El Mundo Sobrenatural Enero 2017 - La España Misteriosa

Págin a 17
l A dA MA de bl An co d e A i g ü e s
Fachada del Preventorio
de tuberculosos de Aigües
Originalmente diseñado y
proyectado como “Hotel Miramar
Estación de Invierno” por su dueño
y promotor, el Sr. Conde de Casa
Rojas (y Marqués de Bosch), en
1816, el emplazamiento donde se
ubica ha quedado firmemente documentado
como una zona cuyas
aguas ostentan propiedades curaivas.
El 30 de noviembre de 1596, la
propiedad de las aguas se concedería
a la ciudad de Alicante, que la ostentaría
hasta el año 1816.
El único edificio que coninúa
en pie fue construido en 1816
por Pedro García Faria, ingeniero y
arquitecto, mientras el Sr. Conde decidió
aumentar el tamaño del conjunto
mandando construir pequeñas
viviendas en los aledaños, desinadas
a todos aquellos que prefiriesen
estar alejados del alboroto. Por desgracia,
no tardaría en producirse un
conflicto entre la Administración Pública
y la familia del Sr. Conde, quien
finalmente acabó siendo reconocido
como el legíimo propietario.
En 1865 comenzaría, finalmente,
la construcción del “Hotel
Miramar Estación de Invierno” y del
balneario completo en un nuevo
concepto hasta ahora inexplorado:
un complejo urbanísico de dimensiones
espectaculares ubicado
frente los aniguos mananiales y
presidido por un edificio central correspondiente
al hotel, dotado con
servicios tales como vaporarios, casino
con ruleta, sala de fiestas, dos
capillas católicas, biblioteca, comedor,
instalaciones deporivas, zona
de juegos para niños, etc. Entre sus
muchas prestaciones, destacaba el
saneamiento estanco o por WC, algo
muy novedoso en la época, además
de la mulitud de numerosos edificios
y caminos que surcaban los aledaños,
a modo de ciudad. Piscina
navegable, panadería, granja, bancos,
rotondas y demás elementos
concluían este complejo de principios
del siglo XIX.
“La Dama Blanca
aparecía también
en el reflejo. Si
sonreía, significaba
que el futuro de la
persona sería afortunado,
de lo contrario
anticipaba
desgracias...”
Su esplendor duraría hasta,
aproximadamente, 1930, una etapa
en la cual recibió a mulitud de personalidades
que disfrutaban de un
servicio diferente, orientado al descanso
en una zona boscosa, rodeada
de aguas termales. Por desgracia, la
Guerra Civil interrumpió la acividad
hotelera y, en 1936, el Estado adquirió
el edificio para converirlo en Patronazgo
Infanil Anituberculoso,
aprovechando las caracterísicas de
la zona con el fin de tratar una enfermedad
que, hasta el momento, no
había alcanzado la cura. En cierto
modo, también se dio cabida a niños
necesitados y huérfanos, en atención
a la gran canidad de miserias
que estaba generando el conflicto.
Una vez finalizada la Guerra
Civil y, con el comienzo de la exinción
de la enfermedad, el complejo
fue abandonado. Si bien es cierto
que, en 1973, el Patronato Nacional
Anituberculoso presentó un proyecto
para rehabilitarlo, pero todo
quedó en una intención, al igual que
en 1989, cuando una empresa lo adquirió
también con esa misma intención.
En 1993 se firmó un convenio
urbanísico con el Consistorio, con el
fin de desarrollar un proyecto de
construcción de dos hoteles y un
balneario, pero, tras un sinín de luchas
judiciales, fue adquirido por Valenín
Botella, presidente del
Hércules CF, en 2006.
En la actualidad, el deterioro
del edificio es más que evidente. En
los úlimos años se han producido
numerosos derribos (cuerpos anexos,
capillas), se ha cubierto la piscina
navegable y se han instalado
vallas para evitar riesgos, sobre todo
teniendo en cuenta la canidad de
invesigadores (y, también, vándalos)
que se desplazan hasta allí con el fin
de obtener resultados relacionados
con la muerte y la enfermedad.
Según cuentan, debajo de aquellos
restos existe un complejo laberinto
de túneles los cuales, incluso, comunican
con localidades vecinas.
Las leyendas que acompañan
este envejecimiento son innumerables.
La primera y principal, la
de la famosa “Dama Blanca”, la cual
no tardó en ser asociada a la presencia
de la primera esposa del Sr.
Conde Casa Rojas, quien dicen que
jamás abandonó el lugar. De hecho,
se reconoce la existencia de un espejo
ubicado en la escalera que comunicaba
la primera y la segunda
planta el cual, según disintos tesimonios,
reflejaba su presencia. Se
dice que, si alguien decidía observarse
en él, la “Dama Blanca” aparecía
también en el reflejo y que, si
sonreía, significaba que el futuro de