Revista Puente, número 2, diciembre de 2020

¿Por qué decidí ser
vegana?
Por Natalia Jorquera Martínez.
animales tienen los sustratos necesarios para la
conciencia junto con la capacidad de exhibir
comportamientos con intenciones. Como
consecuencia, el peso de las evidencias indica
que los seres humanos no somos los únicos que
poseemos los sustratos neurológicos que
generan las conciencia. Los animales, incluidos
los mamíferos, aves y muchas otras criaturas
comparten dichos sustratos neurológicos”.
Llevo siendo vegana solo un año y medio,
de mis 38 años de vida. Unos años atrás, ya
daba vueltas en mi mente esta idea, sabía
que algo no estaba bien, pero no quería
entrar en el mundo de la información,
temía. Sin embargo, mi amor por los gatitos
y demás animales, me llevaron a indagar
en búsqueda de la referencia concreta y
veraz respecto al tema.
Me bastó con ver dos videos que mostraban
distintas formas de explotación y
sufrimiento animal, para que mi decisión
fuera irrevocable. Me bastó con leer dos
artículos que profundizaban en el
submundo de la mega producción
industrial de carnes, de cueros, de lanas, de
huevos… Y también acceder a la
información científica, producto de
décadas de investigación, que son pruebas
irrefutables de la capacidad sensitiva que
tienen los animales en general.
El 7 de julio del año 2012, la comunidad
científica de la Universidad de Cambridge,
en el Reino Unido, luego de décadas de
investigación, en distintas especies del
reino animal, llegaron a la conclusión que:
“Las evidencias científicas indican que los
Esto quiere decir que los animales son
conscientes de sí mismos y del mundo que les
rodea. Cualquier persona que haya tenido un
gato o un perro, que haya compartido con ellos,
puede dar testimonio de los lazos que se forman,
que demuestran emociones, que son astutos,
recuerdan, reconocen, muestran afectos y
sentimientos. Por lo tanto, esta declaración fue
el argumento racional e indiscutible que
respalda la defensa de los derechos animales.
Todos sienten y tienen conciencia de sí mismos,
tienen esa capacidad intrínseca en su existencia
y son vulnerables frente a quienes desconocen
esto.
Los científicos declararon, públicamente, este
resultado concluyente de su investigación, pues
consideraban que la sociedad debía saberlo. La
comunidad científica lo tiene claro pero no el
resto de la sociedad. Es así como ese mismo año,
publican la Declaración de Cambridge sobre la
Conciencia, documento avalado por 13
neurocientíficos de las más prestigiosas
instituciones junto al científico Stephen
Hawking, y que afirma la existencia de la
conciencia animal y por ende, de su capacidad
de sentir.