Libro digital / Entre vidas amargas
Libro hecho por los específicos de Literatura y Artes plásticas.
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Amodeus, claramente enojado, comenzó a atacar a Alan, lanzando golpes y
fuego por su boca. Alan corrió y le cortó una pierna, pero ésta se regeneró
enseguida, contraatacando con una patada que casi lo mata. Mientras tanto,
Horacio y los hombres que quedaban habían terminado con los demonios, y
se dirigieron a ayudarlo. En pocos minutos, Amodeus mató a todos los
hombres y se dirigió a Horacio.
—Te voy a proponer lo mismo que a tu compañero: únete a mí o muere.
Puedo hacer que te crezca otro brazo, que seas más joven, incluso que tu
magia sea imparable.
—Está bien, me uniré a ti, sólo que perdónale la vida a mi compañero –dijo
Horacio.
Amodeus sonrió y fue con Horacio a donde estaba Alan. Lo levantó con su
mano y dijo: —Despierta, júrame lealtad y vivirás, así como hizo tu amigo,
no seas estúpido.
Alan trató de forcejear, golpeando su mano, pero sin lograr nada. Amodeus
estaba a nada de comerlo, cuando Horacio conjuró un trueno que golpeó
completamente al demonio logrando aturdirlo, momento que Alan
aprovechó para cortarle cabeza y así acabar con todo.
De pronto el cura, ya convertido en demonio, se levantó y clavó su garra en
la espalda de Horacio, atravesándolo y tirándolo al piso. Alan, enfurecido,
corrió a pelear con él, sólo que, en lugar de usar su espada, peleó a puño
limpio, dándole una golpiza y matándolo.
—Tranquilo, Horacio, tengo que llevarte al pueblo más cercano para que te
curen –dijo Alan.
—No te preocupes, lo logramos. Antes de que parta de este mundo, quiero
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