Ideas 20190922

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ideas 8 Domingo 22 de septiembre de 2 019 Página SIETE La última vez que nos vimos me había pedido dos ejemplares de mis libros, uno de ellos para regalárselo a Virgine Despentes. Mientras me dedicaba a despatriarcar para una de las autoras, cuyo pensamiento considero infaliblemente generador de desobediencia feminista, Paul me quiso pagar los libros y yo preferí cerrar el trato con un trueque: que nos leyera para radio Deseo un pedazo de su libro. El estreno de ese texto es de gran originalidad porque sé que es la única versión hablada que hay en el mundo con su propia voz. Desde que hace muchos años sufrí un accidente en la mano derecha, que ha convertido mi trazo en un desplazamiento torpe sobre la página, me dedico a hacer retratos hablados para dibujar con palabras, lo que con mi mano ya no logro hacer. Me vengo moviendo por diferentes ciudades, especialmente de este continente sin nombre, compartiendo con movimientos feministas y movimientos populares y nunca falta la pregunta ¿cómo es Paul Preciado? Me lo preguntan con curiosidad, con ilusión, como quien pregunta por alguien muy lejano y de difícil acceso, pero por un misterioso motivo como alguien necesario de conocer. Me tomo el tiempo de explicar cómo le veo, porque soy incapaz de decir cómo es, es por ello que he decidido volcar en este texto mi retrato hablado de Paul. Paul es una inyección intravenosa de sentidos que explosionan en el cuerpo de inmediato, sacándote del lugar donde estás parada y lanzándote hacia el espacio infinito. Paul es un personaje que rebalsa las instituciones que lo acogen con resquemor; cuando ocupa el museo maneja sus paredes como si de plastilina se tratara; cuando ocupa la academia en los diccionarios y enciclopedias de sus bibliotecas, se pulverizan y desactivan conceptos caducos. Tiene unas manos huesudas y largas representativas de las estructuras de todo su cuerpo. Lo conocí en la última etapa en la que estaba dirigiendo el programa de estudios independientes del MACBA en Barcelona. Por aquellos días estaba escogiendo su futuro nombre masculino, lo sentí eufórico seguro de poder lanzar desde ese lugar que se llama “m u s e o” un grito revolucionario de gran alcance. Sin embargo, cuando le planteé mis objeciones callejeras frente a la institución, lejos de recibir esa respuesta sorda de quien tiene tantas cosas claras, sentí una capacidad de interrogarse y escuchar que pocas veces se encuentra en un personaje de la talla de Paul. Cuando lo expulsaron fui a las puertas del museo a solas y en la noche a llamar su ajayu 1en una cita cósmica que conjurara esa violencia, porque estaba segura de que el golpe tuvo que Perf il Abrazapájaros: Paul B. Preciado, retrato no autorizado María Galindo Integrante de M u j e re s C re a n d o “La mirada de Paul está llena de luz, por eso es capaz de desper tar ilusiones, afectos desmedidos, seduccio - nes inmediatas, intrigas que le traen problemas noveles - cos”. l A propósito del estreno de la versión leída de la introducción a su último libro para radio Deseo. hacerle mucho daño, no por un cargo o un rango, sino por la sensibilidad física y psíquica de Paul. No fue la artista quien defendió su obra, no fue el movimiento artístico de Barcelona que se jacta de tenerlo, el que brilló por su ausencia fue él, en solitario con Miguel Roma. No fue una defensa heroica, todo lo contrario, fue una defensa de lo más básico, porque Paul no se deja confundir con la institución. Ciertamente es un personaje intimidante y much@s sienten quizás por eso que acercarse es imposible y le atribuyen todo tipo de adjetivos que quiero desmentir: no es arrogante, no es egocéntrico, no es un sabelotodo, no es academicista, no es institucionalista, no es racionalista, no es eurocentrista y no comparte ni una de las características de l@s intelectuales de academia que producen las universidades europeas. Paul ocupa otra dimensión y lo adviertes apenas le rozas. No por nada hoy se declara uranita y se ha colocado ya en otro planeta. Le preocupan el amor, los viajes intrapsíquicos al inconsciente y los colores que produce la naturaleza, que nunca estuvieron en la paleta de la escuela de arte europea; si le hablas del verde amazónico cierra los ojos para dejarse transportar, dispuesto a salir de sí mismo por esa puerta que él mismo ha abierto en su c u e rp o. La mirada de Paul está llena de luz, por eso es capaz de despertar ilusiones, afectos desmedidos, seducciones inmediatas, intrigas que le traen problemas novelescos, despliega un magnetismo del que él mismo se protege. No es el nómada que habita la selva y que sin casa va de sitio en sitio dentro de la selva, que es su propia casa. Nómada sin selva, pero también exiliado de una España conservadora y de una España progre, exiliado en pleno neoliberalismo y errante. No veo a Paul como precursor de una corriente de pensamiento con la que concordar o no, sino como un productor de brechas conceptuales que pueden ser los palos con que armarse una choza, el fuego con que calentarse o el agua con que refrescar el pensamiento. Sus ideas me interpelan de forma directa y es una interpelación ciertamente placentera. El parlamento de los cuerpos, son tejidos poéticos que ha venido organizando. Estamos hablando de horas y horas donde él asiste a su propio invento como Radio Deseo espectador. Su capacidad de mezclar gentes, edades, colores, sexualidades, proveniencias y poéticas para escucharles con atención, con cierta devoción, con amor. Es algo que no he visto hacer a nadie más que a Paul. Cuando cerramos el último parlamento, bailando después de 12 horas de construir juntos un mundo diferente y paralelo, una compañera asiática se lanzó a sus brazos volando de emoción; Paul, con los sentidos despiertos a pesar del cansancio, la sujetó en el aire como quien abraza a un pájaro. Paul habita el mundo masculino y desde ese otro lado nos manda claves secretas imprescindibles para desmantelar el patriarcado, su lucidez es por eso y por mucho más herramienta vital. 1Ajayu concepto aymara casi imposible de traducir; algunos traducen el concepto como alma, pero se trata de una estructura afectiva propia del sujeto. Cuando la persona sufre un daño, un accidente o una situación de violencia, decimos que se le “sale el ajayu”, por eso es importante llamar al ajayu para que vuelva a entrar en la persona y le permita reaccionar. Es un rito sanador de reconocida eficacia.
Página SIETE Domingo 22 de septiembre de 2 019 Entre el avance colla y el entreguismo camba La fotito de la Chiquitania en el año 2040 9 ideas l Del cuoteo de este territorio surgirán algunas élites de nuevo cuño de raigambre andina: élites agroindustriales, rentistas y constructoras. Cuando vemos a campesinos colonizadores/cocaleros exigiendo se les distribuya tierra de la Chiquitania, cuando el fuego sigue presente, tenemos la impresión de estar frente a gente desalmada. Es una mirada inmediata. Es una reflexión sobre lo que ocurre en la coyuntura que vemos. Sin embargo, si en 20 años sigo en este planeta, imagino que mi reflexión será otra. Comenzaría diciendo que el asuntito este de entregar tierra a los aliados sindicales no fue un hecho aislado. Fue parte de un combo de reinvención de este país desde otro horizonte. Desde el horizonte colla. Imagino, y voy al final de la reflexión, que del cuoteo de este territorio situado en el corazón cruceño, surgirán algunas élites de nuevo cuño de raigambre andina: élites agroindustriales (quizás las de menor peso); élites rentistas que usarán sus pedazos de tierra para rentarla a brasileños y/o diversos capitales transnacionales y/o élites “constructoras”que conseguirán urbanizar algunas de sus áreas concedidas para hacerlas “obras de cemento”. ¿Serán la excepción a la regla? No, la excepción la constituirán, cada vez más, aquellas élites de antaño, llámese “cruce- ños de pura cepa”, que verán cómo aquellos collas lograron “apo- derarse”del departamento. ¿Exagero? Seguro. Si lo que hago es futurología, y no puedo saber a ciencia cierta qué sucederá. Sé, sin embargo, que Santa Cruz tendrá algo así como cinco millones de habitantes en 2030 y es obvio pensar que la mayor parte serán migrantes o hijos y nietos de migrantes. Las nuevas urbanizaciones que ofertan terrenos a precios bajos, atraen y seguirán atrayendo a miles de collas de Potosí, La Paz, Oruro o Cochabamba cuyas rentas generadas en sus actividades económicas legales (construcción o transporte, por ejemplo) e ilegales (léase: contrabando o narcotráfico) serán reinvertidas, en buena parte, en la compra de terrenos, departamentos y casas, sea para vivir en ellos o para hacerlos “e n go rd a r ”. O sea, collas por doquier. También sé que el monopolio del comercio y el transporte, está en manos collas. He ahí el embrión de una nueva burguesía cuyo asentamiento en Santa Cruz es sólo parte de un proceso de renacionalización desde el Diego Ayo Po l i t ó l o g o “Las nuevas urbanizacio - nes que ofertan terrenos a precios bajos, atraen y seguirán atrayendo a miles de collas de Potosí, La Paz, Oruro o Cochabamba”. Ab e c o r vértice andino/comercial. Ya tienen pies en la Zona Franca de Cobija, en Villamontes, en Arica o en Shangái, incluyendo por supuesto un pie en el mercado las Siete Calles en Santa Cruz, o la Salada en Buenos Aires. Son los portavoces de esta revolución en curso que dista de ser la revolución que estaba en mente de algunos intelectuales (pro)indigenistas. Esta es una revolución burguesa. Igualmente tengo certeza de que nuevas camadas burocráticas de municipios rurales y de la misma región metropolitana lograron y logran parir nuevas élites no sólo políticas sino económicas. A partir del excedente público de sus gobiernos, emprenden la conformación de empresas que ganan (“torcidamente”, muchas veces) las convocatorias públicas. Se propicia pues una dinámica de “acumulación del excedente” desde ámbitos sociales no-tradicionales y, más bien, cercamos a las provincias cruceñas y/o a las poblaciones migrantes. La sumisión política de la Alcaldía de Santa Cruz al MAS, en realidad debe verse como la aquiescencia para que “todos ganemos con los recursos de las convocatorias públicas”: lugareños a la cabeza de Percy y otros no lugareños encabezados por Evo. ¿Qué significa esto? Pues que los “nuevos cruceños”tienen su domicilio en Santa Cruz, tienen el control de parte fundamental de la economía, han controlado parte de sus instituciones y recursos fiscales y hoy emprenden la conquista del territorio a partir de una “llamativa”quema. ¿Qué quedaría? Asumo que el avance cultural. ¿O es que ya ocurre? Sí ocurre. El cambódromo ya es hoy el recinto de las Alasitas. El Ekeko ya tiene acento cruceño y en vez de abarcas se pone chalas. Sena quina: instituciones, recursos fiscales, mercados, territorios y cultura empiezan a tener otros dueños. Para que eso suceda han tenido que ocurrir algunas cosas: permisividad con el narcotráfico, que seguirá fluyendo como capital ilegal que se (casi) autoblanquea; conculcación de las autonomías de parte de unas élites (tradicionales) que han rifado el liderazgo político de su región a cambio de llenarse los bolsillos; consolidación de lo que la intelectual argentina Maristella Svampa llama “extractiv ismo u rb a n o”, que permite construir y seguir construyendo bajo la tesis de que la vivienda no es para los pobres y/o los necesitados, sino para quienes pueden pagar y lucrar a su costa (la tierra como mercancía y no como derecho); establecimiento de un pacto con los agroindustriales al estilo del pacto colonial (de asimetría de poder) que describe Tristan Platt para el ayllu andino: “ustedes nos dan un tributo y nosotros les permitimos que sigan teniendo su ayllu”, que en nuestro caso es “ustedes se someten al Evo y nosotros les dejamos que sigan lucrando”; y/o, por supuesto, incendios a cuanto paisaje verde pase por el camino. Fue antes la Chiquitania, pero hay mucho más para dar. Imagino que algunos sucesos de la historia tienen una senda parecida, repleta de oportunistas, vivillos, ladrones e ilegales que con el transcurso del tiempo “l a v a n”su imagen y se convierten en empresarios reconocidos o políticos renombrados. Ya para entonces la fotito del incendio es sólo una anécdota pasajera.
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