InfoGuanyar numero 1 marzo 2017

38 [infoguanyar] marzo 2017 PUBLICACIÓ DEL gRUP MUNICIPAL gUANYAR ALACANT
Alicante y su puerto:
una difícil convivencia
Desde su fundación, Alicante ha estado ligada a su puerto. Éste ha ido creciendo y
formando, puerto y ciudad, una unidad. Cuando la actividad no era muy grande y
no producía gran contaminación, la convivencia se daba de forma amable.
Plataforma afectados
descargas tóxicas
Pero ¿qué está ocurriendo desde hace
unos años? Que la actividad de manipulación
(carga y descarga) de graneles
se ha más que doblado: de 700.000
Tn en 2012 se ha pasado a 1.900.000
Tn en 2016. Esas operaciones generan
grandes nubes de sustancias que, dada
su proximidad al núcleo urbano, alcanzan
a los diferentes barrios de la ciudad.
Los del sur se ven más afectados
cuando sopla el viento de Levante, pero
toda la ciudad se ve alcanzada cuando
sopla el Sur-Este.
diferente tamaño y que contaminan
toda la ciudad de Alicante.
El Puerto y también el Alcalde dicen
que no hay contaminación. Y tienen razón
en que no hay contaminación “medida”:
El único medidor que tenía el
puerto lo tenía en una azotea protegido
con un murete a la intemperie. No sabemos
si estaba en activo.
Así pues, nos encontramos ante el
problema más grave de salud medioambiental
que tenemos en la ciudad. Como
no hay ni mediciones ni estudios de impacto
sobre la salud, simplemente, no
existe. Pero está ahí, y no cesa.
Esta situación, cada vez más grave,
no sólo la detectamos y padecemos los
ciudadanos y las Asociaciones de Vecinos
y Comunidades de Viviendas, sino
también las AMPAs de todos los Colegios
e Institutos de la zona sur de la ciu-
Lo que se manipula en los muelles del
puerto no es inocuo. Sustancias como el
clinker, coque, yesos, abonos, escorias y
otras muchas están catalogadas como
tóxicas y peligrosas por su riesgo para
la salud: Producen desde afecciones cutáneas,
oculares o pulmonares, hasta, si
hay exposición constante, cáncer. Tenemos
barrios enteros afectados pero las
personas más vulnerables son las niñas
y niños y los varios miles de jóvenes
que pasan durante muchas horas al día
en los centros educativos enclavados en
el entorno de dicha actividad, a menos
de 500 metros.
Las leyes obligan a que esas sustancias
se manipulen sin producir emisiones
a la atmósfera, por lo que se tiene
que hacer en “naves cerradas y en depresión”.
Pero se están haciendo al aire
libre y emitiendo toda la carga tóxica a
la atmósfera en forma de partículas de