CROM 54 | Julio- Agosto2019
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ban en la práctica y que ahora se llevaron
al papel.
Recordemos que la reforma laboral
fue impulsada por el partido Morena, tras
recibir la advertencia de Nancy Pelosi,
actual presidenta de la Cámara de Representantes
de Estados Unidos, quien
señaló que si no se realizaban las modificaciones
no se firmaría el Tratado México,
Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Martín Esparza Flores, Secretario
General del Sindicato Mexicano de Electricistas
ha señalado -en diversos forosque
la reforma no llena las expectativas
de quienes están directamente involucrados,
la fuerza de trabajo. “Los diputados
federales dicen que es la legislación laboral
que querían los trabajadores, pero,
¿saben los legisladores, qué es lo que
quieren?, los trabajadores pugnan por
la estabilidad en el empleo, seguridad
social, contratación colectiva y salario remunerador,
entre otras cosas, eso es lo
que quieren los trabajadores.
DEMOCRACIA SINDICAL
“Esta reforma a la
LFT, ya se esperaba,
estábamos impacientes
por su aprobación.
Desde tiempo
atrás, se ha reclamado la
falta de una democracia
real al interior de los sindicatos
para terminar con la
opción fabricada, clandestina,
al momento de elegir a sus
representantes”, manifiesta el Subsecretario
del Trabajo del Gobierno
Federal, Alfredo Domínguez Marrufo
en entrevista para este medio.
Con la alternancia en el 2000, agrega
el entrevistado, llegó la democracia a las
urnas electorales de nuestro país, entonces
los mexicanos teníamos la esperanza que
se extendiera hacia los organismos sindicales,
sociales, de campesinos, populares,
etc. y aplicar el voto personal, libre y secreto,
pero no fue así, a los sindicatos ni
siquiera los tocó esa democracia, por lo
que tuvimos que tomar medidas y provocar
que ahora sí, los votos se cuenten,
uno a uno, como en un proceso electoral”.
Otro aspecto importante, es la negociación
colectiva auténtica, “terminar con
los contratos de protección y aquellos que
se firman a espaldas de los trabajadores,
es el objetivo. Son modificaciones que
no deberían sorprendernos, puesto que
estos temas ya se reflejan en la reforma
de 2017 al modificar el artículo 123
constitucional, apartado A, donde se
establece que el voto personal, libre y
secreto será la forma en que se designen
a las directivas sindicales, en que se
decidirán los problemas entre sindicatos
por la titularidad y la posibilidad de que
los trabajadores soliciten un nuevo Contrato
Colectivo de Trabajo”.
Ahora bien, señala el Subsecretario
del Trabajo, debemos llegar a un punto
en el que la justicia laboral ya no esté bajo
el control del Gobierno ni de los representantes
de grandes sindicatos; tampoco
de los empresarios. Debe ser una justicia
laboral independiente, en manos de
tribunales imparciales, que actúen con
estricto apego a Derecho.
“Desde que entró la presente administración,
los registros sindicales se hacen
en los tiempos que la Ley lo plantea,
respetando el derecho de los trabajadores
a que puedan decidir cuál es el
sindicato al que ellos quieren pertenecer,
pero si no les satisface su desempeño, y
así lo deciden, pueden conformar otro
organismo sin mayores requisitos que
cumplir con lo que establece la Ley, eso
en la práctica ya se realiza, entonces no
le vemos problema”, subraya el servidor
público.
Al ser cuestionado sobre, si la existencia
de más de un sindicato dentro de una
empresa podría romper con la estabilidad,
Domínguez Marrufo, indica que la
paz laboral debe ser el fruto de la justicia
y la equidad. Compartimos que la estabilidad
laboral permite, a través del diálogo,
la negociación colectiva auténtica, pero
no debe ser a costa de la precariedad,
de contratos colectivos que se firman a
espaldas de los trabajadores. Una paz
laboral impuesta bajo control o por la
represión que hagan las empresas, los
sindicatos o el propio Gobierno, es una
paz artificial.
“Si la reforma laboral garantiza este
marco de libertades que, incluso, ya teníamos
por Constitución y Ley Federal del
Trabajo y va a fondo en cuento a representatividad
y legitimidad de sindicatos y
contratos colectivos, esto no quiere decir
que atente contra los principios de estabilidad
en el trabajo, lo que se da, es una
especie de libre competencia, el mejor permanecerá
y los otros sindicatos tendrán
que esforzarse por, realmente, representar
los derechos de sus agremiados”, advierte
el Subsecretario del Trabajo.
Al respecto, el Maestro Erik Nelson
Ramírez Barbosa, Director de ALC Abogados
menciona que la reforma a la LFT debía
adecuarse ante la ratificación del Convenio
98 de la Organización Internacional
del Trabajo, OIT. “Ahora se incluyen cuatro
rubros importantes: la libre afiliación, la
calificación de un despido como ilegal
derivado de la actividad sindical que desempeñe
un trabajador, la autonomía
sindical y el último, la no injerencia del
patrón a la vida sindical, que son una
nueva forma de ver el sindicalismo en
México”.
Nuestro entrevistado estima que en
la relación laboral tienen la misma importancia
los trabajadores, sus sindicatos y
los empresarios, sin olvidar que hay que
buscar el equilibrio entre el capital y el
trabajo, cuando llega a ver una división
entre los sectores habrá un desequilibrio
en la ecuación.
“Si lo vemos desde el punto de vista
de un sindicalismo activo, que tiene presencia
en los centros de trabajo y defiende
los intereses de los trabajadores, no
puede haber una pugna por los contratos
colectivos, porque la mejor razón de
existencia de los sindicatos en una empresa
será el logro de los mejores beneficios
para sus agremiados”, asegura Nelson
Ramírez.
Y agrega: “Ojo, nosotros contamos
con la cláusula de exclusión, en donde
dice: ‘si tú no eres afiliado a mi organización
sindical no puedes trabajar con esa
empresa’, o viceversa, yo puede solicitar,
vía mi contrato colectivo, al patrón que
no contrate a determinada persona”, entonces,
con la reforma a esto se le da la
vuelta y renueva esa vida sindical.
José Manuel Cervantes, académico
de la Facultad de Estudios Superiores
(FES) Aragón de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM), reconoció
que pese a las modificaciones a la ley
para democratizar a los sindicatos, su
transparencia y la libertad gremial, todavía
no se puede competir con Estados Unidos
de América, sobre todo en materia salarial.
CROM Vanguardia Laboral
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Julio/Agosto 2019