DAR 17-VEGA REÑÓN-La naturaleza de las falacias
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INTRODUCCIÓN 13
zones de algo con alguien o ante alguien. La argumentación falaz,
en particular, es un recurso socorrido en el maltrato del discurso
público donde puede adoptar diversas modalidades, desde el
simple bulo hasta las estrategias de desinformación, al amparo de
ideologías confortables como la posverdad 4 .
(4) En fin, la idea misma de falacia resulta más complicada e
incluso problemática de lo que da a entender su popularidad como
tópico escolar y como arma dialéctica (“lo que Ud. dice es falaz”,
“su posición descansa en una falacia”, “señor mío, no me venga
con falacias”...) 5 . Es una idea necesitada de revisión y precisiones
en vista de su condición multiforme y compleja.
Este libro trata de responder a estas demandas sobre la base
de una concepción comprensiva y holística del discurso falaz,
fundada en lo que filosóficamente cabe considerar su naturaleza.
La empresa es arriesgada y tiene visos de paradójica pues aspira
a dar una idea global y relativamente unitaria de una naturaleza
que no es simple ni es única, sino compleja y susceptible como la
trinidad cristiana de distintas “procesiones” o, como la trimurti
india, de diversos avatares o encarnaciones según el punto de vista
que se adopte o el aspecto que se resalte. Para hacerles justicia el
libro consta de tres partes que corresponden a tres perspectivas
fundamentales sobre la naturaleza de la falacia: una discursiva y
etológica, otra histórica y la tercera teórica —o más precisamente
analítica y metateórica—.
Antes de presentar cada uno de estos enfoques, una cortesía
elemental invita a avanzar una noción de falacia que nos permita
4
Es sintomática la vigilancia crítica que van mostrando los títulos de algunos libros
contra los sinsentidos que nos rodean, como el de Julian Baggini (2010) ¿Se creen
que somos tontos? 100 formas de detectar las falacias de los políticos, los tertulianos
y los medios de comunicación. Barcelona: Paidós.
5
Por ejemplo, según Maarten Boudry, Fabio Paglieri y Massimo Pigliucci, la identificación
de la argumentación falaz ha de afrontar este dilema destructivo: o es
trivial en casos flagrantes pero artificiales o deviene incierta en los casos más
complicados y reales. Vid. su (2015) “The fake, the flimsy and the fallacious:
Demarcating arguments in real life”, Argumentation, 29/3: 431-456.