BUENA NUEVA, noviembre 2016

testigos de la verdad
¿Consideras que España hasta
ahora ha sido un país pasivo en
la defensa de la vida? ¿Cuáles
son las cifras actuales?
JP Sí, en la actualidad estamos hablando de
una cifra en torno a los 100 mil abortos, según
los datos suministrados por el Ministerio de Sanidad,
pero tiende a disminuir porque hemos
llegado a los 120 mil. Pasamos de 120 mil a
110 mil y a 93 mil (el año pasado) y hay una
tendencia a la baja, pero no tanto por una actividad
del gobierno, sino porque la pirámide
demográfica española hace que la zona fértil
sea cada vez más estrecha. La ley no tiene ningún
mérito. Sí que es cierto que el movimiento
provida era muy beligerante y yo mismo me
considero así, muy “pro feto” por así decirlo.
¿Existe un trabajo asistencial
importante para ayudar a las
madres?
JP Tenemos un nivel asistencial muy alto. La
red de asociaciones provida en España ayuda
en torno a 15 mil mujeres, que es una
cifra grandísima y pensamos que muchas de
ellas podrían formar parte de la estadística del
aborto, pues no la forman, pero no porque el
gobierno lo está haciendo bien, sino porque
las asociaciones provida hacemos un trabajo
asistencial muy intenso. Además desde hace
unos años trabajamos en red, de manera que
tanto el movimiento provida, con la Federación
de Asociaciones Provida, RedMadre, Fundación
Madrina, entre otras, potenciamos nuestro trabajo
asistencial, que es una de las razones de
ser del movimiento.
Cuando atiendes un caso, ¿cuál
es el mensaje que le das a
una madre que está decidida a
abortar?
JP El 4 abril de 1994 puse en marcha la Escuela
de Rescate, que es un producto elaborado
del movimiento provida. Con mi experiencia
en la universidad de Docencia, de asistencia
en Provida y en la parte clínica gracias a la consulta,
he entendido que la decisión de abortar
es una decisión que la mujer toma en una situación
de crisis y que las crisis se resuelven
con otra cantidad de otra calidad. La Escuela
de Rescate enseña en la puerta de un establecimiento
donde se hacen abortos a ofrecer a
las mujeres otra cantidad de otra calidad. Hay
dos criterios que son el respeto a la mujer: no
se le reprocha el embarazo, no se le pregunta
por qué está embarazada, ni cómo, ni cuándo.
Desde el respeto y el segundo es la voluntad
firme de ayuda, de ofrecer alternativas distintas
al aborto.
¿En qué consiste la intervención
en crisis?
JP Lo que hacemos es que, en vez de decirle:
“aborta que no pasa nada”, es: “nos gustaría
ayudarte y podemos ofrecerte alternativas”. La
frase que tú me preguntas es: ¿qué necesitas
para no abortar? Eso es lo que nosotros transmitimos.
Y de hecho el primer rescate que
hicimos fue a una joven de 17 años que comentaba
a los dos rescatadores que no quería
abortar. Y le dije: “te voy a rescatar”. Contó que
su padre la había echado de casa por estar
embarazada.
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