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dario soldado nipón, uniéndose a otra extraña historia protagonizada<br />
por Minamoto. La segunda fábula explica que el samuray,<br />
persiguiendo a una joven, penetró en una oscura gruta. Allí, la fémina<br />
se <strong>con</strong>virió en un enorme arácnido, que fue abaido por el<br />
samuray <strong>con</strong> un certero golpe de espada que seccionó al bicho<br />
en dos partes. Del interior del cuerpo de la besia rebrotaron,<br />
como si se tratase de un hormiguero espantado, decenas de pequeñas<br />
arañas que fueron aniquiladas por el batallón que secundaba<br />
al líder samuray.<br />
Errante alma - Sorori-monogatari<br />
Novela<br />
Aún así y tal como hemos mencionado, siendo las espadas<br />
el objeto más re<strong>con</strong>ocido cuando imáginamos a estos guerreros,<br />
el equipo de combate de ataque por excelencia durante<br />
los siglos que se mantuvieron en escena fueron la lanza y el arco.<br />
A inicios del siglo XVI surgió un nuevo modelo de espada<br />
aún más prolongada y pesada denominada nodachi. Se <strong>con</strong>sidera<br />
–Diícil de <strong>con</strong>firmar– que era simplemente un elemento usado<br />
como presente en actos ritualísicos. Otra espada <strong>con</strong> mango de<br />
madera y dilatada hoja, mencionada en numerosas ocasiones en<br />
los viejos legajos folclóricos que se han logrado <strong>con</strong>servar fue el<br />
naginata, pero sin duda las armas más empleadas por las huestes<br />
samuray fueron el yumi –Arco– y la yari–Lanza– que portaban<br />
montados sobre sus caballos.<br />
Ahora sí, entramos en la historia de Minamoto no Raiko,<br />
quien supuestamente derrotó a un nekukobi. Antes de alcanzar<br />
el cargo de gobernador de las regiones de Izu y Kozuke y pertenecer<br />
a la escolta del mismísimo emperador, Minamoto no Raiko<br />
–Miembro del clan Minamoto– trazó un sendero de triunfos militares<br />
que le catapultaron al máximo re<strong>con</strong>ocimiento castrense.<br />
Por otro lado, su habilidad en la batalla le acercaron al poder; un<br />
poder que por aquel entonces albergaba el clan Fujiwara –Aspecto<br />
clave para su nombramiento como gobernador–. En los<br />
años sucesivos fue ampliando las demarcaciones a su mandato<br />
al incluir por legíima herencia la provincia de Setsu que había<br />
regido su progenitor hasta su fallecimiento.<br />
Se dice que fue el glorioso samuray quien se encargó de<br />
difundir la hazaña de haber ejecutado a un nekukobi, extendiéndose<br />
de ese modo aún más las gestas emprendidas por el legen-<br />
Volviendo al nukekubi, hemos de mencionar que se<br />
trata de una criatura mutada, por decirlo de algún modo, del rokurokibi<br />
–Supongo que <strong>con</strong> este maiz te quedarás igual–. Lo que<br />
pretendo decir es que la apariencia ísica de ambos seres es similar<br />
<strong>con</strong> la salvedad de que el primero, sólo provoca una alongación<br />
de su cuello en su transformación, mientras que el<br />
segundo, como ya definimos, separa las dos partes completamente.<br />
Algunos datos sobre la criatura mencionan que la acción<br />
de sus fechorías se produce mientras permanece en un estado<br />
alterado de <strong>con</strong>ciencia que se aproxima al sonambulismo. Por<br />
otra parte, las féminas pueden <strong>con</strong>cebir y traspasar su <strong>con</strong>dición<br />
a sus descendientes, produciendo nuevas besias de la noche. Al<br />
nukekubi se le describe más voraz y agresivo que al rokurokibi, y<br />
<strong>con</strong> un hambre insaciable por la sangre, <strong>con</strong>viriéndolo en una<br />
de las especies vampiras más temibles.<br />
Uno de los relatos narra que exisió una mujer, de nombre<br />
Echizen, que fue <strong>con</strong>tagiada por el poder maligno del nukekubi.<br />
Tesimonios afirmaron haber sido sorprendidos mientras<br />
cruzaban las calles de la ciudad<br />
por una cabeza cortada que sobrevolaba<br />
por el cielo –¡Menudo<br />
Objeto Volante No<br />
Idenificado!– . La mujer, se<br />
despertaba cada mañana desorientada,<br />
pero sin <strong>con</strong>ocer lo<br />
que le había a<strong>con</strong>tecido durante<br />
las úlimas horas. Hasta<br />
que una mañana, tras creer inicialmente<br />
que sólo se había<br />
tratado de una horrible pesadilla,<br />
se dio cuenta de su diabólica<br />
transformación nocturna, y<br />
no aceptando su <strong>con</strong>dición decidió<br />
terminar <strong>con</strong> su vida.<br />
ESCRITO POR SERGIO VAQUÉ<br />
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