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venido aceptando el cambio de actitud y de metodologías de producción.
A la ingeniera le encanta ver los resultados de su trabajo. Encontrar fincas
con problemas de salud, bajo rendimiento productivo, alta tasa de mortalidad,
bajo manejo nutricional, bajo índice reproductivo (zootécnicos), representan
cuadros de análisis que hay que enseñar con franqueza pero con mucho
espíritu pedagógico al productor que demanda la asesoría técnica y científica de
Cooleche, en cabeza de ella. “Cuando el productor asimila recomendaciones y se
ven esos resultados, yo pienso que estoy haciendo bien mi trabajo”.
El ingeniero Monge lo corrobora, sin economizar palabras: “Nunca la he
escuchado quejarse del intenso calor ni de la insistente lluvia, pero si la he visto
orgullosa y feliz cuando encuentra respuesta positiva de un productor y juntos
logran mejorar la eficiencia de alguna empresa ganadera”.
Hay algo que no se puede ignorar: la resistencia del pequeño productor a
asimilar las recomendaciones. Por eso, Katherine sostiene: “el impacto en el
productor pequeño es mucho más visible. Mejora su calidad de vida”.
Con Katherine trabajan cuatro (4) mujeres en el laboratorio: Silvia Guerra,
licenciada en Química, Jefe del Laboratorio, la licenciada Yuliani Sánchez, gestora
del Sistema de Gestión de Calidad, Aydill Villamil, Analista de Laboratorio, y
Marjorie Saldaña, practicante temporal de la Escuela de Química.
LOS HOMBRES DE KATHERINE
El equipo de Transferencia de Tecnología es el frente que demanda
muchas tareas en conjunto. Lo componen nueve (9) hombres, profesionales
todos, quienes trabajan bajo la dirección de Katherine: Juan González,
asistente de departamento, Juan Castro, técnico en instalaciones de silos,
Yarisbeth Concepción, ingeniero zootecnista, Didiel Giono, zootecnista,
Guillermo González, médico veterinario, asignado mediante Convenio MIDA-
COOLECHE, Norlberto Mendoza, ingeniero agrónomo, Juan Castillo,
agrónomo, Manuel Sánchez, técnico pecuario, Jorge Luis Miranda, técnico
pecuario.
Las enseñanzas y aprendizajes de la ingeniera Katherine Alvarez están al
servicio de la eficiencia y a preservar con mucho celo el concepto de alta calidad
de Cooleche, en sus procesos de producción e industrialización de nutrientes,
pastos, henolaje, fórmulas bioenergéticas para la salud y crecimiento animal.
MONTPELLIER
En la finca ganadera Montpellier de propiedad de Guillermo De Roux,
asociado de Coooleche, la presencia de Katherine y su equipo ha sido
permanente. Aquí se puede observar con claridad los procesos de destete de
las terneras, dadas las buenas prácticas implementadas en este moderno y
tecnificado hato, y los mejores resultados conseguidos con el apoyo del equipo.
“En nutrición, al lado del doctor Cruz fui aprendiendo la importancia que
tiene el buen manejo de la parte de crianza de terneras, no solo de concentrado,
sino todos los efectos de manejo, que a veces son pequeños detalles que pasamos
por alto y que son muy influyentes en los resultados de crecimiento y buena
salud”.
Hay fincas que han cambiado su producción de doce (12) a dieciocho
(18) litros por animal y de 25 a 33 litros por día, gracias a esas recomendaciones
aplicadas por los productores. “Lo que buscamos es hacer una buena conexión
con las personas para que empiece a funcionar la comunicación. Poco a poco se va
generando esa correspondencia”. Aunque el trato no es igual con todos: “Unos son
muy técnicos y hablamos en términos técnicos. Con otros hay que hacer docencia”.
En la finca Montpellier, tres (3) años atrás había un poco más de 18 hectáreas
para pastoreo. Lo que hicieron la ingeniera Katherine y su equipo fue empezar
a monitorear las dietas de las vacas. Se trazaron programas de alimentación de
acuerdo a la producción animal. Se clasificaron las vacas. Con base a este proceso
se obtuvo mejores condiciones corporales de los animales, producción de leche
y tasa de preñez. Al parir, las vacas tenían crías más fuertes. Para cerrar el ciclo de
manejo, entonces se fijaron en el levante de terneras.
En la finca disponen de una cinta para medir el perímetro toráxico de las
terneras y con este método la cinta refleja el peso aproximado. Luego se hacen las
mediciones de peso por cada animal por día. Este pesaje determina lo que se gana
en rendimiento y se evalúa acudiendo al programa de nutrición elaborado con el
nutricionista de Cooleche. “En conjunto con el nutricionista evaluamos la ración
requerida por los animales. Este proceso se hace por lotes, y a la par, se examinan
cuidadosamente la calidad del pasto y el consumo real por animal”.
En Montpellier hay resultados por donde se quiera mirar, y ello ocurre
porque el productor y asociado dispone de una visión amplia que contribuye a
generar una cultura de buenas prácticas para el rendimiento ganadero y a que los
métodos técnico- científicos elaborados por el equipo de Cooleche, han logrado
tasas altamente positivas de producción y rendimiento. Una de esas buenas
consecuencias se vio en la gestación. Antes el promedio era de 32 meses. Ahora
es de 26 meses, en escala de 90 a 130 animales.
En Montpellier existen las razas Holstein-Pardo y hay cruces con la raza
Monbeliarde. Allí también se implementó desde el año 2017 la estabulación.
Este sistema de establo conlleva mediciones de comedero, que son medidas de
confort de los animales.
La señora Katia Jordán, administradora de la finca Montpellier, así como
Wilfredo Araúz, encargado de las terneras, siguen de cerca las metodologías que
propone Katherine Alvarez y su equipo técnico. Hay otra finca para atender
novillas y vacas secas, las cuales permanecen en descanso hasta 60 días para
volver al sistema y regular leche de la ubre. El levante de terneras opera hasta
los ocho (8) meses y es cuando los lotes de terneras ingresan al proceso de
producción.