6) Manual de Psiquiatria (Betta, Juan) recortado
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PSICOPATOLOGÍA DE LA ATENCIÓN
Las perturbaciones de la atención son esencialmente de orden cuantitativo, desde el momento
que no es más que una actitud cuya capacidad se encuentra supeditada a la cantidad de energía
psíquica que se le dispense. Son precisamente las variaciones de esa cantidad de energía, las que
dan lugar a las distintas manifestaciones patológicas de la atención.
Las citadas perturbaciones son:
Aprosexia
Hipoprosexia
Hiperprosexia
Paraprosexia
1º) Aprosexia:
Se entiende por aprosexia a la falta absoluta de atención. Este trastorno sólo se puede encontrar
en los casos de agenesia mental y en los estados de coma, en estados estuporosos profundos, en
las demencias muy avanzadas, con gran destrucción de la personalidad, si bien en este último caso
siempre es posible observar la forma más simple y rudimentaria de la atención como respuesta a
los estímulos externos.
2º) Hipoprosexia:
Consiste en la disminución de la capacidad atentiva. De una manera general decimos que
encontramos atención pobre en todos los casos en que existe escaso vigor psíquico.
La hipoprosexia se puede presentar en grados muy variables, desde los más leves o los más
profundos. Es bien conocida la hipoprosexia de los oligofrénicos, de los dementes y de los confusos.
3º) Hiperprosexia:
La hiperprosexia consiste en una hiperactividad de la atención. Puede no significar un estado
patológico cuando se observa en personas con un adiestramiento metódicamente adquirido, como
ocurre en los que realizan tareas manuales difíciles y riesgosas, lo mismo que en los que estudian y
en todos los que desempeñan tareas intelectuales.
En estados patológicos, es frecuente en algunos delirantes que tienen especial cuidado por
atender y descubrir cuanto detalle puede serles útil como testimonio de sus concepciones.
4º) Paraprosexia:
Esta alteración especial de la atención determina un apreciable aumento en su forma
espontánea, pero a expensas de una notoria disminución de la forma voluntaria.
La paraprosexia es considerada por algunos autores como de orden cualitativo; nosotros no
compartimos este criterio, pues pensamos que se trata de un trastorno de cantidad, aumentada en
un sentido y disminuida en el otro. Es característica de los estados de excitación psicomotriz,
especialmente de la manía.
ESTADO DE LA ATENCIÓN EN LOS DIVERSOS SÍNDROMES MENTALES
1º) Síndrome de excitación psicomotriz:
La excitación psíquica trae como consecuencia una gran inestabilidad de la atención, la que pasa,
sin detenerse, sobre los más variados estímulos. Su movilidad es constante, no se fija nunca sobre
ningún objetivo.
En el maníaco se presenta, bien manifiesta, la alteración que llamamos paraprosexia; es decir,
que en él la atención espontánea prevalece sobre la forma voluntaria. De una manera general, la
atención del maníaco es casi exclusivamente espontánea. Totalmente móvil y fugaz, captando en la
unidad de tiempo, un número de unidades de percepción mayor que el normal.
Esa captación tan superficial, como consecuencia está sujeta a numerosos errores dado el rápido
tránsito de la atención que, requerida por múltiples estímulos, parece interesarse por todo sin
detenerse sobre ninguno. La atención del maníaco no obedece a la voluntad porque la gran
exaltación afectiva, que acelera el ritmo psíquico, dificulta la autoconducción supeditando en gran
parte la actividad psíquica a los impulsos de la vida instintivo-afectiva. Por eso sólo se observa la
forma simple de la atención, la refleja o automática, debido a que el enfermo tiene evidente
dificultad para canalizarla, dirigirla o administrarla voluntariamente. La atención voluntaria se
consigue difícilmente en los maníacos, pues atienden con superficialidad, la atención conjugada es
de muy rara observación, y es imposible la forma reflexiva porque la taquipsiquia los incapacita para
meditar.
En definitiva, la paraprosexia determina siempre un perjuicio para la actividad psíquica superior
que se encuentra cuantitativamente en déficit, porque el proceso atentivo, si bien tiende a lo
sensorial por el predominio de la forma espontánea, es débil por su inestabilidad, dificultando la
nitidez de las percepciones y la firmeza de., las elaboraciones psíquicas que, por otra parte, carecen
de la contribución del psiquismo superior. Luego, diremos una vez más, que la paraprosexia
constituye un trastorno cuantitativo de la atención que se traduce por una merma de su capacidad.
2º) Síndrome de depresión psicomotriz:
Los enfermos deprimidos y melancólicos padecen de hipoprosexia aparente. Esta denominación
nos remite a las conexiones del enfermo con el mundo exterior, así como a todo lo que signifique
estimulación exógena. Bajo este aspecto hay que reconocer una marcada hipoprosexia; no así
cuando consideramos su profunda introversión. El melancólico, con su gran exaltación afectiva
desplacentera, tiene una intensa vida interior alimentada por sus penas y sus angustias. La atención
de un melancólico, en relación con su mundo interior, se manifiesta muy activa en la captación de
toda la estimulación endógena, exaltada por los estados cenestopáticos frecuentes y por la
contemplación constante de su vida.
A la inversa de lo que ocurre con el maníaco, que no puede concentrarse, el melancólico
concentra su atención bajo la forma reflexiva para meditar sobre sus actos y hacer el examen de su