Pequeña sinfonía

CHECKiN
vida de una canción
LA PEQUEÑA SINFONÍA
hace medio siglo, brian wilson creó uno de los himnos más emblemáticos
(y atípicos) de los beach boys, ‘good vibrations’. Por DAVID MOREU
A principios de 1966, los
Beach Boys era la banda más
popular de los Estados Unidos
gracias a sus canciones de surf,
pero entonces el mundo del
rock estaba cambiando por
culpa de las protestas en contra
de la Guerra de Vietnam, de los
derechos civiles y de la influencia
de las drogas psicodélicas.
Brian Wilson, su carismático
líder, era consciente de lo que
sucedía en las calles y decidió
afrontar nuevos retos creativos
con su siguiente trabajo
discográfico, convirtiendo
los estudios de grabación de
Hollywood en su particular
laboratorio musical para dar
forma al álbum Pet Sounds,
que se alzaría como un icono
contracultural.
Los Beach Boys en 1961
en California, durante
una sesión publicitaria.
Curiosamente, el 17 de febrero
hubo un parón inesperado
en la grabación del disco.
Brian Wilson estaba exultante
detrás de la mesa de mezclas
de los estudios Gold Star mientras
improvisaba los arreglos
de una nueva composición,
basada en la idea de que los
perros pueden captar las vibraciones
que desprenden los
humanos. La cinta analógica
del ocho pistas rodaba impasible,
la melodía era adictiva y
las bobinas se habían rotulado
provisionalmente como #1 Untitled,
aunque era un secreto a
voces que ese tema se llamaría
Good Vibrations y no formaría
parte del álbum. Brian Wilson
no podía contener la emoción
al escuchar su deseada sinfonía
de bolsillo. Sin embargo,
en aquel momento tan especial
no había ningún otro miembro
de los Beach Boys en el estudio
con quien compartir la magia
de esa canción. Como era habitual,
Carl, Mike, Dennis,
Bruce y Al aparecerían al terminar
la gira norteamericana
para poner las voces sobre la
pista musical que, durante
siete meses, habían grabado los
mejores músicos profesionales
de Los Ángeles. “Brian era
uno de los mayores talentos de
aquella generación de jóvenes
productores. Lo vimos evolucionar
con cada sesión porque
tenía un oído asombroso para
crear canciones pop, aunque
se volvió aburrido cuando
sucumbió a las drogas”, nos
comenta la bajista Carol Kaye,
que participó en la mayoría de
sesiones de ese tema.
Con la perspectiva de los
cincuenta años que han transcurrido
desde su lanzamiento,
Good Vibrations sigue siendo
la banda sonora inconfundible
de aquel período tan convulso
y, seguramente, el himno más
atípico de la historia del rock.
28 esquire • FEBRERO 2016