L - Biblioteca Luis Ángel Arango

Páginas sagradas de Tomás de Valois y Nicolás de Triveth, pro·
resores de la Orden de Predicadores, sobre los libros de la Ciudad
de Dios, de San Aguslín. Comienzan felizmente los Comentarios.
- [Fragm .]-
El ímpetu del río alegra la ciudad de Dios, Salmo 45 (v. 5). La
fuente de la sabiduría es la palabra de Dios que reside en 10 alto,
que procede por sus dones, que se dividió en cuatro cabezas o cua·
rro ríos. De ellos escribe el Eclesiástico 24 (v.40) : Yo, la sahiduría,
derramé ríos. Mientras a la mente los cuatro doctores de la Iglesia,
a quienes, de manera especial, en la exposición de la Sagrada Escri·
rura entregó el principado, infundió copiosamente las aguas de la
sapiencia saludable , que, por una disposición admirable, llamada
antonomásticamente excelencia, distribuyó a través de su espíritu:
el sentido histórico a San Jerónimo, el moral o tropológicu a San
Gregario. el alegórico a San Ambrosio, el anagógico a San AgustÍn.
Entre todos los sentidos, el anagógico que lleva a lo alto, es decir,
al cielo, obtiene una prerrogativa de dignidad. Por eso a San Agus·
tÍn convie ne de manera peculiar, según aquello del Eclesiástico 47
(v. 16 ): Te llenaste de Sabiduría como un río. Pues así como el
evangelista San Juan sobrepasa a los otros evangelistas, de igual
manera San Agustín a los demás doctores. Aun cuando los susodi·
eh os cuatro ríos bajan impetuosos de lo alto de los collados eter·
nos, )' sea necesario verificar aquello del salmo 92 (v.3): Los ríos,
Señor, los ríos levantaron su Val. El cuarto río, pues, cuyo nombre
es Eufrates, que se interpreta "fértil", lo encuentras como el más
alto en la doctrina de San Agustín, referente a los libros que él
compuso acerca de La Ciudad de Dios ...
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