Dragon Army Chronicles

Pénril ocasionó que su amistad fuera muy fuerte. Él diseñó un
chaleco antibalas extremadamente ligero y muy resistente para
Eddy pero ante la condición de que lo usaría si todos los Yakuza
tenían uno, entonces fabricó chalecos para todos los integrantes.
El resultado de las misiones que les encomendaba era muy
satisfactorio para Benji Genzo, sin embargo no estaba muy
contento con las técnicas utilizadas, la sangre fría que corría por
sus venas lo obligaba a que todas sus misiones encomendadas se
cumplieran con la mayor cantidad de bajas enemigas posibles y
siempre le recriminaba a Lord Pénril por sus métodos suaves. Sin
embargo la gran efectividad del mismo en el objetivo de la misión
le proporcionaba un trato especial y complacía bastante al señor
Genzo.
Año Terrestre: 2000
Ese día Lord Pénril, acababa de recibir una orden directa de
Benji Genzo para llevar a cabo una misión muy importante y
delicada, para la cual le había dado libertad absoluta de recursos
y personal. En ese momento él ya tenía todo preparado, y
comenzaría a explicar todo a su gran amigo Eddy, el cual ya estaba
presente después del llamado urgente para el que fue invocado.
– Caballeros, la situación es la siguiente: el Lic. Gerald Santini,
un muy respetado miembro del gobierno, y dueño de un prestigioso
colegio privado de alta seguridad, ha estado pasando información
a un contacto de un gobierno de otro país. Normalmente estos
asuntos no nos competen, sin embargo entre esa información, se
encuentra comprometido el Sr. Genzo. El problema radica en que
no tenemos pruebas para lograr acusarlo y que lo destituyan, por
lo que se convenció a un alumno de ese colegio privado para que
cooperara con nosotros y así lograr tener dichas pruebas. Este
espía nos informó el día de hoy a las 1230 horas, que después de
varias semanas, ya había logrado grabar la información suficiente
en una memoria USB, y a las 1300 horas volvió a hacer contacto
indicando que lo estaban buscando, revelándonos la ubicación
donde ocultó la memoria. A las 1330 horas tenía que haber hecho
contacto, y al seguir sin contactarse dos horas más, el Sr. Genzo
ordenó su inmediato rescate.
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