Crónicas de vida y Resistencia
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PRÓLOGO: NO TODO ESTÁ DICHO<br />
Presentar un libro sobre Palestina supone asumir el reto <strong>de</strong> <strong>de</strong>spertar el interes tanto <strong>de</strong> lectores<br />
conocedores <strong>de</strong>l tema como <strong>de</strong> aquellos que apenas tienen i<strong>de</strong>as dispersas sobrehiladas por los<br />
medios <strong>de</strong> comunicación y propaganda, pero todos han oído, han visto o han leído sobre Palestina.<br />
Es dificil encontrar a alguien tan <strong>de</strong>sconectado o tan <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su mundo que no haya oído hablar <strong>de</strong><br />
esta tierra y sus habitantes originarios, los palestinos. Pero para la mayoría la palabra Palestina lleva<br />
incrustada otra que la persigue allá don<strong>de</strong> vaya: Conflicto. Pareciera que una no se entien<strong>de</strong> sin la<br />
otra y que <strong>de</strong>cir Palestina es a<strong>de</strong>ntrarse en el oscuro mundo <strong>de</strong>l sufrimiento, la muerte y el<br />
sinsentido. Nada más lejos <strong>de</strong> la realidad. Como proclamaba Rafeet Siadh, la joven poetisa<br />
palestina, mientras las bombas caían sobre Gaza en diciembre <strong>de</strong> 2008 y enero <strong>de</strong> 2009, “Nosotros<br />
enseñamos <strong>vida</strong>, señor”. Y así es. Los palestinos -<strong>de</strong>cía Rafeet “nos levantamos cada mañana / para<br />
enseñarle al resto <strong>de</strong>l mundo / Vida, señor”.<br />
Los textos <strong>de</strong> este libro <strong>de</strong> Ramón Pedregal Casanova son testimonios <strong>de</strong> esa enseñanza <strong>de</strong> la <strong>vida</strong>.<br />
Ramón se acerca a Palestina dando un ro<strong>de</strong>o, por el camino que sortea los siempre tergibersados<br />
relatos <strong>de</strong> los medios y la “expertez” <strong>de</strong> los intelectuales y académicos sobradamente preparados<br />
que disertan sobre hojas <strong>de</strong> ruta, escenarios y agentes <strong>de</strong>l conflicto. Para Ramón como para Haneen<br />
Kal, cineasta, Lsayla y Tareq, madre y padre <strong>de</strong> prisioneros palestinos, Najla Shami, cantante y<br />
compositora, o Mahmud Sehwail, médico <strong>de</strong> las víctimas <strong>de</strong> las torturas israelís, para todos ellos<br />
cuyas historias recoge Ramón en sus páginas, Palestina es más, mucho más que una historia o una<br />
esperanza. Es el nombre <strong>de</strong> la <strong>Resistencia</strong>. Es el lugar don<strong>de</strong> habita la dignidad, la que reflejan cada<br />
una <strong>de</strong> las personas que entrevista, la <strong>de</strong> los jóvenes y niños prisioneros, la <strong>de</strong> las madres y padres<br />
que no se doblegan y, que a pesar <strong>de</strong> las bombas, <strong>de</strong> los check point, <strong>de</strong> los cuerpos <strong>de</strong>strozados, <strong>de</strong><br />
la sor<strong>de</strong>ra occi<strong>de</strong>ntal, siguen enseñando <strong>vida</strong>.<br />
Des<strong>de</strong> que el imperio y sus aliados abrieron nuevas guerras en la zona, Palestina parece haber salido<br />
<strong>de</strong> foco y este <strong>de</strong>senfoque ha hecho <strong>de</strong>saparecer cual conejo <strong>de</strong> mago al artífice en el terreno <strong>de</strong><br />
tanta tragedia: la entidad sionista <strong>de</strong> Israel.<br />
Des<strong>de</strong> que el imperio y sus aliados abrieron nuevas guerras en la zona, Palestina parece haber salido<br />
<strong>de</strong> foco y este <strong>de</strong>senfoque ha hecho <strong>de</strong>saparecer cual conejo <strong>de</strong> mago al artífice en el terreno <strong>de</strong><br />
tanta tragedia: la entidad sionista <strong>de</strong> Israel. Una entidad que no merece para Ramón nombre <strong>de</strong><br />
nación ni <strong>de</strong> Estado porque no pue<strong>de</strong> ser llamado país aquel que ocupa, masacra, tortura y trata con<br />
inhumanidad todo lo que le ro<strong>de</strong>a. Es estas páginas se nos refresca la memoria para que no se olvi<strong>de</strong><br />
la barbarie <strong>de</strong>l ocupante. Y la historia que aquí se nos narra no es mero recordatorio sino la marca<br />
que han <strong>de</strong>jado las bombas, los asesinatos y las torturas, es un surco en nuestra memoria por el que<br />
ha <strong>de</strong> correr el agua <strong>de</strong> la solidaridad: “El estado sionista se creó sobre tierra palestina con la<br />
mayor parte <strong>de</strong> su población expulsada, que fue a recogerse en campos <strong>de</strong> refugiados. Sobre ese<br />
crimen se levantó el proyecto <strong>de</strong>l gran capital judío: el sionismo.Ganó su proyecto colonialista,<br />
racista, expansionista chovinista y <strong>de</strong>structivo <strong>de</strong> Palestina, <strong>de</strong> la región árabe y <strong>de</strong> todo el planeta,<br />
porque es enemigo <strong>de</strong> todos los pueblos” -nos cuenta y nos recuerda Ramón Pedregal Casanova-.<br />
Nos avisa <strong>de</strong> que Israel es un proyecto <strong>de</strong> muerte que no ha termiando aunque no salga en los<br />
noticieros. El pasado explica el presente pero también nos habla <strong>de</strong>l futuro posible y es en este<br />
relato don<strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrimos que el sionismo no pue<strong>de</strong> tener futuro porque pensar que sí lo tiene sería<br />
negar el futuro <strong>de</strong> la humanidad, sería como <strong>de</strong>cir que el racismo y el sometimiento colonial es el<br />
futuro.<br />
Una parte <strong>de</strong> sus textos son crónicas que se remontan al principio <strong>de</strong> la historia, a la Nakba, sin la<br />
que no se pue<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r que la causa palestina va unida al retorno <strong>de</strong> los millones <strong>de</strong> palestinos<br />
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