver qué cosas interesantes? Usted comprenderá
-añadió el sabio octogenario disculpándose-, que yo me siento como un
hombre a quien sólo le quedan siete dólares en su haber… y no los quiere
malgastar en baratijas”.
413

Las voces de la Otredad
El escritor italiano Giovanni Papini escribió un cuento que intituló: “Ya no
quiero ser lo que soy”.
Allí narra la historia de un hombre que un día descubrió algo terrible: que no
podía dejar de ser él mismo. En uno de sus apartes dice:
“Se cambian de sitio los muebles, se cuelga con pequeños clavos un nuevo
cuadro, se añade una estantería de libros, un sillón más cómodo, una mesa
más ancha, pero la habitación es la misma, siempre, inexorablemente la
misma”.
Se cuenta que Demóstenes (380-320 A. C.), el rutilante abogado, político y
orador ateniense, sólo comparado con Cicerón a quien éste llamó “el orador
perfecto”; exaltado por los renacentistas; inspirador de los federalistas y
constitucionalistas norteamericanos y de los revolucionarios franceses;
reverenciado por Nietzsche y por George Clemenceau, quedó huérfano de
padre a los siete años y sus tutores administraron mal su herencia. Debido a
eso, ya de joven estuvo en los juzgados e, impresionado por la elocuencia de
un abogado, decidió dedicarse a la oratoria.
Era un sueño en apariencia irrealizable porque padecía dislexia, era
tartamudo y tenía poca voz. Su primer discurso a los veinte años, fue un
completo fracaso y las burlas del auditorio lo obligaron a interrumpirlo
sin poder terminar. Dicen que un anciano, al verlo sin ánimo, lo alentó
diciéndole “Practica y la paciencia te llevará el éxito”.
Se aplicó con fe y tenacidad y para remediar sus defectos en el habla, se
ponía una piedrecilla debajo de la lengua. Iba junto al mar y gritaba con
todas sus fuerzas, hasta que su voz se hacía oír clara y fuerte por encima
del rumor de las olas. Con una disciplina asombrosa ese niño huérfano y
tartamudo se convirtió en el más brillante orador griego y el más ardiente
defensor de la democracia ateniense amenazada por los ejércitos invasores
macedónicos.
414

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
B. SEMBLANZA
INTIMIDADES DE UNA SEXAGENARIA
La celebración de los 60 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos
ha generado fuertes controversias sobre su verdadero significado, importancia y
trascendencia histórico-sociales.
Se dice que la noche del 10 de diciembre de 1948 se alteró el orden social,
político y moral en el planeta con la firma de un Acuerdo suscrito entre 48
de los 56 países asociados. Las exigencias hechas por algunos gobiernos y las
presiones ejercidas por organizaciones comunitarias, religiosas y sociales que
rechazaban las flagrantes e inadmisibles violaciones a la dignidad humana
vividas en las dos guerra mundiales, obligaron a la firma de la “Declaración”,
palabra que fue intensamente discutida y sutilmente incorporada al argot
bienaventurado e inocuo de las grandes y buenas intenciones, por países
grandes y chicos, al interior de la siempre controvertida Naciones Unidas.
Se argumenta que la Declaración Universal, con sus 30 artículos, sentó la
bases políticas que legitimaron la crisis del Liberalismo, el surgimiento del
Neoliberalismo con su discurso autosuficiente, librecambista y globalizante;
fue instrumento y símbolo preludiante de un cambio que intentaba escuchar
sordamente las voces de los países dependientes, perdidas en los laberintos
geopolíticos del poder y justificar, de alguna forma, el desequilibrio de sus
balanzas comerciales y su deprimente vocación monoexportadora; inspiró
la reacción de cientos de Constituciones y tratados post-guerra y postcoloniales,
incluyendo las nuevas Cartas Nacionales de Alemania, Japón e
Italia.
También contribuyó, de alguna manera y a largo plazo, con el colapso de
algunos regímenes totalitarios, el fortalecimiento de reconocidas pseudodemocracias
y la lenta desaparición del Ku klus Kan americano y el apartheid
surafricano; ha sido una herramienta indispensable en materia de reingeniería
jurídica y transformación jurisprudencial y fue, a su vez, la leit motiv de
miles de organizaciones no gubernamentales y activistas de toda clase que,
resguardados en los principios y en el espíritu de la Declaración, denunciaron
el régimen represivo y oprobioso de algunos gobiernos dictatoriales en
415

Las voces de la Otredad
países donde se comprometía de manera cruenta y dramática el ejercicio
cotidiano de los derechos humanos.
Por primera vez, gobernantes de cientos de países, muchos de ellos
sumidos en un acto cínico de autocrítica y contrición, aceptaban que las
causas comunes, eficientes y finales de los conflictos armados estaban en la
pobreza, la injusticia y la discriminación; se comprometían con el respeto
y salvaguarda de las libertades individuales; entendían, de manera expresa,
que una sociedad civil sana y estable depende del respeto al Derecho y del
imperio de la Ley.
Se reconocían, además, la existencia de un vínculo indisoluble entre el
ejercicio consciente de la libertad y las oportunidades económico-sociales
de individuos y comunidades en los distintos hemisferios del globo. Hoy
día, las naciones poderosas representadas a través de sus grupos de interés y
algunos países de los mal llamados “subdesarrollados” y “tercermundistas”,
gobernados por caudillos neofascistas, han descontextualizado su espíritu
discursivo y fragmentado su visión holística y sistémica del desarrollo
humano de una manera indolente y oportunista.
Es relevante en esta Declaración la atención puesta a los “pequeños lugares”
y “las pequeñas cosas” en donde y a través de las cuales –según sus autores-,
las personas aprehenden el ejercicio responsable y comprometido de sus
derechos y obligaciones: la familia, la escuela, el trabajo, la Iglesia, la
comunidad local y otros grupos y escenarios de encuentro. “Estas pequeñas
escuelas del carácter y la integridad, junto con el imperio de la ley, las
libertades políticas, la seguridad social y la cooperación internacional,
forman parte de la vigorosa ecología de la libertad”, argumentaba uno de
ellos…
Son elementos armónicos de esa maravillosa sinfonía cuya partitura está
descrita en dicha Declaración. Sus más sublimes movimientos muestran
los pliegues y repliegues de la condición humana y sus antínómicas
manifestaciones: esperanzas y temores; amores y odios; verdades y
mentiras; lealtades y traiciones; solidaridades y egoísmos. La celebración
de fecha reciente, hizo un reconocimiento a otras personas diferentes de
Eleanora Roosevelt que durante todos estos años recibió de manera injusta
e inmerecida además del título nobiliario de “primera dama del mundo”,
416

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
el honroso calificativo de ser la gestora y/o determinadora del célebre
manifiesto declarativo.
Nadie niega el papel decisivo que jugó en aspectos diplomáticos y políticos
la viuda de Franklin Delano Roosevelt y presidenta de la Comisión de
Derechos Humanos de las Naciones Unidas de1946 a 1951, para el éxito de
este trabajo titánico y sinigual, subsumido en las complejidades políticas de
finales de la década de 1940, signadas éstas, por una guerra fría turbulenta,
un colonialismo decadente y un neocolonialismo emergente.
Eleanor Roosevelt no fue la autora de la Declaración Universal. No aportó ni
el texto ni las ideas básicas que forjaron la Declaración. Ella fue el producto
de las contribuciones de hombres y mujeres que participaron de alguna
forma en su construcción: Ricardo Alfaro, ex presidente y representante
de Panamá y vocero del Instituto de Derecho Americano (grupo de jueces,
abogados y catedráticos de Derecho que redactaron el borrador), llevó
a la reunión inaugural de las Naciones Unidas de mayo de 1945, en San
Francisco, un modelo de proclama internacional sobre derechos humanos y
propuso oficialmente su incorporación en “La Carta”.
Agrupaciones cívicas del mundo entero, juristas e intelectuales
comprometidos, como el autor británico H.G. Wells, habían estado abogando
por una proclamación de derechos humanos. El catedrático canadiense de
Derecho, John Humphrey, director de una División de Derechos Humanos
en la Secretaría de las Naciones Unidas, dirimió la controversia filosófica
entre un existencialista y un orientalista (Cassin y Pong-Chun Chang), y
al mando de un comité preparatorio nombrado por el nuevo Consejo
Económico y Social de las Naciones Unidas, dio forma a la Comisión de
Derechos Humanos. En enero de 1947 ya participaban de esta iniciativa 18
estados miembros y la comisión, en medio de las dificultades, comenzaba
su labor.
Participaban de esta gesta democrática, René Samuel Cassin, Premio Nobel
de Paz (1968), genio jurídico y líder con Charles de Gaulle de los “Franceses
Libres” que luchaban contra la ocupación nazi y quien transformaría un simple
listado de derechos en un “domo geodésico de principios interdependientes”,
“El respeto hacia los derechos humanos está en la mente de los individuos
y en la acción de los grupos sociales”, se argumentaba por aquel entonces.
417

Las voces de la Otredad
Charles Malik, filósofo existencialista y diplomático del Líbano de gran
calado, alumno de Alfred North Whitehead y de Martín Heidegger,
quien orientaría el proceso de adopción de la Declaración por parte de la
Asamblea General en medio del tenso ambiente de la guerra fría (“Debemos
madurar antes para que estemos en capacidad de manejar la problemática
sobre violaciones de los derechos humanos”.); Pong-Chun Chang, filósofo
confucianista, diplomático, dramaturgo, traductor y gran conciliador (“Las
leyes por si solas no bastan para lograr resultados… las Naciones Unidas
tendrán que forjarse la formación de mejores seres humanos (UNESCO) y
no solamente castigar a quienes violen los Derechos”).
Humphrey se encargaría de dar a conocer el primer texto que combinaba las
numerosas propuestas de ONGs con los artículos de las Constituciones más
prominentes en materia de derechos humanos. René Cassin reorganizaría los
artículos y elaboraría un preámbulo para luego ser revisado rigurosamente
por el Comité de Redacción. Charles Malik presidiría las audiencias. Se
discutía para aquel entonces cómo asegurar y acelerar el acuerdo político
mediante el voto unánime de los Estados miembros.
Luego vendrían las declaraciones inaugurales de más de 40 países; los
escrutinios de texto, artículo por artículo; el examen de las enmiendas
(Cuba, la Unión Soviética, Panamá, el Líbano, Francia y Egipto); el informe
del Tercer Comité y las sesiones plenarias de la Asamblea General que
concluirían con aquel voto histórico sobre la medianoche del 10 de diciembre,
fecha conmemorativa del Día de los Derechos Humanos. Un total de 23 de
los 30 artículos se aprobarían por unanimidad y, si bien Sudáfrica, Arabia
Saudita y el bloque soviético se abstendrían en la votación final, 48 Estados
votarían afirmativamente sin oposición alguna.
Las potencias mundiales no fueron la fuerza motriz de la Declaración
Universal, el documento no fue obra de un solo autor y su texto fue forjado
por diplomáticos, abogados y funcionarios civiles más bien que por filósofos.
Los más ardientes defensores de los derechos socioeconómicos procedían de
América Latina y no de los países del bloque soviético. Expresiones referentes
a la no discriminación se deben a los delegados del bloque soviético; la
universalidad al delegado de Egipto…
418

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
la expresión de los derechos en forma neutral y el reconocimiento explícito
a los derechos de la mujer, a los delegados de India, República Dominicana
y Dinamarca; la condena a la trata de seres humanos y las enmiendas al
borrador sobre la prohibición de la esclavitud “en todas su formas”, al
delegado de Polonia; la lucha contra la prohibición del matrimonio de
menores a la delegada de Pakistán educada en el régimen misógino del
Purdah; la prohibición de la tortura justiticada en algunos países como
costumbre cultural y local, al delegado de Filipinas.
La soberanía de los países y los derechos socioeconómicos eran temas
candentes y tensos al igual que la guerra en Oriente Medio, el conflicto
Árabe, la guerra en el Sureste Asiático, la Guerra Fría, el conflicto indopakistaní
después de la muerte de Gandhi y la trágica y sempiterna suerte de
los refugiados de estos conflictos. Se cuestionaba la retórica del documento;
su catálogo de buenas y piadosas intenciones; el desequilibrio ético y jurídico
resultado de la predominancia del derecho y la secundarización del deber;
la doble moral de algunos países como la Unión Soviética que denunciaban
la discriminación racial y social en países como Estados Unidos y Suráfrica,
pero callaban ante el tratamiento dado a las minorías nacionales (caso
Yugoeslavia) y la existencia de los Goulags.
Fue notoria y controvertida la abstención de Arabia Saudita en la votación
final de la Asamblea por no aceptar la frase “libertad de adoptar una religión”
y su abierto rechazo el proselitismo de las campañas misioneras occidentales
en el mundo islámico y oriental. A todo lo anterior se sumaría la Guerra de
Corea, las revoluciones China y Cubana, la Guerra de Vietnam y la represión
política en los países allende la Cortina de Hierro, acontecimientos históricos
que ennegrecerían durante más de 20 años, la propuesta ecumenista de la
humanista y candorosa Declaración.
Después de una reforma hecha en 1966, los países por fin y de una manera
unánime, aprobaron la Declaración. Este proyecto “no hizo realidad los
sueños de los optimistas, pero superó las expectativas de los pesimistas”. 27
años más tarde (1993), 150 países ratificaron los 3 documentos aprobados:
la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Sociales,
Económicos y Culturales, los cuales se conocen con el nombre de Carta
Internacional de Derechos, constituyéndose éstos, en la base del Derecho
419

Las voces de la Otredad
Internacional Humanitario. En 24 países aún existen ejecuciones, en 81 aún
se tortura, en 77 no hay libertad de prensa y de expresión, en 45 aún existen
presos de conciencia, en 23 todavía existen leyes discriminatorias hacia la
mujer, en 14 no hay garantías contra las minorías nacionales y en 54 no hay
garantías judiciales y en el mundo entero 1.000 millones de seres sufren la
mayor tortura de todas: el hambre.
Los millones de desplazados y analfabetas de Darfur y de Zimbabwe; Los
pueblos fratricidas tutsi, hutu y twa, víctimas de la colonización belga; las
minorías rusas de Estonia, Letonia y Chechenia; los rebeldes kurdos y la
causa talibán de Afganistán; los monjes azafranes de Birmania-Myanmark
y los monjes tibetanos de China; las viudas de Irak, las niñas violadas de
Egipto o de Kosovo y las mutiladas (infibulación) en Etiopía; Los niños de la
franja de Gaza y de los campamentos (ghetos) palestinos de Nhar al Bared,
Baddaui y de Burj al Barajneh; los polizones de Mauritania y Senegal y los
balseros cubanos…
Los presos de Guantánamo y de Abu Grhaib; los huérfanos y mutilados
de Ruanda y Burundi y las víctimas de las minas quiebrapatas, de los
guerrilleros, paramilitares y del terrorismo de Estado en Colombia… Todos
intentan comprender, de alguna manera, las agridulces palabras de Eleanora
Roosevelt (1962), tal vez dichas en medio de una cómplice resignación ante
los pírricos resultados obtenidos de su fallida revolución pacífica: “Resulta
mejor encender una vela, que maldecir la oscuridad”.
Todos recordamos sus bellas y candorosas frases: “Las decisiones de los
tribunales, las leyes y los gobiernos son el resultado de la forma en que los
pueblos progresan internamente (…) ¿En dónde comienzan los derechos
humanos? En los lugares pequeños, cerca de casa y que no aparecen en
ningún mapa de la tierra. Sin embargo, ellos son el mundo de cada persona:
el vecindario en el cual vive, el colegio o la universidad a la cual asiste, la
fábrica, la finca o la oficina (…)”.
Las palabras de la catedrática de Harvard y delegada laica del Vaticano,
Mary Ann Glendon, pronunciadas en la IV Conferencia Mundial de la
Mujer de Pekín, realizada en 1995, lo resumen todo: “Quienes aún no han
nacido (hoy ya púberes), juzgarán algún día si hemos entendido, mejorado
o dilapidado la herencia que nos dejaron Eleanor Roosevelt, Charles Malik,
420

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
John Humphrey, Peng-chun Chang, Rene Cassin y otros hombres y mujeres,
seres con un alma inmensa que se forjaron imponer una norma correctiva a
los terribles errores cometidos por la humanidad”.
SOBRE LOS DERECHOS HUMANOS
Concebir los derechos humanos como una posibilidad ética, como una
forma de asumir la vida, como una manera de ser, implica trascender el nivel
jurídico o el marco legal formal y adentrarse en la cultura de los pueblos y las
aspiraciones del ser humano.
Igualmente, esa nueva forma de convivencia que los derechos humanos
nos colocan como horizonte, exige detener la mirada en la calidad de las
relaciones, los actores sociales, los proyectos de vida, los espacios y agentes
de socialización, entre los cuales, con especial responsabilidad se encuentran
educadores y educandos. Construir un nuevo país, una cultura para la
democracia y una pedagogía para la paz, es un compromiso inaplazable
tanto del Estado como de la sociedad civil que pasa por una profunda crisis
reflexiva y actitudinal sobre lo que hemos sido y lo que queremos ser.
Algunos de los objetivos que nos hemos propuesto tienen que ver con
comenzar una tarea conjunta de sensibilización en la problemática de
los Derechos Humanos, como trabajo preventivo contra la violencia,
convocando a todas las fuerzas vivas de la región a reflexionar y promover
acciones transformadoras de la actual situación tanto desde las instituciones
del estado, como de la sociedad civil. Generar, de igual forma, espacios de
reflexión sobre algunos tópicos particulares de los derechos humanos desde
las perspectivas de las diferentes instituciones y organismos convocados.
“Negar a las personas sus derechos humanos, es cuestionar su propia humanidad”.
Nelson Mandela, activista sudafricano contra el Apartheid.
421

Las voces de la Otredad
“La tesis de que todas las personas nacen iguales, implica que todas ellas participan
de las mismas calidades humanas fundamentales, que comparten el destino esencial
de todos los seres humanos, que poseen por igual el mismo e inalienable derecho a
la felicidad y a la libertad. Significa además, que sus relaciones recíprocas deben ser
de solidaridad y no de dominación o sumisión. Lo que el concepto de igualdad no
significa, es que todas las personas sean iguales”.
Erich Fromm, psicoanalista y filósofo alemán.
“No soy descendiente de esclavos. Yo desciendo de seres humanos que fueron
esclavizados”.
Makota Valdina, ambientalista, sacerdotiza en la tradición Kongo-Angola de
candomblé brasileño.
Un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a
levantarse.
Gabriel García Márquez, escritor colombiano.
“Nada más peligroso en el mundo que la ignorancia sincera y la estupidez
concienzuda”.
Martín Luther King, pastor bautista estadounidense,
líder del movimiento afro-descendiente estadounidense.
“Parte de la naturaleza humana es que no aprende la importancia de nada hasta
que nos arrebata algo de nuestras manos”.
Malala Yousafzai, activista de los derechos humanos pakistaní,
premio Nobel de la Paz 2014.
EDUCACION EN DERECHOS HUMANOS. EXIGENCIA
HISTORICA PARA CONSTRUIR UNA COLOMBIA DIGNA,
EQUITATIVA, SOLIDARIA Y JUSTA.
422

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
C. LA RESOLUCIÓN DEL CONFLICTO
“El ser humano es torpe, deslumbrante, competidor, suicida, menesteroso,
inagotable, ruin, magnífico, egoísta, insustituible. El ser humano es, a la vez, Caín y
Abel. Eso es lo que tenemos. Eso es lo único con que contamos. Estamos hechos con
la humilde y gloriosa madera de los sueños. Y con la madera se puede construir un
laúd o un patíbulo.”
Antonio Gala, escritor español.
La temática sobre solución de conflictos es tan antigua como la humanidad.
Las cosmovisiones de los pueblos prehistóricos dan cuenta del esfuerzo de
estas culturas por resolver sus antagonismos vitales muy adscritos a sus
condiciones materiales y sociales de existencia: Anshar y kishar trayendo la
armonía entre los asirio-babilonios; Vishnu y Siva, Rama y Ravana librando
el eterno litigio hindú entre el bien y el mal, la vida y la muerte…
El Yin y el Yang chinos, el Izanagi e Izanami japoneses simbolizando la
tierra y el cielo, los principios de lo masculino y lo femenino; Ormuzd o
Ahura-Mazda y Ahriman o Angro Mainyuz personificando la verdad y la
mentira, la virtud y el crimen, la felicidad y la desdicha en el Mazdeísmo
Persa y las imponderables figuras griegas de Urano y Gea, Cronos y Rea, el
Caos y el Éter como símbolos de lo infinito y de lo finito... son entre otros,
los testimonios inmemorables de un mundo dialéctico y conflictivo.
Algunos nos hemos deleitado con la versión milenaria de Gao Yuan: “Las
36 estrategias chinas, una antigua sabiduría para el mundo de hoy”. Hemos
entresacado algunas de sus argucias alegóricas:
Cruzar el mar, confundiendo el cielo. Sitiar el reino de Wei para salvar el
reino de Zhao. Pedir un arma prestada para matar al verdadero enemigo.
Relajarse mientras el enemigo se agota a sí mismo. Observar los fuegos
que arden al otro lado del río. Ocultar la daga tras una sonrisa. Sacrificar
el ciruelo por el melocotonero. Levantar un cadáver de entre los muertos
(servirse de un cadáver para revivir un espíritu). Reemplazar las vigas y los
pilares con madera podrida. Retirar la escalera después de haber subido.
423

Las voces de la Otredad
Abrir de par en par las puertas de la ciudad vacía (aparentar que la fortaleza
está vacía). Dejar que el enemigo siembre la discordia en su propio campo...
Muchos no hemos olvidado las enseñanzas de Sung Tzu en “El Arte de
la Guerra”: “Estructura estratégicamente tus fuerzas según lo que sea
beneficioso o ventajoso... Cansa a tu contrincante huyendo de él... Finge
humildad hacia tus detractores para que se muestren arrogantes... Encoleriza
a tus enemigos para confundirlos... Seduce a los contrarios con la perspectiva
de un beneficio, sorpréndelos mediante la confusión...Tiende un puente de
oro por el cual pueda retroceder el adversario...”.
Lejos de las estrategias bélicas, Confucio en sus pláticas moralistas dejaba
rubricadas sus enseñanzas:
“Allí donde dos hombres están acordes en lo hondo de su corazón, quiebran
la fortaleza de bronces o aceros. Allí donde dos hombres se entienden
plenamente en lo hondo de su corazón, sus palabras son dulces y fuertes
como aroma de orquídeas... Si eres capaz de poner en práctica cinco cosas,
serás considerado y benevolente en todo el ancho espacio bajo el cielo:
Cortesía, generosidad, sinceridad, diligencia y amabilidad. Si eres cortés no
te insultarán; si eres generoso te ganarás a todos; si eres sincero los demás
te darán su confianza; si eres diligente conseguirás muchas cosas y si eres
amable tendrás lo que hace falta para dar encargos a las demás personas”.
Siddharta Gotama Buda en uno de sus bellos y profundos sermones
preconizaba: “Vence la ira por medio de la cordialidad; supera lo malo por lo
bueno. Jamás en el mundo cesará el odio por la vía del odio; el odio cesará por
medio del amor”. El historiador latino Tito Livio, antes de comenzar nuestra
era, señalaba en una de sus obras: “La guerra es justa para aquellos a quienes
es necesaria, y son sagradas las armas de aquellos a quienes no queda otra
esperanza”. Benjamín Franklin, en su autobiografía hacia 1790 expresó: “Lo
mejor que puedes darle al enemigo es el perdón; a un adversario, tolerancia;
a un amigo, oídos; a un hijo, buen ejemplo; a tu padre, respeto; a tu madre,
una conducta que la haga sentirse orgullosa de ti; al prójimo, caridad y a ti
mismo, amor propio”...
“Jamás hubo una guerra buena o una paz mala”... Desaconseja los litigios;
siempre que puedas, convence a tus vecinos para que lleguen a un arreglo
424

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
amistoso. Ponles de manifiesto que a menudo, el teórico vencedor es en la
práctica un perdedor: en dinero pagado por honorarios, gastos y derroche
de tiempo... Al conciliador se le brinda la magna oportunidad de ser alguien
de bien. Podemos asegurar que no le faltará trabajo”, fueron algunas de sus
lecciones de vida.
Durante la Guerra de Secesión en los Estados Unidos, su presidente Abraham
Lincoln, en su reelección como presidente en 1864, pronunció un discurso
en el cual habló con consideración de los rebeldes del sur. Una anciana,
partidaria de la Unión hasta la médula, lo reconvino por hablar bien de los
enemigos cuando lo que debía hacer era buscar la manera de eliminarlos.
La respuesta fue clásica: “Señora –le dijo Lincoln- ¿Acaso no elimino a mis
enemigos cuando los convierto en amigos míos? Eso es precisamente el
objetivo de la estrategia de penetración según William Ury: “Acabar con el
adversario al convertirlo en socio de la negociación”.
Margareth Thatcher, “la dama de hierro” inglesa, afirmaba en uno de
sus discursos: “Vale la pena conocer al enemigo, entre otras cosas por la
posibilidad de que algún día se convierta en un amigo”. La solución conjunta
de problemas no es exclusivamente blanda o dura sino una combinación de
ambas cosas. Es blanda con la gente y dura con el problema. En lugar de
atacarse el uno al otro, ambos pueden atacar conjuntamente el problema.
Se debe cambiar el enfrentamiento cara a cara por la solución del problema
hombro a hombro. La solución conjunta de problemas se centra en los
intereses, no en las posiciones.
Una opción es un posible acuerdo o parte de un acuerdo. Inventar opciones
para que ambas partes ganen es la máxima oportunidad personal. Los
negociadores (as) de éxito eluden la lucha de deseos transformando el proceso
de selección en una búsqueda conjunta de una solución justa y satisfactoria
para ambas partes... Existe la tendencia a suponer que lo que se teme es lo
que la otra parte se propone hacer. El costo estriba en que las ideas nuevas
que pudieran conducir a un acuerdo se desprecian y no se tienen en cuenta
o se rechazan los cambios sutiles de posición.
Se debe procurar que el otro (a) se interese en el resultado dándole
participación en el proceso. Si no participa en el proceso, es poco probable
que apruebe el resultado. Aún si los términos de un acuerdo parecen ser
425

Las voces de la Otredad
favorables, la otra parte puede rechazarlos, simplemente por sospechar que
ello se debe a su exclusión del proceso. El acuerdo es mucho más fácil si
ambas partes se sienten dueñas de las ideas. Con excepción de los méritos
sustanciales, el sentimiento de participación en el proceso es el factor más
importante en la decisión de un negociador (a) de aceptar una propuesta. En
cierto modo, el proceso es el producto.
Luis Carlos Galán, uno de nuestros mártires de la tolerancia, expresó alguna
vez antes de su asesinato en 1989: “Se llama Democracia. Una tarea que
todos debemos estudiar, aprender y sobre todo, aplicar. Por eso debemos
crear establecimientos públicos dedicados a la investigación y formación de
una conciencia de los valores de la justicia, la participación, el pluralismo
y el respeto a las opiniones ajenas como único camino para la verdadera
democracia”.
El siquiatra Luis Carlos Restrepo afirmaba en una de sus conferencias:
“Aprender a querer y ejercer la democracia es algo que nos dignifica, nos
embellece tanto como el amor y la solidaridad. La primera ganancia la tiene
uno mismo al vivir la democracia como una caricia social que nos permite
encontrar la fuerza respetando la tierna fragilidad de la existencia”.
Karl Raimund Popper (1902-1994), el epistemólogo austríaco en su obra
“Tolerancia y responsabilidad intelectual. En busca de un mundo mejor”,
lanzaba esta sabia invocación: “Quizás yo esté equivocado y quizás tú tengas
razón, pero, desde luego, ambos podemos estar equivocados. Ello implica,
entre otras cosas, tolerancia: si yo puedo aprender de ti y si yo quiero
aprender en el interés por la búsqueda de la verdad, no sólo debo tolerarte
como persona, sino que debo reconocerte como a un igual. La unidad y la
igualdad potencial de todos los seres humanos es un prerrequisito para este
diálogo”.
Iring Fetscher en su libro “La Tolerancia: una pequeña virtud imprescindible
para la democracia”, expresaba: “La tolerancia exige un acercamiento al
otro; su reconocimiento y el respeto de su dignidad. El hecho de que
alguien sea distinto puede restar seguridad a las personas sin suficiente
conciencia de su propio valor. Por eso, la tolerancia, a su vez, puede servir
para manifestar la autoestima”. La negociación es un proceso de mutua
comunicación encaminado a lograr un acuerdo con el otro (a) cuando hay
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
algunos intereses compartidos y otros opuestos. La cooperación no significa
el fin de la competición. No eliminaremos nuestras diferencias –ni debemos
eliminarlas-, pero podemos enfrentarlas más constructivamente.
“La negociación –dice Maytee Rodríguez- es el proceso dinámico en el
cual dos partes que desean obtener cada una algo de la otra, se comunican
para llegar a acuerdos sobre la base de aceptar una tercera posición, sin que
ninguna imponga nada a la otra, como resultado de una expresión libre de
la voluntad”. El camino que lleva del enfrentamiento a la cooperación es la
negociación. La cooperación no es ausencia de conflicto, sino el medio para
resolverlo.
Carlos Siller señalaba en una de sus obras que “la palabra tiene mucho de
aritmética: divide cuando se utiliza como navaja, para lesionar; resta cuando
se usa con ligereza para censurar; suma cuando se emplea para dialogar,
y multiplica cuando se da con generosidad para servir”. Los escépticos
son claros al indicar que todo es fácil de decir pero difícil de hacer porque
hasta la propia etimología de la palabra se ha perdido. Cuando hablamos,
lo hacemos con ira y entonces pronunciamos el mejor de los discursos que
siempre habremos de lamentar (Ambrose Bierce). “Dialogar no es discutir,
sino entrar en el surco que ha trazado el otro y profundizar en ese trazado”
(Massimo Bontempelli).
Necesitamos crecer en una humanidad más libre y dialógica, porque la
queremos más fiel, más justa; porque la esperamos más respetuosa, más
comprensiva…porque la anhelamos más humana... Todas las personas
nos parecemos mucho, pero guardamos diferencias muy significativas... La
intolerancia estriba en la dificultad para definir, comprender y expresar esas
diferencias... Una palabra amarga puede crear odio, una brutal puede golpear
o agredir. Una palabra agradable puede suavizar el camino. Una palabra a
tiempo puede ahorrar un esfuerzo. Una palabra alegre puede iluminar el día.
Una palabra de amor puede curar, bendecir o salvar.
Mahatma Gandhi, el apóstol pacifista, antes de su muerte en 1947, hacia
esta aseveración: “Que en el mundo haya todavía hombres y mujeres vivos,
demuestra que éste no está fundamentado sobre la fuerza de las armas sino
sobre la fuerza de la verdad y el amor. Si la suma de las fuerzas del mundo
fuera destructiva, éste se habría acabado hace muchísimo tiempo”.
427

Las voces de la Otredad
Gilles Deleuze, un filósofo de los nuevos tiempos, afirmaba que el problema, a
veces, no consiste en conseguir que la gente se exprese, sino en poner también a su
disposición espacios de soledad y de silencio a partir de los cuales puedan llegar a
tener algo que decirse.
“Yo no creo que la guerra sólo sea cosa de grandes hombres, gobernantes y
capitalistas. ¡Nada de esto! Al hombre pequeño también le gusta: si no, los pueblos
ya se habrían levantado contra ella. Es que hay en el hombre un afán de destruir,
un afán de matar, de asesinar y ser una fiera. Mientras toda la humanidad, sin
excepción alguna, no haya sufrido una metamorfosis, la guerra continuará haciendo
estragos y todo lo que se ha construido, cultivado y desarrollado hasta ahora,
quedará truncado y destruido, para luego volver a empezar”.
“Diario de Ana Frank, mayo 3 de 1944.
“La igualdad ante la ley no es un hecho sino una exigencia política basada en una
decisión moral. Y es totalmente independiente de la teoría - probablemente falsa - de
que todos los hombres nacen iguales”.
Karl Raimund Popper, filósofo austriaco.
“El secreto de la paz está en el respeto de los derechos humanos”
Juan Pablo II.
“La violencia es el miedo a los ideales de los demás”.
Mahatma Gandhi, líder pacifista hindú.
“¡Levántate! ¡Ponte de pie por tus derechos!”.
Bob Marley, músico jamaiquino.
428

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
D. HACIA UNA CULTURA DEL CONFLICTO
Los intereses más poderosos que motivan una negociación son las necesidades
humanas básicas. Nuestra principal finalidad es tratar de encontrar particularmente
aquellas preocupaciones fundamentales que motivan a todas las personas, sobre todo
las que condicionan o determinan el conflicto.
Se pretende aportar elementos humanísticos, académicos y culturales que
permitan la sensibilización, el análisis, la toma de conciencia y decisiones
en torno a la necesariedad y pluridimensionalidad del conflicto y sus
alternativas metodológicas de solución, lo que permitiría actuaciones de
mayor compromiso y responsabilidad en los diferentes escenarios en donde
participamos interactiva y dinámicamente.
Etimológicamente el término conflicto proviene de la palabra latina conflictus
que significa choque. El conflicto ha sido definido como una manifestación
permanente u ocasional de enfrentamiento entre dos o más ideas, intereses,
valores, acciones, personas o instituciones. Es un fenómeno constante que
surge en todos los ámbitos de nuestra vida relacional cotidiana.
Es el estado natural del ser humano; es también una manifestación cultural
inmanente en todo proceso creativo y productivo; es el motor de la vida
síquica o interior y también el dinamizador de procesos en los que interviene
el inconsciente colectivo, según algunos psicoanalistas, que mueve a los
sujetos hacia la criticidad, la creatividad y el progreso. En donde hay vida
hay conflicto. En las más antiguas culturas, el conflicto aparece generando el
mundo, creando nuevos órdenes y destruyendo los antiguos.
Es una fuerza motivacional que lleva al cambio personal y organizacional y
que determina en última instancia, el desarrollo material, humano y cultural.
De acuerdo con la forma como se resuelva, puede llevar al crecimiento o al
aniquilamiento, a la construcción o a la destrucción, al fortalecimiento o a la
ruptura de situaciones y/o relaciones, al reconocimiento o a la supresión del
otro (a). Somos conscientes de que el conflicto es una realidad permanente
en nuestra vida interactiva y cotidiana; un descubrimiento de la antropología
cultural y de la sociología en el siglo XX que alejó su estudio de posturas que
buscaban patologizarlo o satanizarlo.
429

Las voces de la Otredad
Es común, hoy día, oír hablar de que es parte del compromiso y la
responsabilidad sociales, contribuir en la búsqueda de una redefinición, un
redimensionamiento y una relectura del mismo a través de un proyecto ético,
pedagógico y cultural que permitiría a las diferentes comunidades educativas
y colectivos de diversa índole, sobre todo a los individuos que hacen parte
de ellos, asumir crítica, creativa y propositivamente, desde lo académico,
organizacional, vivencial y/o actitudinal, la cultura del conflicto logrando
crear y desarrollar espacios de consenso, justicia, tolerancia y equidad.
Pocas veces se reflexiona de manera sistemática y objetiva sobre su valor
ontológico y situacional, su causalidad y el impacto psico-social que
produce. Luis Carlos Restrepo afirmaba en una de sus charlas: “Cada uno,
a su manera, carga cicatrices de combates mendaces e inútiles que revelan
de forma patética la indigencia emocional y el analfabetismo afectivo que
caracterizan por igual a hombres y mujeres de nuestra época”. Si aceptamos
esta premisa, tenemos que considerar que es posible aceptar, regular y
resolver más eficaz y constructivamente los conflictos.
Hay que ver la favorabilidad del conflicto para la vida personal y social. Una
familia, una comunidad o una organización sin conflictos, son entidades
carentes de la riqueza y el crecimiento que da la diversidad y el disenso.
No se trata, pues, de eliminar el conflicto sino de ejercitar y asumir una
“Metodología de la acción no violenta” que nos permita contextualizarlo
y valorarlo como una de las fuerzas movilizadoras de la existencia humana
para darle así, el tratamiento respectivo a través de la negociación y/o la
conciliación.
La universidad, el mundo empresarial, las comunidades educativas y la
sociedad civil en general, necesitan formar seres integrales, aptos humana y
técnicamente para abordar y resolver sus conflictos cotidianos en ambientes
dialógicos, vivenciales y alterativos. Necesitamos responder a los dramáticos
desafíos educativos, humanos y culturales que actualmente confronta nuestra
sociedad en el nuevo siglo y milenio.
Para ello se requiere implementar procesos de innovación, capacitación,
formación y gestión que satisfagan los intereses y las necesidades de los
individuos y las comunidades educativas y empresariales, para cumplir
con un alto grado de eficiencia y eficacia la labor y los retos que los nuevos
tiempos les han exigido y le seguirán demandando.
430

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Necesitamos de un nuevo ejercicio de liderazgo y comunicación que penetre
las diferentes arquitecturas organizacionales y funcionales de empresas e
instituciones oficiales y privadas y se visualice así, el papel determinante
que juegan hombres y mujeres en el desarrollo integral de nuestra región y
en el cumplimiento de los objetivos que se han trazado las organizaciones
educativas y productivas y las entidades oficiales en lo referente a la
reconstrucción del tejido social y la implementación de planes, programas
y proyectos de desarrollo humano que coadyuven en la construcción del
nuevo ser y del nuevo mundo que demandan los actuales tiempos.
Debemos proponernos, entre otras cosas, tomar conciencia del significado
e importancia histórica del conflicto en el mundo actual y dar a conocer las
estrategias de solución del mismo a través de la conciliación y la negociación
como alternativas de convivencia pacífica, justa, tolerante y equitativa.
Sistematizar la experiencia interactiva académica, profesional y vivencial en
el estudio, manejo y promoción de la cultura del conflicto en los diferentes
escenarios tales como la familia, la escuela, la empresa y la sociedad en
general.
Contribuir proactivamente en la búsqueda de un hombre y una mujer nuevos
que puedan articular en sus prácticas concretas, desde la perspectiva del
conflicto en el cual están inmersos, como programa de vida, los principios
del ser, el tener y el hacer. Ampliar el horizonte de sentido cognoscitivo y
emocional, haciendo que nuestras actitudes cotidianas sean más educativas,
reales, humanas y participativas, permitiendo no sólo interpretar nuestra
compleja y conflictiva realidad, sino transformándola aplicando criterios
verdad desde la reflexión, la acción y la comunicación.
Dice Graciela Amaya de Ochoa: “Yo los invito a que pensemos más bien en
el valor del conflicto, del debate, de la duda, de la incertidumbre, del error
como elementos inmanentes de todo proceso de pensamiento o de acción,
para que, de esta forma, imaginemos formas evaluativas en donde más que
esperar respuestas, esperemos nuevas preguntas e interrogantes”.
La negociación es el arte de conciliar. Es el proceso mediante el cual se
analizan diferentes posiciones, propuestas, doctrinas o planteamientos,
con la finalidad de armonizarlas para y por el bien común, con justicia y
equidad. Negociar es aprender a vivir en condiciones normales en un mundo
431

Las voces de la Otredad
donde las diferencias puedan dirimirse mediante procedimientos racionales
sin acudir a decisiones fatalistas de violentar o desaparecer al contrario (a).
La negociación es un proceso de mutua comunicación encaminado a lograr
un acuerdo con los demás cuando hay algunos intereses compartidos y
otros contrapuestos. La negociación no se limita a la actividad de sentarse
formalmente a una mesa uno frente a otro, a discutir un asunto contencioso:
es una actividad sin ceremonia ni protocolo en que nos empeñamos cuando
tratamos de conseguir algo que necesitamos o deseamos de otra persona. La
negociación es la forma suprema de tomar decisiones en la vida personal,
profesional y comunitaria (Roger Fisher, William Ury y Bruce Patton. “Sí...
¡De acuerdo! Cómo negociar sin ceder”.).
Las negociaciones moldean nuestras vidas. Alguien decía que la negociación
es el arte de hacer que otro (a) se salga con la nuestra. Hay una manera de
negociar que no es ni suave ni dura: El método de la negociación según
principios (Proyecto de Negociación de Harvard). Consiste en resolver los
problemas según sus méritos, en lugar de decidirlos mediante un proceso de
regateo centrado en lo que cada parte dice que va o no va a hacer.
Sugiere que se busquen ventajas mutuas siempre que sea posible, y que cuando
haya un conflicto de intereses, debe insistirse en que el resultado se base en
algún criterio justo, independiente de la voluntad de las partes. Este método
de negociación es duro para los argumentos y suave para las personas. No
emplea trucos ni poses. La negociación según principios nos muestra cómo
obtener nuestros derechos en un ambiente dialógico, alterativo, tolerante y
decente. Nos permite ser justos y a la vez nos protege contra aquellos que
estarían dispuestos a sacar ventajas de algunas posiciones aparentemente
justas.
Para lograr imponer la cultura de la negociación, en el caso de Colombia,
es necesario vencer el criterio de país violento que tenemos incorporado a
nuestra vida y desarrollar esquemas de entendimiento y tolerancia antes
que de ofensa y exclusión. Hay que vencer el concepto de violencia como
mecanismo natural para la subsistencia y cambiarlo por el de desastre, que
conduce al aniquilamiento de la sociedad. Algunos científicos sostienen
que la selección natural -argumento evolucionista que justifica la violenciaha
llegado a su fin y se ha impuesto más bien un complejo mecanismo de
selección cultural.
432

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Para ello, tenemos que propugnar por el reconocimiento y aceptar que
también es necesario reconocer, lejos de prejuicios morales, etno y sociocentristas.
Volver al concepto de civilidad: esa capacidad para vivir en
sociedad aceptando a los demás, teniendo la sensación y la percepción de
ser aceptados y arreglando las disputas por la vía del diálogo, la sensibilidad
y la razón.
La superación de los conflictos por la vía de la concreción de acuerdos nos
conduce a ser activos y constructivos; a respetar valores y principios; a ser
solidarios; A mantener viva nuestra capacidad volitiva y asuntiva para superar
las diferencias. Es un camino hacia la libertad, la justicia, la democracia, el
respeto y la comprensión. Es un camino hacia la igualdad de oportunidades
para disfrutar del banquete de la vida. Es un camino hacia la convivencia y
la tolerancia a cuyo llamado de construcción debemos acudir y contribuir
todos.
Para negociar a partir de la importancia del otro (a) debemos tener en cuenta
algunos presupuestos:
• La tolerancia es la disposición para soportar las diferencias y superarlas de
una manera civilizada y racional. Tolerar es comprender, condescender,
disculpar, explicar, justificar, ser respetuosos con el otro (a), considerados
con los que piensan, sienten, opinan y actúan de manera diferente a
nosotros (a). Dice el aforismo: “Tolerancia es el arte de llevar el zapato
derecho en el pie izquierdo sin que a uno le salgan callos”.
• El tolerante cree en el diálogo y el entendimiento. Considera que dialogar
no es símbolo de debilidad y que conceder no es símbolo de genuflexión
y entrega. La primera manifestación de la tolerancia es respetar el
programa de vida que los demás hayan concebido y adoptado, siempre
que no violen nuestros derechos o los derechos de los demás.
• La tolerancia nace del conocimiento, la intolerancia de la ignorancia. El
que se equivoca tiene el derecho a rectificar y la tolerancia lo permite.
Tolerar no es fácil: donde hay una diferencia sentimos una amenaza;
donde hay una amenaza, percibimos una ofensa o agresión. Esto nos
vuelve reactivos y esconde la vocación proactiva que tiene todo ser
humano.
433

Las voces de la Otredad
• Entender al otro (a), procurar influirlo (a) y estar dispuesto a recibir de
él (ella) lo positivo, encauzar al individuo por caminos de felicidad y
reconciliación con la vida... La tolerancia se fundamenta pues, en la
igualdad y la justicia. La injusticia, el hambre, la opresión, el desempleo,
la discriminación, las desigualdades sociales son intolerables.
Con la aplicación de técnicas adecuadas de negociación, podemos influir
para que las cosas cambien y todos entremos en el mundo del diálogo y el
entendimiento. La gran dificultad está en saber llegar al otro (a). Es muy
conocida la apreciación de Jorge Luis Borges: “Poco importa que la verdad
salga de uno o de boca de otro. Yo he tratado de pensar al conversar, que
es indiferente que yo tenga razón o que tenga razón usted; lo importante es
llegar a una conclusión y de qué lado de la mesa, o de qué boca, o de qué
rostro, o desde qué nombre, es lo de menos”.
La filosofía zen con su milenaria sabiduría nos deja entre muchas, estas profundas
reflexiones sobre la eticidad del conflicto: “Si la superficie del agua está agitada
es imposible observar el fondo. Todo se vuelve confuso. Sin embargo, cuando la
superficie se ha calmado, puede distinguirse claramente el fondo y sus contenidos”...
“La luz existe en la oscuridad, no veas sólo oscuridad. La oscuridad existe en la
luz, no veas únicamente luz. La luz y la oscuridad dependen la una de la otra... La
oscuridad de la sombra del pino depende de la claridad de la luna”.
Los proyectos políticos no son un credo religioso en el que debe creerse ciegamente
y sólo por fe. Todo proyecto político hay que auditarlo, evaluarlo, controlarlo y
vigilarlo porque están hechos por hombres o mujeres susceptibles de equivocarse,
seres débiles a prácticas embriagadoras de poder y tentadas por el demonio de la
corrupción.
Cuando más siniestros son los propósitos de un político o de un gobernante, más
sutiles y seductoras se vuelven sus palabras
434

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
E. MANIFIESTO DEL NEGOCIADOR
La negociación es el arte de conciliar. Es el proceso mediante el cual se
analizan diferentes posiciones, propuestas, doctrinas o planteamientos,
con la finalidad de armonizarlas por el bien común, con justicia y equidad.
Negociar es aprender a vivir en condiciones normales en un mundo donde
las diferencias puedan dirimirse mediante procedimientos racionales sin
acudir a decisiones fatalistas de violentar o desaparecer al contrario.
Para lograr imponer la cultura de la negociación, en el caso de Colombia,
es necesario vencer el criterio de país violento que tenemos incorporado a
nuestra vida y desarrollar esquemas de entendimiento antes que de ofensa.
Hay que vencer el concepto de violencia como mecanismo para la subsistencia
y cambiarlo por el desastre, que conduce al aniquilamiento de la sociedad.
Tenemos que luchar por ser reconocidos y aceptar que también es necesario
reconocer; volver al concepto de civilidad, con capacidad para vivir en
sociedad aceptando a los demás y teniendo la satisfacción de ser aceptados;
arreglar las disputas por la vía de la razón. La superación de los conflictos por
la vía de la concreción de acuerdos nos conduce a ser activos y constructivos;
a respetar valores y principios; a ser solidarios; a mantener viva la voluntad
política para superar las diferencias. Es un camino a la libertad, a la justicia,
a la democracia, al respeto, a la comprensión. Es un camino hacia la
convivencia y la tolerancia, a cuya construcción debemos acudir y contribuir
todos.
• Para producir un cambio en tu vida personal y contextual y a su vez,
contribuir a forjar una actitud de cambio en los demás, debes saber que lo
más importante es quererlo hacer, tener un ideal de cambio claro y saber
cómo llevarlo a cabo. Todo ello en los espacios que demarcan tu vida
cotidiana. Ésta es la mejor escuela para resolver tus conflictos.
• Debes enfrentarte con el problema, no con las personas. Si te percibes
como adversario en un enfrentamiento cara a cara, será difícil que separes
tu relación de la parte sustancial del problema. Decía Indira Gandhi que
“con el puño cerrado no se puede intercambiar un apretón de manos”.
435

Las voces de la Otredad
• Sin comunicación no hay negociación. Esta última es un proceso de
comunicación con el cual buscas respaldar el propósito de obtener una
decisión conjunta. Cualquier método de negociación debe conducirte a
un acuerdo sensato, si el acuerdo es posible; debe ser eficaz, es decir, debe
mejorar, o por lo menos, no deteriorar la relación entre tú y la otra parte.
• El propósito de una negociación en la cual estás comprometido (a) no
siempre es llegar a un acuerdo. El acuerdo es sólo un medio para satisfacer
un fin: tus intereses personales y los de la otra parte. Un acuerdo sensato
puede definirse como aquel que satisface los intereses legítimos tuyos
y de la otra parte, dentro de lo posible; que resuelve los conflictos de
intereses con equidad y que es durable.
• La cooperación es la convicción plena que debes tener de que no puedes
llegar a la meta si no llega el otro (a) también. Tienes que ser realista, esto
significa que estás dentro de los límites fijados por la justicia, la equidad
y por la mejor alternativa de la otra parte.
• Los dos primeros obstáculos para la cooperación son las personas que
toman parte: la otra persona y tú mismo (a). El primer obstáculo está
en ti. Como ser humano tienes una capacidad de reacción que también
afecta la otra parte.
• La habilidad personal más importante en la negociación es la habilidad de
ponerte en el lugar de la otra persona. Si intentas cambiar el pensamiento
de ella, necesitas también empezar por entender cuál es ese pensamiento.
Si la otra parte ve la negociación como un asunto de ganar/perder, estará
resuelta a derrotarte. Tal vez se guíe por el precepto: “Lo que es mío es
mío y lo que es tuyo es negociable”.
• Hay cinco puntos importantes en el camino que lleva a que logres un
acuerdo con el otro (a): Descifrar los intereses de las partes; buscar opciones
para satisfacer esos intereses; normas para resolver las diferencias con
equidad; alternativas para la negociación y propuestas para el acuerdo.
• Si tratas de controlar a los demás casi nunca lo harás por el bien del otro
(a). La necesidad que estás experimentando está más relacionada con tu
idea distorsionada de “cómo deben ser las cosas” y con tu propio ideal
de perfección que pretendes imponer.
436

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
• Escucha atentamente las necesidades que tienen los demás e intenta
aprender algo de ellos. Antes que todo, los negociadores son personas.
No ser capaz de tratar a otros con sensibilidad, no comprenderlos como
seres humanos sujetos a reacciones humanas, puede ser desastroso para
tu negociación... Trata de desplegar tu capacidad organizativa y creativa
para fines realmente interesantes y provechosos.
• En la negociación se debe evitar que la relación entre las partes tienda a
confundirse con el problema que se discute. Hay que separar la relación
de lo sustancial. Debe tenerse en cuenta tanto los problemas de los demás
como también los tuyos. Hay que ponerse en el lugar del otro (a). La
manera de ver el mundo depende de dónde estés situados. Las personas
como tú tienden a ver sólo lo que desean y les interesa ver.
• Tu manera de pensar es a veces el problema. El conflicto no está en la
realidad objetiva sino en tu mente. La realidad como tú la percibes es lo
que constituye el problema en una negociación y lo que abre el camino
hacia una solución. Dicen que identificar el problema es hallar la mitad
de su respuesta. Expresa el problema antes que su respuesta. Si quieres
que alguien escuche y comprenda tus razonamientos, debes explicar
primero tus intereses y tu punto de vista y después tus conclusiones o
propuestas.
• En una tentativa de negociación, especialmente si proviene de un
fuerte desacuerdo, los sentimientos pueden ser más importantes que
las palabras. Las partes pueden estar más dispuestas para la batalla que
para encontrar juntas la solución a un problema común. Primero debes
reconocer y comprender tanto las emociones propias como las ajenas.
• Hay que procurar que tus emociones se hagan explícitas y hacerlas
reconocer como legítimas. Así se vuelve la negociación más proactiva y
menos reactiva. Al liberarte del peso de emociones que antes no podías
expresar, estarás probablemente mejor dispuesto (a) a trabajar en la
solución del problema.
• Tienes que permitir que la otra parte se desahogue. Con frecuencia,
una buena manera de manejar la ira, el resentimiento, la frustración y
los otros sentimientos negativos de las personas, es ayudándolas a que
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Las voces de la Otredad
438
expresen abiertamente y sin ambages sus sentimientos y sobre todo, sus
temores. “Si supiéramos comprender, no haría falta perdonar”, nos dice
en una de sus obras Ignacio Larrañaga.
• Debes separar las personas de los problemas. Concentrarte en los
intereses no en las posiciones. Generar una variedad de posibilidades
antes de decidirte a actuar. Inventar opciones de beneficio mutuo. Insistir
en que el resultado debe basarse en criterios claros y objetivos. Esto es lo
que define un método directo de negociación.
• Habla con el fin de que se te entienda. Háblale a la otra parte. Es fácil
olvidar que una negociación no es un debate ni un juicio, sino el resultado
de ambos. Igualmente debes recordar que tu voz no tiene por qué asfixiar
tus propios pensamientos ni ahuyentar tampoco los ajenos.
• El objeto de la negociación es favorecer tus intereses. La posibilidad de que
esto ocurra aumenta cuando te comunicas con los demás. Puede suceder
que la otra parte no sepa cuáles sean tus intereses y que tú no conozcas
los de ella. Es posible que tú o la otra parte, o ambas estén concentradas
en las ofensas pasadas en lugar de pensar en las preocupaciones futuras.
• Si quieres que la otra parte tenga en cuenta tus intereses, hay que explicarle
cuáles son. Hay que hacer que tus intereses sean vivos y específicos.
Mientras te abstengas de sugerir que los intereses de la otra parte no son
importantes o legítimos, puedes presentar con gran énfasis la seriedad e
importancia de tus preocupaciones. Para hacer que la otra parte tenga en
cuenta tus intereses, debes establecer la legitimidad de éstos.
• Tienes que reconocer que los intereses ajenos son una parte importante
del problema. Tiendes a preocuparte tanto por tus propios intereses,
que te vuelves insensible ante las necesidades del otro (a) y le prestas
poca atención a sus intereses. “Derriba la barrera, rompe el hielo, abre la
puerta de tu corazón. Hace mucho que el otro (a) también quería hablar
contigo”, era una bella exhortación de Phil Bosmans.
• Hay que mirar hacia delante, no hacia atrás. Será mejor para tus intereses
si hablas sobre a dónde te gustaría ir, que hablar acerca de dónde vienes.
En una negociación es necesario saber para dónde vas y al mismo tiempo
estar abierto a nuevas ideas. Ellas forman parte de tu horizonte de sentido.

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
• Debes ser duro con el problema y suave con las personas. Puedes ser tan
duro al hablar de tus intereses como cualquier negociador puede serlo al
hablar de sus posiciones. Para tener éxito en una negociación se necesita
que seas a la vez firme y abierto (a), concreto pero flexible.
• En una negociación debes hablar más sobre ti mismo (a), que sobre el
otro (a). Hay que evitar explicar, justificar y/o condenar extensamente las
motivaciones y las intenciones de la otra parte. Un axioma descubierto
por Paracelso, fundador de la medicina experimental en el siglo XVI,
decía: “Nada es veneno, todo es veneno: la diferencia está en la dosis”.
• Habla con un propósito definido. A veces el problema no se debe a que
haya poca comunicación, sino a que hay demasiada. Antes de decir algo
significativo debes estar seguro sobre lo que quieres comunicar y estar
seguro del objetivo que lograrás con esa información.
• En todo proceso de negociación sería un error tratar de obtener gran
precisión en la implementación de una estrategia. Sólo de vez en cuando
te encontrarás con alguien que para tomar decisiones escriba los pros
y los contras. Estás tratando de entender una opción muy humana, no
estás haciendo un cálculo matemático.
• Comprender el punto de vista del otro (a) no es lo mismo que estés de
acuerdo con él o ella. Una mejor comprensión de lo que piensa el otro (a)
puede llevar a revisar tus propios puntos de vista. Eso no es un costo sino
un beneficio. Permite reducir el área del conflicto y defender tus propios
intereses con mayor seguridad.
• Una de las maneras de manejar tus percepciones es haciéndolas explícitas
y comentándolas con la otra parte. La comunicación clara y convincente
de lo que quieres decir y el otro (a) quisiera oír, puede ser tu gran inversión
en el mundo de la negociación en el que estás inmerso.
• Tu premio que se convierte a la vez en tu más grande habilidad, es
entender al otro(a) e influir en sus acciones. Un resentimiento sobre tus
hombros es una carga demasiado pesada para llevarla en tu vida diaria.
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Las voces de la Otredad
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
En una de sus charlas habituales Buda hablaba así a sus discípulos: “La
mente es un mono inquieto, saltando de rama en rama en busca de frutos por
toda una selva interminable de sucesos condicionados”.
Fragmento de un poema de Paul Fort: “Y las rosas dijeron: / “saltemos
las rejas hermanas / saltemos y huyamos veloces, / más que el agua del
jardinero / valen las nieblas del bosque”.
La crisis de valores, la tendencia al aislamiento o al anonimato y su contracara,
la sistémica invasión a la privacidad ajena, son asuntos relacionados con el
tema de los derechos individuales.
Exigir respeto empieza por respetarse a sí mismo. Si aceptamos el maltrato,
la injuria o la ofensa, estamos admitiendo que merecemos ser maltratados u
ofendidos.
No podemos controlar lo que otras personas nos dicen cuando cometemos
un error, pero sí podemos controlar lo que nos decimos a nosotros mismos.
“Todavía no se han levantado vallas que le digan al talento: por aquí no
pasarás”, fue una célebre réplica de Beethoven a uno de sus críticos.
No existe ninguna justificación para el maltrato o la ofensa. Aceptarlos es
sobrevalorar los derechos del otro y denigrar de los propios.
Charlotte Bronté hablaba sobre la necesidad de darle cuerda en cantidad
suficiente al jactancioso para que luego se ahorque con ella.
El dolor, la injusticia y el error tienen una diferencia: la injusticia y el error
pueden ser ignorados, mientras que el dolor, no.
Un fragmento del “Rey Lear” de Shakespeare: “Cuando nacemos, lloramos/
por pisar este gran escenario de bufones”.
No podemos reclamar lo que es nuestro si vivimos convencidos de que somos
mendigos y que nada nos pertenece.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
La diferencia entre el mejor de nosotros y el resto de nosotros es que aquél
corrió más riesgos y cometió más errores.
La experiencia es una cosa maravillosa: nos permite reconocer un error
cuando ya lo hemos cometido de nuevo.
Prefiero los errores del entusiasmo a la indiferencia de la sabiduría, era una
frase recurrente de Anatole France.
Tenemos que aprender a caminar en medio de los escombros que todos
hemos tirado a lo largo del sendero.
¿Qué nos dificulta la defensa de nuestros derechos? Tres conocidos fantasmas:
el miedo, la culpa y la vergüenza.
Para un perfeccionista el mundo es un Titanic que se está hundiendo cada
vez más, cada cinco minutos.
En el beisbol no hay lanzadores que puedan evitar jonrones, ni bateadores
que puedan eludir un ponche.
Muchas veces libramos una lucha interior entre la auto-dignificación y el
miedo a quedarnos solos.
En lugar de estar culpando a los demás, admitamos nuestros desaciertos y
sigamos adelante.
Los que nos dicen que siempre están de vuelta son aquellos que no han ido
a ninguna parte.
El asunto no está en que cometamos errores, sino en lo que hacemos cuando
los cometemos.
Ciertos trabajos rutinarios se convierten en el refugio de los que no tienen
nada que hacer.
Debemos fomentar una cultura de la creatividad, la apertura y los “errores
inteligentes”.
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Las voces de la Otredad
“Cualquiera de nuestros problemas o cualquiera de los actores, clases, estamentos o
grupos involucrados en nuestros conflictos, no puede ser mirado en blanco y negro
desde la óptica cómoda y maniquea de los buenos y los malos. La realidad del
conflicto colombiano es compleja y contradictoria y merece por lo tanto análisis
complejos, capaces de matizar y problematizar las distintas situaciones conflictivas y
los comportamiento asumidos en ellas por sus distintos actores.
La intolerancia se ve expresada en las opiniones y actitudes de muchos de los actores
y víctimas de nuestros conflictos. Hay que estudiar todas las posibilidades de superar
los desgarramientos y dolores dejados por nuestras violencias, y de contribuir de esa
manera a la construcción progresiva de una nación pacífica, capaz de dirimir sus
conflictos de una manera dialogada, con reconocimiento mutuo de la dignidad de las
partes y de los seres humanos involucrados en los conflictos”.
Fabio López de la Roche, historiador y politólogo de la Universidad Javeriana,
“Izquierdas y cultura política” (adaptación).
“Lo que necesitan muchas personas es quien las estimule y les enseñe a enfrentar
valerosamente sus conflictos vitales, sin desmayar, doblegarse, ni entregarse a
estériles consuelos. Este estímulo no se puede hacer sólo con palabras, es preciso la
fuerza testimonial del ejemplo”.
Alexander Sutherland Neill, educador progresista escocés.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
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Las voces de la Otredad
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA
XII
Desde el alcor silencioso que divisa la etopeya altiva de tu gloriosa travesía,
descubres que no es en el consumo de ideas sino en la relación ineractiva
de deseos y saberes que los humanos abrazan su condición de sujetos libres
lejos de los prejuicios excluyentes y de la esquizoide absurdidad del miedo.
Demuestras con la reciedumbre indómita de tus proposiciones libertarias
que lo más importante lo hallamos en nuestros virginales descubrimientos
y no en las conquistas racionalistas y presuntuosas con las cuales se arroga
con sus dedos helados y largos y su beso de escarcha, la execrable escuela.
Con tu programa vital malinterpretas el libreto de la tragicomedia social,
te reconoces en la angustia que amordaza los días y encadena tus deberes;
con tus lóbregos sueños escalas las inasibles cumbres buscando nuevos soles
y bajas luego al valle al cultivo telúrico de tu irreprimible libertad interior.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
XIII. PEDAGOGÍA DE LA MEMORIA HISTÓRICA
A. ANECDOFABULARIO. UNA TREGUA INUSUAL.
LOS MESES DEL AÑO. LECCIÓN FUTURISTA
B. SEMBLANZA. EL OCASO DE LOS ÍDOLOS.
UNA EXPEDICIÓN AL MUNDO DE LAS SOMBRAS
C. EL ENCUBRIMIENTO DE INDOAMÉRICA. LA
LEYENDA DE ALCE NEGRO. LA PIPA DE ALCE NEGRO
D. SEPTIEMBRE NEGRO. ABRIL BÉLICO Y PACIFISTA.
EL EFECTO MARIPOSA. ¡OJO CON LOS INDIGNADOS!
WIKILEAKS Y EL HEROÍSMO DE LA VILLANÍA
E. NECROPCIA HISTÓRICA. MEMORIAS DE UNA
LITURGIA EXEQUIAL. MENTIRAS VERDADERAS.
FERVORES PATRIOS Y PESADUMBRES HISTÓRICAS.
CATECISMOS PATRIOS. WE LOST PANAMA
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
ILUSTRACIÓN XIII
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA XIII
“La memoria histórica nos llevará a recordar para intentar perdonar y no repetir,
es una eficaz herramienta para aliviar el presente y diseñar un futuro mejor
sobreponiéndonos a los estremecimientos y vicisitudes en que vivimos sumidos
los colombianos. La responsabilidad de la memoria nos concierne a todos y a
todas, no solo al gobierno con leyes y políticas públicas, no solo a organizaciones y
colectivos de víctimas o defensoras de derechos humanos, sino a cada Colombiano y
Colombiana que debe recordar y tener conciencia para garantizar que nuestro país
nunca más atraviese por situaciones tan atroces. Recordar no es fácil, más cuando no
hablamos de un triunfo de la selección Colombia, recordar puede ser doloroso, pero es
necesario”.
Waili Tatiana Gamboa Martínez. “El uso de la Memoria histórica en un posible
escenario de post-conflicto en Colombia”.
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Las voces de la Otredad
XIII. PEDAGOGÍA DE LA MEMORIA HISTÓRICA
A. ANECDOFABULARIO
UNA TREGUA INUSUAL
Los soldados ingleses advirtieron unas luces que se encendían en las líneas
enemigas. Se dieron cuenta de que al otro lado de la “tierra de nadie” que
separaba ambos socavones, los alemanes adornaban arbolitos aquella noche
de Navidad de 1914 y se escuchó, a su vez, el tradicional “Noche de paz, noche
de amor…”, y otros villancicos. Cada vez que los alemanes cantaban, los
ingleses aplaudían. Estos entusiasmados, improvisaron también sus propios
coros. Esa noche un canto de paz y fraternidad se tornó espontáneamente en
fuerza incontenible entre aquéllos que, abandonando sus armas, corrieron a
abrazarse en medio del campo de batalla.
¿Pudo la tregua de 1914 haber puesto fin a la Primera Guerra Mundial?
Muchos lo afirman y creen que se hubieran salvado 9 millones de personas.
La tregua navideña de 1914 continuó en algunos sectores del frente hasta
el Año Nuevo y unos días después. “Tuvimos que dejar que durara todo
ese tiempo -explicó un soldado alemán en una carta enviada a su casa-,
queríamos ver cómo salían las fotos que ellos nos habían tomado”. Los altos
mandos militares se enteraron de lo que había sucedido y tomaron serias
medidas para evitar que se siguiera propagando esa epidemia de abrazos
“altamente peligrosa”.
Saadi del Shiraz, un poeta persa del siglo XII ejemplificó la corrupción con la
siguiente parábola: “Si un rey come una manzana del jardín de sus súbditos, sus
esclavos desarraigarán el árbol. Por el medio huevo que el sultán se juzga en derecho
de tomar por la fuerza, sus hombres usarán un millar de gallinas”.
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LOS MESES DEL AÑO
En la noche de fin de año, los doce meses del año se reunieron alrededor
de un árbol de Navidad y comenzaron a discutir sobre cuál de ellos era
el más importante. Cada mes fue defendiendo su importancia porque en
su calendario estaba tal o cual festividad. Después de una larga y estéril
discusión, notaron que había un mes que no había musitado palabra alguna:
era enero. Extrañados con su silencio, quisieron saber la causa de su mutismo.
“En mi opinión todos somos igual de importantes –contestó-. Yo llego de
primero cuando la vida comienza a germinar bajo la tierra. En febrero, la
naturaleza retoma sus fuerzas. Marzo barre definitivamente el polvo del
invierno. Abril trae algo de calor a las flores y plantas, hasta que mayo y
junio toman el relevo. Es para entonces cuando la vegetación está llena de
vida. Siguen julio y agosto que la hacen madurar gracias al calor de sus días
y a la tibieza de sus noches…
En septiembre y octubre llega el tiempo de las cosechas. Después los
hombres necesitan reposo y por eso en noviembre alarga las noches. Por
último los hombres necesitan alegría, y diciembre porque trae consigo la
fiesta de Navidad. Como veis, sin el trabajo que cada uno realiza no podrían
sobrevivir los demás”.
Todos los meses admiraron la sabiduría de enero y nunca más discutieron.
“¿Por qué tienes algunos cabellos blancos, Mami?”
“Bueno, cada vez que haces algo malo, me haces llorar y me pones triste, uno de mis
cabellos se pone blanco”, le contestó la mamá.
Luego de pensarlo por un rato, la niña concluyó: “Mami, ahora entiendo porque
todos los cabellos de mi abuelita están blancos”.
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Las voces de la Otredad
LECCIÓN FUTURISTA
Los discípulos preguntaron al maestro qué pensaba él acerca del futuro. El
sabio les pidió ser pacientes y estar atentos a los acontecimientos de aquel
día. Fue así cómo, después de una corta espera, un incidente despertó la
curiosidad de los acuciosos educandos. Un muchacho quiso tenderle una
trampa al venerable anciano: se presentó ante él con un pequeño pájaro en la
mano y puso a prueba su capacidad predictora de la cual era famoso.
Fue entonces cuando le preguntó si el animal estaba vivo o muerto. Al
afirmar que estaba vivo, apretaría el ave hasta matarla. Al sostener que
estaba muerto, abriría la mano de inmediato y dejaría al pájaro volar. En
ambos casos se trataba de demostrar que el sabio era un farsante.
El hombre lo miró largamente, observó la inquieta mano del joven y luego la
cabecita del pájaro que asomaba entre los dedos. Fue entonces cuando volvió
la mirada al rostro impaciente del muchacho y le respondió: “muchacho,
la respuesta la tienes entre tus manos”. Luego dirigió su benevolente y
concluyente mirada hacia sus acuciosos discípulos y afirmó: “Así es el futuro,
amigos míos”.
“En el escenario del conflicto colombiano las versiones de las víctimas de la violencia
sociopolítica acerca de los acontecimientos históricos que produjeron dicha afectación,
generalmente son negadas o silenciadas por la fuerza, y en el mejor de los casos, son
descontextualizadas y desplazadas al ámbito de la intimidad, como si se tratase de
historias relacionadas exclusivamente con experiencias privadas. Estas versiones
marginadas deben emerger en el espacio público con una doble intencionalidad: la de
dar a conocer otras dimensiones de la verdad histórica de la violencia a partir de un
relato plural que dé cuenta de la complejidad de las causas y costos del conflicto, y la
de legitimar el derecho de todas las víctimas a reclamar verdad, justicia y reparación
integral”.
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Claudia Girón Ortiz, psicóloga social, Universidad Católica de Lyon. “Pedagogía
Social de la Memoria Histórica en Colombia”.
“Debemos recordar, porque el recuerdo es un deber moral. Hemos contraído una
deuda con las víctimas... Al recordar y contar evitamos que el olvido mate a las
víctimas dos veces”.
Paul Ricoeur, filósofo y antropólogo francés..

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
B. SEMBLANZA
EL OCASO DE LOS ÍDOLOS
Las estatuas derribadas de Lenin, Stalin, Pol Pot, Ceaucescu, Duvalier,
Hussein, Moubarak, Milosevic y Gadafi, evidencian esa ola de iconoclasia
que sacude al mundo. Se derruyen grandes mitos caudillistas, mesianismos
enajenadores que han sumido en alienante postración a comunidades
enteras: Helena Blavatsky y “la Sociedad Teosófica”, Sai Babá y la “Morada
de la paz suprema”, Osho y el movimiento de la “Rosa mística”, Jim Jones
y el “Templo del pueblo”, Vernon Wayne y la “Familia davidiana”, Shoko
Asahara y su “Aum” o “Suprema verdad”, Marshall Aplewhite y “La puerta
del cielo”, los Bush y la secta de los “Iluminati”, R. Hubbard y la “Iglesia de
la Cienciología”.
El “culto a la personalidad”, peligrosa pandemia que azotó el siglo XX y sigue
vigente, fue una expresión acuñada por el político ruso Nikita Jrushchov
(1956) para definir y acabar con el culto Staliniano de la época, el mayor
obstáculo político en su arrollador ascenso autocrático al soviet supremo.
La historia registra otras liturgias ego-políticas tristemente célebres: Mao,
Franco, Perón, Hoxha, Trujillo, Hussein, Marcos, Pinochet, Castro, Gandhi,
entre otras. Los mitos sólo sirven para ser derribados… “Cada mito destruido
es un eslabón menos en esa (gruesa) cadena que esclaviza a la humanidad”,
afirmaba el novelista inglés Joseph Conrad.
Una atávica malformación, extraña patología socio-cultural, se enquistó en
el inconsciente colectivo de algunos grupos. Su cuadro sintomatológico tiene
que ver con un carcinoma ideológico y mediático que ha hecho metástasis
en el corpus de la indefensa y codependiente grey. Funestos y estultos
mandamases jactándose de su liderazgo providencial, siguen paseándose
desvergonzadamente por la alfombra roja de la hipocresía y las falsas
apariencias. Hoy vemos candidatos a alcaldías, gobernaciones, asambleas
y concejos arrogándose una supuesta unción popular y una predestinación
divina para gobernar a su piadosa feligresía.
¿Cómo desentrañar los misterios de ese ciego y fastidioso fervor que durante
milenios comunidades y naciones enteras han padecido? ¿Cómo entender
449

Las voces de la Otredad
esa ridícula reverencia hacia ciertos personajes de los cuales algunos de
nuestros candidatos parroquiales y en trance electoral, son un tragicómico
remedo? Helos allí, desde la época de Fouché y Talleyrand, desfilando por los
fantasiosos y oropeleros pontones de la historia política: Henri Kissinger, Lin
Biao, Kofi Annán, Robert McNamara, William Deming, Roger Marshall,
Colin Powell, Vladimiro Montesinos, Hilary Clinton, John Kerry etc.
Vemos en el tinglado electoral actual, la trágica e histriónica estampa de
ciertos candidatos con sus grotescas comparsas, líderes atorrantes henchidos
de egolatría y vacuidad, contaminando visualmente la urbe, arengando y
tratando de convencer con sus discursos asistencialistas y promeseros y
a través de psicomágicas estrategias insufladas de un pseudo-marketing
emocional, a hordas amnésicas e ignorantes sumidas en una red circense de
abyecta veneración.
Nuevos tiempos y movimientos demandan la destrucción de idolatrías de
barro, altares populistas, caudillismos exacerbados, verdades reveladas, seres
predestinados, paraísos almibarados, “somas” socio-activos y enajenantes.
El espectáculo electorero que hoy contemplamos y que ha desvirtuado el
verdadero sentido de un ejercicio del poder, nos obliga a ser taxativos: sólo
lograremos superar nuestras adversas condiciones de vida en la medida
en que seamos capaces de enfrentar y destruir nuestros alienantes mitos
políticos.
Helen Keller, defensora estadounidense de los derechos humanos, quedó ciega, sorda
y muda a los 19 meses de vida. Quiso superarse y crear con fe su propio destino. Lo
logró con la fuerza de su voluntad y su constancia, y gracias al invaluable apoyo
de su maestra Anne Sullivan quien le enseñó a leer en braille. Aprendió a hablar
poniéndose un dedo en la nariz, otro sobre los labios y el pulgar en la garganta. El
tacto le ayudaba a oír y Helen sin hablar como las personas normales, fue escuchada
por reyes y jefes de Estado.
Dio charlas en todo el mundo sobre cómo mejorar la vida de los discapacitados.
Helen Keller alcanzó fama mundial y la usó para ser útil, para servir a la
humanidad y, sobre todo, a los ciegos y los sordos. En “La historia de mi vida”,
Helen cuenta cómo con sus sueños y esa confianza y determinación infatigables logró
lo que se propuso. Murió en 1968, pero su testimonio perdura y también el de su
maestra Anne Sullivan quien la acompañó durante 50 años.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
UNA EXPEDICIÓN AL MUNDO DE LAS SOMBRAS
El fantástico mundo del inconsciente (“el ello”) fue explorado por Sigmund
Freud, ese lugar donde se encuentran confinados instintos, necesidades
insatisfechas, recuerdos, pulsiones y deseos reprimidos. En el “super yo”
se agolpan todos aquellos aspectos recibidos de la cultura y la familia que
actúan a manera de jueces implacables que nos obligan a reprimir lo que
se considera una amenaza. El yo, consciente y mediador, nos conecta con
nuestra realidad inmediata y nos adapta a ella. El tema que nos ocupa hace
referencia al luminoso rostro de “la sombra”.
Con el psiquiatra suizo Carlos Gustavo Jung, diremos que nuestro mundo
interior es esa extensión ilimitada llena de inaudita indeterminación donde
lo incomprensible es lo único que tiene significación: “(…) no es ni un arriba
ni un abajo, ni un aquí ni un allí, algo ni mío ni tuyo, ni bueno ni malo”.
En ese territorio ancho y ajeno de nuestra psiquis se libra desde el comienzo
de los tiempos una batalla entre el yo consciente y el “otro yo”, un agente
antagónico signado por rasgos y actitudes que lo convierten en un “ser”
proscrito, maldito… esa es “la sombra”.
Definida por los estudiosos del comportamiento como ese complejo
espectral instintivo, intuitivo, imaginario y valórico, la sombra forma
parte integral de ese inventario racio-emocional, latente e individual, ese
kárdex perceptivo universal y heredado (“inconsciente colectivo”) que
desencadena fenomenologías actitudinales relativizadas por patrones
históricos y condiciones socioculturales. A pesar de su intrincada y trágica
contingencialidad, la sombra es ese lugar especial donde la imaginación y su
cortejo de fantasías y utopías, encuentran refugio y solaz.
En un mundo colmado de realismos mágicos, la sombra es parte esencial
de la condición humana: aun desconociéndola o rechazándola, toma forma
y vida en cada ser humano. La sombra, definida como “ese lado oscuro
del alma”, es una puerta angosta que nos conduce a través de su penosa
estrechez a una angustiosa incertidumbre de la cual nos apartamos, o mejor,
nos escapamos entre rezongueos y medrosos reproches. Bajo la máscara de
nuestro Yo consciente descansan ocultos todo tipo de emociones y conductas
“extrañas” y por ende, proscritas (rabia, celos, envidia, mentira, vergüenza,
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Las voces de la Otredad
resentimiento, ambición y soberbia), que conforman nuestro verdadero
rostro (“cara” entre los griegos significaba antifaz).
La sombra constituye una parte del inconsciente que complementa nuestro
ego y que representa aquellas facetas oscuras que nuestra conciencia repudia
y en vano trata de desconocer… Es por eso que la eludimos y, muchas veces,
intentamos esconderla en algún rincón apartado, visiblemente inadvertido de
“nuestra casa”. Algunas biografías ilustran lo anterior y ponen al descubierto
los difusos y ambiguos repliegues de la condición humana. La supersticiosa
crueldad y megalomanía de Alejandro Magno; la hipocondría y pirofobia
de Hans Christian Andersen; el anticlericalismo, misofobia y antisemitismo
de Robert Baden Powell; el trastorno obseso compulsivo de Charles Darwin;
el espiritismo y los arrebatos místicos de Arthur Conan Doyle; las locuras
parafílicas de Víctor Hugo…
Las crisis depresivas y violentas de Friedrich Holderlin; los colapsos
neurológicos y suicidas de Robert Schumann; la coprofilia de James Joyce;
la sodomía de Lawrence de Arabia. La locura esquizofrénica de Vazlav
Nijinsky; la claustrofobia y el voyerismo pederasta de Adolf Hitler; la
psicosis maníaco depresiva y uxoricida de Louis Althuser; la bulimia,
drogadicción y dislexia de Elvis Presley; la bacterofobia de Howard Hughes;
el trastorno bipolar de Miguel Ángel, Leonardo da Vinci, Isaac Newton,
Beethoven, Goya, Lord Byron, Virginia Wolf, Charles Dickens, Hermann
Hesse y Winston Churchill; la esquizofrenia de Juana de Arco, Vincent Van
Goh, Jack Kerouac, Antonin Artaud y John Forbes Nash.
La rocambolesca y camorrera vida y los lienzos barrocos e “inmorales” del
pintor italiano Miguel Caravaggio, refulgen claroscuridades. Como Miguel
Ángel Buonarroti en la Capilla Sixtina, 60 años antes, el artista lombardo
se enfrentó a la hipócrita y morbosa sociedad y a la “piadosa” iglesia de su
tiempo, pintando en sus cuadros bíblicos “personajes” de la calle: malandrines
contactados en los tuguriales Campos de Marte, meretrices y mendigos que
fungían de vírgenes y santos, efebos chaperos que luego de posar como
ángeles se convertían en sus amantes. El modelo escogido para “la muerte
de la virgen” fue el cadáver putrefacto de una prostituta embarazada que se
había suicidado en las aguas del río Tíber.
Una biografía (Eutimio Martín, “El oficio del poeta”) revela la verdadera
personalidad de Miguel Hernández, “el poeta del pueblo”, autor de aquella
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
trágica canción de cuna (“Nanas de la cebolla”), muerto a los 31 años de
tuberculosis en una cárcel franquista. Distante, frío, resentido, megalómano
y calculador, envidioso de la suerte de Lorca sin vislumbrar aún el trágico
sino que los uniría… es el retrato en blanco y negro de nuestro humilde bardo
alicantino quien, además, coqueteaba con el fascismo como una estrategia
de supervivencia en tan tenebrosa época.
El historiador estadounidense Philip Pomper (“El hermano de Lenin”) hace
una semblanza de Vladimir Ulianov, el líder revolucionario y señala cómo
no fue el ferviente amor del padre de los soviets por la causa proletaria y
socialista, sino la venganza, el rencor y la crueldad, la leit motiv que lo
acompañó desde la ejecución de su hermano tras el atentado contra Alejandro
III en 1887 hasta su triunfo revolucionario 40 años después. En 1918, la
familia del zar Nicolás II fue fusilada por orden del líder bolchevique en el
sótano de una casa en los Urales, escena dantesca narrada por uno de sus
verdugos… la vieja deuda había sido saldada.
Cada uno de nosotros lleva consigo un doctor Jeckyll y un Mr Hyde, una
persona afable, locuaz y “buena” en su vida cotidiana y otra identidad silente,
oculta y escabrosa que permanece proscrita y amordazada la mayor parte
del tiempo. Algunos pensadores la han satanizado, otros la reivindican: “La
sombra no existe, lo que tú llamas sombra es la luz que no ves”, señalaba
el escritor francés Henri Barbusse. “Lo que no tiene sombra no tiene fuerza
para vivir”, sentenciaba el poeta polaco Czeslaw Milosz. Rabindranath
Tagore, el poeta bengalí, advertía: “Tú no ves lo que eres, sino su sombra”.
El ego y la sombra conviven, se nutren y crecen a expensas de la misma
experiencia vital. Vamos arrinconando en esa pieza de rebujos donde
nuestra psiquis, de una manera excluyente, selectiva y confinatoria,
sentimientos, emociones y actitudes “raras” que no se adecúan a esa imagen
estereotipada con la cual nos aceptan los demás. Es allí, en esa red de farsa,
hipocresía y disimulo, donde encontramos la verdadera etiología de nuestros
comportamientos neuróticos y esquizoides todos ellos encubiertos tras una
serena apariencia de higiénica madurez, moralidad, rectitud y ecuanimidad.
Tenemos que aprender a convivir con nuestra sombra y comprender aquella
que, muchas veces y con tanto celo, tratan de encubrir los demás; sobrevivir en
medio de un mundo complejo y conflictivo que se debate entre el eros, el caos
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Las voces de la Otredad
y el thanatos; aceptar que esa multiplicidad de “yoes perdidos”, personajes
que pueblan nuestro inconfesable y silencioso mundo críptico, tienen una
razón de ser – estar en nuestra exuberante región onírica y vivencial, allí en
la misteriosa inconmensurabilidad de nuestra psiquis… sólo así dejaremos
de ver el mundo de una manera polarizada, fragmentaria y maniquea.
La sombra, dice la Psicología Transpersonal, es la señal de que en algún lugar
cercano hay una luz resplandeciente. Esas dudas identitarias, dilemas éticos
y prejuicios ontológicos llenos de supuestos y restricciones, elementos que
conforman nuestra verdadera realidad interior, al volverse actos, configuran
nuestro inexorable y frágil destino. Tenemos pues, que hendir el dedo en
la llaga, reconocer la espina en la carne y extraerla a través de la magia de
la acción-reflexión. Sólo el diálogo inmanente con esos yoes perdidos nos
permitirá convertirnos en seres trascendentes y luminosos.
El psiquiatra suizo Carlos G. Jung fue concluyente en su estudio psicoanalítico
(“El árbol filosófico”,1945): somos menos buenos de lo que creemos y
presumimos ser. Arrastramos nuestras sombras como esas colas saurianas
que serán más densas y largas mientras menos unidas estén a nuestra vida
consciente y racio-emocional. No se logra ese despertar luminoso y creativo
fantaseando sobre la luz, sino haciendo de la oscuridad algo consciente y
real, descubriéndola, conquistándola, colonizándola y luego, dejándola así,
misteriosa y radiante en todo su esplendor.
Debemos reconocernos en lo poco o mucho que tenemos y aceptar lo que
somos sin encandilarnos con nuestras luces y oscurecernos con nuestras
sombras; encontrar un motivo vital fuerte o un sutil por qué, todo aquello
capaz de darle sentido a nuestra vida. Reconocer y aceptar la gravosa carga
moral que llevamos a cuestas; simplificar nuestra vida con esa sabiduría
esencial que nos permitirá viajar por el mundo ligeros de equipaje; hacer
anclajes afectivos, evitar las trampas del miedo, sanar nuestra memoria
fracturada y emplazar al dolor sin buscar sustitutos que actúen como parches
anestésicos.
Muchas veces tenemos que caminar solos y silenciosos por los claroscuros
laberintos de la condición humana, sólo iluminados por el vago resplandor
de nuestras utopías. En esa expedición singular, debemos hacer el intento
de conocer nuestro mundo sinuoso, contingente y circunstancial; saber de
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
nuestras claro-oscuridades; afrontar con denuedo los vientos huracanados
que se agitan en derredor; conocer nuestros ciclos mustios y desolados al
igual que el tiempo propicio para la florescencia… aceptar nuestras sombras
como esas necesarias compañeras de viaje.
Un proyecto educativo en Derechos Humanos debe ser transversalizado en todo
programa curricular que se desarrolle en cualquier institución educativa de la
nación colombiana y, a su vez, debe ser incorporado a una propuesta comunitaria
sobre pedagogía de la memoria histórico-social que estudie de una manera crítica,
propositiva y predictiva, el trasegar dialectico de nuestra historia social y la manera
cómo han sido tratados a través de las diferentes épocas los temas problémicos
inherentes a los derechos humanos.
La intencionalidad que asiste a todo proyecto educativo desde esta perspectiva es
la de trabajar desde los postulados críticos de la educabilidad y la enseñabilidad,
la evolución de los derechos civiles, económicos, sociales, políticos y culturales
y auscultar la manera cómo éstos han impactado a través de los tiempos, a los
miembros de las comunidades e instituciones educativas en materia de entronización,
violación, restitución y ampliación, además de su carácter prospectivo, es decir, los
desafíos propios de los nuevos tiempos en esta materia.
En materia de derechos humanos, por cada mujer que da un paso en el camino
hacia su propia liberación, hay un hombre que está redescubriendo o redefiniendo sus
utopías libertarias.
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Las voces de la Otredad
C. EL ENCUBRIMIENTO DE INDOAMÉRICA
El 12 de octubre de 1492 seguirá siendo un día nefasto para la historia
de Indoamérica. Se ha querido disfrazar el (geno) etnocidio, crimen de
lesa humanidad cometido durante la larga y triste noche feudal (4 siglos,
60 millones de víctimas), así como la explotación secular, opresiva y
humillante a que han sido sometidas las poblaciones aborígenes de nuestro
continente en nombre de la civilización y la modernidad, con expresiones
chapuceras tales como “Día de la Raza”, “Día de la hispanidad”, “Día de la
interculturalidad”, “Encuentro de dos mundos” y para muchos, “Día de la
resistencia indígena”.
La “raza cósmica” del pensador mexicano José de Vasconcelos ha sido
condenada centenariamente a una oprobiosa servidumbre. Innumerables
términos peyorativos engastaron durante siglos los rutilantes prejuicios
etnocentristas: seres interdictos e inimputables, animales sin alma, menores
de edad, individuos desprovistos del uso de la razón, ciudadanos de segunda
clase, hombrecillos salvajes e ingobernables. Carente de los “valores
superiores” judeo-cristianos, pasaporte y equipaje necesario para transitar
por los caminos eugenésicos de la civilización occidental, nuestro mestizaje
cultural ha sido considerado un factor de subdesarrollo y pre-modernidad.
Las palabras del “educador” argentino Domingo Faustino Sarmiento
(“Facundo: Civilización y barbarie”), son ilustrativas: “Puede ser injusto
exterminar salvajes, sofocar civilizaciones nacientes, conquistar pueblos…
pero gracias a esta injusticia, América en vez de permanecer abandonada
a salvajes incapaces de progreso, está ocupada hoy por la raza caucásica,
la más perfecta, la más inteligente y la más progresiva… merced a estas
injusticias, Oceanía se llena de pueblos civilizados, Asia empieza a moverse
bajo el impulso Europeo, África ve renacer en sus costas los tiempos de
Cartago y los días gloriosos de Egipto… la población del mundo está sujeta
a revoluciones que reconocen leyes inmutables. Las razas fuertes exterminan
a las débiles, los pueblos civilizados suplantan en la posesión de la tierra a
los salvajes”.
Thomas Banyacya, un líder hopi de Arizona, referenciaba de esta manera,
el encuentro con la civilización europea: “Nuestras profecías hablaban del
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
regreso del hombre blanco que alguna vez se marchó al Este… Se suponía
que regresaría con inventos que nos ayudarían a llevar una vida mejor y
completar así, nuestro ciclo espiritual. Pero en lugar de traer el símbolo del
círculo que une a la gente, trajo el signo de la cruz que la separa y la divide”.
Eduardo Galeano nos recuerda que en 1492 los nativos descubrieron que
eran indios, vivían en América, estaban desnudos, eran pecadores, obedecían
a reyes de otro mundo y a un dios de otro cielo que había inventado el miedo
y la culpa… “Vinieron… Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra.
Nos dijeron: *Cierren los ojos y recen* y cuando los abrimos, ellos tenían la
tierra y nosotros teníamos la biblia”.
Debemos reconocer ahora y siempre la sabiduría lingüística, étnica y
espiritual de nuestros pueblos amerindios, verdaderos guardianes del
planeta, genuinos e insignes guerreros del arcoíris…Es hora de reivindicar
su contribución al patrimonio histórico y cultural de la humanidad al igual
que el derecho inalienable que tienen a una vida digna, auto-determinante,
disensual y divergente, no discriminatoria, democrática y participativa.
Muchos deberíamos ser rebautizados por un Vila Oma con juncos de totora
en las frías aguas del lago Titicaca y repitiendo la oración salvífica: “Ama
sua, ama llulla, ama quella” (“No mientas, no robes, no seas perezoso”).
Quizás, un día no muy lejano y ojalá no demasiado tarde, nos reconozcamos
en esos “indios” que alguna vez en su bitácora viajera describió Cristóbal
Colón al llegar a América: “(…) gentes de amor y sin codicia… aman a sus
prójimos como a sí mismos… y siempre con la risa”.
El escritor uruguayo Eduardo Galeano (“El desprecio como destino”), afirma que
el muro de Berlín no alcanzó a cumplir 30 años pero el otro muro celebró 5 siglos:
intercambio desigual, extorsión financiera, sangría de capitales, alienación cultural,
monopolio tecnológico e informacional… “Ladrillos que día a día se agregan, a
medida que crece el drenaje de riqueza y soberanía desde el Sur hacia el Norte del
mundo”, concluyó.
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Las voces de la Otredad
LA LEYENDA DE ALCE NEGRO
“La verdad se defiende por su propia naturaleza contra la profanación, y es posible
que llegue a aquellos que están calificados para penetrarla profundamente y son
capaces, gracias a ella, de consolidar el puente que debe construirse para salir de esta
edad oscura”.
Hehaka Sapa (Alce Negro).
Hehaka Sapa, Alce Negro (1863-1950), murió en la reserva Pine Ridge, en
Dakota del Sur. Participó en las batallas Litle Big Horn y fue testigo de la
masacre de Woundad Knee Creek. Era primo del gran jefe Caballo loco,
conoció a Toro Sentado y viajó con el espectáculo de Buffalo Bill. Recibió las
enseñanzas más profundas de sus maestros: Cazador del Torbellino, Camino
Negro y Cabeza de Alce. Estaba convencido de que la misión de su vida era
conseguir que su pueblo reconociera la grandeza de su tradición cultural y
favorecer la paz entre los seres humanos y entre ellos y la naturaleza.
Los indios sioux enseñaban a sus hijos que restregarse el pecho con alas
de mariposa les permitiría correr con la rapidez del antílope. Cualquier
muchacho que pretendiese coger una docena de lepidópteros sin ayuda de
una red, se convertía, gracias a esta receta, en un gran corredor antes de que
se acabase el estío. Estas son las palabras testimoniales de un indígena sioux:
“Mi pueblo, no es una raza, ni una nación (¿qué es eso?), ni una ideología, ni
unas costumbres. Es una forma de vivir. La forma de vivir humana íntegra y
fundida con la naturaleza. La que respeta, por tanto, todas sus manifestaciones
y diferencias como sagradas. Esa que es compatible con cualquier ley, técnica
y tiempo que suponga el derecho de existir y vivir libremente. Esa forma de
vivir que poco a poco va despertando a nivel mundial, aún en medio de las
oscuridades y atrocidades de esta última edad del ciclo en que vivimos…
Nos unimos a la invocación de Alce Negro: ojalá llegue pronto la próxima
edad del nuevo ciclo, la edad de oro, la era de “la Luna Llameante”… “¡Oh
Tú! Poder de donde el sol sale y se pone, de donde vive el gigante, Poder de
allí donde siempre miramos… ¡Tú eres un pariente!”.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
“Yo no sabía entonces cuántas cosas se habían acabado. Cuando ahora miro hacia
atrás desde la alta colina de mi ancianidad, todavía puedo ver la carnicería hecha
con las mujeres y niños que yacían amontonados o esparcidos… Y puedo ver que
allí, en el ensangrentado barro, murió algo que quedó enterrado por la ventisca. Allí
murió el sueño de un pueblo. Era un bello sueño”.
Hehaka Sapa, Alce Negro 1863-1950, Lakota Oglala
(1932 Alce Negro hace referencia a la masacre de Wounded Knee).
“Soy ciego y no veo las cosas, pero cuando la luz viene de Arriba ilumina mi corazón
y puedo ver, pues el ojo de mi corazón lo ve todo. El corazón es un santuario en cuyo
centro se haya un pequeño espacio en el que habita el Gran Espíritu y éste es el ojo
mediante el cual ve todas las cosas y le vemos. Cuando el corazón no es puro, el Gran
Espíritu no puede ser visto y si hubierais de morir en esta ignorancia, vuestra alma
no podrá regresar inmediatamente a su lado, sino que deberá purificarse mediante
peregrinaciones a través del mundo. Para conocer el centro del corazón en el que
reside el Gran Espíritu, debéis ser puros y buenos y vivir según la manera que el
gran Espíritu nos ha enseñado. El hombre que, de este modo, es puro, contiene el
Universo en la bolsa de su corazón”.
LA PIPA DE ALCE NEGRO
Lleno la pipa sagrada con la corteza del sauce rojo, pero antes de que la
fumemos, debéis ver cómo está hecha y qué significa. Estas cuatro cintas que
cuelgan del cañón son las cuatro regiones del Universo: la negra representa
el Oeste en el que viven las criaturas del Trueno para enviarnos la lluvia;
la blanca representa el norte de donde viene el Gran Viento Blanco que
purifica; la roja representa el Este de donde brota la luz y donde mora el
Lucero del Alba a fin de dar la ciencia a los hombres; la amarilla representa
el Sur de dodne viene el verano y el poder de crecer.
Pero estos cuatro espíritus no son en suma más que un Espíritu y esta pluma
de águila simboliza el Uno que es como un padre, pero representa también
los pensamientos de los hombres que deben elevarse hacia las alturas como
lo hacen las águilas. ¿No es el Cielo un padre y la Tierra una madre y todos
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Las voces de la Otredad
los seres vivientes sus hijos, ya tengan pies, alas o raíces? Y este cuero de la
boquilla que ha de ser de piel de bisonte, indica la Tierra de la cual venimos
y de cuyo seno nos nutrimos todos los seres vivientes, semejantes a recién
nacidos con todos los animales, pájaros, hierbas y árboles. Por lo que significa
todo esto y más de lo que ningún hombre puede comprender, la Pipa es
sagrada.
Mira esta Pipa que Te hemos ofrecido, junto con la Tierra, los cuatro Poderes
y todas las cosas. Sabemos que somos parientes, que formamos una unidad
con todo lo que hay en el Cielo y en la Tierra. Sabemos que todas las cosas
que se mueven son un pueblo como nosotros. Todos deseamos vivir y crecer
según el misterio. El lucero del alba y la aurora que viene con él, el sol de la
noche (la luna) y las estrellas del cielo han estado todos aquí reunidos. Tú
nos has enseñado nuestro parentesco con todas las cosas y todos los seres.
Te damos gracias por ello, ahora y siempre. Que seamos continuamente
conscientes de este parentesco existente entre los cuadrúpedos, los bípedos
y los volátiles.
Con esta pipa de misterio caminaréis por la Tierra. La Tierra es vuestra
abuela y madre, y es sagrada. Cada paso dado sobre ella debería ser una
plegaria. La cazoleta de esta Pipa es de piedra roja, es la Tierra. Este bisonte
joven que está grabado en la piedra y que mira hacia el centro, representa
a los cuadrúpedos que viven sobre vuestra Madre. El cañón de la Pipa es
de madera, y esto representa todo lo que crece sobre la Tierra. Y estas
doce plumas que cuelgan de donde el cañón penetra en la cazoleta, son de
Wambali Galeshka, el Águila Moteada, y representan al Águila y a todos
los seres alados del aire. Todos estos pueblos, y todas las cosas del Universo,
están vinculadas a ti, que fumas la Pipa; todos envían sus voces a Wakan-
Tanka, El Gran Espíritu. Cuando oráis con esta Pipa, oráis por todas las
cosas y con ellas.
¡Que todos podamos alegrarnos y vivir en paz!
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
¡Oh Gran Espíritu! Contémplame una vez más en la tierra e inclínate para oír mi
tenue voz... El camino bueno y el camino de las dificultades dispusiste de manera
que se atravesasen; y es sagrado el lugar en que se cruzan. Me dijiste, cuando era
joven y podía alimentar esperanzas, que en las pruebas te enviase una voz cuatro
veces, una por cada una de las regiones de la tierra, porque me escucharías... Me
concediste el poder de dar vida y el de destruir. Me concediste la facultad de purificar
y curar. Me llevaste al centro del mundo.
Texto conocido como la Oración de Alce negro.
En el centro de este aro aseveraste que yo haría florecer el árbol... Con lágrimas
en los ojos he de decir que el árbol jamás floreció. Heme aquí, siendo un viejo
despreciable; he fracasado, nada conseguí... Una vez más, acaso la última, rememoro
la gran visión que me enviaste. Tal vez viva aún una raícilla del árbol sagrado.
Nútrela si así fuese. ¡Atiéndeme a fin de que mi gente logre entrar de nuevo y halle el
buen camino rojo...!
¡Haced que mi pueblo viva!
“No hay dos hombres iguales como no hay dos hojas iguales. Aunque pertenezcan a
un mismo árbol, cada una toma el sol de una forma y sin embargo, todas sirven al
árbol”.
Cayetano Arroyo, “Yo soy tú mismo”.
“Los pueblos indígenas hemos podido mantener nuestra identidad, porque hemos
sabido resistir (…). La paz no es solamente la ausencia de la guerra. Mientras haya
pobreza, racismo, discriminación y exclusión, difícilmente podremos alcanzar un
mundo de paz”.
Rigoberta Menchú, líder indigenista guatemalteca.
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Las voces de la Otredad
D. SEPTIEMBRE NEGRO
La historia contemporánea está llena de muchos septiembres negros.
Indoamérica evoca dolorosos episodios septembrinos: el inicio de la guerra
entre EE. UU. y México (1847) y el robo de Texas; el asesinato de Caballo
loco y el genocidio de los sioux (1877); El anuncio en 1901 de la llegada
del Neoliberalismo con Teodoro Roosevelt (“Big Stick” y “Square Deal”);
el conflicto colombo-peruano (1932) y paralelo a éste, la Guerra del Gran
Chaco, absurda contienda (100 mil muertos) donde mató más el hambre y la
sed que las balas y cuyo trasfondo bélico fue la disputa entre 2 multinacionales
por una zona petrolera ubicada en la frontera guaraní-boliviana.
La invasión de las tropas teutonas a Polonia en septiembre de 1939
desencadena la II Guerra Mundial. Un año después (IX-27-40), se sella el
Pacto Tripartito de Berlín entre la Italia fascista, la Alemania nazi y el imperio
nipón, alianza militar y geopolítica conocida como El Eje. 5 años más tarde
y en el mismo mes, a bordo del acorazado Missouri anclado en la Bahía de
Tokio, se firma la rendición del ejército japonés y se declara oficialmente
concluida la guerra. Un dato refleja el horror de la conflagración: 60 millones
de muertos, 35 millones de heridos y 3 millones de desaparecidos (una muerte
es una tragedia, un millón, un simple dato estadigráfico, afirmaba Stalin).
Atrás han quedado cruentas evocaciones septembrinas de esta guerra que
involucró a 70 países: el sitio de Varsovia (1939) con sus 30 mil muertos; los
300 bombardeos sobre Londres (1940); el sitio de Leningrado donde mueren
de hambre y frío más de 650 mil rusos y el debut genocida en 1944 en París y
la capital inglesa de un arma letal, preludio luctuoso de la bomba atómica: el
cohete V-2, el primer misil balístico de la historia. Cuando muchos creyeron
que los horrores de esta guerra eran sólo un pálido recuerdo, sobrevinieron
Vietnam, Bosnia y Herzegovina, Ruanda y los conflictos del medio y lejano
oriente.
Fue en septiembre de 1923 cuando el general Primo de Rivera suspende la
constitución, disuelve el parlamento e instaura la dictadura en España. 13
años después (IX-29-36), Francisco Franco, otro dictador conocido como “El
caudillo”, es elegido “jefe de gobierno, jefe de Estado y generalísimo de los
ejércitos”. El 27 de septiembre de 1975, tras 40 años de un “Falangismo” cruel
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
y fratricida, comienzan sus estertores con el fusilamiento de 2 miembros de
ETA y 3 del FRAP (Frente Revolucionario Antifacista y Patriota). Durante
estos 52 años de horror murieron más 500 mil españoles, cifra similar en
años y muertos a la que deja nuestra reciente, absurda y cruenta historia
guerrerista.
Hace 43 años (IX-05-72) se perpetró el ataque suicida de un comando
palestino contra la sede de los atletas israelíes durante los Juegos Olímpicos de
Munich. 29 años después (IX-11-01), 4 aviones protagonizaron los atentados
contra el Word Trade Center y el Pentágono, los cuales fueron atribuidos a
terroristas islámicos del grupo Alqaeda. En esta ocasión, 3 mil inocentes
fueron la excusa victimaria perfecta para el inicio de otros 2 conflictos bélicos,
magros e incomprensibles reunidos bajo el lema de “Operación Libertad”:
el de Afganistán, cuyo desembarco de tropas se inició en septiembre de
2001 y concluyó en septiembre de 2013 y el de Iraq (2003-2011). Tampoco
omitimos el “pinochetazo” (11-IX-73), golpe militar que derrocó al gobierno
de Salvador Allende e instauró un régimen oprobioso en Chile.
Este oscuro mes emplaza a esa memoria utilitarista, resbaladiza y amnésica
a no olvidar aquellos infames y lóbregos pasajes de nuestra historia
contemporánea, sombrío expediente cuyas páginas superan la ficción y
alimentan la locura de la razón, hechos y acciones que motivan profundas,
dolorosas y pesimistas reflexiones y que hoy se convierten en trampas
textuales e ideológicas que alimentan el mórbido y mentiroso pacifismo de
nuestros días.
El economista estadounidense Joseph Stiglitz afirma en una entrevista célebre, que
el fin del capitalismo ha venido siendo pronosticado. “Ya en 1918, el filósofo alemán
Oswald Spengler advertía sobre el inexorable ocaso de la civilización occidental. Y
antes que él, Carlos Marx. Cada crisis, siempre luego de un crecimiento acelerado, es
una prueba irrefutable de que el capitalismo está condenado al colapso”, puntualiza
el benemérito profesor de la Universidad de Manchester.
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Las voces de la Otredad
ABRIL BÉLICO Y PACIFISTA
El 4 de abril de 1945 se libera el campo de concentración de Ohrduf. 13
años después (4 de abril de 1958), un diseñador y activista británico crea el
logo para una manifestación de 10.000 personas que marchaban contra las
bombas genocidas atómicas (“British Campaign for Nuclear Disarmament”)
y la Guerra de Vietnam que duraría 20 años (1955-1975). Se crea así, el
movimiento pacifista, la lectura del célebre manifiesto Russell- Einstein y
se exhibe por primera vez el símbolo de la paz, inspirado en una pintura de
Goya (el fusilamiento de los activistas contra la ocupación francesa de 1808
en Madrid).
Este 4 de abril nos hace recordar otras dos fechas ingratas: en 1949 se firma en
Washington el Tratado del Atlántico Norte (OTAN), guardián de la heredad
geopolítica de las grandes potencias del mundo. Un 4 de abril de 1968 cae
asesinado en Memphis el pastor bautista Martin Luther King, luchador contra
la segregación racial en los EE. UU. (Nobel de paz 1954). Estas efemérides
nos permiten hacer un recuento sobre algunos acontecimientos abrileños
que han quedado registrados en la memoria bélica de la humanidad.
Un 20 de abril de 1889 nace Adolfo Hitler. En abril de 1918 se protocoliza
el tratado de Versalles que puso fin a la II Guerra Mundial y se firmó el acta
de bautismo de la Liga de las Naciones y el de defunción de 2 millones de
víctimas que dejó este horrendo fratricidio. Abril fue testigo en ese mismo
año del nacimiento del Nazismo, engendro político cuyos padres fueron los
Yunker (terratenientes) ideólogos del militarismo prusiano y los carteles
industriales alemanes, enemigos de la burguesía comercial y agiotista judía.
Abril también fue testigo del surgimiento en 1921 del partido fascista, vocero
de los intereses de los campesinos ricos y de la ultraderecha italiana.
En abril de 1925 Hitler termina su autobiografía y su ideario político y
los condensa en su “Mein Kampf ” (“Mi lucha”) y conoce a Goering,
Himmler y Goebbels, responsables del triunfo electoral de Hindenburg y el
nombramiento del “fhürer” como “Reichskanzler” (canciller imperial) en
1932. Fue en abril del siguiente año cuando nació la siniestra policía secreta
nazi conocida como la Gestapo, comienza a funcionar Dachau, el primer
campo de concentración de Alemania y se inicia el boicoteo contra todas
empresas de propiedad judía.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Abril conoce del sabor agridulce del triunfo bélico de los nazis pero también
de sus grandes derrotas: en este mes se prepara la invasión de Normandía
(1944) y un año después, se concluye la ofensiva del Rhin, el Elba y el Weser;
los canadienses conquistan Emerich y los rusos lanzan su ofensiva contra
el sistema defensivo de Berlín. El 20 y el 24 de abril, Goering y Himmler
abandonan Berlín; Hitler los declara traidores, se refugia en el Bunker
del Reichtag, redacta su testamento político, nombra como su sucesor al
almirante Karl Dönitz, se casa con Eva Braun y un día después, el 30 de
abril, se suicida con su amante.
Dwight Eisenhower, el estratega del desembarco de Normandía y promotor del
desarme nuclear afirmaba que cada cañón que se fabrica, cada navío de guerra que
zarpa son “en definitiva, un robo a los que tienen hambre, a los que están desnudos”.
George Marshall, un aguerrido militar estadounidense durante la Segunda Guerra
Mundial, no dejaba de reconocer que la única forma de vencer en una guerra es
evitándola. Aún se recuerda el axioma pacifista y antinazi del escritor Thomas
Mann: “La guerra es la salida cobarde a los problemas de la paz”.
EL EFECTO MARIPOSA
El meteorólogo Edward Lorenz en su “Teoría del Caos” (1961), dedujo
que un cambio inicial puede producir variaciones considerables a lo largo
de un proceso sistémico determinado (“El aleteo de una mariposa puede
producir un tsunami al otro lado del mundo”). “El ruido del trueno” (1953),
un cuento de Ray Bradbury, “El fin de la eternidad” (1955), novela de ficción
del científico ruso Isaac Asimov, la trama “Harry Potter y el prisionero de
Askabán”(1999) de J. K. Rowling y cintas tales como “Parque Jurásico
(1993), “Babel” (2007), “El curioso caso de Benjamín Button” y “El último
día de verano” (2008), analogizan esta interrelación de causa-efecto.
465

Las voces de la Otredad
El lema “Peace and Love” y el logo-símbolo de una pata de paloma dentro
del círculo de la tierra, diseño de Gerald Holtom para la campaña londinense
de desarme nuclear CDN de 1958, conformaron la iconografía impulsora
del movimiento hippie, el rock and roll y la gran protesta juvenil contra la
Guerra del Vietnam de los años 60. El eslogan internacionalista proletario
y consignas tales como “No pasarán” (“Ni un paso atrás”) usadas por la
resistencia francesa en la II G. M., los comunistas españoles antifranquistas,
los sandinistas y las madres de la Plaza de Mayo, son algunos ejemplos de
este famoso corolario.
Los lemas: el antirracista de Martin Luther King (“Yo tuve un sueño”); el
pacifista de Mahatma Gandhi (“Sólo la verdad triunfa”); el anticolonialista
de Nelson Mandela (“El poder para el pueblo”) y una reciente divisa
ecologista de Greenpeace (“Salvar los bosques, salvar el clima”), muestran
las fuerzas torrenciales que desatan movimientos y paradigmas que pasan
en un comienzo inadvertidos y son considerados por muchos como triviales
e inocuos. “Megaupload”, “Anonymus”, Wikileaks, la campaña Antisopa,
la primavera árabe, el clamor de los “indignados” (“Se llama democracia y
no lo es”) y las crisis (crediticia y refugiados) de la eurozona, son algunas
variantes recreadoras de dicha metáfora.
Kofi Anán al recibir el Nobel de la Paz en 2001 afirmó: “Todo tiene que
ver con todo… somos inter- retro-dependientes… Un eslabón en la inmensa
corriente de energía y vida… Pequeños cambios pueden ocasionar grandes
transformaciones… Una mariposa bate sus alas en Hong Kong y ello puede
provocar una tempestad en Nueva York”. La aparente “imprevisibilidad”,
“ceguera”, “injusticia” y “venganza” de las fuerzas naturales que atenta
contra nuestros pretenciosos y absurdos intereses, necesidades, decisiones
y actuaciones, no hacen más que evidenciar la desconexión profunda que
existe hoy día entre el ser humano y su medio.
Debemos actuar comprendiendo esa interdependencia “de todo con todo”,
esa híper-conectividad, nos lleva a entender el impacto interactivo que trae
el hecho de alterar el equilibrio natural y evolutivo y exige estar cada vez
más conectados con la naturaleza en una relación real, estrecha, simbiótica,
res - ponsable; vivir muy (más) cerca de la tierra no solo a través de sonares,
radares y sismógrafos, sino también, a través de principios, valores y actitudes
coherentes e integrales, generadores de una verdadera conciencia telúrica,
466

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
cósmica y socio-ambiental… Imaginarios compartidos como éste, quizás no
sean más que el simple aleteo de una mariposa.
¡OJO CON LOS INDIGNADOS!
Esta expresión se ha escuchado en cenáculos, merendolas y amodorradas
cofradías ante las nutridas y ruidosas manifestaciones callejeras contra el
cobro del impuesto de valoración, la reciente subasta simbólica de la casa
del honorable concejo municipal y la venta de títeres, muñecos, ratas y
lagartos (Pereira, 26-03-15) por parte de un grupo que se autodenomina
“los indignados”. Lejos de juicios mezquinos y amañados que califican este
movimiento de anarquista, torticero y coyunturalista, hemos querido ahondar
en los fines y sentidos del término y hacerle un breve rastreo histórico.
Fue la misma expresión altisonante utilizada por el “stablishment” en Nueva
York, Londres, Madrid, Atenas y Santiago de Chile para referirse y advertir
sobre la inusitada fuerza de movimientos como éstos de “rara factura”,
una “extraña” mixtura de ecología, humanismo, arte, cultura y política
expresada a través de colectivos ciudadanos conocidos como “Indignados”,
“Primaverales” o “Desobedientes civiles” (“M-15“, Anonymous”,
“Occuppy” o “Yosoy132”), intelectuales insurrectos, pacifistas, activistas
ambientales y gente del común.
“Esto no es una cuestión de izquierda contra derecha, es de los de abajo
contra los de arriba… Nos habéis quitado demasiado, ahora lo queremos
todo y lo queremos ya… Cuando los de abajo se mueven, los de arriba
tambalean… Me gustas democracia pero estás como ausente… No falta
467

Las voces de la Otredad
el dinero, sobran los ladrones… No es una crisis, es una estafa… No es
una crisis, ¡es el sistema!”… son algunas consignas utilizadas en distintos
momentos y lugares por esta ola globalizante, interactiva y asimétrica de
rebeldía ciudadana, expuestas en vallas, pancartas, pasacalles o grafitis.
El 15 de mayo se conmemora el cuarto aniversario de las protestas surgidas
en España contra el bipartidismo, el oprobioso, corrupto y usurero sistema
bancario y corporativo y en pro de una democracia real y representativa (M-
15). Este fenómeno sociocultural atrincherado en los parques de las grandes
ciudades y en las redes sociales, se extendió por toda Europa, Estados
Unidos y América Latina. La danza del Zirtaki en Atenas y el floreo de
la cueca en Santiago y Buenos Aires, le dieron rimo y compás a la lucha
de los “indignados” contra el FMI y las crisis desatadas por las debacles
macroeconómicas de sus países.
La emblemática máscara del antijacobino Guy Fawkes (1605) se convirtió
en el símbolo del movimiento en muchas partes como fue el caso de
“Occupy Wall Street” en Nueva York. “Me sobra mes a final de sueldo…
Manos arriba, esto es un contrato… Rebeldes sin casa… Nos mean y dicen
que llueve... Se alquila esclavo económico… Si no nos dejáis soñar, no os
dejaremos dormir… ¿Dónde está la izquierda? Al fondo, a la derecha… Mis
sueños no caben en tus urnas”, son expresiones cortas e irreverentes que
forman parte de esa fraseología del absurdo, corrosiva y anti-racionalista
(“Pienso, luego estorbo”) que concita y enardece a miles de ciudadanos.
Todo lo sucedido en más de 20 países, incluyendo la carta de los 250 judíos
sobrevivientes del holocausto nazi contra los bombardeos de Israel sobre la
franja de Gaza (13-09-2014), obligan a pensar que no son “tendencias” tan
simples e inocuas como muchos creen. “Los que imposibilitan un cambio
pacífico hacen inevitable una revolución violenta (…) La primera víctima
de una guerra es la verdad”, son afirmaciones de algunos de sus líderes y
agitadores.
“Levántate por tus derechos y contra la injusticia… Somos una legión que
no perdona y no olvida, ¡espéranos!… No nos vamos, nos mudamos a tu
conciencia”, son mensajes lapidarios y recurrentes de estos guerreros de los
nuevos tiempos.
468

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
WIKILEAKS Y EL HEROÍSMO DE LA VILLANÍA
La creación de un motor para mejorar la cíber-búsqueda (Altavista 1994),
llevó a dos ingenieros de la Universidad de Stanford (Jerry Lang y David
Filo) a crear Yahoo en el mismo año y a Larry Page y Sergei Bryn, dos
ingenieros de la misma universidad, a fundar Google en 1998. A pesar
de su popularidad (800 millones de usuarios), estas empresas se han visto
comprometidas con algunos gobiernos al divulgar la información de algunos
usuarios disidentes. La respuesta no se hizo esperar y aparece Wikileaks.
En su entorno mediático aparecen las bibliotecas digitales (2000), Facebook
(2004), Youtube (2005), Twitter (2006). Los e-book o ecolibros, por ejemplo,
han revolucionado en el siglo XXI el mundo de la comunicación móvil y
están obligando a la prensa escrita y a la industria editorial a reinventarse, al
igual que están revaluando con su nuevo concepto polimático, las ambiguas
y vetustas campañas políticas.
Una simple página de Internet, sin publicidad ni ayudas públicas, sostenida
a base de donaciones, creada a finales de 2006 por un australiano (Julian
Assange) y un alemán (Daniel Schimitt), denunció a través de miles de
documentos las políticas xenófobas y racistas del partido Nacional Británico,
los abusos de las tropas norteamericanas en las guerras de Irak y Afganistán
(más de 90.000 folios de documentos militares clasificados), el desprecio de
Washington hacia los gobernantes de América Latina y los desafueros de
varias multinacionales en los países del Tercer Mundo.
Wikileaks funciona como una especie de contenedor online de filtraciones
que protege a sus fuentes (whistleblowers). La web, creada por periodistas
y activistas, creó una enciclopedia interactiva que brinda al usuario la
posibilidad de alojar anónimamente mediante una conexión cifrada textos,
audios o vídeos. Más de mil colaboradores (técnicos informáticos, abogados
y periodistas) trabajan en este sitio. Premio Economist 2008 y premio
Amnistía Internacional 2009 (categoría Nuevos Medios) por publicar los
informes sobre las matanzas de Kenia.
Wikileaks crea nuevos desafíos al periodismo y a la comunicación social de
nuestra época. Cuestionados por ser portavoces de los intereses mezquinos
469

Las voces de la Otredad
y dudosos de mafiosos, gobernantes, políticos decadentes, funcionarios
corruptos y campañas proselitistas que erigen a sus dueños y amigos en
líderes anodinos y adalides de causas baladíes. Aquí no ha habido una
violación documentaria sometida a reserva sumarial alguna; no hay dolo,
culpa o preterintención: se trata de hacer uso del derecho al libre examen,
a la libertad de prensa y expresión y su función legitimadora en un sistema
democrático y participativo.
Estos documentos que son públicos deben ser conocidos por la opinión
que también es pública. En plena era del conocimiento y la información,
los ciudadanos, miembros activos de una sociedad global cada vez más
compleja, necesitan y exigen saber y manejar la información no sólo como
un derecho fundamental individual sino como una institución política que
proclama y defiende ese derecho. “Nosotros somos parte de este proceso de
aprendizaje ético y jurídico”, afirma su fundador.
“Hay una memoria compartida, que no debería arrogarse nadie, una memoria que
fue durante años sojuzgada, esquilmada y manipulada. El lenguaje oficial había
suplantado el lenguaje real. En la calle y en los papeles, las palabras vivían bajo
sospecha; muchas cosas parecían no tener nombre porque nadie jamás se atrevía a
nombrarlas, otras se habían vuelto decididamente equívocas y apenas podía uno
reconocerlas”.
Juan Marsé, discurso Premio Cervantes, 2008
“La reconstrucción de la identidad social es un trabajo colectivo que supone poder
realizar un relato fidedigno de los crímenes perpetrados desde el autoritarismo. Ese
relato resulta indispensable para las nuevas generaciones que se acercan a conocer su
pasado. Para que la memoria no se degrade, es necesario ejercerla en relación con el
presente y de cara al futuro”.
Ignacio Ramonet, semiólogo y periodista hispano-francés, director de la revista “Le
Monde Diplomatique”.“Guerras, memoria y justicia”
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
E. NECROPCIA HISTÓRICA.
MEMORIAS DE UNA LITURGIA EXEQUIAL
La Historia, al mejor decir de Cervantes: “testimonio del tiempo, depósito de
las acciones, luz de la verdad, maestra de la vida, ejemplo y aviso del presente,
advertencia de lo por venir”, como disciplina social, ha sido condenada al
ostracismo académico en muchas instituciones educativas. El componente
histórico se convirtió en ornato, en el triste exorno de oportunistas tesis que
han reclamado para sí, a través de mediocres escribanos, políticos y oligarcas
que tratan de perpetuar la memoria mentirosa de sus proezas y de su mundo
heráldico personal y familiar.
¿Cómo pretender que el mundo de lo académico, científico y cultural se
desarrolle al margen de la historia? ¿Cómo negarle a la idea y a su praxis
concreta, su desarrollo evolutivo? ¿Cómo volver efímero y etéreo todo
aquello que ha tenido una existencia concreta, una razón de ser en el espacio
y en el tiempo? ¿Cómo convertir la genealogía ensayística, doctrinaria
y teórica en una fábula que todos hemos aceptado? “La verdad que nace
de la historia -dice Anatole France (“Pedrín”)-, nada tiene que ver con los
ejemplos de heroísmo que vuelan de siglo en siglo sobre los labios de los
hombres, revelando únicamente arte y poesía”.
La escuela sigue siendo como en aquella parodia metafórica de Pink Floyd
(“The Wall”), una fábrica de estudiantes “salchicha”, “alumnos” fúlgidos y
destacados que se jactan de su memoria y repiten a pie juntillas los abstrusos
y aburridores párrafos de los inmarcesibles códigos, los increídos manuales y
las emperifolladas cartillas con sus definiciones causalísticas y sus enlatinadas
taxonomías. Las frases ininteligibles y llenas de un fatuo orgullo patrio, van
saliendo de unos candorosos seres que, sin un ligero atisbo de sospecha,
ignoran que detrás de aquellas expresiones estereotipadas, se han movido y
debatido escuelas filosóficas, tendencias sociopolíticas, concepciones sobre
el mundo y el individuo y hasta movimientos populares.
De las pilas bautismales de los templos donde se satanizó la verdad y se
beatificó el dogma (colegios, academias y universidades), siguen saliendo
bachilleres, técnicos y profesionales en serie, “estandarizados y competentes”,
cuya única aspiración es el desempeño laboral pragmático, indolente y
mezquino donde abunda el sofisma, la estulticia, la truculencia.
471

Las voces de la Otredad
Ejemplos de ello, son las facultades de Economía y Administración de
empresas que siguen sacando “gerentes generales de asuntos sin importancia”
y las facultades de Derecho que pavimentan las calles de la ciudad con
abogados expertos en el litigio huero, sugestivo y marrullero a través del
cual se trata de convencer a un aletargado juez y un obnubilado auditorio a
través de las acrobacias verbales de defensores y las exaltaciones paranoides
de fiscales que nos recuerdan los magros y delirantes pasajes kafkianos y el
frenético panóptico de Foucault.
No podemos dejar que siga prosperando en nuestros claustros una visión
ahistórica del mundo transversalida, aparente y fugaz, iluminada por los
vagos fulgores de la ciencia y la tecnología. Un connotado rector de un
centro educativo pretendió cierta vez, al considerarlas inocuas, “erradicar”
el estudio de la Historia y de las Ciencias Sociales del pénsum escolar de
su plantel. Proscribir la historia de nuestras aulas, es negarle al mundo
disciplinar científico su papel dialéctico y transformador; es, además de
esclerotizar sus contenidos, castrarle su connatural criticidad a educandos
y educadores y tornar en sacrosantos e infalibles los paradigmas sobre los
que se fundamenta la disímil y variable pluridimensionalidad del quehacer
científista, tecnocrático y cultural.
Pero cuán equivocados están aquellos que creen que al hablar de Historia,
nos estamos refiriendo a aquellas tediosas y “magistrales” exposiciones;
aquí estamos haciendo alusión a ese trasegar estrepitoso y presuntuoso de
ideas que pone a desfilar por las pasarelas de la historia a hombres y mujeres
cuyo amplio discurrir espacio-temporal por los espacios siderales de la idea,
se ve restringido inexorable y enciclopédicamente a pingües renglones en
aras de la brevedad y la concreción. Hablar sobre el aporte histórico de algún
personaje, es condenar a un abúlico auditorio a recibir una serie de datos
vacíos y deformes, condenar al texto histórico al ridículo y vulgar papel de
anecdotario y tornar la Historia, al decir del ya citado escritor francés, en
“impúdica y disoluta, cortesana a sueldo de reyes y poderosos, enemiga de
los pueblos, inicua y falsa”.
No existe componente disciplinar alguno que no esté articulado con
la historia; no puede existir en el vasto y ajeno mundo de la ciencia una
tesis doctrinal cuyo camino conceptual no se halle iluminado por una
metodología histórica. Ella es la que nos permite que se abran los vetustos
y rechinantes galpones de la memoria personal y colectiva y de la insulsa
cátedra cotidiana y entre el aire fresco y renovador de la discusión crítica,
compleja y propositiva. La historia debe dejar de ser una fantasía sin esa
base científica que es, a su vez, rememorativa y predictiva. No dejamos de
472

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
recordar aquella frase del filósofo español Juan Vásquez de Mella (1920)…
“Los pueblos se enlazan con la muerte, el mismo día cuando se divorcian de
su historia”.
Cada año, al festejar nuestras efemérides patrioteras, la nación se sume en
el febril recuerdo de aquellos lejanos tiempos cuando un pueblo sediento de
libertad fue engañado por un puñado de hombres que, tras la máscara de un
somnoliento liderazgo medioeval, buscaban calmar su sed inconmensurable
de poder y de riquezas. Salen de los recintos alcanforizados las deformes y
vacilantes figuras de nuestros historiógrafos de librea, a rendirle un homenaje
grotesco a nuestros héroes de museo, sepultureros que cavaron las ansias de
libertad, justicia e igualdad de indígenas y esclavos de aquella época.
Esos picapedreros, extrajeron su fabulario mendaz de las canteras del
servilismo y la genuflexión y levantaron marmóreos bustos a unos hombres
patilludos, educados en universidades europeas que desconocían la tragedia
secular de la América afroindia, henchidos de ideologías feudo-liberales y
de quiméricos programas de gobierno, imposibles de ser articulados en el
proceso histórico-social de América latina.
Ondea en el aire nuestra bandera tricolor que con su satín azul abofetea el
aire contaminado de nuestras ciudades; que con su franja amarilla evoca el
paso de los auríferos galeones por los inocentes mares que no entendían el
vil saqueo de las riquezas coloniales y el rojo, ese cruento color que invoca
la sangre sempiternamente derramada por un pueblo que ingenuamente
creía en las consignas mentirosas de precursores y tribunos de toda laya y
solitarios libertadores que sólo defendían los mezquinos intereses de los
voraces prestamistas ingleses; perversos preceptores que cuidaban con celo
la salida de su patria de la oscura noche feudal para caer, en un desfalleciente
despertar, en brazos del neocolonialismo gringo.
Las páginas de los diarios y los textos escolares se llenan de rememoraciones
heroicas y proceras de batallas que no se dieron, de míticos guerreros que
nunca se inmolaron por la patria, de proclamas y revoluciones importadas, de
biografías mentirosas, de onerosos préstamos extranjeros y de gestas gloriosas
de individuos que luchaban por dejar de ser los siervos incondicionales de
la corona española para convertirse en los amos de un pueblo que nunca
pudo ver, por su ignorancia, la actitud impostora que había tras de sus trajes
militares almidonados. ¿Quiénes fueron verdaderamente esos hombres
cuyas estatuas se levantan imponentes en los parques, indolentes frente a una
realidad histórico-social que los desmiente y que lucha en vano por bajarlos
de sus pedestales?
473

Las voces de la Otredad
Citamos apartes del poema “Preguntas ante un libro de Historia” del
dramaturgo alemán Bertold Brecht de su libro “Historias del calendario”
(1939): “Tebas, la de las siete puertas, ¿quién la construyó?/ En los libros
figuran los nombres de los reyes./ ¿Arrastraron los reyes los grandes bloques
de piedra?/ Y Babilonia, destruida tantas veces,/ ¿Quién la volvió a construir
otras tantas?/ ¿En qué casas de la dorada Lima/ vivieron los obreros que la
construyeron?/ La noche en que fue terminada la muralla china,/ ¿a dónde
fueron los albañiles? Roma la Grande/ está llena de arcos de triunfo, ¿quién
los erigió?/ ¿Sobre quiénes triunfaron los Césares?/ Bizancio, tan cantada,/
¿tenía sólo palacios para sus habitantes?
Hasta en la fabulosa Atlántida,/ la noche en que el mar se la tragaba,/ los
habitantes clamaban pidiendo ayuda a sus esclavos./ El joven Alejandro
conquistó la India,/ ¿él sólo?/ César venció a los galos,/ ¿no llevaba consigo
ni siquiera un cocinero?/ Felipe II lloró al hundirse su flota,/ ¿no lloró nadie
más?/ Federico II venció en la Guerra de los Siete años,/ ¿quién la venció,
además?/ Una victoria en cada página./ ¿quién cocinaba los banquetes de la
victoria?/ Un gran hombre cada diez años,/ ¿quién pagaba sus gastos?/ Una
pregunta para cada historia”.
Mientras tanto, los estandartes orgullosos se sostienen en el aire y los
tambores y trompetas de los inocentes colegiales se oyen retumbar por las
amnésicas calles de la historia; con sus himnos marciales nos recuerdan
nuestras múltiples violencias padecidas, tratan de despertar historias
y leyendas verdaderas y menos ampulosas que jamás se han contado
y se convierten, a su vez, al unísono, en el ritmo que acompaña el canto
silencioso de hombres y mujeres que sueñan con ver, algún día, una patria
libre, igualitaria y soberana. En el diálogo “El crítico artista” recogido en
su libro “Intenciones” (1891), Oscar Wilde afirmaba: “El único deber que
tenemos con la historia es el de escribirla de nuevo”.
“Como lo señala el filósofo búlgaro Tzvetan Tódorov, se trata de que la memoria
histórica, además de ser colectiva e incluyente, tenga una dimensión pedagógica y
un sentido político de futuro, aprovechando el legado ético que se desprende de las
lecciones que nos han dejado las experiencias dolorosas vividas por las víctimas, así
como sus apuestas de lucha digna y pacifista contra el olvido y la impunidad”.
Fernando Arellano Ortiz, “Memoria histórica como identidad social colectiva y eje
político transformador en el proceso de paz colombiano.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
MENTIRAS VERDADERAS
El escritor estadounidense Robert Draper en una polémica investigación para
la National Geographic (IV-2015), reivindica la figura pública de Nerón y
señala cómo los historiadores Suetonio y Tácito, biógrafos del “monstruo”,
recibieron el encargo de algunos senadores de acabar con la imagen del
emperador endilgándole delitos de igual magnitud a los que cometieron
Constantino y Augusto ensalzados por historiógrafos cristianos.
Fue así como se eternizaron crímenes que quizás nunca cometió tales
como ordenar el incendio de Roma (año 64) mientras tocaba la Kithara,
inculpación hecha por el historiador Dion Casio 165 años después. Nerón
estaba en la Villa de Anzio a 50 kms de la capital y, a su regreso, coordinó
personalmente una memorable campaña de salvamento y auxilio.
“Impúdica y disoluta, mercenaria, cortesana, enemiga de los pueblos,
inicua y falsa”, así era definida la historia por el escritor Anatole France.
La historia muchas veces no ha sido más que un chisme legitimador de
gustos, intereses, necesidades y prejuicios de individuos o grupos sociales
determinados. Robín Hood no era un ladrón generoso, era un arrendatario
feudal que se sublevó contra Ricardo II (no contra Juan Sin Tierra) por no
pagar impuestos; las brujas de Salem no fueron quemadas en la hoguera por
católicos, sino ahorcadas por calvinistas…
Las 6.000 mujeres que protestaban por los altos precios del pan en tiempos de
la Revolución Francesa, eran hombres disfrazados. En la Bastilla no estaba
preso ningún líder revolucionario: sólo albergaba 7 aristócratas cautivos por
“delitos de nombre” (no pagar deudas, matar al rival en duelo, etc.); El casco
con cuernos de los vikingos fue un montaje del pintor sueco Gustav Malstron
(1820) para un poema épico irlandés; los indígenas norteamericanos no
cortaban cabelleras: eran colonos franceses los que exigían a mercenarios
presentar “el cuero cabelludo de cada indio muerto” a fin de cobrar la
recompensa.
Abraham Lincoln, “el libertador de esclavos”, era un acérrimo defensor
de la esclavitud (“Mi objetivo primordial es salvar la Unión y no salvar ni
destruir la esclavitud. Si pudiera salvar la Unión sin liberar a ningún esclavo,
475

Las voces de la Otredad
lo haría… Estoy a favor de la superioridad de la raza blanca”). 10 de los 18
primeros presidentes de los EE. UU., incluyendo a Washington y a Jefferson,
eran comerciantes y dueños de esclavos y, algunos de ellos, en condición de
esclavistas gobernaron tiempo después de la ley abolicionista de 1830.
No alcanzamos en tan breve espacio a narrar las mentiras del bicentenario
independentista, la actitud autócrata y dolosa de muchos de nuestros
próceres, agentes determinadores de nuestro subdesarrollo postrante, secular
y geopolítico. Todo ello nos lleva a concluir que la historia, como lo reconoció
Napoleón, 200 años después de Waterloo (18-06-1815), es una fábula que
todos hemos aceptado. Esta afirmación quedó ratificada en “El libro de los
sucesos” de Isaac Asimov (“Grandes mentiras de la historia”, 1979) y en el
“Viaje por las mentiras de la historia universal” (2006), texto del periodista
español Santiago Tarín.
Alguien nos contará algún día, entre otras, la verdadera historia del alunizaje
del Apolo XI, el ataque de Al Qaeda a las torres gemelas de Nueva York,
“las causas belli” de Vietnam, Irak y Afganistán, la separación de Panamá,
la “toma” del Palacio de Justicia, la Constituyente de 1991, los “despejes” de
la Uribe y el Caguán, el Pacto de Ralito y los diálogos de la Habana.
FERVORES PATRIOS Y PESADUMBRES HISTÓRICAS
Lejos de desfiles, izadas de banderas, discursos y proclamas que engalanan el
20 de julio y el 7 de agosto, días nacionalistas envueltos en el tricolor patrio
y llenos de “júbilo inmortal”, un profesor de “Sociales”, acompañado de sus
entrañables amigos, esa pléyade de historiadores colombianos (Jesús Antonio
Bejarano, Jaime Jaramillo Uribe, Salomón Kalmanovitz y José Antonio
Ocampo, entre otros), decidió con sus perspicaces estudiantes, reconstruir
algunos acontecimientos propios de nuestra historia independentista, hecho
que ha desatado una ola de iracunda indignación entre los directivos del
plantel educativo.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Descubrieron que, ajena a riquezas, cielo y sangre, Francisco de Miranda ideó
la bandera colombiana (1806), sacralizando a su amada Catalina II de Rusia,
una mítica diva rubia de ojos azules y labios rojos. En el escudo notaron sus
débiles señales identitarias: cornucopias griegas, gorro frigio francés, además
de un canal panameño y un cóndor, especie rara en Colombia. Cuestionaron,
además, los versos de Miguel Antonio Caro y se preguntaban contrariados
cómo diablos podrían ellos amar su patria con “silencio mudo” y vivir y
morir en ella pobres y desnudos.
Buscaron en vano comprender algunas metáforas de un extraño poema de
Núñez escrito en 1850 y convertido en himno republicano 40 años después:
“(…) la tierra de Colón… / Pero este gran principio: / “el rey no es soberano”,
/ resuena y los que sufren / bendicen su pasión… / en Bárbula (Venezuela)
no saben / las almas ni los ojos… / y escombros de la muerte / desprecian
su virtud… / espadas cual centellas / fulguran en Junín (Perú). / Centauros
indomables / “descienden” a los llanos… / La trompa victoriosa / que en
Ayacucho (Perú) truena,… / la virgen sus cabellos / arranca en agonía / y
de su amor viuda /los cuelga del ciprés… / la patria así se forma, Termópilas
brotando; constelación de cíclopes / la noche iluminó… / Ricaurte en San
Mateo /// en átomos volando (…)”.
Constataron con estupor algunos hechos que rodearon “el grito” y las
dudosas batallas que forjaron nuestra independencia”: el ardid hipócrita
e intrigante de criollos y chapetones ante un florero inexistente; una riña
callejera y vulgar, pretexto banal para expresar una conspiración fallida
liderada por falsos tribunos y financiada por terratenientes, facinerosos
descendientes de torvos conquistadores que se autoerigían líderes de un
pueblo al que despreciaban; una “invectiva apologética” contra un despótico
monarca ególatra, caprichoso, iletrado, enfermizo y perverso; un Memorial
de Agravios que nunca salió del escritorio de un encopetado jurista.
Proclamas y revoluciones importadas; anecdotarios insulsos y biografías
mentirosas mitificadoras de almidonados guerreros; gestas gloriosas
plagadas de mesiánicos individualismos, añoranzas imperiales y nostalgias
eurocéntricas; masas ignorantes y ciegas ante la impostura de clamoreadas
dictaduras camufladas en incómodos trajes militares; catecismos patrios
falaces ungiendo historiogramas llenos de próceres imberbes, solitarios
libertadores, amantes furtivas, narraciones machistas, relatos misóginos…
477

Las voces de la Otredad
cuadro desolador de una tragicomedia nacional, excluyente y enajenante,
desconocedora de la tragedia secular afroindia contada muchas veces y
desde la escuela por aquellos preceptores de la oscura, tardía y sempiterna
noche feudal.
Más allá del proceso disciplinario al que serán sometidos el maestro y sus
rebeldes estudiantes, su brillante exposición dejó al desnudo las falacias
de nuestra vida republicana y las fábulas heroicistas condensadas en los
programas de historiografía oficiales y nos dejó una lección: después del
jolgorio patriotero, vuelve a colocarse en la agenda académica y social,
la urgente e imperativa tarea de escribir de nuevo la verdadera historia de
Colombia.
CATECISMOS PATRIOS
Andrés Oppenheimer, columnista argentino del “Miami Herald”, premio
Pulitzer 1987 (escándalo Irán-Contras), es el autor de un polémico libro
(“¡Basta de historias! La obsesión con el pasado y las 12 claves del futuro”).
En la presentación de su obra en la Feria del Libro de Guadalajara (nov.
de 2010) y en una reciente visita a nuestro país, puso a todos a reflexionar
sobre el soporífero morbo y el halo necrofílico que rodearon las curiosas
festividades patrioteras del Bicentenario.
A lo largo del 2010 asistimos a la “piadosa” exhumación de los restos de
nuestros próceres independentistas. Hugo Chaves paralizó y conmovió a su
país ante un singular hallazgo dentro del ataúd del “libertador”: una bota
y su dentadura completa y pidió, además, que se cambiaran los juguetes
navideños de Batman y Superman por muñecos del héroe caraqueño. No
muy Lejos de allí, un solemne desfile militar con presidente a bordo por
una céntrica avenida de Ciudad de México, trasladó las urnas mortuorias de
Miguel Hidalgo, José M. Morelos y 10 próceres más, hasta un laboratorio en
el Museo Nacional de Historia para revisar su estado de preservación antes
de ser trasladados al Palacio Nacional.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Salvador, Honduras y Costa Rica se disputan los restos de su emblemático
héroe Francisco Morazán. Algunos fervientes patriotas amenazan con iniciar
un conflicto bélico y otros han acordado la posibilidad de prestarse los restos
de su líder y mártir por iguales períodos. Rafael Correa, a su vez, adelantó
una campaña para trasladar los restos de Eloy Alfaro desde Guayaquil a
un nuevo mausoleo en la ciudad de Montecristi. Los descendientes del
prócer ecuatoriano protestaron por el traslado lo cual obligó a una decisión
salomónica: repartir las cenizas entre las dos ciudades.
Cuando Néstor Kirchner ordenó el traslado de los restos de Juan Domingo
Perón a un nuevo panteón distante 45 kilómetros de Buenos Aires, la
caravana oficial que llevaba el ataúd con los restos del caudillo terminó en
un zipizape callejero cuando varias facciones peronistas se enfrentaron. No
hablaremos aquí del culto desmedido que se ha rendido a José Martí y a
César Augusto Sandino en Cuba y Nicaragua para justificar sus oprobiosos
regímenes “socialistas”.
Los historiadores de librea, al proscribir la utopía de los falaces manuales
oficiales, convirtieron el pasado en un factor obseso-compulsivo para forjar,
a punta de retrovisor, un falso orgullo y una mentirosa identidad y unidad
nacional. Esa manía por el ayer que nos tiene mirando el horizonte con la
nuca, no ha permitido concentrarnos en la urgente tarea de forjar un futuro
más competitivo, sostenible y halagüeño. Bolívar murió en 1830, 40 años
antes de la invención del teléfono y 150 años antes de la aparición de internet
y las redes sociales.
Es hora de mirar menos hacia atrás y más hacia adelante a través de un
verdadero ejercicio prospectivo y que nuestros mandatarios, graciosos
nigromantes, oficiantes del pasado, hablen menos de historiolatría,
abandonen sus catecismos patrios, dejen de maquillar sus deslucidos
mandatos y se dediquen a gobernar y cumplir la propuesta programática por
la cual fueron elegidos.
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Las voces de la Otredad
WE LOST PANAMA
Una lectura estructural sobre la realidad histórica panameña fue la
metodología escogida para su abordaje comprensivo en un reciente viaje
hecho a ese país. No nos detendremos ante aspectos denotativos tales
como su arquitectura colonial y republicana que contrasta con el diseño de
la moderna metrópolis tropical, un pequeño Manhattan con 150 bancos,
imponentes edificios y un boom inmobiliario que evidencian el apelativo
dado a su capital (“la ciudad de los rascacielos de A. L.”). No hablaremos
del Canal de Panamá y los 15 mil barcos que anualmente lo atraviesan, de
su zona franca, su confortable hotelería, su cinta costera y sus largas playas
con su blanca y acariciante arena distribuidas a lo largo de sus dos océanos.
Nos detendremos en aspectos connotativos que tienen que ver con ese
sentimiento de irritable nostalgia que produce recordar cómo ese óvalo verde
y azuloso que formó parte del territorio nacional y que para vergüenza propia
aún figura en el escudo colombiano, fue cercenado de nuestra cartografía
patrimonial y puesto a formar parte del botín geopolítico de los piratas del
norte.
Estupor, indignación y rabia se siente cuando, al recorrer las cortas y estrechas
callejuelas de su historia republicana, evocamos esos oscuros episodios
de nuestra tragicomedia nacional cuando unos mercenarios, forajidos
mal llamados gobernantes, en una entremezcla de picardía y corrupción,
estulticia e ineptitud, traicionaron los intereses patrios y vendieron el alma
nacional a los mercaderes del naciente neocolonialismo.
Las imágenes de aquellos insucesos de 1903 se agolpan de manera estrepitosa
en nuestra mente y refulgen como un encandilador flash en la oscura noche
de nuestra historia. Bastaron 3 meses para urdir el ardid:
Proclamación de la nueva república; firma de tratados (Buneau-Varillas
y Herrán-Hay) legitimadores del robo; 11 navíos custodiados por los
acorazados Nashville y Dixie vigilando el acto traidor; compra, simulación
de entrega y apresamiento de militares por un valor no mayor a los 100 mil
dólares; 6 cañonazos que más parecían tiros medrosos de salva; soborno al
hijo del presidente José Manuel Marroquín mientras éste, en el palacio de San
480

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Carlos, de espaldas a la realidad nacional, escribía manuales de ortografía
que condensaban en cursilería versificada, la ortografía de la época.
Otros “prohombres”, arlequinescos figurines de una historia criolla que
pide a gritos ser reescrita, fueron cómplices de esta felonía de lesa patria:
Rafael Reyes, José Vicente Concha, Pedro Nel Ospina, Marco Fidel Suárez
(“Respice Polum”, “Miremos hacia el Norte”), Miguel Abadía Méndez,
Guillermo Valencia, Jorge Holguín, José Domingo de Obaldía, Esteban
Huertas y Alfredo Vásquez Cobo…
Sólo nos queda el recuerdo agridulce de las diatribas hiperbólicas y cerreras
de José María Vargas Vila. El panfletario exhortaba en sus escritos (“Los
césares de la decadencia”, 1907) a los hombres libres de América a disfrutar
del acre placer de despreciar a Theodoro Roosevelt (“I took Panama”), su
política del “Big Stick” (“Gran Garrote”) y su tropicalísima grey de vasallos
imperiales.
“Para desatar “las memorias atrapadas en la guerra” (Elsa Blair, socióloga
colombiana), es prioritario generar y desarrollar “una pedagogía social de la
memoria histórica que contribuya a desmarginalizar el discurso de los Derechos
Humanos, promoviendo la creación de un consenso ciudadano en torno al sentido
de justicia… El compromiso ético es el de tratar de menoscabar la versión oficial que
se ha impuesto sobre lo que ha sucedido en Colombia, para plantear otros escenarios
y explicaciones de lo sucedido, con el fin de proponer estrategias encaminadas
a la búsqueda de soluciones estructurales para garantizar el goce de Derechos
Humanos”.
Fernando Arellano Ortiz, “Memoria histórica como identidad social colectiva y eje
político transformador en el proceso de paz colombiano.
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Las voces de la Otredad
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
El fracaso no es un error, es una oportunidad. El riesgo no es una opción, es
un imperativo. Que no sea el fracaso lo que nos paralice, sino esa obcecada
renuencia a volver a empezar.
Hay momentos cuando el diálogo se convierte en un imposible categórico:
ello se debe a la cantidad de monólogos que se entrecruzan.
Vivimos planeando con acuciosa seriedad nuestras vidas mientras el gran
dios de la incertidumbre se ríe de nosotros.
Pretendemos que todos vivamos en el mismo techo sin percatarnos del
ancho, largo y alto de nuestros imaginarios.
Debemos tomar las cosas como vengan, pero también hay que procurar que
vengan como queremos tomárnoslas.
La experiencia con su odiosa carga de certezas es directamente proporcional
al azar y la contingencia.
No nos debemos rebajar hasta el nivel de aquellos que dicen que están por
encima de nosotros
Acostumbramos dar consejos a los demás a sabiendas de que no nos han
servido para nada.
Henry Miller afirmaba que llamamos virtudes a los deberes que no somos
capaces de eludir.
Trabajemos con creatividad y con la mayor tranquilidad posible. Lo demás
no lo notarán.
Volvemos a creer en nosotros cuando nos cansamos de darle la razón a todo
el mundo.
La duda es esa frontera invisible que hay entre la ignorancia y la sabiduría.
Una conversación insulsa se acaba dándole al otro la razón de inmediato.
482

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Si cuando herimos nos imagináramos que le rompemos el brazo a alguien,
sería mucho más fácil hacernos cargo del dolor que le estamos causando.
“Agradece a la llama su luz, pero no olvides el pie del candil que constante y
paciente la sostiene en la sombra”, escribía Rabindranath Tagore.
Si negamos el error, nos negaremos a la posibilidad de aprender de él. Ellos
nos ayudan a repensar y replantear nuestras estrategias.
Entender la vida como un obsequio establece un compromiso ecoeficiente y
constante de agradecimiento, sosiego y armonía.
El agradecimiento nunca debe convertirse en una obligación. Sentirse en
deuda no es lo mismo que sentirse agradecido.
La bondad debería pensarse más en términos de gratitud, lealtad o solidaridad,
más que en un modo de resistencia.
Aprender a ser gratos y a valorar lo que recibimos es indispensable para
ampliar nuestro nivel de conciencia.
Entender la vida como un obsequio establece un compromiso constante de
agradecimiento, sosiego y armonía.
Debemos darle a nuestros fracasos un lugar apropiado en la galería
experencial de nuestra existencia.
Los elogios que nos hacen por haber sido gratos, debemos recibirlos como si
se tratasen de un mal entendido.
Cuando amamos sentimos que el eje de nuestras decisiones pasa por el
cuerpo y la mente del otro.
Cuando el deber y la responsabilidad tocan la puerta, no hay nadie en casa.
Rechazamos muchas ideas sólo por el hecho de que no son nuestras.
Los compromisos multiplican exponencialmente la sordera.
483

Las voces de la Otredad
Elaborar una narrativa integradora e incluyente sobre las razones para el
surgimiento y la evolución del conflicto armado interno, sobre los actores e intereses
en pugna, así como sobre las memorias que se han gestado en medio del mismo, con
opción preferencial por las memorias de las víctimas y por las que han sido hasta
ahora suprimidas, subordinadas o silenciadas.
La labor de memoria histórica va más allá de la reconstrucción de los hechos como
datos, o de la recopilación de testimonios que verifiquen una cierta versión, puesto
que se ocupa de los significados, es decir, de cómo un evento es vivido y recordado, de
las maneras en que los individuos a través del tiempo revisten de sentido y valoran
ciertas experiencias y las maneras como éstas se preservan y transmiten en la
memoria social.
La consideración de ‘víctima’ puede entenderse como el reconocimiento de un rol
social de persona afectada en derechos fundamentales, lo que conlleva a construirla
como sujeto de derechos. En este sentido la consideración de ‘víctima’ sería una
forma de resistencia activa con el fin de evitar la impunidad y la desmemoria,
reconociendo y reconociéndose no sólo en el sufrimiento sino también y especialmente
en la condición de actores y actoras sociales en el intento de que se haga justicia, se
reparen los daños ocasionados y se garantice la no repetición de las violaciones.
Universidad de los Andes. Centro de Memoria Histórica. “Recordar y narrar el
conflicto”.
“La creación de un museo nacional de la memoria, un lugar de reconocimiento a
las víctimas del largo conflicto que ha vivido Colombia; en segundo lugar, el tema
de los archivos, la guarda y protección de todas las violaciones de derechos humanos
y en tercer lugar, la creación de un centro nacional de la memoria que tendrá que
seguir articulando estos procesos que vienen desde las raíces, desde lo profundo
de la sociedad, desde las organizaciones sociales y que hoy encuentra un lugar de
reconocimiento institucional a través de esta ley [de víctimas y restitución de tierras”.
Gonzalo Sánchez, director del Centro de Memoria Histórica.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
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Las voces de la Otredad
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA
XIII
Cuando intentas explicar el inefable espectáculo de la lucha emprendida,
expones con claridad meridiana que basta con hacer una lectura rápida
de nuestra vida para comprender que todo lo perseguido sólo se consigue
pensando en lo que falta y arriesgando muchas veces lo que más se estima.
Observas con irónico recelo los glamures de la vida, farsa ideada por seres
a quienes les era más fácil soportar a los demás que tolerarse a sí mismos.
Aconsejas la soledad para beneficios de inventario y balances espirituales
y la ponderas como el mejor escenario para el reencuentro contigo mismo.
Hoy te recordamos maestro hermano: aprendimos de tus virtuosos errores,
nunca pediste nada a cambio, sólo este suspiro que ahora falta y no sobra
hálito de vida que escapa de nuestro ideario puesto en alguien que no está,
grito exorcizante del alma desafiando los diabólicos fantasmas del olvido.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
XIV. ETOPEDAGOGÍA DE LA COTIDIANIDAD
A. ANECDOFABULARIO. PEQUEÑAS HISTORIAS ZEN
B. SEMBLANZA. UNA UTOPÍA LLAMADA CAMILO.
¡CAMILO VIVE! 50 AÑOS DESPUÉS
C. SOCIOPATOLOGÍA DEL CONFLICTO. ÉTICA Y
PEDAGOGÍA DEL CONFLICTO
D. PARADOJAS E IRONÍAS COLOQUIALES
E. TERRITORIO, CULTURA Y VIDA. CLIPS, TIPS, POT.
EL OBSERVATORIO DE CULTURA, CONVIVENCIA
Y CIUDADANÍA
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
ILUSTRACIÓN XIV
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA XIV
La pedagogía debe ser ante todo una disciplina humanista y su cualidad ética
debe considerársele como eje fundamental de información y formación del docente,
exigiéndole a éste capacitación pedagógica y didáctica constante, actualización en
el área investigativa, participación activa en las actividades de extensión cultural y
comunitaria, pero sobre todo, asunción plena de su concepción y convicción sobre la
autonomía docente compromisoria y responsable en el marco de la vida institucional
y comunitaria y una conciencia moral de la profesión que dignamente debe ejercer,
dejando a un lado la erudición y la jactancia academicista y tomar de manera activa
y decidida, las riendas del saber y el quehacer pedagógicos en el marco disciplinar
ético y multi-disciplinario.
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Las voces de la Otredad
XIV. ETOPEDAGOGÍA DE LA COTIDIANIDAD
A. ANECDOFABULARIO
PEQUEÑAS HISTORIAS ZEN
Se cuenta que un monje inquirió a su maestro Yueh – Shan en qué pensaba
mientras estaba sentado.
“Pienso en el no pensar”, contestó el maestro.
“Y ¿cómo se hace para pensar en el no pensar?”, preguntó inquietó el monje.
“Sin pensar”, respondió el impasible maestro.
Cierta vez, un discípulo preocupado con sus frecuentes estados de alteración,
le preguntó a Yueh – Shan: “tengo una irascibilidad ingobernable, no la
puedo controlar y me viene de improviso… ¿Cómo puedo curarme?”.
“No naciste con ella y no forma parte de tu propia naturaleza, entonces
no vale la pena que te preocupes por ello, ¡deséchalo y punto!”, contestó el
maestro.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Osho exhortaba cierta vez a uno de sus discípulos en su ashram: “Si esperas
algo de los demás, sufrirás, serás un esclavo de ellos aunque te niegues a
servirles, te volverás dependiente y débil. Camina solo pero no te enorgullezcas
de ello. Entonces podrás estar en el mundo sin formar parte de él. Podrás
poseer sin ser poseído por tus posesiones. Estarás ahí, incorrupto”.
El maestro le pidió que cogiera una fruta del árbol y la partiera. Después le
preguntó qué veía. Al ver las semillas. Su mentor le pidió nuevamente que
las partiera. Al preguntarle de nuevo qué veía y al responderle el alumno que
nada, el sabio comentó que en esa esencia sutil donde no se percibía nada,
estaba contenido el ser de aquel enorme árbol.
Una vez le preguntaron a Osho: “maestro, ¿vale la pena esforzarse en mejorar
nuestra personalidad?”. Parece ser que Osho se enfadó bastante: “¿Tú me
has oído hablar de eso alguna vez? ¿Mejorar tu personalidad? ¡Esfuérzate
en destruirla! Tu personalidad no es otra cosa que la máscara que usas para
cubrir tu verdadero rostro”.
Había una vez un discípulo honesto y de buen corazón, pero todavía su
mente era un juego de luces y sombras y no había recobrado la comprensión
amplia y conciliadora de una mente sin trabas. Como su motivación era
sincera, estudiaba sin cesar y comparaba credos, filosofías y doctrinas. Así
llegó a estar muy desconcertado al comprobar la proliferación de tantas
enseñanzas y vías espirituales.
Fue entonces cuando le dijo a su maestro: “estoy confundido. ¿Acaso no
existen demasiadas doctrinas? ¡La verdad no es una sola!”.
El maestro repuso con firmeza: “¿Qué dices insensato? Cada hombre es una
enseñanza, cada hombre una doctrina, cada hombre es una verdad”.
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Las voces de la Otredad
El discípulo indaga a su maestro sobre cómo identificar y valorar ciertos
comportamientos ambivalentes que son propios de la condición humana.
El maestro imperturbable responde: “yo tengo dos lobos muy dentro. Uno es
cariñoso y protector; el otro es feroz, ataca y mata”.
El discípulo, inquieto, vuelve a preguntar: “¿cuál de los dos triunfará en ese
conflicto?
“Depende de cuál de los dos alimentas”, contesta impasible el sabio.
Al preguntársele al maestro cuál era el sendero correcto, éste contestó: “Muchos
caminos conducen a la ruta, pero en el fondo sólo hay uno que se bifurca y es el de
razón práctica”.
“Maestro, ¿qué es el amor?”, preguntó el discípulo. “La ausencia del miedo”,
respondió el maestro. “¿A qué le tenemos miedo”, insistió el pupilo. “Al amor”, dijo
el maestro.
“Oír lo inaudible es una disciplina necesaria para ser un buen maestro. Porque sólo
cuando un líder ha aprendido a escuchar los dolores que no se expresan y las quejas
de las que no se habla, puede inspirar confianza en su gente, descubrir cuando algo
está mal y satisfacer las verdaderas necesidades de sus estudiantes. A veces sólo
escuchamos palabras superficiales y no penetramos profundamente en el alma de
nuestra gente para escuchar sus verdaderas opiniones, sentimientos y deseos”.
Universidad de Harvard. W. Cham Kim y Renée A. Mauborgne. “Los sonidos de la
selva”, de la obra “Las parábolas del liderazgo”.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
B.SEMBLANZA
UNA UTOPÍA LLAMADA CAMILO
El 26 de junio de 1965, el cardenal Luis Concha Córdoba, férreo defensor del
Concordato y guardián de la heredad y los privilegios del clero colombiano,
acepta la renuncia de Camilo Torres a sus votos sacerdotales (“Solamente el
Señor sabe que mi decisión la he tomado fundamentalmente por amor a su
Iglesia y al pueblo que Él redimió”). Un día después, oficia su última misa en
la iglesia de San Diego. Allí reitera los postulados que defendió durante 10
años como capellán de la Universidad Nacional: “La razón y las costumbres
son en un pueblo libre, lo que las cadenas y los calabozos son en un pueblo
esclavo (…). Nuestro deber es hacer la revolución. Ella se convierte en una
necesidad para dar de comer al hambriento, beber al sediento y vestir al
desnudo”.
Atrás ha quedado su vida de monje dominico y su ordenamiento en 1954
(“La orden más atrasada del mundo”, según su madre, “ dueña y gestora
de la criminal Inquisición”, según el cura); sus estudios de Sociología en
la universidad de Lovaina; sus contactos con la Democracia Cristiana; sus
pláticas con los sacerdotes obreros y con los mineros belgas; su tesis de grado
(“La proletarización de Bogotá”, 1958); los diálogos con el abate capuchino
Pierre (“El ángel de los pobres”); su vida de obrero basuriego parisiense y
por fin, ese memorable encuentro con un grupo de cristianos que militaban
en un grupo revolucionario clandestino que luchaba por la liberación de
Argelia.
Luego vendrá su regreso a Bogotá en 1959 y sus oficios relapsos como guía
espiritual de la Universidad Nacional al igual que el proyecto “Plan piloto
del barrio Tunjuelito, Bogotá” (Premio Nacional Alejandro Ángel Escobar),
pionero del método IAP (Investigación-Acción-Participación) en América
Latina. La creación de la cátedra y 4 años después, el Primer Congreso
Nacional de Sociología (1963) con su explosiva ponencia: “La violencia y
los cambios socioculturales en las áreas rurales colombianas”. La gestación
de una obra memorable (“La violencia en Colombia”) con Orlando Fals
Borda, Germán Guzmán Campo y Eduardo Umaña luna, forma parte de
ese frondoso currículum vitae.
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Las voces de la Otredad
Participa activamente en los debates estudiantiles: las revoluciones rusa y
china, la Guerra Fría y la causa cubana, son parte del temario febril de aquellos
días (“En la Universidad estoy feliz. El trabajo con los estudiantes me ha
formado, después del trabajo con los pobres”). Camilo es el invitado especial
a un sinnúmero de eventos sobre Reforma Agraria y Acción Comunal. La
ESAP por aquellos días, un consagrado escenario para la discusión sociopolítica
lo nombrará decano de su Instituto de Administración Social.
También será promotor de una granja experimental en Yopal, miembro de
la junta directiva del INCORA y líder político y religioso en los barrios del
sur de Bogotá y Cogua…
“El cura revolucionario” se convierte así, en una amenaza pública para
la plutocracia colombiana y sus títeres y cómplices (escribas, burócratas y
tonsurados) y, desde luego, para los primeros gobiernos del Frente Nacional
(Alberto Lleras Camargo y Guillermo León Valencia). Con sus dotes de
mal orador y su implacable pluma construye la plataforma ideológica de un
movimiento que difunde a través de las 13 entregas de su semanario “Frente
Unido” (10.000 ejemplares). En su primer número envía un “Mensaje a los
cristianos”: “Es necesario quitarles el poder a las minorías privilegiadas para
dárselo a las mayorías pobres”.
La irrupción en América latina de la Teología de la Liberación, hija rebelde
del Concilio Vaticano II, el nacimiento del ELN, la operación “Dardo”,
la toma de Simacota (07-01-1965), el reportaje hecho a la revista Semana
(“La rebelión de las sotanas”,18-07-1965), entre otros, acercan a Camilo al
movimiento insurgente. Un año después se conoce su “Proclama al Pueblo
Colombiano” y un manifiesto firmado por Camilo Torres, Fabio Vásquez
Castaño y Víctor Medina Morón dando a conocer los motivos por los cuales
se incorpora el ex-cura a la guerrilla.
El 18 de octubre, Camilo se interna en el monte no sin antes ser fotografiado
con un fusil prestado, un uniforme corto de talla y una expresión donde
se mezclan el temor, la ingenuidad y el febricitante idealismo de su lucha.
Camilo con escaso entrenamiento militar, 4 meses después, ya estaba de
forma ineluctable y “por voluntad propia”, en primera línea de combate.
Nace 8 meses después y muere 8 meses antes que el Che Guevara. “Lo
dejaron solo (…). Un sacrificio inútil (…). Buscan un héroe y luego lo
convierten en mártir”, se comentó por aquellos días.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
De todo ello sólo queda un vago, agridulce y rabioso recuerdo perdido en el
tiempo y en las montañas de Santander; un poemario y un cancionero social
que se convirtió en “música para planchar”; una falsa y fervorosa predicción
y una fugaz consigna de lucha: “En un lapso aproximado de 5 a 7 años se
hará la revolución en Colombia (…). Sólo así, podremos hacer realidad el
amor que los cristianos debemos tener por nuestro prójimo”.
¡CAMILO VIVE! CINCUENTA AÑOS DESPUÉS
El 15 de febrero de 1966, la batería 120 del batallón Bogotá bajo las órdenes
del general Álvaro Valencia Tovar, reacciona ante la emboscada de una
columna guerrillera en Patiocemento (San Vicente de Chucurí, Santander).
En el suelo uno de los militares heridos dispara una ráfaga desde su carabina
M2. Fabio Vásquez con destreza logra internarse en la selva; Camilo, torpe y
confuso, no logra coger el fusil del combatiente muerto ni alcanza el manigual;
dos balas mortales calibre 30 lo hieren en el hombro y el abdomen; tres
compañeros intentan rescatarlo, pero son abatidos… El novel combatiente
con sus 37 años y con escasos cuatro meses de entrenamiento militar, muere
junto a cinco guerrilleros más en su primera acción militar.
Camilo mira hacia el cielo con sus ojos azules llenos de dulce perplejidad
y escucha cómo aquel sargento reporta su parte de guerra victorioso:
“hemos “ a un guerrillero flaco y muy alto, con la cara llena
de picaduras de insectos, con barba y pelo largos… lleva unas cartas en el
bolsillo en otro idioma y una pipa”. Aquí, entonces, comienza la leyenda: los
soldados campesinos se sienten culpables al saber, horas después, que han
matado un sacerdote y con la psicosis propia de la guerra, temerosos cuentan
cómo “el fantasma del cura” se aparece en sus literas. El pelotón es puesto en
tratamiento psiquiátrico y en un retiro espiritual, el capellán militar, después
de bendecir las armas fratricidas, advierte: “No puede cambiarse la hostia
por el fusil”… ¡Qué ironía!
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Las voces de la Otredad
Fernando Torres ordena desde Minnesota que su hermano sea enterrado
en secreto, lejos de “demostraciones vulgares y estentóreas promovidas
por aquellos que lo consideran después de muerto un arma para crear el
desorden y sacar provecho para sus propias ambiciones (…). No quiero que
utilicen sus restos para hacer una revolución”. Contrario a ello, su madre,
Isabel Restrepo, afirma: “Camilo comenzó a vivir el día que lo mataron”.
Con el cráneo deformado por los culatazos recibidos, es envuelto en 3 bolsas
de polietileno y sepultado en el sitio de combate al lado de una Ceiba que
lo acoge desde su frondoso mundo, dulce y algodonado. Un topógrafo hace
el plano del lugar que luego es guardado en la caja fuerte de la guarnición
militar.
3 años después, se exhuma el cadáver y sus restos -una ironía más-, son
colocados en una urna funeraria y ésta, en una tumba sin lápida en el panteón
de la 5ª Brigada del cementerio Bumangués, no sin antes recibir en la capilla
del batallón, exequias solemnes como si hubiera sido un héroe militar… El
capellán y los pocos concurrentes no saben a quién están enterrando.
En el año 2002, su hermano crema los restos de Camilo y sus cenizas son
colocadas en el mausoleo familiar del cementerio Central de Bogotá. 50 años
después, nuestro excéntrico presidente ordena a las fuerzas militares buscar
los restos de Camilo “para que, en un gesto simbólico, podamos continuar en
ese proceso de terminar esta guerra y reconciliarnos todos los colombianos”.
El Consejo Directivo de la Universidad Nacional, para cerrar inexplicablemente
el necrótico show, ordena exhibir la sotana del cura guerrillero. La leyenda a
manera de historieta, cabalga sobre sus dos grandes errores: haberse hecho
sacerdote sin vocación alguna y guerrillero sin aptitud para ello. Muchos
repasan sumidos en un prudente silencio, sus “consignas subversivas”:
“Si Jesús viviera, sería guerrillero (…). El deber de todo cristiano es ser
revolucionario (…). Sólo a través de la revolución podremos realizar el amor
que los hombres deben tener a su prójimo (…). ¡Hasta la victoria final! La
lucha es larga, ¡Comencemos ya!”.
Camilo Torres, al igual que el Che Guevara, sigue presente en el quimérico
imaginario de aquellos que febrilmente se aferran a los estólidos idearios
de una revolución fallida. El ELN hizo hace 10 años una semblanza del
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
“mártir” (“¡Camilo Vive!”): “Camilo se enfrentó a la mentira y la doble moral
de las clases dominantes y la iglesia colombiana y con su verbo, su pluma y
liderazgo les desnudó sus vilezas. Por eso fue excomulgado y reprimido (…).
Camilo se niega a regresar a la madre tierra y yace invencible en nuestras
montañas que nunca callan”.
SEMILLERO CAMILISTA
“Nuestros campesinos, ya saben a qué atenerse. Ya saben para qué se tienen que
preparar. Ellos no se lanzan a una aventura pero no rehúyen la lucha. Ya la
oligarquía, con el estado de sitio, ha sacado al pueblo a las plazas públicas. Ya lo
persigue con ametralladoras en recintos cerrados, como en Medellín. Cuando nos
haga la vida imposible en la ciudad, tenemos que ir al campo. Y del campo no
podemos botarnos al mar. Allí tendremos que resistir.
Esperamos que los estudiantes respondan a la llamada que les hace su patria en este
momento trascendental de su historia y que para eso dispongan su ánimo para oírla
y seguirla con una generosidad sin límites.
No debemos ponernos a discutir si el alma es mortal o inmortal. Pensemos que el
alma sí es mortal y derrotemos el hambre para tener la capacidad y la posibilidad de
discutir después su mortalidad o inmortalidad.
Pero cuando el pueblo se decida a luchar hasta el fin no habrá ninguna potencia que
pueda ser superior a la potencia de ese pueblo que quiere su libertad.
Sólo la gente humanitaria se preocupa por ese pingajo aterrorizado en que nos
convertimos al enfrentarnos a la dimensión desconocida del dolor.
La revolución es un ideal que debe fijarse de una manera determinada y precisa. No
podemos unirnos con base en ilusiones vagas.
Una de las primeras condiciones para hacer la revolución es lograr que la clase
popular tenga una conciencia común.
La razón y las costumbres son en un pueblo libre lo que las cadenas y los calabozos
son en un pueblo esclavo.
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Las voces de la Otredad
C. SOCIOPATOLOGÍA DE LA VIDA COTIDIANA
• Dos viejos aforismos han dejado su rúbrica intemporal: la culpa camina
tan lenta que terminan por alcanzarla el perdón y el olvido… Aquel
que perdona y olvida es porque ya el asunto poco le importa. Algunos
politólogos sostienen que quienes afirman que no puede haber paz
sin justicia se engañan: Sudáfrica, Bosnia e Irlanda han vivido, según
ellos, procesos “exitosos” de paz y reconciliación a base de olvidos
deliberados… Otros llaman a esto impunidad… Tal vez.
• Los sumisos y conformistas, eternos esclavos del qué dirán, prefieren la
mordaza y el dogal a asumir que son seres vivos, libertarios y pensantes.
Son zombis, seres fosilizados, ciudadanos anómicos, íncubos y súcubos
que viven en las tinieblas de la pasividad por miedo a la luz redimidora.
Son seres mutantes y vacíos que prefieren el orden preestablecido y la
vida contemplativa a la meditación activa, movilizante y transformadora.
• Allí, en las paredes de cementerios, túneles, cárceles o letrinas, se escribe
la textualidad alternativa que emerge de ensoñaciones nigromantes,
libertarias o excrementicias: Todos prometen, nadie cumple. Vote por
nadie… Colabore con las autoridades, denúncielas… No hay paz que
dure cien años ni pueblo que lo resista… Aulas sí, jaulas no… Si soy
lo que sé, ¿sé lo que soy?... ¡Abajo los altos mandos! ¡Arriba los bajos
fondos!
• La superación de la discriminación no se consigue con gemidos lastimeros
y victimistas, ni con la difusión altisonante y mentirosa de profundos
abismos sociales, diferencias de clase imposibles de superar, enarboladas
como escudos y estandartes por quienes excluyen y discriminan. Niegan
taxativamente que el reconocimiento de la otredad sólo se logra a través
del diálogo alterativo por complejo y sinuoso que parezca.
• Vivimos entre falsedades manifiestas, eufóricas arrogancias, pegajosas
untuosidades, solapados eufemismos, halagos gratuitos e inmerecidos,
consumismos provocadores, ambiciones desmedidas, mensajes
subliminales y manipuladores, pragmatismos desvergonzados… Con
estas socio-patologías entramos al nuevo siglo, luctuoso escenario que
presencia la muerte de las viejas formas de conciencia social.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
• Por memoria histórica y colectiva se entiende una mezcla de hechos
históricos mitificados y de mitos elevados a la categoría de hechos
históricos. Al ser partidarios de la idea del filósofo alemán Federico
Nietzsche quien sostiene que no hay hechos sino interpretaciones,
muchos comparten la tesis de que la historia nunca ha existido y ha
sido, más bien, un invento de los seres humanos cargado de farsa y de
disimulo..
• Detestamos a quienes no viven alquilando muletas ni medran a expensas
de terapias subsidiadas. Vivimos experimentando fórmulas y placebos
para hacer que nuestras perogrulladas se vuelvan operativas y funcionales.
Consideramos seres confusos, hiperbólicos, perifrásicos e ininteligibles
a aquellos que no participan de nuestro mundo lúbrico y fementido
cargado de prejuicios, entelequias y eufemismos.
• Incursionamos con ese ímpetu colonizador y esa insensatez obsesiva que
nos caracteriza, en esas regiones donde campea la laxitud y la omisión y
lanzamos desde allí, conjuros a través de la magia de las palabras contra
la proscripción, el oprobio y la crueldad. Seguimos empecinados en creer
que podremos vencer desde la vaga luminosidad de nuestra vacilante
militología a esos guardianes de la oscuridad.
• El pensamiento divergente con toda su carga disidente y subvertidora,
es signo de vida y progreso, es el grito rebelde y callado de la luz que
se enfrenta a las oscuras y oprobiosas relaciones de poder. Las formas
alternativas de pensar enriquecen el mundo neuronal con nuevas e
insumisas sinapsis y le declara la guerra al inmovilismo y la apatía,
señales inequívocas de la muerte de la conciencia.
• Muchos seguimos compartiendo esa impresión que nos causa las míticas
torrenteras griegas que delinean los oscuros repliegues de la condición
humana y demarcan, a su vez, la frontera entre la vida y la muerte de
nuestro mundo axiológico: Leteo (río del olvido), Estigia (río del odio),
Aqueronte (río del dolor), Cocito (río del lamento) y el flegetonte (río de
fuego y sangre según Dante Aligheri).
• Dicen que somos peligrosos anarquistas y en algo tienen razón: ha
sido el caos el que ha engendrado el orden. Los paradigmas .según los
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Las voces de la Otredad
entendidos, nacen en la periferia. Dicen que no nos necesitan, pero
notamos cómo nos ponen demasiado cuidado. Se incomodan porque no
le apostamos mentirosamente a ese mundo de imposturas donde reinan
lo obvio y lo trivial.
• Generamos a lo largo de nuestra vida momentos intermitentes de ilusión
o desengaño que unas veces nos acercan a la alegría y, otras tantas, al dolor
y al sufrimiento ofreciéndonos una visión distorsionada de la realidad.
Sólo conociéndonos de verdad, podríamos quitarnos esos engañosos
“velos” y descubrir lo maravillosa que es nuestra singularidad.
• Los imperativos categóricos llámense deberes, compromisos o exigencias,
nos producen urticaria sobre todo cuando son producto de imposiciones
y verticalismos. Ya no creemos en las prédicas maximalistas ni en los
referentes axiológicos tradicionales… a esto, algunos custodios de “las
buenas costumbres” lo han llamado crisis de valores.
• Las tecnologías de la información anuncian la muerte de la privacidad.
Hemos sacrificado nuestra intimidad en pos de la comodidad que ofrece
toda la parafernalia mediática. Ante un mundo frenético y paranoide
como el nuestro, clamar por la protección de nuestra privacidad es como
pedirle a un voyerista que instale las persianas de nuestra casa.
• Las realidades sociopolíticas y recurrentes que vivimos a diario cargadas
de fingidos perdones y olvidos deliberados, niegan la máxima aquella
que asegura que quienes olvidan su pasado están condenados a repetirlo.
No sabemos si Borges, nuestro venerable ciego, estaba equivocado al
pensar que el olvido es la única venganza y el único perdón.
• Bajar a la mitad el número de pobres que hay en el mundo, fue una de las
mentirosas y fallidas metas del milenio propuestas para el 2015. Quedó
en veremos la construcción de un “Museo de la Pobreza” para que las
futuras generaciones recuerden los horrores que sufrieron millones de
personas, víctimas de la miseria y la exclusión.
• La cultura de lo eficaz, pragmático, medible y verificable ha entonado
un codificado réquiem por las utopías. Éstas, caquéxicas y exánimes,
no pueden defenderse y menos, hacer uso de la filosofía política como
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
posibilidad de visibilizarse como experiencia vital… Hemos vivido a
expensas de la utopía, pero no hemos vivido en ella.
• Una educación excluyente y domesticadora hace que subsista la inequidad
y la injusticia social, se reproduzca la desigualdad y se acrecienten las
diferencias socioculturales que perpetúan el atraso y la miseria. Son la
pobreza -no los pobres- y la exclusión -no los excluidos- los obstáculos
para el desarrollo humano de nuestra nación.
• La impunidad es la nodriza del olvido. Al mentir con cinismo y confundir
el perdón con la omisión, convierte la vileza en hazaña y al villano en
héroe. El flagelo de la impunidad que azota a nuestro país, ha convertido
en una falacia la creencia de que no puede haber una verdadera paz sin
haberse hecho realidad una justicia restaurativa.
• Una cultura mimética, masificadora y repetitiva nos ha desvinculado de
nuestra historia personal y social y al desconocer necesidades y valores, ha
destruido vivencias y relaciones identitarias. Es hora de reencontrarnos
a través de la cultura que viabiliza nuestras utopías y permite que las
forjemos, vivamos y compartamos.
• Nuestro mundo intrapersonal se ha convertido en un campo de
concentración interactivo. Uno de los derechos a reivindicar hoy día y
que se torna fundamental, es el de la soledad compartida. Todos tenemos
tres vidas: pública, privada y secreta. Sólo en nuestra mente logramos
tener esa privacidad tan anhelada.
• El experimento del psicólogo Philipp Zimbardo de la universidad de
Stanford conocido como “La teoría de las ventanas rotas”, además de ser
una propuesta piadosa de autocuidado ciudadano, enseña que el dolo no
tiene sello de clase, ni sesgo social alguno… En otras palabras, demuestra
que los ricos también roban.
• El estoicismo y el cinismo son esos extremos entre los que oscila
rítmicamente el péndulo de la hipócrita condición humana. Respondemos
con nuestras expresiones al juego íntimo y secreto de pasiones desmedidas,
juego que muchas veces se torna lesivo y peligroso y muchas veces, fatal
e irreversible.
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Las voces de la Otredad
• Nuestra vida transcurre de manera pendular y enajenante entre fijismos
egocéntricos y alienantes masificaciones donde no hay espacio para
el diálogo alterativo. Ahogados en un silencio tóxico, hemos asumido
actitudes contrarias a nuestros valores y principios y carentes, por ende,
de compromiso.
• El escritor noruego Jostein Gaarder señalaba los contrasentidos relativistas
de nuestras creencias: si creemos en los dogmas y las prescripciones del
Cristianismo o del Islam, a ello lo llamamos fe; pero si creemos en la
Astrología, los duendes o el viernes 13, lo consideramos superstición.
• No sabemos ni queremos medir el alcance insospechado de nuestras
exuberantes realizaciones porque tememos enfrentarnos a nuestras
interpelantes realidades. Intentamos desconocerlas disfrazando nuestra
incapacidad con una fastidiosa y ostentadora autosuficiencia.
• Escuchar para conocerse; conocerse para confiar en uno mismo; confiar
en sí mismo para salir de nuestras zonas rutinarias y de confort; salir de
la rutina para arriesgarse a explorar territorios inciertos; explorar para
comprender y (re) aprender; aprender para crecer y vivir conscientemente.
• Cuando contemplemos en un futuro no muy lejano la forma como hoy
afrontamos nuestras conflictivas crisis y las oportunidades de crecimiento
que traen nuestras situaciones problematizadoras, nos preguntaremos
cómo diablos fue posible tanta ignorancia, estulticia e intolerancia.
• La memoria histórica y colectiva se convierte en una carga culpabilizadora
que busca nuevos chivos expiatorios: los neonazis culpan a los judíos
de su derrota bélica y los judíos, a su vez, subliman los vejámenes del
holocausto descargando su soberbia sionista sobre los palestinos.
• Cuenta una fábula antigua que esto le contestó el cráneo a un viajero
preguntón: “Entre los muertos nadie es rey ni súbdito; allí no hay verano
ni invierno; nadie conoce una felicidad más perfecta que la nuestra…
¿Quién quisiera regresar a los trabajos y penalidades del mundo de los
vivos?”.
• Las certezas etnocéntricas de hoy, legitimadas por la intencionalidad
sociocultural del grupo dominante, se convierten en las supersticiones
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
del mañana cuando sus paradigmas de poder han perdido vigencia y han
sido relevados por nuevos intereses sociopolíticos.
• No nos interesa el barco en alta mar sufriendo los tumbos propios del
violento e incierto oleaje; nos interesa la nave en puerto con su velamen
abajo, su cómodo mástil bajo la sombra de un bergantín y ante todo, bien
amarrado al malecón donde medran las oportunidades.
• Todos queremos paz, justicia y equidad, pero no queremos ceder un
ápice en nuestras convicciones, intereses, comodidades y prebendas.
Somos como el preso que desea ardientemente la libertad para reanudar
sus oficios dolosos que lo llevaron alguna vez a prisión.
• La historia, tal como la conocemos, es truculenta y mañosa: cambia el
recuerdo de lo vivido, sataniza todo futuro desafiante y presentificador,
memoriza sólo lo que quiere registrar: prefiere héroes pretéritos y míticos
seres a realidades interpelantes y desinstaladoras.
• Lo que garantiza la salud de las sociedades y de los individuos, sumidos
hoy por hoy en el resentimiento y los cobros revanchistas, no es su
proclividad para recordar, sino su capacidad para olvidar, sostiene el
periodista político estadounidense David Rieff.
• Somos prisioneros del ayer pagando una eterna condena en la cárcel
del tiempo. Nuestra pasión por el pasado y los recuerdos es obsesiva y
mórbida. He ahí la razón por la cual nos aterra el futuro y el presente se
torna una horrible pesadilla.
• Esta fue la respuesta de un sabio rabino a uno de sus más fieles discípulos:
“Si yo soy porque soy yo y tú eres porque eres tú, entonces yo soy y tú
eres. Pero si yo soy porque tú eres y tú eres porque yo soy, entonces ni
soy, ni eres”.
• Somos aquello en lo que creemos… Es hora de regresar a casa.
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Las voces de la Otredad
ÉTICA Y PEDAGOGÍA DEL CONFLICTO
• La discusión sobre posiciones produce acuerdos insensatos. Los
negociadores tienden a encerrarse dentro de ellas. La d.s.p. es ineficiente:
crea incentivos que retardan el acuerdo. La d.s.p. pone en peligro
una relación: tensiona a menudo la relación entre las partes y a veces
las destruye. Cuando hay muchas partes, la negociación basada en
posiciones es todavía peor: mientras mayor sea el número de personas
que participan en una negociación, más graves serán los inconvenientes
de la negociación basada en posiciones.
• Las negociaciones basadas en posiciones ponen la relación y la sustancia
en conflicto. Enfocar una negociación como una lucha de voluntades por
posiciones agudiza innecesariamente las contradicciones.
• Hay que buscar oportunidades de ser inconsistente con las percepciones
de los demás. Una manera de alterar sus percepciones es enviando un
mensaje distinto del que esperan.
• “Quedar bien” significa que nuestras propuestas compaginan con
nuestros valores. No debe subestimarse su importancia. Ello implica la
conciliación de un acuerdo con los principios y con la imagen de los
negociadores.
• No reaccionar ante un estallido emocional. El desahogo de las emociones
puede ser peligroso si conduce a una reacción desmedida, es decir, a una
turbación del ánimo.
• Escuchar atentamente y reconocer lo que dicen. La necesidad de escuchar
es evidente. Es difícil escuchar bien y, sin embargo, es difícil escuchar
bien, sobre todo bajo la presión de una negociación. Escuchar nos
permite comprender nuestras percepciones, sentir nuestras emociones
y oír lo que nos tratan de decir. Escuchar activamente o con atención
mejora no sólo lo que oímos sino también lo que el otro (a) dice. Se ha
dicho que la menos costosa de las concesiones que se le puede hacer a la
otra parte es hacerle saber que ha sido escuchada.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
• Establecer una relación de trabajo. Es mucho más fácil atribuir intenciones
diabólicas a una abstracción desconocida llamada “la otra parte”, que a
alguien a quien se conoce.
• Para que la solución sea prudente, hay que conciliar intereses no
posiciones. Los intereses definen el problema. El problema básico en una
negociación no es el conflicto entre posiciones, sino el conflicto entre las
necesidades, deseos, preocupaciones y temores de las partes. Los deseos
y preocupaciones son intereses. Los intereses motivan a las personas;
son el resorte silencioso detrás de todo el ruido de las posiciones. La
conciliación de los intereses y no de las posiciones también es efectiva
porque tras las posiciones opuestas hay muchos otros intereses, además
de los que puedan oponerse.
• Tras las posiciones opuestas hay intereses compartidos y compatibles,
además de los conflictivos.
• Una técnica básica es ponerse en el lugar del otro (a). Analizar cada una
de las posiciones que asume y preguntarse ¿Por qué? Y luego ¿Por qué
no?
• En casi toda negociación cada parte tiene intereses múltiples. Uno de
los errores comunes en el diagnóstico de una situación de negociación
es suponer que cada persona de la otra parte tiene los mismos intereses.
Comprender los intereses del negociador significa comprender la variedad
de intereses ligeramente diferentes que él debe tener en cuenta.
• Se deben inventar opciones de mutuo beneficio. A pesar de lo valioso que
es tener muchas opciones, las personas que participan en una negociación
rara vez se dan cuenta de esta necesidad.
• En la mayoría de las negociaciones hay cuatro obstáculos principales
que impiden la invención de un gran número de opciones: Juicios
prematuros. La búsqueda de una sola respuesta. El supuesto de que el
pastel es de tamaño fijo. La creencia de que “la solución del problema de
ellos es de ellos. Se puede temer que al inventar opciones se esté relevando
información que puede debilitar nuestra posición en una negociación.
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Las voces de la Otredad
• La mayoría de la gente piensa que la invención no es parte del proceso
de negociación. Aprecian su papel como la disminución de la distancia
entre las posiciones y no como la ampliación de las opciones disponibles.
La tendencia es a pensar: “Ya tenemos suficiente dificultad en ponernos
de acuerdo. Lo último que necesitamos es un montón de ideas nuevas”.
• Si el primer obstáculo para el pensamiento creativo es la crítica prematura,
el segundo es la terminación prematura. Si desde el principio se busca la
única respuesta mejor, es probable que se esté evitando un proceso de
toma de decisiones más prudente, en el cual se seleccione entre un gran
número de posibles respuestas.
• El supuesto de un pastel de tamaño fijo significa que puede haber tan
pocas opciones de discusión porque cada parte siente que la situación es
esencialmente todo o nada.
• Para la invención de opciones realistas “La solución del problema de
ellos es problema de ellos” significa que cada parte se preocupa sólo por
sus inmediatos intereses. Para que un negociador logre un acuerdo que
satisfaga sus propios intereses, es necesario que encuentre una solución
que también sea atractiva desde el punto de vista de los intereses de la
otra parte
• Para inventar opciones creativas se necesita: separar el acto de inventar
opciones, del acto de juzgarlas. Ampliar las opciones de discusión en
vez de buscar una única respuesta. Buscar beneficios mutuos. Inventar
maneras de facilitarles a los otros su toma de decisión.
• Como el juicio inhibe la imaginación hay que separar el acto creativo del
acto crítico. Hay que separar el proceso de imaginar posibles soluciones,
del proceso de seleccionar entre ellas. Primero se inventa, después se
decide.
Si estamos preocupados por la posibilidad de perder, probablemente perderemos.
Debemos preocupamos más por cometer menos errores que por ganar el juego.
Nuestra decadencia comienza cuando nos sentimos fines en lugar de ser medios. Los
que siempre se apertrechan en su retaguardia, nunca podrán ganar.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
D. PARADOJAS E IRONÍAS COLOQUIALES
• Jimmy Carter oró ante el Muro de las lamentaciones: “¡Oh Dios!, ayuda
por favor a los árabes e israelíes a encontrar la paz”. “Amén”, dijo
Menachen Begin, el primer ministro israelí y, a la vez, su anfitrión. “Por
favor deja que los egipcios y los israelíes coexistan en paz”. “Amén”,
repitió el primer ministro. “Por favor dile a los israelíes que devuelvan a
los árabes todo el territorio que ocuparon en la guerra de 1967”. “Quiero
recordarle, señor presidente -observó Begin-, que está hablándole a un
muro”.
• Los científicos predijeron que una marea traería consigo el fin del mundo
tres días después. Una cadena televisiva convocó a los líderes religiosos
para que aconsejaran a la gente cómo había que actuar. Un sacerdote
católico instó a sus fieles a arrepentirse de sus pecados; los monjes
budistas dieron instrucciones a los suyos para que buscaran la paz
interior buceando en el fondo de sí mismos; un anciano predicador dijo
a sus seguidores: “Muy bien. Tenemos tres días para aprender a nadar”.
• ¡Hola amigo! Soy Mirela y tengo siete años. Mamá, papá y mi hermano
mayor están conmigo en Sarajevo, la capital de Bosnia Herzegovina.
Somos prisioneros en nuestra ciudad. Era una ciudad muy linda, ahora
está destruida. No tenemos alimentos, ni frutas, ni agua, ni electricidad.
No tenemos una niñez feliz. Los niños no queremos la guerra. Mi
amigo y yo luchamos a nuestra manera contra la guerra. Aprendemos.
Recuerdos. Mirela (1994).
• Un cuento breve de Jairo Aníbal Niño: un tigre y su tigresa fueron
escogidos por Noé para ocupar su lugar en el arca. El tigre rogó a Noé
que le dejara llevar a su hermano. Noé dijo que era imposible porque Dios
lo había prohibido. Cuando el arca navegaba por las enfurecidas olas, el
tigre en la cubierta parecía sonreír. Ni Dios ni Noé supieron nunca que
el tigre para poder llevar a su hermano, lo había devorado un día antes
de entrar al arca”.
• “Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas algo más?”, preguntó el
padre a su hijo quien aguzó sus oídos. Segundos después, el muchacho
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Las voces de la Otredad
respondió: “Estoy escuchando el ruido de una carreta”. “Es una carreta
vacía”, dijo el padre”. “¿Cómo sabes que está vacía si todavía no la
vemos?”, replicó el hijo. Y él respondió: “Es muy fácil saber si una carreta
está vacía o no: cuanto menos cargada esté, mayor es el ruido que hace”.
• Una célebre respuesta anti-racista: “Cuando yo nací, era negro. Cuando
crecí, era negro. Cuando estoy enfermo, soy negro. Cuando tengo frío,
soy negro. Cuando muera, seré negro… Pero usted, cuando nace es
rosado. Cuando crece es blanco. Cuando está enfermo es verde. Cuando
sale el sol, se torna rojo. Cuando está con frío, es azul. Cuando muere,
se torna morado. ¿Y tiene la desfachatez de decirme que soy un ser de
“color?”.
• En una clase se observaba a un joven mal sentado, sin lapicero, sin
papel donde escribir y con los brazos cruzados. El profesor lo observaba
desprevenidamente y, después de echarle algunas miradas de tiempo
en tiempo, decidió por fin interrogarlo. “Perdóneme joven, ¿por qué no
está tomando sus apuntes?”. “No me hacen falta -respondió el chico- mi
padre me facilita los que usted les dictó”.
• Cuando alguien visitó a Picasso en su apartamento de la rue de la Boètie,
notó un enorme cuadro de Renoir que colgaba ladeado, encima de la
chimenea. “Está mejor así -dijo-, si quieres matar un cuadro, sólo cuélgalo
con cuidado y bien derecho con relación al clavo y lo que resaltará de él
será el marco. En cambio, si está mal colocado, como creen algunos, lo
puedes apreciar mejor”.
• Respuesta de un editor: “Hemos leído con sumo interés su manuscrito.
Si lo publicáramos, sería imposible para nosotros publicar otro trabajo
de calidad inferior. Y como es improbable que en los próximos mil años
volvamos a leer algo igual, nos vemos obligados, con mucha pena, a
devolver su brillante composición y suplicarle mil veces que perdone
nuestra falta de visión y timidez”.
• Ella empezó a decir cosas muy desagradables sobre él. Estaba muy
enojada y se comportaba de forma burda y ofensiva. Él estaba sentado
en silencio escuchándola. De repente, la mujer le dijo: “¡Así que otra vez
estás discutiendo conmigo!”. “¡Pero no he dicho ni una sola palabra!”,
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
reclamó él. “Ya lo sé, ¡pero estás escuchando de una manera tan
agresiva!”, contestó ella.
• Respuesta de Dale Carnegie, escritor de libros de autoayuda a quien
le preguntó si había una frase mágica que sirviera para detener las
discusiones, eliminar los malos sentimientos, crear buena voluntad
y hacer que se le escuchase atentamente. “Creo que si -respondió el
comunicador-, comienza diciendo: Si yo estuviera en tu lugar, sin la
menor duda, pensaría lo mismo”.
• Justo antes de morir, Increíble le pidió a su esposa que no pusiera su
nombre en la lápida, para evitar cualquier tipo de bromas. Cuando
murió, la mujer obedeció el pedido, y puso, humildemente: “Aquí yace un
hombre que le fue fiel a su mujer durante setenta años”. Cuando la gente
pasaba por ese lugar del cementerio, leían la placa y decían: “¡Increíble!”
• Una carta anónima enviada a una revista naturista: “En la mayoría de
los casos, los animales silvestres causan más molestia de lo que valen”.
La revista recibió una respuesta: “En la mayoría de los casos, la gente
causa más molestia de lo que vale”. La afirmación anterior iba firmada
con la impresión de la pata de un ratón silvestre.
• “(...) El concluyó que los ecologistas eran el problema: “La ecología se
ha convertido en una religión que mezcla la lógica del pecado original
con visiones milenaristas. Ya no se peca contra Dios, sino contra la
naturaleza”, farfulló. Entonces, yo le pregunté: ¿y usted, con seguridad,
ha pecado mucho últimamente?”.
• Un hombre pasó toda la vida buscando a la mujer perfecta. Después de
muchos años, se encontraba solo y alguien le dijo: “¡Qué lástima que no
hayas encontrado a la mujer perfecta”. “¡Eso no es cierto! ya la encontré”,
respondió. “¿Y por qué no te quedaste con ella?”. “Porque ella andaba
buscando un hombre perfecto”.
• Un texto de Chuang Tse, un pensador anarquista chino del siglo IV A.
C.: “Entre los muertos -dijo el cráneo al viajero-, nadie es rey y nadie
es súbdito; allí no hay verano ni invierno. Nadie conoce una felicidad
más perfecta que la nuestra. ¿Quién quisiera regresar a los trabajos y
penalidades del mundo de los vivos?”.
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Las voces de la Otredad
• El maestro aguardó paciente y silenciosamente que el sujeto terminara
su largo y tedioso monólogo. De pronto, lo detuvo y mirándole a los ojos
con una impasibilidad desconcertante, le dijo: “Por mucho que hables,
no vas a poder huir de ti mismo”. Y sin agregar más, el sabio, en silencio,
continuó su camino.
• “¿Qué demonios estás haciendo?”, preguntó un mono al otro cuando
lo vio sacar un pez del agua y colocarlo en la rama de un árbol. “Estoy
salvándole de perecer ahogado”, respondió. Alguien comentó: “Lo que
para algunos es comida, veneno es para otros. El sol que permite ver al
águila, ciega al búho”.
• Un fragmento de “El hombre sin ilusiones” de Allen Wheelis: “Querida;
Dios no estará en la iglesia; las mujeres presentes llorarán por su juventud
e inocencia lejanas y perdidas; los hombres soñarán con acostarse contigo
y el cura parado en el pedestal, te mirará el escote mientras se le seca la
boca...”.
• Su esposo la dejó, según él, por ser “demasiado educada, demasiado
fuerte, demasiado exitosa, demasiado necia y demasiado dominante”.
Curiosamente las razones para el abandono conyugal fueron las mismas
que le merecieron a Wangari Maathai el Premio Nobel de Paz 2004.
• Alguien vio por primera vez en su vida un halcón real. Jamás había visto
semejante clase de paloma. De modo que tomó unas tijeras y cortó con
ellas las garras, las alas y el pico del ave rapaz. “Ahora pareces un pájaro
como es debido -dijo-, tu adiestrador te ha tenido muy descuidado”.
• “No fue fácil decirle a mis padres que soy gay -comentó un miembro de
una organización LGTBI-. Lo hice durante la comida del día de Acción
de Gracias. Dije: ‘Mami, por favor, pásale la salsa al homosexual’. Ella
se la pasó a mi padre. La escena que siguió fue terrible”.
• Conversación animada de dos ratas en una caja de Skinner: “¿Sabes?
-le dice una rata a otra-, tengo al psicólogo condicionado”. “¿Cómo?”,
pregunta inquieta la compañera. Impasible, la otra responde: “Cada vez
que oprimo la palanca de la caja, me da queso”.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
• El joven quiso galantear a su amiga: “¿Por qué Dios hizo tan bellas a
las mujeres?”. Ella contestó: “Para que vosotros os podáis enamorar”.
Él replicó: ¿Y por qué os hizo, además, tan estúpidas? Y ella respondió:
“Para que también podamos enamorarnos de vosotros”.
• Cuando le preguntaron a Louis Armstrong, el célebre trompetista de
jazz, si alguna vez había despreciado a sus imitadores. tranquilamente,
el músico contestó: “Son muchos los que copian la Mona Lisa, pero la
gente sigue haciendo fila para poder ver el original”.
• Un diálogo en “La Aldea” del director indio Night Shyamalan: “¿Cómo
logras ser tan valiente cuando los demás se encuentran tan asustadizos?”,
pregunta Ivy. “Es que yo no me preocupo por lo que va a pasar sino por
lo que hay que hacer”, responde Lucius.
• El escritor español Miguel de Unamuno recrea el siguiente diálogo:
Alguien que vio a Solón de Atenas llorar la muerte de su hijo, le dijo:
“¿Para qué lloras así, si eso de nada sirve?”. Y el sabio le respondió: “Por
eso precisamente lloro… porque de nada sirve”.
• Oímos lo que algunos dicen con frecuencia: “Yo no cambio hasta que tú
no lo hagas”, o “¿para qué intentarlo si con esta gente no se puede?”. “Es
por eso que algunos se quejan de lo que no pueden cambiar y no cambian
lo que pueden”, comentó alguien.
• “Creo que su cabello largo lo vuelve señorita”, argumentó con cierta
ironía Joe Pine, pionero de las entrevistas televisivas de confrontación.
“Creo que su pata lo vuelve mesa”, respondió Frank Zappa, estrella de la
música rock de los años setenta.
• Se encuentran dos cocodrilos y uno de ellos comenta: “Esta mañana
me tragué a un idiota”. “¿Por qué crees que era un idiota?”, preguntó
con curiosidad el otro. “Tenía la cabeza tan vacía que todavía no logro
sumergirme”, respondió.
• “Respuesta en un contestador automático: “¡Hola! Quizás me encuentre
en casa, pero no quiero hablar con cierta persona. Deje usted un mensaje.
Si no devuelvo la llamada, ¡esa persona es usted”.
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Las voces de la Otredad
E. TERRITORIO, CULTURA Y VIDA.
CLIPS, TIPS, POT
TERRITORIO, CULTURA Y VIDA
CLICS, TIPS, POT
• La discusión sobre el POT se ha convertido, al igual que el tema de la
“Valorización”, en una amalgama de entelequias, posturas, intereses,
intencionalidades, normativismos, estrategias, planes y actuaciones
de poder, todo ello adoptado de manera “concertada”, para orientar y
administrar el territorio y la utilización del suelo. Todos sabemos que la
formulación del POT no se redacta en términos de beneficio comunitario
y es más una oferta de productos urbanísticos que de servicios socioambientales.
• “El POT sólo le interesa a unas cinco mil personas… El POT no
es un tema de aprendizaje, sino de entendimiento… Es un asunto de
‘chip’… Adelantar una pedagogización del POT es perder el tiempo en
algo inútil… La discusión sobre el POT no está polarizada… esos son
inventos de la oposición…”, afirmaciones de un flamante congresista
“camacolero”, mientras algunos dirigentes gremiales abandonaban el
recinto al escuchar sus prepotentes y desenfocados argumentos.
• Los enfoques “territorialistas” del POT que hoy padecemos, carecen
de una visión modélica de desarrollo humano que exprese, de manera
clara, políticas sociales orientadoras del proceso de construcción de
ciudad; no resuelven los problemas de gentrificación, espacio público,
discriminación socio-espacial, exclusión social, desplazamiento urbano
y no recogen, además y sobre todo, el interés (con) disensual y/o (con)
divergente de los ciudadanos.
• “Decir que una ciudad no debe crecer en territorio es contradecir una
realidad urbana… Decir que la ciudad no se puede expandir es como
si en los años 60 se hubiera impedido que surgiera el barrio Cuba por
carecer en ese entonces de vías de acceso y servicios… Tratar de parar
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
el desarrollo de una ciudad es como atravesársele a una tractomula en
plena bajada”, afirmaba con tono vehemente, un exalcalde de Pereira en
plena campaña reeleccionista.
• No podemos eludir la responsabilidad de pensar desde este interpelante
y dramático “aquí y ahora”, sobre nuestras ciudades como realidades
históricas y socio-culturales concretas y complejas que a todos nos preocupan.
El desarrollo de una ciudad depende de cuatro factores indisolubles
que intencionalmente hoy día se olvidan: planeación territorial, eticidad
de lo público, consensualidad divergente y participación ciudadana.
• Para lograr que nuestras ciudades consoliden su anhelado liderazgo
regional, deberá garantizarse la provisión de recursos tanto financieros
como humanos al igual que la sostenibilidad de los factores telúrico e
hídrico, componentes vitales para el desarrollo de actividades productivas
y competitivas y condición indispensable para que los municipios puedan
ofrecer un POT y una infraestructura de servicios adecuada.
• El POT define entre sus propósitos, consolidar nuestras ciudades como
grandes centros de negocios y servicios regionales; constituirlas como
enclaves geoestratégicos y turísticos con proyección (inter) nacional;
convertirlas en polos de desarrollo tecnológico y agroindustrial y
apuntalarlas como territorios de paz y progreso, líderes en el manejo y
aprovechamiento de sus recursos bio-culturales.
• Es imposible desarrollar procesos de planeación información,
comunicación y evaluación territorial sin un rumbo, un andar y un
destino. Sería bueno que revisáramos nuestras visiones ciudadanas sobre
progreso y bienestar. Esta es nuestra absurdidad sociopolítica en materia
de planeamiento urbano y territorial: lo que no es, es; lo que es, no debiera
de ser; lo que debería de ser, no es.
• Un POT debe tener bien claro cuáles son los intereses, necesidades y
expectativas de las comunidades locales y el enfoque macroeconómico
y político de la administración pública sobre crecimiento urbano y
demográfico. Lo que está en juego con la formulación de un POT
pertinente, sostenible e incluyente, es el futuro de nuestras ciudades y la
región, es decir, el futuro de nuestra gente.
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Las voces de la Otredad
• Debemos coadyuvar en la formulación de un nuevo POT que nos permita
visualizar y presentificar el futuro de nuestra ciudad y convertirlo en una
propuesta de desarrollo local y regional. La ciudad es una construcción
urbana, colectiva, asuntiva, crítica, propositiva y predictiva donde
las organizaciones propias de la sociedad civil, tienen importantes y
argumentados aportes para hacer.
• Queremos seguir haciendo lo mismo con el fin de lograr algún día
resultados diferentes. Esto nos recuerda una frase muy conocida del
pensador español José Ortega y Gasset: “Lo que pasa es que no sabemos
lo que nos pasa y por eso nos pasa lo que nos pasa”. Ésta podría ser, a fin
de cuentas, el curioso espectro onomatopéyico del POT: ¡PUM! - ¡PAM!
- ¡PLOT! - ¡PUFF! - - ¡PLASH!
• El POT como política pública, debe trascender enfoques territorialistas,
bucólicas elucubraciones ambientalistas, oniromancias económicosociologistas
y sofismas politiqueros y darle relevancia a esos cuatro
elementos determinantes que configuran el territorio y que se convierten,
por tanto, en ejes programáticos de bienestar y desarrollo humano:
naturaleza, sociedad, cultura y vida.
• El POT, convertido en fortín, trinchera o botín gremial, burocrático
y/o electorero, ha sido objeto de las más disparatadas propuestas
e histriónicas ocurrencias de ciertos prestidigitadores de la política
parroquial y regional (abracadabra y ¡POT!), alimento de mórbidas
suspicacias de impávidos ciudadanos, ante la mirada oronda y socarrona
de gobernantes y empresarios.
• Un POT mal orientado, además de imponerle cargas gravosas y onerosas
al sector constructor y al contribuyente, encarece el precio de la tierra y,
por tanto, el costo final de la vivienda y hace que, por ejemplo, algunas
empresas constructoras y de bienes y servicios, busquen otras ciudades
con mayores ofertas y estímulos, todo ello en detrimento del empleo y lo
que esto conlleva.
• Al formularse el POT, se debe enfrentar el atraso urbano en materia de
prestación de servicios, generador de ineficiencia, improductividad e
inequidad. Se debe respetar, ante todo, la frontera agrícola y conjurar
512

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
el peligro de que los ecosistemas se conviertan en “agro-sistemas”
(pastizales y lotes de engorde) y después, en horrendos y ecocidas
proyectos urbanísticos.
• Un POT debe plantear cómo se concibe y cuál debe ser el horizonte de
sentido y de futuro de la ciudad y su relación proxémica con lo urbano
y lo rural. Allí no se puede perder de vista, además de lo ambiental,
otros componentes racio-socio-vitales: desarrollo humano, enfoque
prospectivo y una propuesta clara sobre cultura ciudadana y participación
comunitaria.
• Un POT quizás no pueda satisfacer las necesidades de todos, pero de
manera curiosa, sí la avaricia de algunos. La discusión sobre un nuevo
POT para una nueva ciudad y para unos nuevos tiempos, es ante todo y
aunque muchos no lo crean, una discusión ética. Algún día la felicidad
será el único indicador de desarrollo humano y ciudadano que tendrá
sentido.
• El POT es el resultado del impacto del manejo político-administrativo
sobre el territorio en sus componentes económico, social, cultural y
ambiental. Un Plan de Ordenamiento Territorial se construye sobre la
base de que todos los ciudadanos tienen derecho a la ciudad, a la defensa
del territorio y a una vida digna.
• El POT será una realidad histórico-social si se revisa críticamente el
modelo económico y la visión socio-ambiental y cultural que tenemos
sobre la ocupación del territorio. Sólo sabemos algo: cuando la pobreza
entra por la puerta, las esperanzas, la seguridad, el bienestar y la
tranquilidad salen por la ventana.
• La etiología de la ciudad problémica tiene una raigambre socioeconómica
y cultural. El POT, a lo largo de su historia, ha sido una sumatoria
discontinua, sesgada y anodina de opiniones, actuaciones, códigos e
intereses privados y un agregado informe y poco exitoso en materia de
planeación urbana.
• Además de ser un territorio donde confluyen individuos, naturaleza y
cultura, la ciudad es el escenario interactivo, humanizado, valorizado,
513

Las voces de la Otredad
modificado, construido y organizado material y simbólicamente y de
manera permanente por comunidades de hombres y mujeres que la
habitan.
• Conocemos el precio de todo, pero no sabemos el valor de nada… No nos
queda otro camino que ejercer en el turbulento acontecer de las palabras
y los días, nuestra menguada y dramática capacidad de liderazgo: hacer
que la gente haga lo que normalmente no haría.
• La identidad cultural de una ciudad - región se construye a partir de
los imaginarios compartidos de sus habitantes. No compartimos sólo un
territorio, compartimos sueños, intereses y aspiraciones… Compartimos
la vida desde una heterogeneidad irrenunciable.
• Construir ciudad y ciudadanía implica desarrollar percepciones y
sentimientos de arraigo; identificar imaginarios, diseñar futuribles
y materializar sueños… en fin, desarrollar una cultura del liderazgo
organizacional y del crecimiento personal y colectivo.
• Compartimos desde la diferencia y la otredad, textos y contextos, no
pretextos. Legitimamos y negociamos imaginarios, propuestas culturales,
formas de apropiación y construcción de ciudad y ciudadanía, paradigmas
de progreso y bienestar.
• No se debe circunscribir el ordenamiento territorial al ámbito municipal:
debe plantearse de manera holística y adecuada una agenda donde nos
percibamos y aceptemos como región (debería llamarse POR: Plan de
Ordenamiento Regional).
• Nuestro compromiso tiene que ver con la construcción de un nuevo
POT donde se articulen criterios de ecología humana, urbanismo
y antropología social con las normas jurídicas y éticas que regulan el
comportamiento ciudadano.
• Un POT debe propugnar, ante todo, por el beneficio comunitario
y, además, ya lo dijimos, debe pensarse en términos de una apuesta
sostenible en materia de servicios socio-ambientales más que en la oferta
de productos urbanísticos.
514

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
EL OBSERVATORIO DE CULTURA,
CONVIVENCIA Y CIUDADANÍA
La ciudad es un cruce de discursos, una confluencia de miradas, una creación
colectiva permanente, asuntiva, responsable y comprometida.
El 15 y 16 de octubre de 2008 se llevó a cabo un memorable evento en
Bogotá, por iniciativa del Grupo Editorial El Tiempo, la Fundación Corona
y la Cámara de Comercio de Bogotá, el Seminario Internacional “Ciudades
y Ciudadanía. Balance y retos en el mejoramiento de la calidad de vida y
la democracia urbana”, evento organizado por el proyecto “Bogotá Cómo
Vamos” el cual contó con la presencia de los exalcaldes de Bogotá (Antanas
Mockus, Jaime Castro, Enrique Peñalosa y Luis Eduardo Garzón), y
destacados conferencistas tales como:
Françoise Dureau (experta en movilidad espacial), Eleonora Pasotti
(profesora de Política Pública de la Universidad de California), Francisco
Sabatini (experto en Planificación Urbana de la Universidad de California),
Elssy Bonilla (decana de la facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Arte
de la Universidad Central), Corina Echavarría (experta en Administración
Pública de la Universidad Federal de Bahía, Brasil), Paul Blomberg
(profesor de Gobierno Urbano de la Universidad Nacional de Colombia),
Javier Restrepo Palacio (impulsor del proyecto “Bogotá Cómo vamos”), el
escritor británico Gerard Martin, Joao Sette Whitaker, experto brasilero en
urbanismo y Michael Sorkin, arquitecto de la Universidad de Harvard.
Allí se discutieron diversos temas que afectan la calidad de vida de las ciudades
latinoamericanas. Temas relevantes tales como el medio ambiente, los usos y
precios del suelo urbano, la densificación versus la dispersión, los pro y contra
de las llamadas ciudades globales, la ciudad región, la hiperconectividad, los
alcaldes locales como marca, la participación ciudadana y las democracias
deliberativa y representativa, fueron los que concitaron más atención de los
asistentes. Causó un profundo interés la tesis del chileno Francisco Sabatini
sobre la lucha por el suelo urbanizable, fenómeno llamado por éste como
“gentrificación” y que consiste en la compra y uso de terrenos por parte de
individuos e inmobiliarias, que con sus altos ingresos, han “invadido” las
zonas habitadas por personas de estratos bajos.
515

Las voces de la Otredad
Otras temáticas importantes tuvieron que ver con la propuesta sobre la
red latinoamericana de propuestas ciudadanas y la implementación de
programas y proyectos donde se viabilicen estrategias de justicia social,
desarrollo sostenible y ecoeficiencia urbanas. Uno de los ítems en la agenda
del evento que más llamó la atención de los participantes, fue el referente a
las percepciones y a los imaginarios de ciudad, tema que hoy “preocupa” la
atención ciudadana.
Los principales problemas de nuestras ciudades son, entre otros: el
irracional crecimiento poblacional; segregación, discriminación, exclusión y
marginalidad (que no son lo mismo); pobreza y miseria; economía informal,
desempleo, subempleo y empleo disfrazado (que no son lo mismo);
degradación del espacio público; abandono y satanización del viejo centro
urbano. La ahistoricidad, la amnesia y la desmemoria (que no son lo mismo)
forman parte del síndrome entrópico urbano: la perdida de significación de
los lugares públicos tradicionales como plazas y parques…
Concepciones erróneas y errátiles sobre desarrollo humano, planeación
y crecimiento urbanos; programas y proyectos carentes de ética, cultura
y pedagogía ciudadanas; nuevos e inadecuados usos y formas del espacio
público y privado; desplazamiento forzado, migración interna y conformación
de cinturones de miseria o ghettos; las periferias urbanas; Los altos niveles de
contaminación audiovisual; contaminación del aire y de los ríos; colapso de
algunos servicios públicos; la insuficiencia de recursos oficiales para hacer
frente a las necesidades poblacionales; la falta de movilidad, las deficiencias
en el transporte público, las escandalosas alzas en el transporte masivo y el
congestionamiento del tráfico urbano.
A todo lo anterior se le suman otros esperpentos: una vergonzosa politiquería,
una corrupción administrativa galopante, flagrante e impune, unida ella al
despilfarro asistencialista del erario; mucha retórica y poca efectividad en los
instrumentos de planeación y gestión pública; gobernantes cuyas rendiciones
de cuentas dejan entrever posturas de candidatos aún en trance de campaña
con su infundiosa carga de promesas…
Todo ello se convierte en aditamento del arca mortuoria donde yacen
los moribundos esfuerzos tributarios de los habitantes de la urbe. Esto
ha provocado el deterioro de las condiciones de vida de los ciudadanos,
516

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
especialmente de los sectores poblacionales más pobres que cada día son
más numerosos. Estos cambios socioculturales han modificado las formas
de vivir, percibir e imaginar la ciudad. Las representaciones simbólicas e
imaginarios urbanos de los habitantes, según su condición económica
y socio-cultural, determinan hábitos, usos y vivencias cotidianas en ese
interminable y colectivo devenir de quienes crean y recrean el mundo de lo
urbano y hacen ciudad y ciudadanía.
Se adoptan diferentes estrategias y formas de vivir la ciudad de acuerdo con
sus condiciones económicas y socio-culturales. Cada habitante tiene formas
diferentes de pensar e imaginar la ciudad, y adopta sus propias prácticas
territoriales. Según García Canclini, la ciudad se concibe “como un lugar
para vivir, como un espacio imaginado”. Esas representaciones simbólicas o
imaginarios urbanos permiten entender cómo el ciudadano percibe y usa la
ciudad y cómo elabora ciertas maneras subjetivas de entender e imaginar la
ciudad, lo cual termina guiando con mayor fuerza sus usos, posicionamientos,
afectos e idearios ciudadanos.
La percepción y definición, por ejemplo, que se tiene sobre una zona de
la ciudad (visión o “mapa mental”) es lo que más incide en la decisión de
transitarla o habitarla. Algunos sectores, por ejemplo, son considerados
“peligrosos”, zonas violentas e inseguras por donde se debe evitar transitar.
Ciertos conglomerados urbanos se han recluido de manera exclusiva y
excluyente en sus “burbujas”: condominios, clubes, escuelas, hipermercados,
lejos del mundo “sodomizado” del centro de la ciudad, espacio que ha
perdido sentido y valor, escenario lleno de ambigüedades y vacío, que según
la nueva re-conceptualización de la ciudad, ya no vale la pena frecuentar.
El centro de la ciudad, un lugar tradicional de encuentro, simbolizado y
transversalizado por el parque o plaza central, se convierte en un patrimonio
histórico y arquitectónico descuidado cuando no olvidado por gobernantes,
políticos y particulares el cual ha sido “tomado”, “invadido” por sectores
populares en su vida y rutinas cotidianas, como lugar de trabajo y diversión,
lo mismo que por migrantes, indigentes y desplazados que le dan dado
nuevos usos y connotaciones a ese espacio público.
Las percepciones reales o imaginadas sobre la (in) seguridad en las ciudades,
han motivado la idea de no frecuentarlo, y además, por temor a ser asaltados,
517

Las voces de la Otredad
violentados o agredidos, sus habitantes se han literalmente enclaustrado en
espacios cerrados y privatizados. Esos imaginarios, asociados con el miedo,
forman parte de un conjunto de imágenes concretas que lejos de ser ficticias
encarnan tensión y antagonismos de clases.
Ese modelo de aislamiento ha erosionado el sentido de comunidad en barrios
y residenciales. Han surgido formas de vida más sedentarias, solitarias,
individualistas, medrosas y codependientes donde el único contacto con
el mundo exterior son los medios de comunicación. Viviendas, escuelas,
parques y hasta iglesias rodeadas de barrotes y todo tipo de sistemas de
seguridad, semejan cárceles donde se vuelve axioma el dicho popular: “los
ciudadanos viven entre rejas mientras los delincuentes andan sueltos”.
Las percepciones de esa inseguridad y miedo con sus correspondientes
imaginarios bucólicos y pacifistas, han creado una especie de paranoia en
sus habitantes los han llevado a protegerse y a aislarse. La percepción de la
inseguridad está cada vez más generalizada y su acrecentamiento tiene como
base real, el aumento delincuencial con sus tasas de morbilidad y morbosidad
incentivadas por el tratamiento de la noticia, la relatoría escandalosa de
ciertas leyendas urbanas y el sensacionalismo mediático.
El paisaje urbano se ha convertido en un escenario de terror lleno de estampas
zombis, esquizoides y paranoides. Se vive siempre en, con y desde el miedo
como signo y sentido citadinos: miedo a ser asaltado en la calle, en el barrio,
en el autobús, en el carro, en su propia casa. Las viviendas difícilmente
se dejan solas, y sus habitantes se vuelven esclavos de ellas; las rejas han
fraccionado, privatizado y violentado el espacio público; se han debilitado,
de igual manera, el sentido comunal y barrial y los lazos de solidaridad entre
comuneros y condómines…
Los pobladores viven refugiados en sus “fortalezas”, reforzadas con cerrojos
y cadenas (en Buenos Aires se denominan “barrios candado”); una ciudad
hecha cárcel (“… en un gran panóptico se ha convertido nuestra urbe” dice
un conocido poema urbano). El fenómeno afecta a todos: hombres y mujeres,
chicos y grandes, blancos y negros, ricos y pobres. Todos de una forma u
otra, hacen ingentes esfuerzos de acuerdo a su condición socioeconómica:
algunos invierten sumas considerables en celaduría y vigilancia privada
o en instalar sistemas de seguridad o estridentes alarmas antirrobo en sus
viviendas y automóviles.
518

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Indígenas, negros, gitanos, milicianos, rockeros de mil tendencias y travestis
subsumidos unos en las mal llamadas “minorías nacionales” y otros en las
estigmatizadas tribus urbanas, forman parte de ese imaginario negativo y
psicótico de miedo, exclusión y asquedad. Desde la “otredad” han sido
“subjetivamente objetivados”, percibidos como una amenaza pública; sobre
sus hombros se descargan todos los males ciudadanos: inseguridad, malestar,
delincuencialidad, insalubridad.
Estas percepciones y actitudes etnocéntricas, promueven exclusión,
xenofobia y racismo dentro de la misma ciudad y el consiguiente aislamiento
y la polarización social expresado en el uso del hábitat, el lenguaje y el
comportamiento de sus pobladores. Todo esto ha dado como resultado la
existencia de muchas ciudades en una sola: ciudades “policéntricas”, con
una gran diversidad de formas de vivirla, pensarla y de apropiarla en y desde
sus diferentes espacios. Néstor García Canclini (“Imaginarios Urbanos”),
afirma que en los usos de la ciudad y en los diversos avatares urbanos que
realizan sus habitantes, se ha perdido la experiencia del conjunto urbano y
se ha debilitado el sentido de solidaridad y el sentimiento de pertenencia.
¿Cómo construir espacios públicos en la ciudad con dinámicas más
democráticas y participativas y menos excluyentes? ¿Cómo incorporar a miles
de seres humanos que viven imperiosamente en el mundo de la ilegalidad,
a estructuras urbanas “legales” (una verdadera cultura de la legalidad) con
los mismos derechos y posibilidades que el resto de los ciudadanos? ¿Cómo
comprender (Néstor García Canclini, “Discurso sobre la multiculturalidad
urbana”) una ciudad disgregada, sin memoria y contradictoria, con los
últimos avances tecnológicos y comunicacionales y al mismo tiempo, tan
incomunicada y congestionada en su mundo urbano y semirural?
¿Cómo lograr la inclusión de diversos sectores sociales, dentro de la
complejidad urbana y retomar los espacios públicos sometidos a una
inclemente privatización? ¿Cómo incorporar a ese ejército de indigentes que
intentan ganarse la vida desde muy temprana edad entre actos de magia,
inspección de llantas y limpieza de parabrisas en las calles y semáforos de
nuestra ciudad? ¿Cómo exorcizar al frugal transeúnte o al indefenso habitante
citadino, través de una verdadera cultura ciudadana, que blandiendo los
salmos salvíficos de la justicia social y restaurativa conjure, de una vez por
todas, los macabros hechizos del actual modelo de crecimiento urbano y
519

Las voces de la Otredad
económico que promueve una creciente discriminación y polarización
social?.
Los habitantes de la ciudad deben trascender de una manera receptiva,
crítica, asuntiva, vivencial, asertiva, propositiva y creativa, todo ello propio
del mundo pluridimensional de la inteligencia emocional, a través de sus
expresiones culturales y comunitarias, su trágica y caótica realidad colmada
de pobreza, violencia, injusticia y desigualdad social; deben aprovechar
las bondades de su mundo urbano complejo y problémico, mestizo y
multicultural.
Comprender y valorar la ciudad es tratar de conciliar “respetuosamente”
esa frondosa variedad de realidades y discursos, para buscar formas de
coexistencia en medio de la diferencia y la diversidad, lejos del oprobio, la
represión, la enajenación, el estupor y el miedo. La cultura urbana, o más
bien, las culturas urbanas, de ben ser sometidas a un estudio fenomenológico
y dialéctico, permanente y exhaustivo, a través de la estructuración de un
Observatorio de Cultura, Convivencia y Ciudadanía, conformado éste,
por una mesa de trabajo multisectorial y transdisciplinaria. Es allí donde
confluye el sentido teleológico y prospectivo de nuestro trabajo.
“Y cuanto más hermosa sea esa educación, más inteligente, más fuerte, más grande
será la roca del intelecto; cuanto mejor, porque en la misma proporción quiere decir
que se elevará a mayores alturas. El que se queda aplastado bajo esta roca es el
erudito. El que se sube encima de la roca es el sabio. Y el que, por miedo, ni siquiera
se acerca a la roca, es el ignorante. El intelecto de los ignorantes nunca fue educado;
el intelecto del erudito fue educado pero nunca pudo trascenderlo; el intelecto del
sabio no sólo fue educado, también se las arregló para trascenderlo. Evitarlo no
ayudará; uno tiene que ir a través y más allá”.
Osho, “El libro del niño”, 1999
Creemos estar buscando la verdad y sólo hemos colocado algunas marcas… Con los
hilos frágiles de nuestros sueños bordamos el tapiz de nuestra vida… La compasión
refleja el anhelo de fundirnos con el otro y solidarizarnos con su sufrimiento…
Busquemos lo bueno en los demás. Todos tenemos nuestros propios criterios de
verdad.
520

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
Confiar en nuestras posibilidades y habilidades es un recurso fundamental
para cumplir con nuestros objetivos. Podemos lograr lo que pretendemos si
confiamos y actuamos en congruencia con nuestro propio deseo.
Debemos esforzarnos por encontrar nuestra propia voz. Cuanto más tarde
comencemos, más difícil va a ser el camino. Debemos escapar, atrevernos a
buscar y encontrar nuevos caminos.
Hay que pensar de una manera más profunda utilizando un paradigma que
afecte el modo en que vemos el tiempo, la vida y nuestra propia naturaleza.
Sólo aquellos que nada esperan del azar son los dueños de su destino.
Debemos obrar, no para ir contra el destino, sino para ir delante de él.
La mitad de los males del mundo se debe a personas ambiciosas que han
pretendido, pese a todo, hacerse sentir importantes.
Dos caminos se abrieron ante mí. Tomé el menos transitado y eso hizo la
diferencia: encontré mi propia forma de caminar.
Reprochamos los vicios ajenos, justificamos los propios. Soportamos los
conocidos y reprobamos los que no conocemos
Los consejos del abuelo: si no conviene no lo hagas; si no es verdad no lo
digas; cree y no caerás; duda y no perecerás.
Comenzamos a dar buenos consejos cuando ya no podemos dar malos
ejemplos, rezongaba cierta vez Oscar Wilde.
Enrique Jardiel Poncela explicó alguna vez que la sinceridad la inventó uno
que quería amargarle la vida al prójimo.
El manantial desaprueba casi siempre el itinerario del río, era una de las
frases favoritas de Jean Cocteau.
Es preferible estimar las cosas que no se pueden poseer, que poseer las cosas
que no se pueden estimar.
521

Las voces de la Otredad
Nos quejamos que todos los días son muy cortos y procedemos con ellos
como si fueran muy largos.
Somos íntegros, correctos, sin tacha alguna, sólo cuando percibimos que
alguien no está mirando
Se aprecia mucho mejor el fondo de los valles, cuando se ha subido a la
cumbre de la montaña.
El peor de todos los fraudes es engañarse a sí mismo. Todos los delitos son
fáciles después de eso.
No somos sólo hábitos. Debemos abrir las puertas del cambio a nuevas
pautas actitudinales.
Preferimos un vicio cómodo a una fatigante verdad, afirma Moliere en una
de sus comedias.
El sentido de la abundancia está no en lo que tenemos sino en lo que
disfrutamos.
La vejez comienza cuando los recuerdos son más importantes que nuestros
imaginarios.
Si de todos modos tenemos que dar la cara, de nada nos vale seguir sacando
el cuerpo.
Hay despedidas que duelen aun cuando hacía tiempo que se ansiaban.
Nos creemos libres cuando damos más órdenes de las que recibimos.
Lo que más se prohíbe, más se desea, reza el aforismo italiano.
Todos lo sabemos: la ignorancia es una desgracia voluntaria.
No entremos a aquellos lugares de donde no podemos salir.
No se puede jugar al tenis con un palo de golf.
522

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
523

Las voces de la Otredad
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA
XIV
“El instinto social de los hombres no se basa en el amor a la sociedad, sino en el
miedo a la soledad”.
Arthur Schopenhauer, filósofo alemán.
“No es que estes solo, lo que pasa es que has llegado a un lugar donde los otros aún
no te han alcanzado”.
Alejandro Jodorowsky, artista y escritor chileno de ascendencia judío-ucraniano.
“Yo creo que todavía no es demasiado tarde para construir una utopía que nos
permita compartir la tierra”.
García Márquez, escritor colombiano.
“La incongruencia no está en cuerpos, identidades, orientaciones o expresiones, sino
en la construcción social de los lentes con los cuales miramos la realidad”.
Romina Martinelli, investigadora social argentina.
“Nadie en nuestra vida merece cargar sobre sus espaldas la responsabilidad de
completar todo aquello que nos falta”.
John Lennon, músico británico.
524

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
CONCLUSIONES
ESQUIRLAS SOBRE EL CONFLICTO
Y LA CONVIVENCIA ESCOLAR
HACIA UN PLAN INTEGRAL
DE CONVIVENCIA ESCOLAR
Estamos llenos de soledad, angustia, insatisfacción, incomprensión, profundo
desarraigo, ausencia de proyecto de vida, crisis emocionales recurrentes,
incapacidad para resolver conflictos, inmediatez y cortoplacismo, búsqueda
permanente y errátil de aceptación, muestras de falsa de seguridad,
comportamientos depresivos, contrasentidos en el manejo de las relaciones
afectivas. Vivimos en una desesperación constante, actuamos llenos de
miedos e Insatisfacciones en una sociedad degradante que nos coarta
llenándonos de incertidumbre, desazón y desesperanza.
Extorsionamos al otro eternizándole sus deudas de gratitud. Convertimos
la lealtad en un acto de postrada obediencia. Infringimos a nuestro antojo
los pactos de convivencia y no agresión. Confundimos la templanza con la
sobriedad. Hablamos de poder y fuerza para esconder nuestras debilidades.
Prometemos lo que nunca podremos cumplir. Predicamos las bondades del
perdón pero dejamos las heridas entreabiertas. Sembramos cizaña y abrojo
caminando sin norte y sin huella. Hablamos de fe y lo que tenemos es miedo.
A la hora de actuar, sentir y entregarnos, cunde la anomia, el egoísmo y la
insensibilidad. Nos jactamos de nuestro triunfo sobre la muerte a sabiendas
de que estamos muertos en vida. El instrumento vital se ha vuelto un arma
asesina, el torno se ha vuelto contra el alfarero, la obra contra el artista, el
hijo contra su padre… hoy contemplamos la oscuridad de la noche que se
niega a aceptar su orfandad y la inminente y deslumbrante abjuración de la
luz del día.
Estos son algunos elementos que forman parte del cuadro crítico estructural
de nuestra dramática y compleja realidad: altos índices de violencia y
delincuencia. Violencia intrafamiliar. Pérdida de valores. Deterioro del
tejido emocional en diferentes segmentos de población. Crisis de liderazgo.
Climas organizacionales enrarecidos. Incapacidad dialógica y resolutiva de
conflictos. Falta de asuntividad, afrontamiento y decisoriedad frente a una
525

Las voces de la Otredad
problemática determinada. El matoneo escolar, por ejemplo, se ha convertido
en un grave problema psico-socio-cultural en el sector educativo. El 88,7%
de los jóvenes afirman haber sido víctimas de estos ataques. El acoso escolar
es la causa del 12% de la deserción escolar. La Corte Constitucional dispuso
que en los manuales de convivencia debe consignarse el manejo de casos de
intimidación escolar, así como sus medidas preventivas.
Ciertos colegios ostentan en su filosofía heráldica y medioeval ser guardianes
del orden y las buenas costumbres y adoptan medidas disciplinarias de
corte monacal y feudal: proscripciones, conculcaciones, “expropiaciones”,
extrañamientos, castigos, discriminaciones, marginamientos, confinaciones,
maniqueísmos y exclusiones; escarnios infames y tratos degradantes;
audiencias (“consejos de apelación”) que nos recuerdan los viejos tribunales
inquisitoriales de corte católico, calvinista o anglicano.
La biblioteca convertida en calabozo, los libros en grilletes y los cuadernos en
expedientes policivos; los manuales de convivencia transmutados en edictos
prohibitivos y en códigos presuntuosos de mala fe, todo un atentado aleve y
torticero contra el libre desarrollo de la personalidad. Aun así, en esos centros
educativos se sigue insistiendo en su condición de no ser reformatorios, pero
las evidencias vivenciales y cotidianas hacen creer lo contrario.
Devotos del dogma educativo, se rasgan sus raídas vestiduras magisteriales
e invocan la exorcizante grey del santoral pedagógico para conjurar los
males que se ciernen sobre el cuerpo desfalleciente de la secular escuela:
Comenius, Rousseau, Pestalozzi, Dewey, Montessori y Freinet. Otros herejes
como Loris Malaguzzi o Paulo Freire recomiendan para el desarrollo de
una pragmática escolar, abjurar del mentirologio pedagógico y didáctico
tradicional y exhortan, de una vez por todas, a ejercer el desaprendizaje y a
refundar el sistema educativo.
Todo ello que, de alguna manera, forma parte de nuestra problemática
emocional nace de un conflicto interno que tiene que ver con nuestra
regulación moral, entendiendo por moral esos criterios normativos de
comportamiento que comparto con mis congéneres. La conciencia moral
se convierte así, en un sistema de regulación interna. La tarea educativa
pues, es perentoria e impostergable en un mundo pseudo-paradigmático,
oprobioso, inmoral y destructivo.
526

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
A veces creemos que frente a los problemas de violencia en el aula y por
fuera de ella, la solución está en evitar tomar partido, asumir actitudes
higiénicas, negar el conflicto o sublimarlo. Tenemos que educar aún contra
esas circunstancias odiosas y adversas. No podemos esperar que el mundo
sea bueno para formar en la convivencialidad, la tolerancia y la solidaridad.
Hay que formar en principios y valores para ser cada vez mejores en un
mundo reacio al crecimiento moral y espiritual de los seres humanos y, a
través del esfuerzo cotidiano, transformarlo, hacerlo más aceptable, más
humano.
Cuando no tomamos conciencia de nuestros conflictos e intentamos resolver
nuestras contradicciones de cualquier manera, la realidad se encargará de
representar ante nosotros ese mundo conflictivo. El mayor logro no consistirá
en superar de forma rápida y mágica nuestros conflictos, sino en aprender
a aceptar la crisis conflictiva como parte necesaria de nuestro crecimiento;
adquirir las herramientas necesarias para atravesarla y vivirla como un
proceso necesario y enriquecedor para nuestro desarrollo como individuos, y
poder así, aceptar e integrar sus aspectos luminosos y oscuros para tornarnos
en seres coherentes y maduros.
La mirada que tenemos sobre nosotros mismos es el punto de partida de
nuestro desenvolvimiento en la vida. No hay un solo ser humano que no
tenga una idea valórica de sí mismo. La autoestima es lo que pensamos de
nosotros mismos, cómo nos sentimos con nosotros mismos y cómo aplicamos
a nuestra vida las lecciones que aprendemos de nuestro mundo convivencial.
Creemos que la madurez llega sólo mediante hondas y cruentas fricciones,
intensos conflictos, constantes combates dentro y fuera de nosotros mismos.
Una de las tareas que debemos emprender, es aprender a desarrollar nuestra
capacidad de respetar la diferencia, de aceptar la diversidad y la pluralidad,
de sabernos deliciosamente diferentes, capaces de optar por la construcción
de singularidades divergentes, de vivir en el conflicto y la contradicción como
seres trascendentes. “Se le ha enseñado muy poco a nuestros estudiantes
sobre el autodominio y aún menos, sobre el arte de la convivencia”, afirma
el historiador hispanista inglés Hugh Thomas (1931).
Debemos reconocer como un hecho innegable que la convivencia, como
un escenario de reconocimiento de lo que somos y son los demás, es algo
más que un agregado demográfico y espacio-temporal de seres anónimos y
527

Las voces de la Otredad
estandarizados. La mejor manera de excluir al otro es no considerarlo como
un interlocutor válido, desconocerlo como otro legítimo y deseable en la
convivencia. No podemos participar en este misterioso acto de vivir con la
esperanza de lograr y proporcionar felicidad a menos que comprendamos
unas cuantas reglas muy sencillas de convivencia.
La Carta Magna de los Derechos del Niño (1919) y la Declaración de Ginebra
(1924), abrieron la discusión sobre los padecimientos de la niñez en el mundo.
Después de un silencio de 70 años, 193 países suscribieron la Convención sobre los
Derechos del Niño (CDN). Los 54 artículos que componen aquella fría declaración,
reconocen 10 derechos a más de 2.000 millones de ellos: respeto a su dignidad, buena
alimentación, vivienda digna, atención sanitaria, educación, juego y recreación,
estímulo al crecimiento, comprensión y cuidado, protección y socorro en el conflicto
armado y apoyo al discapacitado.
Todas las Cartas, Declaraciones y Manifiestos se han convertido en un sartal de
piadosas y engañosas intenciones frente a la cruenta y oprobiosa realidad que viven
nuestros niños. 2 millones de niñas (5 y 10 años) vendidas como esclavas sexuales;
1.000 contagiados diariamente por el virus del SIDA; 1.000 millones sobreviviendo
con menos de 2 dólares diarios; 100 millones por fuera del sistema escolar; 100
millones muriendo antes del 5º año de vida; 30 millones entre refugiados y
desplazados; 10 millones condenados al trabajo forzado, la prostitución y la guerra;
1 de cada 4 menores de 5 años muriendo de hambre y desnutrición, 5.000 muriendo
diariamente por beber agua contaminada.
40 conflictos bélicos acaecidos en los últimos 15 años restaron la posibilidad de
educar a 30 millones de niños en todo el mundo. El 42% de los menores en edad de
cursar los primeros años de enseñanza, no asiste a una escuela. Estudios realizados
por el Banco Mundial, BID, UNESCO, OEI y PREAL (Programa Promocional
de Reforma Educativa en América Latina y el Caribe), coinciden en señalar la
crisis educativa que padecemos como factor determinante de la baja productividad
latinoamericana. El 40% del estudiantado que culmina el nivel de Básica Primaria
no comprende un ensayo de 500 palabras.
528

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
COLOFÓN
LA MAGIA Y EL PODER DE LAS PALABRAS
Quisimos evocar algunas reflexiones entrañables de un puñado
de hombres que dejaron su testimonio indeleble no sólo como grandes
pensadores de su tiempo, sino como líderes indiscutibles de sus amadas
ciudades. Sus enseñanzas se convierten así, en una cátedra ejemplar de
cultura ciudadana.
En sus principios de ciencia política que hace 2800 años patentizó
Hesíodo (“Los Trabajos y los días”), el poeta heleno se refería a una justicia
“irritada” que debería reaccionar contra quienes ultrajaran inicuamente sus
leyes. Si se profirieran sentencias rectas y justas florecerían las ciudades y
los pueblos, habría lana en los rebaños y miel en los panales. “Cuando hay
sentencias torcidas, a un tiempo llegan el hambre y la peste, perecen los
hombres, las mujeres dejan de parir, las casas se caen y la ciudad se destruye”.
27 siglos atrás, Solón de Atenas, vocero del clamor social de su gente, se
quejaba de las leyes de su polis que, según él, semejaban telarañas: contenían
lo débil y ligero y eran deshechas y traspasadas por los fuertes y poderosos
de su tiempo. El sabio griego confesaba su incapacidad para reconocer el
rostro de sus congéneres y cómo el resentimiento se disfrazaba con una faz
sonriente (cara en griego significa antifaz) y la lengua “se expresa en tono
amistoso, mientras el corazón está lleno de hiel”. Exhortaba ponerle a las
palabras el sello del silencio y al silencio el de la oportunidad. La prudencia
según él, consistía en observar atentamente a los demás para lograr develar
sus oscuros pensamientos.
Herodoto de Halicarnaso nos dejó grandes lecciones etopedagógicas.
En sus “Logos” sostenía que la más amarga de todas las miserias era saber
tanto sin tener dominio alguno y el más penoso de todos lo infortunios
era tener conciencia de mucho y control de nada. La certeza deja entrever
las dudas, pero éstas, mediadas por las palabras, se tornan en verdades.
Irónicamente afirmaba que bastaría sólo que un ciudadano virtuoso
percibiera el poder para verlo pronto cambiar de actitud. Agregaba el padre
de la historia 5 siglos antes de nuestra era, que nadie es tan tonto como para
529

Las voces de la Otredad
desear la guerra: allí los padres entierran a sus hijos. En tiempos de paz, éstos
llevan a sus progenitores a la tumba.
Para Pericles, el político más importante de su tiempo, es deber del
Estado servir a la mayoría y no a unos cuantos, procurar ver a todos en
condiciones de igualdad frente a la ley y protegerlos contra el egoísmo,
el despotismo y la arbitrariedad. 26 siglos atrás “el primer ciudadano de
Atenas” exhortaba a usar la riqueza como una oportunidad para la acción
y no como una ocasión para alardear. Sostenía que no debía ser motivo de
vergüenza para nadie reconocer su pobreza, pero sí el hecho de no hacer los
mejores esfuerzos para evitarla.
“Si te parece grande tu ciudad, considera que sus glorias fueron
alcanzadas por hombres valientes, pero ante todo, por hombres que
aprendieron de sus deberes, seres libres y tolerantes durante gran parte de
sus vidas, pero en asuntos públicos y ciudadanos, personas conscientes de
que su única obligación es ceñirse a la ley”, afirmaba el insigne gobernante
griego.
Queremos también, en tan corto espacio, referirnos a la magia
de las palabras y a esa relación indisoluble entre un amigo y un libro,
“acontecimientos memorables en la vida del corazón”, según la rúbrica del
poeta Alfonso Lamartine. Su hallazgo puede cambiar nuestro destino vital.
Ambos, lo deja entrever un verso de Rubén Darío, son fuerza y valor, poder
y alimento, “antorcha del pensamiento y manantial del amor”.
Diríamos como en un romancero español, que son amigos de los
amigos, huéspedes predilectos, maestros y confidentes, compañeros de vigilia,
en la pereza aguijones, en la soledad, recreo y en los caminos mentores.
Cada amigo, al igual que el texto -escribía Anais Nin-, “representa un
mundo dentro de nosotros que tal vez no habría nacido si no lo hubiésemos
conocido”.
El viejo adagio señalaba que los amigos como los libros, para
algunos son obstáculos infranqueables, para otros, escalas infinitas. Ambos
en la prosperidad, como quedó en la vieja frase macedonia, acuden al ser
llamados y en las adversidades (como la sangre a la herida) sin serlo. Ambos
se mantienen invariables a pesar del ultraje del tiempo, el abuso, la ingratitud
y el olvido. No necesitamos -como bien lo dijo Plutarco-, que cambien
530

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
cuando nosotros cambiamos y asientan cuando nosotros asentimos: nuestra
sombra lo hace mucho mejor.
Rodeados por ellos no envidiamos ni falsos prestigios, ni fugaces
riquezas ni la fatuidad de otros estados. Ambos que “no son ni muchos ni
pocos, sino los suficientes”, semejan la sombra vespertina que se ensancha
en los ocasos adversos de nuestra vida. En el diario trajín testimonial de las
palabras, los seres y los días, Emerson nos deja una gran enseñanza: un amigo
es alguien con quien se piensa en voz alta; la única manera de conservar
un amigo es siéndolo. Su espíritu resiliente reafirma el viejo aforismo: la
prosperidad hace amigos y la adversidad los prueba.
Con cierto tufillo de ironía Santiago Ramón y Cajal en sus “Charlas
de café” afirmaba: “o se tienen muchas ideas y pocos amigos, o muchos
amigos y pocas ideas”. Al recordar las máximas grecolatinas de Epícteto (“el
infortunio pone a prueba a los amigos y descubre a los enemigos”) y evocar
su espíritu fraternal y solidario, no nos queda más que decir, sólo parafrasear
a Alvaro Mutis: “cuando la gratitud es absoluta, las palabras sobran”.
Lenguaje y pensamiento forman parte hace 120 mil años de una
relación antropo-histórica indisoluble. El ser humano a través de la cultura
reseña sus cosmovisiones y valora sus condiciones de vida que lo ubican y
proyectan en el universo y lo convierten en un “homus dialogicus”, ser en
tensa y constante apertura hacia su entorno y, a la vez, responsable con las
realidades que a diario lo interpelan y lo obligan a ser factor de relación y
convivencia.
Es a través de la palabra que éste logra vincularse y comprometerse
con otros seres, el medio y las cosas. “Las palabras son contraseñas: liberan
poder, abren la puerta”, dice el orador y coacher estadounidense Kevin Hall
en su obra “El poder de las palabras”.
Es a través de la palabra que viaja la creatividad humana en una
itinerante y profunda labor de búsqueda y encuentro con el mundo. Es así
como muchos, desde la diferencia, dejan de ser extraños y vivir distantes y se
hacen íntimos. La palabra define ámbitos, forja perfiles, delinea contornos,
adensa y define un gesto amoroso o un rictus de odio, sinuosos relieves que
demarcan la geografía del ser.
531

Las voces de la Otredad
El poeta Pablo Neruda escribió en sus memorias póstumas (“Confieso
que he vivido”, 1975): “Amo tanto las palabras (...) tienen sombra,
transparencia, peso, plumas, pelos, tienen todo lo que se les fue agregando de
tanto rodar por el rio, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces...”.
Las palabras encadenan y liberan, unen o alejan, dilatan y condensan,
absorben o exudan, resisten y desfallecen, crecen o encogen, ascienden y
caen, nacen o mueren, subvierten y restablecen, perturban o conforman, ríen
y lloran, apaciguan o enloquecen, acuden y escapan, abruman o confortan,
resurgen y sucumben, deleitan o fastidian, encubren y revelan, permanecen
o abdican…
Proclaman y acallan, gritan o enmudecen, ovacionan y maldicen,
veneran o proscriben, empujan y detienen, embrujan o exorcizan, recuerdan
y olvidan, contagian o desinfectan, aman y odian, buscan o encuentran,
festejan y desprecian, destruyen o restauran, corrompen y redimen, estropean
o reparan... Las palabras son el semblante del alma, afirmaba Séneca.
En un memorable ensayo (1985), Isabel Allende se refería a “La
magia de las palabras”: “Palabras... palabras... Están en el aire, las lleva y las
trae el viento, puedo tomar la que quiera, son todas gratis, palabras cortas,
largas, blancas, negras, alegres como campana, amigo, beso, o terribles como
viuda, sangre, prisión. Infinitas palabras para combinarlas a mi antojo, para
burlarme de ellas o tratarlas con respeto, para usarlas mil veces sin temor a
desgastarlas.
Están allí, al alcance de mi mano. Puedo echarles un lazo, atraparlas,
domesticarlas. Y puedo, sobre todo, escribirlas. (…) En América Latina
las sílabas se escriben con sangre. Pero tenemos al menos las palabras para
contar a nuestros pueblos, a nuestros países, a nuestro fabuloso continente.
Tenemos palabras para contar la verdad y son muchos los que lo están
haciendo. Por eso, amo tanto las palabras...”.
¡Qué vivan las palabras!
“Medir las palabras no es necesariamente endulzar su expresión sino haber previsto y
aceptado las consecuencias de ellas”.
Abraham Lincoln, presidente estadounidense.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
Una de las tareas que debemos emprender es aprender a desarrollar nuestra
capacidad de respetar la diferencia, de aceptar la diversidad y la pluralidad,
de sabernos deliciosamente diferentes capaces de optar por la construcción de
singularidades divergentes, capaces de vivir en el conflicto y la contradicción
como seres trascendentes.
“La edad de la alegría transcurre en medio de llantos, castigos, amenazas, esclavitud
(…). ¡Amad la infancia, favoreced sus juegos, sus placeres, su afable instinto! (…).
La naturaleza quiere que los niños sean niños antes de ser hombres. Si queremos
invertir ese orden produciremos frutos precoces que no tendrán madurez ni justo
sabor (…). Dirigid la atención de vuestro alumno a los fenómenos de la naturaleza
y le habréis hecho curioso, pero para alimentar su curiosidad no os apresuréis jamás
a satisfacerla. Poned los problemas a su alcance y dejádselos resolver. Que no sepa
nada porque se lo hayáis dicho, sino porque él mismo lo haya comprendido, que no
aprenda la ciencia, que la invente. Si sustituís alguna vez en su espíritu la razón por
la autoridad, no volverá a razonar, no será más que el juguete de la opinión de los
demás…”.
Jean Jacques Rousseau , filosofo suizo.
“Me considero muy afortunada por estar presente y poder representar a más de
60 millones de niñas que han sido privadas de educación. Pienso que es muy
importante que los niños y jóvenes crean que sus propias voces son poderosas. No es
importante la edad que tengas. Debemos tener fe en nosotros mismos. Si queremos
que el futuro sea mejor, es necesario comenzar a trabajar en ello desde este momento.
Existen millones de niños en este mundo. Si esos millones se unen, podrían construir
un ejército fuerte y entonces nuestros líderes tendrán que escucharnos.
Mi sueño es que todos los niños en el mundo puedan ir a la escuela… Un niño,
un profesor, un bolígrafo y un libro pueden cambiar el mundo… Debemos creer en
el poder y la fuerza de nuestras palabras… Nuestras palabras pueden cambiar el
mundo”.
Malala Yousafsal, líder juvenil pakistaní, Premio Nobel de Paz, 2014.
POR UNA NUEVA CULTURA DE LA CONVIVENCIA
ESCOLAR Y SOCIAL
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Las voces de la Otredad
IMAGINARIOS PEDAGÓGICOS.
TRAVESÍAS Y DESVIACIONES
No se puede culpar al maestro de las desatinadas políticas educativas
que tanto daño le han hecho a nuestras comunidades locales y raizales,
erratizando muchas veces su rumbo y su andar. Sabemos que el maestro
ha sido históricamente víctima de ellas. La sociedad sólo se ocupa de los
maestros para exigirles, pero una vez que el Estado tiene que retribuirles su
ingente esfuerzo con estímulos (capacitación, salud y bienestar integral) y
reivindicar de alguna manera su rol protagónico en lo social, todo ello pasa
a un segundo plano.
Tenemos un alto y alarmante índice de trastornos siquiátricos en el
magisterio. Es tarea perentoria del Estado y la sociedad civil comprender,
valorar y dignificar la dura labor del maestro. La escuela está sobrecargada
e infligida por una función prometeica, descomunal e insoportable: preparar
para la vida y el trabajo, promocionar la cultura y, a la vez, formar ciudadanos
íntegros. Aun así, la institución educativa es deslegitimada y estigmatizada
por una sociedad que le ha endilgado centenariamente un sentido de culpa,
haciendo que sobre ella recaiga toda la responsabilidad por los males
endémicos que la afligen.
Nuestro aparato educativo se diseñó sobre una plataforma
criteriológica de dogma y predicibilidad a sabiendas de que la gnosis es
un puente tendido entre lo que sabemos que es nada y lo que ignoramos
que es todo. El imperativo de los nuevos tiempos es formar seres con altas
dosis de racionalidad y sensibilidad, conocedores del contexto histórico
y la problemática sociocultural de sus comunidades; con un andamiaje
conceptual y vivencial sólido, una estructura raciovitalista que le permita
afrontar de manera activa, comprometida y decidida, la compleja realidad
sociopolítica que cotidianamente los interpela.
El educador debe dejar de creer que se acabaron las preguntas y que
tiene todas las respuestas; debe aprender a vivir en la incertidumbre sin
satanizarla: ella exige personas calificadas para asumirla y trascenderla. La
institución educativa debe dejar de ser ese castillo inexpugnable y misterioso
donde se observan contemplativa e impasiblemente, desde sus altivas y
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
escarpadas atalayas teóricas, los inciertos parajes por donde deambula el
acontecer humano, el sombrío y extraño paisaje de la desconocida comarca.
Las palabras en boca de un maestro adquieren todo su valor cuando,
en lugar de servir para protegerse, ellas implican riesgo, apertura, denuncia
y propuesta. A través de la magia de las palabras logra comunicarse afectiva
y efectivamente, es decir, permite que el otro tenga acceso a su exuberante
mundo interior. “La educación es un arma cargada de futuro”. Invocamos
una utopía insurgente como elemento subvertidor, inspirador y catalizador
del Proyecto Educativo Institucional a pesar de que la orogenia de nuestros
imaginarios esté erosionada por la cultura de lo eficaz, pragmático, procaz,
verificable y medible.
Defendemos con ardiente celo y convicción nuestros imaginarios y
nuestra praxis pletórica de educabilidad y enseñabilidad como oportunidad
de visualizarla y viabilizarla, convirtiendo la actuación pedagógica en
una experiencia vital donde la posibilidad y la probabilidad concretan la
pluridimensionalidad de nuestros sueños. Al lado de la reflexión crítica y
creativa y desde su praxis sociocultural enriquecida a través del dialógico
saber, los educadores buscan compartir con sus estudiantes una agenda
voluminosa y exigente con los asuntos propios de un pensamiento complejo,
holístico y flexible.
Ellos saben que las mejores lecciones provienen de aquellos a quienes
han intentado enseñarle algo. Nuestros maestros han interiorizado ese
bello axioma que señala el acto de educar la inteligencia de un estudiante
como la forma de ampliar el horizonte de sentido de sus deseos, esperanzas
y necesidades. No sólo se debe fomentar la investigación, la innovación
y la creatividad. También se debe valorar de manera crítica y propositiva
las competencias ciudadanas y laborales para estimular la civilidad y la
productividad en una época signada por los avances tecno-científicos.
Avanzamos en el uso y apropiación de las tics para que éstas hagan
parte de nuestro proyecto de vida personal y colectivo, con un aquí y un ahora
entrelazados y desde los cuales se pacte un claro compromiso con un futuro
presentificado, ajeno a los desajustes y las iniquidades de la época actual.
Necesitamos maestros sobrios y resilientes, orgullosos y generosamente
conscientes de su saber dialógico; educadores que no esperan la dádiva de
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Las voces de la Otredad
un Estado asistencialista y patriarcal ni la consideración lastimera de sus
estudiantes.
Su actitud de desapego parte de una premisa clara: muchas veces los
criterios de verdad o la balanza justiciera no estarán de su lado. El educador
prepara a su gente en el amor a la libertad para que sean mejores que él, para
que sepan más que él, para que vivan con mayor solvencia, independencia
y plenitud. La tarea educativa es perentoria e impostergable en un mundo
pseudo-paradigmático, oprobioso y destructivo. Tenemos que educar contra
esas circunstancias odiosas y adversas. No podemos esperar que el mundo
sea bueno para formar en la convivencialidad, la tolerancia y la solidaridad.
Hay que formar en principios y valores para ser cada vez mejores en
un mundo reacio al crecimiento moral y espiritual de los seres humanos y,
a través del esfuerzo cotidiano, transformarlo, hacerlo más aceptable, más
humano. El maestro prefiere desenvolverse en medio del desencuentro y el
vértigo que producen la soledad pedagógica en la cual vive inmerso, riesgo
que deprime y que a veces se confunde con el miedo. Ese lobo estepario
se niega muchas veces a ir encadenando renuncias y negaciones que lo
adaptarían a un stablishmen y lo atarían el reino de la mismidad.
El maestro ha comprendido que crecer significa deconstrucción,
desaprendizaje y esa incesante búsqueda por hallar un punto de equilibrio
entre la libertad, la felicidad y la seguridad. La ayuda lúcida, oportuna,
compasiva (compartir pasión) y desinteresada de un maestro es una
experiencia humanista, regocijante y gratificante que estimula el desarrollo
de su calidad humana. Cada acto bondadoso, compasivo y compresivo en
el que se ve involucrado, es una contribución a la paz y a la construcción de
oportunidades de futuro, elementos vitales que lo unen a su gente y a la vez
lo liberan y lo hacen estar “en un nosotros fuera de nosotros”.
Un maestro consciente de su rol como trabajador del conocimiento
sabe que somos el resultado de nuestros pensamientos y que actuamos
dependiendo del que tenemos. Así es cómo filtramos la realidad que
experimentamos consuetudinariamente. Esa elaboración mental y muy
singular depende de unos imperativos categóricos forjados por estereotipos
culturales familiares o sociales. Muchos docentes se preguntan para qué se
esfuerzan en educar en la tolerancia y la solidaridad, si después de todo, sus
pupilos van a crecer en una sociedad en la cual hay violencia y desarraigo.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
EPÍLOGO
LA ESTUPIDEZ,
UNA REFLEXIÓN URGENTE Y NECESARIA
El pasado 4 de noviembre se realizó en Bogotá un controvertido
foro (“La estupidez, una reflexión urgente”), convocado por la Personería
de Bogotá y la Universidad Externado de Colombia. Con este primer
conversatorio se inicia un diálogo reflexivo, permanente y abierto sobre la
estulticia propia y ajena que indaga sobre la participación activa u omisiva en
actos de guerra, violencia, corrupción, maltrato, drogadicción, entre otros.
En el panel participó con una aguda ponencia (“estupideces ejecutadas en
nombre de la inteligencia, la ciencia y la educación”) Alessandro Bertirotti,
científico italiano de la UNESCO y pionero de la antropología de la mente.
Uno de los más grandes descubrimientos del siglo XIX, orgulloso de
su racionalismo tecno-cientifista, fue el de la estupidez considerada como una
simple ausencia de conocimientos, un defecto corregible por la educación.
Con la llegada del realista francés Gustavo Flaubert, la estupidez pasó a
ser una dimensión inseparable de la existencia humana, algo inexorable e
inmanente que no se desvanece ante el rutilante resplandor de la episteme
con todo su oropel gnoseológico, una actitud inercial e irreflexiva que ha
proseguido su marcha imbuida por la avasallante y tóxica presencia de
“lugares comunes” reales y simbólicos.
Desde que nacemos -señalaba el novelista francés Tony Duvertnos
vemos obligados a sobrevivir adaptándonos a un entorno colmado
de idioteces y absurdidades y a conquistar, a como dé lugar, un lugar en
dicho mundo a base de aceptaciones e imitaciones. La estupidez parece más
fascinante que la inteligencia porque ésta tiene sus límites, mientras que
aquélla no, afirmaba el director de cine parisino Claude Chabrol. Quizás lo
único que nos consuela al contemplar la estupidez propia, es la voluptuosa
soberbia que proporciona primero, el hecho de ejercerla y luego, ese estado
perceptivo, abúlico y ataráxico, de sentirse poseído por un sentimiento de
exculpación ante tan obstinada necedad.
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Las voces de la Otredad
Uno de los libros que evidenció el síndrome universalista de la
irrefrenable majadería y marcó con su hierro iconoclasta nuestra rebeldía
juvenil, fue la “Historia de la estupidez humana”, del novelista anglo-húngaro
Paul Tabori. “Este libro trata de la estupidez llámese tontería, imbecilidad,
torpeza, vacuidad, estrechez de miras, fatuidad, idiotez, locura o desvarío”,
comentaba su autor quien sostenía además, que la necedad, algo inherente a
la condición humana consistía en el mal uso de nuestra racionalidad. En un
mundo que se jacta de su impreciso perfeccionismo, se convierte en un arma
letal, una devastadora epidemia, el más costoso lujo, una dolencia que no
afecta a su agente transmisor.
El término Kitsch nació en Alemania a mitad del siglo XIX y designa
la actitud cursi y “aparentona” de quien desea ser aceptado a cualquier
precio y por el mayor número de personas; una visión “enternecedora” sobre
habitudes e inclinaciones condensadas en un código moral consuetudinario
colmado de prejuiciosos gregarismos y fruslerías que se llevan consigo.
“Estar al día”, significa para muchos hacer grandes esfuerzos para no pasar
inadvertidos. Mantenerse “informados” (adictos al dato), los convierte en
ego-consumidores conformistas, conmilitones del terrorismo de la armonía,
seres medrando adiposos y satisfechos en el mundo almibarado de la
mismidad.
Lo kitsch es la traducción de la vacuidad de los lugares comunes al
lenguaje de la belleza y la emoción, ese que a veces nos arranca tiernas y
compasivas lágrimas sobre nuestras banalidades prejuiciosas y sensibleras. La
mejor descripción de esa grey de “agelastas” como los llamó Milán kundera,
la encontramos en la estrofa de un poema de León de Greiff (“Primera
balada del abominario”, 1917): “Lindos bausanes estridentes / pletóricos de
vulgaridad; / arlequinescos figurines / prodigiosos de vaciedad; / esclavos
de un molde preciso / magníficos, únicos sin par / como hidrocéfalo Narciso
/ de su misma insustancialidad”.
Debemos ser tolerantes con la estupidez cuando ésta no produce daño o dolor… pero
muy intolerantes con aquellos que se sienten orgullosos de ella y del sufrimiento que
infligen.
La violencia y todo lo que ella engendra: dolor y desolación, se evidencia a través del
autoritarismo y la esterilidad de la certeza, quedando proscrita la liberalidad de la
duda y la fecundidad de la incertidumbre.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
EL IMPERIO DE LA ESTUPIDEZ
Agudas reflexiones ha dejado el filósofo francés de la hipermodernidad,
Gilles Lipovetsky (“La era del vacío”, “El imperio de lo
efímero”, “El crepúsculo del deber”) en el II foro sobre la estupidez
celebrado el 18 de febrero de 2016 en Bogotá (“Todos parecemos clones,
andamos en el mismo rebaño, vemos las mismas películas, vamos de viaje a
los mismos lugares, escuchamos las mismas canciones y eso parece hacernos
felices”). Aun así, preferimos sus acotaciones en torno a “la violencia como
un fracaso de la inteligencia” hechas siete meses antes en la Biblioteca Luis
Ángel Arango: “los fanatismos y la violencia socio-política nos han salido
muy caros (…). Es necesario construir una sociedad alérgica a la sangre (…).
Seguimos dilatando un conflicto armado que pertenece al pasado”.
Insatisfechos con los resultados de este foro, seguimos buscando otros
referentes hermenéuticos que nos acerquen al sentido analógico y polisémico
de la estupidez y la violencia y a la urgente y necesaria reflexión sobre la
etiología de estos dos males endémicos que han debilitado la confianza en la
nación y los nuevos tiempos. Nada justifica el horroroso e inútil fratricidio
y el festejo guerrerista y carnavalesco de la muerte de nuestros compatriotas
cuando debería ser nuestra convivencia toda una celebración festiva y
cotidiana, un programa asuntivo de vida y crecimiento personal y colectivo.
Se vuelve entonces, imperiosa y relevante, la lectura de un
controvertido libro del sociólogo mexicano José Luis Trueba Lara (“La
tiranía de la estupidez”, 2008). El autor nos advierte sobre esas delirantes e
histriónicas carnestolendas en donde un exultante pacifismo que objetiviza
principios y valores tales como justicia, verdad, reparación y no repetición,
pone en riesgo la fiesta de la vida y la torna en un luctuoso jubileo. También
nos advierte sobre esos falsos reduccionismos donde la paz queda sujeta a
una dinámica democrática; la democracia reducida a un asunto electoral; la
debacle electoral a un aspecto contable y estadigráfico en manos de agentes
escrutadores, políticos y magistrados corruptos.
Trueba Lara afirma que los conflictos bélicos han acompañado
a la humanidad desde la misma Guerra de Troya, acta fundacional del
discurso belicista occidental, sin importar las disímiles formas de poder y los
539

Las voces de la Otredad
escenarios donde se entrecruzan intereses económicos y geopolíticos. Parte
de una definición del militar prusiano Karl von Clausewitz: “La guerra es
un acto de violencia encaminado a someter a la fuerza al adversario” y nos
invita a reformular su célebre aforismo: “La política es la continuación de la
guerra por otros medios”. (“La guerra es idéntica a nuestra sombra: nunca
nos abandona aunque en algunas ocasiones se oculte entre las tinieblas que
nacen del optimismo onírico de un mundo perfecto”).
Hace 50 años, los esposos estadounidenses Will y Ariel Durant,
en su voluminosa obra, hicieron un recuento de las guerras ocurridas a lo
largo de 35 siglos de la “Historia de la civilización” y descubrieron que
sólo durante 268 años no se presentaron conflictos armados en el mundo.
Visiones proféticas auguradoras de paz, bonanza y libertad en siglos pasados
(Priestley, Kant, Montesquieu y Paine), terminaron convirtiéndose en
oberturas que anunciaban una frenética orquestación bélica. Los presagios
de una paz duradera luego se convirtieron en cruentos manifiestos de guerra
patentizados en más de 50 conflictos bélicos ocurridos desde las Conferencias
de Potsdam, Yalta y San Francisco (1945), sepultureras de la II Guerra
Mundial.
Después del foro, Lipovetsky fue interpelado por un periodista del
“Espectador”. Resaltaremos dos interpelantes afirmaciones del pensador
francés: “Debemos fortalecer los aspectos urbanos que posibilitan a sus
ciudadanos ser más que simples consumidores (…). Debemos ayudar a que
las personas se valoren (…). Una ciudad inteligente no es únicamente aquella
que pone a disposición de todos una Tablet e internet, sino aquella que se
preocupa por el bienestar de las personas”.
La violencia y todo lo que ella engendra, dolor y desolación, se evidencia a través del
autoritarismo y la esterilidad de la certeza que proscribieron la liberalidad de la duda
y la fecundidad de la incertidumbre.
“¿Por qué construyen aviones cada vez más grandes, bombas cada vez más potentes,
(…) se destinan a diario miles de millones para la guerra y no se reserva ni un
céntimo para la medicina, los artistas y los pobres? ¿Por qué la gente tiene que
pasar hambre cuando en otras partes del mundo hay comida en abundancia y
pudriéndose? ¡Dios mío! ¿Por qué el hombre es tan estúpido?”.
Diario de Ana Frank, 1944.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
SOMBRAS Y RESPLANDORES PACIFISTAS
Hace 25 siglos, el historiador griego Herodoto nos dejaba esta sabia
lección: “Ningún hombre es tan tonto para desear la guerra y no la paz: en
la paz los hijos llevan a los padres a sus tumbas y en la guerra son los padres
quienes llevan los hijos a sus tumbas”. Mucho tiempo antes, un escriba dejaba
inscrita su plegaria mural en un milenario templo egipcio: “Oramos por la
vida y por la gracia. Que la ceguera se nos aparte de día; que la impotencia
se nos aleje de noche; que conozcamos la dicha de servirle a nuestra gente y
que lo plantado produzca fruto… Que la paz impere en el mundo y que la
prosperidad reine en nuestro país”.
Un viejo canon pitagórico sentenciaba que mientras sigamos
masacrando, torturando o humillando a esos, nuestros hermanos que
llamamos “inferiores”, seguirá reinando la guerra y el sufrimiento. “Aquel
que siembra dolor y muerte no podrá cosechar ni alegría, ni paz, ni amor…
Hasta que no extendamos nuestro círculo de compasión a todos los seres
vivos de la tierra, la humanidad no hallará la paz”, concluía el viejo precepto.
Un aforismo griego de la misma época rezaba que la guerra era algo malo
porque engendraba más hombres pérfidos que aquellos que mataba… Platón
concluía: “Sólo los muertos han visto el fin de la guerra”.
Voltaire en su “Diccionario Filosófico” observaba lo curiosa que
era la guerra: “cada jefe de asesinos hace bendecir sus banderas e invoca
solemnemente a Dios antes de lanzarse a exterminar a su prójimo”. Un
contemporáneo suyo, Erasmo de Rotterdam, nos dejaba una aleccionadora
reflexión: “Una paz desventajosa es mejor que una guerra justa”. Alguien
nos recordaba que la cruz esvástica que significa “estar bien” y que los nazis
identificaron con la guerra y la muerte, había sido mucho antes un símbolo
de vida y bienestar entre budistas, celtas, mochicas y cunas.
La escultura de un revólver calibre 45 “con el cañón anudado”,
homenaje in memoriam del artista sueco Carl Fredrik Reutersward a John
Lennon, ubicada en un jardín del edificio de la ONU en New York, fue
donada por el gobierno de Luxemburgo en 1988. En un corredor cercano se
encuentra una frase del escritor alemán Heinrich Heine: “No hay nada más
silencioso que un cañón cargado”. Muy lejos de allí, en la Sierra Nevada,
541

Las voces de la Otredad
un mamo kogui dejaba un testimonio de vida: “Vinimos a traer un mensaje
de paz a los nani (hermanitos menores) y a crear una alianza entre éstos y
la naturaleza. Es hora de que el fuego sagrado que ha permanecido en las
kakurvas (sitios ceremoniales) salga a iluminar el mundo”.
El epílogo del libro del psicólogo israelí Han G. Ginott (“Maestroalumno:
el ambiente emocional para el aprendizaje”) es perturbador. Cuenta
que el primer día de clases, los maestros recibieron una nota de su director.
Les contaba que era sobreviviente de un campo de concentración y cómo
sus ojos, ahora suspicaces frente a lo que llamaban “educación”, llegaron a
contemplar cámaras de gas construidas por ingenieros, niños envenenados por
médicos, seres humanos incinerados por jóvenes bachilleres o universitarios.
Luego les hizo una petición: “(…) Sus esfuerzos no deben dirigirse a producir
monstruos de gran sabiduría, psicópatas competentes… La lecto-escritura y
las matemáticas son importantes sólo cuando sirven para que nuestros niños
y jóvenes sean más humanos”.
El pasado 21 de septiembre, día internacional de la paz (una
conmemoración más), recordamos a través de un desolado, rabioso y
estrujante parafraseo, al médico-mártir antioqueño Héctor Abad Gómez
(“Manual de Tolerancia”, 1988):
“No es matando guerrilleros, policías o soldados, como parecen
creer algunos, vamos a salvar a Colombia. Tampoco con engañosos ceses
(uni) bilaterales del fuego o eufemismos justicieros llámense transicionales
o restaurativos… Es matando el hambre, la pobreza, la ignorancia, el
fanatismo político o ideológico y otras plagas más, como puede mejorarse
un país como el nuestro.
“Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor, minetras la
violencia se practica a plena luz del día”.
John Lennon, músico británico.
La violencia no es más que el antifaz del miedo.
542

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
POSTFACIO
EL MURO DE BERLÍN
Cada nueve de noviembre, un numeroso grupo de europeos se agolpa
en la plaza de Brandenburgo para conmemorar la caída del Muro de Berlín
(“Berliner Mauer”) y la muerte de 270 personas que intentaron burlar la dura
vigilancia de “los guardas de caqui”, a lo largo de esos 142 infamantes Kms
conocidos como “el Muro de la Vergüenza” (“Schandmauer”) por unos y
“Barrera Protectora Antifascista” (“antifaschistischer Schutzwall”) por la
publicidad engañosa prosoviética y la propaganda oficial de la República
Democrática Alemana (RDA).
Esta divisoria política, símbolo de la Guerra Fría, separó con
hormigón, alambre de espino, perros asesinos, minas SM-70 y fusiles de
largo alcance, desde 1961 hasta 1989, a Berlín Occidental de Berlín Oriental
(47 kms). Ese nueve de noviembre observamos regocijados a través de la
televisión cómo una multitud armada de punzones, picas y palas, derribaba el
abominable muro que aún se sigue vendiendo en pedacitos. Consignas tales
como “Wir sind das Volk” (“Nosotros somos el pueblo”) y “¡Nie wieder!”
(“¡Nunca más!”) retumbaban en el cielo gris berlinés, acompasadas con las
notas graves y exultantes del chelista Mstislav Rostropóvich.
8 meses después, El 21 de julio de 1990, se realizó en la emblemática
plaza de Potsdamer el concierto “The Wall Live” (“El Muro en Vivo”),
promovido por el guitarrista británico Roger Walters, uno de los fundadores
de Pink Floyd. Este evento se realizó con el fin de apoyar la fundación
“Memorial Fund For Disaster Relief ” creada para mitigar los impactos de
éste y otros desastres bélicos o naturales sobre la población europea. Allí
participaron Van Morrison, Scorpions y Bryan Adams, entre otros. El
clímax llegó cuando los 300.000 espectadores entonaron con Cyndi Lauper
las imperecederas estrofas de “Another brick in the Wall”.
Una frase del filósofo francés Jean Francois Revel define muy bien
este acontecimiento: “Lo que marca el fracaso del comunismo no es la caída
del Muro de Berlín en 1989, sino su construcción en 1961. Era la prueba
de que el socialismo real había alcanzado un grado de descomposición tal
543

Las voces de la Otredad
que se veía obligado a encerrar a los que querían salir para impedirles huir”.
Con la caída del vergonzoso Muro se derrumbó también la fe de millones de
hombres y mujeres puesta en un fementido régimen igualitario.
Los dos imperios, sumidos en su borrachera ideológica y sus victorias
pírricas llámense socialistas o neoliberales, nunca reconocieron la forma
cruenta e inhumana cómo dividieron a un pueblo y lo sometieron durante
casi 40 años a sus intereses geopolíticos. Miles de familias quedaron separadas
durante décadas viviendo el horror y el dolor de esa injusta división. Muchos
intentaron pasar el muro, pocos lo lograron, y otros más sucumbieron bajo
las balas de los guardias y las zonas minadas que se extendían a lo largo del
odioso espigón.
Al lado de otros muros de cemento y hormigón que aún existen, hay
otros que son virtuales y se miden ya no en kilómetros, sino en gigabytes
globalizando, mundializando el oprobio, la exclusión, la marginalidad y
el confinamiento. Eduardo Galeano (“El desprecio como destino”) afirma
que el Muro de Berlín no alcanzó a cumplir 30 años, pero hay otro muro
que celebró 5 siglos de intercambio desigual, extorsión financiera, sangría
de capitales, alienación cultural, monopolio tecnológico e informacional…
“ladrillos que día a día se agregan a medida que crece el drenaje de riqueza
y soberanía desde el Sur hacia el Norte del mundo”.
Hace 26 años cayó el Muro de Berlín. Otros baluartes xenófobos en
todas las latitudes siguen defendiendo los alcázares de un falso nacionalismo
y alimentando la pandemia de un morboso chovinismo… Vemos cómo
siguen enhiestos e incólumes los bastiones del odio, la exclusión y la
insolidaridad, las bardas de la infamia, el etnocentrismo, la discriminación y
la crueldad.
Las barreras socioculturales y políticas son más fuertes que el material con que se
construyen los muros de cemento, ladrillo y alambre.
544

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
LOS MUROS DE LA INFAMIA
Muchos pensaron que el desarrollo armamentista (artillería de largo
alcance y misiles p. ej.), convertiría las murallas en asunto del pasado y
un absurdo militar (las líneas Molotov, Sigfrido y Maginot en la II Guerra
Mundial evidencian lo anterior). Al suponer que el hambre y la miseria
no seguirían dividiendo los pueblos, surgieron consignas ecuménicas que
pugnaban por un mundo más tolerante, pacífico y solidario. Con estos valores
y principios tutelares, las alambradas, los muros, los campos minados y hasta
la competencia nuclear, serían cosas del ayer… Pero otra fue la realidad que
se empezó a vivir en los umbrales del nuevo siglo y milenio.
Dos vallas de 6 metros coronadas con alambres de púas construidas
en Ceuta y Melilla, enclaves españoles al norte de África sobre el estrecho de
Gibraltar (una de las Columnas de Hércules), de 19 y 12 kms respectivamente,
junto con un muro de acero y hormigón de 10.3 kms de largo en la frontera
greco-turca, cerca al río Evros, taponaron las mayores vías de entrada de
inmigrantes a Europa. Sirios, iraquíes, afganos y pakistaníes, entre otros,
se vieron obligados a lanzarse por “la ruta turca” y desde las islas Egeas de
Lesbos, Samos y Quíos, a las agitadas aguas del Mediterráneo que pasó de
llamarse otrora “mare nostrum” a ser reconocido como “mare mortum”.
Lesbos, cuna de Anacreonte y Safo; Samos, la patria de Pitágoras y
Epicuro; Quíos, la tierra de Homero e Hipócrates, se vuelven un trampolín
mortal después de que la frontera greco-turca, el territorio búlgaro, la
frontera serbo-húngara y ahora la vía Cróata, se convierten en una barrera
para detener el avance de millones de desplazados – refugiados hacia
Alemania convertido irónicamente en “Walhalla”, a pesar de ser la meca
de la xenofobia y el etnocentrismo europeos. Según la Agencia de la ONU
para los refugiados ACNUR, el desplazamiento forzado en el mundo supera
la cifra de los 60 millones, la mayor crisis humanitaria desatada desde la
Segunda Guerra Mundial.
Según los propios informes de la ONU, se evidencia una violación
sistemática y permanente a los derechos humanos consagrados en los
diversos acuerdos internacionales, entre otros: Convención de la Haya
(1907); IV Convención de Ginebra (1949); Convención Internacional sobre
545

Las voces de la Otredad
la Supresión y el Castigo del Crimen del Apartheid (1973); Convención
Internacional sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966);
Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948); Convención
Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos (1966); Convención sobre la
Eliminación de la Discriminación Racial (1966); Convención Internacional
sobre los Derechos del Niño (1989).
Las fronteras siguen siendo, en plena era globalizante, oprobiosas
barreras políticas y socio-culturales más que geográficas que separan el
mundo de la triste realidad, de aquél donde se forjan las fantasiosas utopías,
el horizonte almibarado de las oportunidades, del absurdo sentido de las
necesidades humanas. Expresiones producto del lenguaje neoliberal tales
como “avalancha”, “asalto”, “oleada” o “invasión”, se han convertido en
invectivas odiosas y excluyentes a través de las cuales se tipifica el fenómeno
“delictivo” de las migraciones.
Aún se desconocen los macabros expedientes que legitimaron el
cuarto desembarque colonizante del capitalismo. Ya lo dijimos: intolerancia,
estulticia y crueldad… estos son los muros más dolorosos y difíciles de derribar,
aquéllos que hoy separan comunidades hermanas en tradición, territorio y
cultura. Ya lo expresamos también: el muro más cruel e infranqueable es el
que se encuentra agazapado en cada uno de nosotros (exclusión, xenofobia,
marginalidad, discriminación, etnocentrismo…).
Es un imperativo para los seres libres y hermanos en la utopía,
destructores de fetichismos socio-culturales, forjadores de horizontes y
arcos iris, permitir que un verdadero sentido praxiológico imbuido de
respeto, tolerancia, solidaridad, justicia y equidad, derribe esos muros de la
infamia y se abran por fin puertas, trayectos y destinos por donde transite,
indocumentada y feliz, la unidad en la diversidad.
Cada minuto, ocho personas lo dejan todo para huir de la guerra y la violencia.
“No sé si tengo poco sentido del humor o ellos poca vergüenza, pero llamar a esto
campo de refugiados es una cruel ironía”, se le escuchó a un hombre que salía del
cambuche en donde vive aún con su familia.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
LOS MUROS DE LA IGNOMINIA
La barrera indo-bangladesí de 3.286 kms, es la quinta frontera más
larga del mundo. Separa la India de Pakistán del Norte, hoy Bangladesh
desde 1971. A su vez, es la valla de alambre más sangrienta del mundo (1
millón de muertos). “El muro de la muerte” agravó la crisis de 10 millones
de desplazados, una de las migraciones más grandes en la historia de la
humanidad desde su separación fratricida en 1947. Otra vergonzosa barda es
la muralla chipriota (“La Línea verde”), el último muro citadino de Europa
que divide cultural y geoestratégicamente el casco urbano de Nicosia (su
capital), en dos etnias (turcas y griegas) sumidas en un absurdo conflicto que
tiene más de 40 años.
Al final de la II Guerra Mundial, Washington y Moscú se repartieron
los restos coloniales del derrotado imperio nipón. Luego de la Guerra
de Corea (1950-1953) que dejó 2 millones de muertos y donde participó
nuestro país (sin saberse por qué), se acordó que el Paralelo 38 sería la línea
fronteriza de 250 kms de extensión que aún sigue dividiendo y enfrentando
al pueblo coreano entre norte y sur. Miles de familias aisladas llevan más
de 60 años esperando el día cuando “el muro de Berlín asiático” caiga “y
puedan reencontrarse en las miradas y el corazón” (Adolfo Pérez Esquivel).
El Muro de Cisjordania (650 kms de extensión y 9 mts de alto) que
construye el gobierno israelí desde 2002, viola los acuerdos fronterizos
reconocidos al final de la Guerra de 1948 y ratificados en 1967. Más de 250.000
palestinos han quedado atrapados en el territorio de Judea y Samaria, entre
el muro y la línea verde, mientras otros 160.000 han quedado confinados
con sus comunidades, forjándose así un nuevo y odioso apartheid. Un fallo
del Tribunal Internacional de la Haya de 2004 lo declaró ilegal: ordenó que
fuera derribado y sus víctimas indemnizadas, sentencia que sigue siendo
ignorada por el gobierno sionista. “El muro no separa a israelíes y palestinos,
separa a los palestinos de los palestinos”, afirma Mark Lance, profesor de la
Universidad de Georgetown.
El muro fronterizo EE. UU – México, una “valla de seguridad” de
1.123 kms, se extiende desde la frontera Tijuana-San Diego (California)
hasta otros Estados tales como Arizona, Sonora, Nuevo México, Baja
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Las voces de la Otredad
California, Texas y Chihuahua. Esta barrera oprobiosa ha forzado a miles
de inmigrantes a cruzar la frontera por el desierto de Arizona, cruenta
travesía donde muchos sucumben ante las balas de patrulleros paramilitares
(“los cazadores”). La xenofobia, el racismo, las mafias de narcotraficantes y
contrabandistas de personas (“los coyotes”) agravan aún más la situación en
la porosa frontera sur de EE. UU.
Los acuerdos internacionales sobre defensa y protección de derechos
humanos y libertades fundamentales, hoy día son letra muerta: desplazamiento
libre y fijación de residencia; asistencia médica y hospitalaria; libre desarrollo
de la personalidad; libertad de pensamiento, conciencia y religión; identidad,
nacionalidad, nivel de vida (alimento, educación, vestido, empleo y vivienda
dignos). En el canto XII de la Ilíada, Homero sentenciaba: “levantados
los muros contra la voluntad de los dioses, no debían de subsistir por largo
tiempo”. 29 siglos después, en la lente de un fotógrafo quedó grabada la
imagen de un grafitero armado de un aerosol, dejando en un paraje solitario
de la grisácea urbe, un ingrávido mensaje: “Debemos reivindicar el derecho
a tener derechos”.
El drama de los refugiados coloca en primer orden, además de la
discusión sobre la utilidad de las fronteras en un mundo globalizante,
la reflexión sobre la existencia en pleno siglo XXI de seres humanos
desechables e indeseables, seres excluidos, “amurallados” y marginados que
sólo buscan una oportunidad para sobrevivir en un planeta que se supone
a todos pertenece. “Si vamos a derribar muros -comentaba un bloguero-,
comencemos por aquellos que cubren nuestras mentes”.
“Veo desde mi ventana el verde intenso del césped y en lo alto del muro, el cielo
límpido y azul. ¡La vida es hermosa! Que las generaciones futuras la limpien de toda
opresión y maldad y que la disfruten al máximo”.
León Trostky, político ruso.
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Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
LOS MUROS VIRTUALES DE LA VERGÜENZA
Hoy no hablaremos de esos muros políticos y sociales infames que
sumen y refunden el Derecho Internacional Humanitario en los protocolos
del olvido y el absurdo. Tampoco nos referiremos a los muros de la “deuda
externa y eterna”, altar de sacrificio en el abrasivo mercado de los tratados
internacionales donde se han inmolado, las esperanzas de hombres y mujeres,
víctimas de la miseria y el abandono, objetivados por un sistema que los
desnaturalizó y los condenó al oprobio, el ostracismo y la proscripción.
No hablaremos del muro que construyó la dictadura videlista en la
ciudad de Rosario durante el mundial de futbol Argentina-1978 para ocultar
la realidad de “la Villa 15” (“Villa las Flores” o “Ciudad oculta”), una de las
más paupérrimas y pobladas del país donde sus habitantes (“los villeros”)
sobrevivían comiendo gatos y ratas. Los militares construían el muro de día
y la gente robaba los bloques de cemento de noche para construir sus casas.
Algo similar ocurrió en el Mundial Brasil-2014 y ocurrirá en los Juegos
Olímpicos y Paralímpicos Río-2016 donde se sigue intentando invisibilizar
la pobreza en la que viven más de 2 millones de cariocas en 968 favelas.
El intento de Google Maps de borrar las favelas de Río en las
fotografías aéreas promocionales del Cristo Redentor y el Cerro Pan de
Azúcar, nos permite pensar que los muros ya no son de cemento, alambre y
hormigón. Prueba de ello, son los “muros inteligentes” que está construyendo
la compañía israelí Elbit Systems Ltd en Cisjordania y Arizona a base de
radares, sensores, rayos láser y ultravioleta, drones y sofisticados sistemas de
vigilancia. Muros virtuales tan infames como los descritos anteriormente,
se han erigido también en la ciberautopista de la información. “La gran
muralla de fuego” la están ayudando a construir empresas defensoras de la
democratización de la información y la participación ciudadana en un país
que se jacta de ser “un paladín de la libertad de expresión y comunicación”.
Mathew Davis de la BBC cuenta cómo grandes compañías (Microsoft,
Cisco Systems y otras), se hicieron cómplices de la censura que China ha
ejercido sobre los Internautas. Yahoo fue acusada por “Reporteros sin
Fronteras” de entregar información que llevó al régimen en 2003 a encarcelar
por 8 años a Li Zhi, un crítico de la corrupción oficial. El escritor Shi Tao
549

Las voces de la Otredad
fue sentenciado a 10 años de prisión en 2005 por cuestionar a través de la
web, los abusos chinos en materia de derechos humanos. China no ha sido
el único país que coarta la libertad ciudadana de navegar por el ciberespacio:
a base de “cortafuegos”, Irán, Turquía, Myanmar, Egipto, India y Vietnam
introducen “sugestivos” anatemas en nombre de la seguridad nacional o del
respeto por los valores culturales y religiosos.
Fue así como se reactivó “el Muro de Beijing” que sirvió de “foro
de la democracia” durante el movimiento de opinión en China (1978-79) y
cuyas paredes sirvieron para colocar los periódicos murales de los estudiantes
donde se hicieron fuertes críticas contra el régimen chino. Google decidió
hasta hace poco, cuando reconoció su derrota económica en el mercado
mandarín, aceptar el bloqueo en sus websites de conceptos y términos
considerados por las autoridades chinas como “políticamente peligrosos” (v.
gr. “Tibet” y “Tiananmen”).
Hoy por hoy, sólo aceptamos algunas bardas pacifistas: “Las líneas
de Paz” de Belfast, testigos del cese de hostilidades entre protestantes y
católicos; “El Muro de los Comunes” levantado en honor a los 147 mártires
de la Comuna de París y “El muro Lennon” de Praga en homenaje al autor
de “Imagina” (1971), himno oficial de “Amnistía International”, tema
que interpretó el músico alemán Davide Martello (“Clavierkunst”) con su
piano de cola remolcado en bicicleta a lo largo de 644 kms en memoria
de las víctimas del “bataclanazo” yihadista en el bulevar Voltaire, el 13 de
noviembre de 2015.
“Imaginen que no hubiesen fronteras / (no pierden nada con
intentarlo), / ninguna por la que se deba matar o morir, / mucho menos
justificarlo con religión alguna. / Imagínense de nuevo a toda la gente, /
viviendo la vida y tranquilamente en paz”… es la segunda estrofa de este
tedéum pacifista inmortal. “No se justifica que en plena era de la globalización
construyamos muros en lugar de puentes”, concluye un internauta en un
reconocido hipertexto.
Las grandes certezas han caído, esas creencias que nos blindaban. Se han ido
derrumbando muchos muros pero han surgido otros: aquellos que se han construido
a base de dogmas, certezas, y certidumbres.
550

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Las voces de la Otredad
LAS VOCES DE LA OTREDAD
PEDAGOGÍA DEL CONFLICTO
Y CULTURA DE PAZ
SUMARIO
PRESENTACIÓN
PREFACIO
INTRODUCCIÓN
JUSTIFICACIÓN
SEMBLANZA
IMAGINARIOS
COMPROMISOS
LÍNEAS DE ACCIÓN
CULTURA DE PAZ, UTOPÍA
Y REALIDAD
DESENTRAÑANDO EL SENTIDO
DEL CONFLICTO
PEDAGOGÍA DEL CONFLICTO
Y CULTURA DE PAZ
LA ESCUELA COMO ESCENARIO
DE PAZ Y CONVIVENCIA
SUN TZU. EL ARTE DE LA GUERRA
COMO ESTRATEGIA DE PAZ.
UN SAFARI MENTAL
PROPÓSITOS DE UNA CULTURA
DE PAZ
INTERACCIONES PEDAGÓGICAS
CRÍTICAS Y CREATIVAS ABIERTAS
A LA DIVERSIDAD
LA CIUDADANÍA COMO PRAXIS
DE VIDA PROTOCOLOS CIUDADANOS
ILUSTRACIÓN
UNA CARTA MEMORABLE
I. HERMENÉUTICA DEL CONFLICTO
564
A. ANECDOFABULARIO. LA PESTE.
LAS CARAS DE LA MONEDA
B. SEMBLANZA. SIGNIFICADO E IMPORTANCIA
LOS DILEMAS DE ALBERT EINSTEIN.
LO QUE CREO (1930). SEMILLERO EINSTENIANO
C. HERMENÉUTICA DEL CONFLICTO. COLLAGE
D. BITÁCORA. UNA EXPEDICIÓN AL MUNDO
DEL CONFLICTO

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
E. LOS DILEMAS DE NÉMESIS.
EL DERECHO A LA MEMORIA.
MEMORIA, JUSTICIA Y VERDAD.
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
ILUSTRACIÓN I
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA I
II.
DISIDENCIAS, ENCUENTROS Y EXTRAVÍOS
A. ANECDOFABULARIO.
UN ASUNTO DE CONCIENCIA. APERTURA
B. SEMBLANZA. EL PACTO DE LAS CATACUMBAS.
LOS PEDAGOGOS MALDITOS
C. UN RÉQUIEM POR LA ESCUELA
D. EDUCACIÓN, DISIDENCIAS Y EXTRAVÍOS
E. EL ACTO PEDAGÓGICO. ENTRE LA DUDA
Y LA INCERTIDUMBRE
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
ILUSTRACIÓN II
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA II
III.
HACIA UNA PEDAGOGÍA CRÍTICA Y LIBERTARIA
A. ANECDOFABULARIO. EL CUENTO DE LAS ARENAS.
EL CHELISTA DE SARAJEVO
B. SEMBLANZA. PAULO FREIRE, EL PEDAGOGO DE
LA LIBERACIÓN
C. REFLEXIONES EN TORNO A LA JUSTICIA Y LA PAZ.
D. LA DECONSTRUCCIÓN DE LA ESCUELA. ESBOZOS
CRÍTICOS. PEDAGOGÍA CRÍTICA Y LIBERTARIA.
PINCELAZOS
E. EL ENIGMA DE LA LIBERTAD. LA BÚSQUEDA DE
LA LIBERTAD
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
ILUSTRACIÓN III
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA III
565

Las voces de la Otredad
IV.
PEDAGOGÍA DE LA ALTERIDAD
A. ANECDOFABULARIO. FLUIR, LA MONTAÑA
SAGRADA
B. SEMBLANZA. ENRIQUE DUSSEL Y LAS VOCES
DE LA OTREDAD. EL GRITO DE KAZANTZAKIS
C. EL PROBLEMA DE NUESTRA IDENTIDAD
CULTURAL
D. PEDAGOGÍA DE LA OTREDAD. EL LLAMADO DE
LA OTREDAD
E. EL ADVENIMIENTO DE LA NUEVA ÉTICA
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
ILUSTRACIÓN IV
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA IV
V. PEDAGOGÍA, EDUCABILIDAD Y ENSEÑABILIDAD
A. ANECDOFABULARIO. SOMBRAS. EL PODER DE LAS
PALABRAS. LAS RATAS
B. SEMBLANZA. JUAN MATUS Y LA SABIDURÍA
CHAMÁNICA TOLTECA. LAS ENSEÑANZAS DE
DON JUAN
C. MEMORIAL DE UN MAESTRÍA DISIDENTE
D. CONSIDERACIONES EN TORNO A LA CALIDAD DE
NUESTRA EDUCACIÓN
E. EDUCACIÓN, CULTURA Y VIDA. PROBLEMÁTICA Y
PROSPECTIVA CURRICULAR
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
ILUSTRACIÓN V
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA V
VI.
LOS DESAFÍOS EDUCATIVOS DEL SIGLO XXI
A. ANECDOFABULARIO. EL CUENTO DE LA VIEJA
ESCUELA, CÓMO NACE UN PARADIGMA
B. SEMBLANZA. CARL SAGAN Y EL ESPINAZO DE
566

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
LA NOCHE. SEMILLERO SAGANIANO
C. LA URTICARIA PARADIGMÁTICA.
EL EFECTO PARADIGMA
D. LA PROSPECTIVA O EL ARTE DE IMAGINAR EL
MAÑANA. MEMORIAS PEDAGÓGICAS DEL
FUTURO
E. LOS DESAFÍOS EDUCATIVOS DEL SIGLO XXI
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
ILUSTRACIÓN VI
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA VI
VII.
PEDAGOGÍA, MEMORIA Y OLVIDO
A. ANECDOFABULARIO. LA HISTORIA DE ALGÚN
LUGAR. UNA ESTRATEGIA CIUDADANA
B. SEMBLANZA. MUERTE, PASIÓN Y VIDA DEL
CHE GUEVARA
C. GENOCIDIOS, MEMORIA Y OLVIDO.
MEMORIAS PARADÓJICAS DEL OLVIDO
D. LOS AQUELARRES DE LA MEMORIA COLECTIVA.
EXTRAVÍOS DE LA MEMORIA COLECTIVA
DIATRIBA CONTRA EL OLVIDO. SEMILLERO SOBRE
EL OLVIDO
E. VISIÓN PEDAGÓGICA DE UNA CULTURA DE PAZ.
PENSAMIENTOS PACIFISTAS
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
ILUSTRACIÓN VII
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA VII
VIII. PEDAGOGÍA SOCIOAMBIENTAL.
EL LLAMADO DEL ARCO IRIS
A. ANECDOFABULARIO. LEYENDAS ECOSÓFICAS
B. SEMBLANZA. LOS GUERREROS DEL ARCO IRIS.
LA DAMA DEL CINTURÓN VERDE
C. CLICS, TIPS ZOOHUMANOS
567

Las voces de la Otredad
D. NUBARRONES PREDICTIVOS. LAS CIFRAS DEL
HIDRICIDIO. LAS GUERRAS DEL AGUA. ¡LA BOLSA
O LA VIDA!
E. EL BOOM DEL AMBIENTALISMO. EL SOFISMA DEL
CAMBIO CLIMÁTICO. EL RETORNO DE LA DIOSA
MADRE. MEDITACIONES ECOSÓFICAS
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
ILUSTRACIÓN VIII
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA VIII
IX.
EL ETHOS URBANO Y LA PEDAGOGÍA CIUDADANA
A. ANECDOFABULARIO. LA TRIBU MALDITA.
LAS CADENAS
B. SEMBLANZA. HENRY DAVID THOREAU.
MEMORIAS DE UN DESOBEDIENTE CIVIL
C. LA UTOPÍA CIUDADANA, ENTRE EL DESARRAIGO
Y LA ESPERANZA. LAS CIUDADES DEL FUTURO
D. EL MITO DELAS CIUDADES INTELIGENTES.
FRASES TRANSFORMADORAS DE CIUDAD.
ALCALDES QUE DEJAN HUELLA. LA ERA DE LAS
CIUDADES INTERMEDIAS
E. RAPSODIA EN GRIS. METÁFORAS CIUDADANAS
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
ILUSTRACIÓN IX
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA IX
X. PEDAGOGÍA DE GÉNERO
A. ANECDOFABULARIO. LA SERPIENTE. EL JARDÍN.
LA MUJER LOBA
B. SEMBLANZA. OLIMPE DE GOUGES, HOMENAJE
TARDÍO. LA AMANTE DE LA CASA AZUL
C. INVOCACIÓN FEMENINA
D. EL MARTIROLOGIO FEMINISTA. MISOGINIA:
HISTORIAL SIN FIN
568

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
E. LIDERAZGO FEMENINO Y PODER DE GÉNERO
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
ILUSTRACIÓN X
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA X
XI.
PEDAGOGÍA SOCIOPOLÍTICA. ESBOZOS PROXÉMICOS
A. ANECDOFABULARIO. APRENDER. MUNDO
PREHISTÓRICO. EL PUENTE. LECCIÓN DE
LIDERAZGO. EXPERIENCIAS
B. SEMBLANZA. EL MUNDO PARADÓJICO DE
JOSEPH STIGLITZ
C. MEDITACIONES SOCIO-POLÍTICAS. LA HOGUERA
DE LAS VANIDADES. EL ARTE DE LA SEDUCCIÓN
POLÍTICA
D. FARENHEIT 451
E. LOS PÁJAROS DE HIROSHIMA. LA GUERRA DE LOS
DIEZ MIL DÍAS
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
ILUSTRACIÓN XI
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA XI
XII.
PEDAGOGÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS
A. ANECDOFABULARIO EN BREVE
B. SEMBLANZA. INTIMIDADES DE UNA
SEXAGENARIA. SOBRE LOS DERECHOS HUMANOS
C. LA RESOLUCIÓN DEL CONFLICTO
D. HACIA UNA CULTURA DEL CONFLICTO
E. MANIFIESTO DEL NEGOCIADOR
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
ILUSTRACIÓN XII
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA XII
569

Las voces de la Otredad
XIII. PEDAGOGÍA DE LA HISTORIA
A. ANECDOFABULARIO. UNA TREGUA INUSUAL.
LOS MESES DEL AÑO. LECCIÓN FUTURISTA
B. SEMBLANZA. EL OCASO DE LOS ÍDOLOS, UNA
EXPEDICIÓN AL MUNDO DE LAS SOMBRAS.
C. EL ENCUBRIMIENTO DE INDOAMÉRICA.
LA LEYENDA DE ALCE NEGRO, LA PIPA DE ALCE
NEGRO
D. SEPTIEMBRE NEGRO. ABRIL BÉLICO Y PACIFISTA.
EL EFECTO MARIPOSA. ¡OJO CON LOS
INDIGNADOS! WIKILEAKS Y EL HEROÍSMO DE LA
VILLANÍA
E. NECROPCIA HISTÓRICA. MEMORIAS DE UNA
LITURGIA EXEQUIAL. MENTIRAS VERDADERAS.
FERVORES PATRIOS Y PESADUMBRES HISTÓRICAS.
CATECISMOS PATRIOS. WE LOST PANAMA
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
ILUSTRACIÓN XIII
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA XIII
XIV.
ETOPEDAGOGÍA DE LA COTIDIANIDAD
A. ANECDOFABULARIO. PEQUEÑAS HISTORIAS ZEN
B. SEMBLANZA. UNA UTOPÍA LLAMADA CAMILO
¡CAMILO VIVE! 50 AÑOS DESPUÉS.
C. SOCIOPATOLOGÍA DEL CONFLICTO. ÉTICA Y
PEDAGOGÍA DEL CONFLICTO
D. UNA EXPEDICIÓN AL MUNDO DEL ABSURDO
PARADOJAS E IRONÍAS COLOQUIALES
E. TERRITORIO, CULTURA Y VIDA. CLIPS, TIPS,
POT. EL OBSERVATORIO DE CULTURA,
CONVIVENCIA Y CIUDADANÍA
CRUCE DE CAMINOS. SEÑALES EN LA VÍA
ILUSTRACIÓN XIV
LA SOLEDAD PEDAGÓGICA XIV
570

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
CONCLUSIONES. ESQUIRLAS SOBRE EL CONFLICTO Y LA
CONVIVENCIA
ESCOLAR. HACIA UN PLAN INTEGRAL DE
CONVIVENCIA ESCOLAR
COLOFÓN.
EPÍLOGO.
POSTFACIO.
APÉNDICE.
LA MAGIA DE LAS PALABRAS. EL PODER DE
LAS PALABRAS. IMAGINARIOS
PEDAGÓGICOS, TRAVESÍAS
Y DESVIACIONES
LA ESTUPIDEZ UNA REFLEXIÓN URGENTE Y
NECESARIA. EL IMPERIO DE LA ESTUPIDEZ.
SOMBRAS Y RESPLANDORES PACIFISTAS
EL MURO DE BERLÍN.
LOS MUROS DE LA INFAMIA.
LOS MUROS DE LA IGNOMINIA.
LOS MUROS VIRTUALES DE LA VERGÜENZA
EL CAMBIO ORGANIZACIONAL EN EL
MARCO DE UNA CULTURA DE PAZ
SELECCIÓN DE TEXTOS
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Las voces de la Otredad
LAS VOCES DE LA OTREDAD.
PEDAGOGÍA DEL CONFLICTO Y CULTURA DE PAZ
HOJA DE RUTA
572

Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz
573

Las voces de la Otredad
Este libro se terminó de imprimir el día 30 de abril de 2016
en los talleres de Optigraf - Armenia, Quindío
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