El Mundo Sobrenatural Mayo 2018 - La Expedición Desaparecida de Franklin

Con Ós c ar Fá b re ga
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Fotograma de la película “La Pasión de Cristo”
que esta es una de las consecuencias
del monoteísmo. El dios antropomorfo
masculino de estas tres
religiones, que viene a ser el
mismo, efecivamente absorbió en
sí los valores que las religiones politeístas
aplicaban a las diosas.
Con esto quiero decir, dejando
claro que ni mucho menos
pretendo defender a la Iglesia católica
o la inquisición, que es totalmente
falsa la idea, tan extendida
y tan new age, de que fue el Vaicano
quien se encargó de anular a
la diosa. Sí, en parte sí, pero, por
eso mismo, llegó un momento en
el que, relajándose en parte su férreo
monoteísmo, desde la propia
Iglesia comenzó a desarrollarse la
veneración hacia la diosa madre,
representada, como decíamos, por
María, la madre de Jesús. De ahí el
desarrollo de su devoción, el increíble
aumento de las iglesias consagradas
a sus disintas advocaciones
y el comienzo de sus milagrosas
apariciones.
En cambio, María Magdalena,
para la crisiandad, vendría a
significar otra cosa: la pecadora redimida
que se acaba conviriendo
en la más fiel seguidora de Jesús y
a la que este mostró un especial
cariño. Se convirió en el contrapunto
necesario. En la prueba de
que el amor, a lo crisiano, supera
y puede con el pecado. Ella, la
Magdalena, se convirió, por exten-
sión, en una representación simbólica
de todos nosotros, pecadores.
Y es que ya lo dijo Jesús
cuando, en una ocasión, le regañaron
por dirigirse a los pecadores:
Los fariseos y sus maestros de la
ley murmuraban contra los discípulos
de Jesús y decían: «¿Por qué
coméis y bebéis con publicanos y
pecadores?» Jesús les contestó:
«No necesitan médico los sanos,
sino los enfermos. Yo no he venido
a llamar a los justos, sino a los pecadores,
para que se conviertan».
(Lc 5, 30-32)
¿Por qué, entonces, esta
idea de relacionar a la Magdalena
con la diosa? Pues porque, si bien
es cierto que el crisianismo
adoptó a la Virgen María para cumplir
ese rol, lo hizo a cambio de ningunear
y castrar de cuajo toda
connotación de índole sexual. Era
la madre perfecta, amorosa y fiel,
elegida por la divinidad para encarnarse.
Pero también era célibe
como acto de entrega a Dios. Así se
explica que la new age, muy relacionada
con movimientos libertadores,
prefiriese acoger a
Magdalena como diosa.
Pero ¿de dónde sacaron
que esta era una mujer que ejercía
con libertad su sexo y defendía con
vehemencia su feminidad en un
mundo machista, tal y como muchos
han afirmado? De ningún
lado. Construyeron un personaje
en base a unos escuetos datos presentes
en el Nuevo Testamento y
algunos apócrifos, y lo enriquecieron
con epítetos y atributos que
nada ienen que ver con la Magdalena
original. Además, generalmente,
se suele confundir al hablar
de la diosa: una cosa fueron las
diosas madre, como Isis, y otra las
diosas del amor y el sexo, como
Afrodita y Astarté.
Lo obvio es que los primeros
crisianos y los evangelistas, por
algún extraño moivo (o no tan extraño,
simple machismo), ningunearon
el papel de la Magdalena.
Si de verdad estuvo presente en los
momentos claves de la vida de
Jesús, su importancia dentro del
grupo tuvo que ser mayor de lo
que nos han contado. El problema
es que diícilmente lo sabremos.
Sí, quizá fue su pareja, o su
esposa. Pero parece diícil creer
que, de serlo, se haya omiido un
aspecto tan esencial por los evangelistas.
¿Por qué? ¿Por qué omiir
que eran pareja? Es más: ¿por qué
no existe ningún evangelio apócrifo,
esos que tanto traen a colación
los que defienden esta idea,
que exprese claramente esta idea,
si es que alguna vez fue verdad?
ÓSCAR FÁBREGA
TEMPUS FUGIT