UJ #17 - Perú de Tradiciones

Los retablos son adaptaciones andinas de las cajas de
San Marcos, unas cajas articuladas con imágenes de
santos dentro usadas por los sacerdotes para evangelizar
a los indígenas durante la Colonia. En la década de
1940, inspirándose en ellas, los habitantes del pueblo
de Quinua empezaron a crear retablos con distintas
temáticas en el interior tanto cotidianas (corridas de toros,
danzas, laboras agrícolas) como religiosas (la Crucifixión
en Semana Santa y el nacimiento de Jesús en Navidad).
Hechos con madera de cedro para tener un mejor
acabado, los retablos tienen dos coloridas puertas
decoradas con flores. Dentro, los personajes son
tallados y acomodados en niveles, con rostros y prendas
trabajados al detalle y características andinas tanto en
sus facciones como en el atuendo que lucen.
Diego Nishiyama
EXISTEN DANZAS EN PERÚ QUE
SE BAILAN ESPECIALMENTE EN LA
ÉPOCA NAVIDEÑA, POR EJEMPLO LOS
NEGRITOS EN HUÁNUCO, EL HATAJO DE
NEGRITOS EN CHINCHA O LA NAVIDAD
DE CHIHUA EN AYACUCHO.
o chicha de maíz. Cuando los pastorcitos terminan de
inspeccionar todas las viviendas, deciden cuál de los
nacimientos merece ser nombrado ganador con la ayuda
de una comitiva de adultos y se entrega el premio a los
propietarios.
Las famosas ‘pastoreadas navideñas’ también son típicas
en algunas regiones de la selva, donde los vecinos se
organizan para disfrazarse como los personajes que
aparecen en el nacimiento y en la Biblia y siguen el
camino de la estrella de Belén por las calles. Mientras
caminan, bandas de músicos animan el ambiente con
canciones locales.
Algunas de las
figuras vendidas
por los artesanos
representan
danzas típicas de
Cusco.
Dejemos la sierra peruana y volemos a la selva.
Los pesebres decorados con paja y madera son
transformados al mejor estilo ‘charapa’, aprovechando
las hojas de algunos árboles como los de plátano e
incorporando otros elementos como flores y frutas. Aquí
los niños son quienes más disfrutan y los protagonistas
de una de las tradiciones principales: los pastorcitos.
Días previos a la Nochebuena, los niños se agrupan
y se disfrazan para recorrer las casas de sus vecinos y
apreciar la decoración de sus nacimientos. En cada visita,
los anfitriones los despiden con bolsas llenas de dulces
¿Y qué sería de la Navidad sin la tan esperada cena? Perú
tiene una gran riqueza de ingredientes para aprovechar
y darle un toque especial. En regiones de la selva, el pavo
es reemplazado por gallina y en la sierra por lechón. El
brindis no se hace con champán, sino con una natural
chicha de jora hecha con maíz en el norte; y el lugar del
dulce panetón es ocupado por las guaguas, que son
panes rellenos en forma de bebé.
Celebrar la Navidad en Perú es una manera de aprender
más sobre nuestra cultura y costumbres, enriqueciendo el
sentido detrás de esta fiesta: la unión familiar y la reflexión.
79