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El Mundo Sobrenatural Mayo 2018 - La Expedición Desaparecida de Franklin

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Relato:<br />

Con Paco Gra n ados Págin a 5 6<br />

“Ayudadnos”<br />

Noches atrás Natalia había estado escuchando unos ruidos un tanto extraños, que no sabía exactamente<br />

<strong>de</strong> don<strong>de</strong> procedían. Del mismo susto no se atrevía a levantarse para ver qué o quién podía ser. Tenía un miedo<br />

atroz a la noche y a la oscuridad, ni siquiera era capaz <strong>de</strong> llamar a sus compañeros <strong>de</strong> piso para ver si ellos escuchaban<br />

algo. Acababa <strong>de</strong> amanecer y ella y sus compañeros <strong>de</strong> piso se encontraban <strong>de</strong>sayunando. Se dirigió<br />

a ellos para preguntarles si alguno <strong>de</strong> ellos había escuchado algún ruido esa noche. Al parecer ninguno <strong>de</strong> ellos<br />

había escuchado nada. Marta que dormía junto a ella, y Julián y Oscar que dormían en la habitación <strong>de</strong> al lado.<br />

Natalia y Marta salieron <strong>de</strong> su piso camino al colegio don<strong>de</strong> trabajaban. <strong>La</strong> tar<strong>de</strong> transcurría igual que<br />

cualquier otra. Natalia entró en una clase y vio a una niña sentada en su pupitre. Se acercó para preguntarle<br />

que hacía allí, ya que las clases habían terminado. Natalia y Marta eran las únicas que allí se encontraban, pues<br />

eran las encargadas <strong>de</strong> la limpieza <strong>de</strong>l colegio. - “¿Qué haces aquí, estás casigada?” - “¡No, ayudadnos!” En ese<br />

mismo instante entró Marta a la clase.<br />

- “Natalia, ¿con quién estás hablando?” - “Con ésta niña ¿no las ves?” - “Si no hay nadie” -Natalia se giró hacia<br />

don<strong>de</strong> estaba la niña y en efecto allí no se encontraba nadie. - “Te juro que ahí había una niña, te lo juro” contestó<br />

Natalia excesivamente nerviosa. - “Tranquila Natalia, se habrá ido corriendo no te pongas así”.<br />

Llegaron a casa y allí se encontraban sus otros compañeros. Natalia les contó lo que había pasado con<br />

aquella niña. Los dos bromearon sobre ello Comentaban entre ellos que seguro que aquello era un espíritu<br />

que venía a por ella. Natalia se marchó enfadada a su habitación. Marta se fue al poco iempo. - “Natalia, no te<br />

enfa<strong>de</strong>s, solo fue una broma” - “No me gustan esas bromas. <strong>El</strong>los saben <strong>de</strong>l miedo que me produce todo esto”.<br />

Eran las tres <strong>de</strong> la madrugada cuando <strong>de</strong> repente Natalia comenzó a senir un frío profundo que la <strong>de</strong>spertó.<br />

Se encontraba <strong>de</strong>stapada. Cuando se levantó para volver a taparse vio que a los pies <strong>de</strong> la cama se encontraba<br />

la silueta <strong>de</strong> un niño. Rápidamente y llena <strong>de</strong> terror encendió la lamparita que tenía en la mesita <strong>de</strong><br />

noche, y <strong>de</strong> repente una voz… - “Ayudadnos” - Natalia gritaba <strong>de</strong>sesperadamente. Marta se asustó al escuchar<br />

aquellos gritos y saltó <strong>de</strong> la cama. Al momento Julián y Oscar salieron corriendo hacia su habitación para ver<br />

que ocurría. Natalia se encontraba temblorosa y muy nerviosa. - “Estaba ahí al lado <strong>de</strong> mí cama, estaba ahí” -<br />

“¿A quién te refieres?” - “No sé, había un niño pidiendo ayuda” - Sus amigos creyeron que se trataba <strong>de</strong> una<br />

burla hacia ellos por aquella broma que le hicieron. Cuando se disponían a volver a su habitación la puerta <strong>de</strong>l<br />

cuarto <strong>de</strong> Natalia se cerró sola <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> ellos. Comenzaron a escuchar gritos y pasos… <strong>El</strong> frío en la habitación<br />

era cada vez más intenso. Ahora eran los cuatro los que tenían miedo. Podían escuchar claramente unas voces<br />

<strong>de</strong> niños que <strong>de</strong>cían… - “Ayudadnos, ayudadnos”<br />

<strong>El</strong> pánico se apo<strong>de</strong>ró <strong>de</strong> todos. <strong>La</strong> noche la pasaron los cuatro juntos, sin querer moverse <strong>de</strong> allí. A la<br />

mañana siguiente todavía con el miedo en el cuerpo <strong>de</strong>cidieron ir a hablar con el dueño <strong>de</strong> la casa, para ver si<br />

él alguna vez había senido algo. Cristóbal, que así se llamaba el dueño les comentó extrañado… -“No, aquí normalmente<br />

solo se escucha los sonidos ípicos <strong>de</strong> un edificio aniguo; el crujir <strong>de</strong> la ma<strong>de</strong>ra y esas cosas, pero<br />

voces nunca” - Cristobal les comentó que podría tener senido las voces <strong>de</strong> aquellos niños, ya que aniguamente<br />

el edificio era un orfanato y solían enterrar allí a los niños que fallecían. Aquellas palabras les asustaron más y<br />

se marcharon <strong>de</strong> nuevo a su piso. No tenían más remedio que volver, pues no tenían a dón<strong>de</strong> ir. Aquella noche<br />

<strong>de</strong>cidieron dormir todos en la misma habitación por si ocurría algo y estar así los cuatro juntos. Una vez más a<br />

las tres <strong>de</strong> la mañana empezaron a senir frío, mucho frio… Veían sombras por todos lados. Entonces Julián se<br />

armó <strong>de</strong> valor y se dirigió a aquellas sombras. -“¿Qué es lo que queréis?“ - “Ayudadnos” - “¿Y cómo os po<strong>de</strong>mos<br />

ayudar? Decírnoslo”...<br />

De pronto dos niños vesidos con ropaje aniguo, se presentaron en la habitación. Eran dos niños; Un<br />

niño y una niña <strong>de</strong> unos diez años. Sus caras eran pálidas y estaban cubiertos <strong>de</strong> polvo. Les estaban señalando<br />

el pasillo… Los cuatro amigos fueron hacia allí. Uno <strong>de</strong> los niños se paró justo <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> la cocina y les señaló<br />

los muebles <strong>de</strong> la cocina que había colgados en la pared. Julián y Oscar los quitaron rápidamente. Golpearon<br />

en la pared y se dieron cuenta que estaba hueca. Les dijeron a Natalia y a Marta que les trajeran algo para romper<br />

aquella pared. <strong>El</strong>las rápidamente fueron a buscarlo. Se pusieron a dar golpes hasta que consiguieron hacer<br />

un agujero. De pronto <strong>de</strong> aquel hueco comenzaron a salir unas luces blancas parecidas a las orbes. <strong>El</strong> piso<br />

quedó todo iluminado. Los cuatro sinieron una paz enorme y a aquellos niños les cambió la cara. Era todo felicidad.<br />

Se acercaron a Natalia, Marta, Julián y Oscar. Mientras les daban un beso… - “Muchas gracias por ayudarnos<br />

a salir <strong>de</strong> ahí. Por fin somos libres” - Ante la presencia <strong>de</strong> ellos <strong>de</strong>saparecieron…<br />

PACO GRANADOS

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