Escuela

Protagonista Educación
Por Margarita García
EN BUSCA
de la
felicidad
familiar
El Centro Universitario de Acompañamiento Integral
a la Familia abrió sus puertas en octubre para ayudar a
la sociedad a través de un plan de orientación integral que
posibilite a la familia crecer y consolidar relaciones.
Centro Universitario de
Acompañamiento Integral
a la Familia (CAIF)
Dirección: Edificio Central,
Universidad Francisco de Vitoria.
Ctra. Pozuelo-Majadahonda,
km 1 800 (28223 Pozuelo de
Alarcón, Madrid)
Telf.: 91 709 14 10
E-mail: acompanamientofamilia@
desarrolloypersona.org
Web: www.ufv.es/caif
De izda. a drcha.: Elena Arderius,
coordinadora del CAIF; Ana Ozcariz,
directora del grado de Psicología en
la UFV y codirectora del CAIF; y Nieves
González Rico, directora del CAIF.
“SI TODOS los miembros de la familia
están bien, toda la familia está bien”.
Con esta certeza acude Carmen, una
madre con una situación crítica con
su hija preadolescente, al Centro
Universitario de Acompañamiento
Integral a la Familia (CAIF), que acaba
de abrir sus puertas en el campus de la
Universidad Francisco de Vitoria. Este
lugar, novedoso por su ubicación –en el
corazón de la UFV–, ofrece a las personas
y las familias que se acercan acompañamiento
a lo largo de todo su ciclo
vital familiar y personal, según explica
Elena Arderius, coordinadora del CAIF.
El hecho de estar integrado en una
universidad, un espacio “accesible
pero discreto”, facilita a los alumnos y
el personal de la universidad acudir al
CAIF, porque “la primera barrera con la
que nos encontramos es que a la gente
le cuesta cruzar la puerta”, explica
Arderius, pues aún no está del todo normalizado
buscar ayuda para uno mismo
“por miedo a parecer vulnerable”. Las
familias tienen “su médico, su abogado
o su sacerdote de referencia, pero reconocer
que tienes un problema emocional
o en tus relaciones sigue estando mal
visto. Por eso, aquí ofrecemos la ayuda
que todos necesitamos, porque las personas
no venimos con un manual de instrucciones”.
Esta dificultad la confirman
los testimonios recogidos por Misión.
Martina, una joven que recurre al CAIF
para sanar una herida del pasado, reconoce
que le costó aceptar que necesitaba
ayuda, pero “aquí me la facilitaron, pues
es un centro cercano y familiar”.
Personas, no “clientes”
El CAIF nace con esa vocación de convertirse
en un espacio en el que parar
y sentirse escuchado porque, explica
Alderius, “percibimos que las personas
necesitan un lugar donde sentirse acompañadas
y tratadas como seres humanos”
y no como “clientes”, pues esa es la
impresión que tienen, a menudo, quienes
van a terapia.
“Este centro nace desde la creencia
de que la misión esencial en la vida
es cuidar la familia –afirma Nieves
González Rico, directora del CAIF–, de
donde emana todo lo demás. También se
ha creado porque la universidad está al
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