En Obra 169 - Diciembre 2017

Mirando
hacia el
2018
DOS EXPRESIDENTES DE LA REPUBLICA
OTEAN EL PANORAMA DEL PAIS PARA EL PROXIMO AÑO.
SON OPINIONES COLOQUIALES QUE
NO POR BREVE DEJAN DE SER SUSTANCIOSAS.
LA INVITACIÓN PARA ESCRIBIR TAMBIEN SE LE REALIZO AL EX
PRESIDENTE MUJICA QUE AMABLEMENTE SE EXCUSO.
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Buenos y malos vientos
JULIO MARÍA SANGUINETTI
Nuestra región se encamina hacia un período de mayor
estabilidad institucional y todo indica que podrá mantener razonables
indicadores de crecimiento, si inesperadamente no cae
un rayo del cielo. Los vientos son, entonces, favorables, pero —
como siempre y ya lo decía el Séneca hace veinte siglos— lo más
importante es el rumbo que le pone el marino. De él dependerá
de que vayamos a un puerto seguro, zozobremos o simplemente
tengamos que capear tormentas. Ese es el real debate, si queremos
mirar la perspectiva de futuro.
Argentina se encamina a un tiempo de reformas realmente
progresistas, que superen las medidas populistas que hicieron
artificial la economía, la llenaron de subsidios cruzados, despilfarraron
la bonanza del 2003 al 2012 y manosearon al infinito la
garantía del Estado de Derecho. La reciente elección ha confirmado
el mandato al Presidente Macri, pero él no tiene todavía
una mayoría parlamentaria y tendrá que negociar, con parsimonia,
cada ley. En este caso el rumbo está claro y es prometedor.
La duda está en la velocidad de los cambios.
Brasil adolece todavía de una gran incógnita. El actual
gobierno ha encarado reformas importantes, algunas impopulares
pero imprescindibles (como en las jubilaciones) y sin duda
aliviará mucho al gobierno futuro, que comenzará en el inicio
de 2019. Desgraciadamente, el Presidente Temer ha tenido que
luchar por su sobrevivencia, pero a nuestro juicio ha sido positivo
para Brasil que pudiera afirmarse en el cargo y continuar esta
obra de relevancia.
Los temores vienen por el futuro. La crisis moral de Odebrecht
hundió a todo el sistema político e hirió severamente al
empresariado brasileño. Los dos partidos, PT y PSDB, que se
habían alternado en cinco períodos, se han derrumbado. Es una
desgracia, porque era la primera vez que había partidos nacionales
estables. El futuro entonces es una incógnita. Está abierto
a propuestas extravagantes, a la reaparición de un Lula muy
debilitado o aún a una caída populista. En el país más grande
de la región, por territorio y economía, esto es particularmente
relevante.
Paraguay sigue su marcha de fuerte crecimiento y, una vez
que el Presidente desistió de su desnorteado proyecto de reelección,
se ha ganado en un clima favorable.
Miramos hacia la región, porque Uruguay depende mucho de
lo que ocurra en el vecindario. Nuestras fronteras son abiertas y
los primeros inversores vienen de cerca.
Nuestro país, por su lado, no muestra a corto plazo tormentas