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134 Bioética en medicina. Actualidades y futuro
(Capítulo 24)
y en el caso del médico, a recibir una retribución justa al respecto. No tan claro,
se comenta, resulta el derecho del paciente a inconformarse por los resultados,
frente al derecho del médico para que su actuación sea juzgada dentro del marco
en que se llevó a cabo y por profesionales con similar o mayor experiencia al respecto.
También se encuentran enfrentadas la obligación del médico a atender al
paciente en cualquier circunstancia, la clara autonomía del paciente para participar
en la elección del médico e intervenir en la toma de las decisiones y la posibilidad
del médico para no atender o dejar de hacerlo a un paciente en determinadas
circunstancias.
En un editorial, comento por primera vez la profesionalidad médica en el nuevo
milenio: un fuero médico, en el que lo anuncio y propongo como una referencia
entre los códigos del ejercicio médico.
En una publicación posterior, y con autorización de las diferentes organizaciones
que participaron en su realización, se vierte el texto completo producto del
trabajo de un comité de expertos promovido por diversas agrupaciones médicas,
entre ellas el American College of Physicians, la Sociedad Internacional de Medicina
Interna y la Federación Europea de Medicina Interna, publicado en diversas
revistas, proponiendo un código de ética con tres principios y varios compromisos:
principio de la primacía del bienestar del paciente, principio de la autonomía
del paciente, principio de la justicia social, y los compromisos con la competencia
profesional, la honestidad con los pacientes, la confidencialidad, de la mejora
de la calidad de la atención, de la mejora del acceso a la atención para una justa
distribución de los recursos finitos, con conocimiento científico, con la resolución
de los conflictos de intereses y con las responsabilidades profesionales.
La Secretaría de Salud publicó en una versión electrónica un código de conducta
para el personal de salud, en la página www.salud.gob.mx; en este artículo
se hacen comentarios sobre el código, que en opinión del autor es más un reglamento,
un conjunto de normas, que un código. Incluye consideraciones prácticas
que no son responsabilidad del médico, como las hechas acerca del abasto y del
horario en que deben ser servidas las comidas. Se trata de un claro ejemplo de que
cuando surge del Estado se realiza un reglamento y no un código, independientemente
de las consideraciones acerca de sus bondades o posible aplicabilidad.
En un escrito posterior se revisan los comentarios de la propuesta que se realizó
sobre la profesión médica en el nuevo milenio: un fuero médico, como posibilidad
de un código de ética. Se explica que en México, a pesar de haberse publicado
y de haberse realizado diversas reuniones, no se desarrolló ninguna respuesta;
incluso se comenta que en ciertas propuestas, como la de la Secretaría de Salud,
no se diserta ni se toma en cuenta. A través de diversas cartas a los editores de
prestigiadas revistas se reunieron comentarios; en algunas de ellas, especialmente
originadas en EUA, se destaca la defensa del juramento hipocrático como
marco del ejercicio de la actividad médica.