Periódico Nautilus

Literario
La caída de los gigantes, la subida de Ken Follet
“Dondequiera que tú vayas, iré
yo, y dondequiera que vivas,
viviré; tu pueblo será mi pueblo
y tu Dios, mi Dios; donde tú
mueras, moriré yo, y allí seré
enterrada”. Maud a Walter.
Ken Follett se ha consolidado
como uno de los autores de
novela histórica más insignes
del mundo de la literatura contemporánea
gracias a obras
como Los Pilares de la Tierra
y Un mundo sin fin y la trilogía
The Century.
Con la publicación de sus primeros
libros, Follett comenzaba
a apuntar maneras. La
isla de las tormentas se convirtió
en su primer gran best seller
y, a partir de entonces, el
británico no ha cesado en adquirir
fama, prestigio y, principalmente,
gloria.
Con todo, son sus últimas dos
novelas, La caída de los gigantes
y El invierno del
mundo, las que han permitido
que el galés se haya convertido
en el narrador de la Historia
mundial por antonomasia.
Sendas obras pertenecen a la
trilogía The Century, que relata
la historia europea y estadounidense
del siglo XX: La
caída de los gigantes se
ubica en el contexto de la Primera
Guerra Mundial, la Revolución
Rusa y la lucha de hombres
y mujeres por conseguir
sus derechos, mientras que El
invierno del mundo lo hace
en medio del auge del nazismo
y de la Segunda Guerra Mundial.
En La caída de los gigantes,
a lo largo de sus 1017 páginas,
además de narrar grandiosamente
los
acontecimientos históricos
más relevantes del primer tercio
del pasado siglo, el galés
también mezcla de manera sobresaliente
la vida de cinco familias
de diversos países
(Estados Unidos, Rusia,
Gales, Alemania e Inglaterra),
cuyos destinos se cruzan por
diversas circunstancias.
Siguiendo esta línea se encuentra
la historia de amor de
Lady Maud Fitzherbert y Walter
von Ulrich, dos de los principales
protagonistas de la
novela. Ella, liberal, sufragista
y hermana del conservador
conde inglés Fitzherbert; él, diplomático
de la embajada alemana
de Londres, amigo del
conde e hijo del diplomático y
militar alemán Otto von Ulrich.
Ambos representan el triunfo
del amor no obstante de las
adversidades –con el estallido
de la guerra, Walter tuvo que ir
al frente para defender a su
país, Alemania, mientras que
ella permaneció en Inglaterra
luchando por el derecho al
voto de las mujeres y ayudando
a las viudas y los huérfanos
de combatientes
fallecidos en el frente-. Sin embargo,
estas dificultades también
estuvieron presentes
cuando concluyó lo que, a
priori, representaba su principal
obstáculo: la guerra.
Puesto que, con el triunfo de
Inglaterra y la derrota de Alemania,
estaban prohibidos los
viajes entre sendos países,
Maud sacrificó sus amistades,
familia y riqueza para vivir
junto a su esposo, aunque
esto supusiera hacerlo en la
pobreza –el Tratado de Versalles
establecía, entre otras
cosas, el desmantelamiento
del ejército alemán y, con ello,
el empobrecimiento de sus
miembros-.
Sin lugar a duda, no es necesario
acudir a grandes tomos
para aprender la historia del
siglo XX. Basta con leer La
caída de los gigantes para
que, a través de Ken Follett,
podamos documentarnos
sobre lo que ocurrió en el
lapso mencionado, a la par
que disfrutamos de intriga,
lucha, amor, victorias, derrotas.
En definitiva, disfrutar,
aprender y recrear –tal y como
dijo el novelista galés- “la historia
de mis abuelos y de los
vuestros, de nuestros padres y
de nuestras propias vidas. De
alguna forma es la historia de
todos nosotros.”
Arantxa Plaza 2º BCS