Carmilla Libro
Drácula, de Bram Stoker, es el clásico unánime del subgénero vampiresco. Su mítico personaje permanece en la mente popular junto con las grandes invenciones de la literatura universal, como Ulises, El Quijote, Pinocho y Sherlock Holmes, merced a todas las adaptaciones audiovisuales, las versiones condensadas, las apariciones en series animadas, los productos que utilizan su imagen y las caracterizaciones infantiles en Halloween. Sin embargo, 26 años antes de Drácula estaba Carmilla. Sería ingenuo pensar que todo empieza con Drácula. Hay un puñado de relatos que fueron escritos antes y hacen parte de la tradición. De todos ellos, Carmilla es quizá el más importante por la originalidad de su abordaje, el compendio de rasgos y caracterizaciones vampiriles que contiene, la fuerza de su figura principal y la influencia directa de dicho texto en el clásico de Stoker. Si Drácula es el rey, Carmilla es la reina de esa dinastía que al sol de hoy –o a la luna llena, mejor– desemboca tanto en Anne Rice como en los vampiros estudiantiles de la saga Crepúsculo. Carmilla fue escrita por el autor irlandés Sheridan Le Fanu (1814-1873) y publicada en el magacín The Dark Blue entre finales de 1871 y comienzos de 1872.
Drácula, de Bram Stoker, es el clásico unánime del subgénero vampiresco. Su mítico personaje permanece en la mente popular junto con las grandes invenciones de la literatura universal, como Ulises, El Quijote, Pinocho y Sherlock Holmes, merced a todas las adaptaciones audiovisuales, las versiones condensadas, las apariciones en series animadas, los productos que utilizan su imagen y las caracterizaciones infantiles en Halloween. Sin embargo, 26 años antes de Drácula estaba Carmilla.
Sería ingenuo pensar que todo empieza con Drácula. Hay un puñado de relatos que fueron escritos antes y hacen parte de la tradición. De todos ellos, Carmilla es quizá el más importante por la originalidad de su abordaje, el compendio de rasgos y caracterizaciones vampiriles que contiene, la fuerza de su figura principal y la influencia directa de dicho texto en el clásico de Stoker. Si Drácula es el rey, Carmilla es la reina de esa dinastía que al sol de hoy –o a la luna llena, mejor– desemboca tanto en Anne Rice como en los vampiros estudiantiles de la saga Crepúsculo.
Carmilla fue escrita por el autor irlandés Sheridan Le Fanu (1814-1873) y publicada en el magacín The Dark Blue entre finales de 1871 y comienzos de 1872.
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Carmilla
Y dominando la escena, se levanta la amplia fachada
del castillo con sus innumerables ventanas y su capilla
gótica.
Delante del castillo, si uno sale por la verja, se encuentra
en un claro del bosque, irregular y pintoresco,
y a la derecha puede observar un alto puente gótico
donde el camino pasa por encima de un arroyo que
serpentea hasta perderse de vista entre las profundas
sombras del denso follaje.
He dicho que el lugar es muy apartado. Usted verá
si no estoy diciendo la verdad. Al mirar por la puerta
principal hacia la carretera, el bosque que rodea nuestro
castillo se extiende quince millas a la derecha, y
doce a la izquierda. A unas siete millas en esa misma
dirección, o sea a la izquierda, queda el pueblo habitado
más próximo. Y a una distancia de aproximadamente
veinte millas en sentido contrario se halla el
más cercano castillo de alguna importancia histórica,
el del viejo general Spielsdorf.
He dicho el pueblo más próximo «habitado». Porque
existe, a no más de veinte millas hacia el occidente,
es decir, en dirección al castillo del general Spielsdorf,
una aldea abandonada con su diminuta iglesia, ahora
desentejada, en cuya nave se encuentran las vetustas y
enmohecidas tumbas de la aristocrática familia Karnstein,
de un linaje ya extinguido, antiguos dueños del
desolado castillo que, erguido en medio del bosque,
contempla las silenciosas ruinas del pueblo.
Sobre la causa del abandono de este imponente
y melancólico paraje existe una leyenda, de la que hablaré
en otro momento.
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