EmprendeGuía octubre No 3

Chav@s y chavit@s
Emprendedores
A lo largo de la vida como estudiante, desde
nivel medio superior hasta la carrera
universitaria he conocido muchos emprendedores,
todos con algo en común,” la pasión,
las ganas, el hambre” de crecer, de
desarrollar negocios exitosos donde uno
sea el jefe y trabaje para tener una vida llena
de lujos, ¿pero esta pasión se aprende
en la escuela? Para muchos estudiar una
carrera que este enfocada a la educación
empresarial abre las ganas de emprender.
Si bien el estudiar algo referente al ámbito
empresarial, nos amplía el panorama
emprendedor, la formación profesional no
nos da todas las herramientas para ser
emprendedores, las aulas nos brindan “laboratorios”
para experimentar situaciones
laborales en un ambiente amable y controlado,
en donde lo máximo que puede ocurrir
es equivocarse y tengamos que volver
a intentar esas pruebas. Por otro lado, está
el adquirir experiencia de situaciones reales
de fuentes externas al ámbito escolar,
que provean a las personas las habilidades
y conceptos básicos para desarrollarse en
una sociedad en donde cada vez hay más
emprendedores.
La escuela puede ser un excelente laboratorio
de pruebas, sin embargo, se puede y
se tiene que complementar esa educación
con experiencia. En conjunto estas dos
cuestiones pueden forjar un sentimiento de
pertenencia hacia los negocios, pero la pasión
y la entrega por una idea, tiene que venir
de un emprendedor y ser emprendedor
y estudiante a la vez es una tendencia en
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incremento que puede abrir muchas puertas
hacia el éxito.
Desde que uno está estudiando, ya se puede
considerar un empresario, al fin y al cabo,
una educación universitaria es una inversión
considerable, ya que hoy en día existen demasiados
jóvenes que están gastando miles
de pesos –que no tienen– en recibir capacitación
para empleos que no existen o que
no serán bien remunerados.
Si te estás preguntando si puedes estudiar
y emprender, esto puede ayudarte:
Dar el primer paso puede ser desalentador,
aunque la escuela crea metodologías,
oportunidades y modelos de negocios donde
estás rodeado de individuos y equipos
llenos de energía que piensan como tú y
que puede significar una gran motivación.
Así que, ¿deberías ir a clases o más bien
arreglártelas por ti mismo y emprender?
No hay una respuesta como tal. Al parecer,
combinar ambas experiencias parece tener
sus ventajas. “Hay ciertas cosas que se
pueden enseñar: marcos teóricos, conceptos,
etc., pero la única manera de aprender
acerca del espíritu emprendedor es ejercerlo”.
Antonio Martínez.- Ingeniero en Sistemas