30.11.2020 Views

Cátedra Avícola & Agropecuaria

Revista Cátedra Avícola & Agropecuaria Octubre - Noviembre 2020

Revista Cátedra Avícola & Agropecuaria Octubre - Noviembre 2020

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

desventajas de acuerdo al volumen,

pero con una sola verdad: el mayor volumen

baja costos y asegura ganancias,

aunque sean bajas por cajón, pero ganancias

al fin, cuando el precio está en

mínimos.

En esa situación, el productor mediano

–más aún si no está automatizado–,

pasa rápidamente a números rojos,

no estando ni con los promedios de

venta y la informalidad del pequeño, ni

con la economía de escala del más

grande, así como tampoco con la misma

financiación de sus proveedores, ni

bancaria.

Este razonamiento nos ha llevado a

grandes éxitos como sector, como ser la

eficiencia global de nuestra producción,

altamente mecanizada, distribuida

por todo el país, capaz de abastecer

a un consumo per cápita de los mas

altos del mundo; también gracias a ser

visionarios sosteniendo a CAPIA –una

de las cámaras sectoriales mas activas

de nuestro hemisferio–.

Pero, toda moneda tiene dos caras,

y la otra cara de esta moneda es el tema

que nos ocupa: “ser eficientes como

grandes productores, ¿es enemigo de

un precio de mercado rentable? Tener

un mercado interno sano ¿es enemigo

de exportar?”

Veamos… En principio, si pensamos

linealmente, como hasta ahora, la

realidad nos muestra un mercado pendular

que oscila entre períodos de crisis

con reacomodamiento en la población

de aves, con desaparición de colegas y

regulación de la población de aves

(menor cantidad de crianzas, aumento

de las edades, etc.), a períodos cada vez

mas breves y de buena rentabilidad. En

el medio, nada… la meseta casi no

existe. Y si el huevo no está subiendo,

los compradores perciben que está bajando

y aspiran a quedarse con esa

rentabilidad.

¿Qué alternativas existen para modificar

este comportamiento histórico?

Aquí, las preguntas son muchas... La

primera es: ¿todos los productores

quieren hacerlo? Y suponiendo que todos

quieran tener rentabilidad permanente

–¿quién no?–, o más emocionante

aún, evitar alguna que otra crisis

apocalíptica, ¿alguno renunciaría en

este siglo a crecer? Dicho de otra forma:

¿algún productor estaría dispuesto a retirar

aves?

Personalmente creo que la respuesta

es un rotundo “NO”. El voto siempre

fue ir hacia la crisis purificadora, el sufrimiento

que más tarde nos lleva a una

mejora.

¿HAY OTRAS SOLUCIONES?

Dentro del mercado interno, el margen

de reacción es muy escaso. Del lado

del consumo tradicional, yo diría que lo

único que se puede hacer son acciones

de publicidad y medios para sostener y,

en el caso más optimista, elevar levemente

el consumo; estrategia que además

depende de la vapuleada economía

nacional pandémica o post pandémica.

En este sentido, el mercado interno,

las ayudas o los planes sociales, pueden

ser una buena fuente de consumo si las

autoridades ven el alto valor nutricional

de nuestro producto. El impacto

puede ser limitado porque existe la

posibilidad de que parte de ese huevo

inyectado como ayuda, ya se estuviera

comprando antes de existir la misma.

Entonces, quedaría la exportación

como vía de sostén de los volúmenes de

producción y promoción de los márgenes

internos.

Es un escenario al que los productores

se acercan siempre en épocas de

crisis, y no por el contrario, pensando

en construir un mercado de exportación

permanente, lo que requiere varios

años de políticas coherentes, con

una mirada puesta exclusivamente en

el negocio externo, sin mirar con codicia

las oportunidades internas que circunstancialmente

puede presentar mayor

rentabilidad.

Esta vía requiere también romper el

recelo entre productores, el cuestionamiento

de “¿porqué yo voy a poner huevo

a pérdida para aportar a un mejoramiento

de precio interno que todos

aprovecharíamos?”

Yo lo pondría en otros términos: si

en la parte mala del ciclo el huevo

sobra, ¿quién levanta la mano para retirar

de producción uno o mas galpones

y mejorar el mercado? Nadie… ¿No

sería mejor entregar parte del huevo

para exportación? Me refiero a porcentajes

aceptables de la producción, uno

o dos días al mes, con un pago que nos

permite amortizar el famoso costo fijo

y de alimento, y con una recompensa

mucho mayor de la mano de la recuperación

del mercado. Me parece que

es una alternativa de imposible versus

posible.

Mi recomendación es juntar lo mejor

de cada mundo, dejar de ser granjeros

para ser empresarios con visión de

país. Por un lado se sigue accediendo a

las ventajas de la economía de escala, y

automatizar y crecer seguirían siendo

buenas palabras, y se sostiene el precio

interno.

Obviamente esto plantea cíclicamente

desafíos, porque nada indica que

el porcentaje exportado no se recupere

en un par de años con nueva producción,

pero la realidad que ninguna solución

es para siempre, así como tampoco

lo son las condiciones actuales. El

futuro puede ser con mas inversiones –

costosísimas– tendientes al bienestar

animal, o con requerimientos de menos

aves por jaula, u obligando al retiro de

determinado tipo de jaula… es imposible

preveer.

Hoy exportar sirve. Y estar juntos...

también.<

pág. 49 • octubre - noviembre 2020 |

CA&A

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!