Carmilla Libro
Drácula, de Bram Stoker, es el clásico unánime del subgénero vampiresco. Su mítico personaje permanece en la mente popular junto con las grandes invenciones de la literatura universal, como Ulises, El Quijote, Pinocho y Sherlock Holmes, merced a todas las adaptaciones audiovisuales, las versiones condensadas, las apariciones en series animadas, los productos que utilizan su imagen y las caracterizaciones infantiles en Halloween. Sin embargo, 26 años antes de Drácula estaba Carmilla. Sería ingenuo pensar que todo empieza con Drácula. Hay un puñado de relatos que fueron escritos antes y hacen parte de la tradición. De todos ellos, Carmilla es quizá el más importante por la originalidad de su abordaje, el compendio de rasgos y caracterizaciones vampiriles que contiene, la fuerza de su figura principal y la influencia directa de dicho texto en el clásico de Stoker. Si Drácula es el rey, Carmilla es la reina de esa dinastía que al sol de hoy –o a la luna llena, mejor– desemboca tanto en Anne Rice como en los vampiros estudiantiles de la saga Crepúsculo. Carmilla fue escrita por el autor irlandés Sheridan Le Fanu (1814-1873) y publicada en el magacín The Dark Blue entre finales de 1871 y comienzos de 1872.
Drácula, de Bram Stoker, es el clásico unánime del subgénero vampiresco. Su mítico personaje permanece en la mente popular junto con las grandes invenciones de la literatura universal, como Ulises, El Quijote, Pinocho y Sherlock Holmes, merced a todas las adaptaciones audiovisuales, las versiones condensadas, las apariciones en series animadas, los productos que utilizan su imagen y las caracterizaciones infantiles en Halloween. Sin embargo, 26 años antes de Drácula estaba Carmilla.
Sería ingenuo pensar que todo empieza con Drácula. Hay un puñado de relatos que fueron escritos antes y hacen parte de la tradición. De todos ellos, Carmilla es quizá el más importante por la originalidad de su abordaje, el compendio de rasgos y caracterizaciones vampiriles que contiene, la fuerza de su figura principal y la influencia directa de dicho texto en el clásico de Stoker. Si Drácula es el rey, Carmilla es la reina de esa dinastía que al sol de hoy –o a la luna llena, mejor– desemboca tanto en Anne Rice como en los vampiros estudiantiles de la saga Crepúsculo.
Carmilla fue escrita por el autor irlandés Sheridan Le Fanu (1814-1873) y publicada en el magacín The Dark Blue entre finales de 1871 y comienzos de 1872.
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La vampiresa que
llegó antes
Drácula, de Bram Stoker, es el clásico unánime del
subgénero vampiresco. Su mítico personaje permanece
en la mente popular junto con las grandes invenciones
de la literatura universal, como Ulises, El Quijote,
Pinocho y Sherlock Holmes, merced a todas las adaptaciones
audiovisuales, las versiones condensadas,
las apariciones en series animadas, los productos que
utilizan su imagen y las caracterizaciones infantiles
en Halloween. Sin embargo, 26 años antes de Drácula
estaba Carmilla.
Sería ingenuo pensar que todo empieza con Drácula.
Hay un puñado de relatos que fueron escritos antes
y hacen parte de la tradición. De todos ellos, Carmilla
es quizá el más importante por la originalidad de su
abordaje, el compendio de rasgos y caracterizaciones
vampiriles que contiene, la fuerza de su figura principal
y la influencia directa de dicho texto en el clásico
de Stoker. Si Drácula es el rey, Carmilla es la reina de
esa dinastía que al sol de hoy –o a la luna llena, mejor–
desemboca tanto en Anne Rice como en los vampiros
estudiantiles de la saga Crepúsculo.
Carmilla fue escrita por el autor irlandés Sheridan
Le Fanu (1814-1873) y publicada en el magacín The
Dark Blue entre finales de 1871 y comienzos de 1872.