Revista trendTIC Ed. 19

Ciberseguridad
Ciberseguridad
Ciberseguridad como área prioritaria para el
país y necesidad de mayor participación de
la academia en la formulación de políticas
y medidas para su implementación
Diego Moreno Carrasco. Abogado, Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo, Universidad de Chile.
Magíster en Derecho y Nuevas Tecnologías, Universidad de Chile
En el mes de septiembre de este
año se realizó en la ciudad de
Washington D.C., el Simposio sobre
Ciberseguridad de la Organización
de los Estados Americanos
(OEA), en el cual se dieron cita
expertos de la región para tratar
e intercambiar experiencias con
especial énfasis en los temas que
han tomado la agenda política
internacional en los últimos meses,
como por ejemplo los ciberataques
a instituciones públicas
y privadas, servicios y procesos
(especialmente el sector bancario);
el ciberterrorismo; la ciberdelincuencia,
y los tipos de medidas
de seguridad digital a ser
tomadas por las distintas instituciones,
que apunten a mejorar
sus capacidades de respuesta a
incidentes de los equipos de seguridad
encargados de ello.
En este contexto de cada vez mayor
conectividad digital, la protección
de la información, de las
redes y de la infraestructura crítica
cobra cada vez mayor relevancia,
al igual que la cooperación
y el intercambio de experiencias
entre los representantes de los
distintos países de la región, respecto
de la variabilidad constante
en los tipos de ciberataques a instituciones
o a la infraestructura
crítica de los países, lo que obliga
a su vez a la redefinición permanente
de conceptos. Si pensamos
en las denuncias de ciberataques
realizadas respecto de último
proceso eleccionario presidencial
de los Estados Unidos, resulta
como consecuencia la inclusión
de este tipo de procesos como un
nuevo tipo de infraestructura crítica.
Y lo anterior puede aplicarse
también a nuevos y futuros procesos,
servicios e infraestructura
que sean vitales en el funcionamiento
de un determinado país.
Chile, con apoyo de la OEA ha trabajado
en los últimos años en la
implementación de una Política
Nacional de Ciberseguridad, la
cual busca establecer un marco
general para la adopción de distinto
tipo de medidas que apuntan
a establecer un mínimo de
confidencialidad, integridad y
disponibilidad de la información.
La formulación de esta política
incluyó la participación de distintos
sectores, públicos y privados
de la sociedad chilena, principalmente
representados por el sector
empresarial, y con una baja
participación de la academia . Si
bien existen algunas razones que
podrían explicar esta última circunstancia,
como por ejemplo el
reciente aparecimiento de la discusión,
es necesario reflexionar
también cual podría ser su potencial
aporte al debate.
¿Por qué es necesario el aporte
de la academia?
En primer lugar, para la formación
de capital humano especializado.
Por ejemplo, la ciberseguridad
fue definida como un área
prioritaria por el Gobierno de Chile, a través de la Comisión
Nacional de Investigación Científica y Tecnológica
(CONICYT), el año pasado, para la asignación de becas
de perfeccionamientos de postgrados en el extranjero.
Esta definición reafirma la importancia de la formación
de profesionales capacitados en el área para el país, lo
cual no se condice con la realidad nacional en donde
actualmente no existen programas universitarios de ciberseguridad,
ni otras instancias de convergencia que
se aboquen al estudio del fenómeno en las universidades
e instituciones de educación superior. El éxito de
la Política Nacional de Ciberseguridad, en consecuencia
también podrá medirse en el futuro por la adecuada formación
de profesionales capaces de reflexionar y que
puedan solucionar los desafíos que plantea el fenómeno.
La formación de capital humano especializado en
los próximos años será fundamental para ello, a través
de los programas nacionales de financiamiento de estudios
superiores, y que podrá contribuir a la formación
posterior e inserción de profesionales a la academia,
incentivando a su vez la formación de profesionales,
en un área cuyas perspectiva de
crecimiento y empleabilidad resultan altamente
favorables para los próximos
años.
En segundo lugar, porque es en la academia
donde se origina el conocimiento.
Cuando hablamos de la necesidad
del estudio de la ciberseguridad como fenómeno,
es porque existen distintas áreas
del saber que pueden confluir con las miradas
desde sus respectivas disciplinas a la reflexión
del tema, y a la implementación de distintas
medidas, tanto en el área del derecho y las
ciencias sociales, así como en el área de las
matemáticas e ingenierías.
De esta manera, el trabajo colaborativo
resulta fundamental (tal como lo
declara la Política Nacional de Ciberseguridad),
siendo las universidades
e instituciones de educación superior
un espacio fecundo para la convergencia
de distintos sectores y actores,
para el desarrollo de investigación,
y para fomentar el diálogo
fluido entre los destinatarios de
las políticas y quienes toman las
decisiones, cuestión que resulta
fundamental para abordar con
éxito la materia. t
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