InfoGuanyar numero 1 marzo 2017
Revista informativa InfoGuanyar: número 1, març 2017. Publicació del grup municipal de Guanyar Alacant. Trabajando por la ciudad.
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56 [infoguanyar] <strong>marzo</strong> <strong>2017</strong> PUBLICACIÓ DEL gRUP MUNICIPAL gUANYAR ALACANT<br />
Cultura<br />
Ernest Blasco<br />
Tradición alimenticia alicantina y salud<br />
Hola a todos. Si alguno de ustedes,<br />
invadido por la curiosidad,<br />
y a pesar de las indicaciones de su<br />
médico, decide leer con atención el<br />
prospecto de la medicina recientemente<br />
recetada por el galeno, llegará<br />
a la conclusión de que uno debe ser<br />
un valiente o un verdadero inconsciente<br />
para meterse por la boca, la<br />
vena o algún lugar peor, ese potingue<br />
recomendado. Hasta tal punto es<br />
el miedo que provoca la lectura del<br />
malévolo panfleto, que una de dos, o<br />
ingerimos sin pensar el brebaje y que<br />
la lotería de la vida nos ampare, o<br />
por arte de magia y del efecto placebo,<br />
dicho sea de paso, nos encontramos<br />
recuperados de nuestra dolencia<br />
y ni recuerdo tenemos de ella.<br />
Horno El Melsa de San Blas<br />
Esto viene a cuento de la letra<br />
pequeña, a veces imperceptible,<br />
de aquellas cosas que innecesariamente<br />
metemos en nuestro<br />
cuerpo pensando en satisfacer<br />
algo tan elemental como la necesidad<br />
de alimentarnos. Nos asustamos<br />
de las posibles consecuencias<br />
que una medicina<br />
puede llegar a causarnos<br />
cuando teóricamente la<br />
misma esta testada y probada<br />
durante años y sin<br />
embargo nos metemos entre<br />
pecho y espalda un bollo envuelto<br />
en papel celofán y repleto de mensajes<br />
“chorras.” Pero peor es cuando atiborramos<br />
a nuestros pequeños con esas guarrerías<br />
y los dejamos en la escuela convencidos<br />
de sus ventajas. Luego<br />
rematamos la faena por la tarde y a la<br />
hora de la merienda les plantamos ante<br />
la nariz otra “catalina” empapelada y<br />
esta si sale en la tele, mucho mejor.<br />
Nos hemos hecho cortos de vista y no<br />
queremos leer las composiciones<br />
de aquellos<br />
“pseudoalimentos” que<br />
tan ricamente ingieren,<br />
sobre todos, nuestros chiquillos.<br />
Les estamos condenando<br />
a ser una generación<br />
que llegue a<br />
la madurez con las<br />
arterias repletitas de<br />
colesterol, y muchos<br />
de ustedes se echarían<br />
a temblar si pudieran conocer<br />
los niveles de triglicéridos que contienen<br />
esas criaturas en sus jóvenes<br />
cuerpos. Ni que decir tiene la de records<br />
de zagales obesos que estamos<br />
tumbando.<br />
Curiosamente, y al mismo tiempo que<br />
enriquecemos a los fabricantes de “fules”<br />
envasadas, nuestras panaderías de<br />
toda la vida languidecen y algunas cierran<br />
sus puertas definitivamente al tener<br />
que plegarse ante la invasión de esa<br />
pastelería industrial “cacahuera”. Los<br />
hornos de elaboración propia, esos que<br />
emanan olores centenarios de pastas y<br />
anís, de levadura y harina en flor, de cocas<br />
y magdalenas, de toñas y almendra<br />
tostada, esos hornos cuyos ingredientes<br />
son los de la tierra que nos parió y cuyas<br />
mezclas ligan gracias al aceite de<br />
oliva o la manteca, esos, digo, están<br />
siendo olvidados en pos de basurillas<br />
que nos minan la salud.<br />
Matilde, una panadera con lustros de<br />
buena experiencia y al frente de uno de<br />
esos hornos sito en algún lugar de nuestra<br />
ciudad, me contaba esas y otras cuitas<br />
con un lógico tono mezcla de preocupación<br />
y tristeza parapetada tras su<br />
pequeño mostrador. Un lugar sin secretos,<br />
abierto a la mirada curiosa y cargado<br />
en sus paredes de recuerdos y griteríos<br />
lejanos de chiquillería golosa que<br />
ahora, una vez henchidos de sesera tan<br />
solo sobre el papel, ya no recuerda las<br />
cosas buenas de la vida. Un saludo y<br />
hasta la próxima.