Consejero Fiel Abril 2019

la imagen del que lo crió…”, la imagen
quiere decir: figura, representación, semejanza
o apariencia de algo. En nuestro caso, la figura
y la imagen de Cristo en nuestra vida se ha
formado en justicia y en santidad no fingida,
sino es una transformación real (Efesios
4:24), siendo semejantes a Cristo (Romanos
13:14), fortaleciendo ese hombre interior
por el Espíritu Santo (Efesios 3:16) y al igual
que Cristo venciendo el pecado (1ª San Juan
3:9), de tal modo que cada día nos vayamos
pareciendo más a Él. Algunos creen que como
ya conocieron de Cristo, ya se bautizaron y
tienen un lugar como Miembros de Iglesia eso
es todo, nada más alejado de la verdad. Pues
Dios tiene el plan de ir perfeccionándonos
hasta que lleguemos a la medida del varón
perfecto y siendo transformados de Gloria en
Gloria. De hecho, cuando se guía una persona
a las aguas de la Salvación, primero le llega a
los tobillos, luego a las rodillas, después hasta
los lomos y cuando ya no se pueda caminar
entonces nada en la abundante Gracia de
su Presencia (Ezequiel 47:3-6) y esta obra
será la regla general para todo creyente,
independientemente de su condición
económica, académica o su opulenta posición.
Tampoco será problema el trasfondo cultural,
su nacionalidad u otros factores, pues en
Cristo: “ (…) donde no hay Griego ni
Judío, circuncisión ni incircuncisión,
bárbaro ni Scytha, siervo ni libre...”
indudablemente en Él no hay acepción, “(...)
por verdad hallo que Dios no hace acepción de
personas; Sino que de cualquiera nación que
le teme y obra justicia, se agrada”, Hechos
10:34,35.
III. QUE CRISTO VIVA EN EL CREYENTE
Ese nuevo hombre tiene una razón, una base y
es Cristo asentado en el trono de nuestro ser,
como dijo el Apóstol “(…)mas Cristo es el
todo, y en todos”, así como Cristo llena
el Universo, también llena
nuestra vida, todo lo posee,
lo domina, lo sustenta, Él no
gira alrededor de nosotros,
nosotros giramos alrededor
del Él, es el centro de nuestra
vida. Ese es el efecto directo
en nuestra vida. Él ha querido
hacer de nuestro interior
su Casa (Hebreos 3:6), su
Morada (San Juan 14:23), su
Templo (1ª Corintios 3:16),
morando Él en nosotros,
nuestra nueva naturaleza
crece y es sustentada.
CONCLUSIÓN
Todos los días Dios ofrece
una nueva oportunidad para
renovarnos espiritualmente
y hoy no es la excepción, si
usted desea cambiar esas
vestiduras viles que trae
desde hace tiempo, hoy Él
puede revestirlo del nuevo
hombre haciéndolo libre y
poniendo en usted su misma
Imagen, habitando por la fe
en su corazón y dándole una
nueva vida.
Preguntas
1. ¿Cuáles son los beneficios
de haber obtenido el
conocimiento de Dios?
2. ¿Por qué es necesario que
nuestra imagen sea renovada
para ser nuevo hombre?
3. ¿Cuál es el efecto directo
de tener a Cristo viviendo en
nuestros corazones?
EL CONSEJERO FIEL
EL CONSEJERO FIEL
Sección Doctrinal 9 Abril 2019