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Mundo Desconocido: El <strong>Necronomicon</strong><br />
VIII. LOVECRAFT Y SU PAISAJE<br />
por Angela Carter<br />
Como el ámbito geográfico de Lovecraft es el de los sueños, tiene la extraña precisión de los sueños.<br />
Sobre el libro de su mundo sabemos bastante más de lo que nunca hubiésemos conocido del mundo real,<br />
precisamente porque el propio Lovecraft lo inventó todo sobre aquel mundo y conoció todo lo que hay<br />
que conocer sobre él. La horrenda planicie de Leng; los bosques de Nueva Inglaterra, tan frecuentados;<br />
la Arkham visitada por brujas; las ciudades de sueño o de pesadilla, o de sueño sutilmente modulado de<br />
pesadilla, cuyas huellas azules se formaron sin la ayuda de la geometría euclidiana. Cualquier cartógrafo<br />
competente podría trazar el mundo de H. P. Lovecraft con precisión microscópica. Pero no del todo.<br />
Lovecraft se mueve con total soltura entre pintorescos conjuntos de construcciones en el espacio y el<br />
tiempo, y aunque estos paisajes son básicamente una proyección o unos modelos de estados mentales,<br />
adoptan una ambigüedad muy especial.<br />
La misma precisión con que Lovecraft describe la estructura de formaciones rocosas, la edad y el tipo del<br />
marco de una ventana, o las dimensiones de una plaza alucinatoria, es la minuciosa precisión de la<br />
paranoia. Las retorcidas formas de los árboles en los bosques que hay sobre Arkham son emanaciones de<br />
la amenaza que evocan: amenaza y angustia, perturbación y pavor. Las mismas ciudades, ya sean las de<br />
la antigua Nueva Inglaterra o las que se extienden más allá de las puertas de los sueños, presentan el<br />
espantoso enigma de un laberinto, siempre tortuoso y siempre con el Minotauro en su centro. Ahí yace lo<br />
inenarrable bajo alguna forma o estado especialmente vil e informe; lo inenarrable, un miedo sin nombre,<br />
innominable.El paisaje de Lovecraft es expresionista, de un terror inminente; su verdadero mundo es<br />
hostil al hombre. Pero estos paisajes, nunca cómodos para el hambre, pueden, cono él, enfermar y morir.<br />
Peor aún, pueden volverse locos. Incluso las estrellas que hay encima de ellos se presentan bajo<br />
condiciones humanas. "Silenciosamente, la Estrella Polar mira hacia abajo con malicia desde su sede en<br />
la negra bóveda, parpadea horriblemente como un ojo loco y vigilante que se esfuerza en enviar algún<br />
mensaje; pero no recuerda nada, salvo que una vez tuvo un mensaje por enviar".<br />
En los paisajes de Lovecraft hay por doquier un terror generalizado; también hay un horror específico,<br />
regional, que él sitúa en lugares llenos ya de ecos de antigua paranoia: la Nueva Inglaterra de los<br />
primeros colonizadores u, ocasionalmente, en la Montañas Catskill, en el interior del Estado de Nueva<br />
York, una región bastante salvaje dadas sus credenciales literarias como lugar sobrenatural, según el<br />
largo informe de Rip Van Winkle.<br />
La Nueva Inglaterra de Lovecraft procede también en parte de fuentes literarias; si el fantasma de Poe<br />
acecha desde su Boston, también hay mucho de Nathaniel Hawthorne {nacido en el Salem de los juicios<br />
de brujas) en aquellas ciudades coloniales con techos de estilo holandés y, especialmente, en los bosques<br />
situados sobre Arkham, aquellos mismos bosques enmarañados y oscuros, en los que los protagonistas<br />
de The Scarlet Letter tenían sus citas con los emisarios de Satanás. Este es el escenario de la América<br />
virgen a la que Lovecraft se refiere en su ensayo On Supernatural Horror in Literature, la vasta y<br />
tenebrosa selva virgen en cuya luz crepuscular muy bien podrían esconderse todos los temores".<br />
Los bosques que hay sobre Arkham, típicos bosques de cuentos de hadas, están habitados por una raza<br />
procreada por consanguinidad y genéticamente sospechosa, cuyos antepasados tenían que huir con<br />
frecuencia de los juicios de brujas en el Massachusetts del siglo XVIII. <strong>Al</strong>lí los fantasmas son con<br />
frecuencia los de los indios más cruelmente desposeídos por los recién llegados a aquellas tierras. Este es<br />
el bosque primordial en el que el tiempo pasado domina sobre el tiempo presente y quedará sin<br />
modificaciones en el futuro; el hombre no tiene allí nada más que hacer, y si decide que le interesa<br />
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