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<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 1<br />
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en<br />
<strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para<br />
México<br />
Reporte final<br />
2016<br />
Dr. O. Rafael García Cueto<br />
Dr. Néstor Santillán Soto<br />
L.C.A José Ernesto López<br />
Velázquez
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 2<br />
DIRECTORIO<br />
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo<br />
Antonio Molpeceres<br />
Coordinador Residente del Sistema de las Naciones Unidas y<br />
Representante Residente<br />
Katyna Argueta<br />
Directora de país<br />
Gerardo Arroyo O`Grady<br />
Director del Programa de Desarrollo Sustentable<br />
Alejandro Ismael Monterroso Rivas<br />
Coordinador de la Plataforma de Colaboración sobre cambio<br />
climático y crecimiento verde entre Canadá y México<br />
Francisco Hernández Estens<br />
Gerente del Programa de Desarrollo Sustentable<br />
Itzel Nayeli Jiménez García<br />
Administradora de la Plataforma de Colaboración sobre cambio<br />
climático y crecimiento verde entre Canadá y México<br />
Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático<br />
María Amparo Martínez Arroyo<br />
Directora General<br />
Ana Cecilia Conde Álvarez<br />
Coordinadora General de Adaptación al Cambio Climático<br />
Jorge López Blanco<br />
Director de Gestión de Riesgos y Adaptación<br />
Daniel Iura González Terrazas<br />
Director de Manejo de Cuencas y Adaptación<br />
Margarita Caso Chávez<br />
Directora de Vulnerabilidad y Adaptación Ecológica<br />
Derechos Reservados © 2016<br />
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)<br />
Montes Urales 440, Colonia Lomas de Chapultepec, Delegación Miguel Hidalgo, CP.11000, Ciudad de México.<br />
Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC)<br />
Periférico Sur 5000, Colonia Insurgentes Cuicuilco, Delegación Coyoacán, CP. 04530, Ciudad de México<br />
Todos los derechos están reservados. Ni esta publicación ni partes de ella pueden ser reproducidas, almacenadas mediante<br />
cualquier sistema o transmitidas, en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, de<br />
fotocopiado, de grabado o de otro tipo, sin el permiso previo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y<br />
el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático.<br />
Producción editorial: Elsa Barreda<br />
Diseño: sonideas<br />
Se sugiere citar como:<br />
PNUD-INECC. 2016. <strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México. Informe Final<br />
(Reporte final). Autor y responsable técnico: Onofre Rafael García Cueto. Seguimiento técnico por INECC:<br />
Maryam Nava. Elaborado en el marco del proyecto #86487 “Plataforma de Colaboración sobre Cambio Climático<br />
y Crecimiento Verde entre Canadá y México”, Coordinador: Alejandro Monterroso Rivas. Instituto Nacional de<br />
Ecología y Cambio Climático y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Ciudad de México. 78p.<br />
Colaboradores: Dr. O. Rafael García Cueto, Dr. Néstor Santillán Soto y L.C.A José Ernesto López Velázquez<br />
Esta publicación fue desarrollada en el marco del proyecto #86487 “Plataforma de Colaboración sobre Cambio Climático y<br />
Crecimiento Verde entre Canadá y México”. El análisis y las conclusiones aquí expresadas no reflejan necesariamente las opiniones<br />
del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, de su Junta Ejecutiva, de sus Estados Miembros, o del Instituto Nacional de<br />
Ecología y Cambio Climático.<br />
AGRADECIMIENTO: Al Gobierno de Canadá a través de Environment Canada por el apoyo financiero recibido para el desarrollo<br />
de la Plataforma de Colaboración sobre Cambio Climático y Crecimiento Verde entre Canadá y México, durante 2014-2017. Así<br />
mismo, al Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático por el apoyo prestado para el buen desarrollo de la Plataforma.
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 3<br />
Contenido<br />
LISTA DE FIGURAS 4<br />
LISTA DE CUADROS 5<br />
INTRODUCCIÓN 6<br />
MÉTODO DE TRABAJO 8<br />
INTRODUCCIÓN AL BALANCE ENERGETICO ATMOSFÉRICO 9<br />
CICLOS E IMPORTANCIA DEL BEA 13<br />
FORMULACIÓN DEL BALANCE ENERGÉTICO ATMOSFÉRICO 14<br />
MÉTODOS DE ESTIMACIÓN DE BALANCE ENERGÉTICO ATMOSFÉRICO 16<br />
MÉTODO DE COVARIANZA TURBULENTA 17<br />
MÉTODO DE RAZÓN DE BOWEN 21<br />
ESTUDIOS DE BALANCE DE ENERGÍA ATMOSFÉRICO EN CIUDADES 24<br />
ESTUDIOS DE BALANCE DE ENERGÍA EN CIUDADES TROPICALES 27<br />
ESTUDIOS DE BALANCE DE ENERGÍA EN CIUDADES DE LATITUDES MEDIAS 44<br />
PROPUESTA METODOLÓGICA PRELIMINAR PARA EVALUACIÓN DEL BEA EN<br />
CIUDADES DE MÉXICO 66<br />
REFERENCIAS 71
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 4<br />
Índice de Figuras<br />
FIGURA 1 ESTRUCTURAS IDEALIZADAS DE CAPA LÍMITE EN UNA CIUDAD (ADAPTADA DE OKE, 1982) .............. 10<br />
FIGURA 2: DESCRIPCIÓN ESQUEMÁTICA DE LOS FLUJOS INVOLUCRADOS EN LOS BALANCES DE ENERGÍA EN<br />
ÁREAS URBANAS (ADAPTADA DE OKE, 1987A), DONDE Q* ES LA RADIACIÓN NETA, QH EL FLUJO DE<br />
CALOR SENSIBLE, QE EL FLUJO DE CALOR LATENTE, QS EL ALMACENAMIENTO DE CALOR ................... 12<br />
FIGURA 3: ÁREAS FUENTE DE LOS SENSORES DE COVARIANZA TURBULENTA (QH, QE), RADIÓMETRO NETO<br />
(Q*), CALOR DEL SUELO (QG), Y ALMACENAMIENTO DE CALOR EN EL SUELO ( QS). ............................... 20<br />
FIGURA 4 BEA EN LA BAJA ATMÓSFERA EN 15 DÍAS DESPEJADOS DEL 3 DE FEBRERO AL 31 DE MARZO DE 1985<br />
EN EL SITIO DE TACUBAYA DE LA CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO. TOMADA DE TEJEDA-MARTÍNEZ Y<br />
JÁUREGUI, 2005. .......................................................................................................................................................... 33<br />
FIGURA 5 BEA EN LA BAJA ATMÓSFERA EL 3 DE DICIEMBRE DE 1993 EN EL SITIO DEL PALACIO DE MINERÍA<br />
DE LA CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO. TOMADA DE TEJEDA-MARTÍNEZ Y JÁUREGUI, 2005. ..................... 33<br />
FIGURA 6 BEA EN LA BAJA ATMÓSFERA EL 1 DE JULIO DE 1995 EN EL SITIO DE UNAM (RESERVA SUBURBANA<br />
CON VEGETACIÓN) DE LA CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO (DÍA PARCIALMENTE NUBLADO). TOMADA DE<br />
TEJEDA-MARTÍNEZ Y JÁUREGUI, 2005. .................................................................................................................. 34<br />
FIGURA 7 BEA EN LA BAJA ATMÓSFERA DEL 10 AL 23 DE JUNIO DE 1990 EN UN PREPARATORIA NO. 7 DE LA<br />
CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO. TOMADA DE TEJEDA-MARTÍNEZ Y JÁUREGUI, 2005. .................................. 34<br />
FIGURA 8 BEA EN LA BAJA ATMÓSFERA DEL 18 AL 22 DE MARZO DE 2001 EN EL SITIO DEL INSTITUTO DE<br />
INGENIERÍA DE LA UABC DE LA CIUDAD DE MEXICALI, MÉXICO. TOMADA DE GARCÍA-CUETO ET AL.,<br />
2003. .............................................................................................................................................................................. 35<br />
FIGURA 9 BEA EN LA BAJA ATMÓSFERA DEL 10 AL 23 DE JULIO DE 2001 EN UN SITIO SUBURBANO DE TUCSON,<br />
AZ, EE. UU. TOMADA DE GRIMMOND Y OKE, 1995. ......................................................................................... 36<br />
FIGURA 10 BEA EN LA BAJA ATMÓSFERA DEL 8 AL 20 DE FEBRERO DE 2003 EN UN SITIO URBANO<br />
RESIDENCIAL DE LA CIUDAD DE OUAGADOUGOU, BURKINA FASO. TOMADA DE OFFERLE ET AL., 2005.<br />
........................................................................................................................................................................................ 36<br />
FIGURA 11 BEA EN LA BAJA ATMÓSFERA DEL 13 DE MAYO AL 21 DE JUNIO DE 1990 EN UN SITIO SUBURBANO<br />
DE LA CIUDAD DE MIAMI, FL, EE. UU. TOMADA DE NEWTON ET AL., 2007. ................................................ 37<br />
FIGURA 12 BEA EN LA BAJA ATMÓSFERA DEL 10 AL 19 DE JUNIO DE 2001 EN NÉGUEV, ISRAEL. TOMADA DE<br />
PEARLMUTTER ET AL., 2005. ..................................................................................................................................... 37<br />
FIGURA 13 BEA EN LA BAJA ATMÓSFERA DEL 1 AL 7 DE ABRIL DE 2003 EN UN SITIO URBANO COMERCIAL-<br />
RESIDENCIAL DE LA CIUDAD DE PUEBLA, MÉXICO. TOMADA DE MOLINA, 2013. ........................................ 38<br />
FIGURA 14 PROMEDIOS ESTACIONALES DE BEA EN LA BAJA ATMÓSFERA ENTRE LOS AÑOS 2011-2013 EN UN<br />
SITIO SUBURBANO DE LA PHOENIX, AZ, EE. UU. TOMADA DE CHOW ET AL., 2012. ................................... 39<br />
FIGURA 15 BEA EN LA BAJA ATMÓSFERA DEL 20 AL 28 DE AGOSTO DE 1991 EN UN SITIO SUBURBANO DE LA<br />
CIUDAD DE SACRAMENTO, CA, EE. UU. TOMADA DE GRIMMOND Y OKE, 1999. ........................................ 50<br />
FIGURA 16 BEA EN LA BAJA ATMÓSFERA DEL 1 AL 31 DE JULIO DE 1992 EN UN SITIO SUBURBANO DE LA<br />
CIUDAD DE CHICAGO, IL, EE. UU. TOMADO DE GRIMMOND ET AL., 1995. .................................................. 50<br />
FIGURA 17 BEA EN LA BAJA ATMÓSFERA DEL 4 DE JULIO AL 11 DE AGOSTO DE 1993 EN UN SITIO SUBURBANO<br />
DE LA CIUDAD DE LOS ÁNGELES, CA, EE. UU. TOMADO DE GRIMMOND ET AL., 1995. ............................ 51<br />
FIGURA 18 BEA EN LA BAJA ATMÓSFERA DEL 6 AL 13 DE JULIO DE 1989 EN UN SITIO SUBURBANO DE LA<br />
CIUDAD DE VANCOUVER, BC, CANADÁ. TOMADO DE ROTH Y OKE, 1994. ................................................... 51<br />
FIGURA 19 ENSAMBLE DE BEA PARA (A) 5 DÍAS DE VERANO DE 1997, Y (B) 4 DÍAS DE INVIERNO DE 1996 EN<br />
UN SITIO SUBURBANO DE LA CIUDAD DE CHRISTCHURCH, NUEVA ZELANDA. TOMADO DE SPRONKEN-<br />
SMITH, 2002. ................................................................................................................................................................ 52<br />
FIGURA 20 ENSAMBLE DE BEA PARA DÍAS SOLEADOS EN JULIO Y DICIEMBRE DE 2001 EN UN SITIO URBANO<br />
DE LA CIUDAD DE TOKIO, JAPÓN. TOMADO DE MORIWAKI Y KANDA, 2004. ............................................... 53<br />
FIGURA 21 ENSAMBLE MENSUAL DE BEA DE LOS AÑOS 2001 (IZQUIERDA) Y 2002 (DERECHA) EN UN SITIO<br />
URBANO DE LA CIUDAD DE LODZ, POLONIA. TOMADO DE OFFERLE ET AL., 2006A. .................................. 54<br />
FIGURA 22 ENSAMBLE DE BEA DEL 16, 19-21 DE JUNIO DEL 2001 EN UN SITIO SUBURBANO DE LA CIUDAD DE<br />
BARCELONA, ESPAÑA. TOMADO DE GARCÍA MORENO ET AL., 2012. ............................................................. 55<br />
FIGURA 23 ENSAMBLE DE BEA DEL 4 AL 11 DE JULIO DEL 2001 EN UN SITIO URBANO DE LA CIUDAD DE<br />
MARSELLA, FRANCIA. TOMADO DE ROBERTS ET AL., 2006. ............................................................................... 56<br />
FIGURA 24 : ENSAMBLE DE BEA DE 3 LUGARES URBANOS (U1-U3), UN SUBURBANO (S1) Y DOS RURALES (R1 Y<br />
R2) DEL 10 DE JUNIO AL 10 DE JULIO DE 2002 EN LA CIUDAD DE BASEL, SUIZA. TOMADO DE CHRISTEN<br />
Y VOOGT, 2004. ........................................................................................................................................................... 57
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 5<br />
FIGURA 25 ENSAMBLE DE BEA DE 3 LUGARES CON TRES DISTINTOS GRADOS DE URBANIZACIÓN (HIGH,<br />
MEDIUM AND LOW), Y UN RURAL EN EL MES DE MARZO DE 2004 EN LA CIUDAD DE MELBOURNE,<br />
AUSTRALIA. TOMADO DE COUTTS ET AL., 2007. .................................................................................................. 58<br />
FIGURA 26 ENSAMBLE DE BEA EN UN DÍA CLARO DEL MES DE AGOSTO DE 2004 EN LA CIUDAD DE KANSAS<br />
CITY, MISSOURI, EE. UU. SE PRESENTA TAMBIÉN LA RAZÓN DE BOWEN ( ). TOMADO DE BALOGUN ET<br />
AL., 2009. ...................................................................................................................................................................... 59<br />
FIGURA 27 ENSAMBLE MEDIO DE VARIACIONES DIURNAS DEL BEA PARA CONDICIONES DE DÍAS CLAROS EN<br />
LAS CUATRO ESTACIONES DE ABRIL DE 2006 A MARZO DE 2007 EN KANTO, JAPÓN. ADAPTADA DE<br />
KAWAI Y KANDA, 2010. ............................................................................................................................................. 60<br />
FIGURA 28 CARACTERÍSTICAS DE LA VARIACIÓN HORARIA-DIARIA DE LAS COMPONENTES DEL BEA (FLUJOS<br />
EN W/M2) DE JUNIO DE 2009 A JULIO DE 2010, A UNA ALTURA DE 140 M EN LA CIUDAD DE BEIJING,<br />
CHINA, EN LAS CUATRO ESTACIONES DEL AÑO. ADAPTADO DE MIAO ET AL., 2012. ................................... 61<br />
FIGURA 29 EJEMPLO DE CLASIFICACIÓN DE USO DEL SUELO (ARRIBA) Y FOTOGRAFÍAS AÉREAS (ABAJO) PARA<br />
LUGARES DE MEDIDAS DE FLUJOS DE ENERGÍA EN ESSEN, ALEMANIA. PARA EL ANÁLISIS SUPERFICIAL SE<br />
ELIGIÓ UN RADIO DE 1 KM. TOMADO DE WEBER Y KORDOWSY (2010). ........................................................ 70<br />
Índice de Cuadros<br />
CUADRO 1 RESUMEN DE ESTUDIOS DE BALANCE DE ENERGÍA EN CIUDADES TROPICALES (SUBTROPICALES).<br />
QH ES DENSIDAD DE FLUJO DE CALOR SENSIBLE, QE DENSIDAD DE FLUJO DE CALOR LATENTE, ΔQS<br />
DENSIDAD DE FLUJO DE CALOR ALMACENADO. CT: TÉCNICA DE MEDICIÓN DE COVARIANZA TURBULEN<br />
........................................................................................................................................................................................ 27<br />
CUADRO 2 INSTRUMENTACIÓN, COMPAÑÍA MANUFACTURERA Y ALTURA DE POSICIONAMIENTO DE LOS<br />
INSTRUMENTOS EN LAS CAMPAÑAS DE MEDICIÓN DE BALANCE DE ENERGÍA ATMOSFÉRICO EN LAS<br />
CIUDADES (SUB)TROPICALES. FABRICANTE: CS-CAMPBELL SCIENTIFIC; K&Z-KIPPEN AND ZONNEN. .. 30<br />
CUADRO 3 USO DEL SUELO/COBERTURA DEL SUELO Y FLUJOS DE ENERGÍA, NORMALIZADOS POR Q*, PARA<br />
LAS CIUDADES (SUB)TROPICALES. ............................................................................................................................ 41<br />
CUADRO 4 RESUMEN DE ESTUDIOS DE BALANCE DE ENERGÍA EN CIUDADES DE LATITUDES MEDIAS. QH ES<br />
DENSIDAD DE FLUJO DE CALOR SENSIBLE, QE DENSIDAD DE FLUJO DE CALOR LATENTE, ΔQS<br />
DENSIDAD DE FLUJO DE CALOR ALMACENADO. CT: TÉCNICA DE MEDICIÓN DE COVARIANZA<br />
TURBULENTA. .............................................................................................................................................................. 44<br />
CUADRO 5 INSTRUMENTACIÓN, COMPAÑÍA MANUFACTURERA Y ALTURA DE POSICIONAMIENTO DE LOS<br />
INSTRUMENTOS EN LAS CAMPAÑAS DE MEDICIÓN DE BALANCE DE ENERGÍA ATMOSFÉRICO EN LAS<br />
CIUDADES DE LATITUDES MEDIAS. FABRICANTE: CS-CAMPBELL SCIENTIFIC, K&Z-KIPPEN & ZONNEN<br />
........................................................................................................................................................................................ 47<br />
CUADRO 6 USO DEL SUELO/COBERTURA DEL SUELO Y FLUJOS DE ENERGÍA, NORMALIZADOS POR Q*, PARA<br />
LAS CIUDADES DE LATITUDES MEDIAS. .................................................................................................................. 62<br />
CUADRO 7 INSTRUMENTACIÓN BÁSICA PARA REALIZAR BALANCE DE ENERGÍA ATMOSFÉRICO SUPERFICIAL<br />
MEDIANTE EL SISTEMA DE COVARIANZA TURBULENTA (EN TORRE METEOROLÓGICA). ............................. 66<br />
CUADRO 8 INFORMACIÓN BÁSICA QUE DEBE CONTENER EL SITIO DE MEDICIÓN Y SUS ALREDEDORES (EN 1 KM<br />
DE RADIO, APROXIMADAMENTE). LOS PARÁMETROS Z0, L Y ΣV/U* SON VALORES MEDIOS DERIVADOS<br />
DE LAS MEDIDAS DEL ANEMÓMETRO SÓNICO; LAS DOS ÚLTIMAS SE NECESITAN PARA EL CÁLCULO ........ 69
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 6<br />
INTRODUCCIÓN<br />
En este primer informe parcial (1a) se reportan los resultados obtenidos de acuerdo al<br />
programa de trabajo entregado a la Plataforma del Programa de las Naciones Unidas para<br />
el Desarrollo (PNUD), y al Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC),<br />
con fecha del once de mayo de 2016.<br />
Los objetivos propuestos en ese programa de trabajo, y que se están entregando en este<br />
primer reporte parcial son los siguientes:<br />
1. Revisión bibliográfica de balances energéticos en la baja atmósfera (BEA) en<br />
<strong>ciudades</strong>.<br />
2. Organización en carpeta digital de archivos (artículos de investigación, reportes<br />
técnicos, etc.) obtenidos anteriormente.<br />
3. Breve reseña de variables, método y resultados de evaluación de BEA en <strong>ciudades</strong>.<br />
4. Propuesta de método e instrumentación para evaluar BEA en <strong>ciudades</strong> de México,<br />
y su presentación a la Plataforma de PNUD y al INECC para obtener comentarios<br />
y acuerdos.<br />
De acuerdo a esos objetivos, las metas a alcanzar son las que se enlistan a continuación:<br />
1. Recopilar y seleccionar bibliografía que sobre el tema de BEA, particularmente<br />
enfocado a <strong>ciudades</strong>, se haya realizado en el plano internacional y nacional.<br />
2. Reporte digital de revisión bibliográfica de BEA en diferentes <strong>ciudades</strong> del mundo,<br />
enfocado a metodologías, instrumentación, variables, principales resultados y<br />
comparación de resultados entre <strong>ciudades</strong>.<br />
3. Propuesta metodológica preliminar para evaluar BEA en <strong>ciudades</strong> de México.<br />
Por lo que puede observarse a partir de los objetivos y metas planteadas, en este reporte se<br />
plantea documentar, a partir de una amplia revisión bibliográfica, estudios que sobre el<br />
balance de energía en la baja atmósfera (BEA) se hayan realizado en <strong>ciudades</strong> alrededor<br />
del mundo. La orientación que se hace de tal revisión va encaminada a describir los<br />
métodos, instrumentación y principales resultados de las componentes del balance de
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 7<br />
energía de cada ciudad analizada, y la relación que guardan estos resultados con la<br />
cobertura y uso del suelo; esta relación bidireccional permitirá explicar la causalidad de los<br />
resultados encontrados, al mismo tiempo que se logrará avanzar en la propuesta del<br />
esquema metodológico de balances energéticos en <strong>ciudades</strong> de México, que es el objetivo<br />
principal de la consultoría.<br />
Así, este reporte intenta de manera sucinta, proponer al PNUD e INECC, a partir de una<br />
amplia selección de estudios de BEA, un esquema que muestre el método(s) e<br />
instrumentación, para realizar lo propio en <strong>ciudades</strong> de México.
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 8<br />
MÉTODO DE TRABAJO<br />
Para alcanzar los objetivos enunciados en el capítulo I se hará lo conducente a la realización<br />
de un marco teórico que sustente, de manera preliminar, la propuesta del esquema<br />
metodológico del BEA en <strong>ciudades</strong> de México. Así, las etapas de trabajo se documentarán<br />
bajo las siguientes acciones:<br />
1. Se realizará una revisión bibliográfica, tanto en medios impresos, como<br />
electrónicos, de artículos de investigación, tesis, reportes técnicos, etc., enfocados<br />
a <strong>ciudades</strong> del mundo, de balances energéticos que se hayan realizado en la baja<br />
atmósfera (capa límite).<br />
2. Se listará instrumentación, tiempo de experimentación, variables, metodología y<br />
resultados de estudios revisados.<br />
3. Se identificará método y variables comunes en estudios de BE en <strong>ciudades</strong> del<br />
mundo.<br />
4. Se contrastarán resultados de componentes del BEA y se discutirá su asociación<br />
con usos del suelo.<br />
5. Se propondrá preliminarmente un esquema metodológico para la evaluación de<br />
BEA en <strong>ciudades</strong> de México.
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 9<br />
INTRODUCCIÓN AL BALANCE<br />
ENERGETICO ATMOSFÉRICO<br />
El balance de energía en la baja atmósfera (BEA), dirigido a <strong>ciudades</strong>, es un tema<br />
relativamente reciente en la evolución de la climatología física, y su propósito es el de<br />
explicar en función de los ciclos de energía y agua, parámetros meteorológicos básicos<br />
como la temperatura del aire y la humedad, que son medidas indirectas de esos ciclos<br />
fundamentales en el sistema climático. El estudio de estos ciclos involucra los procesos por<br />
los que la energía y la masa son transferidos, convertidos y almacenados. Dado que la<br />
atmósfera se caracteriza por fenómenos cuyas escalas espaciales y temporales cubren un<br />
rango muy amplio se debe mencionar que para propósitos de esta consultoría, estas escalas<br />
están limitadas a extensiones horizontales que están en la categoría de micro (10 -2 a 10 -3<br />
m) a escala local (10 2 a 5 x 10 3 m), mientras que en la extensión vertical se restringe a una<br />
zona conocida como capa límite, entendiéndose ésta como el espesor de aire al que afecta<br />
la interacción con la superficie, o como bien la describe Arya (1988): “una capa límite se<br />
define como la capa de un fluido (líquido o gas) en la vecindad inmediata de una superficie<br />
material, en el que toma lugar un significativo intercambio de momentum, calor, o masa<br />
entre la superficie y el fluido”.<br />
Así, la capa límite atmosférica se forma como consecuencia de las interacciones entre la<br />
atmósfera y la superficie subyacente (suelo o agua) sobre escalas de tiempo de unas horas<br />
a alrededor de un día. Esta capa se caracteriza por movimientos turbulentos generados por<br />
la rugosidad de la superficie y la diferencia térmica entre la superficie y la capa de aire<br />
sobreyacente.<br />
La altura de la capa límite varía en un rango muy amplio, pero suponiendo que los patrones<br />
de viento y la nubosidad no están enlazados a sistemas sinópticos, sino únicamente a características<br />
superficiales o al ciclo de calentamiento diario, Oke (1987) menciona: “la<br />
altura de la capa límite (es decir, el espesor de la capa, relacionada con influencias de la<br />
superficie del suelo) no es constante con el tiempo, depende de la intensidad de la mezcla<br />
generada en la superficie. Durante el día, cuando la superficie terrestre se calienta por la
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 10<br />
acción solar, hay una transferencia de calor hacia la atmósfera más fría. Esta vigorosa<br />
mezcla térmica (convección), permite al espesor de la capa límite extenderse verticalmente<br />
de 1 a 2 km. Inversamente, en la noche, cuando la superficie se enfría más rápidamente que<br />
la atmósfera, hay una transferencia de calor hacia abajo. Esto tiende a suprimir la mezcla,<br />
y el espesor de la capa límite se puede contraer a menos de 100 m”.<br />
En la figura 1 se presentan las subcapas en las que se divide la capa límite planetaria en un<br />
área urbana y alrededores rurales. En ella se aprecia que esta capa llega hasta donde las<br />
perturbaciones del terreno alcanzan a afectar al flujo aéreo. La rugosidad del terreno (por<br />
árboles, edificios, etc.) generan a su vez otra capa frontera, la capa límite superficial. Los<br />
objetos que dan origen a la capa límite superficial con su altura promedio definen al dosel<br />
de rugosidad.<br />
Figura 1 Estructuras idealizadas de capa límite en una ciudad (Adaptada de Oke, 1982)
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 11<br />
En los ambientes urbanos se genera una capa intermedia entre la capa límite superficial y<br />
la capa límite planetaria, la capa límite urbana, mientras que en el ámbito rural, es la capa<br />
límite rural, que es de menor altura que la que se genera en el ámbito urbano. Se observa<br />
también que la ciudad le transfiere al aire ciertas propiedades (partículas contaminantes,<br />
calor sensible, etc.), que viajan en forma de pluma viento abajo.<br />
Algo fundamental a la noción de escala es la distinción entre la capa de dosel urbano, y la<br />
capa límite urbana. Esta distinción, originalmente se aplicó a las islas urbanas de calor<br />
(Oke, 1976). En la capa de dosel urbano (aproximadamente del suelo al nivel del techo de<br />
las construcciones), los procesos de flujo de aire y de intercambio de energía están<br />
controlados por características y procesos de microescala, específicos del lugar; esta capa,<br />
dice Oke, op. cit. (1987), es más claramente delineada en áreas de alta densidad de<br />
construcción, y puede ser discontinua, o estar ausente en áreas suburbanas con menor<br />
densidad de desarrollo. La capa límite urbana, por arriba del nivel de los techos, en<br />
contraste, es aquella parte de la capa límite planetaria cuyas características son afectadas<br />
por la presencia de la superficie urbana (o sus zonas de uso del suelo) y es un fenómeno de<br />
escala local a mesoescala, controlada por procesos que operan a escalas temporales y<br />
espaciales más grandes.<br />
Por lo mencionado se observa que el concepto de escala es esencial para entender el modo<br />
en que los elementos de la superficie urbana interactúan con las capas atmosféricas<br />
adyacentes; por tanto, la definición de esta superficie, donde la partición de energía toma<br />
lugar, es uno de los problemas fundamentales de estudios de balance de energía en áreas<br />
urbanas. Un edificio individual, por ejemplo, se compone de techo y paredes, cuya<br />
exposición a la radiación solar, intercambio de radiación de onda larga y ventilación, varía<br />
en el tiempo (por ejemplo Arnfield, 1984, 2000; Paterson y Apelt, 1989; Verseghy y<br />
Munro, 1989a, 1989b). Las superficies horizontales a nivel de suelo son un mosaico de<br />
elementos, tal como los jardines y campos de césped, zonas pavimentadas y lotes baldíos,<br />
con contrastantes propiedades radiativas, térmicas, de humedad y aerodinámicas. Estos<br />
diferentes elementos de superficie poseen diversos balances energéticos que generan<br />
contrastes en las características superficiales (por ejemplo, la temperatura de la "piel" de<br />
superficie), y dan lugar a interacciones mutuas de intercambio radiativo y advección de
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 12<br />
pequeña escala. Estas unidades morfológicas fundamentales pueden ser agregadas<br />
jerárquicamente. Sin embargo, el tamaño, forma, composición y ordenamiento de los<br />
elementos del dosel urbano hace difícil definir y asignar valores térmicos, geométricos, y<br />
otras características de la superficie urbana (Schmid et al., 1991), o aún encontrar un datum<br />
superficial para propósitos meteorológicos (Oke, 1988). Así que un conflicto básico en los<br />
estudios de balance energético es el de saber qué capas se desea monitorear, ya que cada<br />
espesor tiene su propia importancia, por lo que no hay una sola respuesta.<br />
Respecto al BEA, la partición de los flujos energéticos, tratada en la siguiente sección, está<br />
regida por la naturaleza de la superficie urbana y las habilidades relativas del suelo y la<br />
atmósfera para transportar calor. La distribución particular conseguida por una superficie<br />
es probablemente el más importante determinante de su microclima. En la figura 2 se<br />
ilustran las componentes del balance energético que dan lugar al clima urbano, y que da<br />
una idea de que la cuantificación de los diversos flujos es una tarea complicada por la<br />
geometría urbana y los diferentes usos del suelo en pequeñas distancias, que dan lugar a<br />
una amplia gama de microclimas.<br />
Figura 2: Descripción esquemática de los flujos involucrados en los balances de energía en áreas urbanas (adaptada de Oke, 1987a), donde Q* es<br />
la radiación neta, Qh el flujo de calor sensible, Qe el flujo de calor latente, Qs el almacenamiento de calor
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 13<br />
Por todo lo anteriormente expuesto, se puede inferir que el balance energético atmosférico,<br />
que depende en gran medida de la cobertura superficial, y la partición de los flujos de<br />
energía en diferentes superficies, debe ocasionar diferentes distribuciones térmicas,<br />
hígricas y de transporte de momento mecánico, por lo que la modificación en usos del<br />
suelo, ocasionada por la urbanización, impactará también esas distribuciones. Estas<br />
modificaciones, a su vez, afectan el confort, la salud y la productividad de los habitantes<br />
urbanos, por lo que cuantificar en qué medida se ven modificados los balances energéticos<br />
es indispensable para una mejor planeación urbanística.<br />
Ciclos e importancia del BEA<br />
Como ya se mencionó, existen dos ciclos fundamentales de importancia, cuyo estudio<br />
constituye las bases de la moderna climatología física. Estos son los ciclos de energía solar<br />
(calor) e hidrológicos (masa), los que mediante procesos de intercambio y balances, están<br />
enlazados a elementos climatológicos como la temperatura, humedad y viento en la capa<br />
límite atmosférica. Si se considera que una gran parte de la población vive en las áreas<br />
urbanas, y que cada vez habrá más gente habitando en ellas con la consecuente<br />
modificación en la cobertura del suelo, es obvia la necesidad de estudiar con detalle los<br />
diferentes flujos implicados y la relación existente entre esos factores.<br />
Una de las diferencias en los ambientes urbanos y rurales es su clima, y como elemento<br />
modificador principal, la temperatura, que ha sido mencionada en muchos estudios<br />
(Landsberg, 1981; Oke, 1982; Jáuregui, 1997); estas diferencias climáticas parecen ser<br />
causadas principalmente por la modificación de la superficie terrestre, al alterar algunas<br />
propiedades radiativas como admitancia térmica, emisividad y el albedo, y de manera<br />
secundaria por la liberación de energía artificialmente generada en las <strong>ciudades</strong>.<br />
De acuerdo con lo mencionado, y apelando a la ley de la conservación de la energía, la<br />
diferencia fundamental entre los climas urbanos y los rurales, parece encontrarse en el<br />
balance energético atmosférico superficial, por lo que varios investigadores se han abocado<br />
a estudiarlo (Oke et al. 1992; Grimmond y Oke, 1995; Tejeda y Jáuregui, 2005); y es que<br />
como menciona Oke op. cit., (1987a): “el conocimiento del balance de energía superficial<br />
se considera fundamental para entender la meteorología de la capa límite y la climatología
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 14<br />
de cualquier lugar. En conjunción con el viento sinóptico proveen las fuerzas rectoras<br />
energéticas para los flujos verticales de calor, masa y momentum”<br />
Es decir, si se quiere realizar una verdadera climatología física, se deben orientar los<br />
esfuerzos a cuantificar esos flujos energéticos, ya que la distribución de los elementos<br />
climáticos son finalmente el resultado de tales balances, que una vez entendidos, explican<br />
procesos tan importantes como el desarrollo de la isla de calor urbano, vientos locales,<br />
estabilidad atmosférica, e indirectamente la distribución de contaminantes.<br />
Formulación del <strong>Balance</strong> Energético Atmosférico<br />
El balance energético en el sistema suelo/atmósfera en una superficie ideal 1 , se formula de<br />
acuerdo con la primera ley de la termodinámica (conservación de la energía), con la que es<br />
posible identificar los cuatro tipos de flujos energéticos más importantes: la radiación neta<br />
(Q*); el flujo de calor sensible (QH); el flujo de calor latente (QE); y el flujo neto de calor<br />
en el suelo (QG). Este balance de energía superficial se puede escribir como:<br />
Q* = QH + QE+ QG (1)<br />
En la ecuación 1, Q* es el resultado de la diferencia entre la radiación solar global (QS) y<br />
la radiación reflejada y emitida por la superficie (QR), por lo que: Q*= QS - QR; el flujo de<br />
calor sensible, QH, se refiere al intercambio turbulento de calor entre la superficie y la<br />
atmósfera, originado por la diferencia térmica entre los dos medios; el flujo de calor latente,<br />
QE, ó flujo de vapor de agua, es el intercambio turbulento de calor, por procesos<br />
evapotranspirativos (o de condensación) entre la superficie y la atmósfera; y QG, es el flujo<br />
de calor al suelo o medio subsuperficial. La exacta partición del exceso o déficit radiativo<br />
(entre QH, QE y QG) está regida por la naturaleza de la superficie y las habilidades relativas<br />
del suelo y la atmósfera para transportar calor (Oke, op. cit., 1987a). Es así que las<br />
propiedades físicas del suelo, tales como la admitancia térmica y la capacidad calorífica,<br />
son probablemente las más importantes para la definición del clima local.<br />
1 La superficie ideal considerada aquí es relativamente lisa, horizontalmente homogénea, extensa y opaca a la radiación<br />
(Arya, 1988)
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 15<br />
La convención de signos empleada en la ecuación 1 indica que la radiación neta (Q*) es<br />
positiva cuando hay una ganancia y negativa cuando sea una pérdida. Los flujos noradiativos<br />
dirigidos fuera de la superficie son positivos y, por tanto, los términos en el lado<br />
derecho de la ecuación son positivos cuando representan pérdidas de calor de la superficie<br />
y negativos cuando son ganancias. Cuando ambos lados son positivos, la ecuación describe<br />
cómo el exceso radiativo disponible es repartido hacia los sumideros de energía del sustrato<br />
y atmosférico, situación que es usual durante el día. Cuando ambos lados son negativos, la<br />
ecuación establece cómo el déficit radiativo superficial es repartido entre la ganancia de<br />
calor de las fuentes disponibles del sustrato y atmosféricas, y ésta es la situación nocturna<br />
normal.<br />
Como en la realidad la superficie terrestre muestra heterogeneidades (Arya, op. cit., 1988)<br />
a pequeña escala (como árboles, casas), a mesoescala (diferencias urbano-rurales), a gran<br />
escala (montañas), y también puede ser parcialmente transparente a la radiación (en agua<br />
o cultivos), es más apropiado considerar el balance de energía en un volumen (o capa<br />
finita), donde la energía puede ser almacenada o liberada. Surge entonces el término ΔS,<br />
que es el cambio en el almacenamiento de energía por unidad de tiempo, y que se incorpora<br />
a la ecuación ideal 2:<br />
Q* = QH + QE+ QG + ΔS (2)<br />
El término ΔS resulta de la divergencia o convergencia de flujo de calor sensible y latente<br />
dentro de esta columna de aire, así como de la energía almacenada en la biomasa.<br />
Pero si la superficie en donde se está haciendo el balance energético no es horizontalmente<br />
homogénea (al considerar elementos rugosos, temperaturas superficiales, humedades), o si<br />
el flujo de viento pasa de un tipo de superficie (por ejemplo, suelo seco y desnudo) a otra<br />
climáticamente diferente (cobertura vegetal húmeda), en una distancia relativamente corta<br />
(es decir, el fetch es insuficiente 2 ), la advección horizontal de energía (ΔQA), puede llegar<br />
a ser una componente importante y tiene que ser tomada en cuenta:<br />
Q* = QH + QE+ QG + ΔS + ΔQA (3)<br />
2 El fetch se refiere a una distancia viento arriba con características de superficie uniformes.
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 16<br />
Finalmente, en las atmósferas urbanas se deben considerar otros ingresos a la ecuación del<br />
balance energía, que se refieren a la radiación terrestre que es absorbida por la capa de<br />
smog, más el calor de origen antropogénico (QF; Tejeda, 1996), por lo que la ecuación<br />
resultante es:<br />
ó<br />
Q* + QF = QH + QE + QG + ΔS + ΔQA (4)<br />
Q* + QF = QH + QE+ ΔQS + ΔQA (donde ΔQS = QG + ΔS)<br />
Se ha observado que cada término en la ecuación 4 es diferente dependiendo del área en<br />
estudio. Se puede mencionar entre los primeros estudios en zonas urbanas el de Landsberg,<br />
op. cit., 1981, en el que se comparan las áreas urbanas con las áreas rurales; este estudio se<br />
realizó en Columbia, Maryland, y se observó que la componente QE, en el área rural, en el<br />
período diurno, era grande, comparada al valor del área urbana, que mostró tener valores<br />
muy pequeños; también se observaron fuertes contrastes con el calor almacenado, ΔS, y<br />
por tanto, en la temperatura superficial.<br />
Métodos de Estimación de <strong>Balance</strong> Energético<br />
Atmosférico<br />
Desde principios de los años ochenta del siglo XX, se han realizado progresos en los<br />
métodos e instrumentación, que han hecho posible determinar, de manera individual, los<br />
flujos de calor sensible y calor latente. Antes de esta cuantificación, era necesario<br />
determinar una de las partes del balance de energía (p.e., el flujo de calor latente), como el<br />
residual de los otros. Para la evaluación de los flujos verticales de calor sensible y latente,<br />
existen dos principales aproximaciones: método de covarianza turbulenta y métodos de<br />
perfil (aproximación aerodinámica) y método de balance de razón de Bowen. El sistema<br />
experimental ideal para covarianza turbulenta mide todas las variables directamente, con<br />
precisión y en el mismo punto, usando pequeños sensores con respuesta rápida, y de forma<br />
optimizada para evitar distorsión del flujo. En las siguientes secciones se describen los<br />
métodos para evaluación de flujos verticales de calor.
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 17<br />
Método de Covarianza Turbulenta<br />
Una rápida respuesta en las mediciones de variables de estado, como temperatura (T) y<br />
presión de vapor (e), medidas varias veces con una resolución de 20 veces o más en un<br />
segundo, generan series de tiempo que pueden ser analizadas estadísticamente, sin<br />
embargo, primero se tienen que corregir las series de datos antes de aplicar el método de<br />
covarianza turbulenta. El anemómetro sónico tiene esa capacidad para medir cambios en<br />
las componentes del viento (u, v, w), que acoplado a termopares (para medir T) y a un<br />
higrómetro de krypton (para medir e) se pueden evaluar los términos QH y QE.<br />
Debe aclararse que mientras el sistema de la razón de Bowen puede monitorear aún con<br />
lluvia ligera (la lluvia fuerte o el granizo podrían dañar a los sensores de temperatura), el<br />
anemómetro sónico y el higrómetro de krypton son más susceptibles a la precipitación, aun<br />
no siendo intensa.<br />
Algunas veces los datos presentan valores muy grandes o muy pequeños, los cuales no se<br />
asocian con eventos meteorológicos, sino que más bien se vinculan a errores en los<br />
instrumentos, como pueden ser por ejemplo, choques de insectos en los sensores o fallas<br />
en el voltaje de la fuente de alimentación. Esos valores irregulares se deben eliminar y<br />
reemplazar por información aceptable, mediante un procedimiento conocido como<br />
“acondicionar los datos”, que consiste en aplicar lo siguiente:<br />
1) suprimir la tendencia irregular;<br />
2) quitar los datos erróneos (valores muy grandes o muy pequeños) y;<br />
3) realizar un filtrado y de suavización (al inicio y al final del período erróneo).<br />
Finalmente, al tener una serie “limpia” de errores, se puede aplicar el método de<br />
correlación turbulenta (Stull, 1989).<br />
El primer paso para aplicar el método de correlación turbulenta, consiste en calcular los<br />
valores de las perturbaciones en los datos. Por ejemplo, si tenemos una serie de tiempo de<br />
valores de temperatura potencial (θ), se puede substraer la temperatura media potencial<br />
para cada dato y así obtener las perturbaciones en la serie de tiempo:<br />
[θ’(t), θ’(t+Δt), θ’(t+2Δt), θ’(t+3Δt), ...]
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 18<br />
De manera similar, se encuentra una serie de tiempo de las perturbaciones de la velocidad<br />
en la vertical:<br />
[w’(t), w’(t+Δt), w’(t+2Δt), w’(t+3Δt),...]<br />
Si se multiplican los valores de θ’ y w’ se produce una serie de tiempo de θ’w’:<br />
[w’ θ’(t), w’ θ’(t+Δt), w’ θ’(t+2Δt), w’ θ’(t+3Δt),...]<br />
El promedio de esta serie, w ' ' , es la definición del flujo cinemático turbulento de calor en<br />
la vertical, que explica el intercambio de energía en la superficie (y la generación de<br />
turbulencia térmica).<br />
Una vez que se calculan las series de tiempo de ’, q’, u’, v’, w’, a partir del conjunto de<br />
datos, se puede llevar a cabo una multiplicación y promediado de cantidades, para obtener<br />
flujos [ u 'w'<br />
, w 'q'<br />
, w ' ' ], varianzas [<br />
2<br />
w ' ,<br />
2<br />
q ' ,<br />
2<br />
u ' ,<br />
<br />
2<br />
'<br />
], energía cinética turbulenta<br />
2<br />
[TKE=0.5*( u ' + v '<br />
2 + w '<br />
2<br />
2<br />
), flujos de varianza [ w 'q'<br />
2<br />
, w '' , ' 2 3<br />
u w'<br />
, w ' ], y flujos de<br />
2 2 2<br />
energía [ w' e =0.5* w'<br />
u<br />
' v'<br />
w'<br />
].<br />
Una ventaja de este método consiste en que es simple y directo, y los flujos pueden ser<br />
calculados a cualquier altura o sitio, en donde la serie de tiempo original es medida. Una<br />
desventaja consiste en lo caro que son los sensores utilizados para obtener una rápida<br />
respuesta en las mediciones, ya que, si la respuesta de los sensores es muy lenta, los valores<br />
de los flujos resultan ser incorrectos.<br />
La forma en que el suelo cede calor sensible (QH) a la atmósfera o calor latente de<br />
evaporación (QE) es a través de pequeños remolinos verticales, es decir, turbulencia, de<br />
aquí se obtiene la relación que existe entre flujo de calor sensible QH, y flujos cinemáticos<br />
w ' ' , con las siguientes relaciones (Brook, 1978):<br />
Q<br />
H<br />
<br />
w'<br />
C T '<br />
(6)<br />
P<br />
Por otro lado, los valores de calor específico para el aire, Cp, varía con la humedad,<br />
aproximadamente como:
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 19<br />
<br />
Cp Cpd<br />
1 0. 84q<br />
<br />
(7)<br />
Combinando las ecuaciones 6 y 7 y despreciando los términos de orden superior:<br />
Q<br />
H<br />
<br />
C w'<br />
T'<br />
0.84T w'<br />
q'<br />
(8)<br />
pd<br />
El último término de la ecuación 8 puede causar un cambio de alrededor de un 10% en la<br />
estimación del flujo de calor sensible que, si únicamente se usara el calor específico para<br />
aire seco. La correspondiente expresión para el flujo de calor latente es (Reihl et al., 1978):<br />
Q<br />
E<br />
L<br />
w'q'<br />
(9)<br />
v<br />
<br />
Áreas Fuente de los Sensores de Covarianza Turbulenta<br />
Con frecuencia se ha observado que al medir cada una de las componentes del balance<br />
energético atmosférico, dicho balance no cierra; en otras palabras, que la suma de los flujos<br />
de energía que entran a un sistema no es igual a la suma de los flujos que salen, más lo que<br />
se almacenan (Tejeda op. cit., 1996). Esta es una razón muy importante para analizar si los<br />
instrumentos de medición están colocados de tal manera que el área que monitorean es<br />
similar para cada una de las variables del balance (fig. 3).
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 20<br />
Figura 3: Áreas fuente de los sensores de covarianza turbulenta (QH, QE), radiómetro neto (Q*), calor del suelo (QG), y almacenamiento de<br />
calor en el suelo ( QS).<br />
Algunas de las razones para que no cierre el balance de energía superficial según Oncley<br />
et al., (2002) son: errores en las mediciones, diferentes escalas de medición y áreas fuente<br />
de los flujos, divergencias de flujo, tanto horizontales como verticales, almacenamiento de<br />
energía, especialmente arriba de las medidas de flujo de suelo, condiciones de estado no<br />
estables y terreno heterogéneo.<br />
Para verificar la representatividad espacial de las mediciones, y explicar la fracción de error<br />
inducida por las diferencias entre áreas fuente 3 de los sensores de covarianza turbulenta, es<br />
necesario caracterizar las áreas de influencia para esos instrumentos, de acuerdo a los<br />
métodos propuestos, por ejemplo, por Nava (2003) para el radiómetro neto, y el de Schmid<br />
(1997) para el anemómetro sónico y el higrómetro de krypton; esta caracterización puede<br />
identificar, o al menos puede auxiliar a identificar el posible origen de error en la medición<br />
del balance energético atmosférico.<br />
3 las áreas fuente o áreas de influencia (en inglés source area) se componen del conjunto de elementos que son<br />
muestreados por las estaciones micrometeorológicas. Las dimensiones del área fuente dependen de la altura del<br />
sensor, la aspereza superficial y la dirección del viento.
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 21<br />
Método de Razón de Bowen<br />
En ambientes sin contribución de calor antropogénico (QF) se cumple la ecuación del<br />
balance energético:<br />
Q* = QH + QE + QG (10)<br />
En donde, como ya se describió, QH es la disipación turbulenta de calor sensible de la<br />
superficie hacia la atmósfera; QE, la ganancia o pérdida de calor por condensación o<br />
evaporación; y QG, el flujo de calor almacenado en el suelo. Si se tiene una contribución<br />
energética importante de origen antropogénico se tendrá que agregar al primer término de<br />
la ecuación 10.<br />
El flujo de calor sensible QH, es la energía utilizada para calentar el aire, y se puede estimar<br />
a partir de la siguiente ecuación:<br />
Dónde:<br />
Q<br />
H<br />
dT<br />
KH<br />
vCp<br />
(11)<br />
dz<br />
Cp es el calor específico del aire a presión constante, se puede asumir un valor promedio<br />
con Cp=1.0035 kJ*Kg -1 °C -1 .<br />
<br />
v es la densidad del vapor de humedad.<br />
KH es el coeficiente de transferencia turbulenta, que depende de la velocidad del viento en<br />
la horizontal, la rugosidad aerodinámica de la superficie, la altura de medición y la<br />
estabilidad atmosférica vertical.<br />
Tanto <br />
v como Cp son constantes.<br />
La ecuación anterior puede discretizarse considerando dos mediciones en dos<br />
puntos e introduciendo el concepto de resistencia:<br />
Q<br />
H<br />
<br />
a<br />
<br />
vC<br />
p<br />
Tc<br />
Ta<br />
(12)<br />
r<br />
Donde Ta es la temperatura del aire, Tc es la temperatura en la superficie de intercambio y<br />
ra es la resistencia aerodinámica o resistencia al flujo de calor en la capa límite airesuperficie<br />
entre ambas alturas.
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 22<br />
Por otro lado, el flujo de calor latente QE nos permite estimar la transferencia de energía<br />
calorífica en la forma de calor latente, con la siguiente ecuación:<br />
Q<br />
E<br />
dq<br />
K<br />
wv<br />
(13)<br />
dz<br />
Kw es el coeficiente atmosférico de transferencia de vapor de agua, v<br />
es la densidad del<br />
vapor húmedo, y q, la humedad específica.<br />
La ecuación de balance puede ser simplificada si se introduce la siguiente relación:<br />
Q<br />
Q<br />
H<br />
<br />
(14)<br />
E<br />
Esta es la llamada razón de Bowen (), la que a su vez se puede conocer si se miden la<br />
temperatura ambiente y la presión de vapor a dos alturas (Sargeant y Tanner, 1967; Tanner,<br />
1988). Como puede verse, la relación de Bowen es la relación de los flujos de calores<br />
sensible y latente.<br />
Sustituyendo aproximaciones para el flujo de calor sensible y latente (evapotranspirativo),<br />
y asumiendo que KH = KW, ya que la energía de transferencia es una función de la densidad<br />
del aire para ambos términos. Si se expresa la humedad específica (q) en función de la<br />
presión de vapor (ea) se obtiene la expresión para la relación de Bowen:<br />
Q<br />
Q<br />
H v p<br />
h<br />
p<br />
p a<br />
1 2<br />
<br />
<br />
(15)<br />
e<br />
K C<br />
K<br />
w<br />
<br />
v<br />
v<br />
dT<br />
dz<br />
dq<br />
dz<br />
Donde P es la presión (hPa),<br />
C<br />
v<br />
T<br />
q<br />
v es el calor latente de evaporación (MJ/kg)<br />
<br />
C P T<br />
e<br />
v<br />
a<br />
T<br />
e<br />
CP, es el calor específico del aire a presión constante (MJ/kg ºK)<br />
a<br />
T T<br />
e e<br />
se refiere a la razón del peso molecular del agua/peso molecular del aire seco<br />
T1,2 es la temperatura del aire (ºC) en los niveles 1 y 2<br />
e1,2 es la presión de vapor (hPa) en los niveles 1 y 2<br />
KH y KW son los coeficientes de intercambio turbulento de QH y QE respectivamente<br />
La relación de Bowen se puede estimar usando la siguiente expresión, teniendo dos<br />
mediciones de la temperatura y presión de vapor a dos alturas diferentes:<br />
1<br />
2
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 23<br />
<br />
<br />
T T<br />
e e<br />
1<br />
2<br />
<br />
<br />
1 2<br />
<br />
(16)<br />
Los subíndices indican que las temperaturas (T) y las presiones de vapor (e) son medidos<br />
a dos alturas diferentes (por ejemplo, a 1.0 m y 2.0 m sobre la superficie). De esta manera,<br />
los flujos de calor sensible y evaporativo pueden ser derivados si la energía disponible (QH)<br />
puede ser medida. Existen sistemas de adquisición automática de datos para estimar<br />
directamente , que consisten en determinar la temperatura del aire y la presión de vapor a<br />
dos alturas distintas.<br />
Si se tienen mediciones de Q* (con el radiómetro neto, que consiste en dos sensores de<br />
radiación dispuesto, horizontalmente, uno mirando al cielo y el otro mirando al suelo) y<br />
QG (mediante placas sensoras que midan los flujos de calor en el suelo), se pueden despejar<br />
las incógnitas QH y QE y así tener todas las componentes de la ecuación 1.
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 24<br />
ESTUDIOS DE BALANCE DE<br />
ENERGÍA ATMOSFÉRICO EN<br />
CIUDADES<br />
En este capítulo se presentan estudios de balances de energía realizados al interior de<br />
<strong>ciudades</strong>, orientados de manera particular a la capa de dosel urbano. El enfoque es muy<br />
básico, fundamentado en las ecuaciones 1 o 2, comentadas en párrafos anteriores. La idea<br />
fundamental es presentar en forma esquemática, secuencialmente ordenada en el tiempo,<br />
las diversas investigaciones que se han realizado alrededor de <strong>ciudades</strong> del mundo, en el<br />
que mediante, ya sea el método de covarianza turbulenta, o método de razón de Bowen, se<br />
han medido algunas componentes del balance energético, mientras que algunas otras<br />
componentes se han estimado o parametrizado a partir de algunas relaciones propuestas.<br />
En la medida de lo posible se incluyen la cobertura del suelo o uso el suelo alrededor del<br />
lugar de medición, lo que permitirá realizar la discusión en torno al papel que juegan estos<br />
materiales en la partición de flujos de energía.<br />
Aunque las campañas, aquí documentadas, que miden el balance de energía, son muy<br />
localizadas, y de ninguna manera representan a las <strong>ciudades</strong> completas y sus alrededores,<br />
estas campañas sirven para monitorear algunas partes del mosaico que constituyen la<br />
ciudad, principalmente para entender el impacto del crecimiento urbano y la modificación<br />
en el uso del suelo sobre el clima. Este es el primer paso necesario para la modelación del<br />
balance de energía atmosférico (Ross y Oke, 1988), o de otros elementos del clima urbano,<br />
como: a) la intensidad de la isla de calor urbano, que ha sido simulada por muchos autores,<br />
siendo los primeros, Myrup (1969), Johnson et al., (1991) y Oke et al. (1991), basados en<br />
datos de balance de energía; b) para modelar la circulación de vientos locales urbanos,<br />
p.e., Sievers y Zdunkowski (1986) y Kerschgens y Kraus (1990) que reconocen que es<br />
necesario estimar flujos de calor y de agua; c) otros autores como Richiardone y Brusaca<br />
(1989) usan el calor sensible turbulento (su variación diurna y la diferencia entre puntos<br />
urbanos y rurales) para lograr lo anterior, además de la estabilidad atmosférica vertical y<br />
el tamaño de la ciudad. Para la ciudad de México, Jazcilevich et al. (2000), mencionado<br />
por Tejeda y Jáuregui (2005) usaron parámetros de la ecuación de balance de energía para
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 25<br />
generar la evolución histórica de temperatura del aire en la capa de dosel en términos de la<br />
evolución de la expansión urbana y la planificación de la parte oriental de la ciudad.<br />
Como se mencionó anteriormente, los estudios aquí referidos se orientan a la capa límite<br />
urbana, principalmente a la capa de dosel urbana, en algunos puntos de varias <strong>ciudades</strong> del<br />
mundo. Para realizar estudios de balance de energía o de estabilidad atmosférica, se debe<br />
de monitorear el espesor de las capas que se desea analizar. No existe una sola respuesta<br />
porque cada capa, o sub-capa, es de importancia intrínseca en el conocimiento de los<br />
procesos físicos de la atmósfera. Por ejemplo, la capa superficial puede ser bastante<br />
profunda como para visualizar la difusión de contaminantes en la atmósfera local, pero la<br />
dispersión de polvo del desierto o cenizas de una erupción volcánica va más allá de la capa<br />
límite planetaria.<br />
Los instrumentos de medición constituyen otra fuente de restricción. Medir el balance de<br />
energía es factible con imágenes de satélite, pero para detalles es mejor hacer mediciones<br />
directas de las componentes del balance de energía. Si se dispone de suficientes sensores<br />
como para hacer mediciones de flujos de energía verticales y horizontales, es posible<br />
cuantificar el balance en cañones urbanos; el primer trabajo relacionado con este tema fue<br />
el de Núñez y Oke (1977), que usó instrumentos conectados a graficadoras de tinta, para<br />
mediciones en un cañón urbano en una calle que tenía 7.5 m de ancho, limitado por<br />
edificios de 5 m de alto; se utilizaron 16 radiómetros (para medir radiación solar y<br />
terrestre), 1 lisímetro, 7 radiómetros netos (para medir radiación neta), y 8 termómetros.<br />
Además, cuantificaron el papel que desempeñan los materiales y la orientación de las<br />
paredes, la cobertura superficial de la calle (en este caso hierba corta), y el ancho y altura<br />
del cañón urbano. Estudios como el anterior son muy completos, pero además complejos,<br />
por lo que no han proliferado, sin embargo, establecieron la base para la formulación<br />
teórica del problema. Algunas campañas de medición, realizadas en Israel a fines del siglo<br />
XX, y principios del siglo XXI, han medido perfiles verticales de viento, temperatura y<br />
radiación, dentro y arriba de cañones urbanos (Pearlmutter et al. 1999), y en Suiza,<br />
mediante el Experimento de Capa Límite Urbana de Basel (BUBBLE, por sus siglas en<br />
inglés) ha habido también una serie de mediciones muy importantes (Rotach, 2005;<br />
Christen et al., 2003, Roth et al., 2003).
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 26<br />
La utilización de sensores remotos ha posibilitado hacer estudios de balance energético<br />
superficial, con lo que se ha logrado estimar algunos flujos energéticos a gran escala (Iino<br />
y Hoyano, 1996; Yang, 2000), pero las variaciones en usos del suelo, por ejemplo, en el<br />
área urbana de San Luis, Missouri (Ching, 1985), ha demostrado que las medidas del flujo<br />
de calor sensible pueden ser sustancialmente diferentes a las obtenidas en mediciones<br />
puntuales hasta en un factor de 2 a 6, mientras que Schmid, op. cit., 1991, observó<br />
variaciones en QH de ±40% en distancias de 100 a 1000 m.<br />
Solamente cuando se aplican a regiones homogéneas (agrícolas o con vegetación nativa)<br />
se producen estimaciones razonables de las densidades de flujo de calor sensible y calor<br />
latente en la capa superficial, para casos en que no hay advección (Xinmei et al., 1993).<br />
Los comentarios anteriores implican que estas técnicas no es posible usarlas en cortas<br />
distancias de una ciudad por la diversidad de usos del suelo, por lo que la medición de las<br />
componentes del balance in situ es más apropiada para evaluar los flujos energéticos en el<br />
sistema suelo-atmósfera. Además, las mediciones puntuales son útiles para calibraciones<br />
de mediciones con sensores remotos, ya sea de vuelos en avión o imágenes de satélite.<br />
Para el estudio del balance energético, en esta revisión se ha utilizado el enfoque propuesto<br />
por Oke, op. cit. (1988), en el que los flujos se han evaluado en un volumen imaginario<br />
(véase figura 2), en el que el límite superior se ha puesto arriba del nivel del techo, y su<br />
base en un espesor del suelo donde los intercambios de energía son muy pequeños, o<br />
realmente no significativos en la escala de tiempo de consideración, lo que nos restringe a<br />
la capa de dosel urbano. Este punto de vista tiene la ventaja de poder evaluar cada uno de<br />
los flujos energéticos, a excepción del flujo de calor del suelo, que como veremos más<br />
adelante generalmente se estima como el residual de los otros flujos.<br />
Así que, brevemente, en esta revisión la evaluación del balance energético suelo-atmósfera<br />
se ha realizado en el tope del dosel urbano, es decir, de unos 10 a 20 metros sobre la azotea<br />
de los edificios, o en alturas aún mayores, a excepción de campañas de mediciones<br />
documentadas en algunas áreas rurales y áreas con vegetación, donde se monitorea la capa<br />
límite rural.<br />
Se describen en secciones independientes los estudios de balance de energía atmosférico<br />
para <strong>ciudades</strong> (sub)tropicales y para <strong>ciudades</strong> de latitudes medias, partiendo del hecho de
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 27<br />
que los cambios en el uso del suelo, la vegetación y la morfología superficial son diferentes<br />
y de que, por tanto, los procesos que conducen a la partición de energía no son iguales.<br />
Estudios de <strong>Balance</strong> de Energía en Ciudades Tropicales<br />
El primer trabajo realizado en torno a este tema fue el desarrollado por Oke et al. (1992)<br />
basado en mediciones realizadas para la ciudad de México en 1985. De esa fecha hasta hoy<br />
se han publicado alrededor de catorce estudios, tanto en lenguaje inglés como en español<br />
(Tabla 1). No solamente se citan estudios publicados en revistas con factores de impacto,<br />
sino también los conseguidos en reportes técnicos y tesis.<br />
Cuadro 1 Resumen de estudios de balance de energía en <strong>ciudades</strong> tropicales (subtropicales). QH es densidad de flujo de calor sensible, QE<br />
densidad de flujo de calor latente, ΔQS densidad de flujo de calor almacenado. CT: técnica de medición de Covarianza Turbulen<br />
Ciudad, País<br />
Ciudad de<br />
México,<br />
México<br />
Tucson,<br />
Arizona,<br />
EE. UU.<br />
Ciudad de<br />
México,<br />
México<br />
Ciudad de<br />
México,<br />
México<br />
Miami,<br />
Florida,<br />
EE. UU.<br />
Latitud/Longitud<br />
/<br />
Altitud (msnm)<br />
19°25’ N<br />
99°10’ W<br />
2250<br />
32°07’ N<br />
110°56’ W<br />
776<br />
19°25’ N<br />
99°10’ W<br />
2250<br />
19°25’ N<br />
99°10’ W<br />
2250<br />
25°44’ N<br />
80°22’ W<br />
2<br />
Periodo medición<br />
(días medidos)<br />
3/Febrero al<br />
31/Marzo/1985<br />
(56)<br />
10-23/Junio/1990<br />
(13)<br />
1-7/Diciembre/<br />
1993<br />
(7)<br />
16-19/Mayo,<br />
28/Junio al<br />
3/Julio/1995<br />
(10)<br />
13/Mayo al<br />
21/Junio/1995<br />
Referencia<br />
Oke et al.,<br />
1992<br />
[68]<br />
Grimmond y<br />
Oke, 1995<br />
[26]<br />
Oke et al.,<br />
1999<br />
[69]<br />
Barradas et<br />
al., 1999<br />
[6]<br />
Grimmond y<br />
Oke, 1999;<br />
Comentarios<br />
Temporada: cálido seco.<br />
Sitio: Tacubaya.<br />
Método: CT<br />
Q H medido; ΔQ S calculado<br />
como residual; Q E<br />
parametrizado.<br />
Temporada: cálido con<br />
lluvias de verano.<br />
Sitio: Residencial.<br />
Método: CT.<br />
Q H y Q E parametrizados.<br />
ΔQ S calculado como<br />
residual.<br />
Temporada: período frío<br />
seco.<br />
Sitio: Palacio de Minería.<br />
Método: CT.<br />
Q H y Q E parametrizados.<br />
ΔQ S calculado como<br />
residual.<br />
Temporada: fin del período<br />
seco e inicio del período<br />
húmedo.<br />
Sitio: UNAM (suburbano con<br />
vegetación).<br />
Método: Razón de Bowen.<br />
Temporada: período cálido y<br />
húmedo.
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 28<br />
Ciudad de<br />
México,<br />
México<br />
Mexicali,<br />
México<br />
Néguev,<br />
Israel<br />
Ouagadougo<br />
u, Burkina<br />
Faso, Sahel<br />
Puebla,<br />
México<br />
Ciudad de<br />
México,<br />
México<br />
Cairo, Egipto<br />
19°25’ N<br />
99°10’ W<br />
2250<br />
32°37’ N<br />
115°26’ W<br />
5<br />
30º 50’ 00” N<br />
34º 40’ 00” E<br />
475<br />
12°22’ N<br />
1°31’ W<br />
300<br />
19°03’ N<br />
98°12’ W<br />
2160<br />
19º 24’ 00” N<br />
99º 10’ 00” W<br />
2240<br />
30º 01’ 33” N<br />
31º 12’ 27” E<br />
22<br />
(40) Newton et al.,<br />
2007<br />
1-14/Diciembre/<br />
1998<br />
(14)<br />
18-22/Marzo/<br />
2001<br />
(5)<br />
10-19/Julio/2001<br />
(10)<br />
Febrero/2002 a<br />
Enero/2003<br />
(360)<br />
1-7/Abril/2003<br />
(8)<br />
17-30/Marzo/<br />
2006<br />
(14)<br />
20/Noviembre/<br />
2007 a<br />
20/Febrero/2008<br />
(93)<br />
[28], [55]<br />
Tejeda-<br />
Martínez y<br />
Jáuregui,<br />
2005<br />
[91]<br />
García-Cueto<br />
et al., 2003<br />
[20]<br />
Pearlmutter et<br />
al., 2005<br />
[73]<br />
Offerle et al.,<br />
2005<br />
[58]<br />
Molina, 2013<br />
[50]<br />
Velasco et al.,<br />
2011<br />
[94]<br />
Frey et al.,<br />
2011<br />
[18]<br />
Sitio: complejo residencial<br />
de 1 nivel.<br />
Método: CT.<br />
Q H y Q E medidos; ΔQ S<br />
calculado como residual.<br />
Período frío seco.<br />
Sitio: Escuela Preparatoria<br />
No. 7<br />
Método: CT.<br />
Q H y Q E medidos; ΔQ S<br />
calculado como residual.<br />
Temporada de primavera.<br />
Sitio: zona educativa,<br />
residencial y comercial<br />
Método: CT.<br />
Q*, Q H y Q E medidos; ΔQ S<br />
calculado como residual.<br />
Temporada: periodo de<br />
verano; clima cálido, árido y<br />
seco.<br />
Sitio: Mediciones in situ en<br />
un modelo físico a escala,<br />
construido en el exterior para<br />
simular las condiciones de<br />
interacción urbana con la<br />
atmósfera.<br />
Método: CT.<br />
Q*, Q H y Q E medidos; ΔQ S<br />
calculado como residual.<br />
Temporada: periodo seco.<br />
Sitio: Distrito Central de<br />
Negocios, periferia urbana y<br />
residencial.<br />
Método: CT.<br />
Q H y Q E medidos.<br />
ΔQ S se calculó por modelado.<br />
Temporada: período seco<br />
cálido<br />
Sitio: Residencial, comercial.<br />
Método: CT.<br />
Q*, Q H y Q E medidos; ΔQ S<br />
calculado como residual.<br />
Temporada: Periodo cálido.<br />
Sitio: zona comercial urbana,<br />
residencial y comercial de la<br />
ciudad de México; en azotea<br />
de un edificio.<br />
Método: CT.<br />
Q*, Q H y Q E medidos; ΔQ S<br />
calculado como residual.<br />
Temporada: Periodo de<br />
invierno. Región de clima<br />
árido.<br />
Sitio: 3 sitios representativos<br />
de la región (urbano,
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 29<br />
Phoenix-<br />
Arizona,<br />
EE. UU.<br />
Sao Paulo,<br />
Brasil<br />
33º 26’ 00” N<br />
112º 04’ 00” W<br />
331<br />
22º 07’ 47” S<br />
51º 24’ 31” W<br />
425<br />
Diciembre 2011-<br />
Febrero 2012;<br />
Mayo-Agosto,<br />
2012<br />
(214)<br />
11/Junio a<br />
31/Octubre/2012<br />
(143)<br />
Chow et al.,<br />
2012<br />
[12]<br />
Barboza y<br />
Machado,<br />
2015<br />
[7]<br />
suburbano agrícola y<br />
suburbano desierto). En el<br />
urbano, sobre el techo de un<br />
edificio céntrico.<br />
Método: CT.<br />
Q*, Q H y Q E medidos<br />
Temporada:<br />
Tres<br />
temporadas, típicas del clima<br />
local (invierno, pre-monzón<br />
y monzón).<br />
Sitio: ciudad de clima cálido<br />
y árido dentro de un sitio<br />
residencial suburbano.<br />
Método: CT.<br />
Q*, Q H y Q E medidos; ΔQ S<br />
calculado como residual.<br />
Temporada: verano con<br />
clima seco<br />
Sitio: realiza mediciones en 6<br />
sitios urbanos y suburbanos<br />
de la región oeste de Sao<br />
Paolo.<br />
Método: CT.<br />
Q*, Q H y Q E medidos; ΔQ S<br />
calculado como residual.<br />
De la tabla 1 se observa que el 50% de los estudios realizados en <strong>ciudades</strong> (sub)tropicales<br />
se han hecho en <strong>ciudades</strong> de México, y más del 70% de ellos en la ciudad de México;<br />
solamente dos de ellos, el de Mexicali y el de Puebla, fuera de esa gran urbe. Destaca<br />
también el hecho de que solo un estudio, de esos 14 mencionados en la tabla 3, se ha<br />
realizado en el Polo sur, específicamente en Sao Paulo, Brasil; para el continente africano<br />
se han realizado dos estudios, el primero de ellos en Ouagadougou, Burkina Faso, y el<br />
segundo en El Cairo, Egipto. En el continente asiático se ha realizado el estudio de BEA<br />
para la ciudad de Néguev, Israel. Las <strong>ciudades</strong> de Tucson, Miami y Phoenix figuran entre<br />
las <strong>ciudades</strong> sureñas de Estados Unidos que también han realizado estudios de BEA.<br />
Tal y como se aprecia de la tabla 1, la temporada, y oportunidad, en la que se realizaron las<br />
mediciones fue diferente para cada ciudad, al igual que el uso del suelo y tiempo en días<br />
de cada campaña de medición. A excepción del experimento realizado por Barradas, et al.,<br />
1999, en que utilizó el método de razón de Bowen, en todas las demás <strong>ciudades</strong> se utilizó<br />
el método de covarianza turbulenta. En lo que respecta a los flujos de calor, en la mayoría
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 30<br />
de los experimentos, se midió Q*, QH y QE, y se estimó como residual a ΔQS. Vale la pena<br />
comentar que QE se parametrizó solamente en el estudio de Oke et al., (1992).<br />
En la tabla 2 se presenta la instrumentación utilizada, e información complementaria, tal<br />
como la compañía manufacturera y la altura a la que estuvieron posicionados los<br />
instrumentos durante las campañas de medición realizadas.<br />
Cuadro 2 Instrumentación, compañía manufacturera y altura de posicionamiento de los instrumentos en las campañas de medición de balance de<br />
energía atmosférico en las <strong>ciudades</strong> (sub)tropicales. Fabricante: CS-Campbell Scientific; K&Z-Kippen and Zonnen.<br />
Ciudad, País (año y mes<br />
de experimento)<br />
[referencia]<br />
Ciudad de México, México<br />
(1985, Feb-Marzo)<br />
[68]<br />
Instrumentación<br />
• Anemómetro sónico y termopares (CA27)<br />
• Radiómetro neto (S1net)<br />
Fabricante<br />
Altura<br />
de<br />
Instrum<br />
entos<br />
(m)<br />
CS<br />
Swissteco 28<br />
Tucson, AZ, EE. UU.<br />
(1990, Jun.)<br />
[26]<br />
Ciudad de México, México<br />
(1993, Dic.)<br />
[69]<br />
Ciudad de México, México<br />
(1995, May-Jul.)<br />
[6]<br />
Miami, Florida, EE. UU.<br />
(1995, May.-Jun.)<br />
[28;55]<br />
Ciudad de México, México<br />
(1998, Dic.)<br />
[91]<br />
Mexicali, México<br />
(2011, Marzo)<br />
[20]<br />
Negev, Israel<br />
(2001, Jul.)<br />
[73]<br />
• Anemómetro sónico y termopares (CA27)<br />
• Higrómetro de krypton (KH20)<br />
• Radiómetro neto(S1net)<br />
• Sensor de humedad y temperatura (MP100H)<br />
• Anemómetro y veleta (Met-One 012A;024A)<br />
• Radiómetro neto (S1net)<br />
• Anemómetro sónico y termopares (CA27)<br />
• Sensor de temperatura IR (Everest 4000L)<br />
• Radiómetro neto (REBS Q6)<br />
• Placas de flujo de calor en suelo (HFT-1)<br />
• Sensor de punto de rocio (DEW-10)<br />
• Anemómetro y veleta (03001 RM)<br />
• Adquisitor de datos (21X)<br />
• Pirgeómetro (PIR Eppley)<br />
• Radiómetro neto (REBS Q6)<br />
• Anemómetro sónico (Windmaster-3D)<br />
• Anemómetro (---)<br />
• Higrómetro de krypton (KH20)<br />
• Sensor de humedad y temperatura (HMP 35C)<br />
• Radiómetro neto (REBS Q7-1)<br />
• Anemómetro sónico (--- )<br />
• Higrómetro de krypton (KH20)<br />
• Adquisitor de datos (21X)<br />
• Radiómetro neto (REBS Q*7-1)<br />
• Anemómetro sónico (CSAT3)<br />
• Higrómetro de krypton (KH20)<br />
• Radiómetro neto (REBS Q7-1)<br />
• Radiómetro neto (CNR1)<br />
• Anemómetro sónico 3D (---)<br />
CS<br />
CS<br />
Swissteco<br />
Rotronics<br />
Met One Instruments<br />
Swissteco<br />
CS<br />
EnviroTherm<br />
CS<br />
CS<br />
General Eastern, Usa<br />
RM Young<br />
CS<br />
Eplab<br />
CS<br />
Gill Instruments<br />
RM Young<br />
CS<br />
CS<br />
CS<br />
CS<br />
CS<br />
CS<br />
CS<br />
CS<br />
CS<br />
CS<br />
K&Z<br />
MeTech USA-1<br />
25.6<br />
28<br />
2.25<br />
10<br />
18<br />
19<br />
0.7 - 1.4<br />
*escala
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 31<br />
Ouagadougou, Burkina Faso,<br />
Sahel<br />
(Feb. 2002-Ene.,2003)<br />
[58]<br />
Puebla, México<br />
(2003, Abr.)<br />
[50]<br />
Ciudad de México, México<br />
(2006, Marz)<br />
[94]<br />
Cairo, Egipto<br />
(Nov.,2007-Feb., 2008)<br />
[18]<br />
Phoenix- Arizona, EE. UU.<br />
(Dic., 2011-Agt.,2012)<br />
[12]<br />
Sao Paolo, Brasil<br />
(2012, Jun.-Oct)<br />
[7]<br />
*CS-Campbell Scientific, K&Z-Kipp & Zonnen<br />
• Analizador de gas IR H2O/CO2 (LI-7500) CS-Li Cor<br />
• Piranómetro (LI-200SA)<br />
Licor<br />
• Radiómetro neto (Q7.1)<br />
CS<br />
• Termopares IR (IRTC OS36)<br />
Omega<br />
• Sensor de temperatura IR (Raytek CI y TC)<br />
Raytek<br />
• Anemómetro sónico (81000)<br />
RM Young.<br />
• Higrómetro de krypton (KH20)<br />
CS<br />
• Sensor de humedad y temperatura (MP100H) Rotronics<br />
• Radiómetro neto (Q7.1)<br />
• Anemómetro sónico (CA27)<br />
• Higrómetro de krypton (KH20)<br />
• Adquisitor de datos (21X)<br />
• Radiómetro neto (CNR1)<br />
• Analizador de gas IR H2O/CO2 (OP.2 IRGA)<br />
• Anemómetro sónico (SAT I3K)<br />
• Radiómetro neto (CNR1)<br />
• Anemómetro sónico 3D (CSAT3)<br />
• Analizador de gas IR H2O/CO2 (LI-7500)<br />
• Piranómetro (CM22)<br />
• Pirgeómetro (CG4)<br />
• Anemómetro sónico (CSAT3)<br />
• Analizador de gas IR H2O/CO2 (LI-7500)<br />
• Termohigrómetro (HMP4SAC)<br />
• Radiómetro neto (NR01)<br />
• Radiómetro neto (NR-Lite 2)<br />
• Termohigrómetro (HC2S3)<br />
• Adquisitor de datos (CR3000)<br />
• Pirgeómetro (PG4)<br />
• Anemómetro sónico 3D (CSAT3)<br />
CS<br />
CS<br />
CS<br />
CS<br />
K&Z<br />
AppliedTechnologie<br />
Inc<br />
ADC BioScientific<br />
K&Z<br />
CS<br />
Li Cor<br />
K&Z<br />
K&Z<br />
CS<br />
Li Cor<br />
Vaisala<br />
Hukseflux<br />
K&Z<br />
CS<br />
CS<br />
K&Z<br />
CS<br />
18<br />
21<br />
42<br />
27<br />
22<br />
3<br />
En la mayoría de los casos, los sitios en los que se han realizado mediciones son<br />
predominantemente residenciales con casas de uno a dos pisos y algo de vegetación<br />
alrededor de los edificios. Una excepción es el centro de la ciudad de México,<br />
específicamente en el Palacio de Minería. Ningún estudio toma en cuenta la contribución<br />
antropogénica de calor (por automóviles, aire acondicionado, etc.), y buena parte de las<br />
observaciones se han realizado en el período seco, con cielo mayormente despejado,<br />
excepto en los casos de Miami y Tucson que se realizaron a principios del período húmedo,<br />
en el caso de la primera ciudad, y cuando el monzón está en su apogeo, en el caso de la<br />
segunda ciudad.<br />
Para tener una idea de la repartición de energía neta, se presenta un ensamble (promedio<br />
horario) de los flujos del balance de energía para algunas <strong>ciudades</strong> tropicales. Al no tener
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 32<br />
acceso a la base de datos se ha recurrido al copy-paste (copiado-pegado) a partir de los<br />
estudios originales de distintos autores; lo anterior tiene dos limitaciones: 1) la calidad de<br />
la figura(s) difiere considerablemente, y 2) no todos los artículos consultados tienen este<br />
ensamble de flujos. La segunda limitación, no así la primera, fue subsanada al presentar en<br />
una tabla un promedio de los flujos normalizados por la radiación neta.<br />
Comparando los flujos de energía para los cinco lugares de la ciudad de México en los que<br />
se han realizado mediciones, se puede observar qué tanto de la partición de energía depende<br />
de las características del lugar. En el caso de Tacubaya se midió una considerable cantidad<br />
de flujo de calor latente, ya que este sitio se localiza en un área cuyo de uso de suelo es<br />
residencial, comercial e industrial con algo de vegetación (fig. 4); en un área densamente<br />
construida, como es el Palacio de Minería, con muy poca vegetación, el flujo de calor<br />
almacenado está por encima del flujo de calor sensible, como resultado de una alta inercia<br />
térmica, provocado por los alrededores del lugar (fig. 5). En el caso del sitio suburbano con<br />
vegetación (UNAM), el flujo de calor latente domina al flujo de calor sensible, mientras<br />
que el almacenamiento de calor no es importante (fig. 6). La Escuela Preparatoria No. 7,<br />
ubicada en un área urbana de alta densidad, con edificios de tres a cuatro pisos, con suelo<br />
pavimentado en un 90%, y casi sin vegetación, presenta un flujo de calor diario, similar al<br />
Palacio de Minería, no solamente porque ambas campañas fueron realizadas en un mes frío<br />
seco (diciembre), sino porque las áreas de influencia de los sensores están carentes de<br />
vegetación (fig. 7); el flujo de energía para evaporación no fue mayor al 20%, mientras que<br />
el valor nocturno del calor almacenado en la superficie es sobresaliente.
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 33<br />
Figura 4 BEA en la baja atmósfera en 15 días despejados del 3 de febrero al 31 de marzo de 1985 en el sitio de Tacubaya de la ciudad de<br />
México, México. Tomada de Tejeda-Martínez y Jáuregui, 2005.<br />
Figura 5 BEA en la baja atmósfera el 3 de diciembre de 1993 en el sitio del Palacio de Minería de la ciudad de México, México. Tomada de<br />
Tejeda-Martínez y Jáuregui, 2005.
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 34<br />
Figura 6 BEA en la baja atmósfera el 1 de julio de 1995 en el sitio de UNAM (reserva suburbana con vegetación) de la ciudad de México,<br />
México (día parcialmente nublado). Tomada de Tejeda-Martínez y Jáuregui, 2005.<br />
Figura 7 BEA en la baja atmósfera del 10 al 23 de junio de 1990 en un Preparatoria No. 7 de la ciudad de México, México. Tomada de<br />
Tejeda-Martínez y Jáuregui, 2005.
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 35<br />
En las dos <strong>ciudades</strong> con clima árido seco, Mexicali y Tucson, tal y como se esperaba, el<br />
flujo de calor sensible, QH, muestra magnitudes grandes durante el período diurno (figuras<br />
8 y 9). El hecho de que haya una proporción mayor de vegetación, y tal vez riego para<br />
mantener el verdor de las especies arbóreas y césped, causa valores relativamente grandes<br />
de calor latente, QE, hasta las primeras horas de la tarde en Tacubaya en la ciudad de<br />
México, lo que reduce la cantidad de energía disponible para almacenamiento, comparado<br />
con, por ejemplo, para la ciudad de Mexicali.<br />
Figura 8 BEA en la baja atmósfera del 18 al 22 de marzo de 2001 en el sitio del Instituto de Ingeniería de la UABC de la ciudad de<br />
Mexicali, México. Tomada de García-Cueto et al., 2003.
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 36<br />
Figura 9 BEA en la baja atmósfera del 10 al 23 de julio de 2001 en un sitio suburbano de Tucson, AZ, EE. UU. Tomada de Grimmond y<br />
Oke, 1995.<br />
En cuanto a la ciudad de Ouagadougou, Burkina Faso (fig. 10), los flujos de energía<br />
importantes son el de calor sensible y el calor almacenado; debido a la cobertura de árboles,<br />
aproximadamente un 10% de la superficie activa, el flujo de calor latente es significativo<br />
por lo que no puede ignorarse.<br />
Figura 10 BEA en la baja atmósfera del 8 al 20 de febrero de 2003 en un sitio urbano residencial de la ciudad de Ouagadougou, Burkina<br />
Faso. Tomada de Offerle et al., 2005.<br />
En la ciudad de Miami el balance de energía (fig. 11), como veremos posteriormente, es<br />
similar al de climas templados; el flujo dominante de calor es el sensible, que alcanza un
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 37<br />
valor máximo entre las 12 y las 14 horas, y a pesar de ser un lugar tropical húmedo, el flujo<br />
de calor latente es más pequeño de lo que podría esperarse, tal vez por la reducida<br />
evaporación que es provocada por el déficit de presión de vapor.<br />
Figura 11 BEA en la baja atmósfera del 13 de mayo al 21 de junio de 1990 en un sitio suburbano de la ciudad de Miami, FL, EE. UU.<br />
Tomada de Newton et al., 2007.<br />
Para el caso de Néguev, Israel, debido a sus condiciones consistentemente áridas el flujo<br />
de calor latente (QE) es ignorado; QS y QH presentan valores parecidos con un desfase<br />
diurno, lo que es particularmente parecido con la ciudad de Mexicali, México (fig. 12).<br />
Figura 12 BEA en la baja atmósfera del 10 al 19 de junio de 2001 en Néguev, Israel. Tomada de Pearlmutter et al., 2005.
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 38<br />
Para la ciudad de Puebla, México, prevalecen los flujos de calor sensible y el<br />
almacenamiento de calor en el suelo, con los valores más pequeños para el flujo de calor<br />
latente (fig. 13).<br />
Figura 13 BEA en la baja atmósfera del 1 al 7 de abril de 2003 en un sitio urbano comercial-residencial de la ciudad de Puebla, México.<br />
Tomada de Molina, 2013.<br />
Para la ciudad de Phoenix, AZ, todos los flujos muestran distintas variaciones estacionales<br />
con las magnitudes más grandes en los meses de verano (pre-monzón y monzón, fig. 14).<br />
La mayor parte de la energía diurna se reparte en QS, seguida de QH y QE. Se observa un<br />
cambio de fase, mucho después del mediodía cuando QH > QS, comparando el invierno<br />
vs verano, lo que es indicativo de condiciones turbulentas más grandes durante el verano.
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 39<br />
Figura 14 Promedios estacionales de BEA en la baja atmósfera entre los años 2011-2013 en un sitio suburbano de la Phoenix, AZ, EE.<br />
UU. Tomada de Chow et al., 2012.<br />
En todas las estaciones se observa que QH es negativo en las noches, lo que es indicador<br />
de condiciones neutras/estables en ese período. Dadas las características áridas del sitio se<br />
tienen bajos valores de QE, que se incrementan ligeramente durante los meses de verano,<br />
sobre todo en el período del monzón. Cuando se compara con otros lugares secos (Roth,<br />
2007) los datos de QE son relativamente altos, a pesar de la superficie árida y bajas<br />
condiciones de humedad del suelo. Este resultado sugiere un fuerte efecto de oasis urbano<br />
a escala local, debido probablemente a la evapotranspiración integrada de micro-escala<br />
desde los jardines con césped y especies de árboles no nativas.<br />
En todas las figuras mostradas de las diferentes <strong>ciudades</strong> (sub)tropicales se muestra un<br />
patrón de histéresis entre Q* y QH, con un QH realzado por la tarde, respecto al que se<br />
presenta por la mañana. Es claro que QE varía ampliamente en función de la disponibilidad<br />
de humedad en la superficie, que a su vez depende de la vegetación y de la irrigación para<br />
mantener las áreas verdes.
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 40<br />
En la tabla 3 se documentan los resultados de los flujos de energía en la baja atmósfera en<br />
las <strong>ciudades</strong> (sub)tropicales, normalizados por la radiación neta (Q*), así como, para cada<br />
sitio de medición de cada ciudad estudiada, información sobre uso y cobertura del suelo,<br />
alrededor del lugar de medición. La razón de usar flujos normalizados es para eliminar el<br />
efecto de las diferencias en la radiación neta y con lo anterior realizar una comparación de<br />
los demás flujos energéticos.<br />
De manera general se observa que para la ciudad densamente urbanizada de México, y<br />
<strong>ciudades</strong> ubicadas en zonas áridas, Mexicali y Tucson, prácticamente carentes de<br />
vegetación, la razón de QH/Q* es mayor, comparada con QE/Q*, que se refleja en valores<br />
grandes de razón de Bowen (última columna de la tabla 3). Aunque esta relación parece<br />
clara, no hay una relación lineal entre el área construida, la morfología urbana y el potencial<br />
de calentamiento directo del aire. Parece probable que, mientras que en general QH/Q* se<br />
incrementa con la fracción de la superficie cubierta por superficies construidas o<br />
impermeables, cualesquier relación está modulada por la disponibilidad de agua, y por<br />
tanto el cociente de QE/Q*, y la eficiencia de almacenamiento en el suelo, lo que tiene que<br />
ver con la razón de QS/Q*.
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 41<br />
Cuadro 3 Uso del suelo/cobertura del suelo y flujos de energía, normalizados por Q*, para las <strong>ciudades</strong> (sub)tropicales.<br />
Ciudad, País (año y mes)<br />
[Referencia]<br />
(Uso de suelo/Cobertura de suelo)<br />
Ciudad de México, México<br />
(1985, Feb-Marzo)<br />
[68]<br />
Urbano. Área mixta de zonas residenciales,<br />
comerciales e industriales; rodeado de<br />
edificios de 5m de altura en promedio;<br />
cobertura de suelo con áreas verdes 23%,<br />
pavimento 16%, techos de edificios 23%, y<br />
cañones urbanos 38%.<br />
Tucson, AZ, EE. UU.<br />
(1990, Jun.)<br />
[26]<br />
Suburbano. Residencias de un solo nivel,<br />
paisaje seco, vegetación da bajo uso de<br />
agua. Construcciones 20.7%, pavimentos<br />
37.0, lotes baldíos 17.5%, árboles y arbustos<br />
12%, pastos sin irrigación 12.9%.<br />
Ciudad de México, México<br />
(1993, Dic.)<br />
[69]<br />
Oficinas gubernamentales, museos, iglesias,<br />
oficinas de correos, educativa y comercial.<br />
Edificios piedra o concreto con techos de<br />
concreto, brea, lámina y tejas. Calles de<br />
concreto, asfaltadas, superficies con<br />
azulejos, adoquín y losas.<br />
Ciudad de México, México<br />
(1995, May-Jul.)<br />
[6]<br />
Mediciones realizadas en una zona urbana<br />
rodeada de vegetación. La cobertura de<br />
suelo del sitio, se compone de campos<br />
deportivos, jardines, caminos y áreas de<br />
piedra volcánica y asfalto, así como<br />
edificios de 2-8 m. de altura en promedio.<br />
Miami, Florida, EE. UU.<br />
(1995, May.-Jun.)<br />
[28; 55]<br />
Suburbano residencial. Suburbano con<br />
residencias de un solo nivel, con jardines,<br />
árboles en las calles y patios cubiertos de<br />
césped.<br />
Razón de Flujos de Energía<br />
QH/Q* QE/Q* ΔQS/Q* β= QH/ QE<br />
0.34 0.30 0.36 1.12<br />
0.52 0.25 0.23 2.08<br />
0.38 0.04 0.58 9.9<br />
Temporada<br />
seca: 0.69<br />
Temporada<br />
húmeda: 0.27<br />
0.07<br />
0.03<br />
0.25<br />
0.70<br />
1.92<br />
0.04<br />
0.42 0.27 --- 1.55
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 42<br />
Ciudad de México, México<br />
(1998, Dic.)<br />
[91]<br />
Sitio urbano, cerca del centro de la ciudad y<br />
rodeado principalmente de edificios<br />
comerciales y áreas residenciales; con<br />
aproximadamente un 90% de áreas<br />
pavimentadas y escasa vegetación en la<br />
cobertura del suelo.<br />
Mexicali, México<br />
(2001, Marzo)<br />
[20]<br />
Mediciones realizadas en un área rural y otra<br />
suburbana. El área suburbana fue un campus<br />
universitario, rodeado de vegetación y<br />
campos deportivos, edificios, zonas<br />
residenciales y amplias calles de asfalto y<br />
concreto.<br />
0.51 0.005 0.48 3.89<br />
0.56 0.11 0.33 2.0<br />
Negev, Israel<br />
(2001, Jul.)<br />
[73]<br />
Un modelo construido a escala en un área<br />
17x20m, intenta simular las condiciones<br />
superficiales de una zona urbana idealizada<br />
sin vegetación y con pavimento de concreto<br />
y suelo natural. El experimento se realizó en<br />
2 escalas diferentes de obstáculos (0.2 y<br />
0.4m).<br />
(Modelo-0.2)<br />
0.75<br />
(Modelo-0.4)<br />
0.71<br />
---<br />
---<br />
0.25<br />
0.29<br />
---<br />
---<br />
Ouagadougou, Burkina Faso, Sahel<br />
(Feb. 2002-Ene.,2003)<br />
[58]<br />
Negocios, residencial tradicional,<br />
residencial moderno de varios pisos de<br />
altura. Edificios altos de concreto y acero de<br />
refuerzo, asfalto, adoquín, residencias de<br />
concreto, techos de lámina corrugada.<br />
Puebla, México<br />
(2003, Abr.)<br />
[50]<br />
Sitio urbano, cercano al centro histórico con<br />
edificios coloniales, cuya altura fluctúa<br />
alrededor de los 5 m. Principal material de<br />
construcción es de piedra y ladrillo.<br />
0.41 0.11 0.47 3.7<br />
0.18 0.005 0.74 32.45<br />
Ciudad de México, México<br />
(2006, Marzo)<br />
Días fríos:<br />
0.37<br />
0.13<br />
0.13<br />
0.60<br />
0.50<br />
3.48<br />
2.91
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 43<br />
[94]<br />
Realizado en una zona urbana, residencial,<br />
comercial y cercana al centro de la ciudad.<br />
El sitio de estudio es clasificado como<br />
“compact housing” y se ubica sobre una<br />
orografía mayormente llana y homogénea<br />
en materiales, densidad y altura de<br />
construcciones. Las coberturas<br />
predominantes son: suelo residencial<br />
comercial (57%), vegetación (6%),<br />
caminos, calles y suelos impermeables<br />
(37%)<br />
Cairo, Egipto<br />
(Nov.,2007-Feb., 2008)<br />
[18]<br />
Se analizan las mediciones de flujo y<br />
transporte de energía en 3 sitios<br />
característicos de la región (urbano,<br />
suburbano agrícola y suburbano desértico).<br />
En el sitio urbano (Campus de la<br />
Universidad de Cairo), predominan<br />
edificios altos, tráfico de autos y caminos y<br />
calles pavimentadas; a los alrededores<br />
existen algunas áreas verdes y parques con<br />
campos botánicos.<br />
Días cálidos:<br />
0.38<br />
Q H 48.5<br />
W/m 2<br />
Q* 158<br />
W/m 2 Q E 19.4<br />
W/m 2<br />
Q* 158<br />
W/m 2 ---<br />
---<br />
1.9<br />
Phoenix- Arizona, EE. UU.<br />
(Dic., 2011-Agt.,2012)<br />
[12]<br />
Con mediciones in situ dentro de un amplia<br />
área residencial suburbana de Phoenix, se<br />
definieron alrededor de la torre de<br />
monitoreo, coberturas de suelo de: edificios<br />
(26%), caminos y asfalto (20%), árboles y<br />
pasto (14%) y suelo sin cubierta de<br />
pavimento (36%)<br />
Q H 0-200 Q E 40-60<br />
W/m 2 W/m 2<br />
Q* 400 Q* 400<br />
W/m 2 W/m 2<br />
ΔQ S Q H 0-200<br />
250 W/m 2 W/m 2<br />
Q* 400 Q E 40-60<br />
W/m 2 W/m 2<br />
Sao Paolo, Brasil<br />
(2012, Jun.-Oct)<br />
[7]<br />
Con mediciones realizadas en seis<br />
localidades del suroeste de Sao Paolo, con<br />
diferentes características de suelo (urbanas,<br />
suburbanas y rurales). Algunos de los tipos<br />
de cobertura de suelo dominantes, fueron:<br />
áreas verdes, coberturas verdes con pocos<br />
árboles, pavimento con área de árboles,<br />
cobertura irregular de árboles y superficies<br />
mixtas.<br />
--- --- --- 0.3 -0.7
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 44<br />
Estudios de <strong>Balance</strong> de Energía en Ciudades de<br />
Latitudes Medias<br />
Comparado con los estudios de balance de energía en <strong>ciudades</strong> de latitudes (sub)tropicales,<br />
los realizados en <strong>ciudades</strong> de latitudes medias dan un total de 19, es decir, son superados<br />
solamente por cinco estudios; una diferencia importante es que en el caso de <strong>ciudades</strong><br />
(sub)tropicales, como se mencionó, el 50% de los estudios se han realizado para distintos<br />
sitios de la ciudad de México, mientras que para las latitudes medias todos los estudios se<br />
han realizado para distintas <strong>ciudades</strong>, tanto de América (principalmente Canadá y Estados<br />
Unidos), como de Europa y Asia. En la tabla 4 se presenta un resumen de esos estudios. Se<br />
observa que en todas las campañas de mediciones se utilizó el método de covarianza<br />
turbulenta para medir las densidades de flujos de calor sensible y calor latente. La densidad<br />
de flujo de calor almacenado, en todos los casos, fue estimada como un residual de los<br />
otros flujos (incluyendo, por supuesto, la medición directa de la radiación neta).<br />
Cuadro 4 Resumen de estudios de balance de energía en <strong>ciudades</strong> de latitudes medias. QH es densidad de flujo de calor sensible, QE densidad de<br />
flujo de calor latente, ΔQS densidad de flujo de calor almacenado. CT: técnica de medición de Covarianza Turbulenta.<br />
Ciudad, País<br />
Sacramento,<br />
CA, EE. UU.<br />
Chicago, IL,<br />
EE. UU.<br />
Vancouver<br />
BC, Canadá<br />
Los Ángeles<br />
CA, EE. UU.<br />
Latitud/Longitud/<br />
Altitud (msnm)<br />
38°39’ N<br />
121°30’ W<br />
9<br />
41°57’ N<br />
87°48’ W<br />
181<br />
49°15’ N<br />
123°18’ W<br />
82<br />
34°08’ N<br />
118°03’ W<br />
71<br />
Periodo de medición<br />
(días medidos)<br />
20-28/Agosto/1991<br />
(8)<br />
1-31/Julio/1992<br />
(31)<br />
6-13/Julio/1989<br />
24/Julio al<br />
17/ Septiembre/1992<br />
(55)<br />
4/Julio al<br />
11/Agosto/ 1993<br />
(38)<br />
Referencia(s)<br />
Grimmond et al.,<br />
1993<br />
Grimmond y Oke,<br />
1995<br />
[25;26]<br />
Grimmond et al.,<br />
1994<br />
[24]<br />
Roth y Oke, 1994<br />
Grimmond y Oke,<br />
1999<br />
[79; 28]<br />
Grimmond y Oke,<br />
1995<br />
[26]<br />
Comentarios<br />
Temporada: verano.<br />
Sitio: Residencia.<br />
Método: CT.<br />
Q H y Q E medidos; ΔQ S calculado<br />
como residual.<br />
Temporada: verano.<br />
Sitio: Residencial.<br />
Método: CT.<br />
Q H y Q E medidos; ΔQ S calculado<br />
como residual.<br />
Temporada: verano.<br />
Sitio: Residencial.<br />
Método: CT.<br />
Q H y Q E medidos; ΔQ S calculado<br />
como residual.<br />
Temporada: verano.<br />
Sitio: Residencial.<br />
Método: CT.<br />
Q H y Q E medidos; ΔQ S calculado<br />
como residual.
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 45<br />
Arcadia, Los<br />
Ángeles, CA,<br />
EE. UU.<br />
San Gabriel,<br />
Los Ángeles,<br />
CA, EE. UU.<br />
Edimburgo,<br />
Escocia<br />
34°7′ N<br />
118°2′ W<br />
147<br />
34°09′ N<br />
118°10′ W<br />
128<br />
55º 57’ 17” N<br />
03º 10’ 52” W<br />
102<br />
8-26/Julio/1994<br />
(18)<br />
8-26/Julio/1994<br />
(18)<br />
28 /Octubre al<br />
30/Noviembre/2000<br />
(34)<br />
Grimmond et al.,<br />
1996<br />
[27]<br />
Grimmond et al.,<br />
1996<br />
[27]<br />
Nemitz et al.,<br />
2002<br />
[54]<br />
Temporada: verano.<br />
Sitio: residencial.<br />
Método: CT.<br />
Q H y Q E medidos; ΔQ S calculado<br />
como residual.<br />
Temporada: verano.<br />
Sitio: residencial.<br />
Método: CT.<br />
Q H y Q E medidos; ΔQ S calculado<br />
como residual.<br />
Temporada: durante otoño, en una<br />
ciudad de clima marítimo<br />
moderado.<br />
Sitio: parte más alta de una torre de<br />
piedra, situada en el punto más alto<br />
de la zona.<br />
Método: CT.<br />
Q*, QH y QE medidos.<br />
Christchurch,<br />
Nueva<br />
Zelanda<br />
Tokyo, Japón<br />
Lódz, Polonia<br />
Barcelona,<br />
España<br />
Marsella,<br />
Francia<br />
Basel, Suiza<br />
43° 33' S<br />
172° 47' E<br />
920<br />
35° 34' N<br />
139° 41' E<br />
40<br />
51°46’ N<br />
19°27’ E<br />
180-235<br />
41º 22’ 57” N<br />
2º 10’ 37” E<br />
250-500<br />
43º 29’ 00” N<br />
5º 38’ 00” E<br />
13<br />
47° 00' N<br />
8° 00' E<br />
510<br />
29/Enero al<br />
18/Febrero/1996<br />
16/Julio al 9/Agosto/<br />
1997<br />
(45)<br />
1/Mayo/2001 al<br />
30/Abril/2002<br />
(365)<br />
1/Junio al<br />
30/ Septiembre/2001<br />
(120)<br />
16 y 19-21/Junio/<br />
2001<br />
(4)<br />
4-11/Julio/2001<br />
(7)<br />
10/Junio al<br />
10/Julio/2002<br />
(30)<br />
Spronken-Smith,<br />
2002<br />
[87]<br />
Moriwaki y Kanda,<br />
2004<br />
[51]<br />
Offerle et al., 2006a<br />
[59]<br />
García et al., (2012)<br />
[19]<br />
Roberts et al., 2006<br />
[76]<br />
Christen y Vogt,<br />
2004<br />
[14]<br />
Temporada: Verano e Invierno.<br />
Sitio: Zona comercial y<br />
residencial.<br />
Método: CT.<br />
Q H y Q E medidos; ΔQ S calculado<br />
como residual.<br />
Temporada de Verano e Invierno.<br />
Sitio: Residencial.<br />
Método: CT.<br />
Q H y Q E medidos; ΔQ S calculado<br />
como residual.<br />
Temporada de verano e invierno.<br />
Sitio: Residencia.<br />
Método: CT.<br />
Q H y Q E medidos; ΔQ S=n.a.<br />
Temporada: durante verano.<br />
Clima templado del Mediterráneo<br />
Sitio: mediciones en una ciudad<br />
costera del Mediterráneo con alta<br />
densidad urbana.<br />
Método: CT.<br />
Q*, Q H y Q E medidos; ΔQ S<br />
calculado como residual.<br />
Temporada: clima cálido y seco,<br />
durante el verano.<br />
Sitio: centro de la ciudad, en una<br />
azotea de un edificio; zona de alta<br />
densidad urbana.<br />
Método: CT.<br />
Q*, Q H y Q E medidos; ΔQ S<br />
calculado como residual.<br />
Temporada: Se incluye un periodo<br />
anual con un enfoque en el verano.<br />
Sitio: centro de la ciudad,<br />
suburbano, rural.<br />
Método: CT.
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 46<br />
Melbourne,<br />
Australia<br />
Greenwood,<br />
Kansas City,<br />
Missouri,<br />
EE. UU.<br />
Helsinki,<br />
Finlandia<br />
Ciudad Kanto,<br />
Japón<br />
Londres,<br />
Reino Unido<br />
Beijing, China<br />
37º 49’ 00” S<br />
144º 53’ 00” E<br />
10<br />
38°51’ N<br />
94°20’ W<br />
231<br />
66º 20’ 00” N<br />
24º 96’ 00” E<br />
26<br />
39º 04’ 00” N<br />
139º 07’ 00” E<br />
14<br />
51º 30’ 00” N<br />
07º 00’ 00” W<br />
20<br />
39º 58’ 00” N<br />
116º 42’ 00” E<br />
50<br />
1/Agosto/2003 al<br />
31/Julio/2004<br />
(365)<br />
1-17/Agosto/2004<br />
(17)<br />
1/Diciembre/2005 al<br />
31/Agosto/2006<br />
(270)<br />
1/Abril/2006 al<br />
31/Marzo/2007<br />
(365)<br />
Octubre 2008 a<br />
Marzo 2012<br />
(3.5 años)<br />
1/Julio/2009 al<br />
30/Junio/2010<br />
(365)<br />
Coutts et al., 2007<br />
[15]<br />
Balogun et al., 2009<br />
[5]<br />
Vesala et al., 2008<br />
[97]<br />
Kawai y Kanda, 2010<br />
[38]<br />
Kotthaus y<br />
Grimmond, 2014<br />
[40]<br />
Miao et al., 2012<br />
[49]<br />
Q H y Q E medidos; ΔQ S calculado<br />
como residual.<br />
Temporada: aproximadamente un<br />
año de mediciones.<br />
Sitio: 3 lugares con alta, media y<br />
baja densidad urbana; un sitio<br />
rural.<br />
Método: CT.<br />
Q*, Q H y Q E medidos; ΔQ S<br />
calculado como residual.<br />
Temporada: verano con 17 días de<br />
mediciones.<br />
Sitio: residencial con vegetación.<br />
Método: CT.<br />
Q H y Q E medidos; ΔQ S calculado<br />
como residual.<br />
Temporada: invierno, primavera y<br />
verano<br />
Sitio: torre de mediciones en zonas<br />
con superficies urbanas<br />
heterogéneas y presencia de<br />
vegetación a los alrededores de la<br />
ciudad.<br />
Método: CT.<br />
Q*, Q H, Q E y flujo C0 2 medidos<br />
Temporada: un año de mediciones.<br />
Sitio: mediciones de balance de<br />
energía en la ciudad, utilizando el<br />
modelo COSMOS, el cual consiste<br />
en una ciudad diseñada a escala, e<br />
idealizada sin actividad humana,<br />
ni vegetación y homogénea en la<br />
geometría urbana.<br />
Método: CT.<br />
Q*, Q H y Q E medidos; ΔQ S<br />
calculado como residual.<br />
Temporada: mediciones de más de<br />
3 años en un clima templado y<br />
lluvioso marino.<br />
Sitio: 2 torres de medición<br />
cercanas entre si (azoteas de<br />
edificios), localizados en una zona<br />
de alta densidad urbana.<br />
Método: CT.<br />
Q*, Q H y Q E medidos; ΔQ S<br />
calculado como residual<br />
Q F modelado.<br />
Temporada: Clima cálido y<br />
húmedo. Veranos cálidos y<br />
lluviosos; inviernos fríos y secos.<br />
Sitio: mediciones realizadas en<br />
una torre de 325m de altura en el<br />
centro de la ciudad; se comparan<br />
mediciones a 3 distintos niveles.<br />
Método: CT.
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 47<br />
Oberhausen,<br />
Alemania<br />
51° 28' N<br />
6° 52' E<br />
47<br />
15/Agosto/2010 al<br />
15/Abril/2011<br />
(270)<br />
Goldbach y Kuttler ,<br />
2013<br />
[21]<br />
Q*, Q H y Q E medidos; ΔQ S<br />
calculado como residual.<br />
Temporada: se considera el<br />
análisis de 9 meses.<br />
Sitio: Hospital<br />
Método: CT.<br />
Q H y Q E medidos; ΔQ S no<br />
considerado.<br />
En la tabla 5 se presenta la instrumentación utilizada, e información complementaria, tal<br />
como la compañía manufacturera y la altura a la que estuvieron posicionados los<br />
instrumentos durante las campañas de medición realizadas.<br />
Cuadro 5 Instrumentación, compañía manufacturera y altura de posicionamiento de los instrumentos en las campañas de medición de balance de<br />
energía atmosférico en las <strong>ciudades</strong> de latitudes medias. Fabricante: CS-Campbell Scientific, K&Z-Kippen & Zonnen<br />
Ciudad, País (año y mes<br />
de experimento)<br />
[Referencia]<br />
Sacramento, CA, EE. UU.<br />
(1991, Agt.)<br />
[25; 26]<br />
Chicago, IL, EE. UU.<br />
(1992, Jul.)<br />
[24]<br />
Instrumentación<br />
• Anemómetro sónico y termopares (CA27)<br />
• Higrómetro de krypton (KH20)<br />
• Radiómetro neto (S1net)<br />
• Probeta temperatura/humedad relativa (CSI 207)<br />
• Anemómetro (RM Young)<br />
• Anemómetro sónico y termopares (CA27)<br />
• Higrómetro de krypton (KH20)<br />
• Radiómetro neto (S1net)<br />
• Sensor de humedad y temperaturas (HMP 35C)<br />
• Radiómetro neto (Q6)<br />
• Anemómetro (RM Young)<br />
Fabricante<br />
CS<br />
CS<br />
Swissteco<br />
CS<br />
RM Young<br />
CS<br />
CS<br />
Swissteco<br />
CS<br />
REBS<br />
RM Young<br />
Altura<br />
de<br />
Instrum<br />
entos<br />
(m)<br />
29<br />
18<br />
Vancouver BC, Canadá<br />
(1992, Jul.-Sept.)<br />
[79; 28]<br />
• Anemómetro sónico y termopares (CA27)<br />
• Higrómetro de krypton (KH20)<br />
• Radiómetro neto (S1net)<br />
CS<br />
CS<br />
Swissteco<br />
30<br />
Los Angeles CA, EE. UU.<br />
(1993, Jul.-Agt.)<br />
[26]<br />
Arcadia, Los Ángeles, CA,<br />
EE. UU.<br />
(1994, Jul.)<br />
[27]<br />
San Gabriel, Los Ángeles,<br />
EE. UU.<br />
• Anemómetro sónico y termopares (CA27)<br />
• Higrómetro de krypton (KH20)<br />
• Radiómetro neto (Q6)<br />
• Sensor de humedad y temperaturas (HMP 35C)<br />
• Anemómetro (RM Young)<br />
• Anemómetro sónico y termopares (CA27)<br />
• Higrómetro de krypton (KH20)<br />
• Radiómetro neto (Q6)<br />
• Piranómetro (LI-200SA)<br />
• Sensor de humedad y temperaturas (HMP35C)<br />
• Anemómetro sónico y termopares (CA27)<br />
• Higrómetro de krypton (KH20)<br />
CS<br />
CS<br />
REBS<br />
CS<br />
RM Young<br />
CS<br />
CS<br />
REBS<br />
Li Cor<br />
CS<br />
CS<br />
CS<br />
30.5<br />
32.5<br />
18
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 48<br />
(1994, Jul.)<br />
[27]<br />
Edimburgo, Escocia<br />
(Oct- Nov. 2000)<br />
[54]<br />
Christchurch, Nueva Zealanda<br />
(Ene.-Feb.,1996)<br />
(Jul.-Agt.,1997)<br />
[87]<br />
Tokyo, Japón<br />
(May.,2001-Abr.,2002)<br />
[51]<br />
• Radiómetro neto (Q6)<br />
• Piranómetro (LI-200SA)<br />
• Probeta temperatura/humedad relativa (CSI 207)<br />
• Analizador de gas IR H2O/CO2 (LI-6262)<br />
• Anemómetro sónico (Asymmetric R1012)<br />
• Radiómetro neto (Q7.1)<br />
• Anemómetro sónico y termopares (CA27)<br />
• Higrómetro de krypton (KH20)<br />
• Sensor de humedad y temperaturas (HMP 35C)<br />
• Anemómetro (A101ML)<br />
• Anemómetro sónico (usonic-3)<br />
• Analizador de gas IR H2O/CO2 (LI-7500)<br />
• Piranómetro (MS-42)<br />
• Pirgeómetro (MS-202)<br />
REBS<br />
Li Cor<br />
CS<br />
Li Cor<br />
Gill Instruments<br />
CS<br />
CS<br />
CS<br />
CS<br />
Vector<br />
Instruments<br />
METEK<br />
Li Cor<br />
Eko<br />
Instruments<br />
Eko Instruments<br />
65<br />
*del<br />
nivel de<br />
calle<br />
21<br />
29<br />
Lódz, Polonia.<br />
(Jun.-Sept., 2001)<br />
[59]<br />
Barcelona, España<br />
(2001, Jun.)<br />
[19]<br />
Marsella, Francia<br />
(2001, Jul.)<br />
[76]<br />
Basel, Suiza<br />
(Jun., 2001-Jul., 2001)<br />
[14]<br />
• Anemómetro sónico 3-D (---)<br />
• Higrómetro de krypton (KH20)<br />
• Radiómetro neto (CNR1)<br />
• Sensor de humedad y temperatura (MP100H)<br />
• Anemómetro y veleta (---)<br />
• Piranómetro (---)<br />
• Radiómetro neto (---)<br />
• Anemómetro sónico 3 D (---)<br />
• Higrómetro de krypton (---)<br />
• Anemómetro sónico (81000)<br />
• Analizador de gas IR H2O/CO2 (LI-7500)<br />
• Radiómetro neto (CNR1)<br />
• Termómetro IR (400A)<br />
• Escanner IR (SC 500)<br />
• Dispositivos de temperatura y humedad (HOBO<br />
logger)<br />
• Anemómetro sónico (CSAT3)<br />
• Higrómetro de krypton (KH20)<br />
• Anemómetro sónico (usonic-3)<br />
• Radiómetro neto (CNR1)<br />
Applied<br />
Technologies<br />
CS<br />
K&Z<br />
Rotronic<br />
RM Young<br />
Li Cor<br />
CS<br />
CS<br />
CS<br />
RM Young<br />
Li Cor<br />
K&Z<br />
Iverest<br />
InterScience<br />
System<br />
ThermanCam<br />
Onset Computer<br />
Corp<br />
CS<br />
CS<br />
METEK<br />
K&Z<br />
37<br />
41 ±4<br />
34 y 44<br />
31.7<br />
Melbourne, Australia<br />
(Agt., 2003-Jul., 2004)<br />
[15]<br />
Greenwood, Kansas City,<br />
EE. UU.<br />
(2004, Agt.)<br />
• Anemómetro sónico 3D (CSAT3)<br />
• Analizador de gas IR H2O/CO2 (LI-7500)<br />
• Adquisitor de datos (CR23X)<br />
• Termohigrómetro (HMP45C)<br />
• Radiómetro neto (G7.1)<br />
• Albedómetro (CM7B)<br />
• Pirgeómetro (CG4;CG2)<br />
• Anemómetro y veleta (WindSentry)<br />
• Anemómetro sónico (CSAT3)<br />
• Higrómetro de krypton (KH20)<br />
• Radiómetro neto (Q7.1)<br />
CS<br />
Li Cor<br />
CS<br />
CS<br />
Radiation&Ener<br />
gySystem InC<br />
K&Z<br />
K&Z<br />
RM Young CO<br />
CS<br />
CS<br />
CS<br />
40-38<br />
33
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 49<br />
[5] • Sensor de humedad y temperaturas (HMP35C)<br />
• Anemómetro y veleta (RM 03101-L)<br />
• Piranómetro (SP-Lite-L)<br />
Helsinki, Finlandia<br />
(Dic., 2005-Agt., 2006)<br />
[97]<br />
• Estación meteorológica (Milos 520)<br />
• Anemómetro sónico (USA-1)<br />
• Analizador de gas IR H2O/CO2 (LI-7500)<br />
CS<br />
RM Young<br />
K&Z<br />
Vaisala<br />
McTekGrabH<br />
Li Cor<br />
31<br />
Ciudad Kanto, Japón<br />
(Abr., 2006-Marz., 2007)<br />
[38]<br />
Londres, Reino Unido<br />
(Oct., 2008-Marz. 2012)<br />
[40]<br />
• Radiómetro neto (MR40)<br />
• Anemómetro sónico 3D (DA 600)<br />
• Analizador de gas IR H2O/CO2 (LI-7500)<br />
• Radiómetro neto (CNR1;CNR4)<br />
• Analizador de gas IR H2O/CO2 (LI-7500)<br />
• Anemómetro sónico (CSAT3)<br />
• Estación meteorológica (WXT510,520)<br />
• Pluviómetro (ARG100)<br />
• Cielómetro (CL31)<br />
Eko Instruments<br />
Co<br />
Kaijo, Inc<br />
Li Cor<br />
K&Z<br />
Li Cor<br />
CS<br />
Vaisala<br />
CS<br />
Vaisala<br />
3<br />
*escala<br />
49 y 39<br />
Beijing, China<br />
(Jul., 2009-Jun., 2010)<br />
[49]<br />
• Anemómetro sónico (CSAT3)<br />
• Analizador de gas IR H2O/CO2 (LI-7500)<br />
• Radiómetro neto (CNR1)<br />
CS<br />
Li Cor<br />
K&Z<br />
140<br />
Oberhausen, Alemania<br />
(Agt., 2010-Abr., 2011)<br />
[21]<br />
• Anemómetro sónico (usonic-3)<br />
• Analizador de gas IR H2O/CO2 (LI-7500)<br />
• Radiómetro neto (CNR4)<br />
Metek<br />
Li Cor<br />
K&Z<br />
32<br />
Para los casos de <strong>ciudades</strong> de latitudes medias, al igual que para <strong>ciudades</strong> tropicales, se<br />
presenta un ensamble de los flujos del balance de energía. También, al no tener acceso a la<br />
base de datos se ha recurrido al copy-paste (copiado-pegado) a partir de los estudios<br />
originales de los distintos autores; como se comentó, lo anterior tiene dos limitaciones: 1)<br />
la calidad de las figuras difieren una de otra, y 2) no todos los artículos tienen este ensamble<br />
de flujos. La segunda limitación, no así la primera, fue subsanada al presentar un promedio<br />
de los flujos normalizados.<br />
En Sacramento, fig. 15, QH y QS tienen un comportamiento similar hasta media mañana;<br />
después QH permanece con valores mayores y QS empieza su tendencia descendente<br />
bastante rápido. Para las 14 horas QE llega a ser más grande que QS, y a las 17 horas más<br />
grande que QH. En Chicago (fig. 16), el flujo de calor latente es el flujo más grande, excepto<br />
por un par de horas a media mañana en que QS es el máximo. El flujo de calor sensible<br />
(QH) sigue de manera muy estrecha al flujo de calor sensible (QE) a lo largo del día. En Los<br />
Ángeles (fig. 17) QS es el flujo diurno predominante, hasta aproximadamente las 14 horas
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 50<br />
cuando decrece al mismo tamaño que QH por un par de horas y entonces se vuelve más<br />
pequeño. En las tres <strong>ciudades</strong> (Tucson, Chicago y Los Ángeles) QS es el primer flujo de<br />
salida que alcanza un máximo, y a partir de ahí invierte su dirección por la tarde. El flujo<br />
de calor latente (QE), para esas <strong>ciudades</strong>, permanece positivo después de que Q* se vuelve<br />
negativo por la tarde, mientras que QH se vuelve negativo al mismo tiempo que Q* (como<br />
fue visto posteriormente por Roth y Oke en Vancouver en 1994). Sin embargo, el<br />
comportamiento que ellos observaron para QH, al finalizar la tarde fue diferente del<br />
observado por Grimmond y Oke (1995). En su estudio QH permaneció positivo por unas<br />
pocas horas después de que Q* se volvió negativo.<br />
Figura 15 BEA en la baja atmósfera del 20 al 28 de agosto de 1991 en un sitio suburbano de la ciudad de Sacramento, CA, EE. UU.<br />
Tomada de Grimmond y Oke, 1999.<br />
Figura 16 BEA en la baja atmósfera del 1 al 31 de julio de 1992 en un sitio suburbano de la ciudad de Chicago, IL, EE. UU. Tomado de<br />
Grimmond et al., 1995.
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 51<br />
Figura 17 BEA en la baja atmósfera del 4 de julio al 11 de agosto de 1993 en un sitio suburbano de la ciudad de Los Ángeles, CA, EE.<br />
UU. Tomado de Grimmond et al., 1995.<br />
En el caso de la ciudad de Vancouver (fig. 18), QH es el flujo diurno más importante,<br />
comparado con QS y QE. Se observa que QS es mayor que QE hasta después de media<br />
mañana, situación que se invierte después de esa hora.<br />
Figura 18 BEA en la baja atmósfera del 6 al 13 de julio de 1989 en un sitio suburbano de la ciudad de Vancouver, BC, Canadá. Tomado de<br />
Roth y Oke, 1994.<br />
Para la ciudad de Christchurch, NZ (fig. 19), durante los días de campaña de medición en<br />
el verano, QH fue el flujo de calor dominante, seguido por QS y QE. Sin embargo, durante
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 52<br />
el día QS se aproxima en magnitud a QH. La evaporación es baja porque las áreas fuente<br />
del flujo turbulento están principalmente centradas en el área comercial y de<br />
estacionamiento, que tienen pocas áreas verdes. En la campaña de invierno, las áreas fuente<br />
de los flujos son principalmente residenciales y el pequeño exceso diario de Q* es dividido<br />
mayormente en QS, con algo de QE y un pequeño QH que puede estar dirigido hacia o<br />
fuera de la superficie dependiendo principalmente de las condiciones sinópticas (Spronken-<br />
Smith, 2002).<br />
Figura 19 Ensamble de BEA para (a) 5 días de verano de 1997, y (b) 4 días de invierno de 1996 en un sitio suburbano de la ciudad de<br />
Christchurch, Nueva Zelanda. Tomado de Spronken-Smith, 2002.<br />
Para la ciudad de Tokio, Japón (fig. 20) se observa como los flujos de energía cambian<br />
estacionalmente, correspondientemente con la radiación neta (Rn=Q*). Al mediodía en el<br />
mes de Julio, los valores de Rn, H (flujo de calor sensible) y LE (flujo de calor latente) son
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 53<br />
de alrededor de 700, 300 y 200 W/m 2 , respectivamente, sin embargo, el flujo de calor del<br />
suelo (G), en el día, es más o menos igual para verano (julio) e invierno (diciembre),<br />
probablemente influido más por el flujo de radiación normal incidente que por el flujo de<br />
radiación dirigido hacia la superficie terrestre por área unitaria horizontal.<br />
Figura 20 Ensamble de BEA para días soleados en julio y diciembre de 2001 en un sitio urbano de la ciudad de Tokio, Japón. Tomado de<br />
Moriwaki y Kanda, 2004.<br />
En la figura 21 se presenta el ensamble de flujos promedio horarios para los distintos meses<br />
de mediciones en Lodz, Polonia, realizados en los años 2001 y 2002. Este conjunto de<br />
datos, el mayor encontrado hasta ahora, permite observar los cambios temporales en la<br />
partición del balance de energía sobre un amplio rango de condiciones estacionales y<br />
sinópticas, y el papel del almacenamiento de calor y flujos antropogénicos en el balance de<br />
energía. La partición de la radiación neta en flujos turbulentos es consistente en los dos
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 54<br />
años, con las mayores diferencias ocasionadas por las diferencias en precipitación, lo cual<br />
sucede en el período de julio a septiembre, que son atribuibles a una mayor radiación neta<br />
y menor cantidad de lluvia en el 2002. Los ciclos diurnos mensuales de los flujos<br />
turbulentos en los dos años son similares, y el flujo de calor latente explica<br />
aproximadamente un 40% de la transferencia turbulenta de calor en una base anual (Offerle<br />
et al., 2006a, 2006b).<br />
Figura 21 Ensamble mensual de BEA de los años 2001 (izquierda) y 2002 (derecha) en un sitio urbano de la ciudad de Lodz, Polonia. Tomado<br />
de Offerle et al., 2006a.<br />
Para la ciudad de Barcelona, España, se consideraron los flujos promedio del período de<br />
medidas para dar el ensamble presentado en la figura 22. El período diurno se caracteriza<br />
por valores altos que alcanzan su máximo, en el caso de Q*, en alrededor de 640 W/m 2 . El
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 55<br />
flujo de QS es el sumidero más grande de energía, alcanzando un pico alrededor de las<br />
12:00 pm, y permaneciendo con valores grandes por la tarde, mientras que el flujo de calor<br />
convectivo (QH) alcanza una meseta alrededor del mediodía, permaneciendo así hasta las<br />
16:00 h, y permaneciendo positivo bien entrada la tarde. El flujo de calor latente es pequeño<br />
en todas las horas del día.<br />
Figura 22 Ensamble de BEA del 16, 19-21 de junio del 2001 en un sitio suburbano de la ciudad de Barcelona, España. Tomado de García<br />
Moreno et al., 2012.<br />
Para el caso de la ciudad de Marsella, Francia (Roberts et al., 2006), se observa de la figura<br />
23 el ensamble de flujos de energía obtenidos como promedios horarios de una semana de<br />
verano (julio) para todas las condiciones de cielo y viento de esos días. El clima cálido y<br />
seco y la escasez de vegetación local en el distrito urbano de mediciones causan que el<br />
flujo de calor evaporativo (QE) sea el flujo más pequeño en el día, y prácticamente sea cero<br />
en la noche. El flujo de calor convectivo (QH) es el flujo dominante durante el día,<br />
cuantificando a casi el 70% de la entrada de energía (Q*+QF). Como ha sido bien<br />
documentado para otros lugares densamente construidos (Oke, 1988; Offerle et al., 2005)<br />
QH permanece positivo en la noche), esto es producto de la liberación del calor almacenado<br />
del tejido urbano, y está relacionado a la ventilación de calor sensible desde la capa límite<br />
urbana.
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 56<br />
Figura 23 Ensamble de BEA del 4 al 11 de julio del 2001 en un sitio urbano de la ciudad de Marsella, Francia. Tomado de Roberts et al.,<br />
2006.<br />
La figura 24 muestra el ensamble de flujos de los diferentes lugares de medición, urbanos<br />
y rurales, en Basel, Suiza, en un mes de verano del año 2002, en el que se han incluido<br />
todas las condiciones del tiempo, desde días claros a completamente cubiertos y días<br />
lluviosos. Durante el día, la magnitud de QE en el centro de la ciudad es alrededor del 20%,<br />
y conforme las áreas verdes se incrementan este flujo llega a ser más importante; así, en el<br />
lugar suburbano QE es 30% de Q*, y alrededor del 60% en los lugares rurales. El reducido<br />
valor de QE en los lugares urbanos es balanceado por magnitudes crecientes de QH y QS.<br />
Los valores diurnos de QH son típicamente del doble en la ciudad que en los alrededores<br />
rurales. La magnitud de QH es característicamente alrededor del 50% de Q* en el centro de<br />
la ciudad, 40% de Q* en el lugar suburbano, e inferior de 30% de Q* sobre superficies<br />
rurales. En contraste a las superficies rurales, donde QH se dirige a la superficie toda la<br />
noche (superior a 20 W/m 2 ), ambas densidades de flujo turbulento permanecen negativos<br />
en la ciudad en promedio, es decir, la energía es transportada fuera de la superficie. En<br />
contraste a las estaciones de la ciudad, el QH nocturno en el lugar suburbano es positivo.<br />
Los valores de QS son de dos a tres veces superiores en el centro de la ciudad que en los<br />
lugares rurales, y muestra una pronunciada histéresis temporal en todos los lugares; los
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 57<br />
valores máximos se alcanzan 1 a 2 horas antes de que la intensidad máxima de Q* sea<br />
alcanzada.<br />
Figura 24 : Ensamble de BEA de 3 lugares urbanos (U1-U3), un suburbano (S1) y dos rurales (R1 y R2) del 10 de junio al 10 de julio de<br />
2002 en la ciudad de Basel, Suiza. Tomado de Christen y Voogt, 2004.<br />
En la figura 25 se presenta el ensamble de BEA en la ciudad de Melbourne, Australia, para<br />
tres diferentes grados de urbanización, durante el mes de marzo de 2004 (Coutts et al.,<br />
2007). Se puede mencionar que en general hubo una variación diaria en la magnitud de los<br />
flujos y la hora en que se dieron los valores máximos de los flujos, causada por variaciones<br />
en las áreas fuente, condiciones sinópticas y disponibilidad de agua, asociada con eventos<br />
de precipitación o irrigación. Al promediar sobre largas escalas temporales, se observan<br />
tendencias generales en la partición de flujos y emergen las diferencias entre las áreas<br />
urbanas analizadas. Las contribuciones de los flujos promediadas sobre largos períodos<br />
llegan a ser crecientemente dominadas por las direcciones prevalentes del viento. Se<br />
observa que, a diferencia de los lugares urbanizados, el sitio rural presenta más flujo<br />
evaporativo (QE).
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 58<br />
Figura 25 Ensamble de BEA de 3 lugares con tres distintos grados de urbanización (high, medium and low), y un rural en el mes de marzo de<br />
2004 en la ciudad de Melbourne, Australia. Tomado de Coutts et al., 2007.<br />
La partición de flujos para la ciudad de Kansas City, Missouri, es presentada en la figura<br />
26. Durante el día, la partición de energía está dominada por el transporte convectivo de<br />
calor latente (QE), seguido por el almacenamiento de calor (QS), y la fracción más<br />
pequeña se usa en calentamiento sensible del aire (QH). La fase de los flujos es diferente,<br />
con QS alcanzando su valor pico 1-2 horas después del mediodía, mientras que QE y QH<br />
en las últimas horas tarde. La pérdida de radiación neta en la noche es casi totalmente<br />
igualada por la liberación de calor almacenado en el tejido suburbano, mientras que QE es<br />
pequeño pero positivo en la noche. Este patrón de balance diurno es similar al observado<br />
en lugares suburbanos de Norte-América (Grimmond et al. 1994; Grimmond y Oke 1995,<br />
1999; Newton et al. 2007).
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 59<br />
Figura 26 Ensamble de BEA en un día claro del mes de agosto de 2004 en la ciudad de Kansas City, Missouri, EE. UU. Se presenta<br />
también la razón de Bowen ( ). Tomado de Balogun et al., 2009.<br />
En la figura 27 se presenta el ensamble de BEA en las cuatro estaciones del año usando la<br />
información obtenida del Modelo Integral de Escala en Exteriores (COSMO, por sus siglas<br />
en inglés), que es una ciudad ideal en miniatura, carente de vegetación, sin actividad<br />
humana y ninguna heterogeneidad en su geometría superficial. El lugar experimental de<br />
COSMO se localiza en el lado norte de la ciudad de Kanto, Japón, y los datos se colectaron<br />
durante un año, de abril de 2006 a marzo de 2007 (Kawai y Kanda, 2010). Como se observa<br />
de la figura 27, en el día, el BEA urbano a menudo se caracteriza por un gran<br />
almacenamiento de calor, y QS llega a ser superior a los flujos turbulentos en áreas<br />
altamente urbanizadas con poca vegetación. Tal tendencia es clara en COSMO: la radiación<br />
neta (Q*) se divide predominantemente en QS en todas las estaciones del año. El valor<br />
máximo de QS fue aproximadamente el doble de la del flujo de calor sensible (QH). La<br />
magnitud del flujo de calor latente QE fue la más pequeña de todas las componentes<br />
consideradas, pero no es despreciable, lo que sugiere que la evaporación urbana es liberada<br />
no solamente por la vegetación y/o suelo permeable, sino también por el material de<br />
concreto. Lo anterior debería ser indicador de que valores de evaporación iguales a cero<br />
desde la superficie urbana no deberían ser automáticamente asumidas en las<br />
parametrizaciones de estas superficies. En la estación lluviosa (es decir, en verano) los<br />
valores de QE fueron más grandes comparados con otras estaciones. En la estación más
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 60<br />
seca (es decir, invierno) los valores de QE fueron generalmente diferente de cero y<br />
alcanzaron un máximo de 30-40 W/m 2 .<br />
Figura 27 Ensamble medio de variaciones diurnas del BEA para condiciones de días claros en las cuatro estaciones de abril de 2006 a marzo de<br />
2007 en Kanto, Japón. Adaptada de Kawai y Kanda, 2010.<br />
En la figura 28 se presenta el ensamble estacional de BEA para la ciudad de Beijing, China,<br />
en el período de julio de 2009 a junio de 2010 (Miao et al., 2012). Se presentan los<br />
resultados obtenidos a una altura de 140 m como un ejemplo, pero en la referencia citada<br />
también se presentan resultados a alturas de 47 m y 280 m. En el día, la radiación neta en<br />
todas las estaciones del año, fue dirigida principalmente a almacenamiento de calor (QS),<br />
el cual fue alrededor del doble del calor sensible (QH). QE y QH tuvieron valores similares<br />
en el verano; sin embargo, QH tuvo un valor ligeramente menor en el otoño, y
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 61<br />
significativamente más pequeño en la primavera y el invierno (que QE). Por la noche, el<br />
flujo de calor sensible estuvo cercano a cero, mientras que el flujo de calor latente fue<br />
siempre superior a cero en todas las estaciones. Miao et al., (2012) mencionan que se puede<br />
asumir que el calor latente nocturno es liberado por las actividades humanas.<br />
Figura 28 Características de la variación horaria-diaria de las componentes del BEA (flujos en W/m2) de junio de 2009 a julio de 2010, a<br />
una altura de 140 m en la ciudad de Beijing, China, en las cuatro estaciones del año. Adaptado de Miao et al., 2012.<br />
En la tabla 6 se documentan los resultados de los flujos de energía en la baja atmósfera en<br />
las <strong>ciudades</strong> de latitudes medias, normalizados por la radiación neta (Q*), así como, para<br />
cada sitio de medición de cada ciudad estudiada, información sobre uso y cobertura del<br />
suelo, alrededor del lugar de medición. La razón de usar flujos normalizados es para<br />
eliminar el efecto de las diferencias en la radiación neta lo que permite realizar una<br />
comparación de los demás flujos energéticos. No se realiza una discusión detallada pero el<br />
comentario general es que a mayor superficie construida y menor vegetación, la razón de<br />
QH/Q* es mayor comparada con QE/Q*, y viceversa, lo que es corroborado con el valor de<br />
la razón de Bowen (última columna de la tabla 6). La razón de QS/Q* es mayor para sitios<br />
con una mayor densificación urbana, por ejemplo, centro urbano de Barcelona con 0.56, y<br />
el menor para un lugar suburbano como Vancouver, con 0.17.
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 62<br />
Cuadro 6 Uso del suelo/cobertura del suelo y flujos de energía, normalizados por Q*, para las <strong>ciudades</strong> de latitudes medias.<br />
Ciudad, País (año y mes) [Referencia]<br />
(Uso de suelo/Cobertura de suelo)<br />
Sacramento, CA, EE. UU<br />
(1991, Agt.)<br />
[25;26]<br />
Suburbano. Predominan casas de un nivel con<br />
vegetación. Construcciones 39.2%, pavimentos<br />
18.6%, lotes baldíos 1%, árboles y arbustos<br />
17.2%, pastos sin irrigación 20.9%.<br />
Chicago, IL, EE. UU.<br />
(1992, Jul.)<br />
[24]<br />
Suburbano. Predominan casas de un nivel con<br />
vegetación. Construcciones 33.3%, pavimentos<br />
22.5%, lotes baldíos 0.4%, árboles y arbustos<br />
9.4%, pastos 34.3%.<br />
Vancouver BC, Canadá<br />
(1992, Jul.-Sept.)<br />
[79;28]<br />
Suburbano. Residencias de 1 y 2 niveles,<br />
espacios verdes 13%, techos 11%, pavimentos<br />
11%, paredes o cañones 33%.<br />
Los Angeles CA, EE. UU.<br />
(1993, Jul.-Agt.)<br />
[26]<br />
Suburbano. Residencias de dos niveles,<br />
vegetación exuberante. Construcciones 25.4%,<br />
pavimentos 33.8%, lotes baldíos 2.6%, árboles y<br />
arbustos 18.5%, pastos sin irrigación 17.7%.<br />
Arcadia, Los Ángeles, CA, EE. UU.<br />
(1994, Jul.)<br />
[27]<br />
Urbano. Construcciones 24%, pavimentos 19%,<br />
arboles 29%, césped 23%, cuerpos de agua 2%.<br />
San Gabriel, Los Ángeles, EE. UU.<br />
(1994, Jul.)<br />
[27]<br />
Urbano. Construcciones 28%, pavimentos 34%,<br />
arboles 9%, césped 24%, cuerpos de agua 2%.<br />
Razón de Flujos de Energía<br />
Q H/Q* Q E/Q* ΔQ S/Q* β= QH/ QE<br />
0.41 0.33 0.26 1.26<br />
0.87 0.38 0.30 ---<br />
0.62 0.22 0.17 2.87<br />
0.39 0.31 0.30 1.24<br />
0.22 0.39 0.39 1.80<br />
0.18 0.44 0.39 2.43<br />
Edimburgo, Escocia<br />
(Oct- Nov. 2000)<br />
[54]<br />
Realizado en el sitio más alto de una zona urbana<br />
del centro de Edimburgo con 450,000<br />
habitantes y una cobertura predominante de<br />
QH 11.6<br />
W/m 2<br />
Q* -32.4<br />
W/m 2 QE 46.3<br />
W/m 2<br />
Q* -32.4<br />
W/m 2 ---<br />
---<br />
0.3
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 63<br />
caminos, edificios, zonas residenciales y parques<br />
(áreas verdes con bosque).<br />
Christchurch, Nueva Zelanda<br />
(Ene.-Feb.,1996)<br />
(Jul.-Agt.,1997)<br />
[87]<br />
Suburbano. Calles arboladas, residencias de 1 y<br />
2 niveles, pavimentos, parques, espacios verdes.<br />
Verano: 0.46<br />
Invierno: 0.16<br />
0.22<br />
0.10<br />
---<br />
---<br />
0.28<br />
2.11<br />
Tokyo, Japón<br />
(May.,2001-Abr.,2002)<br />
[51]<br />
Urbano residencial. Edificios, pavimentos,<br />
concretos, vegetación, parques de recreación.<br />
Julio: 0.49<br />
Febrero: 0.16<br />
0.28<br />
0.07<br />
---<br />
---<br />
1.77<br />
5.81<br />
Lódz, Polonia.<br />
(Jun.-Sept., 2001)<br />
[59]<br />
Urbano. Edificios de 3 a 5 niveles y pavimentos<br />
dominan la superficie, cañones urbanos<br />
extensos, poca vegetación en las calles.<br />
Barcelona, España<br />
(2001, Jun.)<br />
[19]<br />
Centro urbano. Gran heterogeneidad en la<br />
morfología urbana. Ciudad costera del<br />
Mediterráneo, se conforma principalmente de las<br />
coberturas de suelo: calles y caminos (10%),<br />
parques (10%) y edificios (80%).<br />
Marsella, Francia<br />
(2001, Jul.)<br />
[76]<br />
Realizado en el centro de la ciudad en una zona<br />
de alta densidad urbana con construcciones altas<br />
y cercanía al mar Mediterráneo. Las coberturas<br />
promedio de suelo fueron: edificios y muros<br />
(49%), azoteas y techos (30%), suelos<br />
impermeables (13%) y vegetación (8%)<br />
Basel, Suiza<br />
(Jun., 2001-Jul., 2001)<br />
[14]<br />
Aproximadamente 130 km 2 , que incluye 30 km 2<br />
densamente urbanizados, 80 km 2 suburbanizados,<br />
20 km 2 de áreas industriales<br />
Residencias de varios pisos, con patios grandes.<br />
0.52 0.47 --- 1.09<br />
0.34 0.09 0.56 7.1<br />
0.77 0.16 0.19 4.6<br />
0.48 0.18 0.38 2.62
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 64<br />
Residencial, comercial de uno o varios pisos,<br />
techos de concreto, teja y lámina corrugada.<br />
Melbourne, Australia<br />
(Agt., 2003-Jul., 2004)<br />
[15]<br />
Sitio de alta densidad urbana (3 estaciones de<br />
medición) y sitios rurales (1 estación de<br />
medición). Para determinar las características de<br />
la superficie y cobertura promedio, se utilizaron<br />
fotografías aéreas y satelitales. Las coberturas de<br />
suelo promedio en la zona urbana fueron:<br />
edificios y construcciones (40-45%), caminos y<br />
calles (5-10%) y vegetación (20-25%).<br />
QH 100-250<br />
W/m 2<br />
Q* 200-500<br />
W/m 2 QE 50-150<br />
W/m 2<br />
Q* 200-<br />
500 W/m 2 ΔQS 50-<br />
150 W/m 2<br />
Q* 200-<br />
500 W/m 2 QH 100-<br />
250W/m 2<br />
QE 50-150<br />
W/m 2<br />
Greenwood, Kansas City, EE. UU.<br />
(2004, Agt.)<br />
[5]<br />
Suburbano residencial con extensas áreas<br />
verdes. Residencial suburbana, grandes espacios<br />
con vegetación, pocos pavimentos y<br />
estacionamientos, 58% de vegetación<br />
permeable, 12% pavimentos, 29% de<br />
construcciones.<br />
0.21 0.46 0.27 0.48<br />
Helsinki, Finlandia<br />
(Dic., 2005-Agt., 2006)<br />
[97]<br />
---<br />
---<br />
---<br />
---<br />
---<br />
---<br />
---<br />
---<br />
---<br />
Invierno: 10<br />
Primavera: 5<br />
Verano: 5<br />
Área heterogénea conformada por edificios altos<br />
(14%), bosque de niebla y vegetación de poco<br />
altura (46%), estacionamientos, techos y<br />
caminos pavimentados (40%), alrededor de un<br />
radio de 250 m de la estación de mediciones.<br />
Ciudad Kanto, Japón<br />
(Abr., 2006-Marz., 2007)<br />
[38]<br />
Modelo a escala, construido en un área abierta<br />
para simular una cubierta de concreto y edificios<br />
(100%) sin vegetación y con homogeneidad en<br />
la geometría urbana.<br />
Verano: 0.31<br />
Invierno: 0.25<br />
0.16<br />
0.11<br />
0.53<br />
0.63<br />
1.90<br />
2.29<br />
Londres, Reino Unido<br />
(Oct., 2008-Marz. 2012)<br />
[40]<br />
Realizado en una zona de alta densidad urbana<br />
en el centro de Londres con 275,000 habitantes<br />
y una cobertura predominante de caminos<br />
(40%), edificios (40%, agua (15%) y vegetación<br />
(5%)<br />
QH 100-250<br />
W/m 2<br />
Q* 150-450<br />
W/m 2 QE 20-70<br />
W/m 2<br />
Q* 150-<br />
450 W/m 2 ΔQS 50-<br />
100 W/m 2<br />
Q* 150-<br />
450 W/m 2 6-20
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 65<br />
Beijing, China<br />
(Jul., 2009-Jun., 2010)<br />
[49]<br />
El sitio de estudio se ubica al centro de la ciudad<br />
y con instrumentos montados en una torre (325<br />
m, 280 m, 140 m), está rodeado de un área de<br />
edificios y construcciones con una geometría<br />
urbana heterogénea (70%), suelo y caminos<br />
(20%) y vegetación (10%).<br />
Verano: 0.22<br />
Invierno: 0.28<br />
0.27<br />
0.07<br />
0.51<br />
0.66<br />
0.82<br />
4.16<br />
Oberhausen, Alemania<br />
(Agt., 2010-Abr., 2011)<br />
[21]<br />
Comercio, industria, vialidades, áreas verdes.<br />
Edificios, pavimentos, banquetas, superficies<br />
industriales.<br />
0.38-1.21 0.22-0.37 --- 1.41-6.95
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 66<br />
PROPUESTA METODOLÓGICA<br />
PRELIMINAR PARA EVALUACIÓN<br />
DEL BEA EN CIUDADES DE MÉXICO<br />
En función de los estudios revisados, tanto en <strong>ciudades</strong> tropicales, como en <strong>ciudades</strong> de<br />
latitudes medias, el método que se propone para evaluar el balance de energía atmosférico<br />
en <strong>ciudades</strong> de México, es el referido aquí como el de covarianza turbulenta, básicamente<br />
por la razón de que los flujos turbulentos de calor sensible y calor latente son medidos<br />
directamente; la radiación neta se propone medirla con un sensor que cumpla principios de<br />
calidad y precisión, de los cuales existen muchos en el mercado. Por la problemática<br />
involucrada en medir el flujo de calor del suelo, en este esquema propuesto se propone<br />
evaluarlo como el residual de los flujos anteriores.<br />
Se puede utilizar un sistema de adquisición de datos como el CR5000 de Campbell<br />
Scientific Inc. (CSI) para almacenar, al menos, cada media hora la información<br />
monitoreada.<br />
Un bosquejo básico de la cantidad física a medir y el instrumento de medición es el que se<br />
presenta en la tabla 7.<br />
Cuadro 7 Instrumentación básica para realizar balance de energía atmosférico superficial mediante el sistema de covarianza turbulenta (en torre<br />
meteorológica).<br />
Cantidad física Instrumento Modelo Frecuencia (Hz)<br />
Velocidad<br />
tridimensional<br />
Anemómetro<br />
sónico<br />
CSAT3 (CSI) 10<br />
del viento y temperatura<br />
tridimensional<br />
virtual (para<br />
determinar<br />
Q H)<br />
Densidad de vapor de<br />
Higrómetro de Kriptón o<br />
KH20 o LI-<br />
10<br />
agua/CO 2 ( para determinar<br />
Analizador de gas<br />
7500 (CSI)<br />
Q E y CO 2)<br />
infrarrojo
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 67<br />
Radiación de onda corta y<br />
Radiómetro Neto<br />
CNR1 (Kipp &<br />
1/min<br />
larga,<br />
Zonen)<br />
ascendente/descendente<br />
(para determinar Q*)<br />
La ecuación de balance de energía superficial, ya presentada anteriormente es:<br />
Q* + QF = QH + QE + QS + QA<br />
En esta ecuación, solo para recordar de qué se trata cada término, se repite aquí. De<br />
izquierda a derecha: Q* radiación neta, QF calor antropogénico, QH calor sensible, QE calor<br />
latente, QS calor almacenado, y QA calor advectivo. El valor de QF se puede obtener<br />
mediante una investigación de consumo de energía, o la utilización de modelos de energía<br />
en edificios y transporte. Sin embargo, debido a la carencia de información precisa, hasta<br />
la fecha, en la mayoría de <strong>ciudades</strong> mexicanas, se aconseja omitir el cálculo de este flujo<br />
de calor ya que su contribución al balance parece ser pequeña (de acuerdo a los resultados<br />
encontrados principalmente, para algunas <strong>ciudades</strong> de latitudes medias). También,<br />
omitiendo QA, el almacenamiento de calor (QS) se obtiene como residual de los otros<br />
flujos medidos (Q*, QH y QE), que es el modelo que con regularidad han usado los<br />
diferentes líderes en el campo de la climatología urbana.<br />
El sistema de covarianza turbulenta tiene sus limitaciones, no puede calcular<br />
apropiadamente los flujos cuando llueve, por lo que los días de precipitación deben ser<br />
omitidos. Para asegurar control de calidad de los datos medidos, se deben al menos realizar<br />
los tres pasos siguientes: corregir por fluctuaciones de densidad de vapor de agua, convertir<br />
la temperatura virtual sónica y eliminar la tendencia lineal de los datos.<br />
También hay que realizar un cuidadoso análisis de valores extremos y estadísticos básicos<br />
(media, varianza) con el propósito de que la información registrada esté en un rango físico<br />
razonable (umbral), y mantener un nivel aceptablemente pequeño de incertidumbre de<br />
datos observados.
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 68<br />
Se puede utilizar el software TK2 (Mauder y Foken, 2004) para aplicar todas las<br />
correcciones necesarias y pruebas de calidad de los datos. Algunos de los procesos que<br />
implementa son los siguientes:<br />
a) Elimina valores que no son posibles, electrónicamente y meteorológicamente<br />
b) Detecta picos, de acuerdo a Vickers y Mahrt (1997), basado en Hojstrup (1993)<br />
c) Determina tiempo de retraso entre las lecturas del higrómetro y el anemómetro<br />
sónico usando análisis de correlación cruzada<br />
d) Corrige viento cruzado de acuerdo a Liu et al., (2001)<br />
e) Transforma coordenadas mediante el método de ajuste (Wilczak et al., 2001)<br />
f) Realiza correcciones espectrales de acuerdo a Moore (1986), usando los modelos<br />
espectrales de Kaimal (1972) y Hojstrup (1981)<br />
g) Convierte flujo de flotación a flujo de calor sensible de acuerdo a Schotanus (1983)<br />
h) Corrige el flujo de calor latente por fluctuaciones de densidad y por flujo vertical<br />
medio de masa (Webb et al., 1980)<br />
i) Realiza iteración por pasos a causa de interdependencia de información<br />
j) Controla la calidad aplicando pruebas para condiciones de estado estable y<br />
turbulencia bien desarrollada (Foken y Wichura, 1996; Foken et al., 2004)<br />
Respecto a las mediciones, ya una vez elegido el sitio a estudiar, se deben realizar en la<br />
capa inercial (o capa de flujo constante), que es aquella parte de la capa límite que está<br />
libre de efectos de fricción causados por la superficie rugosa del suelo. Cada sitio urbano<br />
elegido es diferente y representa todo un reto decidir su puesta en operación, debido a la<br />
complejidad y heterogeneidad de ambientes urbanos.<br />
De principal importancia es la elección cuidadosa del lugar de estudio, y por tanto del sitio<br />
de medición; una especial consideración se debe dar a la altura de ubicación de los<br />
instrumentos, como ya se ha mencionado, y procedimientos apropiados de muestreo<br />
temporal. Los sensores de covarianza turbulenta deben estar expuestos como los sensores<br />
de viento, por arriba de la capa rugosa superficial, pero debajo de la capa límite interna de<br />
la zona climática urbana de interés. Aquí el objetivo es asegurar que todas las medidas se<br />
hagan en alturas representativas de la escala local, y por tanto evitar las influencias de las<br />
anomalías de superficie a escala muy pequeña (a micro escala).
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 69<br />
Se debe realizar una caracterización muy completa del sitio de medición y sus alrededores<br />
(los llamados metadatos), ya que esto va a determinar la relación que existe entre la<br />
partición de flujos de energía y usos del suelo. De tal suerte, se deben evaluar usos del<br />
suelo dominantes alrededor del lugar de medición (residencial, comercial, industrial, etc.).<br />
Características de la morfología superficial (rugosidad, altura de edificios, ancho de las<br />
calles, materiales, etc.) que rodea al sitio de medición deben ser evaluadas mediante<br />
investigaciones de campo y representadas preferentemente en un Sistema de Información<br />
Geográfica. En la tabla 8 se presenta un listado muy básico de la información que debe<br />
contener el sitio de medición y sus alrededores (en un radio aproximado de 1 km).<br />
Cuadro 8 Información básica que debe contener el sitio de medición y sus alrededores (en 1 km de radio, aproximadamente). Los parámetros z0,<br />
L y σv/u* son valores medios derivados de las medidas del anemómetro sónico; las dos últimas se necesitan para el cálculo<br />
Parámetro<br />
Información contenida<br />
Coordenadas geográficas<br />
Latitud (°), Longitud (°), Altura (msnm)<br />
Zona Climática Local Clasificación de Stewart y Oke (2012)<br />
Clasificación de uso del suelo Residencial, comercial, educativo, espacios<br />
baldíos, con vegetación, etc.<br />
Altura de instalación de instrumentos Z (m)<br />
Altura media de construcciones Z H (m)<br />
Longitud de rugosidad aerodinámica Z 0 (m)<br />
Ancho de las calles<br />
W (m)<br />
Altura de desplazamiento<br />
d (m)<br />
Relación de aspecto de cañón urbano Z H/W<br />
Fracción construida (edificios, otras Asfalto, pavimento, etc. (m 2 , %)<br />
superficies impermeables)<br />
Fracción de vegetación Césped, árboles, arbustos, etc., (m 2 , %)<br />
Material de techos<br />
Madera, losa de concreto, etc.<br />
Material de paredes<br />
Block, ladrillo, etc.<br />
Densidad de área construida<br />
Área construida/Área total<br />
Longitud de Obhukov<br />
L (m)<br />
Intensidad de turbulencia lateral σ v/u*
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 70<br />
En la figura 29 se muestra un ejemplo de la clasificación de usos del suelo mediante<br />
fotografías aéreas realizada la ciudad de Essen, Alemania. Análisis análogos deben<br />
realizarse para las <strong>ciudades</strong> mexicanas en las que se pretenda realizar BEA.<br />
Figura 29 Ejemplo de clasificación de uso del suelo (arriba) y fotografías aéreas (abajo) para lugares de medidas de flujos de energía en Essen,<br />
Alemania. Para el análisis superficial se eligió un radio de 1 km. Tomado de Weber y Kordowsy (2010).<br />
La identificación de las características superficiales de la huella impresa (footprint), o área<br />
fuente, tienen el mayor impacto en los intercambios de energía entre la baja atmósfera y<br />
esas características, por lo que es necesario su conocimiento. La estimación de las áreas<br />
fuente de los flujos turbulentos (análisis de huella impresa), se puede realizar usando el<br />
modelo FSAM de Schmid (1997) con el propósito de conocer las contribuciones de flujos<br />
turbulentos por cada sector de viento a barlovento del sitio de medición.
<strong>Balance</strong> energético atmosférico en <strong>ciudades</strong>: Propuesta metodológica para México 71<br />
Para caracterizar la meteorología local, inmediata al sitio de medición de donde se ha<br />
ubicado los instrumentos de balance de energía superficial atmosférico, es necesario medir<br />
las componentes de los flujos de radiación solar, y de onda larga, entrante y saliente, ya<br />
que colectivamente proveen información muy útil del balance, e información<br />
meteorológica básica como velocidad y dirección del viento, temperatura del aire, humedad<br />
relativa, presión atmosférica y precipitación pluvial.<br />
Un último comentario a añadir en esta propuesta de esquema preliminar de evaluación de<br />
BEA en <strong>ciudades</strong> de México es que, para la ciudad de México y ciudad de Mexicali, cuyo<br />
compromiso de esta consultoría es presentar resultados de ese BEA, no se realizarán<br />
campañas de monitoreo de flujos de energía, por la inversión no disponible, tanto de<br />
recurso económico como de tiempo para realizarlas, sino que, a partir de campañas ya<br />
realizadas se discutirá el papel de ese balance con los usos del suelo y su morfología, lo<br />
que permitirá construir escenarios del futuro climático en función de la urbanización de<br />
esas <strong>ciudades</strong>.<br />
En el reporte 2b, titulado “Modelación de <strong>Balance</strong> Energético Atmosférico en Ciudades”,<br />
se presenta una relatoría de modelos de balance utilizados en las zonas urbanas para la<br />
estimación de flujos de energía. Al final del mismo se propone utilizar uno de esos modelos<br />
para realizar una estimación y un análisis comparativo de distintos flujos de energía para<br />
la ciudad de Mexicali, cuya base de datos se encuentra disponible para su uso.<br />
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