Libro CARMILLA de Sheridan Le Fanu
Carmilla SHERIDAN LE FANU Sinopsis Relato que había de forjar el arquetipo del vampiro femenino en la literatura universal, "Carmilla", publicado por primera vez en la revista "The Dark Blue" en 1871, es sin duda la obra más famosa del irlandés Sheridan Le Fanu (1814-1873). Además del diseño que éste imprimió a su figura central, hacen del mismo una pieza maestra el nervio de la acción, el vigor de los personajes y el inquietante clima crepuscular, casi siempre a caballo entre día y noche, entre sueño y vigilia, que impregna la obra. Este precedente y sustrato indudable del "Drácula" de Bram Stoker —obra que aparecería poco menos de treinta años más tarde— figura por derecho propio en la galería más selecta de las letras fantásticas europeas.
Carmilla
SHERIDAN LE FANU
Sinopsis
Relato que había de forjar el arquetipo del vampiro femenino en la literatura universal, "Carmilla", publicado por primera vez en la revista "The Dark Blue" en 1871, es sin duda la obra más famosa del irlandés Sheridan Le Fanu (1814-1873). Además del diseño que éste imprimió a su figura central, hacen del mismo una pieza maestra el nervio de la acción, el vigor de los personajes y el inquietante clima crepuscular, casi siempre a caballo entre día y noche, entre sueño y vigilia, que impregna la obra. Este precedente y sustrato indudable del "Drácula" de Bram Stoker —obra que aparecería poco menos de treinta años más tarde— figura por derecho propio en la galería más selecta de las letras fantásticas europeas.
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Carmilla
III
Comparamos notas
Nuestras miradas siguieron la comitiva hasta que se
perdió abruptamente entre la neblina del bosque y el
ruido de cascos y ruedas murió en el aire silencioso de
la noche.
Lo único que quedó para asegurarnos de que
la aventura no había sido simplemente la ilusión de
un instante fue la joven, quien, justo en ese momento,
abrió los ojos. Yo no los podía ver, porque ella se había
volteado hacia el otro lado, pero levantó la cabeza, evidentemente
mirando a su alrededor, y oí una voz muy
dulce que preguntaba en tono quejumbroso:
—¿Dónde está mamá?
Nuestra querida madame Perrodon le contestó
tiernamente, agregando algunas palabras de consuelo.
Luego le oí preguntar:
—¿Dónde estoy? ¿Qué lugar es este?
Y después dijo:
—No veo el coche. ¿Y Matska? ¿Dónde está
Matska?
Madame respondió todas sus preguntas hasta
donde pudo entenderlas, y gradualmente la muchacha
recordaba cómo había sucedido la desventura, y
se puso feliz cuando supo que nadie en el coche, ni
ninguno de los que estaban atendiendo, había sufrido
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