Periodico Amagi Noviembre 2016
Periódico mensual de desarrollo humano
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SEGURIDAD CIUDADANA . 4<br />
www..amagidesarrollo.com<br />
SEGURIDAD CIUDADANA<br />
La región de América Latina y el Caribe presenta uno de los mayores índices de<br />
delincuencia del mundo (BID, 2015, p. 97). Las condiciones de inseguridad, el crimen<br />
y la violencia son importantes factores de preocupación en la zona que conllevan<br />
graves vulneraciones a los derechos humanos de las<br />
personas. Las consecuencias del crimen y la violencia<br />
son graves y duraderas. El crimen y el temor al<br />
crimen influyen en la conducta de las personas,<br />
limitan las decisiones de inversión de las empresas<br />
y socavan la confianza en las instituciones responsables<br />
de garantizar la seguridad. Además,<br />
el crimen afecta a las relaciones<br />
en todos los niveles, desde la<br />
relación de los ciudadanos con sus<br />
comunidades hasta las relaciones<br />
exteriores de los países, dado que<br />
a menudo ocurre que los delitos<br />
cruzan las fronteras nacionales.<br />
Diversos estudios nos muestran<br />
que los niveles más altos de delitos<br />
violentos se encuentran usualmente<br />
en las grandes ciudades.<br />
Las zonas especialmente afectadas<br />
por la inseguridad y la violencia<br />
son los barrios periféricos, pobres, con<br />
acceso limitado a servicios básicos, y<br />
con una escasa presencia del Estado. Son zonas con población en situación de vulnerabilidad<br />
que no tienen garantizados sus derechos y que integran grupos sociales<br />
tradicionalmente excluidos y discriminados. Los bajos niveles de desarrollo, la falta de<br />
oportunidades y la escasa presencia institucional en estas zonas facilitan el surgimiento<br />
y la expansión de grupos que se dedican a cometer delitos y de organizaciones criminales.<br />
El actuar de estos grupos criminales armados precariza aún más la situación de<br />
los habitantes de estos barrios y los exponen a constantes violaciones a sus derechos.<br />
profesional y acceso al empleo; cultura, deporte y recreación; urbanismo; y, finanzas,<br />
entre otros.<br />
Es importante generar respuestas creativas e innovadoras, aprendiendo de los<br />
aciertos y las fallas. No hay una fórmula mágica y única para resolver el problema, pero<br />
la inseguridad sí tiene remedio. Existen factores que parecen afectar de manera<br />
positiva la probabilidad de éxito. A modo de ejemplo, podemos mencionar algunas<br />
ciudades de América Latina que ofrecen modelos positivos de transformación. Ciudades<br />
que alguna vez fueron sumamente peligrosas como Belo Horizonte, Bogotá, Ciudad<br />
Juárez, Kingstony Medellín, han revertido la situación de manera drástica. En efecto, la<br />
caída en el número de homicidios ha sido realmente impresionante. A su vez, ciudades<br />
como Medellín experimentaron una abrupta caída del 85% en su tasa de homicidios<br />
entre 2002 y 2014. Ciudad Juárez, considerada alguna vezla ciudad más violenta del<br />
mundo, también registró una reducción del 93,6% entre 2010 y 2015. (Muggah, <strong>2016</strong>, p. 1)<br />
Fuentes:<br />
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, (2015), Violencia, niñez y crimen organizado,<br />
CIDH – OEA.<br />
Jaitman Laura, editora, (2015), Los costos del crimen y la violencia en el bienestar en América Latina<br />
y el Caribe, Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Washington, Estados Unidos.<br />
Muggah y otros, (<strong>2016</strong>), Haciendo de las ciudades lugares más seguros: Innovaciones sobre seguridad<br />
ciudadana en América Latina, Instituto Igarapé, Banco Interamericano de Desarrollo y<br />
Consejo sobre Fragilidad, Conflicto y Violencia de la Agenda Global del Foro Económico Mundial.<br />
PNUD,(2013), Informe Regional de Desarrollo Humano 2013-2014 SEGURIDAD CIUDADANA CON<br />
ROSTRO HUMANO: diagnóstico y propuestas para América Latina, New York Estados Unidos.<br />
Las niñas, niños y adolescentes son los grupos más afectados. Muchos de ellos sufren<br />
situaciones de violencia, abuso y negligencia en sus hogares, comunidades y escuela,<br />
por parte de adultos, de sus pares e incluso de la policía. La ausencia de oportunidades<br />
reales para los adolescentes para desarrollar un proyecto de vida autónomo y los desafíos<br />
para el disfrute efectivo de sus derechos se derivan de situaciones de exclusión<br />
socio-económica, reproduciéndose así los contextos de desigualdad, vulneración de<br />
derechos, deslegitimación de las instituciones estatales, delito y violencia.<br />
Los Estados de la región Latinoamericana en general muestran grandes déficits de capacidades<br />
en materia de justicia y seguridad. Esto se refleja en índices de impunidad<br />
alarmantes, la crisis que atraviesan sus sistemas carcelarios y en la desconfianza de<br />
la ciudadanía hacia las instituciones de justicia y policía. A la luz de estos déficits, la<br />
privatización de la seguridad ha ido ganando fuerza, lo cual tiende a profundizar la<br />
desigualdad en el acceso a la seguridad y deja sin resolver los retos que atraviesa el<br />
Estado como principal garante de la seguridad ciudadana. Paralelamente, los vínculos<br />
comunitarios como la familia, la escuela y la comunidad han perdido fuerza en algunos<br />
contextos como tensores sociales que permiten cooperación y convivencia positiva,<br />
propiciando, en algunos casos, formas de organización distorsionadas por el temor y<br />
la desconfianza como la llamada “justicia por mano propia”, así como el apoyo a las<br />
políticas de “mano dura”.<br />
El escenario es complejo debido a los múltiples factores causales y a la interrelación de<br />
diversas formas de violencia y otras vulneraciones a los derechos humanos. Por ello,<br />
diversos organismos internacionales recomiendan que la mejor manera de hacer frente<br />
a la violencia, la inseguridad y el crimen es a través de políticas públicas que tengan<br />
un carácter integral, holístico y multisectorial y que tomen en consideración las diversas<br />
causas estructurales, trabaje sobre los factores de riesgo y refuerce los factores protectores<br />
que existen, desde un enfoque que considere la centralidad de los derechos<br />
humanos. Ello implica que diversos sectores colaboren y coordinen su accionar, entre<br />
ellos: seguridad; justicia; salud; educación; servicios sociales; servicios de formación