Francis Bacon - The New Organon - Español
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
escogidos para ejemplos y presentados en la segunda, y también en nuestras observaciones
sobre la historia, en la tercera parte de esta obra descritos, todo hombre de una
perspicacia y de una habilidad mediana, puede encontrar por doquier importantes invenciones
indicadas y designadas, confesamos ingenuamente que la historia natural, que los
libros y nuestras experiencias propias hasta el día nos han facilitado, no es ni sobrado
abundante ni bastante cierta para servir y satisfacer a una legítima interpretación de la
naturaleza.
He aquí por qué, si alguno se siente más inclinado y más apto para las artes mecánicas,
y se reconoce sagacidad bastante para indagar las invenciones a simple vista de la
experiencia, le permitimos y le abandonamos la tarea de recoger, como de paso, en
nuestra historia natural y en nuestras tablas, una multitud de hechos y darles una aplicación
práctica, pues el verdadero método da de esta suerte, antes de término, intereses
provisionales. Para nosotros, que miramos más alto, es de deplorar el tiempo que pierde
la inteligencia en recoger de esa suerte frutos anticipados, como los dorados globos de
Atalante. Nosotros no tenemos el deseo de poner de manifiesto, con pueril alegría, manzanas
de oro; todo para nosotros estriba en el tributo del arte sobre la naturaleza; ni nos
apresuramos a recoger simple fruto o cosecha no sazonada, sino que la dejamos madurar
para recolectarla.
118. Se podrá también sin duda alguna observar, recorriendo nuestra historia natural
y nuestras tablas de descubrimientos, algunas experiencias poco ciertas o aun completamente
falsas; y en su consecuencia, acaso se crea que nuestros descubrimientos reposan
sobre fundamentos falsos o dudosos. Pero no hay nada de eso; semejantes imperfecciones
son inevitables al principio. Es como cuando en la escritura o en la impresión
hay una letra o dos mal formadas o mal colocadas, que el lector de ordinario sin dificultad
las corrige a simple vista. Que la inteligencia tenga presente, pues, que puede haberse
deslizado alguna experiencia falsa en la historia natural, de la que pronto la arrojará
con facilidad el descubrimiento de las causas y de los principios. Es, sin embargo, cierto,
que si la historia natural y las experiencias estuviesen llenas de errores que con frecuencia
se repitiesen, no habría esfuerzo de inteligencia sin recurso de arte capaz de
corregirlo y restituir la verdad. Así, pues, si en nuestra historia natural que ha sido formada
y examinada con tanto cuidado, severidad y casi religiosidad, aparecen algunos
hechos erróneos o inventados, ¿qué no deberemos decir de la historia natural vulgar
que, a costa de la nuestra, se ha mostrado tan negligente y tan fácil, o de la filosofía y de
las ciencias fundadas sobre tales montones de arena, o mejor dicho, sobre tales sirtes?
No se alarme, pues, nadie por lo que hemos dicho.
119. Se encontrará también en nuestra historia natural muchas cosas de escasa importancia
y vulgares o viles y bajas, o muy sutiles, y de pura especulación y casi de
aplicación nula; cosas todas que podrían desanimarnos.
En cuanto a los asuntos que parezcan vulgares, debemos hacer observar que, ordinariamente
no se hace otra cosa sino referir y acomodar las causas de los fenómenos raros
a los hechos que se producen frecuentemente, y que jamás se buscan las causas de los
sucesos frecuentes que se admiten como hechos acordados y comprobados.
Así, por ejemplo, no se investiga las causas de la gravedad, de la rotación de los astros,
del calor, del frío, de la luz, de la dureza, de la blandura, de la raridad, de la densidad,
de la licuación de la consistencia, de la desemejanza y, en fin, de la organización;
sino que admitiendo todos estos hechos como manifiestos y evidentes por sí mismos, se
razona y se discute sobre los otros fenómenos que no son tan familiares ni frecuentes.