(AA3 CRN) Proyecto Acercando el deporte
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imprevista o intencionadas durante las dinámicas, y además a través de las diferentes
tutorías semanales que tienen las cinco educadoras sociales para compartir avances o
información de interés sobre las dinámicas o sesiones realizadas, ya que de esta
manera todas las educadoras sociales están al tanto sobre cómo va funcionando el
proyecto y cómo responde cada una de las participantes. Además, también se lleva a
cabo al final de la secuencia, después de una actividad de enseñanza - aprendizaje.
Por otra parte, la evaluación final, se aplicará después de la secuencia educativa como
balance después de los cuatro meses de duración del proyecto, en la última sesión del
proyecto, y el día 21 de diciembre, cuando las educadoras se reúnen, y hacen una
evaluación general sobre el proyecto.
Una vez finalizado este proceso, modo de síntesis general, la evaluación a grandes
trazos nos es útil para mejorar en futuros proyectos, valorar la evolución de cada una
de las usuarias, ser consciente de los aprendizajes adquiridos, modificar metodologías
que no han sido eficaces o útiles, potenciar las capacidades de cada participante,
mejorar la relación de grupo, capacidad de reflexión y diálogo y ofrecer una visión
global sobre el proyecto y su evolución.
Este método de evaluación cumple con las diferentes funciones que se le asocian. En
primer lugar, la función acreditativa, ya que a través de la observación y las diferentes
fichas evaluativas se recoge toda la información sobre el aprendizaje y la asimilación
de los diferentes conocimientos tratados, las habilidades que las dinámicas exigen, y
la actitud y manera de estar en las actividades. En estas fichas, las diferentes
cuestiones se tratan tanto a nivel general o grupal como a nivel individual. En segundo
lugar, cumple también con la función formativa, ya que el proceso de aprendizaje
individual se lleva a cabo a un ritmo concreto dependiendo de la persona, siempre
partiendo de sus experiencias previas. Los conocimientos y los aprendizajes que se
van trabajando cada participante los asimila de una manera, siempre que estos
respondan a sus intereses. Además, las educadoras sociales, finalizan las sesiones
con una pequeña evaluación y reflexión para orientar a aquellas usuarias que por
diferentes motivos no sepan cómo crear un estilo propio de aprendizaje. Por último,
responde también a la función formadora, ya que son los educandos los que
aprenden, pero son las educadoras sociales las que potencian y crean ese espacio de
aprendizaje y ayudan al educando en este proceso, tomando las mejores decisiones y
ofreciendo aquellos recursos y sesiones más enriquecedoras para ellas. Por ello las
educadoras se preocuparán de que entiendas los objetivos y las diferentes dinámicas,
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