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Supuesta casa del ruido<br />
Verdadera casa del ruido<br />
La segunda sesión <strong>con</strong> la tabla ouija no dio comienzo<br />
hasta las 3:15 de la madrugada. En esta ocasión sí podemos hablar<br />
de una comunicación más fluida y <strong>con</strong> datos de por medio.<br />
La enidad en cuesión dijo haber nacido en 1836 y haber vivido<br />
en la aldea durante unos cuatro años. Al <strong>con</strong>trario que la anterior<br />
enidad, esta sí parecía colaborar, dando respuestas más legibles.<br />
Aseguró que la gente abandonó la aldea debido a la fenomenología<br />
que allí a<strong>con</strong>teció. Lo más sorprendente fue que dijo ser la<br />
autora de la desgarradora voz que había captado nuestra grabadora.<br />
A pesar de todos estos datos y afirmaciones, la credibilidad<br />
que le debemos dar a los datos obtenidos por las sesiones ouija<br />
deben ser puestos en una cuarentena, pues des<strong>con</strong>ocemos <strong>con</strong><br />
quién se establece la comunicación, y si esas enidades<br />
dicen la verdad en todo momento.<br />
Volvemos al enclave: invesiga-<br />
ción a fondo.<br />
Atrás quedaron estas modestas invesigaciones que me<br />
sirvieron para adentrarme más en el mundo del misterio. Estas<br />
pequeñas incursiones fueron precedidas por otras muchas, hasta<br />
que el ciclo del grupo GEIPPs tocó a su fin. Mis andaduras por el<br />
mundillo de lo paranormal sufrieron un pequeño lapso de<br />
iempo, donde me aparté de todo lo relacionado <strong>con</strong> la invesigación<br />
paranormal. No fue un lapso extenso, apenas un par de<br />
años, y solo en lo que a los trabajos personales se refiere. Seguí<br />
informándome sobre nuevos casos, invesigaciones ajenas y temáicas<br />
similares. Cuando por fin decidí ponerme manos a la obra<br />
y volver a los trabajos de campo, la vieja Cornudilla se puso de<br />
nuevo en mi punto de mira. Tras unas invesigaciones dentro de<br />
la formación de Grupo Zero Invesigación, llevadas a cabo en la<br />
casa de ‘La borracha’ y la base militar de ‘La salada’, la posibilidad<br />
de invesigar La Cornudilla fue tomando relevancia. Y así fue, en<br />
2014 decidimos desplazarnos al terreno y poner en marcha uno<br />
de nuestros reportajes. En esta ocasión, la forma de invesigar<br />
fue diferente. Los iempos avanzan, y <strong>con</strong> estos cambian o se perfeccionan<br />
no solo los aparatos, sino también las técnicas. También<br />
cambian este ipo de enclaves, los cuales se deterioran a pasos<br />
agigantados. Y La Cornudilla no es una excepción. Si ya en mis primeros<br />
iempos como invesigador La Cornudilla era un amasijo<br />
de ruinas, ahora los destrozos en la casa principal eran más notables.<br />
Y no solo eso, sino que la zona, debido al incesante ir y<br />
venir de curiosos, permanece llena de basura como si de un vertedero<br />
se tratase. Pero bueno, dejando a un lado las denuncias<br />
que jamás me cansaré de esgrimir <strong>con</strong>tra este ipo de actos,<br />
vamos a centrarnos en la invesigación.<br />
Tras pasar toda la tarde explorando el terreno y realizando<br />
tomas para el reportaje, dimos comienzo <strong>con</strong> la invesigación<br />
justo al llegar la noche. La jornada de invesigación no se<br />
presentaba fácil, pues el viento era fuerte, y una zona tan llana<br />
como es el terreno donde se emplaza La Cornudilla solo <strong>con</strong>seguía<br />
que empeorar la situación. Pese a las inclemencias del<br />
iempo, decidimos <strong>con</strong>inuar. Comenzamos de forma sosegada,<br />
<strong>con</strong> pruebas tranquilas como son las captaciones de psicofonías,<br />
no solo para tomar <strong>con</strong>tacto <strong>con</strong> el lugar, también para ir acivando<br />
a las enidades de la casa principal. La sesión pasó sin grandes<br />
registros de audio, solo podemos destacar una voz que<br />
parece insultarme tras lanzar una pregunta. La siguiente prueba<br />
se enfocó a las lecturas de los campos electromagnéicos. Juanjo<br />
hizo uso del medidor en las estancias de la casa, y solo se obtuvieron<br />
picos en la lectura en lo que es el piso superior de la vivienda,<br />
una pequeña estancia <strong>con</strong> un ventanuco de pequeñas<br />
dimensiones. Aquí las lecturas fueron aleatorias y anómalas, en<br />
comparación <strong>con</strong> el resto de la casa, donde no se obtuvo ninguna<br />
lectura fuera de lo normal. Vista esta anomalía, decidimos centrarnos<br />
en la planta superior, así que decidimos repeir nuevamente<br />
una sesión de captación de psicofonías. Como suele ser<br />
norma, cuando hay una zona que parece más caliente y se centran<br />
allí los esfuerzos por captar evidencias, estas parecen esfumarse<br />
de forma súbita. Durante la sesión de grabación solo<br />
obtuvimos una especie de jadeo seguido de una voz que parece<br />
decir “Estamos aquí”. Juanjo resalta que el medidor de campos<br />
había saltado en varias ocasiones cuando Raúl estaba presente,<br />
así que decido bajar del piso superior para que Raúl vuelva a<br />
subir, a ver si así la fenomenología, reuniendo los anteriores factores,<br />
vuelve a hacer acto de presencia. Desgraciadamente no<br />
fue así. Sin embargo, mientras ando por la planta baja, mi cámara<br />
capta dos posibles voces psicofónicas, diciendo “Soy yo” y<br />
“Joder”.<br />
La invesigación transcurrió dentro de la normalidad, sin<br />
ningún ipo de acividad en directo. Llegados a este punto decidimos<br />
estrenar nuestra recién adquirida PSB7, o como es <strong>con</strong>ocido<br />
este aparato, la Ghostbox. Para los que no <strong>con</strong>ozcáis este<br />
aparato, deciros que se trata de una radio modificada que permite<br />
escanear frecuencias a iempo real a disintas velocidades,<br />
generando rápidos saltos de frecuencia donde las voces hacen<br />
aparición a parir del ruido blanco y pudiendo ser oídas en directo<br />
por los invesigadores. Este es un método bastante efecivo, aunque<br />
no libre de polémicas. A mi opinión, para <strong>con</strong>ocer la efecividad<br />
de un método o aparato solo hay que probarlo<br />
exhausivamente y de primera mano, y nosotros, que hacemos<br />
uso habitual de este disposiivo, solo podemos decir que las evi-<br />
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