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INTRODUCCIÓN A LA SEMIÓTCA
dos por Saussure son sin la menor duda sistemas de signos artificiales, profundamente
convencionalizados, como las señales militares, las reglas de etiqueta o los alfabetos”. 3
Quiere decir que en la teoría saussureana, el signo debía ser artificial e intencional, dejando
de lado las manifestaciones naturales y no intencionales. Por el contrario, Pierce
no requiere, para ser definido como signo, que se emita intencionalmente o se produzca
artificialmente. “La tríada de Pierce puede aplicarse también a fenómenos que no tienen
emisor humano, aun cuando tengan un destinatario humano, como ocurre, por ejemplo,
en el caso de los síntomas meteorológicos o de cualquier otra clase de índice. Quienes
reducen la semiótica a una teoría de los actos comunicativos no pueden considerar los
síntomas como signos ni pueden aceptar como signos otros comportamientos, aunque
sean humanos, de los cuales el destinatario infiere algo sobre la situación de un emisor
que no es consciente de estar emitiendo mensajes en dirección de alguien”. 4
A partir de la segunda mitad del siglo XX las teorías de ambos autores y sus continuadores
van a dar lugar a dos marcadas corrientes en el estudio de los signos. El semiólogo francés
Roland Barthes, siguiendo a Saussure, propone inicialmente que la semiología “tiene como
objeto todo sistema de signos cualquier fuera su sustancia: las imágenes, los gestos, los
sonidos melódicos, los objetos y los complejos de sustancias que se encuentran en los ritos,
los protocolos o los espectáculos que constituyen sino verdaderos ‘lenguajes’ por lo menos
sistemas de significación”. 5 Pero luego invertiría el presupuesto saussureano, considerando a
la semiología como parte de la lingüística (translingüística), que examina todos los sistemas
de signos como reductibles a las leyes del lenguaje. Para Barthes, todo sistema semiológico
tiene que ver con el lenguaje, resultando imposible concebir un sistema de imágenes u objetos
cuyos significados puedan existir fuera del lenguaje.
La discrepancia, por lo menos a nivel de la nomenclatura, se zanjó con la decisión
adoptada en enero de 1969 en París por un comité internacional que dio lugar a la
“Internacional Association for Semiotic Studies” y que ha aceptado el término general
de semiótica (sin excluir el uso definitivo de semiología) – el inglés semiotics le da a la
palabra una forma plural y sirve para denominar una ciencia–, para abarcar el estudio
de las tradiciones de la semiología y la semiótica.
3 Sanders Pierce, Charles. 1974 La ciencia de la semiótica., Buenos Aires. Ediciones Nueva Visión. p. 21.
4 Ibid. p.. 33.
5 Barthes ,Roland. Semiología. 1970. Editorial Tiempo Contemporáneo. Buenos Aires, Presentación. p. 11
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