Ideas 20190922

Página SIETE Domingo 22 de septiembre de 2 019
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The Boys: Si las Kardashian
fueran psicópatas
l The Boys es una sátira de la farándula hollywoodense que llega cuando en los
cines pareciera que solo se proyectan películas que son cada vez más predecibles.
Pro m e te o
en llamas
Ad r i á n
N i eve
E s c r i to r
“The
B oys nos
presenta a
estos superhéroes
como seres
desprecia -
bles que están
más
p e n d i e n te s
de sus regalías
y popularidad
en
las redes
que de salvar
gente,
que no se
preocupan
si matan a
alguien en
el daño col
a te ra l ”.
Es 1998 y se estrena el video
Baby one more time. Britney
Spears canta vestida de
colegiala y se vuelve un
hit. Todos la amamos, las radios
ponen su canción y su imagen de
niña buena aparece en televisores,
revistas y periódicos del mundo
entero. Es la reina absoluta de la
cultura mainstream. Es el 2007 y,
ayudados por internet, esos mismos
medios la muestran rapada,
rabiosa, en medio de un colapso
de su vida y de su fama, que todos
juzgamos y miramos atentamente
porque ya ha comenzado la era del
morbo y la farándula. Ese mismo
año un nombre salta al estrellato
valiéndose de un sextape y de su serie
Keeping up with the Kardashians.
Sabemos de quién hablo.
Es el 2006, en los cines se estrena
Superman Returns yX-Men: The
last stand y los grandes fanáticos de
los cómics –que llevan leyendo a
esos personajes desde los 80 (si no
antes)– salen indignados, cansados
del cine de superhéroes y que
no se respete a sus ídolos. Es el
2008 y se estrena Iron Man, comenzando
lo que ahora conocemos como
el Universo Cinematográfico
Marvel. Es el 2016 y Deadpool ob -
tiene un éxito enorme al burlarse
de las convenciones que ese universo
estableció como parte del
cine de superhéroes, que para entonces
ya es un género.
Volvamos al 2006, cuando se
publica el primer número de The
B oys, escrito por Garth Ennis,
quien agarra más de 60 años de
cómics de superhéroes y los deconstruye
en una historia cínica
y cruda que no tiene miedo a
traspasar límites. Es un cómic
brutal que representa a los superhéroes
como adoradas celebridades,
que en realidad son
psicópatas y degenerados, mimados
por una megacorporación
capitalista que domina el
mundo. Y si bien es un cómic
inolvidable (excelente para algunos,
demasiado nihilista para
otros), para cuando salió, la crítica
a los superhéroes no era nada
nuevo. Alan Moore lo venía
haciendo desde principios de los
80 y ya mencionamos a D e a dp o o l
riéndose de ese heroísmo a lo
Disney, poniendo en evidencia
que Iron Man y compañía ya no
eran las vacas sagradas del cine:
el público quería ver nuevas dimensiones
de los superhéroes.
Es el 2008 y a alguien se le ocurre
una idea adelantada a su época:
adaptar The Boys. Pero, por
motivos que no vale la pena desarrollar,
esto no llega a nada. Es el
2014 y la boda Kardashian-West
está en boca de (casi) todo el
mundo. Es el 2016 y se anuncia
que Eric Kripke, escritor de la serie
S upernatural, y la dupla de
Evan Goldberg y Seth Rogen,
responsables de la genial S uperbad,
adaptarían esta historia para
Amazon Prime.
Es el 2019 y por fin se estrena la
serie que narra la historia de cómo
Hughie Campbell (Jack
Quaid) conoce a Billy Butcher
(Karl Urban), ambos habitantes
de un mundo en que la atención
no está en Britney Spears o las
Kardashian, sino en los superhéroes.
En su mundo son ellos los
protagonistas de reality shows,
son sus imágenes las que se venden
en todo tipo de mercadería y
publicidad, son embajadores de
causas humanitarias y la gente
de ese mundo los sigue en las redes
sociales, tal como nosotros
seguimos a las Kardashian.
The Boys nos presenta a estos
superhéroes/celebridades como
seres despreciables que están
más pendientes de sus regalías y
popularidad en las redes que desalvar
gente, que no se preocupan
si matan a alguien en el daño
colateral de sus peleas, pues
siempre habrá alguien que movilizará
abogados, publicistas y
asesores de imagen para limpiar
sureputación y mandar a callar a
los afectados.
Superhéroes que le pertenecen
a una megacorporación que mira
al otro lado cuando llegan reportes
de violaciones, extorsiones,
asesinatos y la amplia gama de
degeneraciones que poseen sus
superhéroes/celebridades, esas
depravadas gallinas de oro, en
una serie sobre un equipo de personas
que se dedican a darle golpizas
a los equivalentes de Superman
o Iron Man.
En nuestro mundo The Boys se
vuelve un éxito entre la crítica y
el público.
Claro que fue un éxito. The Boys
es una sátira/metáfora de la farándula
hollywoodense que llega
cuando en los cines pareciera que
solo se proyectan películas de superhéroes
que son cada vez más
predecibles, justo en la misma
época en que la dinastía Kardashian
supo establecer su reinado
mediático global, poseedoras del
poder de romper internet cada
que muestran las nalgas.
Hemos vivido 11 años de películas
Marvel, 12 años de K eeping
up with the Kardashians (y sus 9
spin- offs), hemos pasado de los
escándalos de Britney Spears a
los de Miley Cyrus, Selena Gomez,
Justin Bieber, etcétera...
The Boys es refrescante porque
logra criticar a este mundo farandulero
y también lo refleja, a
la vez que hace una deconstrucción
del género de superhéroes
al mostrarlos, ya no como esa
gente noble que se sacrifica por
nuestros pecados, sino como
gente. A secas. A eso hay que sumar
un reparto genial –especial -
mente Antony Starr en su rol como
Homelander–e interesantes
efectos especiales, que hacen
que The Boys logre a la vez atrapar
y entregar una crítica al género
de superhéroes y a la cultura
main stream de hoy en día.
Lo malo es que la serie no es contundente
con su propia crítica. Un
amigo lo resumió mejor que yo:
“The Boys (el cómic) era antihéroe
shit, esto (la serie) es hero shit que
parece The Boys”. Porque no es que
la serie sea mala, sino que en algún
punto pareciera que están convirtiendo
a los antihéroes en héroes,
o dándole un tono muy heroico a
los protagonistas solo por ser los
protagonistas .
Porque todo bien si criticas al cine
de superhéroes y a la cultura
mainstream, pero si lo vas a hacer
basándote en un cómic famoso
por su crudeza, no le bajes tanto el
tono, no te vuelvas tan ligero, no
pierdas la coherencia tropezando
en la misma piedra que tanto criticaste.
Ponle actitud y crudeza, deja
de pedir permiso.
En resumen: The Boys es una serie
bien hecha, divertida y que
funciona muy bien para “empe -
zar” a deconstruir el género de
superhéroes, pero que evidencia
que, si queremos que el cine y la
TV sean algo más que pipoqueros,
necesitamos atrevernos a
ver/hacer más que solo eso.