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Guacara Enero 2019

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4<br />

partidario del minoritario Partido Republicano Democrático<br />

Radical de España), pero tenía un sentido de identidad con lo<br />

español. Este sector detestaba al colonialismo español, pero se<br />

aferraba a una idealizada identidad que negaba el criollismo.<br />

Hubiera preferido seguir como parte integral de España, pero<br />

con el poder local en sus manos.<br />

Ya de vuelta esa noche, estando en la jurisdicción de<br />

San Sebastián tocaron a las puertas de dos o tres casas para<br />

alojar hasta el día siguiente a dos desertores españoles que<br />

habían pedido auxilio para cruzar el río. Todos se negaron,<br />

atemorizados. Eran aproximadamente las 11:30 P.M. cuando<br />

llegaron al pueblo. El alcalde Manuel Rodríguez Cabrero<br />

le comunicó al gobernador todo lo sucedido. El alcalde se<br />

mantuvo fiel al gobierno español hasta su rendición.<br />

El relato que escribió el sargento americano John R.<br />

Musick sobre la batalla del río Guacio, es compatible con la<br />

versión de Franco. Al enterarse los americanos de que todavía<br />

quedaban tropas españolas al sur del río, sin poder cruzarlo,<br />

se dirigieron al lugar. Los españoles contestaron los disparos<br />

iniciales, pero cuando la artillería disparó, corrieron en todas<br />

direcciones. Muchos se ahogaron al tratar de cruzar el río. Los<br />

americanos atraparon alrededor de 50, así como 200 rifles y<br />

municiones. Las bajas americanas fueron seis heridos. Los<br />

americanos enterraron cinco españoles, no supieron cuántos<br />

se ahogaron y hubo muchos más heridos. 2 La guerra no llegó<br />

a territorio pepiniano.<br />

Puesto que ya ondeaba en Las Marías la bandera<br />

americana, se generalizó en Pepino referirse al pueblo<br />

colindante como “territorio extranjero”. Todo comenzó<br />

cuando el telegrafista Joaquín Barreiro se había negado a<br />

retransmitir a Lares un mensaje de la Fortaleza en el que<br />

el gobernador ordenaba a sus fuerzas militares a retirarse a<br />

Lares. Cuando Barreiro se enteró de que dos guardias civiles<br />

de Lares lo buscaban con orden de arresto, envió a Fortaleza<br />

el siguiente mensaje: “Telegrafista de San Sebastián a capitán<br />

general: “Urgentísimo. En estos momentos, a las cuatro de<br />

la tarde, salgo para el extranjero.” Al momento montó en<br />

su caballo y se dirigió a Las Marías. Permaneció bajo la<br />

protección del general Shwan hasta el armisticio. Barreiro<br />

luego fue editor y director de la Revista El Carnaval. Sobre<br />

él dijo el militar Ángel Rivero, cronista de la guerra, que era<br />

un famoso humorista, y jamás, en toda su vida, tomó nada<br />

en serio. 3<br />

El 12 de agosto fue declarado el armisticio y el 19<br />

de septiembre le correspondió al municipio de San Sebastián<br />

entregar el mando. Hasta el momento del armisticio 23<br />

municipios habían sido ocupados por las tropas americanas.<br />

Por los siguientes 65 días, las tropas recorrieron la isla<br />

ocupando una por una las restantes alcaldías, izando su<br />

bandera y nombrando funcionarios.<br />

Las tropas americanas entraron a Pepino, unos<br />

cabalgando, “cubriendo toda la calle”, y frente a la casa<br />

Cuerpo de infantería estadounidense en plena acción, 1898.<br />

Foto: THE MILITANT https://themilitant.com<br />

consistorial se oyó el alto. En medio del silencio que el pueblo<br />

mantenía, el zapatero Goyo Corniel exclamó: “Viva Puerto<br />

Rico americano”. El pueblo respondió jubilosamente. 4 Era<br />

el ansiado fin del despotismo español y, según la proclama<br />

del general del ejército americano, Nelson Miles, el inicio<br />

de una era de “garantías y bendiciones de las instituciones<br />

liberales” del gobierno americano.<br />

El médico José Franco, quien hablaba inglés por<br />

haber estudiado un año en los Estados Unidos, acompañaba<br />

al alcalde. Algunos años después relató detalladamente el<br />

cambio de mando para el anuario de las fiestas patronales:<br />

[El alcalde Manuel] Rodríguez Cabrero espera<br />

impaciente en su escritorio de la alcaldía la visita<br />

anunciada. Pocos momentos de dar el reloj de la<br />

iglesia de este pueblo las nueve de la mañana, un<br />

ruido ensordecedor se siente en la plaza. Son las<br />

tropas americanas, seguidas de un gentío inmenso,<br />

que invaden la calle frente a la alcaldía. Mandadas<br />

por un capitán y un teniente hicieron alto frente al<br />

edificio de referencia. La voz del capitán se oye<br />

en toda la plaza. “Atención” y, seguidamente, en<br />

su lugar, “descanso”. El referido capitán sube a la<br />

alcaldía y pregunta por el “mayor”. Se le introduce<br />

en la oficina del Sr. Rodríguez Cabrero, que lo recibe<br />

de pie y junto a este joven empleado que habla y<br />

entiende el idiona inglés.<br />

‒Sr. Alcalde, tengo órdenes de mi gobierno de izar<br />

en este edificio la bandera americana.<br />

‒Sr. capitán de las fuerzas americanas, el alcalde<br />

de este pueblo soy yo y no tengo órdenes de mi

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