Carmilla Libro
Drácula, de Bram Stoker, es el clásico unánime del subgénero vampiresco. Su mítico personaje permanece en la mente popular junto con las grandes invenciones de la literatura universal, como Ulises, El Quijote, Pinocho y Sherlock Holmes, merced a todas las adaptaciones audiovisuales, las versiones condensadas, las apariciones en series animadas, los productos que utilizan su imagen y las caracterizaciones infantiles en Halloween. Sin embargo, 26 años antes de Drácula estaba Carmilla. Sería ingenuo pensar que todo empieza con Drácula. Hay un puñado de relatos que fueron escritos antes y hacen parte de la tradición. De todos ellos, Carmilla es quizá el más importante por la originalidad de su abordaje, el compendio de rasgos y caracterizaciones vampiriles que contiene, la fuerza de su figura principal y la influencia directa de dicho texto en el clásico de Stoker. Si Drácula es el rey, Carmilla es la reina de esa dinastía que al sol de hoy –o a la luna llena, mejor– desemboca tanto en Anne Rice como en los vampiros estudiantiles de la saga Crepúsculo. Carmilla fue escrita por el autor irlandés Sheridan Le Fanu (1814-1873) y publicada en el magacín The Dark Blue entre finales de 1871 y comienzos de 1872.
Drácula, de Bram Stoker, es el clásico unánime del subgénero vampiresco. Su mítico personaje permanece en la mente popular junto con las grandes invenciones de la literatura universal, como Ulises, El Quijote, Pinocho y Sherlock Holmes, merced a todas las adaptaciones audiovisuales, las versiones condensadas, las apariciones en series animadas, los productos que utilizan su imagen y las caracterizaciones infantiles en Halloween. Sin embargo, 26 años antes de Drácula estaba Carmilla.
Sería ingenuo pensar que todo empieza con Drácula. Hay un puñado de relatos que fueron escritos antes y hacen parte de la tradición. De todos ellos, Carmilla es quizá el más importante por la originalidad de su abordaje, el compendio de rasgos y caracterizaciones vampiriles que contiene, la fuerza de su figura principal y la influencia directa de dicho texto en el clásico de Stoker. Si Drácula es el rey, Carmilla es la reina de esa dinastía que al sol de hoy –o a la luna llena, mejor– desemboca tanto en Anne Rice como en los vampiros estudiantiles de la saga Crepúsculo.
Carmilla fue escrita por el autor irlandés Sheridan Le Fanu (1814-1873) y publicada en el magacín The Dark Blue entre finales de 1871 y comienzos de 1872.
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Comparamos Notas
–diría que bella–, y cuando la vi por primera vez tenía
esa misma expresión melancólica. Pero esa expresión
cambió casi instantáneamente y se convirtió en una
extraña e inmóvil sonrisa de reconocimiento.
Siguió un silencio de al menos un minuto y luego,
finalmente, ella habló. Yo no podía.
—¡Qué maravilla! –exclamó–. Hace doce años vi tu
cara en un sueño y me ha perseguido desde entonces.
—De verdad, maravilloso –repetí yo, superando
con un esfuerzo el horror que, por unos momentos,
me había impedido hablar–. Hace doce años, en una
visión o en realidad, a ti ciertamente te vi. No pude olvidar
tu rostro. Ha permanecido ante mis ojos desde
entonces.
Su sonrisa se volvió más tierna. Lo que en un primer
momento había visto como extraño en ella se había
desvanecido. Ahora su sonrisa, con los hoyuelos de
sus mejillas, prestaba a su cara tan deleitable, tan bonita,
un toque de inteligencia. Me sentí más segura, y
continué en la tónica indicada por las reglas de la hospitalidad,
dándole la bienvenida y diciéndole cómo su
accidental llegada había sido placentera para todos
nosotros, y le conté especialmente cuánta felicidad me
había traído a mí.
La tomé de la mano. Yo era un poco tímida, como
es normal en las personas solitarias, pero en esta situación
me volví elocuente, y hasta audaz. Ella me apretó
la mano, poniendo la suya encima de la mía. Sus ojos
brillaban, y al mirarme a los ojos, sonrió de nuevo, y se
ruborizó.
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