ElEspinar328
Nueva edición
Nueva edición
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
30
#solucióntravesíaSanRafael
El Espinar
número 328
Poesía, Bosques, Agua y Meteorología
Coincido con quienes opinan
que la celebración de cualquier
“Día Mundial de XXX” es una
llamada de atención por la falta
de consideración hacia ese tema.
A finales del pasado mes de
marzo se han unido cuatro
importantes “Días mundiales
de….”: “la Poesía” (día 20), “los
Bosques” (día 21), “el Agua”
(día 22) y “la Meteorología”
(día 23). En el devenir de los
acontecimientos la paradoja
adquiere un sentido inexplicable.
La poesía se concibe como la
expresión artística de la belleza
por medio de la palabra sujeta a
la medida y cadencia de un
verso. Es la más depurada manifestación
de los sentimientos,
emociones y reflexiones con la
que el ser humano expresa el
amor, la vida o la muerte. Con
cualquier edad, las personas sentimos
y sufrimos dentro de nosotros
mismos, o apreciamos en
lo que nos rodea, emociones e
impresiones que sólo aquéllos y
aquéllas dotados de una especial
sensibilidad son capaces de
expresar con palabras, vehículo
de acceso al mágico mundo de la
belleza y la felicidad.
La felicidad tiene su morada a la
sombra de un viejo árbol.
¿Quizá escondida entre sus
ramas?. Los celtas creían que
cada árbol poseía un espíritu
sabio al que escuchábamos al
abrir nuestro corazón. En nuestra
zona poseemos el gran privilegio
de tener al alcance de un
corto paseo el bosque, símbolo
de conexión con el entorno, en
lo espiritual y en lo físico.
Enraizados en la tierra, la copa
de los árboles, abierta hacia el
cielo, nos conecta con nuestro
origen, con los presentes y con
quienes nos precedieron. El bosque
es parte indisoluble de nuestra
memoria colectiva, mitos y
creencias se han tejido en torno
a los árboles. Por eso deberíamos
respetarlos y reconocer su
gran importancia.
Desafortunadamente no todos lo
sienten así y las talas realizadas
recientemente se convierten en
masacres arbóreas. Por el pinar
se extendía el olor a madera
recién cortada, savia convertida
en “sangre de la Madre
Naturaleza”. Ramas enteras al
desgarrarse caían con estrépito y
las sierras de los operarios estremecían.
Lo que fue un pino de
copa suntuosa que acogía a los
pájaros y extendía su sombra
refrescando el aire y embelleciendo
el lugar, era ahora un
tronco desnudo y torcido del que
sobresalen terribles muñones.
He leído que mediante descargas
químicas, que se comunican a
través de las raíces, los árboles
transmiten señales de alarma
ante los peligros que los acechan.
Unos mueren, otros quedan
heridos por la tristeza y el
miedo.
Son seres que nacen y crecen
para permitir el desarrollo de la
vida en todas sus formas. Bien
lo sabían los gabarreros. Plantar
un árbol es una manera de construir
futuro. Si cada ser humano
plantara sólo uno, la vida del
planeta cambiaría. Es una forma
de amar al entorno y agradecer
lo que nos da la tierra. Una
comunidad exhibe con orgullo
tener en su escudo la representación
de un árbol. Sus habitantes
han de ser conscientes del valor
de esta presencia, guía y sintonía
con estos seres. Aunque no
hablen, nos podemos comunicar
fluida e intensamente con ellos.
Los árboles mitigan la contaminación
y nos proveen de oxígeno,
son reguladores climáticos al
controlar la radiación solar, la
Arroyo de la Fuente de la Teja
humedad y el viento, además de
formar suelos fértiles y regular
el ciclo del agua, elemento vital
de los ecosistemas, incluidos los
bosques, de los que depende
nuestra seguridad alimentaria y
nutricional, presente y futura. El
lema del Día Mundial del Agua
de este año, “Aguas subterráneas,
hacer visible lo invisible”,
parece elegido para este rincón
segoviano. Los acuíferos alimentan
manantiales, arroyos,
ríos y humedales. La lluvia y la
nieve que se infiltra en el suelo,
son sus principales fuentes de
recarga. Casi toda el agua dulce
es agua subterránea, sin ella la
vida no sería posible.
Desempeñan una función transcendental
en los sistemas hídricos
y de saneamiento, la agricultura,
la industria y las estrategias
frente al cambio climático.
Paliar sus efectos negativos pasa
por proteger los acuíferos.
Un uso inadecuado y la sobreexplotación
de aquéllos impactan
sobre la cantidad y calidad del
agua, degradan el entorno natural
y elevan el riesgo sobre la
salud humana y las actividades
productivas. El Objetivo número
7 de Desarrollo del Milenio
recoge que garantizar el acceso
de todas las personas al agua y al
saneamiento, asegurando la sostenibilidad
del recurso, es esencial
en la lucha contra la pobreza.
Desde noviembre de 1986, mi
amigo Enrique Martín facilita a
la AEMET los datos de la estación
meteorológica espinariega.
El recién concluido mes de
marzo ha sido el más lluvioso
en todo este tiempo. El volumen
concentrado en la segunda mitad
del mes ha causado importantes
destrozos, públicos y privados.
Nunca mejor dicho aquello de
“No siempre llueve a gusto de
todos”, ni con tanta intensidad,
añadiría. Gracias a Enrique y a
su contagiosa pasión por la
Meteorología he conocido que
el 24 de julio de 1995, con
37,5ºC fue el día más caluroso
en estas casi cuatro décadas, el 1
de marzo de 2005 el más frío
con -18,4ºC y que la mayor
nevada no la trajo “Filomena”,
los 47cms de nieve caídos el día
después de Reyes de 2018 marcan
el récord.
El agua es la esencia de la vida.
Vida en la que nos acompaña el
árbol como sendero de autoconocimiento
y comunión con la
naturaleza exterior e interior. En
este proceso, la poesía nos aporta
fuerza y una peculiar calma
regeneradora. Al modificar el
ritmo físico, emocional y mental
con lo que nos rodea, nos ayuda
a recuperar el equilibrio, la serenidad
y la sensibilidad. Es como
si conectáramos con otra red de
energía.
Javier de la Nava
GAS ESPINAR, S.L.
Plaza del Altozano, 12 - 40400 El Espinar
gasespinar@gasespinar.es
921 18 26 70 - 649 80 21 42
Descubre el GAS NATURAL, una energía
limpia, eficiente y respetuosa con tu entorno